In the Name of the Rose || Invitados

Había sido una semana desde que habló con Solar y Trixie, una semana, solo 3 días después MacGonagall había llegado a su sala común y la había retirado con todas sus cosas, una tardía noche, en el silencio de la noche ella había tomado las cosas, sin tiempo para avisar a nadie, sin tiempo para pensar, para sentir cuando le tomó del brazo y la dejó en San Mungo.

Había sido amable y se había hecho cargo de los gastos médicos, pero era evidente, una chica con un bebé a cargo no podía regresar al colegio. Lo habían intentado, había hecho todo lo posible pero entre el Wizengamot y los padres que controlaban el colegio decidieron que no era bueno no solo una criatura sino una criatura embarazada y ni hablar de una criatura con cria. Así fue como ella fue a parar a San Mungo, 4 días sola... la única compañía siendo un cuervo que reconocía como Raax, el cuervo de Trix.

Al menos sabía que los pocos amigos que tenía sabían donde encontrarla, sabrían que estaría aquí de seguro.


El séptimo día fue terrible. Y terrible no llegaba a cubrir la sensación. La primer reacción fe sentir que su cadera se salía de lugar, el dolor era tan terrible que no entendía, no sabía que sentir. Su vientre parecía que quería desgarrarse desde dentro hacia fuera, y es que era pequeño, tan pequeño que no creía que pudiera causar tanto dolor, pero su cuerpo luchaba por no perder la forma, las plumas trataban de salir por sus poros, su cuerpo se arqueaba en un punto intermedio entre la criatura y la humana.

El grito no sabía si era un grasnido o solo un sonido desesperado. No sabía en que punto cambiaron al partero, un macho por una hembra, había sido mojada en medio del parto tratando de apagar las llamas que parecían cobrar vida entre sus manos que se aferraban al metal con fuerza. No era natural para este cuerpo, no imposible pero ciertamente no natural un parto como el de los que eran completamente humanos y dolía como un demonio. Aun no sabía porque nadie consideró decirle que podían abrirla y sacar a la niña de forma manual. ¿Acaso era el castigo por haber considerado reproducirse con un humano? ¿Era eso?

Aun en los hospitales el prejuicio ganaba por sobre todas las cosas y este era uno de esos momentos en los que realmente podía replantearse el tema de vivir entre magos y considerar irse a vivir como muggle.


Fueron 4 horas después del parto, recién entonces pudo ponerse de pie para dejar a Raax salir por la ventana para avisar que estaba bien y finalmente Madison Rose Eisenberg había llegado al mundo. Era tan pequeña, apenas un pollito con rizos platinos y un cuerpecillo rosado y arrugado. Parecía un monito sin pelo toda acurrucada boca abajo, con un pañal que parecía demasiado grande para ese diminuto cuerpo que cualquiera diría no debería existir, pero allí estaba. Maddy tenía unas mediecitas rosas que le había enviado Mama Mylenka a escondidas de Mama Ulrika como regalo a su única nieta y un sombrerito que ella le había tejido.

Y Louise... Louise por una vez estaba en su cuerpo.

Aun no comprendía su propia fisionomía, debería consultar con especialistas, pero se sentía radiante nuevamente. El cabello llegaba a sus muslos por no haber podido cortarlo ese día ni los anteriores, el vestido negro que solía usar cuando estaba en Heidelberg y la campera de cuero reforzado envolviendole como una segunda piel, el encanto de ella siendo aterrador al punto que solo se le permitía la entrada a mujeres en ese sector. Nadie diría que había dado luz hacía tan poco si no fuera por los gestos de dolor cada tanto y su mirada fija en la cuna donde Madison descansaría el siguiente día.

Nadie quería una veela dando vueltas por un hospital con hombres.

Hacia días que no había visto a Lou. Las reconstrucciones, las clases y las tareas a veces no permitían que nos viéramos demasiado, pero sabia que estaba en una semana clave para ella. Me preocupaba y me inquietaba. No estaba en el salón, no había señales de ella, y a medida que mi preocupación aumentaba mi humor empeoraba.

Había ido a ver a la directora unas horas antes de que llegara la noticia. Estaba furiosa. Había destrozado lo que tenia a mi alcance en el cuarto de Gryffindor, antes de armar mi mochila. Tenia que ir a San Mungo y no me importaba si me castigaban. Había gritado a Mcgonagall cuando me entere donde se encontraba. Había salido tan furiosa que la puerta se había cerrado tan fuerte que había retumbado. Había golpeado mi mano contra la gárgola en mi bajada y ahora me estaba yendo sin permiso a visitar a mi amiga.

¿Como demonios había permitido que me alejaran de ella de esa manera? Me sentía culpable. Y furiosa.

El viaje a San Mungo fue eterno. Bajo mi brazo había un conejo de tamaño extra grande que movía la nariz, las orejas y la cola cuando se le pasaba la mano por la barriga. Caminaba por los pasillos como un animal enjaulado hasta que llegue a su cuarto y me permitieron verla.

Allí estaba, sin sus inhibidores y bella como siempre. Mi mal humor se disipo en el instante en el que cruce el umbral de aquella puerta. Tal como la había visto en mi ultima visita a Alemania.

-Lou... - Aquel nombre había salido de mi boca en un susurro. Llena de alivio cruce la estancia para acercarme a ella y darle un abrazo fuerte - Siento no haber estado aquí...-

Me sentía culpable por ello. Me quite la mochila y se la entregue, llena de grageas, plumas azucaradas, pasteles de calabaza y ranas de chocolate como le gustaban a ella antes de acercarme con cuidado hacia donde se encontraba la infante. Un jadeo se escapo de mi garganta al verla, mientras las lagrimas surcaban mis mejillas.

Allí hermosa, pequeña y frágil estaba mi nueva y única sobrina. Deje el conejo al costado, antes de correr unos mechones de cabello rubio platino para verla.

-Es... increíble...- Me costaba pronunciar palabra alguna para describirla - Es hermosa... como tu...-

Me arrodillo frente a la cuna para observarla. Tan pequeña. Me sonrío sin poder apartar la vista de ella.

-Hola Mad... la Tía Solar te trajo un conejo...- Desvío la vista a Lou nuevamente - ¿Tu... estas bien...?-

Le pregunto seria, pero aun con la mano cerca de la sobrina.

Los brazos, delgados y cortos rodearon a la chica que no era tanto más alta que ella cuando se acercó a abrazarla. Su abrazo no fue tan fuerte como era habitual, luego de estar en trabajo de parto casi 13 horas no sabía de donde sacaba energía para estar despierta tras haber dormido no más que 3 horas. Pero es que no podía hacer otra cosa que mirarla, no podía despegar la mirada de ese pequeño cuerpecito que estaba sano como para vivir sin incubadora cosa que en si mismo no entendía, porque había sido tan poco tiempo, y era tan chiquita que el cuerpo de Louise apenas había mostrado signos de su gestación.

Sabía que sería como su padre, podía verlo en ese movimiento insistente con las manitos. El padre había sido una persona alegre, no como Emma, pero si era sano y testarudo, ¿cuantas veces habían peleado por tonterías como su seguridad? ¿Cuanto tardó ella en convencerle que estaba preparada para esto, que podía afrontar estar con él sin miedo? Era tan testarudo... A veces le daban ganas de tirarle cosas por la cabeza a ver si aprendía... de hecho, había sido solo unos meses, 6 meses que antes de la cena de navidad él le había dicho que quiza sería mejor que pasara de él y fuera con sus madres a Alemania... ella tomó un cenicero que tenía a mano y se lo había arrojado por la cabeza.

De hecho, aun se preguntaba de donde salió el cenicero ya que ninguno de los dos fumaba...

Rió por lo bajo al ver a Solaranielle agacharse para poder verla de cerca a la niña, toda arrugadita y rosadita pareciendo no más que un pollito.

"Los niños cuando nacen no son lindos, Sol... pero lo será, de eso no lo dudo." Comentó con una leve sonrisa viendo con orgullo y terror a la niña. Su responsabilidad, su pequeña. Hija de un padre muerto y una madre que no tenía futuro, que trataría por ella de balancear un trabajo, estudio y su cuidado y probablemente acabaría fallando en todos ellos. No importaba cuan inteligente fuera en realidad, pero sin estar en Hogwarts y solo pasando de vez en cuando no sabía si alcanzaría para poder hacer los deberes y no quería saber si conseguía trabajo... cosa que dudaba en el mundo mágico, ella era una criatura.

"Ya vinieron del ministerio para registrarla." Aclaró en referencia a la ascendencia de criatura que tenía la bebé.

Lo más triste es que fuera de Hogwarts solo era buena para dos cosas, quizá la tomaran como atendiente en algún bar ya que la única respuesta de trabajo que tuvo fue en Knocturn Alley que se ofrecieron a comprar ingredientes puros de veela. Se le estaban acabando las ideas y no deseaba regresar a... a donde pertenecía. Sabía que como pandillera le iría de maravilla, pero no quería correr el riesgo con Maddy tan pequeña.

"Ya tengo un lugar donde quedarme, quizá nos veamos en alguna clase..." Comentó antes de darse cuenta que ahora la otra rubia se dirigía a ella, sonriendo levemente. "Ahora entiendo la expresión de ‘esto es un parto’, me duele todo, estoy agotada y aun así no puedo dormir. Debo darle de comer cada dos horas, apenas tengo tiempo para respirar y los senos me duelen, aunque no lo parezca el pollito ese tiene mucha fuerza."

Fruncí el ceño cuando ella dijo que cuando nacían no eran lindos. ¿Como podía decir algo así viéndola frente a ella? Tan pequeña, tan perfecta y tan única. No podía apartar la mirada de su cuerpito mientras mis dedos recorrían sus sedosos cabellos platinos.

-¡Claro que es hermosa! - Le digo indignada - Mi sobrina es la mas linda, incluso mas que su madre... - Mi voz ahora sonaba embobada. Aquella criatura llenaba la sala de luz, mas aun que su propia madre. - No te preocupes por las clases, te ayudare con la tarea. Veremos alguna manera de que puedas terminar. Mientras tanto mis padres tienen oro en su bóveda, les enviare una lechuza para pedirles que te lo hagan llegar...-

Como siempre había estado en contacto con mis padres, les había contado de Louise y su familia de Veelas en Alemania. Había pasado varios veranos con ellas, ya que relativamente cerca estaba una de las comunidades donde solía quedarme. Recuerdo cuando las conocí, la fascinación que había sentido por ellas y la personalidad de Lou habían llamado mi atención tanto que me costaba alejarme de donde estaban aunque su belleza no funcionara conmigo.

-Puedes dormir si quieres, yo me encargare de cuidar a Mad... - Le digo sonriéndome nuevamente como boba - Nada le va a pasar mientras este con ella. Juro por mi vida que no voy a dejar que la lastimen...-

Y con eso no me refería solamente a cuidarla ahora, sino a siempre. No iba a permitir que ella sufriera.

No pudo evitar reír por lo bajo ante la expresión de Solar, poniéndose de pie lentamente, un gesto de incomodidad en sus labios. Agradecía que la magia pudiera arreglar el desgarre con facilidad, pero eso no quitaba que sintiera la piel de sus partes tensa y sensible. Realmente esto era incómodo, pero al ver a Madison allí, todo su dolor e incomodidad valdría la pena, esto no era algo temporal, era un cambio permanente en su vida y valía cada segundo de los segundos.

"No te preocupes por el dinero, realmente puedo con esto, podré trabajar pronto así que regresamos a la carrera." Comentó divertida, con cuidado estirando las manos del otro lado de la cuna, realmente era solo un pollito por muy sana que le dijeran que estaba. Con cuidado la levantó, apoyándola contra su pecho para que no tuviera problemas de posición, el pañal definitivamente era enorme para el pequeño cuerpecillo.

"Ven, siéntate para cargarla. Y si comienza a patear, es normal, parece que realmente esta chiquitita tiene demasiada energía y fuerza, comienzo a creer que es hija mía." Bromeó observando el diminuto rostro. No importaba que fuera una semi veela, toda platina en la pelucilla que adornaba su cabeza y en el rosado de su piel tan luminosa que si apagaban las luces aun habría dos formas distintivas, la de la madre y la hija.

Esta pequeña tenía los rasgos de su padre y unos piececillos grandes, definitivamente sería mucho más alta que el tamaño lástima de la madre y unos ojos probablemente más oscuros que esta. Rompería corazones con el tiempo, estaba segura.

"Yo... yo voy a dormir un poco. No podía dejar a Maddy sola..." Bostezó esperando para que Solar se acomodara para poder dejarle la niña entre sus brazos.

Fruncí el ceño cuando dice de ir a trabajar. No me agradaba aquella idea. ¿Con quien iba a dejar a la niña mientras trabajaba? No me importaba darle el dinero para mantenerlas, solo esperaba que no llevara a Mad con ella cuando fuese a trabajar.

-Ya discutiremos luego el tema del dinero...- 

Le digo seria, viendo como se acerca a la cuna y toma a la niña en brazos. Una sonrisa boba se dibuja en mi rostro al ver a mi amiga y su hija. Pero me pongo algo nerviosa cuando me dice de cargarla ¿Yo? ¿Cargarla? Me temblaban levemente las manos por la emoción y el miedo.

-Me da miedo cargarla... No quiero lastimarla...-

Le digo pero aun así me siento levemente temblorosa. Me alegraba de que no quisiera dejar a la niña sola. Pero ahora que estaba para cuidarla ella podía descansar. Esperaba que mi patosidad no fuese tan notoria ahora que iba a tenerla en brazos.

"Sh, tranquila. Ten cuidado con su cabecita que le pesa. Sostenla con cuidado y aquí vamos..." Susurró acomodando a la niña en los brazos de Solar. Realmente era como decía, tan pequeña que parecía un pollito mojado, todo arrugadito y rosado. La expresión de la platina era de una persona agotada, realmente no había dormido mucho, especialmente cuando abrieron de la nada la puerta de su habitación, una sanadora del ministerio certificando el nacimiento de Madison como si fuera un caballo salvaje que debía controlarse y regularse.

Realmente nunca había dado importancia a las leyes de regulación, ella era Alemana y si bien pasaba casi todo el año en Escocia y algunos días en Inglaterra, las leyes eran ligeramente más laxas cuando se trataba de extranjeros que solo venían a estudiar. Cuando se trataba de otros que se planeaban en quedar era otro tema y en este caso, Madison había nacido en Inglaterra y por ende tenía una doble nacionalidad gestándose, una Inglesa por naturalidad haciendo que Louise fuera por obligación del gobierno ahora parte de las tierras Bretanas y por el otro Madison Alemana por derecho de Madre.

Esto era realmente complicado, no quería esta vida para Maddy, poco era lo que podía hacer ahora que no podía regresar al colegio.

"No te preocupes, tengo como conseguir dinero para cuidar bien de Madison, no deberías preocuparte tanto." comentó lentamente retrocediendo y sentándose en la cama antes de recostarse en esta sobre las sábanas, envuelta en su campera de cuero, lentamente encogiéndose adormilada. Dolía todo y la mitad del tiempo se había quedado mirando a Maddy como si temiera que alguien viniera a quitársela. "Me gustaría que fueras la madrina... pero creo que la ley nos tiene limitadas... pero tengo esperanza, si ella es considerada una criatura quizá no pongan peros..."

No estaba segura de que fuera suficientes chuches y quizas demasiadas no se, el caso que llegaba tarde tardisimo.
Entre llebando un oso de peluche banco que era la mitad de alto que yo y en el otro brazo una cesta de bebe como se le llamaba en el mundo muggle.
Llevaba pañales, sonajero, un par de chupetes, dos gorritos con muñequitas, un par de vestidos y distintas cosas de bebes ademas de una bolsa de chuches del tamaño de una botella de litro, mis padres lo habian pagado y Raax, que consegui colarlo debajo de mi jersey y un poco aplastado contra el oso, salio volando hasta posarse suavemente a los pies de la cama de Lou. Llebava una targeta de felicitacion en el pico.
Cuando llegue vi a Solar con Mini-Maddy en brazos sonrei y cuando iba a dar un grito de alegria literalmente me lo trage al ver a Lou durmiendo asi que me acerque a donde estaba Solar levante el osito para que lo viese, como si no se viera suficiente, lo deje al lado junto con la cesta y me abalance encima de Mini-Maddy.
Le di un besito en la frente a Mini y cuando levante la cabeza hice seña de silencio con el dedo en los labios a Raax para que no graznase.
-Que preciosidad Mini-Maddy, Siento haber tardado mi madre no se cansaba de comprar cosas y de decir que si pueden venir a verla, que si Lou necesita lo que sea, que si la niña esto y lo otro madre. No creo que se emocionase tanto cuando me tuvo
Sonrei a Solar -¿Como esta Lou?

Estaba intentando escuchar lo que me decía Lou acerca de la niña, pero en todo lo que podía pensar en estos momentos es en la pequeña que estaba en mis brazos. Cálida. Suave. Pura. Mis ojos volvieron a llenarse de lagrimas.

Sentía pena por el padre que no iba a conocer. Miedo por la madre joven e impulsiva que tenia. Miedo por no poder estar al lado de las dos para protegerlas. En este momento agradecía la maldición con la que cargaba. Mi fuerza era para protegerla de todo daño.

Me sonrío como una boba cuando me dice de ser la madrina. ¿Yo? ¿Su madrina? Era algo que jamas hubiese esperado.

-Te juro que aunque no sea tu madrina... prometo siempre estar a tu lado y dar mi vida para protegerte...-

Le susurre a la bebe, apoyando mi frente sobre la de ella unos instantes. Iba a hacer todo a mi alcance para que no les faltara nada.

La puerta se abre y dejo escapar un gruñido amenazador, pero me quedo en silencio cuando la veo aparecer a Trix con todos los regalos. Me sentía reacia a que cualquier persona tocara a Mad.

-Lou esta cansada... No había dormido casi, por eso aprovecho para descansar cuando yo llegue, ya que había alguien que cuidara a la pequeña...-

Le digo en un susurro apenas audible. No quería despertar a Lou que finalmente se había ido a dormir.

Coji a Raax con las dos manos y le acerque a donde Solar estaba con mini-Maddy para que el pudiera verla.
La miro con un ojo y despues giro la cabeza para mirarla con el otro, estiro el cuello para verla mejor y despues lo volvi a enconger.
-Despues ya te explicare que hay que cuidar mucho a Mini. Le di un beso en la cabeza y volvi a dejarlo a los pies de la cama de Lou, donde seguro habia estado todos esos dias.
-Solar, ¿puedo cogerla un poquito, porfi?
-Ais los vestido que hemos comprado le quedaran grandes pero seguro que en un par de meses ya los puede usar
Solo miraba a Mini-Maddy era como si no existiese nada mas en ese momento. Era tan chituitita, hermosa, dulce y perfecta.

Me sentía algo incomoda de tener que dejarla. La apreté unos instantes contra mi, pensando que estaba siendo ridícula, pues Trix era mi amiga, pero no quería que nadie mas tocara a Mad. Completamente reacia y con cuidado le entregue a la niña para que la pudiera cargar.

-Ten cuidado... - 

Le digo tal vez un poco desesperada. Era la primera vez que había tenido un niño así en brazos y me daba miedo que algo le pasara. Me puse de pie para dejarla sentarse, no sin echar una mirada a Lou ahora que se había acostado. Me acerque a las mantas de la cama y la cubrí con ella para que pudiera descansar de manera mas cómoda, antes de volver al lado de Mad.

Sonrei cuando Solar me dijo "Ten cuidado" -¿El primer bebe que coges Solar?
Le estaba tocando la naricilla con el dedo, desde la frente hasta la puntita y haciendole monerias a Mini-Maddy y esta hacia algo asi como una sonrisa, demasiado pequeña aun para sonreir pero poco a poco aprenderia y era importante que sonriese. Era muy importante tal y como estaba las cosas que ella aprendiese desde pequeña lo que era la felicidad.
-Sabes que cuando tengas una semana voy a comerter tus piececitos y la barrigola, siiiiii, la tripota entera
Iba haciendole caricias a medida que le contada las tonterias y parecia encantarle, claro como a todos los bebes.

-Pues si... es la primera... y es mi sobrina... y me cuesta un poco dejar que otros la toquen...-

Le digo abriendo y cerrando las manos por la ansiedad. Era difícil dejarla en manos de otro cuando Lou me la había confiado para ir a dormir. Sabia que Trix no le haría daño pero era difícil de explicar a mi cabeza eso. Solamente pensaba en mantenerla en mis brazos para que nadie mas la tocara. Respire profundo varias veces, antes de acuclillarme frente a Trix, un poco separada con la vista fija en la pequeña. Por ahora se la dejaría, pero si escuchaba el mas leve quejido de Mad, volvería conmigo.

-Si te veo ansiosa -sonrei a Solar -Tranquila yo tambien la considero una sobrina pero no te preocupes tu seras quien la eduque y yo quien la mal crie pero las dos cuidaremos de ella, hasta Raax cuidara de ella. Fijate Solar, no se mueve de los pies de la cama de Lou, es muy listo el pequeñajo.
Era cierto no se separo de Lou desde que habiamos entrado nada mas que el momento en que yo le coji para enseñarle a Maddy, y la habia mirado con atencion, para no olvidarla.
Por todos era sabido que los cuervos eran muy inteligentes pero de verdad que Raax me asombraba.
Me puse de pie -Sientate, coje a Maddy, no te pongas nerviosa.
Sonrei a Solar y antes de darsela le di un beso en la frente a la enanita y le hice cosquillas con los pelos en la cara, cosa que como no, tambien le hizo gracia.

Meneo la cabeza. Estaba bien, todavía podía tenerla. Tenia que aprender a dejar que los demás la tocaran ya que no era únicamente mía. Aunque me costaba bastante.

-Esta bien, tengo que aprender a compartirla...-

Me mantuve en mi pose, mientras la observaba. A Mad le gustaba estar con ella. Trix tenia toda la gracia y el encanto que a mi me faltaba. Digamos que entre ella y su madre iban a poder malcriarla tal como ella había dicho y yo me encargaría de velar su sueño. Así eran los roles que íbamos a tener a partir de ahora con esta pequeña.

-Bueno solo 5 minutos masmire a los lados y vi una mesa camilla alli cerca -Sabes cambiar un pañal, porque desde luego alguien tiene pastel. Vamos a cambiarte el pañal Mini-Maddy
Me fui hacia la camilla -Solar porfi habre las cesta que hay de todo y dame un pañal, toallitas y la cremita.
despues volvi a rigarme hacia Maddy -AAAAAAAAAAAA voy a comete la triporta, toda la tripota.
Jugaba con ella mientras la deje con cuidado en la mesa camilla y comenze a cambiarle el pañal. Lo habia hecho unas cuantas veces y deberia coger practica para ayudar a Lou con Maddy cuando pudieramos

La niña se había reido durante todo el rato en que era cambiada, sin embargo al poco de que ajustara el pañal en su lugar comenzó a succionar su manito y finalmente comenzó a llorar... con esos pulmones heredados de su madre evidentemente, porque ningún infante tenía derecho a ser tan ruidoso ni aunque tuviera hambre realmente.

Fue eso sin lugar a dudas lo que despertó a Louise con un sobresalto, los labios separados levemente y el terror en la mirada antes de notar de que se trataba, viendo a su hija en brazos de Trix... y si bien el sobresalto pasó ciertamente el terror no. Estaba perdida, sabía como darle pecho pero no tenía senos considerables y dolía, la bebé estaba hambrienta siempre y se sentía rara en su propio cuerpo desde el parto. ¿Terror? ¿Quien necesita películas de terror? Ciertamente ella estaba lo suficientemente asustada por Madison como para compensar cualquier cosa.

Gimoteó, girando la cabeza para ver a Solar mientras con dificultad se sentaba, extendiendo los brazos en indicación de que le pasaran a la niña para la hora de la comida.

Valía la pena, se lo recordaba siempre, a veces costaba pensar en si era realmente así porque no sabía lo que estaba haciendo pero Madison era una bendición, eso era lo único que nunca dudaría. Si todo fallaba, lo único que importaba era la bebé.

"Hola Trix..." Susurró aun adormilada entre el vestido, la campera de cuero, la manta y el mal aliento de no poder cepillarse adecuadamente los dientes, pero aun así, el esplendor de veela estaba presente. Un esplendor de una criatura que para muchos era considerada oscura por su capacidad de atraer a la gente al lado más oscuro de la vida en un torbellino de seducción.

-Hola preciosasonrei y me acerque dandole a Maddy. Le di undulce y calido beso en la mejilla y luego le hice una caricia acompñada de una sonrisa.
En cuanto cogio a Maddy, fui a las otras camas de la habitacion que estaba vacia y coji 3 almohadas. Volvi a la cama y puse una a cada lado de Lou y Maddy y otra debajo del brazo en que Lou sujetaba a la niña.
-Se lo vi hacer a mi abuela con una de las vecinas, es para que no te canses con los brazos y ademas si alguna vez estas sola y te quedas dormida la niña no se caera porque las almohadas la sujetan
Despues me sente a los pies de la cama al lado de Raax y este salto a mis piernas y de ahi a la cabecera de la cama para ver a Maddy.
Miro a Lou como si le pidiese permiso para estar ahi y despues volvio a observar a Maddy con mucha atencion.

Me acerque a la cama quedándome al lado en la cabecera para vigilarlas. Me sentía tensa todavía. Me estaba costando adaptarme a esto. Sin embargo, iba a intentar el no sentirme así de furiosa cuando alguien mas tocara a la pequeña. Sabia que Lou no había podido dormir demasiado y eso no me agradaba. Tenia que descansar por que sino no estaría en condiciones de cuidar a la niña.

Igual no me importaba demasiado. Entre mis gritos a McGonagall había dicho que me quedaría con Louise hasta que ella pudiera salir del hospital y eso haría. No iba a dejarla allí sola con la niña sin que nadie pudiera acompañarla. Tampoco podía alejarme de Mad. Por algún motivo tenia esa necesidad imperiosa de quedarme a su lado.

Apenas entendió lo que le decía, pero comprendió el concepto al sentir que su brazo descansaba sobre algo mullido, la niña que sana y todo era apenas un polluelo por su tamaño descansando con sus manitos contra el pecho de Louise mientras emitía quejidos.

La platina se movió con dificultad para quitarse parte de la campera y liberar un hombro antes de pedir ayuda a Solar para que le desabrochara la espalda del vestido y así poder bajarlo. No tenía sostén maternal, no había tiempo ni siquiera había pensado que lo necesitaría, misma razón por la que le pidió a Solar que desabrochara también el sostén que llevaba puesto antes de acercar a la niña que en cuanto sintió el calor de la piel desnuda comenzó a abrir y cerrar la boca pidiendo alimento, agradecía desde el fondo de su corazón carecer de ciertas inhibiciones.

El momento en que se prendió hizo un ligero gesto de dolor. Era la segunda vez que amamantaba y aun la sensación era incómoda, pero suponía que con el tiempo se adaptaría igual que todo.

"Trix, Gracias por venir, pero, ¿no tienes clases? Tu también, Sol..." Sonrió levemente a ambas, un viento inexplicable despeinandola y haciéndola bufar con cierta frustración. Hacía mucho que no estaba en un modo completo de veela por lo que se sentía raro y descontrolado de momento.

Debía acomodarse, y podían ponerle la firma que cuando Maddy terminara ella iría al baño, su vejiga reclamaba atención.

Alzó los ojos para ver al cuervo que le observaba, silbando bajo e invitándole a acercarse un poco más.

Raax la obedecio y se acerco un poco mas
-Nosotras clase. Creo que no, no de hecho yo no vuelvo a tener clase hasta el lunes y me parece que Solar tenia 15 dias libres. Aaron nos pasara los apuntes
Era evidente que mentia pero que se le iba a hacer pensaba saltar las clases de estos dias hasta el lunes ademas me habia coincidido genial porque no tenia herbologia ni criaturas, que ya las habiamos dado.
Asi que pensaba quedarme con ellas hasta el lunes
-Por cierto Mirna pregunta si puede venir a verte al hospital o si prefieres que vaya a verte cuando esteis instaladas.La cesta es departe de los tres.Mirna, Jeicov y mia, el oso es cosa mia.Ademas veo que no tienes suje de maternidad, si me dices la talla llamo a mi madre para que vaya comprarte un par de ellos ahora mismo. estaba de compras por Londres muggle y estara encantada ¿si?

Ayude a que Lou se desvistiera un poco para dar de comer a Mad. No escuchaba demasiado lo que decían por que mi atención estaba en esa pequeña criaturita que ella tenia en sus brazos, hambrienta ahora. Pero fruncí el ceño cuando pregunto lo de las clases. ¿De verdad creía que me iría a clases?

-No voy a ir a clases hasta que estés instalada... ya se lo dije a la Directora...-

Le digo seria e inflexible. No había punto de discusión en eso. No importaba lo que me perdiese luego pediría a alguien que me ayude o me pasara las cosas, yo iba a quedarme a su lado hasta que viera que estaba sana y salva.

Frunció el ceño suavemente, finalmente la niña había dejado de moverse y parecía felizmente prendada de su seno, mirando a la madre con grandes ojos curiosos tan parecidos a los que le devolvían la mirada aunque no eran el color correcto. Un pequeño milagro en una ciudad oscura...

Con un dedo acarició la mejilla de la pequeña.

"Deja de gastar dinero en mi, Trix, no soy un caso de caridad. Tengo lo que necesito y ya me regalaste casi todo lo que puedo llegar a necesitar, el resto son comodidades, no necesidades. Dile a tu madre que puede venir a verme al departamentos... mañana ya nos dan el alta." Explicó seria y tajante al respecto. Le enfurecía el hecho de que la trataran como si ella no fuera capaz de cuidar de Madison, si, era joven, si, no podía regresar al colegio donde había estado cómoda y protegida por 6 años de su vida, donde sus amigos habían luchado y muerto, no podía hacer tantas cosas, pero ella lo que necesitaba no era que le dieran cosas materiales...

Lo que necesitaba era que le dijeran que estaría todo bien, que no había cometido un error no solo de tener a la niña sino de decidir retenerla a su lado. Una parte de ella le decía que lo hacía por Gaspard Green, el hombre que le robó aliento hacía ya un tiempo. Sin embargo, otra voz en el fondo de su mente le decía que lo hacía porque era egoísta... ahora estaba Maddy con ella, no volvería a estar sola nunca, porque ahora alguien dependía de ella.

Algo de cierto había en todo, quizá se estaba equivocando y ella no podía darle a la niña lo que merecía, el hecho de que no había podido comprar la mitad de las cosas necesarias aun era evidente, aun con la canasta que MacGonagall había dejado invitándole a ir al colegio para presentar a los profesores a la pequeña.

"Lo siento, estoy distraída, debo estar cansada aun... y a mi no me engañas, Sol... esa cara me dice que le gritaste a alguien en lugar de pedir permiso." Declaró con una sonrisa adormilada tratando de volver a concentrarse en la succión de Mad.

El alta... por primera vez en el ‘nuevo hogar’ aunque no estaba lista, Mad tampoco lo estaba... eso era lo malo del ente regulador de las Criaturas Mágicas...

-Solar coge a la nena para que Lou duerma otro rato, tienes que sacarle el aire para que luego no le duela la tripa.Si no sabes como ahora te digo
Comence a retirar las almohadas para ayudar a Lou a ponerse comoda para volver a dormir otro rato.
-Respecto a ti Lou, no hagas que te robe un sujetador porfavor, vete acostumbrandote a las embarazadas y a las mamas primerizas se las malcria y como yo de tu embarazo digamos que no me entere tengo que malcriarte el doble, asi que ve acostumbrandote
Ayude a Lou a tubarse despues de Solar cogiera a Maddy y le hice seña a Raax para que se pusiese a los pies de la cama.

Dejo escapar un bufido mientras tomo a Mad en brazos. Apoyándola contra mi hombro y golpeando levemente su espalda. Me imaginaba lo que estaba pensando Louise acerca de los regalos, y la realidad es que me importaba muy poco lo que pensara.

-Por supuesto que grite a Mcgonagall... Se suponía que yo debía acompañarte y cuidarte. Si tuviera pelotas Mama Ulrika y Mama Mylenka me las cortarían por haberte dejado sola. Ella debería haberme avisado que te habían llevado al hospital para que fuéramos juntas. No necesitaba pedirle permiso, hay cosas que son mas importantes...- Acomodo a Mad en mis brazos después de que hace provecho, sonriéndome satisfecha, para que se preparara para dormir - Nadie dice que sea un caso de caridad, tienes que aprender la diferencia de eso Louise. Nadie te da las cosas por lastima, si alguien e las da es por que te dan un obsequio el cual queda mal que no aceptes. No confundas la lastima con la amistad...-

Le digo en tono duro y serio. Odiaba la lastima. Estaba acostumbrada a que me miraran con lastima cuando veían las marcas que tenia en mi cuerpo y por ser un lobo. Detestaba esas miradas, no podía soportarlas. Y jamas había hecho las cosas por lastima, no iba a comenzar ahora con mi amiga y mi sobrina.