-Nightmare Before Christmas-{Invitados}

No me gusta llevar trajes. En realidad no me gusta llevar ropa, pero al parecer a un grupo de tarados les pareció que ir desnudo por la calle no es "correcto".
Vaya gilipollas.

Pero bueno, dije etiqueta y etiqueta será.
Terminé de colocarme la chaqueta y tras una última mirada al espejo *Tan sexy como siempre* salí de mi habitación y me dirigí al gran salón de la mansión.
Nott Hall siempre había sido enorme, enorme y fría. Pero incluso ahora que mi padre no estaba ni volvería a estarlo , la mansión seguía siendo una tumba.
Había ordenado cambiar todo el mobiliario, la mayoría de los elementos oscuros o negros habían sido sacados de la casa, y de alguna manera todo estaba mucho más iluminado y agradable de lo que había sido mi "hogar" durante toda mi vida.

La mesa de comedor estaba ya lista con los sitios para los comensales que habían sido invitados, y a los que me habían obligado.
Con suerte, Parkinson se tiraría a Weasley en el cuarto de las escobas, o quizás Astoria se lo montaría con Broddick en la mesa de la cocina.
O yo con Belle cuando entrara por la puerta, todo son opciones.

Los elfos domésticos habían sacado todo el alcohol que había en la bodega de mi madre, para acabar con cualquier vestigio suyo...si hay que sacrificarse, nos sacrificamos.

Me apoyé en la enorme chimenea de mármol, viendo como fuera caía la nieve y cubría todo con una manta blanca.
Con suerte, no tardarían mucho y esto se transformaría en una pesadilla.

Me ajusto los guantes blancos, reviso mi sombrerito rojo y doy una última limpieza al vestido de chaqueta verde limón que he escogido para la noche. Papá me dijo que no tendría problemas en cuidar a Maddy, y quizás Jesse se pase por la casa un rato. O quizás venga; me sorprendería no encontrarlo en esta fiesta.

Ante las rejas de la entrada espera un elfo domestico con un corbatín navideño y una especie de taparabos bastante elegante, y me indica seguir hacia la entrada de aquella gran mansión. Por un segundo me estremezco, el recuerdo de la mansión Malfoy como una dentellada herida en mi cuerpo. Debo detenerme un minuto bajo la blanca nieve. También nevaba cuando me secuestraron...

Pero esta vez voy a mi voluntad. Atravieso el resto del camino hasta llegar al amplio salón, casi vacío excepto por Theodore.

-Feliz Navidad, Theo.- Saludo con una pequeña inclinación de la cabeza y una sonrisa. -¿Llego muy temprano?-

Tengo diez mil cosas que me compró mi madre que pueden catalogar como etiqueta. La mitad son negras y la mitad son verdes, también hay algunos vestidos azules marino, pero no demasiados. Se quejaba que con mi color de cabello no podía comprarme cosas color vino o rojo porque sí no me iba a ver horrible. Al final elijo un verde menos brillante que el día que fui al Fabric, pero igual de corto. Si le dijeran a mi padre, etiqueta son sólo las túnicas de gala, pero estamos hablando de Nott. Le vale un huevo que se ponga la gente mientras yo lleve "ropa interior bonita".

Llevo el mismo liguero de la última vez, y sigo insistiendo en que esas cosas son una tortura medieval..., pero ah, con lo bien que se ven. Zapatos de tacón muy alto, un abrigo negro en la mano y... Creo que está todo; ah, no, faltan los guantes, un par negro que no uso desde el funeral, sea lo que sea se ven muy bien. Mi padre ha aceptado quedarse con Lara porque yo no voy a llevar a una embarazada (a la que además tendré que cuidar) a algo que según mis instintos, no va a acabar demasiado bien. Estamos hablando de una fiesta organizada por Nott.

Así que llegó quizá demasiado temprano, pero no quiero encontrarme todo empezado y a Parkinson ya borracha. Porque sí mi teoría es cierta, la mujer va a entablar una relación con una botella de alcohol. Así que al llegar me encuentro a los elfos domésticos de etiqueta incluso... (¡Pensar que en mi casa sólo hay uno!). Afuera cae nieve y es difícil que pueda volver a casa más tarde. Bah, de todos modos no planeaba volver hasta la mañana siguiente, necesito desembarazarme de Lara, de hacer de niñera, de intentar sacarle emociones de donde las tenga... Y de pensar en mi hermano. ¿Sabía o no sabía que Lara estaba esperando un hijo? Ella asegura que no, pero entonces, ¿por que huyó?

De todos modos no es momento para pensar eso y en cuento llegó al salón y descubro que Theodore Nott es capaz de usar trajes y que Luna ya está allí, sonrío. Hay que admitir que Luna tiene estilo y que a Theo el traje le queda demasiado bien.

—Hola, Luna... Theo —saludo, dirigiéndola una sonrisa a ambos—. Creí que sería la primera...

Llegó con sus tacos altos, el vestido negro ajustado y las muchas pulseras que resonaban y adornaban de forma sutil su figura. Era alguien de ‘etiqueta’ sin lugar a dudas... esa pose arrogante y autosuperada que muchos no comprenderían pero le daba igual ya que era parte de si misma, esa vanidosa sensación que le recorría cuando llamaba la atención de alguien.

No se gastó en ser disimulada, solo al entrar le pasó la botella de Absenta a quien tuviera cara de ser ‘parte de la casa’. No hablaría sobre las pastillas que escondía en su escote tras el vestido, pero allí estaban, prácticamente el equipo se las había metido (Lo cual incluyó mucho toqueteo que sospechaba era innecesario) entre los senos.

No llevó abrigo, no llevó cartera, a veces se sentía como prostituta trabajando, pero era realmente lo más cómodo, especialmente porque así si tenía que huir de la fiesta no tendría riesgos de dejar nada detrás.

Niniel se había quedado en la casa y ella en realidad estaba cansada, el entrenamiento cada vez estaba más pesado y la verdad que le dolía la espalda y los brazos, necesitaría algo para aflojarse un poco.

"Buenas noches." Saludó al acercarse al grupo que estaba comenzando a formarse. "Lo siento, no sé a quien debo agradecer la invitación..."

Foto? :

Vestido color rojo y labios del mismo color. Parezco puta y no me importa. Discutí con mi madre antes de salir de casa porque dice que ando dejando mi dignidad en los rincones, pero no me importa, es navidad y quiero divertirme. Narcissa Malfoy está convencida de que pasaré la noche con mi madre para no dejarla sola, mi madre no sabe a donde voy, pero tiene una idea. "PUTA", es la última palabra que le oigo gritar antes de salir por la puerta, al calor del enojo y la rabia y esbozo una sonrisa torcida. Si ella supiera. Si ella supiera. Puta es la palabra que mejor me queda. El vestido es demasiado ajustado, los tacones demasiado altos, el cabello suelto y casi sin peinar, los labios rojo oscuro y los ojos pintados.

Nadie me quiere en esa fiesta y creo que interiormente Nott quería que declinara la invitación, pero no voy a darle ese gusto. Si tiene alcohol, yo le ayudo a bajar sus reservas al mínimo; ponerme borracha para aguantar la navidad es la idea. Llevo un abrigo negro porque hace frío, pero que probablemente no me ponga, guantes negros hasta el codo nada más para darme el gusto de quitarmelos mirando fijamente a cualquiera que se quede mirando mis pechos. No es necesario enseñar nada si no quieres, basta con bajarte un guante con la lentitud esperada, el gesto correcto y con los dientes.

Sin embargo, cuando llego descubro que la fiesta aun no empieza y me encuentro con los odiosos invitados de Nott. Lovegood es la primera... he oído que se lleva bien con Poulain, seguramente por eso está allí. Poulain, por supuesto, que va como puta y no le queda. Y la rubia a la que no conozco que nos supera a las tres. Exceptuando a Lunática Lovegood, ¿qué es esto? ¿La competencia de la más puta?

-Vaya, vaya, yo que pensaría que ya habían empezado la fiesta... -me acerco a Nott un poco, lo suficiente como para que Poulain desee matarme-. Oh, vamos, sabes por lo que vine aquí, quiero el mejor whisky de fuego que tengas.

Por tercera vez se "apareció" cerca de la casa de los Nott, ya que aún no se decidía a acercarse. Había visto entrar puras chicas hasta ahora. Dos sly, entre ellas Parkinson, una chica que había visto entre los alumnos de Durmstrang y, aún no sabía si le causaba sorpresa o tomarlo como algo típico en ella, Luna.

Teniendo en cuenta que Nott lo había invitado a él, no resultaba tan extraño.

-Al carajo.- Se dijo, dándose la vuelta para volver a "desaparecer", pero no lo hizo. Hermione iba a estar allí. No habían vuelto a hablar desde la última vez, ni siquiera habían coincidido mucho en la sala común puesto que pasaba más noches en la habitación de Lynnea que en su propia cama. El no iba a pedirle perdón por llevarse la varita, ella no iba a disculparse por haberse vuelto loca, ni haberse acostado con Malfoy y con Greengrass. Y aún así... No podía dejar de quererla, y querer protegerla.

-Las cosas que me haces hacer...- Murmuró para sus adentros, volviendo a encaminarse hacia la mansión. Ignoró a los elfos, e intentó no mirar todo el aspecto de lujo de aquel lugar. Ya podía escucharlos burlarse de su propia casa, intentar hacerlo enojar. Los ignoraría... O no lograría pasar la noche sin intentar incendiarlos.

Su mirada pasó por la sala, sabiéndose el foco de las miradas por lo discordante de su presencia. -Feliz Navidad.-

Decidí que si Theodore Nott decía "De etiqueta", había que ir a esa fiesta.
Pase media hora recorriendo mi vestidor y buscando un vestido bonito para la ocasión, hasta que encontré medio escondido un vestido negro con lentejuelas verdes y plateadas desde la cintura al pecho,  largo hasta el suelo con tirantes sobre los brazos y escotado en forma de corazón,  se ajustaba a mi figura perfectamente pero tampoco me hacía parecer una buscona, o Pansy Parkinson.
Después de arreglarme, baje las escaleras de la mansión y fui a la cocina, robando una de las botellas antiguas y más valiosas de Whisky envejecido de Ogden que mi padre guardaba celosamente, le puse un lazo rojo y volví a subir
Y sin darle tiempo a mis padres para que me preguntaran que a donde se supone que iba, ya que era la "Gran Cena de Navidad", tomé mi abrigo y salí por la puerta, desapareciendo en la noche.

Poco después, me encontraba delante de la puerta de la mansión Nott, iluminada por las luces que salían del interior y de los focos que habían sido colocados a lo largo del camino de entrada.
Joder, había hasta muérdago y acebo. Y elfos disfrazados con ropajes navideños, ¿seguro que este era el Nott que yo conocía?
Unas cuantas stripers vestidas de "Sexy Mama Noel" habían sido más lógicas teniendo en cuenta que hablábamos de Theodore Nott.
Un elfo disfrazado de...del elfo de Santa Claus, me abrió la puerta antes de que llamara, tomó mi abrigo y desapareció.

Ya había llegado bastante gente, y esa gente iba a ser los ingredientes de una fiesta que podía ser totalmente explosiva, ¿Parkinson arrimandose a Nott con Belle al lado? ¿Louise? ¿Luna? ¿WEASLEY? Estabamos perdidos.

-Feliz Navidad a todos-*Menos a Pansy, que se pudra* Sonreí entrando en la sala, observé unos instantes los grupos que se estaban formando poco a poco y decidí acercarme a Nott, entregándole la botella de Whisky-No se en que estaba pensando para regalarle a Theodore Nott una botella de alcohol-Sonreí y admiré el vestido de Belle, que si mal no recordaba, era el mismo que llevaba el día de Fabrik. Theo estaba que babeaba con ella, con suerte no se lo montarían antes del postre.
Parkinson había decidido ir tan zorra como siempre, pero se estaba acercando a Nott demasiado...Belle le iba a saltar al cuello si se pasaba de la raya...Y luego estaba Luna, que se veía genial con su sombrero rojo, iba con ella.
Louise estaba tan guapa como siempre, comprobé con envidia lo bien que lucía con el vestido que llevaba. Estupidas y sensuales veelas.

Y luego estaba Ronald Weasley, que parecía estar más fuera de lugar que un tiburón en el desierto.
-¿Hay alguna razón para que esté aquí? ¿Acaso está Hermione Granger?-Comenté en voz baja, era extraño que Ronald se presentara en la mansión de Nott, casi parecía una broma. De cualquier manera, decidí acercarme al hombre. Era navidad ¿no?

-Hola, Weasley-¿Debía llamarle Ronald? Intenté sonreír mientras buscaba algún tema de conversación inteligente-Emmm...Feliz navidad...¿Ha llegado Hermione ya?-Sonreí ligeramente y miré a Nott como diciendo "Saca las malditas bebidas antes de que nos matemos o alguien haga el primer movimiento estúpido"

"Recién llego." Anunció una cierta voz desde la puerta de entrada, optando por llegar con el carro muggle que aun poseía de sus padres.

Había sido larga la decisión, muy difícil, pero finalmente decidió ir al remate de la casa y los automóviles de su familia y reclamarlos como herencia, tan difícil que aun todo le era borroso, todo era demasiado irreal para aceptar que su familia se había ido y no regresaría nunca más. Aun así, le puso la frente en solitario, ya demasiado perdida como para saber en quien confiar y en quien no. Solo hizo lo que debía, firmó los papeles y se marchó a su nueva residencia: La casa Granger.

Esa residencia sin embargo había sido puesta en venta, no tenía realmente dinero y esos que decían que el ministerio de magia les había pagado sumas importantes por lo que habían hecho estaba muy equivocado, y ciertamente no quería vivir de la caridad de Harry, debía conseguir un empleo rápido o estaría en la calle tan rápido que ni Quidditch podría decir. Quidditch se conseguiría un trabajo en ese área solo para hacer rabiar a Ron... si tan solo no le tuviera miedo a las alturas.

Bufó y sonrió, considerando todo probablemente Ron se sentiría orgulloso de ella por hacer algo que a él le gustara, ese chico le daría jaqueca un día de estos, aunque ¿que decía? ¡Ya le daba jaquecas!

Llegó con un largo vestido negro que se cruzaba mostrando su cintura y un tajo alto que dejaba sus muslo expuesto a cada paso, los tacos altos resonando, caminando con cuidado hasta la puerta y cruzándola a tiempo para escuchar a Astoria a quien le dedicó una sonrisa divertida, cierta complicidad en la intención hasta que vio a Ron, asintiendo con la cabeza, aun molesta porque hubiera quitado su varita. Era molesto, irritante, pero era su mejor amigo aun cuando Harry no podía con ella o no la entendía. Ella siempre estuvo para ellos y ellos estuvieron para ella, por algo eran el Trio de Oro.

Así que cuando pasó a su lado, tomó su mano disimuladamente y le dio un apretón en indicación de que seguía molesta pero esto no se había terminado, no iba a quebrar los lazos que compartían aunque no fueran los que ellos creían compartir hacía 2 años.

"Nott, gracias por la invitación, aunque sorpresiva." Comentó acercándose, recién notando a Parkinson, a Luna y... esa chica de Durmstrang que no recordaba el nombre.

Devolvió la sonrisa incómoda a Astoria, escuchando la voz de Hermione responder por él. Levantó la mirada hacia ella, la boca seca y con un nudo en la garganta al verla como iba vestida. Se le enrojecieron las orejas, y desvió la mirada de nuevo a Astoria, antes de sentir la mano de ella entre las suyas, con ese apretón suave. -Herms..- Empezó, pero ella ya se había alejado. Aspiró aire fuertemente, sintiéndose cada vez más ridículo.

-Lo siento, Feliz Navidad...- Dijo entonces a la castaña de Slytherin, intentando que pasara por alto el pequeño numerito que acababa de montar. -Creo que será una noche divertida.- Fingió media sonrisa, y su mirada buscó inmediatamente hacia alguna mesa donde hubiera bebidas.

En pocos minutos, Luna ya estaba en el lugar.
Solté una carcajada al ver su "Original" atuendo, era tan..."Luna". Pero en cierto modo, estaba radiante.
-¡Bienvenida! ¡Feliz Navidad, Luna!-¿Yo hablando así sin estar borracho? Algunos lo llaman espíritu navideño-¿Qué tal te están yendo las vacaci....?-En ese momento una figura "vestida" de verde, joder...si a eso se le pude considerar vestir...Joder joder joder....Belle. Me estaba atragantando con mi propia saliva, lo ha hecho a posta, se ha vestido así para que me la tire delante de todos...Esa mujer mágica estaba jugando con mi autocontrol, que lo tengo perdido....-Belle...te ves...joder-Mi mano en su cintura, para atraerla hacia mi clavando mis dedos en su piel y darle un beso cargado de deseo en los labios, y hacerle notar que se iba a enterar cuando acabara la cena.
-Desgraciadamente, eres la segunda...Feliz Navidad, Belle-Susurré con labios pegados a su oido.

No me había separado de ella cuando Pansy hizo su entrada. No puedo decir que mis ojos no se posaran durante unos instantes sobre su escote, pero joder...cualquier hombre lo habría hecho. Y joder, había otra rubia a la que no había visto entrar, y estaba realmente buena. REALMENTE.
-Yo soy el de la invitación...¿Louise?
Yo, dos rubias, una pelinegra y una pelirroja...parecía un sueño erótico...control Theo, control. Tenía que ser una broma.
Además de que Belle iba a matar a Pansy, o a mi, si la pelinegra seguía tocando donde no debía.
-Hola Pansy-Dije alejándome un poco, uniendo más mi cuerpo con el de Belle-Que raro, tu preguntando por el alcohol. Creo que esperaremos un poco hasta que todos lleguen.
Y ahí estaba Weasley, más perdido y cabreado que Draco en sus mejores días.
-Hola, Weasley-Dije secamente-Feliz navidad
Miré a Belle y sonreí, ¿Era navidad, no?

Astoria apareció por la puerta, al parecer todas las chicas se habían puesto de acuerdo para darnos a todos un ataque al corazón...Esto iba a acabar en orgía...no premeditada.
Le agradecí la botella y la aparté antes de que Pansy se la tragara, observando extrañado como Astoria hablaba con Weasley.
Y por último, hizo aparición Hermione Granger, que también se había propuesto matar a alguien. Draco hubiera disfrutado con esto, pero más lo estaba haciendo el pelirrojo.

Tras la mirada de Astoria de "Haz algo", un elfo doméstico se apresuró a traer botellas de cualquier bebida alcohólica de la despensa, suficiente para hacer que Bullstrode pareciera una silfide.
-No hay nada que agradecer, Granger-Sonreí-Feliz navidad
Tomé una de las botellas de Whisky más antiguas y la destapé, el corcho casi golpea a Weasley en la cabeza...ups.
-Bien, creo que podemos dar como inaugurada la fiesta de navidad más variopinta del mundo-Llené las copas de cristal que había en una bandeja en una de los aparadores y esperé a que todos tomaran una copa.
-Feliz navidad a todos, y espero que nadie mate a nadie esta noche. Prohibido montárselo sobre la mesa del comedor.-

Me quedo pegada a Theodore, sintiendo el contacto tan cercano, ese beso que acaba de pegarme y esa mirada que me dirigió como si nada más existiera en el mundo. Por alguna razón, Theodore me tiene en una nube y no pienso bajarme de allí. Sin embargo, la gente empieza a llegar y no puedo quedarme comodamente pegada a Theodore, porque seguro acabaremos montándola en la mesa del comedor. Aun así, paso la mano por su cintura cuando llega una chica de Durmstrang que me recuerda algo... algo... algo... Estoy intentando adivinar qué, pero quizá estaba demasiado borracha como para acordarme. Y luego, con todo su esplendor: Parkinson.

Pansy Parkinson que se acerca demasiado y, como siempre, pide alcohol.

—Que raro, Parkinson, estabamos haciendo apuestas sobre cuanto tardarías en demostrar tus intenciones de perder el conocimiento —le digo, con la voz cargada de veneno al detectar la cercanía con Theodore y una mirada de "que te pudras en el infierno"—. Pero has superado cualquier expectativa.

Después vuelvo a componer la sonrisa porque, totalmente fuera de lugar, un pelirrojo acaba de presentarse. ¿Cuánto tardará en salir huyendo ante lo que está a punto de desatarse allí? Medio le sonrió, porque todo el mundo lo está mirando como atracción de feria. También aparecer Hermione Granger, les dedico un asentimiento de cabeza, porque no los odio, pero tampoco entiendo qué demonios los lleva a meterse en el nido de las serpientes.

—Weasley... Granger... —sonrió quizá más ampliamente al ver a Astoria—. Hola, Astoria, ¿no vendrá tu hermana? —pregunto, con interés, porque hace tiempo que no veo a Daphne. Oí que ella y Parkinson se volvieron a pelear (para variar)—. Y sí, será una noche divertida... —recalco las palabras de Weasley.

Aunque no precisamente por lo que él cree. Me acerco a tomar una copa de las que Theo ha puesto a dispocisión y vuelvo a ponerme cerca de él, hasta poder murmurarle algo al oído.

—Espero que cumplas lo que prometes en tus cartas.

Después de pasar horas viendo cómo Belle se ponía y se quitaba ropa, decidí que tumbarme en su mullido colchón era una buena idea. Entre quejidos y refunfuños de desaprobación asomaba la cabeza para dar mi visto bueno o tirarle otro vestido para que se cambiara. Definitivamente la Sra Poulain se había encargado de que su hija tuviera un extenso vestidor. Después de escoger un vestido verde bastante corto y provocativo, sacó su lencería favorita y lo dejó todo cuidadosamente preparado. No habíamos tenido la conversación, pero lo cierto es que con mirarnos nos entendíamos. Le solté un comentario tipo "ya se ve hasta roído" y me hundí en el resto de telas que ella había despreciado.

Algo debía de haber para mí; si bien Astria hasta salía a comprar ampollas de Mandrágora con uno de estos modelos, yo jamás me había preocupado en tener alguno. Eran preciosos, sería hipócrita si lo negara. Uno de los pocos azules llamaron mi atención, se encontraba debajo del negro con brillos esmeraldas. Estiré la mano justo cuando el agua del baño empezó a resonar, sería Belle, me volteé y tiré de la tela con cuidado. Seguía encima del colchón, por lo que me incorporé sobre mis rodillas para poder observar mejor el vestido.

No recordaba que Belle se lo hubiera probado, pero estaba en el montón de los "hoy no". Por Merlín, ¿cuántos vestidos podían haber allí? De un salto puse mis pies descalzos sobre el suelo, notando el frío a la vez que la tela caía por completo, era verdaderamente hermoso. Me deshice del camisón lo más rápido que pude y traté de ponerme el vestido; y digo traté porque el maldito era jodidamente estrecho, no fue hasta tres minutos después cuando  me percaté de su cierre lateral. Justo en ese instante apareció la pelirroja destornillándose de risa, no era para menos. Lo dejé a un lado y decidí ducharme primero.

-Ve sin mí, con la hora que es llegaré tarde seguro.-me deshice de la ropa interior y correteé hacia la bañera.

Tras disfrutar del agua caliente salí percatándome de que Belle no se encontraba ya en la habitación. ¡Era imposible que fuera tan rápida! Mis ojos se posaron de nuevo en la tela azul marino por lo que me aseguré de estar bien seca y me deshice de la toalla. Tardé entre tres y cinco minutos en ponerme el vestido; después de sudar lo mío para conseguirlo, me acerqué al espejo. El vestido tenía unos tirantes gruesos que bajaban en un escote en V, dejando ver lo que Astria me había heredado; seguía siendo ceñido por la cintura y la cadera, empezando a soltarse justo a la altura del muslo en diversas capas de seda de diferentes cortes hasta llegar al suelo. Me encontraba, dicho mal y pronto, totalmente embutida. Me giré para ver cómo era por detrás, pudiendo disfrutar de la imagen de aquellas capas al vuelo: las tiras se unían en mi nuca, volviendo a separarse para formar un semicírculo que terminaba en la parte baja de mi espalda, dejándome ésta descubierta. ¿Cómo podía sentirme más desnuda así que sin el vestido? Agité la cabeza tratando de disipar esa idea y me dispuse a recogerme el pelo, seguramente sería lo que Belle me habría recomendado.

Algunos bucles me rozaban la espalda produciéndome cosquillas; labial rojo, un poco de sombra oscura, delineador, rimmel y...¡bragas!. ¿Dónde demonios estaban mis bragas? Me miré de nuevo en el espejo, era consciente de la imposibilidad de ponerme brasier, ¿pero de verdad había olvidado ponerme ropa interior? Y lo más importante: ¿cómo diablos iba a ponérmela ahora? La voz de Belle resonó en mi cabeza.

"Me siento orgullosa"

Me coloqué los tacones altos entre risas, como pude, y me puse los guantes igualmente; un último vistazo y...¡la hora! Llamé al elfo doméstico para rogarle que me apareciera en la Mansión Nott, me echó una mirada de desaprobación que tomé como cumplido y desaparecimos.

No había estado nunca allí, pero era tal y como la describía Poulain: "demasiado Nott hasta para él". La sala se encontraba cuidadosamente decorada, el amor le estaba sentando a Theo mejor de lo que pensaba.

-Feliz Navidad...-dije al entrar, dándole mi abrigo al elfo disfrazado de duende; sonrojándome al recordar que ni bragas llevaba.

"No es que pensara en darle utilidad de todas formas"

Avancé viendo a Theo, Belle y a Parkinson demasiado cerca; algo me decía que en cualquier momento servirían canapés de serpiente y foie. Me giré y vi a Granger con su impresionante vestido, ahora me sentía menos desnuda, si omitía lo de las bragas claro. Una rubia despampanante me secó la garganta durante unos segundos; no fue hasta que vi el sombrero rojo de Luna que pude articular palabra.

-Precioso...-me acerqué a abrazarla justo cuando algo naranja tras ella llamaba mi atención.

¿Ronald Bilius Weasley en una fiesta de Nott? No pude evitar sonreír al verle allí, justo detrás se encontraba Astoria con sus infinitas piernas. Le dediqué una media sonrisa a modo de saludo y me acerqué al pelirrojo.

-Te ves... ¿cómodo?-bromeé-Feliz Navidad Bilius-me acerqué a besar su mejilla y me coloqué justo al lado de Astoria, no quiera Morgana que la cierva apareza y me transforme en su cena.

Posé la mirada de nuevo sobre Isabelle y Pansy, las chispas ya estaban saltando y todos íbamos a arder, de una manera u otra.

Sonrío a cada uno de los que van llegando, inclinando mi cabeza graciosamente sin que el sombrerito, milagrosamente, cayera de mi cabeza. Acepto una de las copas que pasan en las bandejas que llevan los elfos, dando un sorbo al líquido burbujeante. Devuelvo el abrazo a Aria antes de verla desaparecer junto a Ronald y Astoria. Parece que por ahora la fiesta se formará en dos grupos: los que están con Theodore y los que estan con Ronald. Decido acercarme primero al anfitrión, ya veré en que grupo me adaptaré más.

-Sería curioso que alguien intentara matar a alguien hoy, sería como una novela de misterios intentar adivinar quién fue el asesino. ¿Quién creen que sería la victima?- Pregunto, con verdadera curiosidad. -Yo creo que hay tres opciones evidentes. Ronald, por ser la pieza discordante de la fiesta; Theodore, por ser el anfitrión; y Pansy, porque por la serie de miradas que acabo de notar no muchos te tienen agrado. Sin ofender, Pansy.- Digo con mi más sincera sonrisa.

Fue saludando a los que le saludaban con gestos un poco apáticos, aunque intentando no parecer tan pez fuera del agua. Cosa que era realmente difícil. Sólo cuando Aria le saludó pudo mostrar una sonrisa sarcástica pero más sincera.

-Tan cómodo como estaría en una silla de clavos...- Le respondió, sorprendiéndose del avance de ella en besarle la mejilla. -Feliz Navidad Aria. Te ves... muy bien.-

Miró a Astoria. -Tú también te ves bien.- Dijo, ahora sin saber que más decir.

Se cansó... se pudrió y super hartó. No estaba hecha para lidiar con este tedio. ¡Era demasiado tedioso todo esto! Necesitaba salir de aquí o divertirse, ¡Se miraban unos a otros como si estuvieran cagando, joder!

Y es que tenían una cara de constipación que le iban a sacar canas verdes y era muy joven para tener canas... No que con Niniel no fueran a salirle temprano, pero pensándolo, si sabía que esto iba a ser la fiesta, hubiera traído a Niniel y al menos estaría más tranquila sabiendo que su ‘hija’ estaba a salvo con ella.

Pero no, estaba aquí soportando al mono colorado observando a las gatas como si alguien estuviera a punto de soltarle en la guillotina, su... amada siendo una perra enojada que lo pasa de largo (o amor imposible o rechazo de momento o enferma mental porque la verdad que no sabía exactamente que era lo que ocurría ahí) y una joven rubia hablando sobre quien sería el muerto si alguien muriera aquí.

Suspiró resignada al hecho de que o hacía algo o mataba a todos en un arranque de aburrimiento, solo para quizá ver si era más divertido ser una psicópata.

Así que dejó la absenta en manos desconocidas con el aviso de ‘Recuerda quemarle azúcar’ mientras se movía a arrancar una botella de algo en manos ajenas y descorchar mientras caminaba a poner de eso que agradecería siempre: Música.

Aunque sea así podrían bailar y si no bailaba juraba que haría un striptease con tal de que hicieran fucking algo!

No necesitó que nadie dijera nada cuando la pelirroja le sacó de la mano la botella y le dejó la absenta en su lugar. Realmente esta gente debería sacarse el palo del culo de alguna forma.

Y si, Hermione Granger estaba irritada, mortalmente irritada. Como para no, si entre ese extraño secuestro que sufrió de parte de un ‘amigo’ que era evidente que era un mortífago, el largo día que había sufrido y el hecho de que Draco Malfoy parece que ella tenía razón y lo único que deseaba era meterse en sus pantalones, había desaparecido, sus días eran un asco.

Pero estaba bien, ahora tenía un nuevo objetivo lejos de las miradas acusadoras. Y es por eso que entre el mar de aburrimiento decidió seguir la guía de la otra chica y buscar cucharilla y chupitos para prepararse un par de shots. Necesitaría al alcohol si planeaba sobrevivir esta noche.

Alcohol. Eso es lo que necesito, así que me alejo de Poulain y sus miradas asesinas y lo demás para acercarme a donde circula la botella. Realmente ha llegado tanta gente indeseable que ya ni me molesto en dirigirles una mirada. Astoria, Hermione, la amiga de Poulain y Weasley, que desentona en todo el ambiente, además de la desconosida con vestido de puta. Me da todo igual, yo fui allí por alcohol y si quieren matarme y hacerme pedazos pueden hacerlo, cuando yo tenga alcohol en las venas.

Antes no. Así que acabo cerca de Hermione Granger que también parece desesperada por meterse tanto alcohol como pueda en las venas. No me gusta su pelo de escoba, su mojigatería, que se haya acostado con Draco y que se crea mejor que todo el mundo, pero no tengo ganas de soportar a los demás.

Quiero alcohol. Punto. No hay más.

-El whisky de fuego es lo más rápido para perder el conocimiento, si te interesa -acabo diciéndole a Granger; me encojo de hombros y alcanzo un poco porque necesito un shot, y unos hielos.

La fiesta tenía más pinta de funeral que de fiesta, se dijo el pelirrojo al ver como la gente parecía mirarse las caras e intentaba encontrar algo, lo que fuera, para hacer. Aquello, sin embargo, le hizo sonreír un poco. Al final resultaba que las "famosas fiestas" de Theodore Nott no eran más que reuniones incómodas donde todos parecían tener un palo metido en el culo.

La sonrisa desapareció en el instante que vio a Hermione dirigirse a la mesa de las bebidas, con botella en mano. Puso los ojos en blanco, antes de avanzar hacia ella con decisión, tomándola del brazo.

-Es muy pronto para que empieces con el licor. ¿Acaso has comido algo siquiera antes de venir?- Pasado el efecto de asombro por el aspecto de la castaña, pudo notar cierta palidez y delgadez evidente en ella.

Con un tirón seco se liberó del agarre, llevando la botella a sus labios en lugar de depositarla en la mesa como planeaba originalmente. No sabía que era eso pero estaba quemando de forma ardiente y era exactamente lo que deseaba en este minuto cuando miraba intensamente a Ron, clavándolo con su mirada.

"¿Que demonios te pasa? ¿Que te importa si comí o no comí?" Preguntó o más bien espetó asqueada de que Ron la tratara como a una niña. Parecía que el anfitrion se había quedado en su molde, quizá babeando la falda de Poulain, pero a ella le importaba bien poco lo que pasaría, a partir de ahora podrían irse todos al infierno por lo que le valía, no quería saber más nada de nadie.

Estaba cansada, desnutrida y destruida, las alegrías de ser Hermione Jane Granger estos días.

Las orejas del pelirrojo se encendieron peligrosamente ante el acto y la respuesta de Hermione.

-¿Que qué me importa?- Dijo, y le arrebató la botella de las manos, lanzándola hacia la chimenea donde pasó muy cerca de la cabeza de Theodore Nott antes de esparcir trozos de cristal y absenta. -¿Acaso te estás viendo a ti misma?-

Su mirada pasó a sus ojos, a sus brazos delgados, sin poder evitar llegó al escote y a la abertura al costado que mostraba su pierna de forma demasiado insinuante. Volvió a levantar la mirada, furioso.

-¡DEJA DE COMPORTARTE COMO UNA ADOLESCENTE MALCRIADA!- Espetó, volviendo a tomar su brazo. -Nos vamos, ahora. No tenemos nada que hacer aquí.-

-HEY-Grité al ver como un proyectil de contenido altamente valioso chocaba demasiado cerca de mi cabeza-¿CUAL ES TU PUTO PROBLEMA?
En dos zancadas estaba al lado del pelirrojo y Hermione Granger, con una mirada altamente peligrosa en la cara. ¿Quién me había mandado a mi invitar a esos dos desastres humanos?
-¡Weasley! Te invité para que te dejaras de ser un amargado y pusieras un poco de color a tu maldita vida, ¡si no quieres dejar de ser un idiota es tu problema, pero deja al resto en paz!-Solté el agarré de su mano del brazo de Hermione y tomando a la chica del hombro-No me extraña que nadie te soporte-Terminé mirando hacia el subnormal cornudo.

Empujé a Hermione hacia el comedor donde se serviría la cena, hice un gesto a uno de los elfos y despareció para ordenar que sirvieran la cena.
-Joder Granger, ya se que el pelirrojo de ahí fuera es un inutil, pero hay más peces en el mar, caramba-¿Yo dando consejos?...¿Y con solo una copa?-En fin...ya dije que podías quedarte a dormir, si quierías...buena suerte con ese.

Volví al salón y tras fulminar a Weasley con la mirada, volví al lado de Belle y la tomé por la cintura, acercando mis labios a su oido derecho.
-¿Sería muy maleducado desaparecer ambos de la fiesta?-Dije en un susurro divertido, mientras una de mis manos recorría su cintura-Supongo que si...


Con una sonría de medio lado, anuncié que podíamos pasar al comedor.
-Vale, antes de que nos matemos...por lo menos deberíamos comer algo-Dije-El comedor está ahí.
Con Belle junto a mi, caminé hasta el comedor donde la mesa ya resplandecía con la vajilla y las velas, lista para ser destrozada en cualquier batalla campal.
Me senté en la presidencia de la mesa cuando todos hubieron tomado lugar, y los elfos (que parecían hartos de sus disfraces) servían una crema de calabaza dulce.

¿Ella una adolescente? ¡El pelirrojo acababa de sacarle la maldita botella, la había arrojado por los aires y ella era la adolescente! ¡ERAN adolescentes! ¡ERAN UNOS MALDITOS ADOLESCENTES!
Y estuvo lista para gritarlo en su cara, sin importarle lo mucho que el color rojo había subido por el rostro del pelirrojo y que estaba hablando su preocupación por ella, solo quería estamparle esa cara contra el suelo para que se callara y dejara de juzgarla de una vez.

Siempre el juicio fácil, maldita sea. No podía seguir así, no quería seguir escuchando como él opinaba sobre que hacía o dejaba de hacer...

"¡No eres mi madre, Ron Weasley!" Gritó de regreso, sin llegar a acabar esa frase para sentir que era retirada del lugar por el mismo Theodore Nott que ahora creía que ella y Ron habían estado saliendo.

Respiró profundo una vez, luego dos, finalmente suspiró e inspiró tratando de contenerse antes de gritarle también a Nott en su maldita cara.

"Salía con Draco, no con Ron, para tu información, si tanto te preocupa." Bufó tratando de controlarse, sabiendo que era principalmente la herida que el deseo real de ahorcar al castaño hasta verle sus ojos saltones en un rostro azul falto de preciado oxígeno.

Invitar a Ron Weasley siempre fue una pésima idea y se nota cuando la botella se rompe demasiado cerca de nosotros, pero hay días en los que Theodore no se caracteriza por su brillantez, después de todo. La idea era tener una fiesta de navidad y allí estamos, intentando sacarnos los ojos por Pansy, que se apresura a ignorarnos e ir tras es el alcohol. Me quedo pegada a Theodore, realmente porque es el lugar en el que quiero estar en ese momento y porque es lo que hemos hecho todas las vacaciones, todo el tiempo que yo he estado evitando a Lorelaine y en decirle al mundo que voy a ser tía. En teoría lo sabe mi padre, Aria, Astoria, una desconsida... Quizá medio mundo.

La obviedad de todo el asunto es que somos adolescentes, que acabo de cumplir dieciocho una semana atrás y que no fuimos a una fiesta a portarnos bien. Estamos en la edad de no quedarnos con las ganas y romper todas las vajillas posibles si nos place, de divertirnos antes de que la vida real nos alcance y nos recuerde que tarde o temprano tendremos que ser un poco responsables.

Evito pronunciar palabra en ese momento porque realmente le dedicaría unas cuantas a Ron. Preocuparse por Hermione es una cosa, pero así sólo consigue parecer sus padre malhumorado; relajarse no le iría mal. Pero Theo vuelve a pegarse a mi cintura y le sonrío a él.

—Sí, he oído que se considera de mala educación, una lástima —medio sonrío, dandole un beso corto, apenas un pico antes de que pasemos al comedor, donde los elfos sirven algunas cosas. La pregunta realmente importante es: ¿cuánto tardaremos en empezar a lanzarnos los platos a la cabeza?

Si antes estaba rojo, ahora parecía casi brillar escarlata por las palabras de Hermione. La mirada que puso en Theodore no era nada agradable, puesto que se estaba resistiendo las ganas de ahorcar al dueño de la casa con sus propias manos. Se la llevó del lugar antes de poder replicarle, pero no lo iba a dejar estar.

-Tienes que estar de coña si piensas que esta maldita fiesta alguien se está divirtiendo, Nott. ¡Si pareciera que todos llevaran un palo metido en el culo hasta el fondo!- Se dio la vuelta y se metio al comedor, poniéndose obstinadamente frente a Hermione pero sin dirigirle la palabra directamente, mientras el resto comenzaba a entrar también y el primer plato era servido.

-No soy tu madre, ni tu padre, ni tu hermano.- Murmuró sin mirarla, respirando pesadamente debido al enojo.-Pero soy el único en este lugar que realmente te quiere. Ojalá no actuaras como si no lo supieras.-

Aún parpadeo al ver lo que ocurre alrededor, como los ánimos parecen caldearse de repente. Cuando Theodore anuncia la cena casi doy un suspiro, puesto que mi estómago ya había empezado a rugir.

Tomo asiento en uno de los tantos puestos de aquella mesa alargada y espero con curiosidad a que se vayan sentando el resto de los invitados, los elfos al parecer cada vez más incómodos. Sirven el primer plato, que parece una sopa o crema de algo. La remuevo pensativa, escuchando de un lado y de otro, y soltando suspiros de vez en cuando.

Quizás debí quedarme en casa.