One day before Christmas day || Hermione Granger / Draco Malfoy / Jesse Morgan (?)

23 de Diciembre, 1998

Papá ha salido a comprar los ingredientes para la cena navideña. Está quizás tanto o más emocionado que yo, aunque sé que en parte él hubiera preferido que pasáramos la Navidad juntos, sólo él y yo. Me da pena con él, está siempre tan solo desde la muerte de mamá, pero yo tengo que crecer.

Mi habitación estaba ahora llena de caras conocidas: a la gran cadena dorada había unido el rostro de Draco, el de Jesse y el de Maddy. Es extraño, siento que está faltando un rostro más, un rostro que había pensado dibujar, pero ahora solo es un espacio en blanco...

Una campanilla me indica que ya las galletas de chispas de chocolate y manzana están listas, y me apresuro a sacarlas pronto del horno. Un movimiento de varita y estan ya todas en la bandeja, pongo a lavar los platos sucios mientras tantos, limpiando los biberones de Madison, sólo si... No, tal vez no vendría. Ya que todo está listo para una merienda de media mañana, me siento a la ventana a esperar. ¿Vendrán juntos? ¿Vendrán separados? Ay Draco, Hermione...

Por el camino que llevaba a Lovegood's Rook se puede ver a una pareja que sube la suave colina tomada de la mano, aunque discutiendo. No acaloradamente, pero sí enérgicamente, y es que ambos tienen un carácter para nada dócil.
Finalmente llegan a la puerta y acuerdan continuar el "debate" más tarde. Llaman esperando que Luna les abra pronto, afuera está helando.

Hacía mucho que no tenía un debate de ingenio, no estaba acostumbrada, era algo nuevo y positivo sentir que no por estar en desacuerdo tenían que acabar a los gritos e ignorándose por semanas como solía hacerlo con Ron aunque admitía que habitualmente la que se frustraba y marchaba del lugar era ella, no siempre pero no solía tolerar que el pelirrojo le gritara por mucho tiempo.

"Insisto, entiendo, pero ¡Es absurdo! Quiero decir... ¿Casarte con tu pariente? Eso suele traer problemas a la larga, habitualmente los muggles..." Iba a seguir pero entendió el gesto de silencio cuando el platino tocó a la puerta con la mano que no se sostenía entre ellos, abriendo mucho sus ojos chocolate a la expectativa de ver a Luna. ¿Que habría sido de ella? ¿Estaría bien? El tiempo había pasado, las cosas habían cambiado. Había sido Luna la primera en ir a ella y hablar sobre Draco, sin las palabras exactas pero casi felicitándola por lo ocurrido.

Y a partir de allí no estaba segura como, pero sabía que la oscuridad los había rodeado: Aquí estaba, en Lovegood’s Rook, el lugar donde Xenophilus Lovegood los había vendido, con el miedo latente en sus venas pero como siempre tratando de parecer superada. Este era el lugar donde había comenzado el descenso, ese lugar donde se había enternecido con esta muchacha por primera vez al comprender que a pesar de sus comentarios a veces hirientes Luna era una amiga al final del día, una amiga que hubiera dado su vida por ella y muy probablemente también hubiera pasado a la inversa.

Espero a que toquen la puerta, aún cuando los veo llegar desde la ventana. Con una sonrisa, me acerco a la entrada principal y abro,

-Bienvenidos, Hermione, Draco.- Les saludo, abrazando con fuerza primero a ella y luego a él, antes de apartarme para darles paso. -Pueden colgar sus abrigos allí.- Les indico, cerrando la puerta para que el calor de la chimenea no se escapara por ella. Con una sonrisa, los tomo a ambos de las manos hasta llevarlos a mi habitación.

-Ustedes se quedarán aquí, yo dormiré con papá; así no se sentirán incómodos para hacer sus cosas de parejas. Nos pondremos tapones para los oídos.- Les indico. -Pueden ir instalándose si quieren, voy a poner el servicio en la sala.-

Tarareando suavemente me alejo hacia la cocina, con un movimiento casi distraído envío el mantel a la mesa del comedor, el té al fuego y las galletas sobrevuelan sobre mi cabeza para instalarse en el centro del mantel. Vuelvo a ponerme la varita sobre la oreja, esperando que la tetera hierva.

Cuando entramos a la habitación de Luna me quedo de una pieza y luego tengo un acceso de risa, de solo imaginar la cara que pondrá Herm en breves instantes: ya podía visualizar su rostro morado de la vergüenza, negando todo lo referente al sexo por supuesto.
-Qué atento de parte de tuya Luna y de tu padre, sabes que Herm y yo gritamos mucho -suelto con total desfachatez, mis manos en los bolsillos del pantalón, una sonrisa socarrona entre mis labios y mi cuerpo reclinado de costado sobre el umbral de la puerta.
Avanzo dentro de su habitación y me desembarazo de mi abrigo y de mi saco de lana, quedando en camisa, chaleco y pantalón de tweed. -¿Qué es eso que huele tan delicioso?

Tardó un momento en reaccionar, un momento largo en el que simplemente no pudo evitar el ligero sonrojo, las pocas pecas que aun tenía en el rostro palideciendo mientras abría y cerraba la boca tratando de articular las palabras exactas para negar pero sin ofender a Draco, y sin lograr encontrar exactamente que decir para negarlo, para peor, el mismo Draco había dicho algo que...

Bufó, entrando en la habitación, empujando al platino con el hombro ligeramente en un gesto ofendido tan parecido al que había hecho con Ron cuando estaban en primero y lo escuchó hablar a sus espaldas.

"¡Malfoy! No haremos nada, Luna, no te preocupes." Agregó tras un momento para el bien de la chica. Lo más gracioso era que probablemente pasaría, era una plana mentira, la primera vez que Hermione Granger mentía sin poder engañar a nadie, debería agregar eso a la lista de cosas imposibles que ocurrieron ese año: Tenía una relación con Draco Malfoy, había rechazado a Ron, sufría culpa del sobreviviente, se había cortado el brazo y no quería ni pensar que era del resto de su cuerpo, en comparación a Draco ella estaba llena de cicatrices, quizá el portarlas sobre la piel no las hiciera tan traumáticas como las de sus amigos, o eso esperaba porque de por si su piel marcada contra el suave marfil de él se sentía incorrecto.

Afortunadamente, lentamente iba aceptando ese tema, quizá porque ahora estaba atrapada en algo mucho más extraño que salir con alguien con quien suele tener algunas discusiones acaloradas.

De hecho, estaba tan preocupada en negarlo todo que no se había dado cuenta de nada, pero ante las palabras de Draco retrocedió unos pasos para ponerse a su lado, la nariz buscando el olor y... si, estaba allí, olía rico. Pero no comentó esperando que la rubia respondiera a su... lo que fuera.

-¿Ehm?- Contesto desde la cocina, acercándome de nuevo a las habitaciones. -¡Ah! Pues he hecho galletas. También té de hierbas. Y si no han desayunado puedo preparar alguna cosa.-

Me apoyo al marco de la puerta, y sonrío suavemente, mi mirada perdida en la habitación como si nunca la hubiera visto en mi vida. -Es lindo tener amigos en casa por primera vez. Jamás he pasado la Navidad con más personas que no fueran mis padres. Estoy algo nerviosa, espero cumplir como anfitriona. Sólo pidan, y sean sinceros si algo les molesta o desagrada. Oh, y sobretodo, siéntanse bienvenidos.-

Me llevo un dedo a los labios. -Bueno, excepto en el segundo piso, papá aún lo está remodelando luego del ataque de los mortífagos. Es una lástima lo del cuerno, la verdad.-

-¡Galletas y té, qué más se podría desear! -dejé salir con cierta emoción verdadera, me adentré unos pasos hacia la cocina pero me encontré a medio camino con Luna. Al escuchar su comentario sobre el segundo piso tragué saliva, ¿sabría su padre que...? No, no podría. No me dejaría poner mis pies en su casa si lo supiera; pero sí sabía que había sido mortífago y, sin embargo, allí estaba, a punto de tomar té con galletitas con su hija y mi novia, y a ambas me las había follado, aunque de Luna no estaba orgulloso ni en broma... De Granger sí, claro que sí, quería que todo el colegio supiera que la chica más hermosa e inteligente estaba conmigo.
La vida es una cosa extraña.
Tenía que actuar normal cuando viera al señor Lovegood. O tratar.
Agarré instintivamente a Hermione de la cintura en cuanto la tuve a mi alcance y la tiré hacia mí -¿Quieres té? -le pregunté sonriendo de lado, luego miré a mi anfitriona -Tomémoslo, Luna, tengo el frío del camino en los huesos, Hermione insistió en venir caminando -rolé los ojos -Y tú sabes que hay cosas por las que es mejor no discutir. ¿O hay que esperar a alguien?