(libre) Drinking blood

Hace poco que llegue aquí, me pusieron dentro de la casa gryffindor lo cual me sorprendió bastante, cuando me contaron sobre las casas pensé que entraría en slytherin, la "casa de los malos" me sorprendió muchísimo que el sobrero me considerara una valiente.
Ya me había dedicado a investigar los conocimientos de los magos para con las criaturas mágicas, especialmente los vampiros, pero no pude encontrar nada sobre cazadores que no fueran los humanos medievales; sin embargo, los otros vampiros me siguen insistiendo en que aquí tengo más posibilidades de oír "algo" básicamente, espero que algún niño se le escape algo del trabajo de sus padres.
Intentando no caer en la depresión, camino por los rincones más oscuros y aislados del castillo, me meto en un aula abandonada, nadie alrededor, aprovecho con cierta desesperación para sacar una botellita con sangre de entre mi uniforme, le di un sorbo que me revitalizo al instante para luego guardarla celosamente en mi uniforme y con el animo renovado salir del aula....

Hogwarts es un lugar diferente. Muy diferente de lo que acostumbraba en las frías tierras de Europa del Este. No era que le desagradara especialmente, el lugar parecía poseer un encanto particular con sus paredes de piedra, escaleras movibles y aulas que se escondían, puertas que eran paredes, paredes que eran puertas.

Pero eso no alcanzaba para la joven de sexto. Era como si conociera este lugar demasiado pero su memoria se negara a relacionarlos.

En el segundo piso, cada vez que andaba su pasillo las pulsaciones se aceleraban y sentía lágrimas nacer sin recordar la razón tras ellas, era una opresión en el pecho, como la primera vez que vio a Niniel quebrada tras lo que ellos le hicieron, un deseo de acabar con todo que no tenía raíz o nombre...

‘Pero el conejo blanco se fue... y me dejó aquí... ¿acaso le hice algo? ¿Fui mala con él? Me ha dejado en el limbo sin saber si lo que hago está bien o está mal... no me dijo que me quisiera, ni me dijo que no lo hacía, solo que no le alcanzaba.’A veces soñaba... recordaba... el cuento de Alicia en el país de las maravillas corría por sus venas como veneno a veces, inventándose frases que no eran del cuento y no eran reales, porque para que hubiera un conejo debía haber una madriguera por la que caer.

Así que no caminó... corrió por el segundo piso, atravesó el pasillo hasta la escalera, comenzando a correr por el silencioso edificio cuyas antorchas prendidas eran la única iluminación cuando el sol se escondió, el corazón agitado en una emoción desbocada llevándole al primer piso, a entrar en un aula cualquiera para esconderse...

No le gustaba que la ente la viera así, tan descontrolada... se suponía que había conseguido entrar en el equipo suplente de quidditch de Alemania, no debía comportarse como una niña... pero, ¡Tenía 16 años! ¿Cuanto más iban a pedir de ella?

Golpeó la puerta al cerrarla, sin darse cuenta que ese aula que había elegido al azar... ya estaba ocupada.

Esta vez había tomado cuatro. Dos ya no estaban haciendo efecto, o al menos, ya no los sentía como antes. Tragué varias veces mientras intentaba olvidar el sabor en la parte anterior de mi lengua. De nuevo la imagen del espejo me parecía de una muerta en vida. Dios, quizás con una raya...

No, olvídalo. Prometiste dejarlo. Sacudí la cabeza, me empapé el rostro y salí de los baños. En ese instante vi correr a una joven rubia por el pasillo, como si intentara huir de algo. Pero nada la perseguía.

-Hey... ¡Hey!- Grité detrás de ella, pero ya había cruzado la esquina. Me debatí sin saber que hacer. Pero al final le seguí los pasos. Casi puedo escuchar la voz de Ernie: "La paladina de los caídos va de nuevo al rescate." Chistoso.

Logro ver justo cuando la puerta se cierra de tirón, y me acerco a ella. Toco un par de veces. -¿Hola? ¿Estás bien allí adentro?-

Estaba segura de que nadie rondaría por un aula abandonada, la botellita con sangre bien oculta entre mi ropa parecía estar hecha de fuego puro, ardía, me llamaba "venga, Katia ¿qué te hace un sorbito más?" Je, si seguro caería ante mis instintos tan facílmente.
Respire hondamente, dándole punto final a mis instintos ocultos y decidiendo salir; cuando una chica entro al aula corriendo, agitada y parecía medio descontrolada. Si bien yo estaba bastante sorprendida, por fuera lucia tan gélida como siempre con mi cara sin un solo gesto.
Luego otra chica apareció, buscaba a la primera.
-¿Estas bien... Te paso algo?

Una maldición salió por lo bajo, sus labios frunciéndose un poco antes de ampliar una sonrisa abierta de bienvenida, alzando la cabeza para ver que había una chica rubia delante, tosiendo un poco para tratar de borrar el pesado nudo de su garganta antes de volver a intentar esa sonrisa y hablar con algo de agitación.

"Lo siento... hay algo en el segundo piso." Fue cuando se abrió nuevamente la puerta, sobresaltándose y apartándose para dejar entrar a una chica castaña. "No entiendo como tienen tantos fantasmas en Hogwarts. Juraría que hay uno que vive en el segundo piso que me persigue." Aclaró a las dos chicas, el pesado acento, una mezcla de ruso y alemán en una perfecta y armónica combinación siendo soltado de sus labios.

"Estoy un poco perdida y es tarde... ¿alguien sabe como puedo salir? Voy al barco de Durmstrang." Aclaró a ambas tratando de disimular su nerviosismo... Aquí estaba, la jugadora más joven de la selección Alemana y era un manojo de nervios cada vez que recorría el castillo de Hogwarts. Realmente estaba considerando regresar al colegio en lugar de quedarse, esto le estaba afectando... no sabía porque desde que llegó al castillo se había sentido rara.

"Ah. Disculpas... Louise." Agregó tras un instante para presentarse.

La chica rubia que había entrado tan descolocada se había recompuesto rápidamente, su voz tenia un acento similar al mio, pero un poco más alemán y sin las características bielorussas.
-Lo siento, acabo de llegar no sé bien donde están las cosas
Parecía que los fantasmas la perseguían o algo así, yo había visto algunos de ellos en unas ocasiones pero nunca me molestaron. De hecho creo que ni siquiera se detenían mucho a verme, nunca me detuve a pensar mucho en ellos ahora que lo pienso....
-Eh... esta bien, soy Ekaterina
Decidí también presentarme con las dos.

"¿Si?" Preguntó curiosa, los grandes ojos azul cielo abriéndose de par en par. "Por lo que he escuchado Hogwarts está recibiendo mucha gente nueva. Supongo que te habrán transferido, ¿de donde vienes? Porque en Durmstrang creo que nunca te he visto aunque supongo... ¿eres de la zona Oeste?" Preguntó en referencia a Europa y más específicamente Rusia y Bielorrusia.

Ella había nacido y crecido en Siberia, la zona noreste de Rusia, una parte perdida para muchos, las ciudades quedaban cubiertas en nieve para las temporadas invernales, llegando a los 20 grados bajo cero. Un poco más bajo que en la mayoría de la zona sin dudarlo.

"En Durmstrang casi nunca recibimos transferidos." Agregó tras un momento con una sonrisa para explicar su curiosidad.

La chica rubia frente a mi tenia unos clarisimos ojos azules, yo tenia las mismas caracteristicas pero aun así eramos muy diferentes, a mi me acompañaba la típica palidez que hacia que mi piel se viera muerta y marcada de "sangre azul" es decir, venas terriblemente notorias.
La chica frente a mi, por otro lado, parecía estar rebosante de vida y una curiosa belleza. De todos modos predije su respuesta y de hecho ya tenia toda una historia armada para eso.
-Si, soy de la zona Oeste, Bielorrusia.
Me arregle detrás de la oreja unos mínimos cabellos que se negaban a estar donde se supone que estén.
-No, no soy de Durmstrang... me educaron en casa, esta es mi primera vez en una escuela.

Me quedé en el marco de la puerta, escuchando. Si bien sabía que estaban hablando mi mismo idioma, la marca en sus acentos hizo que no quisiera interrumpirlas en ningún momento.

-Creo que soy entonces la más apropiada para explicarles de este castillo.- Sonreí, haciéndome notar. -Hannah Abbott, estudiante de Hufflepuff, sexto año.-

Les extendí la mano a modo de saludo. -Los fantasmas son algo comunes en este castillo, pero excepto por el Barón Rojo no hay que asustarse de ninguno. Lo que me extraña es lo que refieres al segundo piso. Ellos no son de los que establecen un sitio determinado, aunque algunos prefieren quedarse cerca de sus casas o, como Myrtle, en el sitio donde murió. ¿Te pasa a menudo?-

"Ya veo... Yo siempre fui a Durmstrang, no sé como haría estudiando en casa." Murmuró estirando las palabras y estirándolas con curiosidad, los grandes ojos abriendose de par en par. Quizá fortuna o desfortuna, la realidad era que Louise se encontraba inhibida y olvidando su ascendencia o de donde venía en primer lugar. Su apariencia real no era esta siquiera aunque muy cercana estaba...

Ella se creía humana aunque su cuerpo y cabello tenían ese sutil halo que no terminaba de negar su naturaleza por completo.

Tardó un momento en girarse y mirar a la chica en la puerta, asintiendo con la cabeza alegremente aunque pronto cambio su expresión cuando le dijo lo de los fantasmas.

"¿En serio? A mi me pasa siempre... cuando paso por el pasillo es como si me empezara la angustia y tuviera ganas de llorar. Es el único lugar donde me pasa algo así. Realmente creía que se trataba de un fantasma... ¿segura que no le ha pasado algo a alguien allí? No sé... en algún momento, ¿no fue reconstruido?"

Le dí la mano a Hannah, la chica de cabello castaño de la puerta, para luego escuchar como Louise estiraba las palabras sin intender mucho porque lo hacía, quizá era solo una maña suya o algo así o tiene alguna rara experiencia con la educación en casa; yo por otro lado se muy bien como me educaría en casa, ya que de hecho ni siquiera fui educada por alguien me las arregle para suplir todo lo que no sé.
Escuche la conversación de las dos sobre los fantasmas sin intervenir por un momento, me pareció curioso porque yo apenas si había visto algunos y ninguno había parecido tener especial interés en mi por lo que yo en ellos tampoco.
Me pregunte por un momento que tan perceptivos serian esos seres con respecto a los demás ¿ellos sabrían distinguir de a un mago de una criatura? desde luego que no haría esa pregunta y si de todas formas lo hicieran evidentemente no tienen interés en darlo a conocer.
-Que extraño... yo apenas si eh visto un fantasma desde que llegue aquí....-Comente al pasar.

Había pasado tanto tiempo desde que había caminado por las oscuras paredes de la escuela, realmente aun me sentía débil para proteger a mis seres amados y en ese retiro pude fortalecer mis miedos y penas... había escuchado varias voces y gritos, ninguna se me hacia familiar... o quizás un olor si. Habia pasado por montañas y valles buscando hacerme uno con el animal que me llenaba con el que era uno solo... Quizás no solo el tiempo si no el olfato era diferente.

La emoción se me subía a la cabeza mientras la pupila se me dilataba... De un gran salto me escurría pegado a la pared mientras mi mandíbula se encajaba perfectamente y  los colmillos triplicaban su tamaño entre una forma curvada. Los bellos sobre mi piel se tornaban de un negro oscuro y van cubriendo todo mi cuerpo, pero no todo es perfecto... Mis ojos se afinan de una manera increíble pero de un color azul verdoso heredados de los ojos de mi madre, a simple vista una pantera sin igual pero sus ojos demuestran mi esencia.

Pantera Negra :

Me aventure un poco hasta la puerta solo dejando que mis ojos brillasen ya que ninguna de las chicas las reconocía... quizás tan solo fue el viento que traía un aroma familiar.

Mi olfato, naturalmente, es sensible; en mi antigua vida eso era un don maravilloso ya que sin él apenas podría sobrevivir, pero ahora es casi una pesadilla. No soporto entrar al comedor, la mezcla de olores es muy fuerte y me asquea al instante.
Y en este momento percibí un olor extraño, algo anda cerca, quizás sea solo ese fantasma que persigue a Louise o alguna de esas cosas extrañas que tienen aquí, estoy un poco confundida, no me huele a mago, mis ojos recorren la sala milimetricamente.... tal vez sea solo cosa mía, este colegio tiene demasiados olores, pero mis instintos me mantienen el alerta.

Fruncí el ceño a las palabras de la chica de Durmstrang. -No sabría decirte... quizás sea alguno que no conozca, luego de la batalla.- Dije tentativamente, y esquivando momentáneamente la mirada. Si era alguno de los que murieron, tendría que ser alguien que llegué a conocer, que no pudieron ser salvados.

Sentí una presión en los pulmones, teniendo que poner mi puño en la boca mientras tosía y los ojos me lagrimeaban. No duró mucho, y aproveché para recomponer mi sonrisa. -Lo siento, debí tragar polvo sin querer.- Dije riendo suavemente. Miré entonces a la rubia de Gryffindor. -¿De verdad aún no has visto un fantasma? Están casi todas las noches en el Comedor. No entiendo por qué, debería ser una tortura para ellos no poder comer y ver a los vivos hacerlo. Al menos has debido ver a Nick Casi Decapitado, es el fantasma de tu casa.-

Seguí intentando descubrir que era el olor raro que persivía cuando Hannah me hizo una pregunta.
-Si, he visto a Nick Casi decapitado y a algunos otros pero abran sido dos o tres, no se porque, nunca se me acercan demasiado. Casi siempre termino escapandome del comedor puede ser por eso que he visto tan pocos.
La comida humana tiene un olor fuerte al que no consigo acostumbrarme, hasta hace poco yo vivia solo de la sangre y la carne, no consigo acostumbrar mi estomago a nuevas experiencias, el olor a los condimentos y diferentes comidas siempre termina alterando mi olfato.

"Yo he visto un par aunque no sé mucho sobre ellos. En Durmstrang tenemos más aun, pero la mayoría son de guerreros o soldados así que no comparten tiempo con nadie. Aparte el castillo es más chico que este." Después de todo, el castillo de Durmstrang tenía aun mayor fama que Hogwarts de ser un colegio selecto y de poco alcance para las personas.

Eso le hacía dudar el porque había conseguido una vacante considerando que era apenas una huérfana en las calles de Rusia, era la primera vez en su vida que se planteaba que quizá sus padres no fueran muggles o tuviera a alguien que la auspiciara. Aunque seguía estando en blanco sobre quien podría querer auspiciarla para que tuviera acceso al castillo y al colegio.

"He conocido al Baron Sanguinario... era agradable sin dudas. Aunque silencioso y austero." Aportó ella. "También vi a un grupo de jinetes sin cabeza, pero no parecían del castillo, creo que venían de visita. ¿Puede ser?"

No pude evitar reírme al escuchar a Ekaterina.

-Eso si es nuevo. Usualmente he visto a todos los alumnos correr HACIA el comedor, no fuera de él. Excepto por la vez que se coló un troll en el castillo. ¡Fue pandemoniaco!- Seguí riendo un poco, antes de volverme hacia la otra rubia. -El Barón... Mientras no le des razones para enojarse contigo, es aceptable. Aunque su presencia sigue siendo aterradora, para serles honesta. Los Jinetes que mencionas... Hum, bueno, sé que a veces los fantasmas tienen sus propias actividades. Supongo que alguno de ellos podría haberse quedado por allí.-

Me encogí de hombros, antes de mirarlas con curiosidad. -Bueno, podemos realizar la prueba de pasar las tres al mismo tiempo a ver si te sigue afectando. ¿Les parece bien?-

Compartí discretamente la risa de Hannah, no podía justificar el porque no me gustaba el comedor, así que solo escuche sus palabras con atención e incluso me impresiono un poco creí que nada podría entrar a este castillo tan así como así... bueno... yo me inscribí con documentación falsa y hasta ahora nadie lo ha notado así que....
Pero volviendo al tema de los fantasmas, la conversación con estas chicas despertó mi interés ¿Podrían los fantasmas ver que era vampiro? Era un poco arriesgado ir a investigar eso, pero despertaba mi curiosidad como pocas cosas comenzaban a hacerlo últimamente.
-Claro, intentemoslo.

Se quedó pensándolo, era algo... privado lo que sentía. Era como si quisiera gritar o correr o deseara llorar y dolía, pero podría ser que con ellas no pasara, quizá era que a solas ocurría, pero estaba decidida a probar, así podría saber.

"Vamos... vamos, quiero quitarme la duda, empiezo a creer que soy yo y que en realidad es todo un juego de mi mente, no quiero que esto quede así, solo... hay que probar y ser pacientes, espero que todo pase." Murmuró por lo bajo tratando de sonar segura pero la realidad era que se estaba mordiendo los dedos para no hacer una locura o salir corriendo.

Se giró para ver la puerta con algo de indecisión antes de asentir y comenzar a caminar a ella con decisión de ir de regreso por el camino que había cruzado recién.

OFF: