En un atardecer (Lou/Libre)

Claro que te quiero, Nini.
No te dejaré, ya te lo he dicho. Recuerda que yo elegí tenerte...

Recuerda que yo elegí tenerte... Las palabras de mama creo que son bonitas, creo que son bonitas y yo me las trato de repetir mientras voy con ella dentro de ese tren; me las repito y repito en silencio con las manos ocultas debajo de mis piernas; meneándolas con frio, con frio y ese algo que se siente siempre, ese algo que me estruja aunque nadie me toque; pegando los brazos a mi cuerpo como si así se fuese a sentir menos, repitiéndome las palabras bonitas de mama como si así se fuese a sentir a menos ahí; mirando por la ventana un cielo semi rojo con el cual ya no me quema el sol.

El sonido del tren se siente extraño y es que también da frio, también se siente frio y yo no sé qué hacer con ese frio; se siente como algo que puede desaparecer al igual que la luz, al igual que el movimiento de mis brazos... y se siente como ellos, se siente con lo de ellos en mi piel y eso es malo... Me hace estar mal, nunca se vuelve a sentir como antes, nunca se va lo de cuando ellos se juntaban a mí y ahora se siente extraño, más extraño aquí afuera y mama... Yo me quiero hundir en mama...

.....

Creo que el tren se comienza a detener, yo miro un poco mis manos posadas sobre la falda que me puso mama, y las muevo, muevo diminutamente sus dedos o las piernas que las sostienen pero se sigue sintiendo extraño, me da tanto miedo que algún día puedan dejar de moverse de nuevo, y se siente tan... acido al ver la piel de esa a la cual otros pegaban tanto lo suyo. El tren suena extraño, se comienza a detener mas; algunos otros empiezan a pasar por el pasillo y creo que entramos a un lugar, un lugar extraño de mirar como todo...

Estamos llegando... ¿Cierto mama? Pregunto levantando mi cabeza a la ventana de nuevo, veo personas en el lugar donde llegamos, aunque yo no quiero que me vean; quiero tomar la mano de mi mama y envolverme con su brazo para que me esconda, para que ninguno pueda verme, para estar un poco mas cálida sin que ninguno me vea, esperando a que ella se pare para poder hacerlo, para poder hacerlo si debo salir...

¿Crees que podre tener un broche en el pelo de nuevo?

"Claro que si, Nini... Ya que vamos a la joyería sería bueno comprarte un par de broches de cabello y ganchos también. Te faltan muchas cosas..." Suspiró pensativa. Entre el anillo que le faltaba a Niniel, los broches porque no podía ir a las clases de herbología con el cabello suelto, la ropa... también debería comprarle algo para comer que quisiera para tener en la habitación, nuevas plumas ya que por lo visto le gustaba dibujar, quizá tinta de colores y pergamino para los deberes que ambas tendremos que entregar.

Esto es un desastre con la cantidad de cosas que nos faltan, pero es evidente, después de todo, me acabo de mudar a Londres para poder tener la custodia de Niniel y las ilegalidades que estoy pasando de alto para poder conseguir dicha custodia tenían un límite y ese límite era el de sacarla del país, así que para que pudiera quedarse con ella debió mudarse a Londres, aceptar que los visiten cuando estuvieran en vacaciones una vez a la semana los servicios sociales hasta que cumpliera la mayoría legal, trabajar a medio tiempo con un trabajo que requería su presencia constante cuando estaba libre y dentro de lo que era ciertamente el caos había dominado su vida... pero estaba bien, si fuera normal y tranquilo suponía que se aburriría.

"¿Crees que habrá alumnos de Hogwarts? La vez que vine y no era fin de semana de salida estaba todo demasiado solitario..."

No sé, tal vez si... creo que a veces los otros vienen. Respondo queriendo encoger mis hombros y es que yo... yo no quería que hubiera más gente, que allá mas gente hace que se sienta mal; como si me pudieran hacer algo y a mí no me gusta que me hagan cosas, se sentía mal... Aunque este lugar, el lugar tal vez me hace algo, como si alguna vez hubiese estado aquí con alguien aunque es extraño, todo es tan extraño... ¿Había estado con mama? ¿O no? ¿Si hubiese estado con mama lo recordaría...?... ¿O fue otra persona? ¿Y las bancas...? Mirar las bancas por la ventana enfría mi espalda, mis brazos y me hace daño... ¿Aunque porque? ¿Porque las bancas me hacen daño?... Es como si me hubiese pasado algo malo en una de ellas, algo que me dio miedo; tal vez alguien que yo no quería, y alguien que me hacía mucho daño por dentro...

Igual el broche.. no importa tanto, ¿Y aquí? ¿No nos podemos quedar aquí mama? Le pregunto, como un berrinche tal vez lo hago y es que mi corazón se deshacía y no quería... y aquí, aquí en la pequeña cabina con el cielo rojo en la ventana tal vez estaba mejor, mas cálida, sin nada que pueda pasar, solo mirando sin que nada malo pueda pasar...

Esta mas cálido.. Esta mas cálido, respiro un poco más profunda y apoyo mi cabeza de lado sobre la ventana un momento; sintiendo a mi cabello aplastarse frio pero sin que le pueda pasar nada, queriendo cerrar mis ojos un momento para estar ahí sin nada tal vez...

Tengo permiso de la profesora Macgonagall para volver pronto a casa, ahora que se acerca la navidad. Podría hacerlo usando los polvos Flu, pero me da miedo que Maddy sea alérgica a ellos. Será una de las cosas que pregunte en San Mungos en vacaciones.

Preparo una pequeña maleta y me voy hasta la estación de Hogsmeade, a esperar el flamante vagón rojo que nos llevará a Londres. Jesse ha dicho que pasaría a visitarnos, aunque estoy segura que le alegra bastante que nos vayamos... Quizás así no nos interpongamos tanto en lo que sea que esté buscando. Me acerco hasta una de las bancas, a esperar que el tren se detenga. No abordaremos de una vez, primero esperaremos a que haya bajado toda la gente. Después de todo, no habrá problema si espero hasta el último minuto antes de abordar, son muy pocas las personas que viajarán en el tren hoy.

"No, Nini... vamos, debemos bajar. Sabes que necesitas varias cosas. No te preocupes, no es tan grave." No podía lidiar con caprichos o más bien no sabía como hacerlo, no estaba en su naturaleza esto. Quizá debiera ser más suave, realmente lo intentaba, trataba por todos los medios de contentar a Niniel y de que tuviera un entorno cálido, acogedor, abierto, donde se pudiera sentir segura sin necesidad de estar encerrada.

Pero diablos, tenía 16 años, solo 16 años, no era madre, no era adulta realmente por mucho que había aprendido por la fuerza a lidiar con los problemas que podrían llegar a surgir. Amaba la vida pero no podía vivirla a expensas de lo que Niniel quisiera y cuando quisiera.

Suspiró y se puso de pie, extendiéndole la mano para que fuera con ella de una vez y así poder bajar del tren antes de que la locomotora se pusiera en marcha nuevamente para poder cambiar de posición y regresar de Escocia a Londres.

Indicó para que bajara las escalinatas para salir al frío de Hogsmeade, era poco y nada lo que faltaba para navidad, esperaba que no estuviera todo demasiado abarrotado.

Ella de pronto creo que parece enojada, suspira y se para, abre la puerta, me extiende brusca su mano y yo.. Me siento mal, me paro en silencio y tomo su mano pero me siento mal, yo no quería hacer que mama se enojara, o que se sintiera mal, yo nunca quiero eso; ella es buena con migo y no debo decirle cosas que la molesten, no debo aunque me sienta mal pero a veces lo hago, a veces soy una muñeca tonta y lo hago....

Y me lleva por el pasillo, hay gente, yo no miro; a veces me quedo atrás y ella me tira un poco hasta que llegamos a la puerta y a las escaleras para bajar a ese lugar extraño, ese lugar extraño al cual yo de pronto no quería ir pero al cual ahora si debo entrar para no molestar a mama; bajando por la escalera, sintiendo mi pecho presionándome por todo y es que porque, porque ella a veces no entendía si es buena...

Quisiera...

... decir que sí. Pero mamá no puede parar las lágrimas. No las entiende y se enoja. Dice que ya no sabe qué hacer para ayudarme.

Porque de pronto era como ella me escrito en esa carta, ¿Porque? Y porque yo le dije que mi mama si entendía, ¿Porque a veces lo hace cierto?... ¿O es que ella cambio? Y yo, yo no sé; pero estaría tirada sin ella, ella me abraza, es la única que me puede hacer dormir sin que me vallan a abusar y yo, yo tengo que ser buena con ella, tengo que aprender que la enoja y no hacerlo nunca más, para que ella no quiera dejarme, para que siga siendo buena con migo aunque de pronto...

De pronto dejo de pensar un poco y veo una persona al frente, bajo la escalera del tren; es una chica de cabello claro, no sé quien es pero me hace algo, casi que siento como si fuera a tomar mi mano y eso me perturba, me perturba y yo me quedo mirándola, solo mirándola hasta que bajo mi mirada para esconderme mientras baja mama.

Entre las personas que salen veo a dos chicas muy juntas, de aspecto muy distinto. ¿Hermanas de distintos padres, quizás? Entonces noto que reconozco a una de ella, la chica de cabello oscuro y mirada asustada que se había quedado encerrada. Me pongo en pie del banquillo, y avanzo con el cochecito hasta ellas.

-¡Niniel!- Saludo, con voz alegre y cantarina. -¿Como estás? ¿Estabas de visita en Londres? Supongo que te habrá llamado mucho la atención conocerla, viniendo de tan lejos.-

Volteé a mirar a la chica rubia a su lado.

Tutum...

En un segundo mis latidos habían aumentado de ritmo. Es extraño, me siento feliz y al mismo tiempo siento un nudo en el estómago. Trago y sonrío, extendiendo mi mano hacia la chica. -Hola, soy Luna. Estudio en Hogwarts. ¿Eres también de Durmstrag? Creo que... te he visto antes.-

Al ver a la platina chica rió de buena gana, las mejillas tiñéndose de un rosado intenso no sabía si por la vergüenza o por el agrado.

"Si, Louise... soy la loca que le gritaba a la armadura del pasillo." Admitió pasando una mano entre sus cabellos rojos que tan extraños se le veían pero a su vez tan naturales, era como si no correspondiera del todo a su fisionomía.

Le extendió tras dudar un momento su mano tratando de sonar relajada a pesar de todo.

"Venimos de paseo en realidad, pasamos la mañana en Londres y ahora ibamos a Hogsmeade... ¿De compras también?"

Por una razón que no se sentía del todo cómoda... los ojos estaban clavados en la chica pero se negaba a bajar la mirada, se negaba a ver a la bebé que estaba en el carrito porque ya sabía que era una niña y por alguna razón su corazón le jugaba en contra, no podía mirarla, no se atrevía a hacerlo.

Por un momento no sé quién es, de pronto solo escucho el sonido de unas diminutas ruedas que se acercan a nosotras y …mi nombre……esa palabra que no sé si es buena o mala… Que a veces no sé qué significa pues puede estar vacía y llena a la vez; puede ser como llamaban ellos con deleite a su muñeca para que fuera o lo único que creo poder nombrar de antes, como si alguien antes me lo hubiera dicho también… ¿Sabía cómo me llaman?, yo a veces lo decía pero siempre se sentía extraño, frio cuando lo escuchaba de otro para llamarme; incluso a veces cuando lo decía mi mama…

Ella sigue, ella sigue; su voz se escucha diferente a la mía, como si no le molestara al decir aunque creo que entiendo, la miro un instante y recuerdo que fue la que me encontró cuando me quede encerrada en la sala vacía y siento la presión, aprieta por dentro expandiéndose hasta mi pecho, hasta mi cuello porque de pronto siento como estuve encerrada, como me pueden haber dejado encerrada sin poder salir de nuevo; temblando en la obscuridad aunque ahora creo que puedo ver que no estoy ahí, creo que puedo….

Hola.., le digo volviendo mis ojos perdidos al suelo, con mi cara algo caliente y mi pecho golpeando fuerte; yo no sé, me trajo mi mama; continuo cuando de pronto ella cambia hablándole a mi mama…

A mi mama que tal vez siga molesta con migo..

-Cierto, Louise la bateadora.- Respondo con una sonrisa sincera. Me extraña que no aparte la mirada de mi, como si no quisiera ver nada más. Eso me enrojece un poco y me hace desviar la mirada hacia Niniel.

-¿Si? ¿Y donde está tu mamá?- Pregunto a Niniel, intentando animarla. Volví a levantar la mirada hacia Louise. -De compras no, aunque quizás compre algunos presentes navideños para mi papá. Más que todo estoy paseando con Maddy. ¿Recuerdas a Maddy, Niniel?-

¿Dónde está...? Murmuro casi sin sacar mi voz, moviendo levemente mi cabeza para mirar a la chica de lado, algo intimidada como para hacerlo de frente antes de girarme entera un poco hacia atrás. Ahí, ella es mi mama... Respondo para después quedarme muda, mirando de pronto a mi mama con las manos apretadas entre si sobre mi falda... Ahí, con algo de miedo a que siga enojada con migo y estando con una incertidumbre extraña en ese lugar, una que era vacía y es que, es que ¿Estaba bien que ella fuera mi mama? Ella a veces se enoja y no sé si se ve siempre como alguien que quiere ser mama, aunque yo... no tengo otra, sola lloraría mas, seria de ellos y tiene… tiene que seguir siendo mi mama.

Creo que si.., ¿Es la que se pequeña...? Digo con esa voz que yo pocas veces puedo animar, tan natural y apagada para mí, como una muñeca que no da nada a su voz porque a nadie le importaba que tuviera algo donde la tenían... Perdiéndome de ese pensamiento malo de antes al menos, mirando a la pequeña que ella tenía y es que creo... creo que no la mire mucho en la pieza obscura donde estuve encerrada, pues lo siento; estuve temblando entera ahí, me dolía y no quería mirar mucho... Aunque ¿Después la vi? ¿O recuerdo como sonaba? ¿O lo siento..? Yo, yo no se solo estoy ahí pero creo que en verdad no quiero mirarla, es raro, me hace algo; no aprieta tanto, igual puedo hacerlo, pero creo que no quiero...

Me quedo unos segundo parpadeando, confundida. Pero Niniel lo ha dicho con naturalidad.

-Entonces... Louise es tu mamá.- Digo en parte para estar segura que entendí bien, mirando a la otra chica de Durmstrang. No puede ser su madre natural, tendría que tener al menos el doble de su edad. O haber quedado embarazada cuando tenía un año de edad. Hum... una bebé embarazada... -Ya veo.-

Le sonrío por su pregunta. -Maddy, si. También te ayudó a salir del salón, porque tiene mucha fuerza.- Digo en tono divertido. -Bueno, ¿les parece bien si las acompañamos? Podemos tener un compartir de madres e hijas.-

Tardó un momento en darse cuenta de lo que estaban diciendo, tan distraída estaba que debió sacudir la cabeza para tratar de ordenar las ideas de como iba esta interesante charla, girándose a Luna para sonreirle pero extendiendo la mano a Niniel para que regresara a su lado.

"Lo siento, si... se puede decir que soy la ‘mamá’ de Niniel, o al menos soy su guardiana. Hace un par de meses que vive conmigo." Aclaró para que no se confundiera del todo porque ya de por si la situación era bastante complicada de explicar, así que no sabía cuanto podría explicarle del asunto. De momento me alegraba que Niniel estuviera interactuando con alguien más.

Por el momento le hice seña a la chica rubia con un asentimiento indicando que podría unirse a nosotras si deseaba, optando por permanecer al margen para dejar que todo siga fluyendo.

¿Por qué dolía?... ¿Porque de pronto era triste de una forma distinta? Algo me empieza a molestar adentro a medida que respiro, estaba ahí desde que baje del tren y me encontré con ellas; no era igual a lo que dolía siempre, es algo que no sé como sentir y que me ahoga poco a poco haciéndome estar triste, ... No sé si es aquella chica, la pequeña de la cuna o ambas, pero duele un poco por dentro y es que quiero algo... quiero un poco de algo que no sé; siento mi cabeza fría como si me la hubieran apagado, sé que no puedo recordarlo o saber que es; mis ojos no pueden cambiar porque sé que no puedo, siempre que lo intento solo logro llegar hasta el lugar obscuro donde no quería estar, no se ve nada mas atrás ni después aparte de mi mama y se siente mal, no lo puedo ver pero a veces ahoga de esa forma distinta como si lo hubiera estado...

Tal vez ellas estaban en un dibujo de mi libro de muñeca, en uno de los dibujos que puedo hacer de los pocos sueños buenos que tengo aunque yo... Yo no creo que sean; en esa hoja solo habian quedado las siluetas de dos chicas cubiertas por tinieblas mientras una mano diminuta buscaba tirar mi cabello desde ahí...

..............

¿Porque solo podía creer que había sido una niña con un dibujo...? ¿Por qué? ¿Ella crecerá? ¿O será siempre una pequeña? Pregunto aunque por dentro se siente como si ya supiera; respiro, ahoga menos cuando mi mama habla, tomando su mano e intentando envolverme con su brazo pegada a ella aunque mis hombros quedan diminutamente más altos que los suyos...

Avanzo con ellas, llevando el carrito. Curiosamente, Maddy no chilla ni hace sonidos molestos, y muestro una gran sonrisa al escucharla reír. ¿Cuando fue la última vez que la escuché reír así?

-Creo que a mi pequeña rosita le gusta la idea de pasear con ustedes.- Digo, alcanzando con mis dedos uno de sus rubios cabellos. Volteo a mirar a Niniel. -Si, ella crecerá. Ya veras en unos dos meses, será el doble del tamaño. Ahora está algo chiquita porque nació antes de tiempo, pero es fuerte. Es mi niña fuerte, tan fuerte y hermosa como era su madre.-

No sé porqué he dicho eso, puesto que no recuerdo haber conocido a la veela. Pero tengo la seguridad de que es así.

Yo la escucho y de pronto me siento extraña, removida, como si lo que hago no estuviera bien mientras quiero llorar al lado de mi mama; y es que a veces se sentía, que yo no era como esa pequeña; si no que era frágil y tonta, y es que porque, ¿Porque tenía que ser así? ¿Porque siempre tenía que estar tan fría aun con una mama?... ¿Es por ese lugar? ¿O todo es porque soy mala? Yo... lo siento, lo siento por ser tonta mama, le digo de pronto con mi voz apenas saliendo ahora que estoy al lado de ella; tu eres fuerte también.., aunque yo sé que no lo soy mucho.

Y es que si no los hubiera podido alejar, las personas fuertes no pueden ser como muñecas ¿Cierto?... Yo... yo me siento mal, soy una niña rota, se lo dije a mi mama pero no sé si quiero que me vea sabiéndolo; es un poco como cuando me miro en los espejos y yo no quiero porque veo el cuerpo de su muñeca; aunque igual no duele tanto como eso, aquí es como si solo quisiera esconderme para que no me piense como algo que no quiere...

Alejándome, de pronto agachándome un poco para salir de su brazo y caminar hacia adelante, pasando al otro lado de aquella acompañante y acercándome a mirar a la pequeña sin atreverme a volver mi cabeza aun...

Quiso suspirar, hacer o decir algo. Pero se sentía en cierta forma resignada. Sabía que Niniel necesitaba su tiempo y a veces trataba de entender, algo le decía que debía entender, pero no podía, no podía hacerlo, algo le faltaba, alguna imagen perdida en su mente la tragaba lentamente hasta convertirla en un ser etéreo al punto que sentía podría atravesar todo esto como si de una niebla se tratara.

Solo sentía que no podría corresponder sus capacidades psicológicas con las físicas, no podía atar su mente a su lado emocional en momentos como este donde sabía que había una pequeña bebé allí que no se atrevía siquiera a mirar.

"Niniel, no eres tonta. Lo que te pasó no debió haberle pasado a nadie, pero realmente necesito que te mejores, que atiendas a tus citas psicológicas así puedes verlo por ti misma, porque sé que no importa cuantas veces te lo diga hasta que no seas capaz de verlo no me creerás." Explicó sin mucha vuelta. Realmente le encantaría poder ayudar más, pero, ¿que más podía hacer? Le había abierto las puertas de su hogar, proveía, la cuidaba como si fuera una bebé, pero no sabía que más podía hacer, nunca pensó ser madre a los 16 y mucho menos de una chica de su misma edad.

Me quedo callada, entendiendo que se trata de un momento entre ellas dos, y no quiero interrumpir. En vez de eso sonrío suavemente cuando mi mirada tropieza con la de alguna de ellas, aún sin entender por que mis mejillas se calientan cuando me acerco más a la pelirroja.

-¿Tiene frío? Hay por aquí un sitio donde preparan un té delicioso, hay tantos tipos de te que el lugar parece una tienda de las Indias. Aunque es un poco rosa, pareciera un gran pastel.- Les ofrezco, cambiando un poco el tema mientras veo a Niniel acercarse a Maddy. -También podríamos ir a las Tres Escobas, aunque seguramente estará lleno de mucha gente, y me preocupa el exceso de humo para Madison. Igual hay tantos sitios en este pueblo...-

No entiendo bien, la escucho pero no entiendo bien pues es que yo no quiero, no quiero algo distinto, no quiero que hagan nada con migo, solo quiero que me dejen estar en un lugar con luz donde ellos no puedan acercarse a usarme.... Así tal vez estaría mejor, así tal vez estaría mejor pero no sé; todos hablan de otras cosas, a veces me duele de otra manera, ahora no quiero quedarme sin una mama de nuevo y yo no sé, tengo sueños siempre; me hacen cosas que me duelen, duelen y duelen mientras yo solo grito pidiendo que no vengan mas para que ella pueda quitármelos aunque ahora yo no sé que responderle a ella sin que yo sea mala.....

Yo no sé, nunca se pero mi mama puede saber... ella me dijo que podría tener un pinche para el cabello... Yo antes tenía uno, pero ahora debe estar roto.... Digo mientras miro sin acercarme más la pequeña de lejos, ellos lo habían destrozado cuando me encerraron, pero eso yo aun lo recuerdo.., mi mama ya sabía, era uno con forma de flor y a veces me daba pena no tenerlo pues allá era lo único que tenia y llore cuando ellos lo pisaron.

"Diría que es mejor ir a otro lugar. Nunca vi humo en las Tres Escobas pero con el exceso de gente no creo que la dejen dormir." Comentó sin mucha vuelta. "¿No existía un lugar llamado Cabeza de Cerdo? O algo similar, no parecía tener tanta gente..." Agregó tras un momento, caminando en silencio como si esperara algo. No sabía que pero...

"Quiero un helado, de manzana, canela y miel." Las palabras por alguna razón le sabían amargas, como si no pudiera decir esto y ver a la chica más grande a los ojos. Era el gusto favorito de alguien, ¿de quien? Jesse... Jesse le había comentado que le gustaba ese sabor, porque tenía cuerpo, no como su plano gusta a las frutillas.

Deseaba seguir probando ese gusto, le había ofrecido a alguien, se había sentido culpable, como si hablar de él sabiera a pecado. Pero Jesse... recién lo conocía, se habían hecho rápido amigos pero no se conocían tanto, ¿verdad?

‘¡¿Que estabas haciendo?! ¡¿Te parece que en tu estado puedes hacer semejantes tonterías?!’ Suspiró, borrando esas palabras de su mente. Si, un helado sonaba genial... esperaba que donde fueran hubiera.

-Si, Cabeza de Puerco.- Afirmo a las palabras de Louise. Volteo hacia Niniel. -Hum, no sé si aquí habrá algún sitio para comprar un prendedor de pelo, Niniel. Tal vez en Zonkos, pero es posible que te exploten o te corten el cabello cuando te lo pongas. Son artículos de broma en su mayoría.-

Me detengo un instante al escuchar esa combinación de sabor. No sé por qué, me hace desviar la mirada y siento una punzada de frío. -Suena delicioso...- Murmuro, y apresuro los pasos hacia el local elegido. Algo no está bien, y no entiendo por qué, pero cuando noto que Maddy comienza a ponerme pucheros al peder de vista a las otras dos chicas, bajo la velocidad para que me den alcance. -Es por aquí.- Les indico, mientras atravesamos el camino hacia alguna de las mesas. Tengo la impresión de que la última vez que estuve aquí, este sitio estaba un poco más limpio. -Hola, señor Dumbledore. ¿Qué ocurrió con la chica que trabajaba en el local?-

No me gusta escuchar que el prendedor podría estallar o cortarme mi cabello, llevándome  una mano temblorosa a mi cabeza porque me molesta; yo quería un pinche para el pelo porque me gusta tener mi cabello ¿Cierto?... ¿Me gustaba? ¿Me protegía un poco? ¿O me recordaba a alguien de mucho antes que me lo acariciaba? De antes de ellos y ese lugar donde yo no quería estar.....

No sé si de pronto dejo de ver pero es como si pasara, viendo a aquella chica y a la pequeña alejarse demasiado rápidas de nosotras aunque no sé porque, mi mama se siente rara tal vez; yo no sé qué es ese lugar, ni ese sabor pero ellas parece que sí y eso debería estar bien porque ya no quiero se enoje más conmigo... Caminando ahí tras ella, alcanzándola cuando creo que se detiene pero siguiendo hasta que entramos a un lugar extraño en el cual me quedo aunque me aprieta un poco no sé porque aunque tal vez es que podría ser una casa de madera, una casa con piezas de madera donde tienen muñecas aunque también no y yo no quiero, y mi mama esta con migo, ella no me llevaría a un lugar así y yo solo me quedo en la entrada con los brazos entorno a mi cintura.

¿Debería haber alguien más aquí?..... Miro hacia el suelo.

"No lo sé..." Comentó viendo el lugar. Era cierto que estaba un poco sucio pero no podía relacionarlo del todo. Aunque el dueño parecía tener una mirada muy penetrante, aun cuando la miraba anunciando que la anterior empleada había renunciado para dejar el país y regresar a su nación en Alemania.

Era confusión lo suyo, aun más cuando preguntó por el gusto de helado estaba disponible y el hombre pareció más bien considerar algo que tenía guardado pero no sabía para que.

"Creo que hay una tienda de escaparates por algún lado... en Londres compramos todo el resto de las cosas, pero nos faltan detalles para que esté cómoda en casa." Explicó mientras buscaba una mesa donde pudieran estar cómodas.

Agradezco al señor Dumbledore y tomo asiento, pidiendo un refresco de cereza para mi, ya que no se me antojaba el helado como tal.

-Ah, son compras caseras entonces las que están haciendo. Estoy segura que quedará muy bonita y acogedora.- Les sonrío, meciendo un poco el cochecito de Maddy para que esté entretenida. -Supongo entonces que están pensando en quedarse bastante tiempo en Gran Bretaña, ¿no? Si es así, pueden visitar; vivo cerca de un poblado en el campo.- Les escribo la dirección en un trozo de pergamino, que les entrego.

-Podemos así salir de vez en cuando, aunque no voy mucho a Londres.-