[Flashback] Dangerous and moving [Louise/Abierto]

Mientras que algunas calles de Londres a altas horas de la noche están llenas de pubs, de gente tomando, de discotecas e incluso de gente deseosa de perder la conciencia, otras están más solas que un callejón a medianoche en la peor ciudad del mundo. Nunca sabes que te vas a encontrar al doblar la esquina y quizá sea con los adolescentes que no tienen edad de entrar a los bares, con una botella de un licor desconocido en las manos, corriendo por la banqueta entre tropiezos, gritos, quizá unas cuantas carcajadas.

Una de esas soy yo. El cuelo da vueltas y me río porque las estrellas dan vueltas también. Oigo a la veela delante de mí maldecir contra ¿ladrones de cobras? ¿boas? ¿pasadores? No pongo demasiada atención, estoy más ocupada intentando no caerme de bruces sin saber cómo lo logro, con la sensación de que todo es extraño. No sé si mi hermano note que me le escapé entre las narices y seguramente no pueda llegar a casa en esas condiciones. ¿Qué acabaré haciendo? Ni idea.

En ese momento meto uno de los caros zapatos que me regaló mi madre por mi último cumpleaños en un charco y siento como mi pie queda completamente mojado.

—Maldita sea… —murmuro, maldiciendo por mi torpeza. Me detengo un momento, pero Louise, que me tiene bien sujeta por la muñeca no aminora el paso y al final tengo que correr para seguirle el paso—. ¡¿Qué tiene de importante tu maldita serpiente?! —pregunto, arrastrado la voz, soltando después un hipido.

Algo en mi estómago da vueltas. Dentro de poco acabaré vomitando en la baqueta.

"¡Ni es una serpiente es un algo! ¡Es mi cinto y ese tío tiene mi cinto y mi cinto le está siseando y lo va a... morder... " Cada vez la voz descendía más, y más... más ausente, menos presente en el lugar, menos atenta a lo que pasaba. Terremoto Louise estaba realmente perdiendo el sentido de lo que decía así que solo se detuvo y la miró un largo momento, notando algo entre el zapato mojado, un hipido y algo que parecía una arcada pero no llegaba a ser nada. "Pero... ¿que haces?"

Era fascinante realmente las reacciones de esta chica, ¿de donde la había sacado? De hecho, ¿por que la estaba siguiendo? Ojo... si lo pensaba bien esa era una buena pregunta. Quizá debiera hacerla... si... de hecho, sonaba a una excelente idea.

"Oye, ¿me estás siguiendo? Porque... no sé... creo que no eres mi tipo." Aclaró parpadeando un par de veces aunque aun no soltaba el brazo de la chica... Aparentemente ni se había enterado que la sostenía en primer lugar. Pero, ¿Que decir? Que allí pasaba un chico con un grupo de amigos, trastabillando, algo brillante y metálico en la mano y Lou lo único que pudo fue... seguirle con la mirada. "Es que mi cinturón es mágico... cobra vida."

Lo que siguió fue un quedo ‘Oh, mon dieu.’ y ella mirando sin entender pegada a la chica que evidentemente vomitaría pronto.

—¿Y qué…? Joder, sí que te compran cosas extrañas... —apeas si oí el final de su murmullo, pero de todos modos contesté. Al final su voz se había hecho más baja, casi inaudible y yo solté un hipido y algo como arcada que jamás llegó a serlo del todo. Se me pasaron un poco las nauseas y pude volver a concentrarme en la chica que aun no me había soltado la muñeca y la tenía bien sujeta. ¿Por qué me agarraba así?—. ¿Que qué hago?  Caminar por… Londres… —¿si era Londres?— contigo.

La mire como si actualmente eso fuera demasiado obvio. Dejé de concentrarme en el piso, pero cada que intentaba hacerlo el mundo daba vueltas muy vertiginosas como si todo fuera demasiado rápido y yo fuera a salir disparada en cualquier momento. Sin querer solté una risa demasiado rápida y demasiado impulsiva para significar algo.

—¿Seguirte? ¡¿Seguirte?! —Alcé la mano que me tenía sujeta y se la enseñé—. Si tú eres la que me estás arrastrando al fin del mundo, veela loca… —Quizá así me soltara y dejara de ejercer la presión sobre mi muñeca. Sin querer voltee intentando ubicar las calles, pero mis padres jamás nos llevaban al mundo muggle si no tenían algo importante que atender, así que me encontré perdida en medio de una ciudad que no conocía… y debería conocer. Pero el orgullo sangre limpia de mis padres era más grande—. Pero ahora estoy perdida, así que me quedo contigo…

Me dijo que su cinto cobraba vida y lo alcé la ceja.

—Joder, vaya cosas raras te compran… —repetí sin darme cuenta de que ya lo había dicho antes.

La soltó de golpe, solo para señalarla con una mano, el dedo casi tocándole la nariz de lo mucho que estiró el brazo para indicarla. Enana como era su carácter brillaba cuando se molestaba.

"¡¿Veela loca?! ¡Para tu información estoy perfectamente cuerda, muchas gracias!" Replicó con un tono ofendido mientras agitaba su brazo antes de comenzar a moverse nuevamente con paso decidido que daba la sensación que estaa enojada, sin embargo, a pesar de hacer gestos como si fuera un ave agitando sus alas en molestia no había adoptado su segunda forma adquirida al nacer, la de la arpía blanca o lo que fuera que le llamaran a esa mezcla entre humana y ave.

Fue entonces que se topó con el puente de Londres, el que cruzaba el Támesis... y todo parecía tener absoluto sentido... Uno se preguntará ¿que sentido? Pues, esa es una excelente pregunta, pero juraba que tenía sentido aunque nadie lo creyera. Debía ir por su cinto antes de que quebrara el Estatuto Internacional de Secreto...

"Tonterías, mira este..." Buscó en su cabello lo que lo sostenía en una muestra de algo raro. Y era una enorme araña mecánica. Del tamaño de su pequeña mano el arácnido de metal estiraba lentamente las patas para sacarlas de la posición que se encontraba solo para pararse y escaparse por el brazo de Lou, llegando a su cabello y comenzando a trenzarlo hasta finalmente ponerse en la punta de la trenza. "¡Estupida araña~! Quería una cola simple!" Rezongó frustrada mientras caminaba camino al puente de Londres.

"Como sea, nos van a echar del colegio si no recuperamos la boa!"

—¿Qué veela cuerda jala a una desconosida y la arrastra varias calles tras de si? —pregunté, alzando las cejas… o un gesto que pretendía ser eso, de verdad no tenía ni idea de cómo lucía en ese momento, pero el vestido que me había puesto ya tenía la falta arrugada y el viento me había despeinado el pelirrojo cabello por completo.

Siguió caminando y la seguí, de todos modos ya estaba perdida y no tenía ningún lugar a donde ir. Eso no alejarse del mundo muggle por completo al final sólo causa problemas, crías niños que se pierden en Londres con pasmosa facilidad porque nunca han ido allí. O si lo han hecho ha sido rápido, en lapsos de tiempo que no superaban la hora y siempre pegada a mis padres. En ese momento, mientras el mundo daba vueltas a mi alrededor me di cuenta de lo poco que los conocía y los entendía. A pesar de que reprobaban la filosofía del que-no-debe-ser-nombrado, no se mezclaban con muggles. De hecho, evitaban hacerlo como si los muggles fueran la peste.

Hasta que llegamos al puente y me mostró al otro bicho y tuve que dejar de pensar en cosas que al final nunca iba a averiguar.

—Malditas cosas complicadas tienes —murmuré al ver lo que había hecho la araña. A mí nunca me habían comprado cosas así, decían que sólo me iban a volver inútil—. Y te echarán a ti, que yo no he hecho nada… —Miré a mí alrededor, seguía sin saber cómo volver al bar o a casa, estaba totalmente perdida. Así no podía hacer nada—. ¿Dónde demonios quieres empezar a buscar?

"Te recuerdo que no distinguen varitas o quien realiza el hechizo o lo que fuera, estabas en la zona, admitelo, a ti te echan junto conmigo." Bufó comenzando a caminar por el puente con un gesto pensativo. "Aparte... aparte... ¿que va?" Preguntó bufando, bebiendo finalmente de su botella antes de extendersela. "Dos menores recorriendo las calles de Londres y ni sé donde va este puente, ¿sabes donde va este puente? A la mierda, ahí es donde va... pasaje de ida solamente porque no sé como mierda vamos a regresar." Comentó cuando ya iba un buen tramo caminado, agradeciendo que estos zapatos eran cómodos o tenía tanto alcohol en sangre que la verdad no sentía absolutamente nada.

"¿Y sabes que? ♫ Te van a expulsar conmigo ♪" Canturreó divertida, sosteniendose de la barandilla antes de mirar a lo profundo del río, concentrada antes de comenzar a reír descontrolada. "Nos comenzaron a enseñar magia sin varita pero no me acuerdo ni como se preonuncia Wingodum Levioso." Comentó con un extra que no se entendió porque estaba en un perfecto alemán que era más cómodo para ella que el estúpido inglés...

"¿Aunque sea sabes francés? No me llevo bien con el inglés y no me entiendo nada... no me entiendo que es lo que quiero decirte." Rezongó.

Bufo, reconociendo que tiene razón.

—En ese caso se meterían también con mi torpe hermano… —solíamos tener una buena relación cuando él no era en excesivo sobreprotector conmigo y, claro, cuando no me acababa de decir que no volvería a Hogwarts. Como planeaba escapar de eso no tenía ni idea, pero me lo había dicho punto y yo había estado molesta desde entonces con él. Además que mi estado ebrio me hacía decir las cosas sin pensarlas demasiado—. No estaría nada mal…, después de todo no volverá al colegio, seguro que no le hará ni falta…

Seguí caminando por el puente, cada vez más mareada, oyendo a Lou, que estaba tan perdida como yo en aquel puente. El mundo me estaba dando vueltas, poco a poco.

—Vamos directo al infierno… —medio le digo, porque tampoco tengo ni idea de en donde desemboca ese lugar—. Es Winguardium. Winguardium… ¿Levisa? —Toso un par de veces—. Y por supuesto que hablo francés… —respondo, esta vez en francés, mi madre me lo enseñó desde pequeña. Tengo una sensación desagradable en el estómago que no me deja pensar.

Me acerco al borde del puente, el río está abajo. Siento que algo sube por mi estómago hasta llegar a mi garganta, me inclino un poco… Y tiro parte de mi humanidad directo al río. Mientras termino de vaciar mi estómago, pienso que para ser una borrachera, no se siente tan glorioso como aseguran todos.

"¡Se meterían con todo el... el...!" Se giró para mirarla y... "Ough, que asco... ¿que cenaste? Hueles a... a... pantano podrido." Se pasó la mano por la nariz tratando de espantar el olor cuando comenzó a ver del otro lado que terminaba el puente... era mucho más corto de lo que recordaba... o lo que creía (apenas 230 metros), finalmente descendiendo por él hasta encontrarse al otro lado, aun con la mirada de algo de asco antes de ver un bebedero para personas, si, esos que tienen el botoncito y sale el chorro de agua.

Y no tuvo mejor idea de que se acercaran a él para empezar a tirarle agua a la chica que ni para poder recuperarse del terrible vómito que había soltado derecho al río le había dado.

"Con algo de suerte Jesse nos saque del problema aunque sea un poco. Es que realmente... ¿te imaginas? Que horror... y una serpiente mágica dando vueltas por Londres... ni sé lo que estoy hablando." Tomó un poco más de la botella y se recargó en el bebedero a la espera que la otra chica se acicalara o lo que fuera que pudiera hacer, aunque por lo verde que se veía tenía todas sus apuestas a que en realidad se desmayaría antes de que encontraran el cinto...

Lou no, el combustible de Lou era el mismo alcohol, lo cual significaba tristemente que tenían exactamente 1/4 de botella para averiguar donde estaban o sino ella caería inconsciente en algún rincón de la ciudad, que ahora se alzaba con un cartel cercano del subterraneo anunciando que estaban en la estación London Bridge.

—¿...mundo? —Me rio de mi misma—. Se van a meter hasta con Morgana...

Pongo una cara de asco, porque entre el hedor y el sabor que me ha quedado en la boca estoy pensando y jurando que nunca jamás volveré a probar el alcohol. Pero me estoy mintiendo a mi misma, el alcohol tiene un sabor tan glorioso cuando se trata de whisky de fuego que no podré evitarlo cuando me llegue la amnesia.

Sigo a la veela hasta el bebedero y lo primero que hago es apretar el botón y llenarme la boca de agua, ignorándola, quitándome el sabor del vómito de mi boca. Y después de eso me limpio un poco, aunque mi vestido acaba un poco mojado y mi cabello se pega a la piel, pero aun me siento sucia.

—Es como buscar una aguja en un pajagr... —le digo—. Pajagr... —vuelvo a repetir, riéndome de mi propio acento—. Y además no podemos usar magia, estamos jodidas... —me vuelvo a reír un poco por la desesperación y un poco porque no estoy en mis acabales—. Estamos jodidas —canturreo—. Jodidas, jodidas, jodidas... y perdidas.

"¡Tengo una idea!" Expresó de repente, buscando por todos lados e indicó un lugar, un poco apartado, algo escondido, pero con una luz roja que alumbraba el corto camino que daba de la calle a la solitaria puerta. En lo alto del lugar se veían luces y una placa leía claramente Hotel Transitorio.

"Tu te bañas, yo... pido más de esto y luego seguimos buscando, porque apestas." Aclaró caminando, buscando cruzar y tropezando mientras se acercaba a la puerta con todos esos malditos escaloncitos. Como si vivir al lado del río implicara que se inundara todo constantemente. Aunque suponía que si llovía sería normal. Bueno, algo normal... lo que fuera. Quizá si la tirara al río no sería tan caro...

Pero ella quería otra botella de lo que fuera.

"Ey... una habitación." Pidió nada más entrar sin fijarse si la... la humana venía con ella. "Si ve una humana viene conmigo." Aclaró sin ver tras el vidrio negro al hombre con cara de desconcierto hasta que vio que alzaba la botella para mostrársela. "Y otro de esto... una botella de wiskey mejor, esto es muy frutal."

Al otro lado un hombre debió apagar el micrófono para que no se escucharan sus risas a costa de la chica rubia que no sabía si quería reírse o follársela él mismo, pero con reir se conformaba de momento.

"¡Eh, Vo’! ¡Poulain! ¡Habitación 51!" Gritó a la puerta o no sabía, ni sabía si le había seguido... lo más gracioso es que si estuviera sobria aunque fuera la misma situación de simplemente necesitar una ducha esto hubiera sido demasiado incómodo, de momento lo único que quería era que la chica se bañara de una maldita vez para dejar de apestar y ella un trago bien fuerte.

Acabo siguiéndola casi corriendo, mojada, con el terrible olor aun impregando en mi cuerpo jurando una y otra vez no volver a emborracharme, pero el whisky de fuego tiene tan bien sabor.. lo tiene de verdad. No sé que hacer exactamente, pero seguir la cabellera rubia de la veela loca se ve bastante bien. Enfoco los ojos porque el mundo sigue dando vueltas una y otra vez. Consigo subir los escaloncitos poco a poco y cuando logro entrar Louise ya ha pedido... ¿una habitación? ¿Qué hacemos exactamente en un hotel de paso?

Mi cerebro trabaja ralentizado, poco a poco, poco a poco... Y recuerdo que dijo algo sobre limpiarme, o ducharme o algo parecido. Ni siquiera tengo idea de que demonios hago. Oigo su grito y la sigo, más rápido, con cuidado de no perder su cabellera rubia.

—No volveré a tomar en mi vida... —toso antes de acabar la oración—. Me hace estúpida —me quejo por mi torpeza, porque al parecer a Louise la acelera. Llego hasta la puerta del maldito número 51 cuando ella ya ha entrado y me meto. No me fijo en nada hasta llegar al baño y abrir la llave del agua fría. A mi madre no le gusta que me duche con agua fría. Dice que acabaré cogiendo un resfriado. Y esa noche probablemente lo haga, pero ni siquiera estoy sobria y no quiero pensar.

Me peleo con los tirantes del vestido hasta sacármelo por los pies sin molestarme en cerrar la puerta del baño y me meto a la ducha.

"Seh... seh... lo que digas. Apura el paso de marrano que tenemos que llegar a... a... allí lo antes posible." No sabía ni donde estaba yendo en realidad, pero sabía que DEBÍA llegar antes de que terminara de oscurecer para poder hacer algo o averiguar como regresar a casa...

Ah, si... debían estar en camino al Caldero Chorreante...

Escuchó una campanilla, de costado como se abría y cerraba una compuerta y una lucecilla verde se encendía anunciando que había algo en el cargador para ella.

La verdad que no le importaba mucho ver a Isabelle desnuda, la verdad, vivía viendo chicas el triple de atractivas. Chicas veelas con sus cuerpos lustrosos y suaves, con curvas peligrosas y sutilezas deseables que hacían sonar a pecado las cosas más habituales.

Ella en cambio era... Louise, nadie comprendía del todo su fisionomía, había que tener en cuenta que no era alta y estilizada, delgada como las otras veelas. Tenía senos pequeños, de esos que caben en la palma de una mano de un hombre si así lo deseara, pero ella nunca deseó un hombre salvo por... bueno, el chico que le gusta, pero eso es algo menor y aparte Jesse no estaría de acuerdo.

Pero entre delirios varios, sacudió la cabeza, sacudió la espalda y finalmente tomó la botella, sentándose a esperar a la chica humana que no recordaba el nombre pero era la hermana de Poulain así que de vista reconocía.

ignoro a la veela loca hasta que salgo de bañar, sólo con la toalla puesta y el vestido medio empapado en una mano, además del resto de la ropa hecha un rollo bajo la otra, me visto torpemente antes de ponerme el vestido sobre el cuerpo y usar la toalla para intentar secarme el cabello, que me cae mojado sobre la espalda. Al menos, se siente bien no apestar a mi propio vómito y a lo que almorcé. No tengo ni idea de que hizo la veela en todo el tiempo que estuve en el baño.

—¿Tienes más...? —miré la botella que había pedido—. Dame, anda... ¿Y a donde teníamos que llegar en no sé cuanto tiempo?

Maldigo por lo bajo, recordando una serpiente. ¿Qué tenía qué hacer la serpiente? ¿O por qué la estabamos buscando? ¡Ahhhh, sí, porque estaba perdida! Bien, mi cerebro reacciona poco a poco, pero reacciona, lo que es algo.

No sé dónde estoy parada en ese momento, pero tampoco soy capaz de hacer milagros, ciertamente. ¿Qué me pasó? Suspiro un poco intentando hacer un mapa en mi cabeza, pero me doy cuenta de que recuerdo el puente, el Fabric... y nada más. Todo lo que estaba en medio de ellos es... un borrón.

—¿Cómo voy a volver a casa?

Le pasó la botella apenas mirándola un momento antes de apoyar sus brazos cruzados y descansar la cabeza sobre ellos.

"Cuando salimos tenemos que seguir el Thames a la izquierda y cruzar por el otro lado para llegar a Charing Cross y a una cuadra está el Caldero Chorreante. De ahí seguro llegas sola a tu casa." Declaró finalmente, observándola pensativa.

"Oye, una pregunta... ¿A ti te gusta alguien?" Sabía que en esa habitación de un hotel de paso sonaba mal, pero no lo decía con ese sentido, solo tenía ganas de sacarse eso del pecho que le pasaba y la confusión que le traía sus emociones personales y sus deseos cuando debía enfrentarse a Samuel o a Jesse y su pasado con Stanley.

Y la verdad, si le decía a Solar, Solar mataría a Jesse, Jesse mataría a Samuel y Samuel amenazaría a Stanley pero entre medio, entre los cuatro seguro le partían un nuevo hoyo a Alan solo para asegurarle que no era ‘Apto para consumo’.

—El Thames a la izquierda y después... ¿qué? —me pierdo inmediatamente, mi cerebro no está para pensar demasiado en ese momento y le doy un trago hondo a la botella antes de pasársela a la veela de regresa—. Ni idea, haz tu de guía...

Claro que llegado al Callejón al menos quizá sabré donde estoy parada, pero aun tengo otro problema: no puedo hablarle así a Edward, porque seguro me acaba delatando. ¿Llegar así a casa? Ni loca, ni borracha... ni... bueno... me acabo de dar cuenta de lo que pensé y me río un poco. Sigo barajando mi lista de posibilidades. Aria está en francia, según sé, y las gemelas sabrá dios donde... (nunca fueron grandes amigas, pero compartir habitación desarrolla vínculos). Así que sólo me queda... Theodore Nott.

—¿Eh? ¿Que si me gusta alguien? —lo pienso un poco. No sé. me gusta el nombre de Crawford, a todo el mundo le gusta ese tipo, tan correcto, tan amable, pero Damien pierde puntos por ser el novio de esa perra. Y Blaise Zabini, pero ni sabe que existo y...—. Creo que no. Digo, parece que tengo algo con un chico, pero... no me gusta y nunca saldría con él, además

Que complicada es la vida.

Tomó la segunda botella que había pedido, saliendo caminando por el pasillo lentamente cuando ya estuvieran listas, no era que Isa se hubiera retrasado o algo así. Solo que el alcohol le hacía pensar, le hacía pensar tanto que dolía y quería llorar y no sabía como llorar.

"A mi me gusta alguien..." Admitió para luego mirar el techo de ese pasillo que llevaba a las escaleras para bajar. "Seguro lo habrás visto, Cromwell de Ravenclaw, pero siempre me han dicho que es un chico fácil, que le gusta... ya sabes, ir a la cama solamente. Que eso es lo que quiere. Y yo... no quiero eso." Hablaba lento, casi sonaba infantil a sus propios oidos y es que... no era que no quería ir a la cama con Alan, solo...

Solo tenía miedo. Tenía miedo por sus memorias, por lo que había pasado y por la experiencia que tenía y por eso cada vez que le decían que no le convenía ella trataba, se esforzaba por creerles porque si él le hacía daño significaba que no estaban destinados a tener nada y ella... ella quería sentirse despreciada quizá.

No, no despreciada, necesitaba saber que no se alejaba de las personas por miedo, sino que era por una razón, que Jesse la apartaba del resto por una excelente razón que era protegerla, que no le estaba haciendo daño, que su mejor amigo tenía sus deseos en cuenta y esa preocupación que rozaba la psicosis era justificada, porque los hombres allí fuera solo buscaban una cosa y ella no podría vivir... vivir sabiendo que él era igual al resto.

Prefería conservar la memoria de su enamoramiento como un hecho puro, como las sensaciones y emociones a pesar de sentirse una vieja resentida, pero... era agradable simplemente estar enamorada aunque nunca pueda ser correspondida.

"Aunque supongo que me casaré con mi mejor amigo y viviremos la vida de relajo que siempre soñamos." Agregó sin pensarlo siquiera, considerando como sería su vida a partir de ahora.

¿Cromwell? ¿Quién carajos es Cromwell? Intento buscar una cara, un algo... pero no se me ocurre nada. Dice que es de Ravenclaw y yo imagino que debe estar en el grupo de Aria, o debe conocer a Aria, pero no tengo ni la más remota idea en realidad.

—¿Mujeriego? Yo conozco a un mujeriego... —respondo—. Es mi mejor amigo. —No sé que más decir. De verdad, se me acabaron las palabras y catalogar a Theodore Nott como mi mejor amigo es quizá, lo peor que he hecho en mi corta vida—. No son tan malos... —hipo—, si no te acuestas con ellos.

No pienso nada más, le doy un trago al alcohol y lo siento quemar mi garganta y subir hasta mi cerebro. Quiero que maten a mis neuronas, no quiero pensar más en mi hermano, en lo idiota, en los idiotas de mis padres, en que Aria no está, en que todo el mundo parece estar en peligro y yo quiero estar de fiesta.

—Yo sí quiero enamorarme —respondo—. Pero todos los chicos son unos imbéciles. —Otro trago, otro hipido que me hace ver patética—. ¿Nos vamos al Callejón? Quiero llegar a algún sitio que conozca

"No, supongo que no es mujeriego." Admitió tomando la botella porque de repente quería llorar y a ella no le gustaba llorar. Preguntarse si era mujeriego era algo negativo, no dudaba que algo debía haber tenido o tenía con alguna chica, era natural, ¿no? Pero la idea de pensarlo le dolía y le hacía llorar siempre porque constantemente estaba allí mirandolo a la distancia y ya se sentía estúpida o una acosadora.

Si, hablaban de vez en cuando cuando se cruzaban y tenía una relación de amistad con él a pesar de todo, solo que él este año había huido con su familia y ella se había quedado atrás... atrás nuevamente.

"Es solo que es lo único que piensan." Trató de convencerse a si misma con algo de resignación, dejando unos billetes antes de salir nuevamente a la calle y comenzar a caminar por el borde del río.

"Yo quiero también, es solo... no, las cosas no son sanas para alguien como yo. Y Jesse está preocupado de que venga alguien a hacerme daño y no quiere él y yo tampoco... por eso. No sé. Me enamoré de una persona igualmente y no sé como manejarlo. Espero que con el tiempo se me olvide eso."

—Me parece que te complicas más de lo que parece, ¿sabes? —acabo diciéndole. De verdad no entiendo por qué las chicas se complican tanto con el me gusta, no me gusta, me gusta, no me gusta. A mi me gusta Damien y punto, pero tiene novia y ella esta loca y por si fuera poco no sé si volverá a Hogwarts para su último año.

Y después está, él. No me atrevo a pensar en él con su nombre, no borracha. No lo sé. Siempre hemos tenido "algo", es un año mayor que yo, pero, siempre ha existido ese "algo". Tensión sexual que negamos o lo que sea. Siempre ha habido algo, pero nunca hemos cruzado la línea que nadie ha pasado... Además, leyendo los periódicos, me he enterado que su padre se ha fugado de Azkaban. ¿Cómo se siente tener un progenitor fugitivo?

—Si te gusta alguien, te gusta, y ya está. ¿Vale? Eres una chica normal... bueno, eres veela, pero si alguien te quiere no se fijará en ti sólo por eso, ¿no? —no entiendo el asunto de las veelas, sé que siempre tienen problemas, que la comunidad está cada vez más apartada, pero... aun así—. Un enamoramiento no es algo que te puedas extirpar como tumor. Las cosas funcionan o no funcionan y no depende de ti... Aunque te empeñes

"A veces quisiera que así fuera." Admitió alzando los brazos al cielo nocturno, disfrutando de la briza fresca del Thames antes de bajar el brazo con la botella y pasarla a la pelirroja. "Sería todo tan fácil, tan simple... quiero decir. Precisamente, soy una veela... los hombres sin importar la edad tras un momento de embobados pasan a reducirse a un manojo de nervios, perder el habla y quedarse sin parpadear siquiera o... por supuesto, tratar de violentarnos."

Se mordió los labios, pasó un rato de silencio donde lo único que sonaba era alguna música lejana mientras la conducía al otro puente, se arrancaba los pellejos de los labios de forma distraída tratando de renegar de lo que sabía que cruzaba por su mente. El hecho de querer llorar no tenía nada que ver. Quería creerle que era tan sencillo, pero no... no lo era, Lord Voldemort había regresado y ellas estaban caminando solas y desprotegidas por la calle (a un puente que sin saberlo se caería en tan solo semanas). Era una veela, era peligrosa y podría llegar a perder el control y atraer personas sin quererlo.

Y también estaba el hecho de que Jesse no dejaría que se acercara... ni Samuel y probablemente Solar también añadiría su pizca de opinión al asunto. Hacía 2 años que no veía en persona a Stanley y aun le hacían escenas cuando lo mencionaba, ¿que le hacía pensar que algo sería fácil ahora.

"Quizá tengas razón..." Replicó en absoluto convencida pero prefiriendo guardarse el melodrama de lo que era su vida diaria.

Y para ponerlo en perspectiva... pasó de dormir con sus madres a dormir con su amigo en la cama, solo no sabía estar sola y si la abandonaban por un posible romance que podía llegar a ningún lado no sabría que hacer. "Las relaciones no son lo mío me supongo."

—Ya, ¿hay inhibidores no? —pregunté con curiosidad pues había oído cosas de Aria, que odiaba, literalmente, a todas las veelas y su ascendencia—. Yo... Siento la curiosidad. Mi mejor amiga es medio veela, pero no habla de eso. Su madre es desagradable por decirlo de alguna manera...

No me extraña que todas las veelas sean cerradas y desagradables, si es como esa que está enfrente de mí, pero lo cierto es que Astria D'Angelo sigue sin gustarme ni un poco.

Sonrío y le doy otro trago a la botella, mis neuronas empiezan a dejar de funcionar y empiezo a adormilarme, pero el alcohol me despierta un poco y me permite seguir manteniendo esa conversación aunque no tenga ni pies ni cabeza, ni absolutamente nada, de momento.

—Las relaciones son complicadas, todo el maldito mundo lo dice... —comenté—. Yo no he tenido novio... Bueno, alguno muy serio, o algo así. —Me muerdo los labios, con duda. A los dieciséis años me veo ya un poco mayor, pero lo cierto es que hasta hace poco fue plana y pecosa. Demasiado pecosa.

"Los hay... pero poco importa si saben quien eres o que eres." Respondió recordando el pasado por un momento, negándose a llorar, no había vuelto a llorar desde aquel día, no comenzaría a llorar ahora, abrazándose a su propio cuerpo en el frío, queriendo convencerse de que era el frío que el río le traía... ‘la bruma’, se recordó, clavando la punta de los dedos en sus costados en un acto desesperado para controlar su molestia, la molestia que nacía en su pecho cuando recordaba lo que habían hecho con su frágil cuerpo aquellos...

"Una fragilidad tan fuerte y efectiva es algo que atrae y quieren quebrarlo muchos de ellos. No es de extrañar que la madre de tu amiga no sea ‘buena’, una de dos, si es pura nació de la vanidad de alguien, ser vanidosa es un segundo instinto para nosotras... El ego que tenemos lo acaricia cualquier atención que nos preste hasta hacernos ilógicas. Luego está el miedo... no somos humanas, jamás lo seremos y por mucho que nos veamos como humanas las cosas se ponen difíciles cuando estamos en peligro. Y lo tercero... cuando tienes hijos mestizos las veelas entran en una revolución aparte... Es complicado, he visto a muchas volverse locas y atacar a sus familias." Aclaró recordando, clavándose aun más los dedos...

Le gustaba Alan... pero regresando y analizando esto. ¿Tendría un futuro con él? O si no fuera Alan, ¿Tendría futuro con cualquier otro humano? ¿Estaría lista para vivir con el miedo de lo que pasaría con sus hijas?

En este momento, la respuesta era NO. La sola idea le aterraba.

"Las Semi Veelas son como nosotras, menos atractivas y más desprotegidas. No tienen nuestra fuerza ni nuestra habilidad con el fuego, son solo humanas llamativas... Personas que están expuestas."

El único ejemplo de una veela que tengo es Astria D'Angelo y esta. Por alguna razón, las dos me parecen a un mundo de diferencia de la otra, o quizá es sólo que estoy borracha y pienso demasiado. Pensar demasiado... me concentro en eso mientras la voz de la veela sigue retumbando en mi cabeza y de repente pierdo el hilo. ¿De que hablaba? Ah, sí, de fragilidad... fragilidad. Nunca lo pensé así y luego sobre las veelas que se vuelven locas... ¿De verdad? Bueno... no lo sé... Nunca me molesté en estudiar demasiadas cosas de veelas. El asunto molesta a Aria y no quiero herir sensibilidades a pesar de mi curiosidad.

—Yo... no sabía nada de eso... —que elocuente me pongo borracha—. Supongo que siempre tuve curiosidad pero nunca pregunté demasiado.

Me encojo de hombros y le doy otro trago, por alguna razón, con alcohol mis problemas se esfuman completamente. Ah, que hermoso. Dicen que el alcohol mata neuronas, pero mata a las que piensan en los problemas, por eso debe ser... Se siente tan bien.

"Es normal." Fue la corta respuesta a la afirmación de la chica, forzando sus dedos a soltar la ropa, las costillas, soltarse de esta posición tensa que le había generado esta situación o más bien esta conversación. Era normal... siempre era normal que ante el desconocimiento se juzgue.

No, no todas eran buenas, estaba en la naturaleza de ellas el ser consentidas, brutas, algo histéricas y tratar de dominar sobre los pensamientos del resto. Algunas como ella eran ‘especiales’, al estar inhibida desde los 11 años para poder asistir a la escolaridad tradicional, había aprendido a interactuar con los humanos desde dentro, siendo casi una más aunque fuera solo una ilusión, una mentira de lindos colores y un indicio de locura.

Charing Cross o como se llamara, no leía bien el cartel pero ya estaban llegando, solo faltaba una cuadra más para estar en destino.

"Es normal no saber como lidiar con lo que no se conoce. La dama sabe que no tengo idea de como interactuar con humanos la mitad del tiempo." Aclaró suspirando, despeinándose antes de indicar el cartel del Caldero Chorreante.