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Intentando descansar [Hermione]
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Intentando descansar [Hermione]
Estaba cansado. ¿Cansado? agotado, más bien. Volvía a casa, bien tarde, de unas redadas en el ministerio. El jefe de mi escuadrón nos había mandado a los de mi grupo y a mí a vigilar un barrio mágico por si pasaba algo, pero el día había acabado sin más incidencias que un incendio que causó un niño demasiado joven para controlar sus poderes, pero que no acabó en nada grave, así que afortunadamente todo había ido bien y sin problemas, lo cual, aunque había resultado en una tarde muy aburrida, me traía mucha alegría, muy, muy en el fondo, porque me hacía feliz ver que no éramos tan requeridos, que todo iba bien. Y eso, me encantaba. Me encantaba ver como los días eran tranquilos y la gente feliz, aunque a veces el trabajo fuera muy aburrido.
Así que finalmente, cuando pasaba de medianoche, llegué a la mansión y me dejé caer en mi cama, tras subir unas escaleras que pensaba que no iba a tener la energía de subir. Era como si las piernas me pesaran inmensamente. Tirado en mi cama, contemplé mi habitación en la oscuridad, sólo iluminada por la luz de la luna que entraba por la ventana y atravesaba las cortinas, pensativo. Me llevé las manos a los ojos, los froté y suspiré, haciendo un último esfuerzo para quitarme la ropa y ponerme unos calzoncillos y una camiseta grande a modo de pijama. Y después, volví a tirarme en la cama, contemplando el techo. Sentía un gran vacío en el pecho, sin saber exactamente por qué.
Giré la cabeza sobre la almohada y contemplé la única foto familiar que tenía en mi mesita de noche. Mis padres, mi hermano, un yo de catorce años, mi hermanita, tan pequeña... suspiré de nuevo. Les echaba de menos. Echaba de menos el olor a tostadas al levantarme que hacía mi madre, o el pollo quemado que a veces intentaba mi padre, echaba de menos las risas de Mackie, que ahora estaría en Hogwarts pero que hacía tiempo no reía como entonces, o los pelillos en el lavabo después de que Kenneth se afeitara. Echaba de menos eso de tener la mansión llena de correteos, ruidos, risas... ahora sólo estaba yo, y en vacaciones, Mackie y yo, pero ella ya no era la de siempre. Ya cambió mucho tras la muerte de nuestros padres, pero con lo de Kenneth, se había vuelto la más seria y cerrada, y raro era conseguir sacarle una sonrisa. Y yo ya no sabía qué más hacer con ella, lo que me hacía sentir un fraude como hermano y como sucedáneo de padre. Fracasado.
Y después estaba Susan... cómo me alegraba tenerla a ella, siempre tan alegre, y saber que Mackenzie estaría bien en Hogwarts, porque tenía a Susan para lo que necesitara, aunque no recordaba si mi hermanita estaba o no cursando estudios muggles, pero aunque no, de todas formas estaba ahí y seguro que ella conocía a esa profesora bien. Ojalá Susan estuviera aquí ahora, y no tuviera que sentirme tan solo. Si lo pensaba bien, no había tenido un segundo para sentirme mal, o llorar, o estar cabreado desde la batalla, siempre buscando a Mackenzie, 24h con ella, y ahora, estaba 24h sin verla, prácticamente a diario, y resultaba raro estar tan solo. Y fui consciente de que iba a llorar antes de hacerlo, y cuando me di cuenta de que lo estaba haciendo, entonces me resultó imposible parar. Hasta que de la tristeza vino la ira, y paré de llorar. Y me senté en mi cama, cogí lo primero que tuve al alcance -que resultó ser, afortunadamente, una almohada- y lo tiré con todas mis fuerzas contra el armario frente a mi cama, haciéndolo temblar.
Así que finalmente, cuando pasaba de medianoche, llegué a la mansión y me dejé caer en mi cama, tras subir unas escaleras que pensaba que no iba a tener la energía de subir. Era como si las piernas me pesaran inmensamente. Tirado en mi cama, contemplé mi habitación en la oscuridad, sólo iluminada por la luz de la luna que entraba por la ventana y atravesaba las cortinas, pensativo. Me llevé las manos a los ojos, los froté y suspiré, haciendo un último esfuerzo para quitarme la ropa y ponerme unos calzoncillos y una camiseta grande a modo de pijama. Y después, volví a tirarme en la cama, contemplando el techo. Sentía un gran vacío en el pecho, sin saber exactamente por qué.
Giré la cabeza sobre la almohada y contemplé la única foto familiar que tenía en mi mesita de noche. Mis padres, mi hermano, un yo de catorce años, mi hermanita, tan pequeña... suspiré de nuevo. Les echaba de menos. Echaba de menos el olor a tostadas al levantarme que hacía mi madre, o el pollo quemado que a veces intentaba mi padre, echaba de menos las risas de Mackie, que ahora estaría en Hogwarts pero que hacía tiempo no reía como entonces, o los pelillos en el lavabo después de que Kenneth se afeitara. Echaba de menos eso de tener la mansión llena de correteos, ruidos, risas... ahora sólo estaba yo, y en vacaciones, Mackie y yo, pero ella ya no era la de siempre. Ya cambió mucho tras la muerte de nuestros padres, pero con lo de Kenneth, se había vuelto la más seria y cerrada, y raro era conseguir sacarle una sonrisa. Y yo ya no sabía qué más hacer con ella, lo que me hacía sentir un fraude como hermano y como sucedáneo de padre. Fracasado.
Y después estaba Susan... cómo me alegraba tenerla a ella, siempre tan alegre, y saber que Mackenzie estaría bien en Hogwarts, porque tenía a Susan para lo que necesitara, aunque no recordaba si mi hermanita estaba o no cursando estudios muggles, pero aunque no, de todas formas estaba ahí y seguro que ella conocía a esa profesora bien. Ojalá Susan estuviera aquí ahora, y no tuviera que sentirme tan solo. Si lo pensaba bien, no había tenido un segundo para sentirme mal, o llorar, o estar cabreado desde la batalla, siempre buscando a Mackenzie, 24h con ella, y ahora, estaba 24h sin verla, prácticamente a diario, y resultaba raro estar tan solo. Y fui consciente de que iba a llorar antes de hacerlo, y cuando me di cuenta de que lo estaba haciendo, entonces me resultó imposible parar. Hasta que de la tristeza vino la ira, y paré de llorar. Y me senté en mi cama, cogí lo primero que tuve al alcance -que resultó ser, afortunadamente, una almohada- y lo tiré con todas mis fuerzas contra el armario frente a mi cama, haciéndolo temblar.
Percival Lightwood- Mensajes : 113
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Re: Intentando descansar [Hermione]
4to día, Hermione aun no sale de la habitación, solo se sabe de ella gracias a que algunos criados atestiguan haberla visto pasar por la biblioteca, cargar unos libros y volver a encerrarse.
Desde el corto intercambio el día que llegó a la mansión aun no hay señales de vida de su parte. Los elfos han dicho que le llevan una comida diaria aunque no la haya pedido y han limpiado la cama aunque esta no parece haber sido usada más de una vez al segundo día.
Los Libros que han desaparecido son variados, desde sanación, Defensa, Aritmancia y si alguno había dando vueltas, Artes Oscuras.
Salvo por esa comida diaria en ningún momento ha hablado con elfos o criados ni ha tenido contacto con el mundo exterior salvo horarios de completa soledad donde ha salido a cepillar los caballos y ha regresado a su habitación aun antes de que alguien pudiera verla.
Desde el corto intercambio el día que llegó a la mansión aun no hay señales de vida de su parte. Los elfos han dicho que le llevan una comida diaria aunque no la haya pedido y han limpiado la cama aunque esta no parece haber sido usada más de una vez al segundo día.
Los Libros que han desaparecido son variados, desde sanación, Defensa, Aritmancia y si alguno había dando vueltas, Artes Oscuras.
Salvo por esa comida diaria en ningún momento ha hablado con elfos o criados ni ha tenido contacto con el mundo exterior salvo horarios de completa soledad donde ha salido a cepillar los caballos y ha regresado a su habitación aun antes de que alguien pudiera verla.
Hermione J. Granger- Mensajes : 468
Localización : La Biblioteca
Re: Intentando descansar [Hermione]
Suspiré levantándome de mi cama, sabiendo que no iba a poder dormir, y saqué una botella de whisky de fuego escocés y unos vasos que guardaba en un armarito en mi cuarto, para cuando me sentía con ganas de una copa fuerte. Salí de mi cuarto y contemplé el pasillo oscuro, iluminado sólo por las lamparitas de aceite que había en las paredes. Sentí el frío suelo a través de mis pantuflas, y caminé con paso lento y pesado hasta que llegué a la puerta de la habitación de Hermione. Ya ni sabía cuánto llevaba sin verla, pero sí sabía que teníamos que hablar urgentemente. Suspiré mirando la madera de la puerta.
—Hermione, ¿estás despierta? —pregunté elevando la voz sólo lo suficiente como para hacerme oír a través de la madera. Tras esperar unos segundos, abrí la puerta con un par de dedos intentando no soltar los vasos que llevaba en la mano, y al entrar me lo encontré todo lleno de libros, y a ella entre ellos. Tampoco me sorprendió aquello. Me senté en el sofá, y llené ambos vasos de whisky contemplando a la chica de soslayo—. Sabes que no tienes que estar aquí encerrada todo el día, ¿no? me preocupas, pero como eres mayor para tomar tus propias decisiones, tampoco quiero agobiarte... ¿te apetece un vaso de esto? es bueno, te lo prometo —susurré amablemente, con voz cansada.
—Hermione, ¿estás despierta? —pregunté elevando la voz sólo lo suficiente como para hacerme oír a través de la madera. Tras esperar unos segundos, abrí la puerta con un par de dedos intentando no soltar los vasos que llevaba en la mano, y al entrar me lo encontré todo lleno de libros, y a ella entre ellos. Tampoco me sorprendió aquello. Me senté en el sofá, y llené ambos vasos de whisky contemplando a la chica de soslayo—. Sabes que no tienes que estar aquí encerrada todo el día, ¿no? me preocupas, pero como eres mayor para tomar tus propias decisiones, tampoco quiero agobiarte... ¿te apetece un vaso de esto? es bueno, te lo prometo —susurré amablemente, con voz cansada.
Percival Lightwood- Mensajes : 113
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Re: Intentando descansar [Hermione]
El lugar esta oscuro salvo por una vela prendida. Se ven libros sin embargo no son los libros de la biblioteca o no parecen serlo. La habitación está cubierta salvo por la figura solitaria, en una silla frente a su ventanal mirando hacia fuera, observando con una expresión inmutable el mundo exterior, los terrenos.
Los brazos estaban caídos muertos a los lados del sillón como si no tuviera fuerza para moverlos y aun así, un libro sobre su regazo parecía tener vida propia ya que las páginas se giraban cada pocos minutos.
El goteo era constante, desde la punta de sus dedos de la mano izquierda, una gota a la vez cayendo en un cuenco en el suelo que resonaba como oleadas líquidas. Era como si no estuviera allí, como si no le interesara su presencia ya que... de hecho no parecía ni siquiera notarla la verdad.
En el escritorio una carta abierta, una carta perteneciente a Ron que había estado desesperado por contactarse con ella. Realmente ya la había visto y la ignoraba en este instante, solo quedando como un cuerpo muerto que se iba drenando de esa brea oscura que salía de su brazo.
"Alcohol... no, gracias." Respondió observándole desde el reflejo del vidrio, las palabras saliendo lentas y algo distorsionadas. "¿Ya invitaste a Ron y a Harry a cenar?" Preguntó con esa voz algo ausente.
Los brazos estaban caídos muertos a los lados del sillón como si no tuviera fuerza para moverlos y aun así, un libro sobre su regazo parecía tener vida propia ya que las páginas se giraban cada pocos minutos.
El goteo era constante, desde la punta de sus dedos de la mano izquierda, una gota a la vez cayendo en un cuenco en el suelo que resonaba como oleadas líquidas. Era como si no estuviera allí, como si no le interesara su presencia ya que... de hecho no parecía ni siquiera notarla la verdad.
En el escritorio una carta abierta, una carta perteneciente a Ron que había estado desesperado por contactarse con ella. Realmente ya la había visto y la ignoraba en este instante, solo quedando como un cuerpo muerto que se iba drenando de esa brea oscura que salía de su brazo.
"Alcohol... no, gracias." Respondió observándole desde el reflejo del vidrio, las palabras saliendo lentas y algo distorsionadas. "¿Ya invitaste a Ron y a Harry a cenar?" Preguntó con esa voz algo ausente.
Hermione J. Granger- Mensajes : 468
Localización : La Biblioteca
Re: Intentando descansar [Hermione]
Me llevé el vaso a los labios y, al inclinarlo un poco, éstos se mojaron con el líquido rápidamente. El whisky hizo su recorrido por la garganta, dando la sensación de haberse tragado una cerilla encendida, hasta las profundidades del cuerpo humano. Me recliné en el sofá, acostumbrando mis ojos a la oscuridad, y contemplé la vela un tiempo, y después la oscura figura de Hermione, pensativo. Ni siquiera sabía cómo había pasado eso, cómo se suponía que venía para recuperarse y estaba más interna en sí misma. Y tantos libros... supuse que eran de la biblioteca, ¿de dónde si no? al fin y al cabo la chica no parecía haber salido de la mansión en todos los días, probablemente ni siquiera de su cuarto.
—Estaba esperando a ver más ganas por tu parte de que vengan. Pueden venir mañana, si quieres —susurré tranquilamente, cerrando los ojos. Después de cómo había ido la cosa en Cabeza de Puerco, no esperaba nada diferente en mi mansión, y me cabreaba tenerlos aquí, pero suspiré, pensando que sólo era una cena, y que más me valdría relajarme. Lo que fuera si eso traía a una de las héroes del mundo mágico de vuelta a la vida, o lo que fuera—. ¿Puedo saber qué se supone que haces aquí encerrada, con todos esos libros? Y, por Merlín, ¿es eso sangre? —pregunté dándome cuenta del goteo, cuyo color no distinguía en la oscuridad.
—Estaba esperando a ver más ganas por tu parte de que vengan. Pueden venir mañana, si quieres —susurré tranquilamente, cerrando los ojos. Después de cómo había ido la cosa en Cabeza de Puerco, no esperaba nada diferente en mi mansión, y me cabreaba tenerlos aquí, pero suspiré, pensando que sólo era una cena, y que más me valdría relajarme. Lo que fuera si eso traía a una de las héroes del mundo mágico de vuelta a la vida, o lo que fuera—. ¿Puedo saber qué se supone que haces aquí encerrada, con todos esos libros? Y, por Merlín, ¿es eso sangre? —pregunté dándome cuenta del goteo, cuyo color no distinguía en la oscuridad.
Percival Lightwood- Mensajes : 113
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Re: Intentando descansar [Hermione]
"No hace falta... ¿Como te fue en el almuerzo con ellos?" Preguntó con un tono afilado que claramente marcaba su descontento, levantando con lentitud el brazo y secándolo con un paño antes de estirar la mano por una venda que había dejado en el apoya-brazos.
"¿En serio creías que era buena idea hablar directamente con mis amigos sin darme oportunidad a mi de hablar? ¿Creías que decirles que yo no quería verlos cuando te dije que los invitaras a cenar era una buena idea?" Las palabras eran tranquilas, no había una subida de tono de voz sino una fría resignación y una furia helada. Había tenido un día entero para apagar sus ánimos y sus cosas estaban empacadas ya para marcharse solo 4 días después de haber llegado.
Las preguntas sin embargo fueron ignoradas mientras con cuidado iba envolviendo el brazo, tapándolo de la vista con cuidado, resignada a que esto sería un día largo la verdad. Era predecible si lo consideraba todo. Ron y Harry eran impulsivos, de ánimos caldeados y explosivos, protectores, amables, realmente eran un sueño de personas pero solo podrías ser amigo de ellos si tu carácter es lo suficientemente fuerte como para no ceder territorio y no dejar que se entregaran a sus peleas y desacuerdos como serían capaces de hacer si no fuera porque los tres habían tenido cada uno su momento de paciencia para con el resto.
"Comprendo que me has aceptado dentro de tu casa, supongo que eso te da de alguna forma derecho sobre lo que hago y dejo de hacer aquí dentro. Pero mis amigos son otro tema... ¿Como te atreves a intervenir en algo que no te incumbe? ¿Creías que no me iba a enterar? ¿Sabes lo que debe pensar de mi ahora Harry? ¡¿Y Ron?! Habíamos tenido una discusión cuando le dije que no estaba interesada en él, ¡Y lo primero que se entera es que me he ido a vivir con otro chico!" La exclamación no era alta, más bien un siseo amenazante digno de un Slytherin más que de una Gryffindor, demasiado tiempo con Astoria y Draco había comenzado a afectar la suavidad con la que entregaba sus palabras.
Si, el ánimo se había calmado, pero aun estaba furiosa. Por eso había esperado que se acordara de su presencia antes de irse, para poder hablar.
"¿En serio creías que era buena idea hablar directamente con mis amigos sin darme oportunidad a mi de hablar? ¿Creías que decirles que yo no quería verlos cuando te dije que los invitaras a cenar era una buena idea?" Las palabras eran tranquilas, no había una subida de tono de voz sino una fría resignación y una furia helada. Había tenido un día entero para apagar sus ánimos y sus cosas estaban empacadas ya para marcharse solo 4 días después de haber llegado.
Las preguntas sin embargo fueron ignoradas mientras con cuidado iba envolviendo el brazo, tapándolo de la vista con cuidado, resignada a que esto sería un día largo la verdad. Era predecible si lo consideraba todo. Ron y Harry eran impulsivos, de ánimos caldeados y explosivos, protectores, amables, realmente eran un sueño de personas pero solo podrías ser amigo de ellos si tu carácter es lo suficientemente fuerte como para no ceder territorio y no dejar que se entregaran a sus peleas y desacuerdos como serían capaces de hacer si no fuera porque los tres habían tenido cada uno su momento de paciencia para con el resto.
"Comprendo que me has aceptado dentro de tu casa, supongo que eso te da de alguna forma derecho sobre lo que hago y dejo de hacer aquí dentro. Pero mis amigos son otro tema... ¿Como te atreves a intervenir en algo que no te incumbe? ¿Creías que no me iba a enterar? ¿Sabes lo que debe pensar de mi ahora Harry? ¡¿Y Ron?! Habíamos tenido una discusión cuando le dije que no estaba interesada en él, ¡Y lo primero que se entera es que me he ido a vivir con otro chico!" La exclamación no era alta, más bien un siseo amenazante digno de un Slytherin más que de una Gryffindor, demasiado tiempo con Astoria y Draco había comenzado a afectar la suavidad con la que entregaba sus palabras.
Si, el ánimo se había calmado, pero aun estaba furiosa. Por eso había esperado que se acordara de su presencia antes de irse, para poder hablar.
Hermione J. Granger- Mensajes : 468
Localización : La Biblioteca
Re: Intentando descansar [Hermione]
Miré a Hermione y me limité a escucharla y responder tranquilamente, tampoco era que tuviera fuerzas por esa noche para alterarme con nada, o cabrearme tan siquiera.
—Me fue fatal, Hermione, así fue —respondí sinceramente—. Tú no me dijiste que los invitara, Hermione, y yo les dije que tú no estabas entusiasmada con la idea, no que me dijeras que no los invitara, porque no me dijiste eso y decir lo contrario sería mentir, y yo no soy un mentiroso. Si no recuerdo mal, cuando te pregunté, no parecías contenta con la idea, no te entusiasmaste y además, en tu cara sólo había desagrado. Y ¿sabes cuál es la prueba de que estaba en lo cierto al pensar que tú no tenías ganas? te dije eso la tarde en que llegaste, hace ya cuatro días. Cuatro. Y ni en el resto de ese día ni en ningún momento de estos cuatro días viniste a preguntarme si los había invitado, si se me había olvidado, y es más, el día en que llegaste, cuando llegó la hora de cenar, ni siquiera te presentaste, porque has estado aquí encerrada, con lo que me probaste que no te importaba que vinieran o no, porque si te hubiera importado, me lo hubieras recordado, o te hubieras preocupado por asegurarte de que acordábamos un día con ellos. ¿Lo hiciste? no. Te encerraste aquí, habrás salido para tomar estos libros y poco más me atrevería a decir, porque soy el amo de esos elfos y me cuentan espontáneamente porque están tan preocupados por ti como yo, te encerraste aquí sin mostrar interés en prácticamente nada más, prácticamente digo, así que no me culpes a mí de tu falta de interés —dije tranquilo, con tono cansado, y me permití darle otro largo trago a mi vaso de whisky, pensativo, dejando que el líquido me refrescara e hidratase la garganta—. No quería molestarte, ni agobiarte, ni presionarte, quería darte tu tiempo, y por eso no he entrado aquí en estos días, esperaba que vinieras a hablarme, pero no lo has hecho, igual que esperé que aquella noche, tu primera aquí, bajaras y me preguntaras a qué hora iban a venir tus amigos o algo así. Así que ayer, cuando llevaba tres días agobiado y preocupado por ti, sin saber cómo lidiar contigo, o si era correcto venir a buscarte, o dejarte, o qué narices hacer, fui a buscar a las dos personas que me pareció sabrían ayudar más —continué en voz baja, sin enfadarme, porque esperaba que tarde o temprano me preguntara por ello— me importas, y perdóname si te molesta que fuera a buscar a tus amigos. Quería hablar con ellos, hacerles saber tu falta de entusiasmo, para que supieran que no me lo estaba inventando y reaccionaran, despertasen y se dieran cuenta de cómo estabas de verdad. Y además, pensé que era lo mínimo que ya que no parecías tener el menor entusiasmo en recibir visitas, al menos ellos tenían derecho a saber de ti, y no quedarse días sin saber nada, y darles la oportunidad de conocerme para que no empezaran a imaginar que estabas con alguien horrible. Ellos merecen saber la verdad, han hecho muchas cosas por ti en la vida, yo no sé cuantas, pero sé lo que los quieres y para querer así a alguien tienen que haber hecho mucho, además, sé lo de la mansión Malfoy, así que quise contárselo todo, y no he querido dejarles tirados y a parte de esto, por eso fui a hablar con ellos, y no me importa si no lo entendéis ninguno, lo cual imagino, porque ellos me echaron la bronca como si fuera el malo de la película y ahora tú estás enfadada —dejé el vaso encima de la mesa y esperé unos segundos en silencio contemplando la luz de la vela. Tras un tiempo, suspiré y miré a la gryffindor de nuevo—. ¿Intervenir en algo que no me incumbe, Hermione? ¡tú fuiste la que empezaste a contarme cosas, tú fuiste la que aceptó venir aquí, yo no te obligué a nada, así que me incumbe! me incumbe porque vives en mi casa, aceptaste mí ayuda, lloraste en mis brazos y me contaste parte de tus cosas, incluyéndome en tu vida porque estabas sola, y necesitabas ayuda, y parece ser que yo fui el único que supo exactamente qué decirte. ¡Ellos se iban a enterar de todo tarde o temprano, por Merlín, hazte responsable de tus decisiones Hermione! ¿Desde cuándo se tienen secretos en el mundo mágico? es más, ¿cuándo exactamente me dijiste que tus mejores amigos no podían enterarse de tus últimas decisiones en la vida, antes o después de que yo te ofreciera invitarlos a cenar, antes o después de que fueras una persona que sale en El Profeta y cuya vida probablemente la sabe ya media Inglaterra? —suspiré y apoyé mi cara en mis manos, permitiéndome unos segundos de silencio más. Estaba tranquilo, pese a todo, quizá por mi enorme cansancio, o el nudo en la boca del estómago, o el enorme sentimiento de nostalgia, daba igual la razón, pero el caso es que estaba bastante tranquilo—. Sabía que te ibas a enterar, porque o te lo contaban ellos o lo hacía yo, Hermione, te dejo vivir en mi casa, has entrado en mi baño, ¿cómo se supone que voy a guardarte secretos, Hermione? —dejé escapar una carcajada corta y amarga y la miré poniéndome serio rápidamente—. Ni siquiera sé qué tienes en los brazos, o qué estás haciendo aquí, bien te podrías estar aprovechando de mí por todos los libros que tengo aquí y yo no he hecho ninguna pregunta ninguno de estos días por dejarte hacer lo que prefirieras. Hermione, te repito lo que te dije en la casa de los Gritos. Me importas, me preocupo por ti, y estoy intentando portarme como un buen amigo, he buscado a los tuyos esperando que confiaras más en ellos que en mí, e intentado no dejarlos fuera de esto, tenerlos informados, y ahora os tengo a los tres cabreados. Y, mira, tengo dieciocho años y estoy criando a mi hermana solo, realmente tengo la madurez como para que me de igual que tres jóvenes adultos se cabreen conmigo, pero me gustaría ser capaz de entenderte y no puedo, y sé que si no los hubiera buscado, estarían cabreados por no saber de ti, y es más, estarían muy cabreados contigo. Son tus amigos y no deberían pensar mal de ti, y no deberían enfadarse contigo y echarte en cara nada ahora que eres tú la que les necesita, y además, no debería importarte lo que piensen de ti, y si te importa, quizá deberías haberlo pensado antes de encerrarte en ti misma, primero en Hogwarts, ahora en este cuarto, y no aceptar su ayuda cuando te la ofrecían, y no echarme a mí las culpas ahora por intentar tomar decisiones correctas y ayudarte. ¿Te quieres ir? Vete, no te lo impediré. Es tu vida, eres libre, haz lo que quieras, pero no me culpes a mí de tus decisiones, las asumes como persona adulta y sigues adelante, y da igual lo que los demás piensen de ti, porque si son tus amigos, te tienen que apoyar. Yo estaré siempre para lo que necesites y lo sabes —cerré los ojos y me tumbé en el sofá respirando profundamente y los abrí sólo para contemplar el techo—. Me importas, Hermione Granger. Y no sé qué te traes entre manos pero... por tu bien, espero que sepas lo que estás haciendo.
—Me fue fatal, Hermione, así fue —respondí sinceramente—. Tú no me dijiste que los invitara, Hermione, y yo les dije que tú no estabas entusiasmada con la idea, no que me dijeras que no los invitara, porque no me dijiste eso y decir lo contrario sería mentir, y yo no soy un mentiroso. Si no recuerdo mal, cuando te pregunté, no parecías contenta con la idea, no te entusiasmaste y además, en tu cara sólo había desagrado. Y ¿sabes cuál es la prueba de que estaba en lo cierto al pensar que tú no tenías ganas? te dije eso la tarde en que llegaste, hace ya cuatro días. Cuatro. Y ni en el resto de ese día ni en ningún momento de estos cuatro días viniste a preguntarme si los había invitado, si se me había olvidado, y es más, el día en que llegaste, cuando llegó la hora de cenar, ni siquiera te presentaste, porque has estado aquí encerrada, con lo que me probaste que no te importaba que vinieran o no, porque si te hubiera importado, me lo hubieras recordado, o te hubieras preocupado por asegurarte de que acordábamos un día con ellos. ¿Lo hiciste? no. Te encerraste aquí, habrás salido para tomar estos libros y poco más me atrevería a decir, porque soy el amo de esos elfos y me cuentan espontáneamente porque están tan preocupados por ti como yo, te encerraste aquí sin mostrar interés en prácticamente nada más, prácticamente digo, así que no me culpes a mí de tu falta de interés —dije tranquilo, con tono cansado, y me permití darle otro largo trago a mi vaso de whisky, pensativo, dejando que el líquido me refrescara e hidratase la garganta—. No quería molestarte, ni agobiarte, ni presionarte, quería darte tu tiempo, y por eso no he entrado aquí en estos días, esperaba que vinieras a hablarme, pero no lo has hecho, igual que esperé que aquella noche, tu primera aquí, bajaras y me preguntaras a qué hora iban a venir tus amigos o algo así. Así que ayer, cuando llevaba tres días agobiado y preocupado por ti, sin saber cómo lidiar contigo, o si era correcto venir a buscarte, o dejarte, o qué narices hacer, fui a buscar a las dos personas que me pareció sabrían ayudar más —continué en voz baja, sin enfadarme, porque esperaba que tarde o temprano me preguntara por ello— me importas, y perdóname si te molesta que fuera a buscar a tus amigos. Quería hablar con ellos, hacerles saber tu falta de entusiasmo, para que supieran que no me lo estaba inventando y reaccionaran, despertasen y se dieran cuenta de cómo estabas de verdad. Y además, pensé que era lo mínimo que ya que no parecías tener el menor entusiasmo en recibir visitas, al menos ellos tenían derecho a saber de ti, y no quedarse días sin saber nada, y darles la oportunidad de conocerme para que no empezaran a imaginar que estabas con alguien horrible. Ellos merecen saber la verdad, han hecho muchas cosas por ti en la vida, yo no sé cuantas, pero sé lo que los quieres y para querer así a alguien tienen que haber hecho mucho, además, sé lo de la mansión Malfoy, así que quise contárselo todo, y no he querido dejarles tirados y a parte de esto, por eso fui a hablar con ellos, y no me importa si no lo entendéis ninguno, lo cual imagino, porque ellos me echaron la bronca como si fuera el malo de la película y ahora tú estás enfadada —dejé el vaso encima de la mesa y esperé unos segundos en silencio contemplando la luz de la vela. Tras un tiempo, suspiré y miré a la gryffindor de nuevo—. ¿Intervenir en algo que no me incumbe, Hermione? ¡tú fuiste la que empezaste a contarme cosas, tú fuiste la que aceptó venir aquí, yo no te obligué a nada, así que me incumbe! me incumbe porque vives en mi casa, aceptaste mí ayuda, lloraste en mis brazos y me contaste parte de tus cosas, incluyéndome en tu vida porque estabas sola, y necesitabas ayuda, y parece ser que yo fui el único que supo exactamente qué decirte. ¡Ellos se iban a enterar de todo tarde o temprano, por Merlín, hazte responsable de tus decisiones Hermione! ¿Desde cuándo se tienen secretos en el mundo mágico? es más, ¿cuándo exactamente me dijiste que tus mejores amigos no podían enterarse de tus últimas decisiones en la vida, antes o después de que yo te ofreciera invitarlos a cenar, antes o después de que fueras una persona que sale en El Profeta y cuya vida probablemente la sabe ya media Inglaterra? —suspiré y apoyé mi cara en mis manos, permitiéndome unos segundos de silencio más. Estaba tranquilo, pese a todo, quizá por mi enorme cansancio, o el nudo en la boca del estómago, o el enorme sentimiento de nostalgia, daba igual la razón, pero el caso es que estaba bastante tranquilo—. Sabía que te ibas a enterar, porque o te lo contaban ellos o lo hacía yo, Hermione, te dejo vivir en mi casa, has entrado en mi baño, ¿cómo se supone que voy a guardarte secretos, Hermione? —dejé escapar una carcajada corta y amarga y la miré poniéndome serio rápidamente—. Ni siquiera sé qué tienes en los brazos, o qué estás haciendo aquí, bien te podrías estar aprovechando de mí por todos los libros que tengo aquí y yo no he hecho ninguna pregunta ninguno de estos días por dejarte hacer lo que prefirieras. Hermione, te repito lo que te dije en la casa de los Gritos. Me importas, me preocupo por ti, y estoy intentando portarme como un buen amigo, he buscado a los tuyos esperando que confiaras más en ellos que en mí, e intentado no dejarlos fuera de esto, tenerlos informados, y ahora os tengo a los tres cabreados. Y, mira, tengo dieciocho años y estoy criando a mi hermana solo, realmente tengo la madurez como para que me de igual que tres jóvenes adultos se cabreen conmigo, pero me gustaría ser capaz de entenderte y no puedo, y sé que si no los hubiera buscado, estarían cabreados por no saber de ti, y es más, estarían muy cabreados contigo. Son tus amigos y no deberían pensar mal de ti, y no deberían enfadarse contigo y echarte en cara nada ahora que eres tú la que les necesita, y además, no debería importarte lo que piensen de ti, y si te importa, quizá deberías haberlo pensado antes de encerrarte en ti misma, primero en Hogwarts, ahora en este cuarto, y no aceptar su ayuda cuando te la ofrecían, y no echarme a mí las culpas ahora por intentar tomar decisiones correctas y ayudarte. ¿Te quieres ir? Vete, no te lo impediré. Es tu vida, eres libre, haz lo que quieras, pero no me culpes a mí de tus decisiones, las asumes como persona adulta y sigues adelante, y da igual lo que los demás piensen de ti, porque si son tus amigos, te tienen que apoyar. Yo estaré siempre para lo que necesites y lo sabes —cerré los ojos y me tumbé en el sofá respirando profundamente y los abrí sólo para contemplar el techo—. Me importas, Hermione Granger. Y no sé qué te traes entre manos pero... por tu bien, espero que sepas lo que estás haciendo.
Percival Lightwood- Mensajes : 113
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Vitalidad:
(30/30)
Magia:
(30/30)
Re: Intentando descansar [Hermione]
"Silencio." Le respondió cortante sin siquiera dejarlo llegar a la mitad del discurso, observándolo incrédula a todas las palabras que decía justificándose y tratando de echarle la culpa a ella de lo que él dijo, hizo y tratando de ser el agran amigo del cual ni sabía que tenía hasta hacía unos días.
Una parte agradecía haber estado tanto tiempo encerrada en esa habitación, después de todo, seguramente hubiera tratado de darle este discurso antes. Como si usaran el mismo baño cuando ella tenía uno aquí dentro. Sabía que esto había sido un error, sabía que había sido algo precipitado y ni siquiera lo veía más que de vista.
Pero las conclusiones habían sido apresuradas. Eso estaba más que claro por lo menos.
Murmuró algo, sacando la varita y recorriendo la habitación, los libros de las estanterías volviendo a ellas, sus libros y los de Grimmauld Place regresando a su bolsa que eran en realidad el 90% de lo que había allí. Quizá no debería haber dicho nada y realmente debería haberse ido desde el momento en que él quebró su privacidad, el momento en que se metió donde no debía y trató de echar mano a las vidas del trío, buenas intenciones o no, SEGURO que ese no era su lugar, SOLO era lugar de Hermione Granger el hablar sobre SU vida con sus mejores amigos, no el de un amigo que había sido amable para prestarle una casa...
De hecho, no, algo estaba mal.
"¿Quien eres, Lightwood? ¿Como sabías lo de mis padres? Eso solo lo sabían Harry, Ron y Shacklebolt, ninguno de los cuales te habrían contado nada... ¿Como sabías lo de Ron cuando RON no sabía?" Preguntó lentamente girándose por primera vez, las ojeras de no haber dormido hacía ya varios días eran claras y su brazo vendado era lentamente ocultado por su ropa. Ciertamente la varita en la mano indicaba que si trataba de darle otro interminable discurso lo silenciaría por la fuerza.
Y es que ¿como no vio antes? Había podido leer a casi todos los Slytherins como libros abiertos... ¿Sería que se confió al tener delante a un sobreviviente?
Egoísta, cree que es el único que tiene algo para decir. Egocéntrico, cree tener el derecho sobre las decisiones finales... no lo hace de maldad pero cree saber la respuesta, cree que ella estaba distanciada de Harry y Ron solo porque no le parecía que él los invitara a verla a ella. No comprende los lazos de amistad claramente, confundiendo una nueva camaradería con posibilidades de amistad con una amistad siquiera cercana a lo que compartía con Harry y Ron...
Y peor, de todas las personas se había metido con la más orgullosa y vengativa Gryffindor. La misma que había soltado a la profesora Umbridge a ser violada por centauros en el Bosque Prohibido y había encerrado a Rita Skeeter en un jarro durante meses.
Quizá lo único que evitaba que tomara represalias era que entendía la buena intención... tanto como entendía que era una madurez y que jamás sabría el daño que había causado hasta que no tuviera una amistad como la de ella con sus chicos, hasta que no sangrara con y por alguien más hasta entregar su alma y llorar mientras observaba como alguien entregaba su vida por voluntad propia...
Ron tenía razón, solo ellos podrían sanarla y comprenderla. Por una vez podría decir que estaba equivocada cuando decidió ignorar si seguía o no hablando, caminando con paso cansino de haber drenado por décima vez la maldición que le corroía por dentro corrompiendo su magia y oscureciendo sus deseos. Solo quería ir a Hogwarts para buscar su tabla de horarios nueva y regresar a Grimmauld donde con suerte Harry podría haber preparado la habitación que solía compartir con Ginny.
No se iba por las decisiones de adultez... sino porque evidentemente, no podía confiar en él. Si no podía confiar en la persona que se encontraba bajo el mismo techo difícilmente podría sanar y por ende, este no era el lugar que buscaba.
Una parte agradecía haber estado tanto tiempo encerrada en esa habitación, después de todo, seguramente hubiera tratado de darle este discurso antes. Como si usaran el mismo baño cuando ella tenía uno aquí dentro. Sabía que esto había sido un error, sabía que había sido algo precipitado y ni siquiera lo veía más que de vista.
Pero las conclusiones habían sido apresuradas. Eso estaba más que claro por lo menos.
Murmuró algo, sacando la varita y recorriendo la habitación, los libros de las estanterías volviendo a ellas, sus libros y los de Grimmauld Place regresando a su bolsa que eran en realidad el 90% de lo que había allí. Quizá no debería haber dicho nada y realmente debería haberse ido desde el momento en que él quebró su privacidad, el momento en que se metió donde no debía y trató de echar mano a las vidas del trío, buenas intenciones o no, SEGURO que ese no era su lugar, SOLO era lugar de Hermione Granger el hablar sobre SU vida con sus mejores amigos, no el de un amigo que había sido amable para prestarle una casa...
De hecho, no, algo estaba mal.
"¿Quien eres, Lightwood? ¿Como sabías lo de mis padres? Eso solo lo sabían Harry, Ron y Shacklebolt, ninguno de los cuales te habrían contado nada... ¿Como sabías lo de Ron cuando RON no sabía?" Preguntó lentamente girándose por primera vez, las ojeras de no haber dormido hacía ya varios días eran claras y su brazo vendado era lentamente ocultado por su ropa. Ciertamente la varita en la mano indicaba que si trataba de darle otro interminable discurso lo silenciaría por la fuerza.
Y es que ¿como no vio antes? Había podido leer a casi todos los Slytherins como libros abiertos... ¿Sería que se confió al tener delante a un sobreviviente?
Egoísta, cree que es el único que tiene algo para decir. Egocéntrico, cree tener el derecho sobre las decisiones finales... no lo hace de maldad pero cree saber la respuesta, cree que ella estaba distanciada de Harry y Ron solo porque no le parecía que él los invitara a verla a ella. No comprende los lazos de amistad claramente, confundiendo una nueva camaradería con posibilidades de amistad con una amistad siquiera cercana a lo que compartía con Harry y Ron...
Y peor, de todas las personas se había metido con la más orgullosa y vengativa Gryffindor. La misma que había soltado a la profesora Umbridge a ser violada por centauros en el Bosque Prohibido y había encerrado a Rita Skeeter en un jarro durante meses.
Quizá lo único que evitaba que tomara represalias era que entendía la buena intención... tanto como entendía que era una madurez y que jamás sabría el daño que había causado hasta que no tuviera una amistad como la de ella con sus chicos, hasta que no sangrara con y por alguien más hasta entregar su alma y llorar mientras observaba como alguien entregaba su vida por voluntad propia...
Ron tenía razón, solo ellos podrían sanarla y comprenderla. Por una vez podría decir que estaba equivocada cuando decidió ignorar si seguía o no hablando, caminando con paso cansino de haber drenado por décima vez la maldición que le corroía por dentro corrompiendo su magia y oscureciendo sus deseos. Solo quería ir a Hogwarts para buscar su tabla de horarios nueva y regresar a Grimmauld donde con suerte Harry podría haber preparado la habitación que solía compartir con Ginny.
No se iba por las decisiones de adultez... sino porque evidentemente, no podía confiar en él. Si no podía confiar en la persona que se encontraba bajo el mismo techo difícilmente podría sanar y por ende, este no era el lugar que buscaba.
Hermione J. Granger- Mensajes : 468
Localización : La Biblioteca
Re: Intentando descansar [Hermione]
La miré callado y me incorporé poniéndome en pie. Empezaba a enfadarme un poco pero, pensándolo bien, ¿qué más daba? Mi vida era mi vida, tenía mis propias amistades, mi propia hermana, mi propio romance, ¿qué me hacía a mi falta intentar ayudar a nadie más? si me necesitaba alguien, estaría en San Mungo, así que lo mismo importaba.
—Soy quien te he dicho ser, Hermione Granger. Percival Lightwood, ex alumno de Ravenclaw, ex Premio Anual, ex Prefecto, con perfectas calificaciones en ÉXTASIS y en las Pruebas de Auror, Kingsley puede hablarte muy bien de mí todo lo que quieras, o no, porque la información de los aurores es confidencial. Ah, sí, ex auror, aprendiz de medimago, que es probablemente el trabajo que más me guste en el mundo —dije con voz fría, empezando a terminar de estar enfadado, dejando que mi pelo se tiñera negro, porque no iba a ir por ahí escondiendo mi naturaleza de metamorfomago y evitando transformaciones espontáneas, y tampoco importaba, porque en la oscuridad apenas se notaba, y si lo hacía, lo mismo daba, adoraba ser metamorfomago, excepto cuando transformaba mi nariz por accidente y después me costaba ponerla como siempre—. ¿Y quién narices sois Potter, Weasley y tú, dónde está esa fama del simpático trío dorado? ¡¿Quieres saber como lo supe?! —añadí elevando la voz, apretando mi varita en el bolsillo tan fuerte que sentía mis nudillos blancos e insensibles—. ¡Porque en el ministerio no hay forma de guardar un secreto! Pasaba allí ocho horas cada mañana, y algunas más por la tarde, y una vez mi superior me mandó llevar unos informes al despacho de Kingsley, y en los tres segundos que tardé en levantar el brazo y llamar a la puerta, que por cierto, es muy fina, le oí "Granger" y "memoria irrecuperable" y puesto que soy muy inteligente, no vi a tus padres por ningún lado y me estabas llorando encima, até cabos —expliqué enfadado—. Ah, sí, y te cito textualmente, me dijiste "no tengo ningún sitio a donde ir" —me acerqué hacia la puerta y la abrí de un tirón y antes, me di la vuelta y la miré—. Vete si quieres, si tan poco te cuesta ver cómo yo estaba cuando estabas mal y hice lo que pude por ti. Pero da igual —me encogí de hombros, y salí de ese cuarto.
—Soy quien te he dicho ser, Hermione Granger. Percival Lightwood, ex alumno de Ravenclaw, ex Premio Anual, ex Prefecto, con perfectas calificaciones en ÉXTASIS y en las Pruebas de Auror, Kingsley puede hablarte muy bien de mí todo lo que quieras, o no, porque la información de los aurores es confidencial. Ah, sí, ex auror, aprendiz de medimago, que es probablemente el trabajo que más me guste en el mundo —dije con voz fría, empezando a terminar de estar enfadado, dejando que mi pelo se tiñera negro, porque no iba a ir por ahí escondiendo mi naturaleza de metamorfomago y evitando transformaciones espontáneas, y tampoco importaba, porque en la oscuridad apenas se notaba, y si lo hacía, lo mismo daba, adoraba ser metamorfomago, excepto cuando transformaba mi nariz por accidente y después me costaba ponerla como siempre—. ¿Y quién narices sois Potter, Weasley y tú, dónde está esa fama del simpático trío dorado? ¡¿Quieres saber como lo supe?! —añadí elevando la voz, apretando mi varita en el bolsillo tan fuerte que sentía mis nudillos blancos e insensibles—. ¡Porque en el ministerio no hay forma de guardar un secreto! Pasaba allí ocho horas cada mañana, y algunas más por la tarde, y una vez mi superior me mandó llevar unos informes al despacho de Kingsley, y en los tres segundos que tardé en levantar el brazo y llamar a la puerta, que por cierto, es muy fina, le oí "Granger" y "memoria irrecuperable" y puesto que soy muy inteligente, no vi a tus padres por ningún lado y me estabas llorando encima, até cabos —expliqué enfadado—. Ah, sí, y te cito textualmente, me dijiste "no tengo ningún sitio a donde ir" —me acerqué hacia la puerta y la abrí de un tirón y antes, me di la vuelta y la miré—. Vete si quieres, si tan poco te cuesta ver cómo yo estaba cuando estabas mal y hice lo que pude por ti. Pero da igual —me encogí de hombros, y salí de ese cuarto.
Percival Lightwood- Mensajes : 113
Ficha de Combate
Vitalidad:
(30/30)
Magia:
(30/30)
Re: Intentando descansar [Hermione]
Se giró a verle, los ojos chocolate relampaguearon con una amenaza mucho más profunda que la que en otras ocasiones hubiera apostado, quizá era por lo que le hicieron o por todo lo que había perdido que ya no tenía porque contenerse, pero esa misma mirada contenía un filo, un filo tan particular que evidenciaba que esta sin lugar era la persona considerada más inteligente desde Rowena Ravenclaw y la única persona que había estado a la par para desafiar su mente había desaparecido hacía muy poco, considerada una de las criaturas más astutas por muchos.
Ese mismo filo era el que capturaba información, información que él no necesitaba decir pero daba a entender, calificando, clasificando datos y guardándolos para cuando fuera necesario sacarlos a relucir, evidentemente mientras más hablara él, ella más información tendría, especialmente porque sus padres no estaban en ningún informe del ministerio y Kingsley no tendría datos, jamás habían entrado en jurisdicción por ser Muggles y mucho menos clasificados porque sino estarían en riesgo de mortífagos.
¿Realmente la creía idiota? ¿Realmente creía que alguien podría haber tenido casualmente escrito sobre ellos? Nadie, absolutamente nadie sabía sobre sus padres, eso lo clasificaba automáticamente como una amenaza.
Aparte, ¿realmente creía que podría usar sus palabras contra ella? ¿Que podría hacerle sentir culpable? ¿Que podría hacer que ella siquiera flaqueara?
Por un segundo los ojos se dilataron en un miedo irracional al notar un dato muy importante mientras clasificaba el palabrerío que él le ofrecía, solo para volver a endurecerse con una ira que jamás nadie quería ver en ojos de Hermione Granger cuando ciertamente dijo algo que no le sentó para nada bien. No, eso ni se asomaba...
¿FAMA? ¿Realmente era tan idiota como para hablar de fama? ¡Su suerte! ¡Había encontrado al Ravenclaw más idiota del colegio!
Ni siquiera se dignó a responder, corriendo a toda velocidad en dirección a la ventana, abriéndola con un movimiento antes de saltar convertida ya, volando a toda velocidad de ese lugar.
Harry y Ron deberían escuchar de esto. Y como mínimo quería un aplauso por no destrozar esa habitación ni haber respondido las palabras del sujeto. Solo esperaba que Harry estuviera dispuesto a hacer muchos pancakes para ella... realmente necesitaba algo con que distraerse antes de dejarse dominar.
Ese mismo filo era el que capturaba información, información que él no necesitaba decir pero daba a entender, calificando, clasificando datos y guardándolos para cuando fuera necesario sacarlos a relucir, evidentemente mientras más hablara él, ella más información tendría, especialmente porque sus padres no estaban en ningún informe del ministerio y Kingsley no tendría datos, jamás habían entrado en jurisdicción por ser Muggles y mucho menos clasificados porque sino estarían en riesgo de mortífagos.
¿Realmente la creía idiota? ¿Realmente creía que alguien podría haber tenido casualmente escrito sobre ellos? Nadie, absolutamente nadie sabía sobre sus padres, eso lo clasificaba automáticamente como una amenaza.
Aparte, ¿realmente creía que podría usar sus palabras contra ella? ¿Que podría hacerle sentir culpable? ¿Que podría hacer que ella siquiera flaqueara?
Por un segundo los ojos se dilataron en un miedo irracional al notar un dato muy importante mientras clasificaba el palabrerío que él le ofrecía, solo para volver a endurecerse con una ira que jamás nadie quería ver en ojos de Hermione Granger cuando ciertamente dijo algo que no le sentó para nada bien. No, eso ni se asomaba...
¿FAMA? ¿Realmente era tan idiota como para hablar de fama? ¡Su suerte! ¡Había encontrado al Ravenclaw más idiota del colegio!
Ni siquiera se dignó a responder, corriendo a toda velocidad en dirección a la ventana, abriéndola con un movimiento antes de saltar convertida ya, volando a toda velocidad de ese lugar.
Harry y Ron deberían escuchar de esto. Y como mínimo quería un aplauso por no destrozar esa habitación ni haber respondido las palabras del sujeto. Solo esperaba que Harry estuviera dispuesto a hacer muchos pancakes para ella... realmente necesitaba algo con que distraerse antes de dejarse dominar.
Hermione J. Granger- Mensajes : 468
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