Insomnia (Hermione)

Desde su sillón de siempre, miraba el fuego, en silencio. Tenía los nudillos vendados, consecuencia de la pelea que había tenido de una vez por todas con Malfoy. Esta vez, sin embargo, no estaba de animos de regodearse por haber podido golpear con todas sus ganas ese rostro cetrino del Slytherin, porque intentaba encontrar algún sentido a aquellas palabras que había dicho, que no tenían relevancia dentro de aquella rencilla. Le habían parecido confusas, y aún en ese momento, en la penumbra de la Sala Común, seguía sin comprenderlas. "Quedarse con Hermione". Eso había dicho, con una extraña seguridad. Y es que lo que se adivinaba de aquellas palabras era... estúpido. Por un momento llegó a pensar que hablaba de raptar a Hermione para continuar el trabajo de la hija de puta Lestrange, pero ni siquiera así esas palabras sonaban coherentes. Quedarse con Hermione...

... Porque el otro sentido que podrían tener esas palabras no tenían ni pies ni cabeza. Era como si, como si... Como si aquella pelea en ellLago no hubiera sido para aclarar las asperezas del pasado, sino una lucha entre pretendientes por el amor de una chica. Y eso, eso no tenía sentido alguno. ¿Acaso se había perdido de algo en esos tres mesas de separación?

¿Cuanto dormía en estos días? ¿Cuatro horas? Eso era si se esforzaba por girarse y seguir durmiendo, sino por lo general a las dos horas ya estaba de pie, gracias a las pesadillas o al miedo de sufrirlas. Dentro de todo las cosas se veían bien, no había problemas que la superaran salvo tristemente por si misma que era un problema...

Y Malfoy...

Y la varita de Bellatrix...

Sin olvidar la constante investigación para borrar la marca que esta le había dejado en su brazo.

Se rindió, suspiró profundamente, una vez más bajaba en medio de la noche esas escaleras. Tenía sueño pero sabía que conciliarlo sería casi imposible dado el estrés y su cerebro que trabajaba a demasiada velocidad. Aun podía sentir las manos de Malfoy arder en su piel, recordándole lo estúpida que había sido, lo impulsiva que se había comportado y restregando en su rostro que quizá, quizá nada era lo que parecía, quizá simplemente todo lo que había creído era solo una mentira que ella misma se había creado para sobrevivir.

O podía que no y simplemente estaba perdiendo la cabeza, la desesperación de volver a sentirse viva, volver a sentirse Hermione en primer lugar.

"Ron..." Susurró cruzandose la bata al ver la cabeza pelirroja de cabello corto allí en la sala común.

Alzó un segundo la cabeza del fuego, y la vio envuelta en su bata de dormir, con el cabello algo desordenado. No pudo evitar sonreír.

-Hey.- Pero la sonrisa se le borró en pocos segundos, volviendo de nuevo la vista al fuego. Llevaban días viendose a intérvalos, ella siempre en esa carrera que le hacía pensar que intentaba escapar de algo. Quizás intentaba escapar de él. Y todos esos días, él le había dado tregua, sin tocar el tema, dándole su espacio, creyendo que quizás así ella estuviera mejor. Ahora, luego de su encuentro con Malfoy, no estaba seguro de estar actuando bien. Por eso, por esa vez, en vez de intentar inventar una excusa para subir a su habitación, estaba decidido a quedarse allí.

-Tampoco puedes dormir, ¿eh?- Le preguntó.

La ceja de Hermione se arqueó levemente. Realmente quería decir que era por irritabilidad, pero a veces era consciente de que no era justa con Ron. No era justa porque muchas veces creía que su presencia simplemente la irritaba, como si fuera un estado natural de su relación que los unía y separaba al mismo tiempo, a veces amaba odiarlo, otras odiaba amarlo.

Y esa era su relación, total y completamente disfuncional, no sentía nada por él en calidad de pareja a esta altura por todo lo ocurrido y el historial de daño mutuo que demostraban podían causarse desinteresadamente. ¿En que parte había fallado? Porque otra forma de verlo no encontraba... ella había fallado y a su vez era demasiado cobarde o estaba demasiado cansada como para seguir sacrificando su tranquilidad, seguir sacrificándose, para que esto funcionara.

No había nada que recuperar, lo único que hubo fueron celos inconclusos y una soledad aparente... Ron tenía a Lavender y Harry a Ginny, en momentos se había sentido como la tercer rueda, una tercer rueda confusa y mal colocada.

"Así es... supongo que eso de dormir está sobrevalorado." Optó por bromear para sacar peso a sus palabras.

Se rió por lo bajo, volviendo a apartar la mirada del fuego hacia ella. ¿Por qué tenía que haberse vuelto todo tan complicado? Se suponía que cuando todo terminara, sería muy sencillo. No habría miedo, no habría incertidumbre de que alguno de ellos no saliera con vida. Podrían reunirse, hablar, salir, y hacer las cosas que se supone que hacen los adolescentes normales. También Harry se portaba así, como si aún después que todo terminara, debía seguir su camino solo.

-Ven aquí.- Extendió su brazo hacia ella, inviándola a sentarse a su lado. Tenía que recordar que, primero que todo, eran amigos. Casi hermanos, aún cuando él quería que fueran mucho más que eso con todo su corazón. Y para ella, que era hija sola, sabía que eso era importante. -A ver si con el fuego nos adormecemos un poco, ¿que te parece?-

El gesto lo hizo todo, le hizo sentir algo en su interior. No era la llama del amor que había esperado tanto tiempo, pero era Ron, ella lo necesitaba, era su mejor amigo, era quien debía acompañarle y por quien ella daría su vida. Todo el dolor compartido y causado durante años mutuamente desapareció ante ese gesto, sabía que estaba muriendo por fundirse en un abrazo con sus amigos, quizá con el pelirrojo siempre fue un poco más incómodo el tema de como relacionarse pero verlo allí, dispuesto a ofrecer calor no pudo evitar sentir las lágrimas...

Si, sus mejillas estaban húmedas, podía sentirlo al levantar la mano y rozarse el rostro en sorpresa... ¿cuando fue la última vez que lloró? Recordaba cuando Harry había simulado su propia muerte, pero la propia batalla evitó que pudiera llorar realmente y el vertiginoso movimiento tras la guerra, el dolor... quizá en la mansión Malfoy...  A veces creía que con esa varita aun Bellatrix la controlaba, que le convertía en su títere para seguir jugando.

Eso trajo un nuevo gesto a sus labios. Draco Malfoy, la persona que le había dañado durante 7 años de su vida, los 7 años más importantes desde que se descubrió que era una bruja, él... él le hacía daño y le daba tanto miedo. Ese encuentro en el baño había sentido como su cuerpo se erizaba y reclamaba por más, lo había deseado, pero ese mismo deseo le causaba pavor.

Y este pelirrojo que lo adoraba, dolía no poder corresponder, habían estado juntos tanto tiempo que...

El gesto de angustia se intensificó, los labios frunciéndose y los ojos llorosos abiertos en una maravilla aterradora, un terror personal que no podía expresar al correr los últimos cinco pasos para hundirse contra el pecho de él buscando refugio en el calor de su cuerpo.

"Oh, Ron... ¿En que me he convertido?" Preguntó por lo bajo, buscando el calor tan familiar de su amigo, dejando en la bandeja su alma desnuda. Estaba destrozada, cuando se veía en el espejo no se reconocía y ansiaba una de las frases insensibles de Ronald para saber que no estaba perdida en el abismo.

Lo tomó por sorpresa la repentina reacción de la castaña, sosteniéndola entre sus brazos con fuerza por miedo a que se deshiciera de lo delgada y frágil que parecía. Era extraño, demasiado. Harry siempre había sido quién recibía ese abrazo, a él siempre le correspondía el papel de hermano protector. Ahora era su turno, convertirse en ese pilar del cual Hermione podía sostenerse. ¿Estaba preparado para ello? No estaba seguro, pero no la abandonaría, no podía abandonarla y menos al escucharla de esa manera, tan desesperada. ¿Qué había sucedido para que ella estuviera así?

-Ehm... eh...- No sabía que contestarle. Apoyó su rostro sobre su cabeza, sin poder evitar aspirar el olor de su cabello sólo unos segundos, apoyar sus labios en ellos esperando que ella no lo notara. El corazón le bombeaba con fuerza en el pecho, pero sólo podía pensar en estar allí, hasta que ella se calmara, que llorara todo lo que necesitaba llorar. Quizás hacerla pensar en otra cosa...

-Le rompí la cara a Malfoy.- Dijo al fin, ya luego de haber pasado unos minutos en silencio.

La reacción probablemente no era la esperada, anda, ella misma no la pudo esperar, comenzó a reír... si, a reír. Reía y lloraba desarmada al mismo tiempo. Deseaba hacer las dos cosas con tal desesperación al escuchar efectivamente algo que le decía que esta persona efectivamente ERA Ron Weasley... algo insensible, fuera de lugar que cortaba la tensión del momento, sabiendo que estaba dejando un reguero de lágrimas sobre la ropa de él.

"Seguramente se lo merecía." Dijo tratando de no soltarse y a su vez secarse los ojos como si en este instante lo único que la atara a la tierra fuera él. "Lo-Lo siento, Ron... solo... solo estoy cansada." Trató de excusarse por su muestra de debilidad.

Se sentía confusa, pero tras desahogar su llanto reprimido logró encontrar su equilibrio, comenzar a disminuir sus latidos aunque cada tanto temblaba su pecho tratando de liberarse.

"¿Que pasó con Malfoy?"

-Lo de siempre: que es un cretino hurón cobarde y no va a cambiar nunca.-[b] Dijo con algo de veneno, manteniendo los brazos alrededor de Hermione, haciendo un poco de fricción sobre sus espalda para darle calor. [b]-Se acercó con ese aire de "soy mejor que todos ustedes y sobretodo mejor que tú" que siempre aplicó, y esta vez estallé. Llevaba demasiado tiempo con ganas de romperle la nariz como lo hiciste tú. Creo que al menos en eso ya podemos estar en paz.-

Él también había recibido algunos cuantos golpes del platino, pero había resultado ser mucho más efectivo en la parte de los puños que en intentar herirlo con magia. Quería comentarle sobre aquello que estaba torturando su mente, y que era la razón por la cual seguía allí sin poder dormir. Pero de la misma manera que la maga parecía haberse quebrado en ese momento, él se sentía sin fuerzas ni ganas de reclamarle nada. Hacerlo podía significar separarse de nuevo de ella, y simplemente no lo haría.

-Hermione... ¿Estás de nuevo usando el Giratiempo? Recuerda lo que casi ocurrió a tu salud mental entonces... y a la nuestra también, que no teníamos ni puta idea de que pasaba y tú no quisiste confiar en nosotros.- Había un ligero tono de reproche, pero desapareció al instante, cambiando a uno de preocupación. -En serio... ¿Qué pasa?-

La pregunta hizo que estallaran nuevamente las lágrimas. No sabía que hacerle, no sabía como hacerle, Malfoy era el menor de sus problemas, consumía parte de su atención, pero había algo que no se había animado a hablar con la dulce Hufflepuff Susan Bones.

"Yo... es la varita, Ron... es..." Tragó, movió la boca tratando de explicarle, ¿como hacerle entender lo que pasaba? ¿Como decirle que ella estaba mal? Que por una vez no podía hacer otra cosa que admitir que se había equivocado, que todo estaba mal y que por una vez no podía sola... siempre que había tenido problemas se había buscado la forma de solucionarlos a su forma, pero esto era diferente, seguía investigando, seguía buscando, y no había caso, no había solución, estaba desesperada.

"¿Prometes no molestarte?" Susurró dudosa, la voz perdiendo fuerza un momento, pero tragando y volviendo a verle de costado desde su pisición, moviéndose con cuidado en un intento de separarse pero sin desear hacerlo, frotando la manga del ligero camisón bajo la cual se escondía la cicatriz. Esa cicatriz que la marcaba como lo que era, algo que nunca dejaría de ser y que no podía borrar ni de su sangre y ahora tampoco de su piel.

-¿La varita?- Tuvo que pensar unos segundos antes de recordar la varita que usaba ahora Hermione, aquella oscura pieza de madera, curva como la garra de un ave de rapiña. No sabía por qué la castaña la conservaba, ahora que podía comprar una nueva. ¿Qué era lo que decía Ollivander? "La varita escoje a su dueño..." ¿Que pasa entonces cuando la varita es tomada de un mago en contra de su voluntad? Su gesto preocupado se hizo más evidente, aunque en el ceño comenzaba a aparecer una arruga, de esas que sólo mostraba mayormente con Ginny, cuando se creía con el derecho de actuar como "hermano mayor".

-Usualmente esa pregunta no viene acompañado de algo bueno.- Dijo, hasta que soltó un suspiro resignado. -Vale, de acuerdo. Prometo intentar hacer todo lo posible para no molestarme.-

Se terminó de levantar y desatar la manga del camisón en el lado izquierdo. Allí había una venda, una gran venda que cubría todo, desde el codo a la muñeca, debiendo tomar cuidado al sentir que la sangre a pesar de que estaba colocada pulcramente había pegado la tela a su piel levemente. Con cuidado retiró una capa, luego otra, finalmente desenroscando el último tramo para mostrarle el brazo, la mirada baja porque sabía que por mucho que lo hubiera prometido no le agradaría lo que vería.

Allí, la misma cicatriz que había hecho Bellatrix no había perdido forma, solo se veía peor. Y no era por la maldición en ella... no, lo único que hacía la maldición era que no perdiera forma, haciendo que destaque de una forma palpitante y roja, una marca furiosa como si hubiera sido quemada con ácido, cortada nuevamente para reabrirla, cicatrizada nuevamente...

Había tratado de quemarla de forma común, luego cuando no funcionó el ácido para disminuirla... la había abierto con un cuchillo en un intento de drenar la maldición pero no tuvo ningún éxito... y fue así como el brazo de una cicatriz que tenía ahora tenía un montón de cicatrices y rasguños.

Abrió la boca para excusarse, pero sabía que no serviría de nada así que la cerró nuevamente, esperando el tan odioso y temido juicio final.

El gesto de preocupación cambio a uno de horror, mientras los ojos del pelirrojo detallaban todas las marcas de aquel brazo que una vez fuera piel blanca y suave. Y resultaba más desconcertante aún el hecho de que aquel brazo, tan destruido, le perteneciera a aquella mujer que había conocido por tanto tiempo.

-¿Qué... ? ¿Como...?- ¿Era aquello efecto de la maldición? Había estado a punto de preguntarlo, cuando recordó que Hermione le había pedido que no se molestara. ¿Por qué habría de hacerlo, a menos que...? -Hermione, ¿Que has hecho?-

No quería enojarse, pero saber que ella se había causado eso, cada herida... Y la conocía, sabía lo obsesiva que podía ser, y eso explicaba como en sólo tres meses aquella herida había tomado el aspecto de años de sufrimiento. Se levantó para acercarse a ella, sin poder apartar la mirada de su brazo pero sin tocarla. -¿En que estabas pensando? Apuesto que ni siquiera has ido a la enfermería, ¿verdad?-

Recogió el brazo tratando de protegerlo, no podía soportar esa mirada, pero aceptaba que ella misma la había provocado. No, Ron no podía tener esa mirada en los ojos, es algo triste, no quería causarle dolor y aquí estaba, haciendolo deliberadamente para apartarlo y que entendiera que lo que buscaban era muy diferente, que él no se tenía que hundirse con ella. Pero esa mirada le daba miedo, temía haber hecho precisamente lo contrario a lo que intentaba.

"No, Madame Pomfrey no entiende... Estoy buscando curación, pero no entiendo, no logro hacerlo. Traté por medios mágicos pero aun no consigo un libro que hable de reliquias de familia o armas malditas. También traté de tomar medios de curación mágica, medios muggles, drenarla, coserla, no sé que más hacer. Todo lo que hago... no solo no resulta sino que cada vez se ve peor. Ron, ¿que me pasa? ¿Como puedo perder el control así? ¡Es como si ya no fuera yo! Y miro... miro y todos están sufriendo, pero no puedo hacer nada. ¿Como puedo ayudar si no me puedo ayudar a mi misma?"

¿Cuando se había ayudado a si misma? Siempre fue sobre Harry, sobre Hagrid, sobre Ron... aunque ellos le apoyaban por los pasillos, pero la realidad es que ¿cuantas veces le habían visto cuando estaba petrificada? Sabía que ellos querían ayudarle si tan solo pudiera pedir ayuda. Solo espera que no fuera demasiado tarde.

Dejó escapar un bufido de frustración y enojo, antes de poner sus manos en sus hombros mirandola fijamente.

-¡¿Por qué eres tan condenadamente terca?! ¿Cuando vas a entender que la vida de todos no dependen de ti o tus acciones? ¿Cuando, por un demonio, vas a pensar primero en ti y no en el resto?- La atrajo a si mismo y la abrazó con mucha fuerza. -Mierda, Hermione, que seas la más inteligente en todo este sitio no quiere decir que tengas que saber las respuestas a todo. Ni todo el conocimiento del mundo está en un libro. Deja de intentar luchar contra el mundo tú sola, deja que te ayuden.-

Presionó su mejilla a la de ella, luego sus labios, antes de separarse para verla a los ojos. -No soy inteligente, ni el más aguerrido. Sólo soy un patán payaso que ha tenido mucha suerte. Pero quiero ayudarte; déjame ayudarte.-

"Porque soy una estúpida. ¡Demonios! Todos dicen que soy inteligente, pero jamás me sentí más estúpida en mi vida." Y eso es decir algo porque jamás se ha escuchado realmente a Hermione insultar a nadie, como mucho le ha llamado Cucaracha a Malfoy. Y eso fue antes de la guerra cuando las cosas eran sencillas y no debía preocuparse porque se estaba follando a su supuesto enemigo en lugares publicos del colegio.

Cortando eso, no se estaba follando a nadie, solo pasó una vez y no se repetiría, fue un momento de debilidad, no iba ha hacerlo nuevamente... ¿a quien engañaba?

Frunció los labios, la nariz, entrecerró los ojos tratando de contener la oleada de emociones que le acosaban por todos los frentes. No había forma de solucionar esto, no había forma de retroceder y negar el pasado, ¿por que no podía dejar de huir? Había luchado al frente y en el momento estaba bien, se sentía bien, creía realmente en lo que hacía pero ahora no estaba segura de poder creer en esto, porque no sabía lo que era esto, estaba luchando contra si misma y no sabía donde estaba el cuartel, al menos cuando la guerra era contra Voldemort sabía quien era el enemigo.

Por un momento se sintió protegida entre los brazos de Ron, abrazándole de regreso tratando de tomar fuerza de él. Este era su mejor amigo, necesitaba esto, el calor de su abrazo para poder seguir.

"Gracias, Ron. Sin ti y Harry no sé donde estaría. Extrañaba esto." Admitió sonriendo, tratando de borrar las lágrimas que habían quedado en sus mejillas.

-No voy a dejarte, sabes que no.- Le dijo en susurros, viendo que parecía más calmada, un poco más ella misma. -No estás sola. Aunque estemos lejos, aunque no nos veas. Hermione...-

Le dio un beso casi paternal sobre la frente, dos bajos sus ojos borrando las lágrimas con el contacto, dos más sobre sus mejillas. Se sentía desesperado, entre apaciguar los miedos, la rabia, la confusión en su interior, y querer ayudarla a ella, a su mejor amiga, su compañera de tantos años. La cercanía a ella le daba el calor que le hacía falta, e intentaba contener con sus brazos ese cuerpo frágil que podía desvanecerse en cualquier instante.

-No te hagas más daño, por favor. Buscaremos la manera, de alguna forma. ¿Está bien?- Tenía su frente unida a la de ella, con los ojos muy abiertos, intentando esconder el nerviosismo que la cercanía estaba produciendo, el bombeo de su corazón resonando en su oído. Eliminó el espacio que quedaba entre ellos dos, uniendo sus labios en una caricia tentativa. No era el beso desesperado que habían compartido durante la batalla, sino algo más sentido y protector.

La estaba besando. No, no, nonono.

Se apartó, los ojos abiertos de par en par, esto no estaba pasando. Había eludido esto como a la maldita plaga y había salido perdiendo. Susan tenía razón y esto no estaba bien, y si no hablaba ella ya podía sentir las llamas quemar su piel. Esto no debía pasar, solo... solo no.

El salto fue tal que se apartó un metro, tomando su rostro entre las manos para taparse y esconderse. Tenía que lidiar con esto AHORA. No podía escapar por siempre. Por lo que decidió poner el frente bravo, alzando la cabeza con lentitud. Ese era el sentimiento que quería, pero no de él. No que nunca hubiera soñado con este momento, con que fuera este pelirrojo al que le daría todo, pero ya no. No podría nunca regresar a esto.

"No, no, Ron. No puedo hacerlo. Esto no puede pasar..." Respondió a media voz observándole fijamente. Estaba haciendo lo posible, no podía quebrar ahora, realmente no podía. Si lo hacía acabaría peor. Es mejor ser sincera, eso dijo Susan. Es mejor que lo supiera de mis labios aunque no estoy lista para confesar con quien estuve, no puedo dejar que se haga ilusiones. Las mías ya habían muerto y había llegado a la realidad, una en la que sabía que las peleas constantes no son tensión, es que simplemente no pensamos igual y no encajamos con naturalidad en nuestras diferencias.

El salto hacia atrás, el calor de los pocos segundos que había logrado mantener sus labios unidos se desvaneció en un instante, las palabras resultaron un golpe de aire helado en la cara que pudo haberlo derrumbado.

-No.- Había murmurado él, como un eco vacío de las palabras de Hermione. Repentinamente se había puesto tenso, de vuelta de nuevo a aquella sensación de malestar que lo había acompañado desde su encuentro con Malfoy. Apretó los puños, abatido al punto que podría haberse dejado caer de nuevo sobre el sofá, sin fuerzas para sostenerse. En sus ojos había una mirada de muda súplica. -¿Por qué no?-

Dio un paso hacia adelante, algo tambaleante. -Hermione... Hermione, yo te quiero. No, yo te AMO. Desde hace mucho, aunque no lo dije, aunque cometí estupideces. Y sólo lo vine a entender cuando creí...- El relicario, el juego de sombras, los celos, Harry y Hermione... Soltó un suspiro resignado. -No importa ya, no importa lo que creyera entonces. Ahora sólo me importas tú. Pensé... realmente pensé...-

Se llevó las manos al cabello en un gesto desesperado, cerrando los ojos un instante, apretando los dientes para evitar gritar. -¿Qué he hecho mal? Puedo cambiar...- Al volver a abrirlos, sus ojos brillaban con fuerza, con el malestar de la bilis consumiendo sus entrañas. Aquellas palabras dichas sin sentido alguno, quizás tenían sentido después de todo. -O... ¿es... es alguien más?- Por un instantes, sus labios formaron una palabra llena de odio, de ira. Malfoy.

Gimoteó por lo bajo, retrocediendo nuevamente hasta chocar con la mesa de madera, sentándose y colocando la cabeza ente sus manos. Las cosas no estaban bien. No estaban nada bien.

"No, Ron. No es algo que hiciste, nuestro tiempo se acabó antes de empezar." Trató de explicar conservando una compostura que había perdido hace tiempo y estaba tratando de reconstruir paso a paso. Debía encontrar su autoconfianza pronto, de ser posible en los próximos 5 minutos ya que muy pronto todo estallaría en su rostro.

"Yo... Lo siento. Realmente lo siento, Ron. Creí en un momento que podría, que nosotros íbamos a estar juntos y que estaría bien, que sería tan normal, tan natural. Con la guerra, no sé... algo cambió." Alzó la vista, observando las escaleras en dirección a las habitaciones, el color drenándose de su rostro al recordar que venía de una habitación donde una cama permanecía vacía, esa cama donde debería dormir la ex novia de Ron precisamente.

"Algo se quebró y traté de repararlo, no puedo, Ron... no puedo reparar esto. Te amo, pero así como amo a Harry, eres parte de mi, de mi familia, no tengo nada más importante que ustedes y nada los podrá reemplazar pero..." Tragó en seco, sabiendo que lo que venía iba a cortar de raíz toda posibilidad de Ronald de hacerse idea. Realmente creía que si había llegado a escuchar era más por el shock del rechazo que porque quisiera saber lo que le estaba diciendo.

"Ron, esto nunca funcionaría. No tengo esos sentimientos." Respondió finalmente, de forma casi tajante, mentalmente agregando un ‘al menos ya no los tengo.’

Esta vez no resistió, dejándose caer sobre el mueble, derrotado. -No lo entiendo...-

De nuevo había llegado tarde. De nuevo le había tomado demasiado tiempo confesarse, darse cuenta de sus sentimientos; en cuarto año había comprendido que Hermione era "una chica", hacía unos meses se había convencido que era LA chica. Su chica. Y ahora...

-Sé... sé que he sido... un idiota. Todos estos años... Quise cambiarlo, no... no pelear más, ceder en las discusiones, darte la razón. Cambié por ti...- Apoyó los codos sobre las rodillas, las manos arrastrando los mechones de cabello de su frente en un gesto de confusión. Los ojos fijos una vez más en el fuego. -Cuando nos besamos, cuando ME besaste... ¿No significó nada para ti? Si no sentías nada, ¿por qué...?-

Tragó fuerte, alzando la mirada hacia ella una vez más. -¿A qué estabas jugando? Me diste esperanzas, creí que había posibilidad, que sentías...-

¿A que jugaba? Realmente se había tratado de convencer de que no jugaba a nada, que todo estaría bien, pero ¡Nada estaba bien! ¿Como podía pensar en que algo estaba bien? ¡Hermione Granger no sabía algo! ¡No sabía que pasó! ¡No sabía reaccionar!

"Creí que podía solucionarlo. Creí que si te besaba... todo estaría bien, estaríamos juntos, volvería a ser como debería ser, podría volver al rumbo y yo podría ignorar esto que me pasa, que finalmente podría hacer como si todo fuera como en 6to año, donde yo corría celosa porque te besabas con Lavender, cuando creía que me acompañarías a la cena de las eminencias, cuando en cuarto año me ilusionaba con que me invitaras al baile..." Enumeró tratando de mover el nudo en su pecho cada vez más grande, era una pesa en su alma realmente.

"Pero no, Ron. Yo no puedo, no soy esa chica. Demonios, tu tampoco lo eres. Has crecido, has... madurado. Y quizá en algún momento podría haber hecho algo, siento que fallé, pero no puedo sostener estas emociones entre las manos."

-No intentes usar el "No eres tú, soy yo". por favor.- Dijo con tono amargo. Se sentía un completo idiota. Era evidente que la paciencia de Hermione nunca iba a ser eterna. Lo había soportado demasiado, esperando a que cambiara. Y al final, no había sido suficiente. El lo había entendido, por Merlín que lo había entendido, que había cedido, se había rendido a la evidencia de que Hermione se le había metido hasta los huesos. Ahora, ¿Como hacer cuando ya es demasiado tarde?

-¿Y no hay nada que pueda hacer? Hermione, ¿No... no tengo oportunidad? Sólo dilo de una vez y así dejaré de hacer el ridículo...-

"No seas absurdo, Ronald, no soy yo ni eres tu." Respondió con un repentino bufido que por un momento pareció realmente revivir la imagen de Hermione de antaño, retándole por ser absurdo y sus muchos sin sentidos.

Realmente partirle el corazón así le estaba matando, pero simplemente él mismo lo había hecho, no todos tienen que depender de ella, no podía entregar ese fragmento de felicidad que había encontrado tras la guerra. Ese sentido de paz, una paz bastante irónica porque ahora menos que nunca podría encontrar paz ya que dudaba poder hablar con nadie sobre lo que pasó.

"Es algo que pasó simplemente. Me gustaría decir que tenemos una oportunidad, pero eres mi amigo, no te quiero mentir. Podríamos haberla tenido, pero ahora... ahora es imposible, nuestro tiempo ya pasó y ninguno de los dos supo aprovecharlo." Lo pensó un momento y no pudo evitar sonreir de costado tratando de levantar sus ánimos. "Si te es consuelo creo que haríamos una terrible pareja... entre tu insistiendo que debería ir a los partidos de Quidditch contigo y yo diciendo que me quiero quedar leyendo nos la pasaríamos peleando. Siempre peleamos, aun cuando intentamos no pelear."

-No siempre... ¿Y que es una pareja sin una pelea o dos de vez en cuando?- Dijo el pelirrojo, intentando también mostrar una sonrisa, aún cuando ni siquiera podía alzar la mirada del fuego. -Sabes que al final hubiera cedido, hubiera admitido que tienes la razón... Podría haber escuchado los partidos por la radio, sosteniendo tu mano mientras leías...-

Sacudió la cabeza. Ya no había razones para hablar de un absurdo. Había dado su veredicto final, había terminado diciendo lo que había tardado años en decir para que cayeran en un pozo vacío. Se puso en pie, pasando junto a Hermione hacia el retrato de la Señora Gorda. -No... no puedo estar aquí ahora. Será mejor que intentes dormir... Mañana te ayudaré a averiguar respecto a tu brazo, pero no te hagas más daño...-