Tell me [Hermione]

La reunión del ED ha terminado. Sé que es tarde y debería volver a Grimmauld place porque mañana tendré a Teddy todo el día, pero lo cierto es que no tengo nada de sueño y me apetece hablar con mi amiga. Ya le di algo parecido a una sesión de terapia psicológica para Ron, quizá es momento de hacer otro tanto con Hermione.

Ella es mi mejor amiga, es con quien hablo cuando no puedo decirle ciertas cosas a Ron, además de que es mi fiel consejera. En ocasiones siento que me conoce mucho más que yo mismo, y ni hablar de lo mucho que descubre con sólo mirar mi comportamiento. Sé que no soy tan intuitivo como ella, o como cualquier chica con quien pueda ella hablar, pero necesito hacer esto porque mis dos mejores amigos están inmiscuidos en todo el asunto, y de terminar mal, ambos saldrán perdiendo. No quiero decir que desee que su relación termine... si es que hay una, sólo digo que no quiero afectados, que no quiero que nadie sala herido de gravedad. Conozco a Ron, sé que se hará el fuerte, pero en privado me lo dirá todo. En cuanto a Hermione, nunca más en la vida quiero verla llorar de nuevo.

Espero a que todos salgan de la sala de los menesteres y yo lo hago tras ellos, tomando sin que nadie me vea la manga de la túnica de mi amiga y tirando ligeramente de ella. A esta hora dudo que haya alguien en los pasillos, pero por si las dudas sacaré el mapa del merodeador más adelante. Dejo que el resto avance, y cuando dan la vuelta en el pasillo, yo camino hacia el lado contrario sin soltar la manga. Sigo mi camino directo y sin parar hasta las cocinas. Circulo en silencio por todos esos pasillos que conozco como la palma de mi mano, más cuando se trata de vagar durante la noche. Es como estr en casa, sabes dónde está cada cosa, cada objeto, qué tanto debes moverte y hacia donde para no caer. Es tan normal como respirar o como volar en escoba. Los pasillos desiertos me sientan bien, de manera que en poco rato estamos frente a la pintura de las frutas y le hago cosquillas a la pera, tal y como era de esperarse, agradeciendo no habernos topado con Peeves o Flich Al entrar se me hace un nudo en el estómago al pensar que no veré a Dobby, que no vendrá a mí gritándome amo y poniéndose a mi disposición. Intento apartar todo esto de mi mente y, sólo cuando me siento a salvo porque la puerta se ha cerrado tras nosotros, me giro hacia ella, sonriéndole para darle confianza, y le pregunto:

- ¿Qué tal va todo?- espero que con ese todo comprenda que me refiero mayoritariamente a Ron.

Cuando la manga de su túnica fue tomada por Harry un suave siseo salió de los labios de Hermione. En su apuro había vendado el brazo aun sangrante y ahora la piel y la carne se pegaban con venganza a la tela elástica que lo aprisionaba. Era tonto lo que había intentado, pero no por eso era exactamente malo... era mejor que la idea que le había soltado la vieja loca sobre una maldición que contrarreste la de este filo que grabó en su piel el maldito nombre, el filo que la había marcado como ganado para que por siempre recuerde quien era.

Hermione era... bueno, era ella. Bastante bien se le veía físicamente aunque había bolsas bajo sus ojos que no poseía antes y una perdida de peso que no había sido del todo resuelta desde el tiempo en que estuvieron recorriendo Gran Bretaña con la ropa a su espalda, algo de comida y una carpa mágica como únicos recursos para sobrevivir. Aun en su bolsillo descansaba su ‘nueva’ varita, aquella que había pertenecido a Bellatrix pero había cambiado su lealtad, girando ese centro corrompido por los deseos y la magia de la otra mujer a la hija de muggles como si esperara que la magia de un mago de primera generación lograra reconstruir su centro.

Muchos decían que era la bruja más inteligente de su generación, pero a veces se sentía muy tonta, la única ventaja que tenía realmente era la de actuar antes de pensar y no hacer algo ilógico, extremadamente peligroso o monumentalmente estúpido de camino.

Aun así, cuando Harry la llevaba así, sabía que era para una conversación que no quería tener y quizá era ese el tema.

Se dejó guiar, sin quejarse nuevamente por el ardido mientras esperaba a entrar a la cocina, recordando al elfo, extrañaba sus gritos de ‘Grangy’ y el hecho de que era el único que la apoyaba en este tema que era la libertad de los elfos le había dado un lugar muy especial con ella.

Entró y eligió una mesa al azar para poder tomar asiento, realmente no le importaba, era como ver un duplicado más pequeño de las mesas de arriba en el comedor.

"No sé a lo que te refieres Harry..." Comentó adivinando por donde iba la charla, cruzándose de brazos sin mirarle. Se sentía como una nena caprichosa, pero conocía a Harry como para saber que ÉL la conocía a ella y que quería respuestas sobre algo que ella no le podía dar.

Ella puede decirme lo que guste, pero, siendo sinceros, ambos sabemos que no está bien. Sé que Ron no es su mayor y principal problema, pero es un hecho que contribuye de manera considerable a todo lo demás. Nos hemos carteado mientras ella está en Hogwarts y yo en la academia, y en muchas de sus cartas se nota cómo se siente, generalmente mal y apagada en comparación de cómo era antes. Además está el físico. Estoy acostumbrada a verle ojeras y bolsas bajo los ojos por las muchas horas de estudio que siempre pasaba antes de exámenes; pero esto es exagerar. Está más delgada que nunca, creo que incluso más que durante todo ese tiempo que pasamos vagando por Inglaterra. Como Ron me dijo cuando nos vimos en Zonko, está pálida y sin duda la señora Weasley se preocupará demasiado cuando la vea. Además está ese detalle, que no me pasó inadvertido, de que se quejó cuando tiré de su manga.

Sus palabras me hacen dar un larguísimo suspiro. Lo cierto es que no sé quién es más terco de los dos. Si Ron por hacerse el hombre que no está enamorado o ella por hacerse la que no se entera de nada. Suspiro de nuevo y me siento a su lado justo cuando uno de los elfos se acerca a ofrecernos algo. Niego con la cabeza, tengo suficiente con lo que Kreacher me ha preparado y es cuestión de volver a Hogsmeade para estar de nuevo en casa.

- ¿Realmente me harás preguntar esto con todas sus letras?- según parece, si lo hará- ¿Qué le ocurre a tu brazo? ¿Qué pasó durante la conversación que tuviste con Ron? ¿Por qué no comes como es debido? Sabes que la señora Weasley se preocupará cuando tú y tus padres vayan a pasar navidad a Grimmauld place. Porque si, los quiero a todos ahí- incluso a Luna y su padre, si gustan. Quiero la casa llena, sentirme de nuevo en familia. A Teddy y Andrómeda también. Quiero sentir que toda esta batalla no fue en vano, que las vidas perdidas no se desperdiciaron. Que el mundo sigue su curso.

Miro a mi amiga, a mi mejor amiga, la que es como mi hermana. No la reconozco tras esa máscara de fortaleza que a todas luces no es más que una pantalla. Me pregunto cuándo se derrumbará y qué veré en ese momento. Seguro los mismos traumas que yo tengo, las mismas pesadillas que la despiertan todas las noches, la misma incertidumbre de preguntarse una y otra vez si esto es verdad. Espero que no sea su caso, porque ella tiene una buena vida por delante, una carrera, y si se arma de un poco de valor, también a Ron. Espero poder hacer que ella lo vea también, que se dé cuenta de las cosas y que aproveche la oportunidad.

Quebrarla hoy día no era tan difícil, no era tan difícil porque cuando creyó que todo había mejorado, todo parecía normal, ver los rostros de Harry y de Ron había quebrado eso que creía debía ser fácil. No, nada era fácil, extrañaba a sus amigos y había caído en un círculo incesante en el que no estaba segura poder escapar, estaba haciendo todo lo posible, pero a veces se sentía encadenada al suelo, a las piedras.

Estaba atrapada y ella sola se puso en esa situación, escuchar las palabras de Harry no estaba ayudando, realmente no ayudaba porque ahora quería llorar. No había llorado realmente desde que tenía memoria, la última vez que lloró tan abierta y quebrada había sido en sexto... hacía ya dos años casi. ¿Realmente había sido hace tan poco? Sentía como si hubiera pasado una vida antes de llegar a este momento, había tanto que podía responder al bombardeo de preguntas que solo sentía que su cabeza se consumía, un espasmo recorriendo su espalda como un escalofrío, sintiendo sus músculos contraerse en un acto doloroso pero conocido.

"A veces eres demasiado perceptivo." Trató de sonreir.

Sus padres no podían recuperarse, se acababa de mutilar el brazo en un intento de romper el maleficio del cuchillo y Ron... Ron le ponía nerviosa, temía decirlo, no quería poner a Harry en más aprietos, pero no podía estar con Ron, lo que era peor, ese beso desesperado que compartieron en los subsuelos de ese mismo colegio simplemente no estaba bien, no era lo que quería, sabía que había sido más impulsada por la emoción de sus palabras y el miedo a la muerte que por un deseo real de estar con él...

Y no lo entendía, antes de que se fueran en el viaje a por los Horrorcruxes realmente estaba convencida de que estaba enamorada de él, REALMENTE lo creía, las cosas se veían sencillas, ella acabaría casándose con Ron, Harry con Ginny y todo sería fácil y feliz. Pero las cosas no eran así, no... recordaba cuando estaban en el bosque, los miedos, las inseguridades mientras trataban de sobrevivir, el terror de que un día se despertarían con una varita apuntándoles y ya no habría como volver atrás, el guardapelo de Slytherin los desmoronaría y lo estaba haciendo frente a sus ojos mientras ellos no se daban cuenta como los cambiaba del centro hacia fuera.

"Las cosas no son tan sencillas." Admitió con un suspiro, tomando la cabeza entre las manos. La culpa de haber dado ilusión a Ronald, la culpa por no poder sanar y ser la misma sabelotodo de siempre. Hacía lo posible, incluso se había buscado una medimaga, la señorita Sanchez había comenzado a tratarla hacía no mucho, estaba mejorando, pero siempre había sido la fuerte, no le gustaba que la vieran en este momento de debilidad. No quería que viera lo desesperada que realmente estaba. Y es que cuando toda tu vida has hecho algo y de repente te lo quitan... ¿que debía hacer ahora? Había hecho planes, había hablado con Solar, pero realmente seguía sin saber como enfocar esto.

"No sé si puedo... responder todo. Mi brazo está bien, es solo una vieja maldición." Aclaró observándole, rogandole con la mirada que no insistiera con el tema, de hecho, había pegado en todos los temas que odiaría responder pero trataría de hacerlo por Harry. "No pasó nada con Ron, sabes como es él, abre la boca y mete la pata. Y como, yo... yo como, solo..." Cortó las palabras ahí, ni sabía porque no comía. O quizá si, la culpa la comía de dentro hacia fuera, no tenía apetito, tenía el estómago cerrado, la vibración de la varita en su bolsillo aun le hacía sentir extraña como un llamado oscuro que no deseaba responder y le enfermaba.

Por un momento quiso decir que la Señora Weasley no era su madre, pero... pero al final del día era la única figura materna que tenía, ya debía aceptar que su madre ya no existía o al menos no como la deseaba y necesitaba.

Al contrario de lo que Hermione afirma, sé que no soy para nada paerceptivo, creo que más bien soy intuitivo, y se nota a simple vista que ella no está bien. Lo más seguro es que se deba a que es mi amiga y la conozco bien. Sea de una forma o de otra, estoy seguro de que necesita ayuda, como también estoy seguro de que no la pedirá. Hermione siempre me regañó por querer hacer todas las cosas solo, pero no se da cuenta de que ella también es así casi siempre y eso no la ayuda, porque al contrario de mí, Hermione no termina cediendo casi nunca para aceptar que la ayuden.

Suspiro y espero a que siga hablando, a que me responda, porque quiero una respuesta franca y a verdad de las cosas, en su mayoría, así que, soy todo oídos. Me suelta que las cosas no son sencillas y no puedo evitar bufar. Claro que no lo son si la alteran tanto, de eso se trata, ese es el punto principal, que deberían ser sencillas, que lo peor ya ha pasado y que ella debería esta bien en esta escuela, donde se siente segura y ha decidido continuar por su propia cuenta. Sin embargo, parece todo lo contrario, como si no se sintiera bien de estar en o que nosotros llamábamos casa, como si no encajara y fuera ajena a todo lo que la rodea. Me sorprende de Hermione, ella era quien mejor se adaptaba a este lugar, incluso cuando yo prefería vivir aquí que con mis tíos.

Intenta contarme lo de su brazo y yo hago un esfuerzo sobrehumano para recordar de qué maldición me habla. Si no me equivoco... La veo y, por primera vez desde que todo esto terminó, veo realmente el recuento de los daños. Por días y momentos como estos me pregunto si realmente debí hacerlos que me acompañaran. Quiero decir, todo fue el plan de Dumbledore y lo cierto es que no pudo salir mejor pero... viendo a mis amigos, no estoy tan seguro... Suelto el aire que ni siquiera recuerdo haber estado conteniendo y vuelvo a mirarla de los pies a la cabeza preguntándome dónde quedó mi valiente amiga, la que tiraba de mis orejas para hacerme entrar en razón. ¿Cuándo es que Hermione comenzó a titubear así, a apartar la mirada? Lo cierto es que no lo recuerdo.

- Necesito que me respondas algo y que seas muy sincera con lo que me vas a decir- es la misma pregunta que le hice a Ron hace un par de días cuando nos vimos en Zonko. Tomo aire por la boca y la miro. La felicidad de mi amigo depende de esta respuesta y probablemente también a de ella- ¿Aún sientes algo por Ron o crees que el beso no significó nada?- con Ron tuve un poco más de tacto, pero ahora lo único que quiero es saber la verdad, cruda y todo lo que puede ser. Aunque esto es sólo la punta del iceberg, hay muchos más temas que quiero tratar con ella, por ejemplo, sus padres. Quiera o no, debemos ir a buscarlos. He estado aprendiendo muchas cosas sobre contrahechizos, conozco gente nueva, y quiero pensar que alguien podrá ayudarla.

Algo en ella se quebró ante esa pregunta, subiendo los pies al banco, realmente observándolo, por una vez en la vida necesitando mirarlo para asegurarse que todo estaba bien, que Harry realmente estaba allí como cuando estaban en el bosque, admitir que había hecho las cosas mal nunca había sido una opción, pero aquí, por primera vez después de todo lo que pasó, solo ellos sin el influjo del relicario, por una vez quería ser ella, volver a ser Hermione...

No quería decir que estaba deprimida, no quería caer y perderse en ello, realmente deseaba ser fuerte y volver a enfrentarse el mundo, llevarselo por delante.

"¿Cuanto puede resistir la mente humana?" Se preguntó a si misma en un susurro, como si vagando en su cerebro estuviera la respuesta exacta. Y es que había dudas, ella agradecía no haber sido tan afectada como podría haber sido por ese objeto que exudaba magia oscura, de las magias más tenebrosas existentes que era la del alma. Y es que todas las relaciones nacen y mueren con el tiempo, solo no quería decir lo que debía, no quería admitir lo que había hecho o el hecho de que seguía siendo corrompida porque no podía desprenderse de un solo objeto, la varita que ahora le pertenecía.

Tragó y titubeó nuevamente, abriendo los ojos de par en par para ver a Harry con duda y dolor, preguntándole con la mirada si realmente era esto en lo que se había convertido, si realmente era tan endeble que sus amigos salían adelante y ella estaba en este castillo lleno de recuerdos donde no pudo asistir a Historia porque era en un bosque y se había congelado al ver la figura fantasmagórica de Severus Snape dando nuevamente clase de pociones... ¿por que de pociones? Si siempre quiso el puesto de defensa, ¿por que en muerte conformarse con la ‘segunda’ opción?

"No lo amo, Harry... no puedo amarlo de esa forma que quiere." Sentenció finalmente con dolor, cansada de ser solo un espantapájaro en un rincón. Ella era fuerte, ella TENÍA que ser fuerte, no podía rendirse, tenía que seguir, iba a ser Aurora e iba a llegar a un puesto en regulación de criaturas mágicas para ayudar a cambiar las leyes desde dentro.

Así que se paró y comenzó a caminar como tantas veces lo había hecho en la sala común, una nueva manía que era frotarse el brazo presente y aun sin mantener demasiado tiempo la mirada, pero de repente su interior ardía por todo lo que tenía que decir y que no podía detenerse seguramente. Aun cuando necesitaba un filtro a veces las palabras era mejor dejarlas fluir.

"No entiendes... no es que no lo quiera y juro que hace quizá dos años podía verme casados y con hijos, felices, Merlin, no puedo creer que sentí envidia de Lavender..." Al decir esto su voz bajó al recordar a la chica muerta, debiendo sacudir la cabeza para no perder el hilo del pensamiento. "Pero realmente, juro que tiene lógica, yo, él... bueno, es inteligente y es alguien por quien me podría enamorar, pero luego de que se fue... yo... no sé, algo se quebró, creí que podía solucionarlo en la cámara, realmente creí que si lo besaba estaría todo bien, que funcionaría al final, ¡Yo no funciono, Harry! ¡Apenas pude ir a clases! Ahora soy conocida como la loca que no puede permanecer en una clase por mucho tiempo porque se le crispan los nervios. ¿Sabes lo que es eso?" Respondió con los ojos llorosos, no sabía si por la rabia o por la locura que sentía en ese momento. ¿cuantas veces Harry le había dicho cosas similares? ¿Cuantas veces habían compartido esas emociones? Por lo general eran ellos o Harry y Ron, la mayoría de las veces Hermione-Ron acababan en una pelea y una reconciliación amigable que no terminaba de borrar del todo la molestia pero la mejoraban.

"No estoy lista para esto, no quiero esto, pero tampoco quiero ir a casa, no puedo estar en casa..." Lo observó un momento, rogando que él recordara el porque podría no querer estar en casa, no quería decir, admitir que no podía revertir lo que le hizo a sus padres, que su magia era tan inestable que no podía hacer nada y probablemente aunque lograra estabilizarla el hechizo era irrebersible, realmente la había borrado la memoria, no empujado o aislado para rescatarla posteriormente, tenía miedo que alguien les leyera la mente y lo notara... no, realmente se había borrado completamente de sus memorias.

Se mordió los labios, suspirando y tomándose la cabeza entre las manos.

"Estoy buscando ayuda, prometo que lo estoy haciendo, solo... no puedo sola, solo, necesito tiempo para volver a mis cabales, espero que esto de la psicología funcione de verdad..."

Algo es diferente y no logro ubicar el qué. Hermione en si es diferente y comienzo a preguntarme si todo esto no será mi culpa, si no debí hacer las maletas y dejarlos atrás, quisieran o no, a vivir una vida relativamente normal con sus familias. Las cosas no habrían salido nada bien, desde luego, porque algo de lo que ella me dijo siempre me ha rondado por la cabeza. De haberse quedado, Ryddle habría acudido a ellos para encontrarme, ni más ni menos. Pensándolo bien, en lugar de hacerles un favor, los habría perjudicado. Los mantuve con vida, por lo menos. La pregunta es, ¿a qué costo?

Me sorprende ver cómo se comprime y se hace diminuta contra el banco. Nunca desde que la conozco había pasado esto, incluso cuando intentaban pasar por encima de ella, Hermione levantaba la cabeza y los miraba a la cara, nunca dudaba, y ahora.... Ahora parece no ser la mitad de lo que fue. Es como un pequeño animalillo asustado que sólo busca un escondite lejos de mi mirada y del mundo entero. Como si mis preguntas la lastimaran físicamente. Vuelvo a preguntarme a qué costo se ganó la guerra. Hace un momento hablé con Luna y me dijo que tenía pesadillas por las noches. No me parece que la victoria, después de todo, valga su tranquilidad.

Su primera respuesta me toma con la guardia baja. No es lo que esperaba, debo admitirlo. Pensé que después de todos estos años, de todo lo que habíamos pasado y de lo del beso, ellos en realidad se amaban. Era como la culminación de algo que yo ya veía venir y que, en parte y lo reconozco, deseaba. Esto me deja entre la espada y la pared, porque si bien Ron no es muy expresivo, lo conozco lo suficiente para saber que él si la ama a ella y que está dispuesto a hacer todo para recuperarla. Pienso en lo que hará mi amigo cuando se entere, en lo triste que será verlo regresar a la Madriguera, cabizbajo. ¡Rayos! Esto no podría estar saliendo peor.

Pero otra idea asalta mi mente. ¿Y qué si esto no es más que un shock temporal, si Hermione necesita tiempo para ser la de antes? Quiero pensar que de eso se trata, que no es más que la presión de todo lo que se nos vino encima, de correr constantemente por nuestras vidas, pero, que al final del día, se dará cuenta de que el mundo no es tan malo, que no todos son Ryddle. Yo también me sentí así unos días, sin saber quién era o qué debía hacer porque toda mi vida había estado planeada para con el fin de matar a Voldemort, y luego un día, sin proponérmelo, lo supe. Es lo que necesita Hermione, un empujón enorme para volver a ser la de antes. Y, no porque se trate de mi mejor amigo, creo que Ron es el único que puede dárselo. Sé que no es directamente asunto mío, pero estoy seguro que deberé tener mucha paciencia con ambos. Intento no sonreír porque, a su manera, es como volver a la escuela.

- Si no lo amas, se lo tienes que decir. No puedes dejar que él esté pensando lo que sea que esté pensando. No es justo para Ron- hago nota mental de plantearle la posibilidad a mi amigo y darle ánimos para que siga, que lo intente una última vez, y si no funciona, que lo deje por la paz y que vuelvan a ser simplemente amigos.

Guardo silencio y la veo caminar por el lugar, repentinamente en movimiento, como desesperada y espero pacientemente a que lo que esté en su interior, se desborde. Sé que eso pasará eventualmente, sé lo que se siente. Esa incontenible necesidad de contárselo a alguien y, espero, confíe en mí y me lo cuente. Por eso la dejo, si quiere arrojar algo por los aires, me parece bien, si quiere gritar, que lo haga. No me gusta verla así, desesperada, no es la persona que conocí. Pero sé lo que es que todos dependan de ti, ser "el fuerte" y no poder quebrarte nunca porque los demás te necesitan. Ahora quiero que ella haga todo lo contrario, que se quiebre frente a mí y me deje ayudarla a reconstruirse poco a poco. Hermione necesita tiempo, mi única preocupación es cuánto. Y al final, estalla, y me dice todo lo que lleva dentro. Que hace dos años podía imaginarse una vida con él, y que le suena lógico. Sacudo la cabeza, el amor no es lógico, al contrario, y me parece que por eso nadie sospecharía que ellos se quisieran, porque son polos opuestos, muy opuestos. Sonrío a medias, sé lo que se siente ser el loco exéntico de la clase, lo que se siente que te marquen de diferente. Claro que lo sé, pero no se lo diré. Por sus palabras, aunque ella no lo exprese en voz alta, presiento que hay algo más.

Sigue hablando y me dice que no puede volver a casa. El remordimiento que nunca duerme se remueve dentro de mí. Era algo que ya esperaba. Doy un largo suspiro y voy hasta ella para tomarla de los hombros y que se calme un poco. No puede ir por ahí dando vueltas o hará un hoyo en el suelo.

- No tienes que hacer las cosas tú sola. Me lo repetiste cientos de veces, quizá miles, y no comprendo cómo es que tú misma no lo entiendes. Sé que eres brillante, pero algo te falta, algo te falta dentro y sospecho que eso afecta a tu magia. Sé que no lo dices, pero estoy seguro que algo salió mal con tus padres. Ve al Ministerio y pide ayuda. O ve con McGonagall- escucho sus palabras y asiento lentamente con la cabeza, no muy convencido. Dudo que un terapeuta ayude con cosas de magia, o que al oír la palabra "bruja" no se parta de risa. La idea de la terapia es ser sumamente honesto y Hermione no podrá serlo si tiene un terapeuta muggle y dudo que existan terapeutas magos. Suspiro- Sea lo que sea que quieras hacer, sabes que estoy a una lechuza de distancia y que Kreacher puede traerme hasta el interior del castillo con solo chasquear los dedos. No estás sola, métetelo en la cabeza- los papeles se invierten y, como ella hizo conmigo, no la dejaré sola.

"¡¿Que crees que intento?!" Retrucó de repente, girándose a Harry antes de descubrir que estaba perdiendo el control, abriendo los ojos de par en par en un vago intento de entender lo que hacía. Realmente era esto, era el final, no había otra explicasión. No había forma de comprender lo que le pasaba, pero podía sentir la magia llegar desde la punta de sus dedos, el largo recorrido por sus poros y pasar por debajo de su piel dañada. Esa piel dañada que ya no era una cicatriz, eran miles... miles de cicatrices en cientos de intentos de arrancar la maldición que hacía no pudiera borrar su status de la piel. No era una de esas maldiciones que te consumían lentamente, solo no podía borrar esa cicatriz y en sus muchos intentos solo seguían sumando dolor y vividez.

"¿Acaso crees que quiero arrastrar a Ron conmigo? ¿Que soy feliz mientras intento ver en él algo que no tiene, que no me puede dar?" Merlín sabría lo que trataba de decir y lo que no podía, como cada vez que enfrentaba al pelirrojo en la sala común se debatía entre lo que sentía y lo que suponía debería sentir pero no podía. Era tortura lenta el saber que iba a dañarlo y que eso sería inevitable tarde o temprano, porque no era solo él el que creía que las cosas serían simples después. Pero afuera parecían comenzar a recuperarse mientras ella allí dentro solo había conseguido aprender a que le llamaban Culpa del Sobreviviente.

Recordaba en las noches de la torre común como se había quebrado ante Dennis, confesar lo que hubiera dado por ver sobrevivir a Colin, a Remus, a Tonks. Ella no tuvo que morir, quizá si ella moría podría haber generado la posibilidades de que otros sobrevivieran, ¿por que? ¿Desde cuando todo esto se había convertido en tortura? ¿Cuando fue el momento en que todo falló y solo quedó esta carcasa? No quería enfrentar la realidad, no quería seguir escuchando la verdad de labios de Harry y Luna, ambos siempre solían decir la verdad dolorosa y a veces simplemente necesitaba... esconderse de este mundo.

‘Escondete lo que quieras, no vas a borrar el pasado, no puedes hacerlo. Lo mejor es enfrentarlo y salir adelante como sea. ¡Hay mucho que hacer! ¿Acaso no querías seguir ayudando a la gente allí fuera? Para eso necesitamos nuestros E.X.T.A.S.I.S.’ Sonrió amargada ante la vocesilla que parecía haberse instalado en su cerebro desde que había terminado la guerra... una vocesilla que sonaba como ella misma extrañamente. Como una motivación, como un descarado recuerdo de lo que pudo haber sido en otra circunstancias...

¿Cuantas veces les dijo que ella estaría junto a ellos y que no debían estar solos? ¿Cuantas veces insistió en acompañarlos y aun así al último momento le falló a Harry? Ese momento en el que su mundo pareció derrumbarse al creer a su hermano del alma muerto en los brazos de Hagrid. No había estado preparada para volver a estar sola. No había estado preparada para el miedo de que algo le hubiera pasado y no estar allí para tratar de evitarlo como no había estado lista para ver todos los muertos y saber que no era omnipotente, que no podría salvarlos a todos, mucho menos para darse cuenta que Lavender, la chica que había sido novia de Ron, que había podido salvarla y lo hizo solo para inevitablemente morir más adelante.

Y en el momento no lo notó... entre la euforia, el dolor, la adrenalina no lo había notado. Todo había caído en el momento en que llegó a Australia y comprobó que sus padres estarían por siempre perdidos para ella. En ese momento fue que tras llegar a un punto sin salida pudo girarse y mirar atrás, mirar la destrucción, el dolor, el llanto de todos los que lo habían perdido todo en esta guerra y quiso encontrar un culpable... un culpable que no existía.

Porque Harry había sido tan victima como todo el resto, Dumbledore solo había respondido fuego enemigo, Voldemort estaba muerto y la mayoría de sus mortífagos o en Azkaban o desorganizados. Y mientras el dolor se acumulaba, la culpa también. El recuerdo en su brazo siendo un mortal peso, un recuerdo constante de que no importa cuanto le dijeran, había fallado... aunque no era responsable, podría haber hecho más.

"No quiero cargarte con esto, Harry... ya has peleado tu guerra, supongo que ahora me toca a mi pelear la mía." Trató de ser razonable aunque sabía que no lo era, realmente ¿cuando había dejado Hermione Granger de ser razonable? Quizá la tortura cayó demasiado lejos y había perdido la capacidad de usar muchas de sus neuronas a esta altura. "Ya hablé con el ministerio, con MacGonagall... no suprimí sus recuerdos, Harry... no los empujé, los destruí por completo. No quedan recuerdos del pasado en la mente de ellos y no hay nada que recuperar."

‘Y es mejor así...’ Quiso agregar, aunque no lo creía realmente. No era mejor, ella necesitaba de sus padres, necesitaba el abrazo de su madre o los pellizcos de su padre que le hacía en cariño.Necesitaba sentirse nuevamente en familia, tener alguien, quien sea que llamar parte. Pero Harry estaba lejos y Ron se sentía extraño... Luna la torturaba con sus preguntas, Neville no había regresado aun, Seamus estaba por algún lado y probablemente pasaría tiempo con su primo, Alan. Solar estaba siempre con Louise Eisenberg o con Aaron. Y la única persona que le hacía sentir ella era...

Alzó los ojos a Harry, finalmente tomando asiento de nuevo, dejando su ir y venir en un intento de dejar de pensar tanto.

"Lo sé, Harry... gracias." Concluyó a pesar de que quería gritarle así como él le había gritado antes de quinto año, de la misma forma que ella no le había mandado lechuza, él tampoco se había contactado mucho en verdad. Le había dejado encerrada con estos recuerdos entre pasillos destruidos y sin escapatoria.