Pequeño desastre animal [Theodore]

Los pasillos en Hogwarts son pacíficos la mayoría del tiempo: si, cuando la gente estaba en clases o el día era tan bueno que todo el mundo decidía salir a los terrenos a disfrutar el día, a tirarse en el pasto o a pelearse por el campo de Quidditch. Pero estaba todo nublado ese día y era completamente imposible, que yo sacara la escoba para practicar algo de Quidditch con ese clima, simplemente, no tenía demasiadas motivaciones.

Además acababa de devolver algunos libros a la biblioteca, que la señora Pince había revisado de principio a fin por sí les había pasado algo. ¿Pero esa mujer no sabía que con un Reparo todo quedaba casi como nuevo? Al menos era lo que hacía cuando uno de los libros se veía involucrado en algún desafortunado accidente.

Di la vuelta al pasillo cuando me encontré justo con la persona que no tenía ni idea de sí quería ver.

—Hola, Theo, ¿así que decidiste salir de la cueva? —comenté

Si, casi vuelo a hostiarme con otra tía al dar la vuelta a una esquina. Y esa tía no era otra que Belle, que parecía demasiado relajada, para mi gusto.
-Joder Belle!-Dije sorprendido-¡Apareces detrás de cada esquina, como si fueras una violadora!-Dí dos pasos atrás-¡Si quieres violarme, pídemelo sin reparos, pero no me asaltes!

Solté una carcajada.
-Bueno, si con cueva te refieres a la sala común que compartimos, pues sí. He salido de la cueva, alimaña Belle.-Sonreí-Aunque a mi me gusta llamarla más "Guarida de serpientes asesinas hormonadas odiadas por todo el mundo."

La empujé a una de las clases cercanas, que estaba abierta.
-Tenemos que hablar seriamente-Tiré de ella y cerré la puerta dando un portazo.
Al parecer, la clase tenía varios objetos almacenados de varias asignaturas, calderos, libros, botes, huesos...Pero había orden en la sala.

Vi como me miraba y sonreí.
-¿Qué? ¡La que iba a violarme eras tu!-Sonreí-Por cierto, Damien ha estado lanzándome mirandas de "amor" cada vez que me lo encontraba...¿Se debe a...?

Me senté en uno de los pupitres amontonados del lugar.

Ponerse en guardia cada que aparece Theodore Nott en mi campo visual es algo que ya hago casi por instinto. Y sí encima me dice violadora... Bueno. Es lo que me dice siempre. No sé fantasía tiene con las mujeres violadoras, de verdad. Quizá sólo es un fetiche por creer que todo el mundo desea su escultural cuerpo. Pero acostarme con él algún día... Eso está fuera de toda discusión.

—Theodore, no te violare ni aunque me lo pidas... —aunque bien mirado estaba demasiado guapo, quizá si me lo suplicaba cuando yo estuviera completamente soltera y sin compromiso.

Hay gente que parece que nunca sale de la sala común. Las gemelas Carrow, por ejemplo, que parecen salidas de un relato de terror y con las que comparto dormitorio y son más raras que nada, pasan la vida allí. Pero lo de ellas es entendible, que hay otros amargados que parecen hacer vida allí.

Y antes de que me pueda dar cuenta, Theldore me arrastra hasta un aula y me dice que tenemos que hablar seriamente. Alzó la ceja y pongo cara de incredulidad porque hablar seriamente con Theodore es prácticamente imposible en cualquier circunstancia.

—Espera, Nott, ¿dijiste seriamente? ¿No fumaste nada? ¿En serio?

Y luego menciona a Damien, si claro... Ya lo veía venir. Damien. Debí de haberme esperado para que me invitara al baile, el casi es que la perspectiva de ir con Nott sonó, y sigue sonando, divertida, así que... Bueno. Voy a ir con él y asunto arreglado. Podría cancelarle y quizá no tuviera remordimientos, pero creo que en el fondo sé que Theodore Nott tiene sentimientos.

Escondidos, pero los tiene.

—Nott, sé lógico, ¿por qué crees que Damien te mira con amor? Sí, porque vas a ir al baile conmigo y porque obviamente ese chico que es un perfecto caballero no confía en un gígolo como tú.

Aunque bueno, Damien no tenía ni idea de que yo también provocaba a Theo. Me había olvidado cómodamente de mencionar ese detalle.

Me encogí de hombros.

-Lo de perfecto caballero es teórico-Dije guiñando un ojo-No quiero hacerte dudar de Damien, pero un caballero en el primer momento en el que hay un baile va a pedirle a su dama si quiere acompañarle, no la hace esperar.

Reí.
-Pero ya sabes, yo no doy consejos amorosos-Me dí la vuelta, aguantando la sonrisa.

Volví a girarme y di dos palamadas.
-Bien, tenemos que hacer un plan ahora sobre la fiesta!-Dije sonriente, me acerqué a la pizarra y conjuré una de las tizas para que escribiera por si sola "El Super Fantástico Plan de Theo (con colaboración de Belledzila)"

-Bien...el alcohol es esencial...pero deberíamos hacer una entrada espectacular-Dije-Luces, cámara y acción!-Estiré un brazo haciendo un movimiento y tiré un par de botes que contenían un extraño aceite.-Ups

—Damien no estaba en el colegio… —respondo automáticamente.

Pero el problema es que hasta yo me sorprendo por mis ganas de defenderlo, realmente no me gusta que Theo lo ponga por debajo de mis expectativas, pero quizá el listón de ellas está demasiado alto. Suspiro e ignoro todo lo que dice, pero comprendo que en el fondo tiene un poquito de razón. «Ay, Belle, le haces caso a un mujeriego maleducado que te da consejos amorosos, no es posible».

—Mejor no des consejos amorosos… —le guiño el ojo con una sonrisa—. No la vayamos a liar.

Aunque tengo la idea de que ya la estamos liando un poco al ir al baile juntos, porque la mitad de la gente que nos conoce no parara de hablar de eso hasta que se cansen o que Nott o yo les peguemos la lengua al paladar. Me pregunto cuál va a ocurrir primero.

—No me llamo Belledzilla… —apunto con la varita y muevo el borrador hasta que quita todo el resto y luego a la tiza para que ponga un “y Belle” al final—. Así queda mejor.

Cuando me fijo, Nott ya ha tirado un par de cosas.

—Más cuidado, no vayan a castigarnos de nuevo… —veo los aceites o las pociones o lo que sea que se cayó, que al juntarse apesta—. ¿Qué demonios tiraste, Nott? —Sigo viéndolo con el ceño fruncido y luego recuerdo algo—. ¡Ah, y el alcohol no irá en mi escote!

Me encogí de hombros.
-Como quieras, princesa-La miré-Yo solo te daba mi opinión.

La miré durante unos instantes, sin saber que decir hasta que volví a centrar mi atención sobre la pizarra.
De alguna manera, una parte de mi me hacía pensar que algo no saldría bien en el baile...o más adelante quizás.
Era complicado, tan complicado como nuestra relación.

Sonreí.
-¿Te quejas por un par de cosas? ¿Te acuerdas de como estaba la sala común ayer?-Tomé un bote de una sustancian dorada y se la lance cuando ella no miraba-Piensa rápido!-El frasco te estrelló contra el suelo.-Bien hecho, Belle!

Me quedé pensativo.
-De acuerdo, no irá entre tus pechos, la verdad es que mucha gente se dedicaría a mirar donde no debe, así que....-Pensé durante unos instantes-Podemos meterlo en las metralletas, o dentro de los bolsillos de las gabardinas...eso último es un poco evidente...

—Bueno, Theodore, no es que no quiera tu opinión —me encojo de hombros, como quitándole importancia a lo que dijo—, pero presiento que si oigo lo que opinas respecto a mi vida amorosa esta acabará muy mal.

Aunque tiene toda la razón del mundo. Damien no lo quiere y seguro lo mira con mucho odio contenido, además de que las personas no suelen comprender la relación que tengo con Nott demasiado bien. Aunque tengo que admitir que ni yo la entiendo, una relación llena de peleas y desastres, de verdades tiradas a la cara como jarras de agua fría, y de sarcasmos a toda hora. Nott es una parte importante en mi vida, por más que me pelee con él y ruede los ojos cuando lo veo aparecer por una esquina.

Sin embargo, hay algo complicado entre nosotros, algo que se ha ido complicando, poco a poco…

—Sí, ayer y anteayer, y ante anteayer… Somos unas personas muy destructoras, Nott… —puse una cara de fingida preocupación y voltee hacia otro lado cuando oí algo quebrarse en el suelo—. ¡Fíjate a donde lanzas las cosas! ¡No puedo pensar rápido si no miro!

Molesta, agarro el frasco más cerca de mí y se lo lanzo con tal fuerza que acaba en el suelo. Espero que no sea nada peligroso o que no cause una explosión.

—¿En las metralletas? No es mala idea, sólo complicada… Y en una gabardina no estaría mal a menos de que… —me quedo pensando antes de decir lo que pienso, y según yo estoy acertando—: ¿planeas llevar suficiente para dejar muerto a un regimiento?

-Nadie escucha al pobre e inocente Theo-Me hice el ofendido-¡Soy un peón en vuestros juegos amorosos!-Me moví antes de que un frasco impactara contra mi.

¿Que podía decir? Si el jodido Damien es un idiota que se preocupa por su pelo más que de Belle, ¡habría que decírselo! ¿no? Y luego yo soy el que las deja tiradas, Damien la ha vuelto loca y ahora Belle se está cerrando. Pues ese tonto no sabe que se pierda, que se joda si Belle quiere a otra persona...¿a mi?

Ya decía yo que los sentimientos son una mierda.


-Y ante ayer, y el anterior...y así hasta el final de los tiempos-Reí-¡Ah! ¿Pero tu piensas?
Agarré un frasco de algo ennegrecido y viscoso y me recordaba preocupantemente a Crabble en sus mejores días, y se lo lancé para ver como impactaba en el suelo y la salpicaba.


-Pretendo llevar alcohol para dejar muerto al profesorado y declarar la anarquía y la noche de las bestias-Sonreí-Con suerte Hogwarts parecerá la sala común de Slytherin cuando la destrozamos y con más suerte aun, la directora acabará desnuda y corriendo por el pasillo.-Me dio un escalofrío al pensar eso-O mejor eso no.

Me subí a un pupitre y trepé a una estantería, pateando los diferentes botes.
-Tengo todo pensado, te olvidas de que soy un genio...en muchos sentidos-Sonreí y le guiñé un ojo seductoramente.

—Si lo que menos eres es "inocente", querido, al menos diles a las chicas que no te mientan en la cama —le regalo una sonrisa medio enigmática, pero no me puedo quitar de la cabeza que Damien no me ha prestado ni atención. Fuera de que me lo encontré en la torre de Astronomía y... fue incómodo para ambos.

Maldito Theodore, deberían prohibirle dar consejos amorosos, no porque sea una calamidad dándolos, sino porque al parecer adivina a dónde llegarte para confundirte y dejarte hecha un caos y que acabes descubriendo que tiene razón. Resulta que Theodore "soy un cabrón porque sí" Nott es un imbécil... pero uno que sabe dar consejos amorosos.

—Sí, aunque te parezca un milagro, pienso... —agarro uno de los frascos y se lo lanzo, pero se estrella en el piso. Oops. Quizá las pociones que ya tiró él se junten con lo que tiré yo y causemos una explosión. Le daría sabor a nuestros días, al menos. Porque los míos se van en aceptar que Damien volvió a desaparecer en la nada y en mis actividades normales, como destrozar mobiliario ajeno con Nott, destrozar libros con Nott, o destrozar cosas con Nott. Qué suerte que todo se arregla con un Reparo y listo.

—Yo también tengo ideas, no acapares todo... —sin embargo, los detalles del alcohol se los dejó a él—. ¡Nott, si McGonagall corre desnuda por el pasillo haré que me pagues el tratamiento psicológico! —le espeté, porque nada más de imaginarme la escena me daba escalofríos—. Pero sí, debemos darle emoción a ese baile, aunque estemos castigados hasta el día del juicio.

Y luego me guiña el ojo, así que me acerqué a la estantería y me subí a otro pupitre para acercarme un poco hasta casi soplarle en la cara, ignorando todo lo que estaba tirando a mi alrededor.

—Te olvidas que estás con una experta en pociones, querido.