Quien fuera [Theodore N.]

Estaba en el sillón más cercano a la chimenea en aquella sala que casi se había convertido en mi hogar aunque ¡por Merlín! Era la pesadilla de cualquier buen decorador, llena de adornos de un color verde que me gustaba, ¿pero los adornos? Por Morgana, era evidente porque todos salían de allí con pésimas ideas para decorar sus casas oscuras y tenebrosas, como solían creer los demás. La verdad es que había unas que tenían tela, como la enorme casa de Malfoy que tenía ¿gansos? ¿cisnes? ¿pavos reales? O al menos solía tenerlos. Estaba leyendo un libro de pociones que había conseguido sacar de la sección prohibida después de que el fantasma de Snape me firmara la autorización con una cara de "Que no me entere que han hecho mal uso de él."

¿Para qué haría mal uso de un libro especializado en venenos? Por favor, era absurdo. Pero siempre había sido uno de mis temas favoritos, así que podía pasar el día con eso, en vez de concentrarme en Aritmancia y lo atrasada que iba allí. Estaba en eso y en la maldita tercera ley de Golpalott, que siempre había sido la pesadilla de todos en pociones cuando oí pasos que bajaban de la sala común. Esperaba que no fuera señor "No quiero confundirte" porque seguramente acabaría más confundida que la primera vez, pero no... Era Nott. Muchas chicas lo perseguían por su dizque aura de misterio o... lo que fuera. Había llegado hacía pocos días y era tan amable como siempre: No, no lo era... no demasiado.

—Hola, Theodore —saludé sin levantar la vista del libro. Seguro cuando viera que era se iba a acercar solito. El maldito era un completo experto en pociones.

Bajé las escaleras de la sala común con la corbata desatada, despeinado, descalzo y con las manos en los bolsillo.
Me había dado demasiada pereza asistir a aritmancia, así que simplemente me quedé durmiendo.
El problema es que había faltado a Aritmancia, DCAO, Historia y Pociones. Esta última me había fastidiado, el resto me daba igual. La verdad es que me daba igual lo que me dijeran los profesores, al final acabo sacando el curso..ni que faltar un día fuera algo para mandarte a Azkaban.
Ya pediría la tarea a algún Sly.
Hablando de ellos, al bajar la escalera me encontré en la sala común a una inconfundible pelirroja, me acerqué despacio para darla un susto, pero me vio entrar y paré.
-Demonios, Isabelle. Quería asustarte!-Dije sonriendo un poco, me senté enfrente suyo y me recliné, poniendo los pies en la mesa.
-¿Qué tal te fue el día? Por cierto, voy a necesitar que me pases la tarea de hoy...como te habrás dado cuenta...me he quedado algo dormido-Dije con una gran sonrisa.
Me fijé en lo que leía y de inmediato despertó mi curiosidad, me levanté de un salto y le arrebaté el libro, poniendolo lejos de su alcance.
-¡Aha! ¡Un tomo interesante! ¡¿Venenos eh?! ¿A quién quieres matar, Isabelle?-Sonreí-Es cierto lo que dicen, el veneno es arma de mujer-Sonreí y sostuve el libro por encima de su cabeza-Si quieres que te ayude a preparar las Lágrimas de Lys, solo tienes que pedírmelo, soy absolutamente confidencial!

Sonreí complacida. No había logrado asustarme y eso era algo bueno tratándose de Nott. Tenía un humor bastante cabrón cuando le entraban ganas de molestar.

—Sí, me di cuenta que faltaste a todas las clases... En Tranformaciones Aria superó su récord de transformaciones calidad y en Pociones envenenaron a Malfoy —resumo rápidamente—. Al parecer como ya está muerto al jefe de nuestra casa no le importa la vida de los demás.

Me encojo de hombros. Ya le pasaré los apuntes necesarios cuando suba por mis pergaminos y planeaba hacerlo, pero luego se fijó en mi libro y tuvo una reacción bastante parecida a la que esperaba.

—Theodore, no voy a preparar lágrimas de Lys... Aun —sonrió con la última palabra que pronuncio—, y aun no tengo planes de matar a nadie. Además de que misteriosamente se enteraría todo Slytherin si te lo cuento.

Sigo leyendo, fingiendo ignorarlo un segundo, aunque dudo que su ego pueda soportarlo

—Bueno, ni siquiera leía de Lágrimas de Lys... —voltee el libro—. Veneno. Con belladona. Indetectable.

Sonrío cuando me arrebata el libro, porque la he dejado, claro.
-Eres mala y cruel, Belle-Río-¿Cómo te soporta Damien? ¿Cómo te aguanta Tori?

Vuelvo a sentarme, pero esta vez a su lado molestándola mientras leo por encima de su hombro.
-Meh, tampoco me he perdido entonces mucho hoy en clases, el año pasado ocurrían más cosas interesantes-Dije guiñando un ojo-Una vez, una tía de Gryffindor se sacó la camiseta y el sujetador en la clase de transformaciones, no había mucho que ver..pero...algo es algo!-Sonreí-¿Y tu? ¿Qué talla tienes?

Quería ver si la molestaba y la distraía de su libro, ver hasta donde llegaba.
Me estiro en el asiento, empujándola.
-Tranquila, las lágrimas de lys son demasiado flojas para mi-Río-¡Eh! ¡Eso si que no te lo permito! ¡Yo se guardar secretos! ¡No muy bien pero se guardarlos!

Río con lo de la belladona.
-Si vas a matarme, que sea con sueñodulce-Río de nuevo-Así me desamargo de ti!

Ruedo los ojos. Theodore Nott está tan guapo e insoportable como siempre. Ahora recuerdo porque lo nuestro, que nunca va a existir, ni siquiera va a funcionar. Ruedo los ojos con sus preguntas.

—Más bien, yo me preguntaría como te aguantan a ti —le respondo—. A mi obviamente me aguantan porque soy una buena y soportable persona... —continuo, haciendo énfasis en soportable.

La verdad es que no se ha perdido de nada, casi. Aunque me hubiera gustado ver su reacción al ver a Malfoy envenenado. ¿Quizá una subida de cejas y un "no fue para tanto" después? Suena como algo que haría el.

—Nada. Y el año pasado no ocurrían cosas interesantes, Theodore, ocurrían cosas terroríficas —entornó los ojos—. Que seas un enfermo mental no es algo que me afecte.

Bueno, empezaba a entender porque nos llevábamos tan endemoniadamente... ¿Bien? ¿Mal? Aun con todas las tonterías que decía, no podía evitar reírme un poco con el. Era más alegre que las gemelas.

—Conoces la teoría sobre guardar secretos —respondo—. Lástima que nunca la hayas puesto en práctica. —Suelto un resoplido cuando dice sobre como puedo matar—. Si aparece Filtro de los Muertos en tu copa de la cena, puedes informarle a todos que fui yo... Si alguna vez adivinan que en realidad no estás muerto, claro.

No puedo evitar reír por su comentario.
-¿Soportable?-La agarro de las mejillas y la doy un pequeño pico-Eres jodidamente guapa, pero eres demasiado mala, Belle. Avisame si Damien no sabe darte lo que te mereces-Río y me levanto del sillón.
Me estiro un poco y sonrío de nuevo.
-Deberías tomarte un respiro, Belle. Nadie quiere que a esa cara bonita le salgan arrugas de tanto fruncir el ceño!-Rio y me hago el ofendido-¿Enfermo mental? Que bonito...
Camino por la habitación y cotilleo las bolsas que hay por ahí, le robo el bolso a Belle y sonrio sacando una de esas cosas que usan las mujeres cuando están en esos días del mes.
Salgo huyendo porque tiene cara de querer lanzarme un avada kedabra.

Después de oir lo de los secretos, me parto la caja con ella.
-Se me da bien aprender, pero la verdad es que soy bastante vago para la práctica!-Sonrío-Ambos sabemos que yo soy mucho mejor en pociones que tu, Belle. Al igual que sabemos que Tori es muchísimo más guapa que tu!-Me escondo detrás de un sillón por si me lanza algo.-

Con Theodore Nott hay dos reacciones posibles a sus idioteces: o te lo tomas en serio y acabas odiándolo. O ruedas los ojos y le sigues el juego, que es lo que generalmente hago. Total, lo conozco desde que tengo once años y es totalmente insoportable desde ese momento, a estas alturas ya no creo que se le pase.

—Sí, Nott, soportable ¡Y jodidadamente guapa también! —sonrío, porque la verdad, a veces hace crecer mi ego—. Lamento decirte, que tú, en cambio, eres un grano en el culo.

Enfermo mental es algo que le queda corto. A veces me pregunto, allí sentada, viéndolo moverse por todo el lugar, husmeando cosas, agarrando mi bolsa y sacando todo, si no se le cayó a su mamá de bebé. En serio, es una posibilidad muy real. O quizá lamió los barrotes de la cuna, nadie pudo haber nacido tan idiota.

—¡Suelta eso! —grito, cuando lo veo con toallas femeninas en la mano, con esa cara de “te voy a matar”. Cada de avada kedravra, les dice él.

Sí, sí, ¿secretos a Theodore Nott? Bien, un consejo: nunca lo hagan. Una vez Pansy Parkinson le contó en total confidencialidad que había visto desnudo a Blaise y al día siguiente… bueno, no, a los cinco segundos toda la sala común lo sabía. Un insoportable con ganas.

—¡Astoria más guapa! —me río, es guapa, pero por favor, le falta mucho cabello rojo ensortijado en las puntas—. ¡Y tú mejor en pociones! ¡Pues ya verás! ¡Haré este veneno… —levanto el libro y lo muevo en un gesto amenazador— y sazonaré tu cena con él!

Asomo la cabeza por encima del sillón con una sonrisa.
-Poco ego verdad?-Río-¡No podrás negar que de grano en el culo nada! ¿Quién le puede negar nada a esta cara bonita?-Pongo una cara que podría hacer vomitar a un poney rosa con alas de lo empalagosa que es.-Espera, déjame volver a intentarlo-Pongo una cara sensual y misteriosa, cara que puede hacer derretir a cualquier mujer.
-Eh, no te corras solo con verme eh?-Río y me vuelvo a esconder detrás del sofá, se había transformado en mi trinchera.
-¡Ya se por qué estás así!-Grito-Estás en esos días del mes verdad?!
Aguanto la risa y salgo de la trinchera tapándome la cara, por si acaso.
-Por favor! Astoria es una diosa comparada contigo! Esos ojazos turquesa con un brillo inocente, su sexy boquita, sus fantásticos pechos, su trasero respingón...mujer, no hay hombre que no quiera meter su "llave" en ella-Me da un ataque de risa, estaba siendo demasiado-Draco es un tío con suerte-La miro con una enorme sonrisa-Aunque tu...tu tienes algo irresistible...¿Sabes lo malo?-Sonrío y me acerco despacio-Que aun no se que es, pero estoy cerca de conseguirlo!
Río y me siento en un sillón.
-Mmm...me encantará que sazones mi cena con "Libatius Borage fue un mago pocionista que se conoce por..."-No puedo seguir hablando por la cara que ha puesto, si, la cara "avada kedabra" pero totalmente roja.

Theodore Nott es idiota. Y tiene el ego tan grande como yo. Tiene una cara que haría vomitar arcoiris incluso a la persona más cursi de toda la casa —que empiezo a sospechar, es Pansy, sólo esa mujer puede tener tantas nubes en la cabeza— o a… ¡vamos, incluso a Aria! Una cara con unos morritos que supera cualquiera de las caras graciosas que Aria o yo hayamos hecho.

—Theodore, quita esa cara —le digo—. No puedo contener los arcoirís en mi garganta… —entonces la cambia por su mejor cara de seductor rompecorazones—. Así no conseguirás que me meta en tu cama. Ve e inténtalo con Pansy, que al parecer se ha tomado muy mal que Draco no la complazca…

Le lanzo una pluma, pero se esconde antes de que la toque. Sí, sí, atrás de su trinchera. Yo me subo en el sillón, buscando con la mirad algo más que lanzar que no sea lo primero que tengo en las manos.

—¡PERVERTIDO! ¿Tienes ganas de que tu boca investigue si estoy en los días del mes? —le pregunto, guiñándole un ojo—. Vas a acacar como Rodolfo, el Reno…

Vale, somos unos corrientes. Unos corrientes guapos, baratos y sensuales que tenemos un campo de guerra en la sala común. Como alguien baje, acabamos en el despacho de Snape por “severo restraso mental”, “subnormalidad extrema” o cualquiera de esas cosas… Ruedo los ojos cuando alaba a Astoria.

—Querido, explicame algo, si Astoria te pone, ¿por qué no estás en su cama?

En el fondo me cae bien. En el fondo… en el fondo, pero entonces dice lo que dice y le pongo la cara más asesina que conozco, agarro un cojín y se lo lanzo directo a la cabeza. ¡Por ser un fresco subnormal!

El cojín impacta en mi cara, pero solo me hace reir.
-Si quieres guerra, tendrás guerra-En un movimiento ninja, me hago con todos los cojines que hay en el sillón y vuelvo a mi trinchera, "Trinchera, dulce trinchera, voy a tener que comprar un felpudo.

Suelto una carcajada cuando me dice lo de Rudolph
-Rudolph the Red-Nosed Reindeer, Had a very shiny nose...-Canto mientras río-Mancharse de jugo no tiene nada de malo si puedo mordisquear algo de melocotón-Digo entre risas.

Pienso en que diría alguien si entrara en la sala común en estos momentos.
Un chico y una chica atrincherados entre cojines y sillones, riendose como locos y diciendo más sobradas de las que podrán oir en su vida.
La gente no sabría si se trataba de una representación de alguna guerra o en realidad es el inicio de un video muggle de porno...que por supuesto yo nunca he visto.

-Verás, no estoy en su cama por dos razones. La primera, ¿Qué clase de amigo se tira a la prometida, aunque no deseada, de un amigo?-Reí-Y la segunda, Tori es como una hermanita para mi...aunque claro...nunca pasaría nada si cometo un pequeño incesto-Río-Ahora que lo dices...mañana es mía!

Apenas esquivo el cojín, pero contraataco y le lanzo uno a la cara.
-Venga, demuestra que estás en tus días y saca tu lado asesino, pequeño saltamontes!-Digo entre risas.

Guerra de cojines, el escondido detrás de un sillón y yo subida en otro. Somos unos subnormales profundos, seguro que eso piensa cualquiera con cerebro. Pero a mí sólo me suena a otra escena normal con Theodore Nott cerca.

—¿Theodore, querido, te han dicho que tu voz tiene el mismo encanto que la de una banshee? —pregunto, al oírlo destrozar Rodolfo el Reno, una canción que conocí gracias a… creo que él—. ¡Y no probarás melocotón! A menos de que sea el de Tori o de cualquier otra chica…

Ruedo los ojos oyendo sus razones para no acostarse con Astoria.

—Querido… Draco seguramente te agradecería que lo libraras de ese compromiso… —tenía entendido que andaba tras otros labios, pero nadie me lo había confirmado, así que no me iba a poner a especular—. ¿Y cuando te ha importado ver a una chica como tu hermana menor? Puedo contar a las chicas que han conocido tu cama y tu olvido…

Tomo un cojín y se lo lanzo con fuerza.

—¡Tendrás guerra aunque no esté en mis días!

-Peeeeeerrrdona!-Digo-Pero mi voz es preciosa!-Digo mientras sigo atrincherado.
-Si yo tengo la voz, tu eres la Banshee!-Rió como un loco-Belle! Egoista! Dame melocotón!-Digo-Si me das melocotón te doy banana!

Rio, quizás Draco si me agradeciera el romper el compromiso...aunque lo más probable es que me mate si daño a Tori, y aunque sea su mejor amigo, no conocería la piedad de sus manos.
-Tu lo que quieres es verme muerto!-Digo entre risas.-Buen intento!-Levanto una ceja-Mi cama y mi olvido! Eh! Que yo no soy un playboy sin sentimientos! Bueno...un poco si! Pero no soy una mala persona!
Sonrío sensualmente.
-¿Quieres conocer mi cama? ¡Te aseguro que no conocerás mi olvido!-Le lanzo un cojín sonriendo.

—¡YO! ¡¿La banshee?!

Ruedo los ojos. Mi alarido quizá ha sonado proporcionado y se irá en mi contra cuando Theodore responda, pero no voy a desperdiciar mi oportunidad de fastidiarlo por todo lo alto.

—¡Theodore! ¿Tu padre acaso no se dio cuenta de que te caiste de la cuna y te diste un golpe en la cabeza? En serio, lo tuyo es grave… —finjo una cara de seriedad—: De verdad que es grave y… —me corto al oír lo que me propone y es totalmente marca Theodore Nott: marrano a más no poder, así que respondo claramente—: ¡No quiero banana tuya, gracias!

Sonrío, halagada, cuando dice que lo que quiero es verlo muerto.

—Claro, querido, estoy imaginando como Draco se come tus visceras… —sonrio, como si nada, y lanzo otro cojín—. ¡Tu cama y tu olvido! ¡No puedes negarlo! —me río—. La cantidad de chicas que has calado es sólo comparable a la cantidad de gritos que Pansy ha pegado por su histerismo… ¡Y no pienso ser una de esas chicas! —aseguro—. No estoy desesperada por un poco de amor, playboy sin sentimientos.

-Tu misma acabas de demostrar que eres la reina de las banshees!-Digo riendo

La miro con una ceja alzada.
-A mi padre le daba igual lo que me pasara, una vez salí de casa y no volví hasta la semana siguiente, lo unico que me dijo fue "Ah! Has salido?-No pude evitar reir al recordarlo.

La miro fingiendo disgusto.
-¿Enserio? Mi banana es deliciosa, que pena que te la pierdas-Digo guiñando un ojo-Y seguro que tu melocotón aun más!-
Reprimo un escalofrío cuando me imagino mis vísceras y Draco comiéndoselas.
-Jamás! Ya se que estoy muy bueno, pero nunca seré comido por nadie! A no ser que...-Digo sugerentemente.
En un momento de distracción, salto por encima del sofá y consigo atraparla entre mis brazos.
-¿Quieres comprobar si yo olvido a una mujer hermosa que ha estado en mi cama?-Susurro a su oido.-No es mi culpa ser tan irresistible, Belle. Pero nunca he tratado a una mujer sin respeto, preguntale a quien quieras-Sonrío-Si quisieras, podrías ver que soy más de lo que tu ves-
Le doy un pequeño beso en los labios.
-Pero como eres una banshee inaguantable, te quedas sin banana-Agarro un cojín y le doy en la cara con él, para después huir a mi trinchera.

—Bueno… ignora el grito…

No es la primera vez que me dicen “reina de las Banshees”, Zabini también lo hizo una vez y recuerdo que le pegué un alarido igual por decir alguna tontería. ¿Por qué hasta ese momento nadie había notado lo divertidos que eran los Slytherin? Por dios, eramos los subnormales del colegio, nada de mortífagos en miniatura, ¡éramos el alma de la fiesta! Sólo faltaba que entrara Snape, con su nueva manía de no tocar puertas y nos viera así y se marchara diciendo algo como “¿por qué yo tengo que estar a cargo del manicomio?”

—No dudo que tu banana sea deliciosa… —empiezo, pero no puedo aguantarme la risa—. ¡Sólo no quiero el dudoso placer de probarla, pervertido de quinta!

Claro que entonces acabó en sus brazos después de que realice una maniobra digna de algún ninja y la cosa se desmadre. Por supuesto que nunca ha tratado a una mujer sin respeto… ¡Claro! Con lo que el entiende con respeto, porque hace menos de dos segundos robaba mi bolsa y sacaba cosas íntegramente femeninas y luego me da un beso en los labios, que por mi bien mental prefiero ignorar.

—Ya lo sé, Theodore, eres un respetuoso caballero —por primera vez, hablo un poco en serio, aunque lo único que suena en serio “respetuoso”, porque Theodore parece tener de caballero lo que yo de hombre… Y no, no es nada—. Aunque ¿no te han dicho que tienes la moral atrofiada? Sólo un poquito… a la mejor eso es el resultado del golpe de tu cabeza.

Entonces huye de nuevo y le lanzo un cojín.

—¡De todos modos ni quería!

-Ah! No no no no!-Río-Estas cosas no se olvidan! Ahora cada vez que te vea, te diré Banshee!-Sonrío-En tu cumpleaños "Te deseamos Banshee...cumpleaños feliz" En tu boda, en la que espero ser padrino, te diré "Vivan los novios! El tonto engañado para casarse y la banshee insoportable"

Me río y hago una reverencia.
-Mi alteza Banshee-Digo con un tono respetuoso
-Ah! Así que quieres banana verdad?-Digo riendo-Es una pena, te encantaría.

Rio otra vez y me siento de nuevo en el sillón.
-Mi moral está perfectamente bien! Y soy un caballero! Es solo que...para que demostrartelo?-Sonrío-Si fuera bueno, la gente esperaría cosas buenas de mi. Pero al ser un cabrón, la gente se acostumbra, y si alguna vez algo algo bueno, la gente lo flipará.

Le lanzo un cojín.
-Querías banana y lo sabes!-Rio-Tranquila, yo te esperaré hasta que quieras banana.

Ruedo los ojos, intentando ignorar absolutamente todo lo que dice sobre Banshees y mi manera de gritar en los próximos segundos. Aunque claro, hay un problema para el: no lo invitaré a mi boda a menos de que quiera causar el Apocalipsis.

—Repito, si aparece veneno en tu copa mañana o un día de estos: fui yo —aseguro—. Y no, no quiero tu banana querido, no creo que me encante.

Yo sigo insistiendo que o de cayo o lamió los barrotes de la cuna y se atrofió para siempre. Y su padre, que de cuidar niños sabe lo mismo que Theodore de ser gentil, seguramente ni se enteró.

—Sí, cuando digas algo gentil y de corazón ¡comenzará el Apocalipsis! —me río—. La verdad, Theodore es que no quiero herir tus sentimientos —le lanzo un cojín—, pero puedes empezar a ponerte cómodo porque esperaras sentado allí.

Finjo volver a la lectura de mi libro, pero me cuesta aguantarme la risa.

Finjo preocupación, exagerándola a más no poder.
-Oh no! No porfavor! Soy demasiado joven y guapo para morir!-Finjo que muero y caigo con una mano en el corazón sobre el sofá-Pues mi banana ha recibido buenas críticas, señorita Poulain, de las mejores críticos-Río-Seguramente no se podrá decir lo mismo de ese melocotón que tienes entre las piernas.

Suelto una carcajada y coloco mis manos detrás de mi cabeza.
-En el fondo me quieres-Río un poco.
Atrapo el cojín que me lanza y lo sobo, volviendo a lanzarselo.
-Pues verás, no me gusta esperar sentado...prefiero estar tumbado...-Me levanto y voy hacia ella, arrebatandole el libro y lanzándolo por ahí. La tomo en brazos, cuidando para que no me de una patada o una bofetada y la tiro al sofá verde, poniéndome a horcajadas sobre ella.
-Pues tienes razón, me pondré comodo hasta que admitas que quieres banana...mejor, hasta que admitas que me echarías un polvo-Río-Y hasta que no lo hagas, te voy a torturar-
Meto las manos en su camiseta y le hago cosquillas en la tripa.
-No te vas a poder resistir mucho-Sonrío con malicía.-Aunque...yo puedo esperar, como tu has dicho.

Demasiado joven para morir, sí, pero demasiado cabrón como para que ya bastantes personas desearan su muerte. ¿Cuántas personas le recordarían a su madre en el transcurso del día? Apostaría a que eran bastantes.

—Tendrás un cadáver MUY atractivo Nott —puntualizo—. Ese debería ser tu consuelo. Todas las chicas llorarán sobre tu tumba porque te fuiste soltero a ella…

No contengo las ganas de reír, y sí, puede que en el fondo le quiera. MUY en el fondo, definitivamente, porque nos llevamos así desde la primera vez que nos vimos, bueno, el hecho de que nuestras peleas se asemejaran a videos porno muy extraños y dijeramos un montón de insultos soeces empezó después de los trece. Quizá seamos buenos amigos… ¡en el fondo!

Claro que cuando me doy cuenta está a horcajadas sobre mí y yo estoy tirada en el sillón, con todo el cabello rojo desparramado por todas partes, y me hace cosquillas. Segunda persona que sabe como hacerme cosquillas. Lo descubrió precisamente por nuestra mala costumbre de pelearnos de esa manera… Ahora que lo pienso Snape debe considerarnos unos degenerados muy mal de la cabeza, pero como somos unos malditos genios en pociones no nos dice nada.

—No… quiero… banana… —aseguro, entre las risas causadas por las cosquillas—. ¿Te cuento… un secreto? Ya tengo a… Damien… para eso… ¡¡PARA!!

Y luego me quejo de que me dicen banshee, por dios…

Con los pocos impulsos que me quedan empujo a Theodore hacia abajo para que caiga al suelo, aunque claro, como me tiene sujeta, caigo yo también. Encima de él. A veces parecemos una pareja de perros y gatos muy poco civilizada.

Me muestro sorprendido.
-Cierto! No puedo morir! Si no, muchas chicas se volverían necrofílicas hasta que me pudriera la banana! No puedo permitirlo Belle!-Reí y recordé la vez en la que nos conocimos.
-Te acuerdas en primero? Cuando nos conocimos?-Sonreí-Tu no eras más que una chiquilla pelirroja y pecosa, de mirada huidiza y bastante fea, por cierto.-Reí-En cambio, yo era un chico guapísimo, todas las niñas se morían (y se mueren) por mis huesos, y eso que yo no las hacía ni caso.
Reí y seguí hablando.
-Estábamos en la fila para que nos colocaran el sombrero, y yo estaba con Draco y junto a ti. te dije "Verás como acabas en Hufflepuff, con esa cara de roedor que tienes" Tu me miraste con asco. Luego quedaste en Slytherin, y en la sala común te dije "Bueno, así las serpientes tendrán un ratoncito para comer"

Reí y entonces, ella cayó encima mio.
-Ah! Así que te gusta estar encima? Por mi no hay problema, aunque me gusta llevar el control-Sonreí y susurré a su oído-Pues tengo que decirte, que yo te puedo hacer gritar más alto que él.

Theodore Nott ha sido nominado como el más guarro, el más cabrón y el más perdona vidas de la casa Slytherin. Como ya no tiene a los jugadores de Quidditch mayores que eran un desastre (Montague, Pucey, Higgs… algún otro) para que compitan con él, los gana los tres. En serio, nadie le gana, además de que tiene esa manía de hablar demasiado, demasiado rápido, con ese tono de voz tan caracterísico suyo.

—Te aseguro que muchas chicas se lo montarían con tu cadáver, la moral está muerta…

Claro, que en ese momento ya que estoy encima de él soy yo y el acto tiene de sexual sólo la apariencia. Me pregunto que diría cualquiera si bajara. Damien pensaría que se lo está montando con una chica loca, Zabini nos molestaría hasta el próximo milenio y los demás nos ofrecerían un cuarto sin notar que aun tenemos puesta toda la ropa.

—Querido, cuando te conocí estabas en segundo… Y un hongo tenía más atractivo sexual que tú. Incluso mi Huffie hermanito tenía más…

Uys, un golpe a su ego. Pero ya que estamos así sonrío antes de que baje alguien y nos acose de insultos a la moral —inexistente, por supuesto—, del colegio, salga corriendo nos recuerde a nuestras madres, nuestras abuelas y toda nuestra ascendencia y nos diga que somos unos profundos subnormales. Me incluno sobre Theodore y le pongo el antebrazo sobre los hombros hasta que mi cabello pelirrojo se desparrama por su cara y estamos a pocos centímetros.

—Querido, ¿te han dicho que padeces un caso grave de promiscuidad?

-Cierto! Esa chica fue Pansy!-Río-Yo siempre he tenido un gran atractivo sexual-Río-Y tu hermano siempre ha sido sexualmente hablado, un caracol!

Veo que se reclina sobre mi y alzo una ceja, sus labios estan a pocos centimetros de lo mios, esta chica quire jugar, pero a mi no me gana nadie.
-¿Promiscuidad? Cariño, yo soy pura sensualidad-Reí-Y siento decirte, que lo que va a pasar a continuación, es solo culpa tuya.
La agarro de la espalda y paso mis manos por ella, besando su cuello despacio, torturándola con cada movimiento.
-Sigues negando que no quieres nada?-Sonrío y paso mis manos por el interior de su camiseta-Confiesa, esta tortura puede acabar cuando tu quieras.
La tomo de las piernas y la vuelvo a dejar debajo mio, recorriendo con mis labio el camino que va de su pecho a su boca. Paso mi lengua por mis labios, buscando un nuevo punto para atacar, sin ser demasiado...malo.
Con una mano, deshago un único botón de su camisa, acariciando la piel que hay en su pecho, muy despacio, como si mis dedos fueran plumas mecidas por el viento.
-Quieres que pare?-Sonrío-Solo dí que me desea, Belle, podemos jugar a esto todo lo que tu quieras.

—Sí, promiscuidad —remarco la palabra—. Que seas o no sensual es otro asunto… ¡y nadie lo está negando!

Sonrío, la verdad es Nott es guapo, eso nadie lo va a negar. Claro que la cosa se está saliendo de madre en el momento en que siento sus labios por todo mi cuello y vuelvo a estar debajo y es… insoportable. Sobre todo cuando noto que ha empezado a desabotonar la blusa del uniforme. Vale, si nos descubren no solo nos van a mandar detención por ser unos subnormales.

—Theodore… querido —empiezo, incorporando un poco la cabeza para acercarme a su oreja y hablar justo en ella—. Pase lo que pase, ambos sabemos que no sentiré nada por ti, al menos… nada físico.

Vaya amigos uno se hace en Slytherin. Somos el alma de la fiesta… de las hormonas, ¡qué mortífagos en miniatura o magos oscuros potenciales! Estamos en la edad del pavo como ningún otro.

-Tranquila, Belle, ya se que lo nuestro sería imposible-Dije con una sonrisa sarcástica-Tu tienes a Damien y yo a la almohada, además yo soy terrible en las relaciones duraderas, no soy una persona que pueda estar atada demasiado tiempo.-Me encogí de hombros-Nunca tendría nada que llegará lejos contigo porque los amigos no se hacen daño. En el fondo soy un cabrón.

Sonreí y me levanté de encima suyo, tendiéndole una mano para que se levantara.
-Así que si quieres que me acueste contigo, tendrás que suplicarmelo-Dije con una sonrisa.
La empujé con una sonrisa al sofá.
-Tengo hambre!-Le robé el bolso a Belle y saqué un paquete de ranas de chocolate que tenía, abriendo una y comiéndomela rápidamente.-¿Qué? ¿No puedo comer sin ser observado?
Volví a sentarme con ella y le metí un trozo de chocolate en la boca a traición.
-Mastica bien!-Dije-Ya que en escasos cinco minutos te voy a sacudir con un almohadón en la cara, así que...toma energía!

—Sí y yo en el fondo soy... —me quedo pasmada un momento, pensando. Además quizá también tiene que ver que lo sigo teniendo encima, al maldito—. ¿Tu mejor amiga? No, eso son palabras mayores para un cabrón como tú, Nott.

Vale, quiera o no quiera esconderlo es mi amigo, pero agradezco infinitamente a Morgana que el muy idiota se me haya quitado de encima y me muevo yo también, poniéndome en pie. Un rápido vistazo al panorama me deja ver que tenemos un desastre: cojines por todos lados, la alfombra corrida... ¿cómo nos dio tiempo de hacer todo esto?

—Nunca me acostaré contigo, querido, no vayamos a fastidiarla para siempre —le dedico mi mejor sonrisa medio torcida cuando vuelve a robar mi bolsa y a meterse una de mis ranas de chocolate en la boca—. ¡Ey, deja es...! Amphhh...

Me meté una rana de chocolate a mí y le dedico mi mejor mirada de Avada, por si acaso. Me saco un pedazo y me limpió la boca antes de volver a masticar con normalidad el pedazo, sin que un cabrón me lo meta en la boca.

—Ja, ja, y crees que me dejaré dar con un almohadón sin cobrarme mi venganza.