Consulta psicológica - Hay que arreglar el desastre (Lynnea)

Entré no muy seguro de a quién debía ver, no conocía a la profesora de Aritmancia y no quería meter la pata.
Allí estaba, las manos en los bolsillos, el paso inseguro, cierta ansiedad que me secaba la boca... Era un paso necesario, tenía miedo de volverme loco y necesitaba ser un hombre cuerdo para Hermione, tenía que ayudarla a sobrepasar este trance, no hundirla conmigo, como sentía que estaba haciendo.
Además, los recuerdos me atormentaban y necesitaba el punto de vista imparcial de alguien más que yo, mis amigos o la mujer que amo.
Y mis problemas y dudas me atormentaban día a día, tornando mi carga más pesada; necesitaba hablar con alguien, dejar el peso de mis problemas en otra persona.
Golpeé la puerta del despacho y esperé afuera a que me contestaran, -¿Profesora Gammel?- inquirí.

Una nueva poción se añadía a la batería de pociones que debía beber a diario. Era algo molesto realmente tener tanto que tomar, no había forma de reducir la cantidad de todas formas por lo que allí estaba: La poción azul burlándose de ella en su rostro, mostrando una vez más lo débil que era en realidad.

Sus ojos plateados se alzaron de golpe al escuchar la puerta y a alguien esperándole al otro lado según la doncella de uno de sus cuadros le anunció, llevándole a abrir la puerta con curiosidad, ¿quien entraría esta vez?

Con curiosidad abrió, la delgada mujer dejando espacio al rubio para que entrara y se acomodara donde quisiera.

"Toma asiento, Mr. Malfoy." Indicó los sillones, dos de frente doble cuerpo con un mesita de té con un servicio humeante en medio y galletas de jengibre, esperando que se acomodara antes de hacerlo ella frente a él para servir el té. "¿Deseas contarme si hay alguna razón para la consulta?" Ofreció el pie inicial por si el joven deseaba hablar.

Vaya, casi flaqueo en cuanto la puerta se abrió ante mí, ¿pánico escénico?
Entro a la sala y con una mirada doy una repasada al mobiliario, solo por curiosidad. Asiento en silencio y me acomodo en uno de los sillones, contra un extremo, cruzo las piernas y apoyo un brazo sobre el apoyabrazos.
Suspiro mirando la tetera humeante y los bollos, que a pesar de que tienen un aspecto delicioso me repulsan. Deben ser los nervios.
-No hay una, sino muchas razones para la consulta -contesto algo sarcástico, inmediatamente me repongo y me disculpo -Perdón, es que estoy nervioso, nunca he hecho algo así antes... ¿Cómo es esto? ¿Le hablo de mis problemas y ya? ¿Doy detalles? -inquirí confundido. De pronto la miro a los ojos y digo -Vengo a hablar de mi pasado como mortífago y de mi presente fuera de esa realidad... si es demasiado para usted puedo entenderlo y me retiraré si así me lo pide.
¿Quién sabe? Quizás los mortífagos habían matado a alguien cercano a ella.

Quizá lo que más le entristecía era que no, no habían matado a nadie cercano, a veces suponía que si así fuera al menos sería todo un poco más fácil, más real que la ironía de la vida que le traía el hecho de que su hermano y el novio de él fueran mortífagos no le ayudaba a su conciencia que había puesto como objetivo venir aquí a ayudar en todo lo que pudiera.

"En realidad está aquí para hablar de lo que considere importante, no importa cuan oscuro sea el asunto, no estoy aquí para juzgar sus acciones solo ayudarle o a comprenderlas y/o asimilarlas." Por ponerlo de una forma sencilla la verdad. Era mucho más amplio el tema de la psicología y no quería ni comenzar a pensar en todo el trabajo que tendría el chico por delante. Ella era solo alguien para guiar pero quienes hacían el trabajo estudiando el interior de sus mentes eran los pacientes, ellos apenas decían un trozo de la realidad que vivían dentro de sus mentes y cuerpos, ella trabajaba con lo que ellos estaban dispuestos a ofrecerle.

"¿Quiere empezar por algo más sencillo? O quizá del comienzo, pertenece a la familia Malfoy por lo que se puede asumir bajo que ideales nació... ¿Que tal si me cuentas de tu vida? La vida antes de la guerra, ¿que hacías? ¿Que te gustaba?" Tristemente había muchas cosas que decir, desde el principio es rebuscar la raíz de como le jodieron la mente, de como llegó a ser lo que hoy es.

La miro confuso, dudo de qué decir y pienso que fue un error decidir que una extraña podía ayudarme; -No, no quiero hablar de la época de mi infancia y de cuando era feliz porque todo eso es una mentira -suelto con rabia contenida -Odio a mi padre -digo entre dientes como si estuviera escupiendo veneno -Todos esos "ideales que se pueden presumir" por mi origen son ideas que el muy bastardo puso en mi cabeza desde que tengo memoria -proseguí apretando con mi mano el apoyabrazos -Cuando el Señor Oscuro se alzó creí que el momento que había estado esperando toda mi vida había llegado: por fin mi familia y yo recibiríamos lo que se nos había prometido, la superioridad sobre los mestizos -sentí que la sangre me subía a las mejillas a causa del enojo y la vergüenza que sentía sobre mis palabras -Pero no fue si no el comienzo de una pesadilla familiar y un infierno privado que me cuesta dejar atrás -afirmé alzando la mirada del suelo, apoyé los codos en mis muslos y me tomé la cabeza con las manos -Porque todo cuanto dijo mi padre fue mentira y cuando me di cuenta de ello ya estaba preso en mi propia casa, ayudando en una causa en la que no creía, torturando a mis amigos... -mis pensamientos retuvieron la imagen de Luna en mi mente, de su cuerpo siendo sometido al cruciatus, de cuando yo... abusé de ella -Haciendo cosas que me daban asco solo para no morir -me pasé la mano por el cabello platino -Qué idiota fui...suspiré cansado -¿Y sabe qué es lo peor?-inquirí aunque retóricamente -Que esas personas, las que están vivas, me perdonaron... ¿entiende? Ni siquiera puedo encontrar la paz en un castigo.

No sabía como explicar esta situación ya que ella era una de esas personas que habían perdonado a sus captores. Quizá no era un mal que había tomado forma física, no había sido un daño que se podía tocar y reconocer como lo que había hecho Draco Malfoy, pero ella no era inocente como su hermano deseaba pensar, había sido torturada desde pequeña, podía reconocer los signos del dolor, el hecho de que buscara redención en un castigo por mano ajena le hablaba de esa necesidad por el otro. El chico era en parte más desinteresado de lo que decía ser.

Pero, ¿como llega a ser un alma por naturaleza pura una persona que ha hecho tanta maldad que ya no quiere seguir sufriendo? Que ya no quiere seguir dañando, que cree que es su culpa, ¿como pudieron manipularlo para convertirse en esto? Y al final... desprogramar lo que habían hecho no era algo fácil, porque si bien había abierto los ojos al panorama, ¿como le explicas que ahora con los ojos abiertos tendría que volver a conocer el mundo y crear uno propio?

Era un Malfoy, sabía que las cosas no iban a ser fáciles, ‘Acceder’ a una charla con ella no significaba querer realmente escucharla y toda esa familia era realmente conocida por su orgullo.

"Comprendo la confusión ante no recibir castigo. ¿Ha hablado con las personas? ¿Ha pedido la explicación de por qué le consideran digno de perdón?" Preguntó sin dar mucha vuelta. Sabía que realmente escuchar esas palabras de la fuente era lo que él necesitaba ya que no importaba lo que ella dijera, no era parte del mundo en que él vivía, no había estado allí, no era su víctima ni su verdugo.