Examinando vidas (Andrómeda Tonks)

La sala era blanca, iluminada, diferente al otro lugar; habían otros que llegaban, se iban, se sentaban, o se detenían parados; y sonidos, sonidos distintos pero que yo recordaba; las luces del techo tenían ese sonido, los carros que llevaban las personas de blanco lo hacían también y las voces, las voces de aquí eran distintas y parecidas a la vez; e incluso esta muñeca que estaba ahí sentada lo percibía, cerca de la esquina, con solo uno de esos asientos distintos entre ella y la pared.

Y es que el lugar no me hacia bien, no me sentía bien habiendo sido traída aquí; ya lo había ocupado, ya me habían tenido aquí después de la pieza sin color, con las otras; en las camas de las habitaciones blancas, recordando como ellos me tenían para llevarme mientras esperaba a que otros vinieran por mí, una familia, como las de las demás tal vez; una familia que nunca llego por mucho que estuve ahí con mi mejilla aplastada a la almohada. Solo esperando, respirando y viendo como las demás comenzaban a irse al final; aquí me atacaban esas cosas que haya pocas veces, las demás entrando para verme, yo apenas queriendo mirarlas ahí; las personas que nos despertaban para hablarnos y escucharnos aunque yo no quería, los tubos que ponían en mi piel; las revisiones en mi cuerpo o las pastillas para tomar.

Pero ahora, aun asi ahora las extrañaba tanto a ellas; y las veía aquí, como antes estuvimos en algún lugar de aquí todas, con otros intentando mejorarnos tal vez, siendo llevadas por los pasillos en nuestro silencio o siendo tenidas en la pieza de paredes blancas; al menos todas juntas aunque yo casi no hablara, sin que nos hicieran sollozar tanto, pero al menso todas juntas... Todas juntas ahí, como me molestaba tanto desde que lo comencé a pensar con la mujer del cabello blanco.

Tengo las manos sobre mis piernas, tocando los lados de mi vientre con los codos; viéndomelas como buscando algún indicio de algo que deberían tener si no me hubiesen desaparecido a  ese lugar; apenas mirando un poco hacia fuera cuando fuerzo esos ojos que siempre estan perdidos al escuchar algo; un paso, una voz, un sonido. Me habían enviado de la escuela en donde me tenían ahora, alguien vino con migo y me hiso sentarme aquí, diciendo que esperara un momento; que alguien vendría para verme.

Era un día más en la vida de la Medimaga. Realmente no sabia por donde empezar estos días que llegaban tras la guerra. Había hecho todo lo posible por ayudar a todo paciente que llegó a su puerta. Entre abusos, malos tratos, cruciatus. Realmente o daba a basto, su agenda era tal que no sabía por donde empezar o a donde ir con ella. Intentaba por todos los medios de hacer lo correcto. De tratar a todos bien y aferrándose a la neutralidad y su juramento como médica de atender a cualquiera por igual.

Pero día a día aparecían más y más abusados, más personas al límite de la locura. Cada vez que los veía comenzaba a pensar que quizá, solo quizá, los locos eran los que mejor estaban en este instante. Los locos no juzgaban ni sentían, no temían, estaban seguros en ese rincón de su mente. Es por eso que Judith y Argine eran...

Sonrió complaciente, aceptando una carpeta, abriéndola y rebuscando la información de su nueva paciente. Niniel 'Lemuri'. El apellido es inseguro ya que nadie la reclamo tras salir de cautiverio. Debería estar en tratamiento constante, una carta del Profesor Flitwick indicó que debería buscar un eje para ayudarla con Runas. Le ayudaría que Argine estuviera dando vueltas por esta parte realmente pero debería ingeniarse por su cuenta.

"Niniel..." Llamó apenas entrar a la sala esperando que la chica se presentara ante ella, una túnica blanca con cinto rojo anunciando su Status entre los sanadores.

Mi brazo estaba descubierto, una mano más suave me lo levantaba; tomandomelo con sus dedos mientras me insertaba una aguja en él; era como sentir una diminuta fibra helada que terminaba ocupando un espacio bajo mi piel, saliendo de ella un tuvo que me afirmaban con una cinta que presionaba adhiriéndose a mí, escociendo un poco cuando me movía, pero aprendiendo a vivir con ello tras un tiempo; en esa cama que parecía ser un poco mejor, con algo mas de luz mientras sola me deshacía para simplemente dormir, para de pronto simplemente dormir.

...........

"Niniel"

Escucho a lo lejos decir a alguien, saliendo lenta de lo que imaginaba recordando en ese lugar, con mis ojos como adormecidos de pronto; molestándome como a quien acaba de salir de un lugar obscuro. Era tan repentino lo que sentía cuando escuchaba esa palabra, me hacia mirar, siempre me hacia mirar cuando escuchaba esa palabra que usaban para llamarme; pero también eran tantas las veces en que me enfriaba haciéndome querer desaparecer; como quien es llamada para algo que no quiere, como Niniel o como muñeca.

Veo quien me llama, una mujer de blanco con cinta roja; yo recuerdo algo de eso, no era agradable; no lo era, pero también era mucho mejor que ellos, mucho más inocuo; aunque el llamado, el llamado de Niniel era de los que me entumían un poco esta vez. Me paro en silencio, omitiendo los sonidos en mi mente mientras camino, acercándome a esa mujer con mis brazos a los lados, no atreviéndome a tomar otra posición que aquella estática ante ella en silencio; teniendo aquellas ropas de la escuela donde estaba ahora.

Lentamente con una mano indicó a la chica que pasara a una sala diferente. Una puerta blanca como todo el lugar, pero realmente no parecía tener nada particular salvo por la placa que indicaba el nombre de la medimaga: Andrómeda Tonks.

"Pasa, Niniel. ¿Como te has sentido últimamente?" Preguntó indicando el lugar.

Era con simpleza un consultorio personal. Había una camilla contra una pared con unos aparatejos que servían para medir la presión, un escritorio con sillas, una biblioteca pequeña y algo que parecía un computador muggle pero no debía ser ya que los elementos electrónicos son arruinados cerca de mucha cantidad de mágia como debía tener el hospital San Mungo.

Andrómeda era una mujer entrados los 45, el cabello en risos y los ojos grises que recordaban a la perfección a su hermana mayor, Bellatrix Black, lo cual hacía que muchos de sus pacientes trataran de evitar las consultas a menudo por miedo a lo que podría lograr hacer otro de los engendros de la familia Black aunque esta se hubiera casado con un nacido de muggles.

"¿Tienes algo que contarme, alguna consulta antes de empezar el examen?" Preguntó indicando que tomara asiento.

Siento que me repudia, por un instante siento que me repudia esa orden de hacerme entrar, como algo que me entume al ver su mano, tal vez como una niña asustada de la doctora que usa la aguja; raspándome todo durante un parpadeo como una nausea que me hace mal al intentar mover una de mis piernas hacia atrás; rosigándome a entrar ahí al final y es que yo... yo no quería, yo no quería que me levantaran los brazos, que me revisaran o que me insertaran una de las agujas frías; no era lo peor, pero igual no me gustaba... Me hace sentir tomada como estaba allá, y eso se siente mal.

Me siento como siempre... supongo. Le respondo resignada, bajando mis ojos tras mirarla solo un diminuto instante; sin atreverme hacerlo más, pasando a su lado cogiéndome un hombro como si no quisiera ser tocada aun aunque no pasase del todo cerca de ella, caminando a su lado, llegando en un momento a aquella habitación...

Veo lo que no me gusta como la camilla que me recuerda a las mesas de ellos donde me amarraban, los aparatos que no sabía que hacían pero que parecen ser capases de meterse o apretarse a una y lo que al menos no me hace mucho; como los libros, aquella maquina que podría recordar de algo tal vez y la mesa; sintiendo un diminuto pero incompleto alivio cuando me pide ponerme en una de las sillas en vez de la camilla.

¿Que me vas a hacer? ¿No será algo malo, cierto? Pregunto finalmente, sentada ahí con mis manos tomadas sobre mi regazo; perdiendo mis ojos en aquella maquina extraña para evitar ese contacto que me punzaba.

"No, Miss Lemuri. Realmente no me interesa hacerle daño." Respondió con simpleza. Quizá en algún momento esas palabras hubieran sido completamente creíbles, pero la realidad era que Andromeda Black había perdido por completo esa cualidad empática que logró criar una niña tan alegre como lo había sido Nymphadora Tonks.

"Sin embargo tendré que revisarte para saber como estás sanando de las heridas internas." Comentó como quien no quiere la cosa, tomando unos papeles y colocándolos en la máquina de escribir antes de comenzar a teclear a buena velocidad. "Bueno, dime como te has encontrado... ¿Cuantas horas duermes? ¿Tienes alguna difícultad para ir al baño?" Comenzó con la batería de preguntas regulares que debería hacerle antes de siquiera comenzar la revisación.

Duermo poco, esta... no sabe cuento tiempo pero poco; cierro los ojos pero no pasa... y el baño no me gusta; aunque a veces me duele un poco el vientre cuando intento ir. Tengo una mano en mi vientre cuando termino de responder y es que allá teníamos un baño, un sucio y maltratado baño con la ventana entablada; aunque a veces intentábamos cuidarlo para hacerlo un poco mejor, las pocas veces que dejábamos de llorar por dentro. Mientras que mi vientre, no sabía si era algo que no estaba, algo que me dolía sin existir por el recuerdo de sus manos en el o algo que de verdad estaba quemándome; como aquella vez que sangre tanto botando algo desde adentro, desgarrándome como si me fuera a romper...

Yo sigo evitando verla mucho a ella, cuando solo mira si lo hago; pero cuando se mueve o va hablar con lo que yo creo que será algo mas no puedo evitar quitar mis ojos; entumida y resignada por lo que me iba a escudriñar, en mi espalda donde tenía lo que yo nunca quería ver; con esa voz simple de ella que no me gusta por lo normal que lo hace parecer.

"Te recetaré poción para dormir sin soñar. Debes tomar un trago ya estando recostada, la poción es demasiado fuerte así que no se te ocurra beber más porque puede dejarte dormida por días." Aunque la poción con un solo trago ya casi hacía desfallecer a la persona por lo que no suponía un problema real ya que difícilmente podría llegar al segundo trago.

Entre que hablaba iba tomando nota en un recetario que tenía a mano, tratando de mantener una caligrafía adecuada. No que siendo medimaga adecuada sea realmente entendible. Lo cierto es que había varias cosas para revisar en la chica ya que la habían roto por dentro si lo decía de forma adecuada.

"Luego para revisarte te daré unas gotas así puedes relajarte. ¿Has tratado psicológicamente? ¿Tienes un tratamiento?" Preguntó mientras seguía tomando notas, haciendo el cálculo de que al menos le debería dar 10 gotas diluidas para darle un corto descanso y poder revisarla sin traumarla en el proceso.

Cuando me tenían aquí algunas intentaban hablar con esta aunque no quería, pero después me llevaron a allá... donde estoy ahora...; y ahí solo hay una mujer de cabello blanco que intenta hacerlo, a veces... No me gusta lo que dice o lo que hace, trato de apagarme para creer que no puede ser tan malo como lo que me hacían allá, pero igual no me gusta; tomar cosas me da miedo por lo que me harán sentir, pensar que me revisen hace que se me entuma el vientre; y es que se siente tan frio estar así, resignada a que hagan lo que quieran con una; pidiendo en susurros que sea un poco mejor, que al menos un poco mejor.

A ella no la puedo mirar porque debe saber cómo estuve, tal vez se entiende en su pregunta o simplemente porque aquí todos sabían, porque cuando estuve aquí recordaba que todos sabían; aunque no pudieran saber lo que se siente creo que todos intentaban explicarlo con palabras, esas personas intentaban hablar con nosotras diciendo que ahora podríamos estar mejor; pero yo no podía, no en tan poco tiempo; aun aunque el lugar ahora fuese blanco, aun aunque las pequeñas cosas que me hacían mancharan menos que las de antes, aun aunque doliera un poco menos con el tiempo.

"Supongo entonces que no estás recibiendo tratamiento." Comentó tomando nota antes de seguir anotando otras cosas y regresar a verle el rostro un momento antes de tomar un vaso descartable y con un movimiento de la varita llenarlo con agua.

Se paró para de una estantería sacar una poción con gotero y contar exactametne 10 gotas dentro del agua e indicar la camilla para que tomara asiento allí antes de entregarle el vaso.

"Bebelo." Indicó a conciencia que tras beberlo caería inconsciente sin siquiera tiempo para poder responder a la orden. Si lo bebía, despertaría 15 minutos después como si simplemente hubiera dormido una siesta, los exámenes terminados y la médica en el escritorio escribiendo a la espera de que despertara.

Ahora llego a mirarla, no quiero hacerlo pero lo hago de todos modos, paralizada cuando se para es que me quedo en su túnica blanca, en la cinta roja y en los movimientos de sus brazos; como aquella primera doctora que me vio en un lugar así, la que tenía aquellos aros con esferas transparentes que sonaban un poco al moverse. Y es que lo recordaba, como me sentía ahí; respirando, viéndola desde lo bajo como hacia ahora, con mis manos pegadas por como estaba, por lo que sentía y temía sentir al beber lo que me diera; aunque tal vez gritando por ayuda desde adentro también; con esos ojos pegados contra mis parpados que a veces sentía como si quisieran decir algo, algo que no lograria decir nunca.

Algo me enfria más cuando me señala la camilla yo no quiero, por eso la miro tratando de apagar todo; y es que a mí me ponían sobre mesas así para amarrarme, ellos lo hacían y me laceraba, me laceraba en todos lados cuando apretaba... Tal vez pasan unos instantes, pero sé que me está esperando y eso me raspa desde mi espalda; parándome silenciosa, tratando de ser una muñeca que no piensa más cuando me muevo, sentándome en la camilla como puedo; tratando de que sea así, sentada, no acostada sin que me pueda mover.

Me tomo rápida el contenido del vaso, lo miro una vez pero solo veo algo como agua, sé que me hará algo pero no lo pienso, trato de no pensarlo; y ..........

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...........  En un momento comienzo a sentir mis ojos, me presionan un poco sin que duela..., creo que siento mi mejilla aplastada a algo blando y mi cabeza me pesa, no quiero levantarla, tendida; con mi cuerpo placido... sin querer moverme como si aun no quisiese funcionar, acostada tranquila en ese lugar blando. Abro mis ojos, no veo bien al comienzo pero trato de mirar donde estoy; un lugar blanco..., una mesa adelante..., y una persona que escribe; ¿Una persona que escribe?

Hago un poco de fuerza con mis manos levantándome; siento a mi mejilla liberarse, a mi pelo caer entorno a mi cabeza, a mis parpados pesarme aun y a mis latidos como si fueran lo único realmente activo en mi; mirando un poco a la doctora, para después pasar a tocarme mis brazos; viendo si tengo algo, de pronto viendo si tengo algo cuando empiezo a sentir el lugar donde estoy....

¿Que.....? ¿Qué paso?

Los ojos grises de la doctora se alzaron al escuchar su voz, estudiandola un momento visualmente.

Niniel no tenía nada... ninguna incomodidad, ningún extraño objeto rodeandole, en el mismo lugar que había caído había levantado la cabeza. Era como si no hubiera pasado realmente el tiempo desde que comenzó el examen físico.

"Te daré un par de pociones, tienes una infección urinaria... Falta de vitamina C y D, deberé darte un extra de vitamina D, pero quiero que me cuentes que es lo que has estado comiendo en general." Comentó mientras tomaba nota de estas cosas mientras hacía recetas sobre pociones y complementos. "¿Que comidas haces y que comes en ellas habitualmente?" Preguntó nuevamente alzando los ojos para verla, allí, sentándose en la camilla.

Yo... no como mucho, donde estoy no hay nada así que bajo al comedor grande a buscar, a veces... solo a veces. No me gusta estar demasiado ahí..., me voy con cosas pequeñas; un pan, cosas secas.... Respondo pasándome mis manos temblorosas por los brazos, mis hombros o mi rostro después; seguía sintiéndome como si no tuviera mis extremidades bien puestas, aunque un poco menos... un poco menos, ahí; mientras me seguía mirando en busca de algo que no pudiese sentir aun mi, algo que al parecer no existía....

Yo nunca comía mucho, a veces lo buscaba como algo que quería; pero muchas otras simplemente lo dejaba; no quería moverme, ir a otro lugar o arriesgarme a pensar en nada... Y es que aunque estrujaba, mucho; creo que ya de alguna forma estaba acostumbrada a estar así, como si fuera normal; pues allá no comía mucho.... ahora, ahora no recordaba cómo era, pero lo que nos daban a las muñecas solo serbia para seguir respirando y era poco, lo teníamos que repartir entre varias y el hambre... el hambre dolía, aunque una al final se acostumbraba creo; como un poco a todo tal vez...

"Deberemos solucionar eso..." Comentó mientras tomaba nota, tildando la parte de peso que estaba por debajo de lo normal recomendado para una persona de su estatura y edad...

La mitad de las víctimas de la guerra que venían aquí tenían ese problema, fuera porque no comían antes, o porque simplemente no sabían como comenzar a comer como personas normales. Tratando de hacer las cosas como podían, como les salía. Era impredecible lo que hacían, solo...

Ella misma había perdido mucho peso desde el principio de la guerra, especialmente en la pos guerra cuando ya no tenía un objetivo claro y había perdido no solo a su marido sino que a su hija y su yerno.

"Bueno, hice una lista de lo que necesitarás... Madame Pomfrey va a tener tres pociones, espero que la chica que le mandé a ayudar pueda prepararlas. Una es de color azul... esta poción es la de dormir sin soñar. Recuerda, una vez acostada, un trago entero... no dejes de tomarla sin aviso, deberás venir a verme cuando creas que estás lista para ir bajando la dosis." Explicó anotando en un papel.

"La otra es naranja, para infecciones, con el desayuno 10 gotas en medio vaso de zumo. Acuerdate de desayunar, no debes beberla sola, es fuerte y puede hacerte daño si no tienes cuidado. Siempre primero come algo y luego la tomas." Anotó la segunda poción.

"La última es verde oscuro y tiene mejor sabor que las otras, es mentolada. 10 minutos antes de comer, 30 gotas en seco. Esta abre un poco el apetito y ayuda en la digestión para que no tengas malestares. ¿Alguna duda?" Preguntó alzando la vista a ver si la chica tendría algo que decir sobre lo que tenía que tomar.

Ella empieza ha hablar, ha hablar mucho; son demasiadas cosas las que le dice a esta y yo solo miro aquel papel en el que escribe escuchando; pudiendo dejar que me entre algo de eso tal vez, pero sabiendo ahí que no lo haría, que no podría recordar todo y que tendría que dejar que esa otra persona lo haga con migo; si es que las tomaba siquiera y es que no sé; aun me sentía tan desarmada tras tener que abrir mis ojos, con las manos en mis hombros y ese pecho mío que se mueve al respirar; sintiéndome tocada por una idea fría que no veía en ese momento, pero que molestaba; y es que tomar cosas, había sido malo antes; era como tener que ser mesclada de nuevo y... no sé.

¿Que pasaría? ¿Qué le pasaría a esta si no las toma? Suelto las manos de mis hombros y las bajo a mi vientre, no pudiendo mirar cuando pregunto; sintiendo de apoco ese escozor que a veces venia de mi espalda y... ¿Y tú me viste..., tú me viste cuando paso?

No sabía si ella entendería, si entendería lo que podría a ver visto en esta, atrás; y es que ya me empezaba a sentir como antes y pienso, pienso en que me las pudo a ver visto y es que no sé, no sé porque me hacen sentir así aunque yo no lo sintiera si lo hiso, aunque esa vez no lo sintiera......

"¿Cuando pasó que?" Le preguntó directamente. Claramente no aceptaría medias palabras o frases huecas. ¿Si la había visto rota? Si... ¿Le importaba? No.

Estaba ante una persona que ya había perdido su alma y no le importaba, le había dado una causa, una razón de ser a ese alma marchita así que el hecho de no tener corazón de compasión realmente no le interesaba en lo más mínimo. Ella se encargaba de la salud física, no de la salud mental, porque como todos sabían, en el mundo mágico no existe un equivalente a psicólogo o psiquiatra si no es determinadas pociones y algún que otro hechizo, no había nada que ayudara a la mente humana en este rincón del mundo.

"Si no las tomas lo único que harás será perjudicarte a ti misma... por lo general una infección se puede extender hasta hacer más daño, incomodidad, dolor o incluso fiebre y malestar. Si no comienzas a consumir vitamina C y comer las comidas podrías tener deficiencia de vitamina que trae dolor en las alticulaciones y probablemente de aquí a un año o dos no podrás caminar por los dolores..." La observó con su mirada severa, un desafío a hacer más preguntas.

..........

En un instante me tenso, ella me pregunta directa por lo que quise ocultar a la vez que saber; no sé si enojada, furiosa, harta o solo severa; pero molesta, molesta con esta lo cual me repudia, me repudia demasiado, me raspa y me intimida haciéndome temblar, haciéndome querer encogerme con mis piernas entre los brazos si no fuera porque eso la haría molestarse más y es que cuando ellos se molestaban era horrible, peor aun que cuando solo querían usar; y no, yo no sé, yo no sé porque a veces llegaban molestos si yo no podía hacer nada; yo no sabía cómo enfrentar a alguien que se molestaba con migo, soy una muñeca y solo se llorar...

Nada, no importa, no importa... Le respondo desviando mi mirada, queriendo apretar mis ojos por un instante en esa espera de una molestia peor; yo... está bien, me tomare las pociones. Intento agregar tan aterrada y desesperada por dentro, pidiendo que pare, que solo pare, que me deje ir y no me haga pedir nada o gritar, que mi voz desesperada no halla sido notada por ella...

"Muy bien... entonces quiero verte dentro de 3 meses. La señora Pomfrey se encargará de pasarme los informes mientras estás en el colegio. Cualquier cosa manda una lechuza que trataré de responderte lo antes posible." Asintió pasando el papel con las pociones que debía tomar y otro más con las indicaciones sobre como debía tomarlas.

Parecía que estaba todo en orden.

"Te recomendaría que consideraras pedir una ayuda psiquiátrica pero no tenemos de eso dentro de San Mungo, quizá si consultas encontrarás mestizos o hijos de muggles que hayan decidido seguir la carrera médica dentro del mundo muggle." Aclaró poniéndose de pie para invitarla a la puerta dando por terminada la revisación de la joven.

La escucho, la escucho y pasa, creo que pasa; ya no la escucho tan molesta, y solo continua hablando lo suyo como antes, escuchándola yo mientras siento a mi cuerpo decantar un poco lo de antes, tratando de entender mas lo que dice para bajarme de la camilla temblorosa y recibir aquel papel que me entrega. ¿Ayuda psiquiátrica? ¿Qué hacen ahí? Le pregunto cuando la veo ponerse de pie, mirándola sin mirar realmente; escuchando lo que dice pero sin atreverme a pensarlo demasiado ahí en el papel; y es que algo creo que entendía, enfriándome con ello como si me fueran hacer más cosas, pero también queriendo preguntar... por si.., por si al menos podía pensar en que algo me pudiera hacer sentir mejor; aunque al final no quisiera hacer nada.

Y es que a veces ni siquiera quiero seguir respirando o siendo algo, no quiero ni mirarme o sentirme, estoy tan fría por la pesadilla de volver a estar ahí, con todo doliéndome y tan dominada.., tan dominada por ellos....

"Ayudan en la mejora mental con una asistencia de diferentes quimicos." Aclara no del todo segura sobre que era lo que debía decirle cual era el objetivo ya que la definición que conocía era compleja en realidad y tenía poco que ver con lo que la chica podría llegar a entender.

"Es una especialidad medica que se dedica a explorar las conductas atípicas en las personas y ayuda a que se sientan mejor en el largo plazo." Concluye observandola a la espera. Ya no había nada más que decir, probablemente hablara con Madame Pomfrey para ver los detalles de este asunto en particular. No era especialista en psiquiatría aunque el hecho de haberle dado un medio para dormir sin soñar rozaba eso, no podía darle nada como Cheering Charms o cosas similares a la chica ya que eso solo serviría para tapar la existencia del problema en primer lugar.

"Hablaré con la enfermera directamente a ver si puede complementar tus visitas a la consejera estudiantil con algo que ayude a tu estado anímico." Aclaró indicando que ya se podía retirar si deseaba... o mejor dicho, sin mucha opción al asunto en primer lugar.

¿Yo podría sentirme mejor? Tal vez quería preguntarle a ella, esa pregunta que no iba a hacer porque se molestaría de nuevo; aquella que le había hecho a esa consejera para que me respondiera un tal vez  mejor.., pero también un nunca del todo; sabiendo que siempre abre sido su muñeca, que no puedo empezar de nuevo para que no lo sea como si la moneda hubiese caído con la otra cara para esta; con un apremio repentino que me hace necesitar; ilusionarme con ese “Y ayuda a que se sientan mejor” tal vez, queriendo tanto verme en ese sentir mejor tal vez…

.....Está bien... Me oigo respondiéndole aturdida, sintiéndome tan pequeña y vulnerable a todo lo que dice; percibiendo su indicación para terminar moviéndome hacia la puerta, volteándome a mirarla cuando llego poniendo una mano en el marco, dudosa; sin poder decidir si debo irme, decir algo mas o pensar lo que me ha dicho cuando camine. ...Me voy...  Le digo temblorosa, girándome para caminar por el pasillo blanco, con una mano en mi brazo de pronto; asustada de que me haya hecho algo sin que pueda saber, aunque sin saber realmente porque…