[Flashback] Encuentros inesperados (Luna, Celelia)

Ya habían sucedido encuentros inesperados para la muñeca en ese lugar donde la llevaron, la princesa que se fue de su lugar tras una noche y aquella acompañante a la cual le había dejado coger mi mano; tal vez porque insistió mucho tiempo en estar con migo sin tomarme, aun cuando caí por mis los movimientos torpes de mis piezas ante sus ojos o porque ella... también decía a haber estado encerrada, como yo; secreto que descubrió sin que se lo dijera, pues yo casi nunca lo decía... dolía demasiado decirlo, demasiado.

Tal vez me sentía un poco mejor con ella, incluso llore cuando me dejo aquella primera vez; aunque como siempre, la muñeca no sabía que quería; yo no sabía que quería. ¿Solo poder respirar sin que me duela como todo? ¿Que se me quite un poco aquello que siempre ciento escocer mi piel aunque ya no se vea? O... estar acompañada de ella también ¿Sentir como se acerca a mí sin que me haga nada? O tal vez llorarle... ¿De ese lugar? Algún día...

...................................                     .....................................             ..............       ..............

Un sonido grave e invasivo llega a mis oídos de lejos en ese lugar, suena como algo grande que se acerca un poco a lo lejos y a ¿Vapor? Ella me tenia sentada en un banco, cerca de la entrada de donde venia aquel sonido; ahí mientras yo sentía el sol intentar calentar un poco esa piel que siempre sentía demasiado fría, mientras otros pasaban frente al camino que llevaba esa estación, esos otros que yo no quería ver para que no me vieran, para que no pensaran si quiera; pues todo eso me dolía, desde allá todo me invadía o dolía.

¿Porque...? ¿Porque quisiste venirte con esta...? ¿Así? ¿Solo dándome un poco de lo dulce? Acabo por preguntarle sin mirarla, poniendo lentamente uno de aquellos objetos en mi boca. Es dulce, es demasiado cálido y eso se disuelve repentino con mi boca ahí; calentándome un poco por dentro incluso a mí. Probablemente solo pareciéramos dos estudiantes pasando el tiempo ahí; aunque yo no me atreviese a mirar a nadie o nada, resignándome con sentir el sol mientras mecía un poco mis piernas y sentía su mano con la mía.

No sé porque nuestros pasos nos llevan a la estación de Hogsmeade, pero resulta agradable el paisaje desde ese lugar, la curiosa paz que se respira, los viajeros con equipajes que esperan y se mueven a nuestro alrededor quizás sin notarnos demasiado.

Le sonrío a Niniel. -Tú preguntas por qué lo hago; y yo te pregunto ¿por qué no lo haría? Somos amigas, y las amigas comparten el tiempo juntas, charlando, comiendo dulces o sólo mirando al firmamento. ¿No lo crees así?-

El sonido del tren que se acerca es algo agradable, que se relaciona a momentos distintos. Volver a casa para Navidad, o para vacaciones. Me cuesta un poco admitir que ese sonido, sin embargo, tiene otro significado más para mi, pero sólo sacudo la cabeza. No hay porque pensar en las cosas malas, ¿cierto?

- Ya había terminado las labores Hogsmeade era hora de irse, realmente quería llegar a casa, - [i]¿Casa? De que estoy hablando realmente odio este maldito pueblo mágico, quizás debería quedarme unos días y aguardar a que la luna me acompañara en otro asombroso y macabro amanecer... No recuerdo la ultima ves que amanecí en una camilla llena de cuerpos desgarrados y masacrados [ /i] - Se ríe mientras camina como una niña consentida... Aunque bueno me ha costado mucho borrar antecedentes en el ministerio... Aunque si me...

- Al llegar a la estación me di cuenta que el ultimo tren había llegado hace unos momentos... Es el único momento en que tengo antes de que parta me sentare junto a la banca ya que el lugar esta casi vació.

Fuera de juego:

Yo... no sé, yo no... Charlo,... o como dulces; no podia. Intento responderle, no pudiendo hacerlo del todo en ese momento; como si no quisiese hablar de eso que es la razón de no saber, de no poder ser como ella. Mi mano esta debajo de la de ella en la banca, flácida, tal vez un poco fría como la de una muñeca que podría ser movida si quisiera; asustada por lo que podría doler.

¿Yo...? ¿Quieres seguir… aquí con esta? Creo que no he sido buena... Estoy silenciada, me siento silenciada y cansada por dentro; silenciada porque ella ve como sufro, como podría tomarme porque sola no sé hacer nada; porque me duele, porque eso me pasa... Me duele todo, aun después de ser soltada es como si hubiese quedado tan herida que me duele todo, cualquier cosa; en mi piel me rasmilla o en mi interior me tortura.

Crack....

Un pequeño dulce más duro se parte en mis dientes haciéndome morder en banda, escuchándose levemente como mis dientes golpean los de abajo al verse sin nada entre ellos.

-Si, quiero seguir aquí contigo.- Hago énfasis en esa última palabra. Es curioso como intenta despersonalizarse de ella al hablar en tercera persona, como un objeto y no como un ser humano viviente. Pero cada vez está más claro que no es una muñeca hechizada: Niniel está viva, aunque a veces no lo parezca. -Tu compañía es agradable, porque no balbuceas cosas sin sentido sólo para romper el silencio. Hay muchas personas que hacen eso, porque les da miedo lo que podría pasar si se callan y les toca pensar. Y al pensar descubren tantas cosas terribles que han hecho, que se convierte en una tortura. Así que hablan. Pero sólo en el silencio podemos escuchar más allá de lo que existe, y descubrimos sonidos interesantes.-

- El tren ya iba a partir, realmente había algo que me intrigaba esa sensación o sexto sentido que te ha dejado la vida tras muchos sufrimientos, el tren se alejaba aun que pudiera subirme aun el... Pero me encontraba sentada aun en una de las sillas de la estación mirando como se vaciaba poco a poco...

- Pero un escalofrió cruzo por mi cuerpo esto es algo nuevo un sentimiento que no sentía hace mucho, un choque casi eléctrico cruzo por mi mente mientras recordaba aquella mirada en esa noche de masacre y en la que escaparon esos cobardes huyendo por entre la oscuridad del lugar... Su mirada se veía diferente quizás este maldito pueblo mágico haya cuidado de ella... Bueno seria lo único bueno que ha echo.

- El vapor que desprende el tren que acaba de partir deja una bruma ligera en el aire mientras mi mirada se clava en la suya mientras se cruzan por un momento, antes de que un grupo de persona quizás una familia del lugar me dieran tiempo para acercarme por otro lado escabullendome entre la vías del tren ya que se encontraban al otro lado con aquella chica que extrañamente andaba descalza - Me acerque con la incertidumbre en mi mente - ¿Como te trata la vida ahora? - Digo mientras mi mirada se posa sobre ella dejando de lado la chica extraña.

Hago un pequeño movimiento en mi mano, arrastrando un poco los dedos que tengo bajo la suya por el banco, levantando diminutamente la sima de la mía cuando escucho su contigo. Y es que ese significado, es... algo de lo que a veces llego a querer tal vez, pero a la vez otra cosa que me aterra; como un ácido que me altera recorriéndome entera por no saber qué hacer con él. Por una lado quería estar con ella, pero por el otro temo que me duela; y es que a veces, a veces prefiero ser esa muñeca que no debería sentir a una que si lo hace para ser removida.

Está bien... Yo no hablo mucho y para mi esta mejor aquí también,... contigo; aunque lo siento, me cuesta... Y es que me duele. Yo miro hacia el fondo del camino, no queriendo enfocar realmente junto a un suspiro; aunque... Tengo una sensación, la de que alcance a ver una figura que me miraba; algo que me perturba por un instante aunque no lo digo, como un algo que me toca aunque no lo haga... Mientras todo pasa y sigo latiendo.....

..........

-¿Cómo te trata la vida ahora?-

Palabras distintas llegan a mis oídos; una mujer aparece, me mira. ¡No! ¿Quién es?... ¿Porque me pregunta? Aprieto la mano de mi compañera, me cuerpo se endurece, apenas me puedo mover; la miro, mis ojos tiemblan. Recuerdo el momento repentino, el sonido ensordecedor en el cielo, la esquina que doble; lo que me comenzó a apretar cuando se metió en mi sin que lo viera, no dejándome casi respirar, tratando de mover mi cuerpo que no lo hacía aunque lo intentaba e intentaba y las manos, en mi boca y en mi cintura; levantándome, llevándome. Y es que no, lo siento de nuevo... lo veo venir, mi cuerpo dispuesto para sentirlo todo; pero ¡No!, no quiero y no quiero.... Estar así de nuevo, no.

-¿Por qué te duele? No te estoy haciendo daño...- Pregunto con curiosidad, sin hacer más presión en su pequeña mano, trasmitiendo a través de ella mi calor. Pero su expresión cambia al sonido de aquella voz, la siento tensarse. Levanto mi mirada hacia aquella que ha hecho aquella pregunta. No me parece conocida, y su cabello es un color curioso. Me hace pensar en la esposa del profesor Lupin, creo que se llamaba Tonks, o así le decían.

-Hola.- Saludo, mi tono es suave, entre curiosa y un poco preocupada por la reacción de Niniel. -¿Quién eres?-

- Solo me pierdo en mis pensamientos - No puede ser si es ella, generalmente personas como tu no merecen vivir pero tienes algo especial que se gana parte de mi mayor curiosidad... ¿Pero por que no me hablas? - Su rostro cambia con sus palabras quizás me reconozca o quizás solo haya quedado como una cobarde o quizás este jugando con mi mente y ella solo sea una niña X... Vamos no te dejes ganar si estas acá y no moriste atada a unos grilletes debes hacer pagar a aquellos canallas...

- No hay respuesta alguna pero mi mirada es perpleja realmente su mirada es la mismas - ¡Es la misma que yo deje vivir! - Casi puedo sonreír con su silencio, pero mi sonrisa es inquietante quizás sombría, pero sus palabras suenan en mi ,de aquella extraña joven descalza - Hola, me llamo Amelia, y tu como te llamas -digo con una sonrisa sincera mientras me siento sobre aquella banca. Pero mi mirada se centra en aquella chica... Ella la que ya me ha visto y he dejado vivir por una única razón.

Esa mujer se sienta a mi lado, me alcanza a rosar a través de mis ropas; y no, yo no quiero; me aprieto hacia mi compañera, nuestras manos quedan apretadas entre nuestras piernas; dejando un diminuto espacio entre la muñeca y la nueva, un diminuto espacio que no me atrevo a mirar para que no descubra que me alejo de ella, para que no lo haga y me lleve.

A mi me llaman como Niniel, respondo sin mirarla, apretándome; bajando mis ojos hacia mis piernas, y es que no; esto no me gustaba, me dolía, sentía que me iba a doler, era demasiado repentino; como cuando ellos me lo preguntaron la primera vez cuando me tiraron ¿Cómo te llamas preciosa? ¿Cómo te llamare mi muñeca? solo para reírse cuando intente quejarme, reírse; aferrarme, recorrerme y hacerme gritar para que no lo hicieran....

Para que no lo hicieran....

-Soy Luna, Luna Lovegood.- Digo con rostro serio y ceja alzada. -Hum... es curioso, creí que ambas se conocían por la manera en que te has dirigido a Niniel.-

La presión en la mano de la Hupplepuff me desconcierta, es como si la temiera, pero al mismo tiempo su respuesta me da a entender que no la conoce. O pretende no conocerla. Le ofrezco mi bolsa de dulces. -¿Quieres uno? ¿Vives aquí cerca? Pareces estudiante, pero no te he visto antes en Hogwarts. ¿Eres una mortífaga?-

He aprendido que si haces muchas preguntas al mismo tiempo, la persona tarda más tiempo en darse cuenta que le están preguntando, y puede terminar diciendo cosas que no quiere revelar en un principio.

- Claro aquella chica extraña es la que había frustrado nuestros planes en aquella ocasión en el ministerio... Ocasionando que me tocara casi que doblegar mi trabajo ocultando cosas para que el ministerio no viera... ''El ejercito de Dumbledore'' , alguien complicado de tratar en estos momentos.

-Felicidades es un nombre muy bonito - Digo sarcásticamente sin prestarle mucha atención a aquella chica de la supuesta armada... Realmente no me recuerdas Niniel mírame a los ojos y dime que has podido olvidarme - Digo mientras me acurruco ligeramente enfrente de ella ya que oculta su mirada.
Volviendo a mirar a la chica descalza y sonriendo mientras entrecierro los ojos dejando una emoción y gratitud que quizás era bastante extraño - Trabajo en el ministerio y conozco tus grandes hazañas... y bueno alguna vez me gradué de su escuela - Mientras vuelvo a mirar a niniel buscando que su mirada se cruce con la mía.

Realmente no me recuerdas Niniel, esas palabras me hacen mirarla, usa la palabra con la que me llaman, me habla como si fuera alguien de antes; mírame a los ojos y dime que has podido olvidarme, me obliga a mirarla, me pregunta... la veo; se me acerca, yo no puedo alejarme más, me estrujo a la silla; no quiero que me toque, miro sus ojos, su cabello, su rostro; y... y...

......

La puerta se abre, mi cuerpo me gime, gime adentro de mi garganta para mí porque sufre, ahí tirada; apretando esos pechos que me hurgan contra mis piernas, cerrando mis ojos y respirando, respirando solo tratando de estar, solo tratando de estar. No quiero, ya siento lo escabroso, los temblores de mi piel, de mi; y es que no... Venían por esta de nuevo, me iban a meter la magia, me iban tirar, a cocer con las agujas que aun tenia marcadas de la vez anterior, a torcer y posar; posar para poder recorrerme y apretarme, diciéndome cosas; lo mucho que les gustaba, que los placía mientras yo no puedo con eso que me perturba, con eso que me invade, que me duele y que no quiero sentir, eso que mi cuerpo no debería sentir.

La puerta se abre, venían otra vez; siempre son iguales con sus muñecas... podía ser yo o una de las otras; pero venían por una como hacen siempre porque solo querían; yo no quiero mirar, se que vienen los pasos, se que vienen... pero no vienen, espero y espero sin querer nada pero no vienen y miro; no puedo soportarlo, miro.... y hay una mujer, sus ojos son distintos a los de ellos, su cabello no es gris; ....

¿Es ella quien viene ahora a por mí?... No sé, no importa; pero no quiero, esta no quiere; no quiero pero ya no puedo gritar porque no sirve de nada y me mira... aun no me viene y me mira; mi espalda desnuda, me las intento cubrir con mis manos, las marcas que la tinta me impregno cuando me amarraba a la mesa; pero no puedo, no puedo taparlas; no puedo taparme, se me meten con solo mirarme y yo no quiero, quiero desaparecer, no la quiero ni a ella ni a nadie que me haga eso.

Ella aun está ahí, dice mi nombre, mi nombre de muñeca ¿O el de antes? Ya no lo se, pero aun está ahí, lo dice, lo dice como un susurro y solo se va, no me lleva, no me lo hace; solo se va, solo se va sin cerrar la puerta...

....Niniel....

......

No.., no me lleven de nuevo, a mi no;... Elijan a otra, a cualquier otra, pero no nos encierren a nosotras de nuevo; no nos toquen mas, no me entren mas... y es que no quiero, ...No quiero... No puedo gritar, solo sollozo, lloro; la miro y es que no, no quiero que me desaparezcan de nuevo a eso, no quiero; me quejo como las primeras veces allá, me deja hacerlo aun, pero no sirve, no sirve y no tengo; no tengo donde esconderme, no tengo donde esconderme....

-Oh... eres muy joven para ser de Ministerio... Aunque, bueno, quizás no tanto...- Comienzo al principio, intentando mantener una conversación tranquila aunque no me gusta la manera en que se dirige a Niniel, tan burlona, y al mismo tiempo tan amenazante. Algo no está bien, la gente normal no se acerca de esa manera, y por su forma de hablar no parece ser del pasado bonito de Niniel, ese que ella no puede recordar.

Las palabras y los movimientos de la Hupplepuff confirman mi teoría, y en segundos he cambiado de posición con la niña grande cubriéndola tras de mi, tomando la varita que tengo siempre sobre mi oreja izquierda y quedando muy cerca de la chica.

-Aléjate, Amelia.- Digo apuntando hacia su pecho.

- Ante sus palabras eran bastante obvias después de lo sucedido mi interior quería levantarla de suelo y ahorcarla mientras cacheteo su hermoso rostro, mejor de lo que la había dejado la ultima ves que la vi... Aquellos hombres asquerosos y cobardes guiados por sus pensamientos mundanos con el cerebro entre las patas como perros, un ligero tic se apodero de mi ojo derecho por unos segundos - ¿Llevarte a donde? - la miro ligeramente a los ojos - Si he sido yo quien te ha dado esta oportunidad de vida - digo mientras me sonrió y me siento en el suelo frente a ella apoyándome en mis manos relajadamente.

- Los tiempos cambian, y tu no eres nadie para cuestionar mi logros - Mi mirada se posa con odio sobre ella mientras niniel no nos mira , la bestia que se encuentra en mi interior alimentada con sangre y odio se asoma por entre mis ojos casi partiendo el iris de mi ojo a la mitad mientras la pupila se agranda por unos instantes. Luego bajo la mirada a la varita que se asoma sobre mi pecho - ¿y que vas a hacer? dispararme si razón alguna... Valla escuela era obvio que el ministerio debió haber infundido mas enseñanza cuando se pudo - digo dejando salir un ligero suspiro.

- Niniel...¿No tienes muchas preguntas que hacer y respuestas que aun no has podido encontrar?.

Grito por dentro, quiero gritar pero no me atrevo; me quejaba, lo que tengo adentro lloraba tanto en ese lugar y sigue haciéndolo, llorando ahora como cuando no me podía mover si no que solo ver, ver lo que me harían para sentirlo todo después; tantas veces, tantas veces... que no; ya no lo quiero de nuevo, no quiero me palpen así de nuevo, que me miren o que me piensen si quiera; y es que porque...

.... ¿Porque? ¿Porque tengo que estar así? ¿Porque me tomaron a mi? ¿Porque me encerraron? ¿Porque me tocaban? ¿Porque me apretaba?..... ¿Porque me desgarraban por dentro?, ¿Porque, es que nunca vieron que dolía.....?

........

Me quejo, me quejo por todo; lo lloro, lo escupo y me quejo.... me quejo y me quejo como un berrinche por que no lo quiero, porque me marchita, porque ahí no puedo ser nada; nada..... nada; y no, no quiero... no quiero estar ahí de nuevo; me duele, no puedo llegar a gritar, aun no me lleva; aun no me hace golpear la puerta como al comienzo para que no pasara nada, aun no me hace dejar de ser una niña por primera vez...

Si es que lo va a hacer... Si es que lo va a hacer con esta porque no se... ya no se...

No me gusta la manera en que me mira, ni las respuestas que da. -Soy chica precavida, Amelia. Quizás debas preguntar a la profesora Umbridge sobre que sucedió cuando intentó cambiar el método de enseñanza al estilo del ministerio.- A diferencia de la suya, mi mirada no es de odio, sino de seriedad. No me gusta que hablen mal de mis amigos, y no me tiembla la mano cuando se trata de defenderlos.

Mi mano sigue sosteniendo la de Niniel a mi espalda, recordándole que no está sola y que no dejaré que la lleven a ninguna parte. Por las preguntas comienzo a hacerme una idea de aquello de lo que ella no quiere hablarme, de ese terror que vivió y no quiere recordar.

- Con sus palabras en mi estaban la ganas de pegarle una cachetada, pero eso alteraría a aquella niña de la orden y al lugar. Tome un gran respiro mientras dejaba una mirada en el cielo... Realmente no entiendo como ella pudo quedar tan marcada, acaso mis metas y deseos son producto de aquella psicosis.

- Luego de unos minutos dejo salir una gran carcajada mientras sonrió y me acerco hasta ella mientras dejo que la varita de ella se entierre en a medida que me acerco - Profesora Umbridge... Te equivocas, mis enseñanzas no son de tantas reglas o quizás solo las básicas. Pero el respeto a los mayores es algo que habría de destacar - digo con una mirada penetrante.

- Luego me siento de nuevo en mi lugar y observo a Niniel - Vamos, no todo puede estar tan mal... Quizás solo eres una persona buena a la que le han pasado cosas malas - Me encogí de hombros un poco - ¿Acaso has olvidado lo que hice por ti?

¡¿Porque se queda ahí?!... ¡¿Porque me mira?! ¡¿Porque no se va?! ¡¿Porque me habla y me mira?! No me responde de nuevo, no escucha mi queja, me raspa por dentro; se me cierra la garganta con los dedos que me tocarían y mi pecho convulsiona, convulsiona cuando logro respirar entre las presiones... Y una mano suave toma la mía, dejo de explotar al respirar cuando la aferro con fuerza, me aferro con fuerza para no ser llevada y la otra ríe, su risa me molesta en los oídos pero después solo se encoje de hombros, solo se encoje de hombros...

Pero ¿Porque...? Porque me hicieron las cosas malas a mi si soy buena, porque a mi si era una persona buena; ¿Porque nadie me ayudo?... No puedo evitar mirarla de nuevo, siento las sensaciones de mi rostro marcadas como sentía después de la presion de sus dedos; pero la miro... respiro y la miro; el rostro de ella... ese que me miro desde la puerta, ese que yo creí que me torcería de nuevo... ¿Pero lo hiso? ¿Lo hiso o no lo hiso? ¿Dejo abierta la puerta o la volvió a cerrar?

¿Dejaste abierta la puerta? ¿Fuiste la que entro y partió sin cerrarla...? Tal vez recordaba, una de las otras susurrando que la puerta estaba abierta, yo temblando; el momento en que me pude ir, el momento en el cual ya no estuve que estar mas ahí, estrujándome a mis costillas porque no podía salir...

Por el momento no es una amenaza, aunque abro un poco más los ojos al verla apoyarse contra mi varita. ¿Acaso está intentando romperla presionando con su cuerpo? La fuerza con que me aprieta Niniel me mantiene centrada, a pesar de sentir cierta curiosidad por esa "adulta", aún cuando me cuesta verla como una verdadera adulta.

Las palabras de la Hupplepuff me desconciertan un instante. ¿Si es quién le hizo daño o no? Habría que esperar la respuesta de Amelia, así que me mantengo en silencio, siempre defensiva, siempre intentando mantenerme como barrera entre ellas.

-Se me fue inposible no dejar dejar escapar una sonrisa y un suspiro corto mi rostro dejando una sonrisa inquietante quizas poco maquiavelica - Jumm... Parece que empezamos hablar el mismo idioma..

-Pasaron solo unos segundos de silencio antes de que me hundiera un poco mas la varita de la joven sobre mis costillas - No puedo creer que puedas olvidar mi rostro despues de fue el ultimo que viste donde la luz no llegaba - Dejo salir mis palabras con un tono bastante serio, pero con una sonrisa que deja en duda para aquellos que no reconocen los recuerdos.

Donde la luz no llegaba...… Me electrifico, en ese lugar hay que esperarlos; no puedo hacer nada, los ojos se obscurecen lo siempre negro, casi no se puede escuchar nada de afuera, no se puede pensar en el pasto; me tengo que esconder en mis piernas y el piso me raspa porque es de madera, esta malo y tiene astillas. Lo siento, yo no quería; ... Yo no quería mirar los rostros  ahí; me decían que me iban a hacer... Suplico para que no lo cambie, me deshago, no los entiendo pero me disculpo, voy a llorar; me disculpo como sea para que no cambie, para que no me vuelvan a encerrar, para que no cambie y me encierre de nuevo...

Y es que yo no entendía, no entendía porque me hacían eso, porque no se salían de mí, porque hacían que me doliera; nunca sabía lo que querían, al comienzo suplicaba para que pararan y me dejaran irme, a veces trataba de ser buena para que pararan pero no entendía y ahora ella... a ella tampoco. No entiendo esa mueca de sus primeras palabras, lo que hace hundiendo la vara en ella misma, me da miedo, perturba verlas así, verla a ella, no entiendo y paren... esta puede pedir que pare.

Pido de pronto, levantándome un poco hacia adelante para tomar la muñeca con la cual mi compañera sostenía su vara con mi mano suelta... Palpitando, palpitando con mi interior pidiendo desesperado que no me encierren de nuevo, no en el lugar sin nada de ellos otra vez...

La actitud de Amelia es desconcertante. Las palabras que intercambia con Niniel, a la vez que insiste en presionarse contra mi varita me hace pensar en que estoy ante alguien verdaderamente mal de la cabeza. Y lo dice alguien que todos consideran que está loca.

Lo que me sorprende es el toque de la mano de Niniel en mi muñeca, y su petición. Ante ello, bajo la mano con la varita, dejando de apuntar con ella a la joven. -Si, Niniel. Puedes pedirlo. Puedes pedir lo que quieras.- Le digo en voz suave, volviendo a mirar a la otra. -Entonces, ¿estabas allí? ¿Donde sea que la hayan retenido, contra su voluntad?-