Identify || Celelia

Todos disfrutan de las salidas a Hogsmeade. Todos quieren algo, todos quieren ver, sentir, recorrer. No es mi caso. Nunca fue mi caso, solo he salido cuando necesitaba tinta o pergamino, cosa que fue bastante seguido a lo largo de mis años, pero no lo suficiente como para ir más de una o dos veces en el año. Por lo general si necesito algo le mando una lechuza a papá y él me lo consigue lo antes posible, pergamino y tinta era lo de menos siempre.
Pero esta vez me sentí obligada a hacerlo. Había prometido hacer amigos, salir, disfrutar la vida. Cosa que aun no logro, pero como siempre, la estación de Hogsmeade está casi vacía. Siempre me gustó ver a la gente ir y venir de un lugar al otro, encontrandose con familia, con amigos.
Incluso hice un esfuerzo, me puse un vestido de mangas largas y zapatos de charol que más que una chica de casi 17 me hacían parecer algo infantil. No tengo ropa como otras chicas, ropa de moda, incluso recuerdo una chica vestida con cuero. Mi padre quiere conservar mi inocencia y a veces siento que se aprovecha de esa timidez que impide me relacione con la gente a mi alrededor.
Por eso. a mitad de camino me arrepenti, cambiando mi dirección. Me senté en un banco de la estacion, acurrucandome en un rincón a la espera de que pase el dia y regresen los carruajes de regreso al Colegio. Quizá si pasa mucho tiempo camine.

- Era agotador tener que moverse por tierra nada mas para que tu presencia no se vea ya que trabajar en un lugar de prestigio era complicado llevar una vida así... Su cabello brillaba con un azul oscuro que resaltaba en sus alrededores su vestimenta iba casi ligada a los anarquistas de la época, una chaqueta de jeean verde oscuro que resaltaba con su cabello.

- El lugar se encontraba literalmente vació, tenia que llegar al caldero chorriante en no mas de unos días... Pero una chica bastante diferente y reluciente se encontraba en el lugar vestía un traje tan delicado... No pude resistirme se ve tan inofensiva y aun tengo las secuelas que me ha dejado melody. Me acerco con cierta ligereza ante ella a simple vista parece muy noble una jugarreta quizás no me caería mal.

- Mi rostro se torna como una sonrisa de aquella chica que celebra sus 15 años y me poso junto a ella - ¿Por que te has quedado tan sola en este lugar? - mientras sonrió y entre cierro los ojos como una niña curiosa.

El corazón me dio un vuelco al sentir una voz dirigirse a mi, por lo que abrazo con más fuerza mis rodillas. cuando me volví tan frágil? No me gusta que me mire, aunque su sonrisa es amable, lo puedo ver por el rabillo del ojo. Espero no causarle molestia. solo.
Alzo la vista pero nunca llego a sus ojos, nunca miro a los ojos por miedo a que noten mi interior vacío.
-Solo no tengo otro lugar en el que estar.- Respondo torpemente, mi oido mucho más recuperado desde la torre hace unos 5 días, pero aun no al 100%. No sé porque insistí en venir a Hogsmeade sola, realmente no tiene sentido, no tengo nada que hacer sola en el pueblo.

- Al ver sus gestos y el miedo que la lleva caminando de la mano, la risa quiere salir de mi... Cuando me volví un demonio donde habrá quedado la esencia de mi ser, acaso yo seré como esta niña abandona que ha quedado en manos mías. Jajajajajjaj no puedo evitarlo, que personalidad esperas que sea chiquilla? quieres que yo una asesina natural sea quien te consuele o nada mas quieres ser la ciento... Que no recuerdo el numero acaso importa? solo hay muchos! - Mujeres, niños hombres si esos canallas cobardes que liberaron esta bestia.

- Un ojo se me entrecierra casi como un tic nervioso que no dura mas de unos segundos, pero la sonrisa continua - ¿Solo no tengo otro lugar en el que estar? - acaso te has quedado sola... No eres maga no hay razones para matarte y mi humor anda saciado ya que Melody ha echo maravillas... - Te encuentras bien, estas perdida - mi sonrisa reluce entre el lugar y mi mano se posa sobre una de tus rodillas sin darle importancia a aquella mano.

Frunzo el ceño, mi mente perdida en la pregunta por un instante mientras veo los rieles a la espera del tren.
-No. No estoy perdida.- Respondo solo la última pregunta, suponiendo que la primera era evidente. ¿Estoy bien? ¿Como puedo estar bien? Eso ni yo misma lo sé, no sé si puedo estar bien o si lo estoy. Solo estoy sola y cuando estoy sola dejo de sentir, dejo de tratar, dejo de intentar y el deseo de vivir desaparece para convertirme en un fragmento de la imaginación de quienes me rodeen. Sin sentimientos, sin objetivo más que el que quieran darle, un juguete del destino ya que si no la sueñas, no juegas con ella... entonces ella no existe.
Sola simplemente no tenía alma para sufrir o para temer. Ni labios para mentir, ni ojos para mirar. Todo era color gris, cada vez más oscuro a medida que pasa el tiempo.

- ¿Por que no me miras a los ojos mocosa!? - Calma solo es un alma perdida quizás alguna ves me encontraba asi, quizás yo soy así... Creo que tengo tiempo para divertirme un rato ya que el tiempo me ha premiado creo que estaba en mis manos encontrarte. Y este mugroso pueblo mágico que algún día me recordara como las muchas lapidas que he dejado tras mis caminatas nocturnas - Al menos si querías irte es por que tampoco es para ti - Luego una sonrisa se dibuja en mi... Quizás pura o simplemente fingida algún día lo he de entender yo al menos.

- Bueno y de donde vienes... o quizás a donde vas sea la pregunta - si estas tan sólita dejarme adivinar... ¿ o quieres huir o simplemente esconderte? o quizás ¿suicidios?.

La tensión de mis hombros ante la voz invasiva aumenta antes de disminuir.
-No voy ni vengo a ningun lado.- La respuesta es escueta, pero la pregunta enciende las luces de alerta en mi cerebro. Algo no está bien. Algo no está bien y eso me deja simplemente en la posición de aparente sumición donde las emociones que tenía, ta superficiales como eran comenzaron a apagarse para crear una coraza.
No la quiero cerca, no quiero que se acerque a mi familia o a mi gente. La quiero lejos y tengo miedo, pero alir corriendo en circulos dentro de mi mente solo hago lo único que sé que es seguro.
Apago mis emociones, apago mi mente, solo me apago hasta ser una marioneta de juego solo lista para preguntas puntuales y sencillas.

- Al ver que hace caso omiso a mi pregunta, lo mas posible es que este perdida y que busque esconderse entre su manto protector de rodillas... no lo puedo evitar mi mente se llena de miles de cosas por las cuales puedo llevarte y hacer contigo o quizás solo me valla y te deje con la incertidumbre de lo que ha sucedido... ¿JUGAMOS?

- Valla, pero por que no me has respondió creo que tienes la edad para saber que en estos tiempos difíciles debemos estar mas unidos - digo mientras me paso frente a ella acurrucándome para que pueda verla a los ojos en mi rostro se ilumina una sonrisa tan delicada y decidida, que casi podrían ser los de una niña de 7 años perdida con un conejito de felpa en un bosque cercano... Pero hay algo mas mis ojos alimentados por la bestia casi son demoníacos la mirada es pura y sincera, pero la pupila casi que se parte a la mitad mostrando una bestia bien alimentada con sangre y miedo - Quieres ir a caminar un rato, te doy mi palabra de que no pienso hacerte daño.

Por un momento me confunden sus palabras antes de volver la vista al frente completamente perdida a no tener sensaciones, no tener sentimientos, no tener placer o durabilidad. Soy un artículo perecedero, que se va deshaciendo a cada mirada. Ya no hay miedo, no tengo a que temer, no puede hacerme nada peor que lo que yo me hago a mi misma. Intenta verme a los ojos, se agacha para verme a los ojos, pero no puedo, mi mirada se levanta, pasando por sobre su cabeza de extraño color que me recuerda a la profesora Duncan y su natural habilidad para cambiar de colores.
-No, no quiero ir a ningún lado, no quiero aquí, no quiero allí. No sé porque insiste en hablarme cuando no sé quien es.- Recuerdo mi voz de ultratumba, una voz apagada y cansada que sé si me tomara del brazo y me llevara a lo más oscuro de este lugar me dejaría, mi cuerpo y mi mente son dos lugares diferentes en este momento y no quiero estar en ninguno de ellos.

- La sangre se me empieza a hervir y una sonrisa macabra se ilumina en mi rostro casi mostrando el peligro que corre - pero vamos no estoy aquí para hacerle daño a nadie o bueno aun no. Pero si lo pones así no es mala idea - Valla, parece que estas asustada vamos te comprare algo - Mi mano busca la suya apretándola un poco fuerte empujándola a levantarse del lugar... Mi mano se encuentra fría casi demasiado paro el clima que esta haciendo pero es inevitable sonreír, de cuando en cuando un se encuentra una cobarde de gran estatura por ahí botada - No seas cruel, solo mírala no mataría un gatico... Jajajajajjaja. Cállate no ves que la espantas.

-Vamos te contare algo que quizás quieras saber - Mi sonrisa cambia a un gesto tan gentil y amoroso, como quien no ha cometido un pecado en su vida mientras cierro un poco los ojos pasa sonreír mientras la miro.

Comprar, contar, ver. No importaba. Realmente no me importaba, porque no me podía resistir, no tengo ese lazo mente/cuerpo que otras personas poseen que despierta la auto-preservación, que despierta miedo. No tengo miedo, lo deseo, pero en este instante no es posible. Solo me dejo, mi cuerpo ligero moviéndose apenas, respondiendo como una marioneta que es llevada por los hilos de un ilusionista. Soy ingrávida, en mi mente lo soy. No puedo dejarme, no quiero dejarme pero lo hago, dejando que me arrastre a algún lugar.
No tengo miedo, no siento nada, lo cual es peor. Porque si siento miedo sé lo que me puede pasar, el dolor previene un desenlace trágico. Pero cuando no hay nada simplemente no se sabe que es lo que debo hacer. Por eso camino sin responder, no parece querer una respuesta en primer lugar.

- Pero por que no ha dicho nada esta chica... Parece un carnerito cuando le van a cortar la lanita jajajajaja. Pero vamos si hasta esta bonita y puede que su pureza ha un este conservada, digo pasando una mirada a su vestido y su rostro con una sonrisa bastante picara - Vamos que quieres hacer, estoy aburrida y tienes unas cálidas y delicadas manos - mientras apretó ligeramente la mano que sostiene junto con la mía.

- Caminando perdiéndose entre lugar mientras le sonreía cariñosamente y con una sonrisa tan sincera, - ¿Por que llevas ese vestido? acaso ocultas algo travieso tras el o simplemente eres mimada? - digo mientras camino junto a ella con una sonrisa.

Me dejé arrastrar, las palabras convirtiendose en un eco en el fondo de mi mente. traviesa? que es eso? Como puedo ser traviesa cuando no comprendo que es mi cuerpo y que mi mente? Mis piernas me guian por inercia, pero no siento el agarre de mi mano. Es algo lejano y distante esto. no puedo relacionarme con mi entorno y mucho menos con lo que temo haga conmigo. Que facil es matar a alguien que no puede sentir, verdad? En este caso es evidente que yo soy precisamente la suicida. O no soy suicida?
Quiero a Ed o a Sol, ellos sabrian que decir. Quiero a Odette a mi lado o a Lynnea para que me hable y toque su violín para mi.
Donde me lleva? Por que lo hace?
No tengo palabras para responder, no puedo responder, demasiado entumecida para sentir las palabras.

- Al llegar a una suave colina que se veía un buen lugar para sentarse y de ser la ocasión hacer un camping solté su mano, y casi como una niña que conoce la nieve me abalance sobre la colina acomodándome frente a las elevaciones del suelo... A lo lejos se podía escuchar como un rió pasaba de la temporada... ¿Cuéntame de ti? que haces en un pueblo mágico - Digo mientras mi mirada se posa en ella y al llevar mis manos a la nuca levantar la chaqueta un poco para que se vea la varita por unos instantes...

- Pero vamos siéntate, se que debes tener modales algunos no? - Mientras observa ligeramente una roca en la que podía acomodarse.

Mi cuerpo se movió bajo su orden, tomando asiento y procesando las preguntas en este estado de catatonia que se esparcía por mi, el pasto era seco y no sentía realmente una textura bajo mis dedos. No hay sentido en nada aquí. ¿Que hacía en el banco de la estación de tren de Hogsmeade.
-Espero.- Fue la única respuesta, pero miles de preguntas se generaban con ella. Que esperaba? Por que? Como? No podía irse sola? Como llegó aquí?
El pasto está frío, la tierra es húmeda aunque no ha llovido realmente.

- ¿Espero? que es ESPERO... Eso no es respuesta, o bueno poniéndolo que estábamos en una estación no seria tan extraño mientras suelto una gran carcajada y me levanto de sitio casi dando un gran salto, acercándome mientras poso una mirada sobre ella casi sensualmente. Me siento como un tigre que se sumerge sobre el lomo de una gacela, al llegar dejo caer mi cabeza sobre su regazo y sus piernas mientras con uno de mis dedos comienzo ha hacer como si dibujara con el en el aire pareciendo una niña chiquita.

- Vamos, por que no confías en mi ¿te parezco algo malito? - digo mientras levanto mi mirada dejando ver mis ojos color avellana que se dejan llevar por una coloración hermosa que termina con un gesto de incertidumbre.

Mis ojos grises se ven opacos de cerca, sin vida en absoluto, los parpados caídos y la mirada ausente por completo. No tengo razón de ser más que estar, el tacto me es ajeno y se siente lejano, los ojos los noto, pero no solo no me inspiran confianza sino que simplemente no me inspiran nada.
Pero la pregunta real es la que debo plantear de forma directa.
-¿quien eres? - Susurro confusa, si nada tiene sentido, si nada se ve correcto lo mejor es empezar de cero y preguntar lo que es necesario.

- ¿Vamos por que me tratas así? - Aquellas palabras sonaban como falacias en su mente... Bla Bla Bla. Vamos ni siquiera te he echo daño para que me preguntes mi nombre - Me llamo Amelia y tu como te llamas... Creo que hay confianza entre nosotros - digo mientras me sonrió ante sus palabras.

- Vamos podrías consentirme el cabello?... Hace mucho no duermo bien - por mi mente pasaban miles de emociones que realmente me sacaría una sonrisa sádica o sarcástica, pero realmente quería conocer a aquella chica.

-Entre... nosotros.- Mi voz se estira ausente tratando de considerar esas palabras. Nosotros, quienes somos nosotros? -No te conozco.- Expreso señalando lo evidente aun en mi estado perdido. Simplemente no se quien es ella, no se quien soy yo. Todo está perdido y arremolinandose en mi cerebro, los dedos en modo automático accediendo al pedido, comenzando a acariciar aquel cabello corto y de extravagante color que le recordaba a la profesora Duncan.
De donde conocía su rostro? La habría visto con Luke? No. No parecia correcto. No era Luke la persona con quien la relacionaria. Mas bien pareciera una memoria ligada a Lucian y a Victor, los mayores. Es raro realmente. Es la primera vez que nos cruzamos pero me trata con tanta confianza, no me gusta que me traten así. Porque significa que están cerca, demasiado cerca. Eso me pasa con Trix, me espanta ella con sus ánimos hiperactivos y confiados.

- Siéndote sincera contigo misma responderme esto... ¿Realmente te sientes segura de ti misma al menos para querer conocerme? - digo mientras la observo de una manera detenida pero directamente a los ojos, pero todo esto se ve roto por unos pucheros que le siguen mientras continuo jugando ha hacer dibujos en el aire para que se los lleve el viento mientras sonríe viendo el cielo .

- Hagamos un trato tu me puedes preguntar lo que quieras, pero tienes que responder también a mis preguntas.... ¿Que dices? - digo mientras consiento una de sus piernas en la cual estoy recostada mirándola con una mirada pura y sincera.

Mis ojos perdidos descienden a ella. No la veo, realmente no la veo aunque sé que sus ojos están allí, es como si mi mente hubiera encontrado un punto de trascendencia y me hubiera dejado aquí. La palabra correcta quizá sería Hollow, hueca, sin nada por dentro más que una mente ausente que trata de encontrar un momento de iluminación.
- No.- Y ahí iba la segunda respuesta y la mayor verdad. No me siento segura de mi misma como para conocer a nadie fuera de la proteccion del castillo. Es aterrador esto, es como si cualquiera pudiera venir y lastimarme si se le antojara.
Aunque. Su siguiente propuesta si bien no despeja mi sopor hace que asienta lentamente. Puedo responder preguntas aunque no creo que le gusten mis respuestas. También puedo preguntar pero dudo que le agraden mis preguntas.
Solo asiento sin palabras para consentir.

- Valla, realmente me caes bien al menos la sinceridad es algo digno de admirar - digo mientras la observo y la sonrisa se me ve algo emocionada, realmente es cálido hace mucho no sentía le aprecio de alguien o como la consentía... Aunque bueno realmente no sabia que tan obligada se sentía ella en estos momentos... Pero de un gran salto me puse de pie pasando mi pierna sobre ella quedando sentada en su regazo y aplaudiendo con juntas manos.

-Vale yo empiezo - digo con un gesto de pregunta y llevando mi mano al mentón elevando los ojos para parecer curiosa ante ella - Cuéntame, tienes novio ?

Me quedé un momento, sintiendo el movimiento a mi alrededor en lo que veía a la mujer girar de la simple posición inicial a estar sentada sobre mi, en mi regazo como si fuera una niña pequeña, imagen que no concuerda realmente. No entiendo, ella no es pequeña exactamente, yo tampoco lo soy ni soy una madre protegiendo a sus niños ni algo similar.
- Creo que si. - Quizá si él me escuchara protestaría, lo haría porque por este instante solo no puedo estar segura de nada, ni de mi misma ni de si él me quiere como yo a él. No significa que me haya rendido, solo que no puedo pensarme realmente como alguien a quien le toca algo bueno en esta vida. Tantas veces desperdiciando las cosas positivas que mi muerte parece lenta.
-¿Quien eres?- Vuelvo a preguntar con mi monotonía. Soy clara, ¿por que no entiende la pregunta?

- ¿Creo que si? eso no es seguridad, acaso no te cuida y te quiere? yo puedo amarte por un ratico... Claro si lo deseas - Digo mientras dejo caer mi cabeza sobre su pecho dejando salir un gran suspiro de mi parte... Realmente disfruto esto y me encantaría saber que pasa por su mente en estos momentos.

- Me llamo Amelia y trabajo en el ministerio - Digo mientras me sonrió picara-mente entre su vestido y mientras mi cabello cubre mis ojos - ¿Por que? aun no confías en mi... Yo solo he sido buena contigo - digo mientras hago un puchero entre su vestido.

- Luego volviendo a soltar un gran suspiro - Por que vistes con estos vestidos, no creo que sean de tu edad o si? - digo mientras lo subo un poco.

-Como puedo estar segura de algo en este lugar?- Pregunto cansada. Sé que dormir al lado de esta mujer es peligroso, al lado de cualquiera, tengo miedo o quiza no, quiza ya me resigne a esta sensacion mortuoria como si fuera un féretro de Coppelia.
Por dentro no podía evitar sonreir ante el recuerdo: Baila la muerte y trae el aroma de suaves cabellos de ángel.
-No te conozco, no es esa razon suficiente? Solo se tu nombre, donde trabajas. Pero jamas te he visto salvo por un recuerdo lejano al cual no puedo acceder.
Y menciona mi vestido. Es simple, blanco y demasiado puro para mi cuerpo. Lo observo bajando la mirada algo desanimada. que tiene de malo mi vestido? que tiene de malo? por que le llama la atención? La mayoria son iguales, todo da bastante lo mismo ultimamente aunque encuentro mas animos donde otros encuentran oscuridad en estos dias.
Mi vestido esta bien. no?
-que tiene de malo mi vestido? me entra y cumple su funcion, no?- Pregunto aun perdida, tratando de encontrar la logica. Es simple realmente. Aunque comienzo a dudar de la parte de cumplir su función cuando la mano extraña se cuela por debajo de este acariciando mi muslo. Es diferente, mi piel no se eriza como cuando Edward me toca o cuando el me besa. No pasa nada de eso, simplemente se ve incorrecto, como una imagen que esta fuera de contexto. Amarme por un ratito...
- No necesito amor. - Más que no necesito mis palabras suenan a un No Merezco que constantemente parece invadir todo susurrando en mi oido lo indigna que soy.