Buscando un lugar (Luna)

Nuestros pasos suenan solitarios por el pasillo, yo soy consciente de ello, siempre lo soy; siempre lo escuchaba, los pasos que subían por la escalera hacia donde nos tenían a nosotras, aterrada; apretada con mis rodillas contra la pared fondo para que no me eligiera a mí, para que tomara a otra, para que tomara a otra por favor y es que no, esto era lo que me hacia siempre la obscuridad, esto era....

......

Un espasmo en mis manos me hace sentir mi piel pegada a la de ella de nuevo, saliendo de esa sensación cuando me llega su voz; escuchándola de pronto como si hubiese despertado de un sueño, aunque el fuerte zumbido en mi pecho de muñeca me dijese que no, que no había estado soñando.

No sé, si tu lo quieres lo hare; solo tienes que ir a buscarme....

Respondo como siempre perdiendo mi mirada en la escalera que sigue por un instante, y es que no llegue a escuchar realmente lo que me decía; como si desde el momento en que me comenzó a hablar de eso que pueden hacer lo demás me hubiese bloqueado para no oírlo del todo, no entenderlo de todo y no pensar en lo que me habían quitado porque tenía que ser.

Esa era la respuesta que tenía que dar una muñeca después de todo…

-O podemos encontrarnos. También puedes buscarme a mi, siempre estoy por allí.- Le digo con una sonrisa. Me acerco con cuidado a ella. -Es sencillo, pero tienes que estar tranquila.-

Tomo con cuidado su otra mano, para que la ponga sobre mi hombro, mientras pongo la mano libre en su cintura. -Un, dos, tres...- Murmuro suavemente, moviendome de un lado a otro en el sitio, sin avanzar puesto que no quiero pisarla ni que ella se sienta arrastrada. -¿Ves? Es fácil. Pero un día te enseñaré los pasos, y verás que es muy divertido, sobretodo al girar.- La vuelvo a soltar con cuidado, en ningún momento aprieto. Todo ha sido con movimientos tan suaves, como si fueramos dos plumas que se tocan un segundo. -Ya estamos cerca.- Le digo, señalando la entrada de la enfermería.

Cuando ella se acerca ciento lo humedo en mi piel de nuevo, pero solo la miro; no pudiendo moverme como petrificada hasta que toma mi otra mano y es que mi pecho vuelve a pulsar como si me fuese a hacer algo. Pero....

Cuando la siento, cuando siento el contacto con su piel pasa un poco, no lo entiendo pero pasa un poco notandose en que vuelvo a respirar; dejándome mover por ella sumisa, temblando pero sumisa. Deja mi otra mano en las ropas de su hombro, un espasmo me recorre cuando siento la de ella en mi cintura como si me cociera a algo y es que no se; es como allá, ella moviéndome sin que yo haga nada con lo que es mío; pero es que podría si quisiera, ¿Podría o no podría? ¿Podría o no podría?

Me separo un paso abrupta de ella cuando me suelta, llevándome un puño al pecho no sé si aterrada o avergonzada; y es que la muñeca de verdad que ya no sabía. Dejo pasar un instante o dos, hasta que me adelanto hacia la puerta; poniendo mi mano aun temblorosa sobre su pomo.

¿Tengo que entrar aquí cierto?... Le digo esquiva, amedrentada; ahí, sin saber qué hacer con lo que paso recién...

-Si, es allí.- Le digo, viéndola separarse demasiado repentina de mi, aunque no parece completamente aterrada como la primera vez que me acerqué a ella. Quizás, quizás después de todo, he logrado hacer algo por ella, acercarla un poco más a la humanidad que debería tener, y que le robaron en aquel lugar del cual aún no se atreve a hablarme. Quizás, con algo de tiempo, podrá confiar, y espero que recuerde que cuenta con alguien en mi.

-Nos veremos luego, ¿verdad, Niniel?- Dejo la pregunta al aire, antes de saludarla con la mano y esperar a que cruce la puerta. En manos de Madame Pomfrey estará bien, lo sé.

Si tu quieres... puedes buscarme, yo no me quejare.

Le respondo sin mirarla, abriendo el pomo de la puerta, adentrándome en ella y cerrándola de tras de mí; pero lo hago lenta, cuando se cierra de pronto me encuentro mirándola, con mi pecho doliendo, y es que no sé; no me atrevía, la muñeca no se iba a atrever, pero tal vez quería decirle más, escucharla más o sentirla con migo un rato mas. La puerta está por cerrarse, siento una lagrima en mi mejilla que no se si ella alcanza a ver antes de cerrar y es que ¡sí...!

Si quería poderla verla de nuevo así, llevándome; haciéndome sentir un poco mejor...
Y es que no importaba si me quería tocar de nuevo, no había sido tan malo, era bueno y no había sido tan malo,
y ella tal vez algo entendía; tal vez entendía algo de lo que fue estar encerrada ahí... sin nadie que me sacara.

Hubiese golpeado la puerta, realmente lo hubiera hecho desesperada si no es porque las muñecas no hacíamos eso, porque no debíamos; ahí fría como ella decía, esperando a que algo de eso volviera....

Para no quedarme sola de nuevo.

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