En una noche desesperada (Louise/Abierto Hufflepuff)

"Será de los buenos, porque no estás pensando en las cosas malas." Le respondió con una leve sonrisa, curiosa pero demasiado cómoda como para agregar más al tema.

Estaba cansada, había sido un día largo, las hormonas estaban desbordando y aunque su cuerpo no mostrara un embarazo notorio, allí estaba, nadie tendría porque notarlo y por mucho que Madame Pomfrey hubiera estado en contacto con Apolline Delacour, una semi veela con experiencia en este tipo de partos, no era lo mismo una semi veela que una veela completa.

Cada vez se acercaba más el día y era evidente que no completaría 9 meses, a este paso creía que serían 6 como mucho y ya tenía en realidad 4 en camino por lo que no entendía porque su cuerpo no cambiaba como el de las humanas. Ciertamente debería pasarse por la biblioteca pronto, era importante para ella.

Escuchar sus palabras me despeja, de pronto es como si algo muy malo que tenia decantara por dentro de mi; bajando por todo mi cuerpo hasta irse por la punta de mis pies. Sigo con mi dibujo un poco, aunque este ya se parece un poco más a ella; me voy a sus labios, se los marco un poco mas; trato de trazarlos tan penetrantes como son los de ella y es que ahora que los miro; se ven tan, tan cálidos o tiernos con una; como los labios de la princesa que era ella.

Yo no tenía que pensar en si podía dibujarla con su vientre o no; pues estaba tapada y aquello no importaba ahí acurrucada donde estaba, para ninguna de las dos, ni ella ni su muñeca que dibuja....

Bostezo, de pronto algo me sube y no puedo controlarlo haciéndome bostezar, bostezar y respirar cansada; de una forma extraña, extraña pero agradable; de una forma como nunca lo había podido hacer allá. Cuando marcaba un poco mas sus pestañas de pronto mi mano se me cae, sede botando el lapas al piso y yo... yo estoy cansada, de alguna forma lo había logrado antes que nunca y mis ojos ya se estaban durmiendo... y al fin, al fin creo que no tendría que preocuparme de más de que "eso" volviera al menos esta noche.

Cuando cae el lápiz yo la miro un segundo con ojos realmente cansados, y sin saber realmente que hacer es que me dejo caer hacia adelante; apoyando mi cabeza en la cama donde la dibujaba, ahí cerca de tocarla a ella; con mis manos entre yo y sus sabanas.

Es extraño... es demasiado pronto, pero no se si pueda hacer algo mas bien.

Se movió levemente, apartando las sábanas para hacer hueco e indicándole que se recostara con unas palmaditas de la mano.

"Ven, la cama está calentita y ya tengo sueño, mañana podrás terminar el dibujo. Hoy es una noche tranquila, pero hará mucho frío así que quédate por aquí que sino me congelo." Explicó bostezando y frotando las piernas contra las sábanas para generar más calor del que ya había allí.

Creo que alcanzo a cerrar un poco mis ojos antes de que ella me hable y me pida eso... Que duerma con ella para que le quite el frio, la princesa quería usar a su muñeca para no tener frio y es que no me doy cuenta y de pronto está tocando mis manos; impactando mi corazón por un instante al sentirla, trayéndome por una instante que parece una gota los recuerdos malos que me recorrieron; para después obscurecerse tras algo; seguir un poco ahí tal vez, pero obscurecerse tras algo también.

Aquella petición me incomoda un poco, y yo la miro confusa; acercarme tanto a alguien me daba miedo, me hacía temblar, pero no sé; tratándose de ella algo en mi quería hacerlo, pues si solo era eso; alejar su frio, no podía ser tan malo, no podía ser tan malo como allá... ¿Cierto?

Me levanto un poco finalmente, y mas arrastrándome que parándome me subo a la cama, sentándome en ella; encogiéndome para ir metiéndome lenta, temblando y nerviosa bajo los abrigos. Primero son los dedos de mis pies los que quedan debajo de las sabanas, después mis piernas al estirar mis rodillas dobladas; después una mirada dudosa hacia ella mas, y finalmente yo misma, apoyando las  manos a mis los lados me empujo un poco hacia adentro hundiéndome en aquellos abrigos como si fuera mi capullo de muñeca.

Aguantando la respiración me quedo ahí, mirando hacia el techo; sin saber qué hacer, temblando pero a la vez cálida, aterrada pero a la vez acogida y es que no entiendo, no entiendo pero aun así la posición me cansa; me cansa y me doy vuelta para quedar de lado mirando hacia afuera, topando ahí sus piernas con las mías y quedándome ahí, inmóvil, cubierta por los abrigos hasta mi boca, como una niña asustada que tiene a otra detrás junto a ella; esperando tal vez a que haga algo o simplemente dormir.

Esta cálido aquí....

Mi libro había caído, no sé en qué momento había caído; quedando ahí en el suelo, bajo la cama desde la cual lo miraba yo ahora con ese dibujo de la princesa a medio hacer, a medio hacer...

Escuchó la voz de forma distante, un leve ‘Mmmhum’ siendo la única respuesta que le ofreció, cuidadosamente juntando las piernas y tomando sus manos para calentarlas que estaba frías tras sostener en el aire helado el lápiz, apenas frotandolas con las pequeñas y suaves manos de la veela que parecían recordar las plumas que solía tener en los hombros cuando se enfadaba.

"Ya duermete..." Susurró adormilada tratando de apagar sus sentidos, apenas abriendo un ojo en indicación de que sabía que estaba allí y seguía despierta. "Mañana no hay clases por la mañana pero no podemos dormir todo el día." Agregó tras un segundo, suspirando y dejando que su cuerpo se relaje para entregarse a los brazos de morfeo. Que chica rara esta... pero lo decía la veela de Heidelberg, así que ¿realmente era quien para juzgar a otras personas por lo que hacían o dejaban de hacer? Era mejor en tal caso dejarse llevar y tener lindos sueños, esos nunca fallaban.

Creo que me quedo un rato ahí, respirando, mirando mi libro y mi lápiz como embobada, quedándome así hasta que siento las piernas de ella moverse y mis manos ser tomadas; y es que el contacto me impacta, simplemente hace a mi corazón de muñeca impactar a la vez que mis ojos se abren sorprendidos. Tal vez no lo esperaba, o tal vez sí; pero no era eso; era la calidez, la suavidad inconcebible de su piel la que me impacta y es que era extraño; pero la gracilidad de sus manos me hace suspirar, no sé porque me hacen suspirar.

Tal vez era mas de esa envidia sin remedio, de esa envidia que sentía por dentro la muñeca por no poder ser como la princesa, y es que era realmente hermosa, no como una que solo era una; o tal vez era porque estaba bien, porque alguien como ella no podría ser como ellos, haciendo de este momento uno bueno; uno bueno por el cual tal vez suspiraba porque no quería que se acabara, simplemente por eso. ¿Cuál de las dos respuestas era la real? Probablemente las dos, probablemente las dos...

Ya duérmete.... Me ordena tal vez algo aburrida y yo reacciono cerrando mis ojos, empujándome levemente contra el colchón para acomodarme como una niña en una noche de frio. Tal vez en cualquier otra noche esa petición hubiera sido una verdadera tortura para mí, pero en esta parecía que no seria así, que no seria así... Y todo de ello de espalda, sin ni siquiera mirarla.

Tan suaves.... son las sabanas.... esta vez....
Tan suaves... como el lecho de una niña.....

Abrió un ojo mirándola, acurrucándose contra ella un momento y volviendo a cerrarlo con un sonido de aprobación, para finalmente quedarse dormida.

"Si, es agradable, pero ya es hora de dormir." Le repitió a media voz, tratando de no moverse más, pero mientras la otra chica no se durmiera para ella sería difícil, eso sin contar que sentía las pataditas de reclamo de la bebé en su vientre que parecía requerir de su atención por lo que posó una de sus manos en la panza tratando de tranquilizarle. "¿Quieres sentirla? Está inquieta, quiere irse a dormir pero parece que no le dejo acomodarse." Ofreció tras considerarlo un momento.

No sé qué eran esas palabras, ni de donde me habían llegado; tal vez eran una canción, o tal vez eran solo palabras que había escuchado alguna vez; no lo sé, pero aquí se me pegan como si vinieran de un momento bueno que añoraba tremendamente; con mi rostro vestido en la suave almohada y mi cuerpo oculto por los abrigos que me hacen estar en esa ensoñación como de niña, esa ensoñación de niña en donde solo siento en una cama y un cuarto que es mi lugar… como alguna vez había sido antes.

Ella se pega más a mí, siento sus brazos, su rostro y su cuerpo contra mí, sin moverme como si realmente no supiese que hacer; ni con ella, ni con esa extraña mescla de envidia y añoranza que me hacía bajar mi vista. ¿Quieres sentirla? Me pregunta, a mí; a la simple muñeca le preguntan si quiere sentir el vientre de la princesa.

¿Puedo? ¿A una como yo la dejas? Le pregunto con duda antes de girarme, quedando ahí ante ella para mirarla, para mirar ese rostro que me causaba tantas cosas y estirar en la obscuridad de los abrigos mi mano para intentar encontrar su vientre y sentir…

Y es que no podía ser igual, me dolía pero no podía ser igual a lo que ellos me habían hecho votar algún día; ella era distinta y por eso tenía que ser distinta; y es que era eso;… supongo que era por eso que suspiraba y solo suspiraba.

¿Ella será una niña bien tratada cierto?

Asintió, dejando que pudiera sentir el movimiento en su interior, las patadas insistentes de Madison que evidentemente deseaba ser atendida, oficialmente tenía la fuerza de su madre y la testarudez del padre.

Dejó que hiciera lo que quisiera, prefiriendo dormir cuando Mad se reacomodó para que las patadas no le molestaran tanto realmente, dejándose caer en los brazos de Morfeo.

Spoiler:

Un golpecito en mi mano, un movimiento de su vientre y una piel demasiado placida es lo que siento cuando la encuentro; un golpecito que siento penetrante como todo, extendiéndose por mi brazo y casi que pudiendo imaginar el sonido que tendría por dentro. Y es que si, estaba ahí; ella estaba viva y ahí...

La princesa no me responde, escucho su respiración y algo me hace creer que ya se ha dormido; la muñeca no debe molestarla entonces, cerrando mis ojos ahí ante ella, con la punta de mis deditos aun tocando su vientre cuando relajo mi mano. Tal vez iba dormir, pero estaba conmovida, incluso yo estaba demasiado conmovida; pensar que una princesa como ella estaba ahí, esperando a salir para vivir me conmovida y es que no sé; me hacía sentir algo, pensar en que alguna vez yo estuve como ella también, antes de que me cambiaran todo...

Y es que era lo mismo, esa maldita pena por no a ver vivido como ella o como ellas en realidad y maldición, aun al borde del sueño creo que una lagrima se me escapa entre mis parpados cerrados....

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Off: