Is it fiction? || Lorelaine Ainsworth

No podía sacarme aun las palabras de Edward, lo que había dicho y lo que no había dicho. Cuando habíamos hablado sobre si tenía novia me había contado de ella, al menos cuando le destapé que ya la conocía. ¿Qué lo había llevado a entablar una relación que parecía tan precipitada con Lorelaine, esa chica que nadie conocía demasiado, esa chica rara de Ravenclaw con la que yo había cruzado palabras una sola vez —más por casualidad que por otra cosa—. Parecía demasiado tímida, mas incluso que mi hermano cuando tenía una mujer cerca... demasiado tímida, demasiado cerrada y me preguntaba si Edward se había aprovechado de eso para mantener el control —quizá sobre sí mismo y sus nervios, quizá sobre todo—. De todos modos, parecía haber desaparecido de nueva cuenta, quizá había vuelto a casa. ¿Por qué él siempre había tenido una mejor relación con papá que yo?

Quizá era eso. Bueno, ya aparecería, y si no... recibiría un vociferador de mi parte. O una carta, dependiendo de qué humor tuviera el día que lo enviara. No me gustaba que mi familia desapareciera sin avisar, pero después de un año estaba más que acostumbrada, la verdad. Pero las cosas se normalizaban. Así que iba caminando con Leviatán entre las piernas. El gato esponjoso era más amigable que nada, pero yo le había puesto el nombre para molestar a mi padre, que no había dicho nada.

Hasta que decidió escapar y fue de cabeza a un baño con un letrero de cerrado. El baño de Myrtle la llorona, después de todo, todos los edificios antiguos tienen su fantasma loco, voluble y gritón.

—Maldito gato... —dije por lo bajo antes de internarme en los baños, esperando no encontrarme al fantasma con complejo de adolescente y voz que me perforaba los tímpanos—. ¡Ven acá!

Que hago en el baño de Myrtle? Por que no puedo salir? Por que tengo ganas de llorar? Es que acaso me volvi a quedar sola?
Judith ya no esta en el colegio, me ha dejado sola, solo la veo cuando voy a Hogsmeade. El Sombrerero no es realmente cercano. Hemos compartido una o dos charlas.
Y Edward. Ha hecho lo que juro y perjuro que no haria nunca. Juro no herirme pero aqui estoy. Sintiendome sola. Sucia. Indigna. Yo no quería. Realmente no queria. Acaso hice algo malo?
Otra vez me han dejado sola y por una vez no sé la razón. La culpa me carcome por dentro. No queria. No quería herirlo. Porque si no es eso, entonces. No entiendo.
Pero por alguna razón como siempre, las lagrimas no salen. No escapan. Los ojos arden pero hay una barrera que impide que me deshaga. Que sienta. Que me exprese. Nadie nunca podria comprender como puedo vivir con ojos secos y sueños oscuros. Es la condena de esta sensación que nacio conmigo practicamente. He nacido y vivido una vida rodeada de esto nada más.
Quiero irme. Quiero huir. Por que? Por que no puedo ser normal? Por que siempre me toca estar sola? Es por mis hermanos? Por lo que ellos hicieron? Por lo que ellos les hicieron? Yo era muy chica. No podia detenerlos. no?

Me asusto. Siento un maullido, un golpe de una puerta. Sin saberlo me habia sentado en un inodoro escondida de la vista pero con la puerta abierta. Nunca nadie viene aquí. La voz de mujer suena algo ahogada aun a mi oido pero me parece familiar, como si en algún momento la hubiera visto, levantando la vista para observar el gato sentado frente a mi observandome curioso como si se preguntara si soy un juguete nuevo para él.

Somos juguetes. Es todo lo que somos. El pobre animal tiene razón.

—¡Leviatán! Ven acá, gato... —lo persigo hasta donde ha decidido pararse y le maulla a... ¿un inodoro? Creo que sí—. No puedes estar aquí, vendrá Myrtle y te gritará.

Ese maldito fantasma le grita a todo el mundo y detesto cuando va a espiar chicos al baño de prefectos. Sale de entre la espuma cuando no quieres toparte con nadie. ¡Es odiosa! Finalmente me plantó ante donde está el gato y me agacho a recogerlo cuando noto que no le estaba maullando a un objeto inanimado, ni a Myrtle, sino a una persona. A una persona que, lamentablemente, conozco un poco: la novia de mi hermano. Me sigo preguntando por qué sale con ella... O quizá la abandonó y no me enteré.

—Lorelaine... —digo, un poco turbada. No me está mirando y parece aflijida. No sé que hacer o qué decirle pero ya que está allí... Quizá pueda hablar con ella. Averiguar como le va con Edward, averiguar si ella sabe por qué mi hermano desapareció y juro que si el maldito le hizo daño lo moleré a golpes—. ¿Estás bien?

Qué pregunta más tonta.La respuesta es obvia, empieza con n y termina con o. Pero no puedo evitar preguntarla, siento que es la manera de llamar su atención e iniciar una conversación que ella, probablemente, no quiera iniciar.

Alzo la cabeza. Confusa. Extraña. No es como si a la gente le importara. Nadie me ve realmente o antes nadie me veia y cuando nadie me veia yo era feliz porque entonces nadie me dañaba mas que con su indiferencia. Ahora la gente que dice que ama es porque desea dañar y los que dicen odiar son quienes me protegen. La ironia no se pierde porque lo siento. Siento sus manos quemando mi piel. Era eso. Lo unico que queria de mi.
- Siempre estoy bien. - Suelto en mi fria indiferencia. No, no estoy bien. No me siento bien. Me siento indigna, sucia, quebrada. No hay forma de describir lo que siento porque hasta mis hermanos habian tenido compacion conmigo, habiendo sido mansillada mi mente, mis ojos, ellos habian preservado mi cuerpo como un templo. Este habia sido mi templo pero ya no mas porque habia dejado que él entrara y luego me quebrara por fuera.

- Tu gato estaba maullando. - Trato de cambiar el tema. Pero sé porque me pregunto. Las ojeras en los ojos y nuevamente perdi peso, no puedo pasar bocado e incluso en el espejo los intentos de sonrisa parecen toscas burlas de amargura. Quiero hablar, quiero decir. Pero no salen, las palabras se atoran y me parten hasta que logro sacar al menos dos.

- Si ves... a Edward. Pidele perdon de mi parte. No sé que hice, pero lo siento. - No se. No se que hice. No se porque o como lo dañe. Pero no quiero estar otra vez sola.

Solté un bufido de incredulidad sin poder contenerme. A mí quizá no me iba a querer contar qué demonios había hecho Edward o qué había pasado. Genial, pero... "¿siempre estoy bien?"... ¿se oía a su misma en su pasividad? La vez que me la había encontrado había pensado que era tímida, pero algo en sus últimas palabras, cuando le pregunté sobre Edward me dejó una mala sensación. Y al hablar con mi hermano se había mostrado sobreprotector con ella insistiendo que sólo era "un poco tímida".

—¿En serio? ¿Tú te crees eso? —le solté, quizá de manera demasiado ruda—. Oye... Cuando uno se encierra a llorar en un baño no está precisamente bien... Así que si tú estás bien yo soy Morgana.

Ignoro lo que dice sobre mi gato, ya que es la obviedad más grande del mundo, cómo si yo no lo hubiera escuchado, por Merlín. Sin embargo, cuando oigo lo de Edward no puedo evitar confirmar mis sospechas de que algo va mal. Sobre todo desde que Edward se largó.

—Bueno, la verdad es que mi hermano se largó con viento fresco a la patagonia e intento averiguar por qué —me quedó mirándola y alzo una ceja—. ¿Qué pasó? Y no me digas que es tu culpa, porque... como eres dudo que le hayas hecho algo...

"Y, lamentablemente, Edward tiene un buen historial de idioteces hechas en esta vida", pienso, mordiéndome el labio, nerviosa por la respuesta que obtendré.

Las palabras van y vienen, no sé como decir exactamente lo que me pasa. No puedo siquiera pensar en lo que me pasa o lo que deberia decir. Son preguntas complicadas para mi que no estoy acostumbrada a tener que responder ante nada ni nadie. Es una situación complicada, que me lleva a pensar que ineludiblemente soy yo la del conflicto. Es lo único que se me ocurre la verdad.
- Yo. Edward. Él quería pero le dije que no y él... él insistió y se veía feliz.- Trato de explicar sin hacerme la victima. A nadie le gustan las victimas. Solo, pasó algo y no se sintió correcto. Deseo poder decir algo más pero no puedo, esa es la verdad. Yo tengo la culpa, yo dejé que me tocara así y que sintiera mi piel moribunda bajo el roce de sus manos que me quemaban.

- Lo siento. Solo. Extraño a Edward...- El hecho de que robara mi inocencia y luego huyera no tiene nada que ver,

—¿El quería qué...? —ruedo los ojos, el hecho de que no diga nada directamente no está ayudando a que me quede más tranquila y ahora que lo pienso, quizá algo entre ellos tuvo que ver con la desaparición de mi hermano.

Eso o se lo tragó el calamar gigante, se me están acabando las ideas.

Suspiro con hastío y me propongo ser un poquito más empática en ese momento, después de todo Lorelaine fue amable conmigo la primera vez que la vi. Además, claro, que recuerdo algo que mi hermano dijo sobre...

—¿... La sala de menesteres? Edward insinuó algo pero nunca me dijo... —suspiro, la cosa es más grave, quizá, de lo que pensé en un principio—. No me digas que quería...

"Metértela, no morir virgen, tirar su virginidad por la ventana...", tengo muchas maneras de llamarlo. Quizá no debí de molestarlo tanto con el tema.

El queria que? Que era lo que queria? No sé. No se lo que queria, quiero saber. Porque mi cuerpo me denuncia, me reclama lo que el hizo con el. Se sintió tan bien pero aun no estaba preparada. No estaba preparada y ahora me casaran y no tendre que ofrecer a mi futuro esposo. El dijo que no me dejaria, que podria irme con él pero me dejo atras y me siento... no era lo correcto.

No es correcto. No deberia.

- La sala... yo. Lo lleve alli. Él queria que estuvieramos solos pero yo no quise quedarme afuera. Tenia miedo de que alguien nos viera igual que en la torre de Astronomia. Solo. No entiendo. Hice algo mal? - Me abrazo las piernas contra le pecho, mas fuerte, mas pegada. No quiero pensar. No quiero pensar que esto es lo mismo que ella sintio cuando él la dejo así. No quiero pensar que eso es lo que hace a las personas. Que es lo que nos transformo en esto. En bestias sedientas de venganza. Sabia que no debia confiar. Sabia que no debia dejar que nadie se me acercara. Pero queria experimentar esto. Queria sentirme viva, sentirme persona y no solo un ser etereo que existe para el placer de los demas.

Me mueven como una marioneta. Me siento como una, siempre accediendo, siempre temiendo, complaciendo para no sentirme sola.

—No, probablemente no hiciste algo mal... probablemente sólo fue un gran malentendido y mi hermano como siempre no dijo nada...

Me llevo la mano a la sien y la masajeo un poco, de verdad que el hecho de que Lorelaine no sepa hablar directamente en ese momento me molesta, sobre todo porque quiero una respuesta, porque estaba llorando en un baño y porque cree que tiene la culpa de algo. Si la tiene o no, no tengo ni idea, pero la verdad es que no me voy a poner a averiguarlo en ese momento.

—¿Qué pasó? ¿Qué quería?  ¿Qué hicieron? —pregunto demasiado rápido, todo a la vez—. ¿Qué dijiste? ¿Qué dijo? Sólo quiero saber porque mi hermano huyó con la cola entre las patas, Lorelaine y tampoco entiendo nada.

Las preguntas me atacan, me acosan. No quiero escucharlas. No quiero que siga preguntando porque si sigue preguntando va a saber lo que se esconde tras tantas capas de inocencia. Soy lo que me hicieron. No quiero sentirme asi pero se que por dentro no soy mas que una bestia asesina, una bestia que solo puede experimentar dolor porque es lo unico que conoce. Y cuando no conoces nada mas que oscuridad incluso la luz del sol pasa a ser un martirio.
-Queria que intimaramos. Esta bien? Solo. Eso queria. Que me entregara a él. Que fuera suya. Queria que nos acostaramos aun cuando... - Sueno como un animal herido incluso a mis oidos, debiendo llevar una mano a este. Recordando la situacion y como se sintio, como dolia porque no escuchaba y sangraba sobre las sabanas de esa habitacion.

Si esto es el amor, no quiero volver a sentirlo.

—Y lo hicieron, y creíste que hiciste algo mal... ¿y?

Ruedo los ojos, ya no sé que decirle. No me esperaba una constatación en ese sentido, pero debo admitir que no me sorprende, después de todo, Edward siempre fue Edward y no fue muy inteligente en cuanto empezó a interesarse por Lara.

—No creo que hayas hecho nada mal, sólo creo que mi hermano es un idiota que mordió más de lo que podía masticar —le respondo, aunque sin querer uso ese tono seco, medio enojado—. Listo. —Luego me quedo mirándola—. Al menos dime que no tan idiota como para dejarme esperando un sobrino.

En ese caso, iré hasta el fin del mundo y lo llevaré de vuelta.

- Y? - Repetí aferrandome más a las piernas y enterrando la cabeza en ellas sin saber que decir o que pensar. Necesitaba un minuto para poder organizar mis ideas y que no salgan atropelladas, que peuda entenderme sin necesidad de tener que explicarme demasiado.

- Y lo hicimos. - Aclaro sin querer decir mas. No le gustaba dar detalles y mucho menos de su momento de intimidad con el que creia su novio. No sabia si lo habia deseado. No era tan facil, no tenia esos sentimientos, no despertaba ese deseo solo no pasaba pero si habia logrado que reaccionara como para poder sentirlo. Sentir como la quebraba para hacerla suya y finalmente decir que la habia hecho mujer. Ella no queria ser mujer. No queria pensar, no queria sentir.

Un sobrino. No lo había pensado. Realmente no lo habia pensado y para todo lo inteligente que soy. Cuanto tiempo paso? Dos, tres meses? No estaba un poco hinchada y molesta? Pero como, como podria haber pasado algo asi? Si fue solo una vez. No?

Entierro mi cabeza entre los brazos. No quiero seguir escuchandola. Sus preguntas se convertiran en acusaciones y no quiero sentirme asi.

"Y lo hicimos". Una frase tan contundente que ya esperaba, pero no deja de tener cierta fuerza en mis oidos, una constatación de que mi hermano no es el niño que sueño ver y mucho menos el idiota que se aparece en mi mente cuando resulto estar enojada. Edward es Edward, simplemente, tuvo una novia y las cosas salieron terriblemente mal.

—Ey, ey... ¡EY! —casi grito pero quiero que salga de su mundo por una vez y me escuche, me vea—. Lorelaine... no me importa si lo hicieron o no, ¿está bien? De hecho me da igual.

Me muerdo la lengua, yo soy virgen, sé de que va el asunto, pero no como y no oculto el hecho de que con Theodore la cosa me da miedo porque él es... diferente. Un mujeriego, quizá, pero uno que me gusta. Intento sonreír, enseñarle mi mejor cara a Lara.

—No creo que hayas hecho algo mal, Lorelaine, de verdad... —suspiro, no sé que decirle—. Lo que haya pasado, si pasó algo... —y por algo debe saber a que me refiero, lo impronunciable, un niño—. Te ayudaré, ¿está bien? Tengo la misma edad, supongo, pero también tengo un padre... No hiciste nada mal con Edward, no lo creo, sólo creo que... bueno, a los diecisiete años todo nos parece un mar.

No la estoy acusando de nada. No podría. Ni siquiera a mi hermano, por muy idiota que haya sido.

- Es posible. Si. Puede que solo este haciendo un mar de un charco. - Un mar de un charco, un mar de un charco, no hay otra forma que decir que estoy haciendo un mar de un charco porque no me puedo imaginar nada mas tonto y profundo que esto. No puedo creer que esto me este pasando. No porque no lo deseo. Solo no se que hacer.

Y si me caso no sera peor? Pero papa quiere que me case con alguien que me pueda cuidar. Con alguien que sea digno para que nuestros hijos tengan la calidad que ellos creen merecen. Para que el apellido de una familia siga adelante. Y si me caso mi marido tendria responsabilidad sobre mi.

-Creo que no podes ayudar.Mi papá ya no podra casarme. No hay forma ahora que soy impura. Y Edward evidentemente no le importo mucho, no? Entonces debe ser algo que hice yo. Sino. sino no encuentro logica.

—¿Lo ves? —Suspiro, mi hermano la cagó bien hasta el fondo y ahora estoy allí, arreglando los pedazos rotos de lo que quedó y el más roto es, sin duda, Lorelaine—. ¿Usaron...? Ya sabes... Protección... —me cuesta decirlo un poco, más por ella que por mí, la veo tan inocente y diferente a mí que realmente me preguntó por qué mi hermano se fijo en ella.

Sin embargo, lo último que dice me hace enojar. Quizá es por la educación que tengo, porque ninguno de mis padres se atrevió a mencionar la palabra compromiso arreglo y porque mi madre se opuso totalmente a que nos pasara eso. Ella dijo que si ella se había casado por amor con mi padre nosotros dos haríamos lo mismo.

—No todo es lógico, Lorelaine —le espeto, para no decir algo más—. ¡No todo es fría lógica! ¡El amor y las relaciones mucho menos! Así que deja de creerte la culpable. El hecho de que seas virgen o no no debería determinar si te puedes casar... o no; el mundo le da demasiada importancia a una sola acción, sobre todo si eres mujer. Al menos, a mí me enseñaron que uno se casa por amor, no porque tus progenitores elijan lo mejor para ti. Y tú no hiciste nada, si acaso accediste a los deseos de mi hermano, y por eso no te voy a condenar. Dime al menos que también lo deseaste y no sólo insistió hasta que cediste.

Se que sonare tonta. Pero de repente todo lo que me dijo perdio sentido al pensar en una sola cosa.
- Proteccion? Que... tipo de proteccion? - No quiero saber. No quiero saber. No quiero pensar creer o simplemente darme cuenta de que nuevamente alguien me dejo en la oscuridad. No quiero estar en la oscuridad. No, él dijo que me amaba. él dijo que me amaba y no me dejaria y que haria todo lo posible por protegerme. Por que?

Mis ojos reflejan el panico. No sé lo que habla. Sera eso. Eso que siento que sé pero que no quiero aceptar. Mi vientre se ha abultado un poco por lo delgada que soy. Pero no quiero pensar que alli crece...
Me aferro mas a mis rodillas. Tapandome. No quiero que me vea ahi. No quiero que lo note. Que diria?

¿Qué? Si lo que me está preguntando es en serio no sé que hacer, además de llevarla con la enfermera a que le explique o con alguien más capacitado que yo que no ruede los ojos con hastío. Está bien que el mundo mágico esté muy atrasado, pero hay que explicarles cosas básicas a las mujeres para que no sé queden embarazadas.

—¿De verdad tu madre no te explicó nada de nada? —pregunto, ya desesperada—. Se supone que las madres te dan una aburridísima plática en la que te dicen que si intimas con alguien ¡puede acabar un bebé de por medio!

La veo, me da lástima. Demasiada lástima. ¿En que ambiente podrido creció para que no le explicaran ni eso? Se retrae aun más sobre si misma y si esa escena continúa voy a acabar arrastrándola fuera para que deje de auto compadecerse y empiece a hacer algo. Por ejemplo, averiguar si tiene un sobrino mío en el vientre.

Y si lo tiene, le voy a escribir a mi padre.

- Mamá estaba ocupada con Luke. El la necesitaba mas que yo. Papá solo dijo que hiciera caso a mis hermanos y que el se encargaria de todo. Que todo estaria bien si solo no me dejaba. Pero Edward queria y yo no queria decirle que no. Es mi culpa. Si yo solo hubiera hecho caso entonces no estaria en este problema.
No quiero pensar lo que dira mi padre. Siempre fue estricto. Siempre quiso lo mejor para mi y si simplemente no hacía lo que hice no pasaria nada. Esa era toda la proteccion que necesitaba para poder seguir. No necesitaba extra información. Solo no hacerlo y ya. Cuando estuviera casa embarazos seria el menor de mis problemas.
Y ahora parece de que tendre un bebe de alguien que no puede permanecer o soportar verme por mucho tiempo. Que clase de tragedia griega es esta que no puedo siquiera ser normal?

Ruedo los ojos, no puedo creer lo que oigo, pero ¿qué importa? Las cosas ya pasaron, el problema ya está allí y tengo a alguien enfrente regodeándose de si es o no es su culpa en vez de intentar hacer algo para solucionarlo y eso me hace perder la paciencia.

—¡Ya pasaron las cosas! ¡No importa quien tiene la culpa! —grito—. Si quieres te digo que es mi hermano el que la tiene, si te hace sentir mejor, pero tu lógico cerebro no me creería. Así que ya está: me importa una mierda quién tuvo la culpa, si tú, mi hermano, los dos, tu crianza, tu madre por no contarte que podías quedar embarazada o tu padre por no decirte cómo se hacían los bebés. ¿Listo?

Después del exabrupto lo único que puedo hacer es quedarme callada un momento, viéndola. ¿Qué tan jodida está? ¿Qué tanto acabó de joderla Edward para ni siquiera darse cuenta de que Lorelaine tenía problemas?

—Lorelaine... —empiezo, con más calma—. Si quieres ayuda, existo yo, mi familia. Te ayudaré si es necesario, puedes venir a casa si quieres... —me muerdo el labio—. No pasará nada si le escribo a mi padre.

- como podes estar tan segura? - Pregunto lentamente bajando las piernas y poniendome de pie. Era hora de asumir las consecuencias. Todo ha fallado. Yo fallé, él fallo, todo es un desastre y ahora tengo que afrontar el hecho de que probablemente esto que me está pasando indudablemente sea lo que temo.

No me han explicado sobre los bebés. Pero no soy tonta. Si, algo estupida e ingenua al creer, al confiar en él y luego esto. No es como si me dedicara a estar pensando en ese dia aunque se quede gravado en mis retinas como hierro candente. Necesito olvidar. Necesito ignorar esto, pero yo. No sé como hacerlo.

Y si antes me estaba sintiendo lastima por mi misma, esa leve hinchazón en el vientre y las lagrimas no podrian negar la realidad. No necesito una enfermera para que me diga que estoy esperando un bebé. Un bebé del que era mi novio pero acabo por huir. Y me siento sola y desconsolada. No puedo con esto. No quiero un bebé. No quiero este embarazo.

Se pone de pie lentamente y no sé que pensar, tengo un problema más grande de lo que había pensado en un principio y sinceramente no sé que hacer. La solución inmediata es hablar con mi padre, que tampoco sé que hará. No quiere nietos tan pronto pero...

Estoy pensando en eso cuando me fijo en el viente de Lorelaine y... lo siento. A veces me pasa, siento las cosas mágicas con más intensidad, sobre todo desde que tengo a Leviathan. Abro un poco la boca con sorpresa y no puedo articular ni una palabra.

—Lorelaine... creo que ya lo sabes, ¿no? Hay algo en tu vientre... —suspiro. No sé como decirlo. Mi padre no quiere nietos tan pronto, pero no puede dejar desamparado al hijo de Edward—. Le escribiré a mi padre —decido, con la voz fuerte—, ven a casa en las vacaciones de navidad...

No quiero ni pensar que le harán en su casa si se enteran, porque pronto se empezará a notar aun más.

Mis manos van a mi vientre tratando de ocultar exactamente eso que sé que puede ver. No quiero que lo vea. No quiero que sea realidad. Miren en que me he convertido. Realmente antes eso de ser muñecos del destino era solo una metafora pero ahora con esto que me corroe y se convierte en un parasito alimentandose de mi por dentro y dejandome quebrada en mi cabeza. Estoy perdida. No se que hacer.

Desvio la mirada para no verla. Se que esta alli y escucho. No tengo mucho mas que decir salvo asentir con la cabeza y murmurar para mi misma algo. No se si es que estoy aceptando o es solo que no quiero enfrentarme tambien al padre de Edward. Si es como su hijo? Con palabras bonitas que te enredan y te destruyen a la larga. Tengo miedo...

—¡Lorelaine! —alargo el brazo para cogerla por el suyo y obligarla a voltear la mano hacia mí.

No soy como Edward. Lo quiero como a nada en el mundo, pero yo no tengo la paciencia que se requiere para lidiar con alguien como Lara. Me ha sacado de quicio ya un par de veces y no dejaré que siga haciéndolo, sobre todo porque no tengo paciencia.

—Escúchame. Me da igual como haya sido Edward contigo —le espeto—, pero eso no cambia que vaya a proteger a mi sobrino y te vaya a proteger a ti. Lamentablemente, no puedo dejar que vivas en la auto compasión, o que tu mente lógica e inteligente te de las conclusiones equivocadas así que responde de una vez y más vale que sea verdad... —Inhalo antes de hacer las preguntas que tengo atoradas en mi garganta—: ¿Edward te trató bien? ¿Alguna vez te obligó a algo que no querías?

Me quedo congelada, las lagrimas aun brotan. No puedo explicarlo. No puedo porque yo no lo entiendo. Yo no quería acostarme con él. Aun no estaba preparada.

-Aun... yo no quería. Pero él deseaba. Y yo no estaba preparada... todo esta mal.- Sé que me puede entender. O quizá no... los vacíos y el terror lo invaden todo. Yo no quería acostarme, tenía miedo, era la primera vez y estaba lastimada. Quizá si no estuviera tan aterrada podría contarle como fue. Pero no creo que quiera escuchar que su hermano deseaba sexo, a crudas cuentas. Aunque lo amara aun no quería pero no solo cedi en ese momento sino que ahora tengo un bebé en mi vientre desde hace casi 2 meses.

- Solo... es así él. ¿No? Eso de querer ayudar...- Querer controlar... querer dominar... es normal que él solo quiera asegurarse de que este bien por los medios que fueran necesarios asi tenga que quitarme el poder de decisión. -Solo supongo me dolian los oidos...

Me quedo mirándola a ver si reacciona o muestra signos de tener vida. Me está frustrando verla derramar lágrimas y la manera en la que intenta justificar todo, absolutamente todo, como si todo tuviera que ser lógico o tener sentido. No la entiendo, me provoca una furia que ni yo soy capaz de explicar y una impaciencia que late dentro de mí. ¿Quiere lástima? Que se la de un Hufflepuff. ¿Comprensión? Un gryffindor. ¿Yo? Yo le voy a escupir la verdad en la cara porque no entiendo qué demonios intenta, y cada palabra que dice y cada oración que arma me hace rodar los ojos.

—Sí, sí, se entendió, tú no querías, el sí, insistió, es un idiota, un pendejo, un… —suspiro. Sería más fácil si tuviera a mi hermano cerca para pegarle un puñetazo porque apuesto que en cuanto lo vea no va a entender nada de nada y ni siquiera se debió de haber percatado de que Lara no quería intimar. Me quedo viéndola con el ceño fruncido—. ¿Por qué carajos sigues llorando? Ya te he dicho que te voy a ayudar.

Claro que después oigo su siguiente frase y mi cerebro no entiende nada. ¿Dolor de oídos? ¿Querer ayudar? Me desespera, sólo llora, habla, dice que está todo mal. ¿No puede pararse y aceptar la situación que está viviendo de una buena vez? Es desesperante verla de esa manera.

—Oh, si sigues buscando justificaciones seguro las vas a encontrar —ironizo—, pero en el mundo de las alucinaciones, porque aquí ya no. Si quieres dar lástima puedes ir con cualquier otro o entender que la culpa no es tuya, ni es de nadie. Elige, que no tengo todo el día.