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Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
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Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
I set fire to the rain,
Watched it pour as I touched your face,
Well, it burned while I cried,
'Cause I heard it screaming out your name
Watched it pour as I touched your face,
Well, it burned while I cried,
'Cause I heard it screaming out your name
8pm, realmente estaba agotada. Y no precisamente de forma física o quizá un poco de forma física pero en gran parte se estaba volviendo loca, realmente se estaba volviendo loca en este laberinto que era Hogwarts.
Niniel se había negado a tener una habitación propia en el barco de Durmstrang nuevamente, las pesadillas aun la acosaban, no tan seguido y las pesadillas de Niniel se convertían en las pesadillas de Louise cuando tenía que consolarla entre llanto por la noche. Era algo que no podía evitar, tratar de ayudar a la chica que insistía en llamarla mamá a pesar de que por edad era cada vez más imposible, Niniel era mayor que Louise por un mes.
Y luego estaba la locura de ese chico Samuel que decía ser su Samuel, pero... era imposible, el Samuel de ella era diferente y había muerto en la guerra... aunque si, era Gryffindor aunque estaría en 7mo. ¿O era? Bueno, la cuestión es que al final del día había logrado sentirse culpable, sentir que no había hecho nada bien a lo largo del tiempo y encima que le había fallado a alguien que no conocía.
Necesitaba relajarse, estaba estresada y no quería regresar al vacío barco de Durmstrang y a la habitación con Niniel que la quería pero era tan dependiente que a veces sentía que perdía su propia vida al servicio de una chica que lo necesitaba, pero... ella no había nacido para negar su egoísmo natural.
Se estiró, sabía que esconderse en las mazmorras no era algo muy maduro de su parte pero gracias al acoso de ese fantasma que no podía ver este se había convertido en el único espacio en todo este desconocido colegio que se sentía segura.
Así que se sentó en el suelo de uno de los pasillos sin saber cual era en realidad tras haber caminado sin dirección alguna por un buen rato, sacando un libro de estudio, el de pociones ya que estaba por la zona, dispuesta a perder las dos horas que quedaban hasta que cerraran la puerta principal del castillo.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
La cena hacía rato que había finalizado y decidí ir a mi despacho a leer, por alguna extraña razón me gustaba estar allí, encontraba entre esas paredes de piedra azul más familiaridad que en mi habitación y en el mullido sillón de cuero más comodidad que en mi lecho. Mis pasos resonaban por los pasillos vacíos, mis suelas contra la roca desgastada y el polvillo propio de la erosión del tiempo, empecé a silbar una tonada pegadiza que había escuchado en una película muggle que me había resultado encantadora.
Pero algo me detuvo, ¿Acaso había alguien sentado en el suelo allí, casi llegando al final del pasadizo? Miré dos veces y una más antes de saludar, quizás era un fantasma que no conocía -¿Hola?
Pero algo me detuvo, ¿Acaso había alguien sentado en el suelo allí, casi llegando al final del pasadizo? Miré dos veces y una más antes de saludar, quizás era un fantasma que no conocía -¿Hola?
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Los ojos azul verdoso por un momento se tiñeron de violeta como un reconocimiento de algo, ¿de que? Era como si una presencia quisiera adentrarse en su memoria quebrada, pero solo consiguió confundirla y causar que alzara la mirada cristalina para observar quien le hablaba, los labios estirándose, curvándose en su eterna y afable sonrisa.
"Hola, ¿profesor?" Indagó lentamente poniéndose de pie. Era de estatura baja, sus rasgos parecían de esas bellezas etéreas aunque su ropa era demasiado terrenal, cortando el halo de atractivo que poseía. La falda negra del colegio Durmstrang pero en lugar del traje formal de camisa y chaqueta roja poseía una camiseta de cuello rojo y una campera de algodón con el logo del águila de dos cabezas grande en la espalda, debajo anunciándola como Eisenberg.
Era algo superfluo su nombre, lo sabía, especialmente considerando que la mitad de su vida la pasaba con una camiseta que anunciaba su nombre al público que la veía jugar.
¿Quien era el profesor de pociones? Se había encontrado con el fantasma del anterior profesor que la había mirado raro y la había puesto a hacer pociones como si fuera su alumna de siempre, pero este... ¿quien era? ¿Debía recordarlo de algo?
"Hola, ¿profesor?" Indagó lentamente poniéndose de pie. Era de estatura baja, sus rasgos parecían de esas bellezas etéreas aunque su ropa era demasiado terrenal, cortando el halo de atractivo que poseía. La falda negra del colegio Durmstrang pero en lugar del traje formal de camisa y chaqueta roja poseía una camiseta de cuello rojo y una campera de algodón con el logo del águila de dos cabezas grande en la espalda, debajo anunciándola como Eisenberg.
Era algo superfluo su nombre, lo sabía, especialmente considerando que la mitad de su vida la pasaba con una camiseta que anunciaba su nombre al público que la veía jugar.
¿Quien era el profesor de pociones? Se había encontrado con el fantasma del anterior profesor que la había mirado raro y la había puesto a hacer pociones como si fuera su alumna de siempre, pero este... ¿quien era? ¿Debía recordarlo de algo?
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
-¿Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii? -inquirí graciosamente estirando la palabra, parecía un concurso de quién hacía más preguntas -¿Me buscabas muchacha? -pregunté luego, notando el título de su libro. Era poco ortodoxo que se hallara allí, prácticamente sentada a la puerta de mi despacho, a esas horas de la noche, ¿Sabría ella que yo...? No, no lo creía posible, Hogwarts tenía un tabú con respecto a los profesores y las criaturas mágicas desde el incidente con Lupin. Minerva me había prometido absoluta reserva, aunque a mí me preocupaba poco mantener el secreto ella parecía tomárselo muy en serio.
-De otro modo, ¡Qué lugar poco adecuado para leer a estas horas de la noche... -miré su uniforme, reconocí los colores de Durmstrang y luego vi algo que supuse era su apellido -¿Eisenberg? ¿Está usted anotada en la clase de Pociones? -eché la llave a la puerta, la abrí y encendí las velas con un suave giro de mi varita.
-De otro modo, ¡Qué lugar poco adecuado para leer a estas horas de la noche... -miré su uniforme, reconocí los colores de Durmstrang y luego vi algo que supuse era su apellido -¿Eisenberg? ¿Está usted anotada en la clase de Pociones? -eché la llave a la puerta, la abrí y encendí las velas con un suave giro de mi varita.
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
La boca por un instante se le secó. No era como si todos los días uno se enfrentara a alguien como la persona que tenía de frente. Era de apariencia única y a su vez se veía tan normal que a algunos le recordaría a quizá ella misma cuando decían que tenía un ‘aura’.
De una u otra forma pronto se le pasó, alzando sus ojos agua marina para poder verlo con una sonrisa relajada, ese ronroneo tan natural en ella, la curva de sus labios mostrando con diversión que si el profesor quería jugar ella jugaría con él y habría que ver quien es el vencedor al final del día.
"Oh, no, ¿como podría? Sería muy fácil distraerme, sin ofender." Cerró el libro dejando ver que era un Ars Arkanum Potioner, un libro avanzado probablemente por sobre la media del alumnado de Hogwarts, pero era normal, Louise era tan buena en Herbología y pociones como era de mala en Transfiguración, además que estudiaba tanto como podía para poder seguir manteniendo su status en el equipo de Quidditch mientras estudiaba sino sabía que sería retirada de alguno de los dos lugares, tristemente se imaginaba que lo que debería dejar sería el colegio.
"Aparte, los pasillos de las mazmorras son el mejor lugar para leer según yo, no sé si para otras cosas pero la gente trata de eludirlos tanto como fuera posible." Admitió encogiéndose de hombros.
Entre una chica llamando por ‘mamá’ todo el rato, el entrenador que poco más y limpiaba el piso con el cuero de los jugadores y los jugadores que disfrutaban de emborracharla para divertirse mientras la hacían ir a lugares donde ciertamente no quería estar, la fría y oscura humedad de las mazmorras era un lugar que abrazaba con placer.
De una u otra forma pronto se le pasó, alzando sus ojos agua marina para poder verlo con una sonrisa relajada, ese ronroneo tan natural en ella, la curva de sus labios mostrando con diversión que si el profesor quería jugar ella jugaría con él y habría que ver quien es el vencedor al final del día.
"Oh, no, ¿como podría? Sería muy fácil distraerme, sin ofender." Cerró el libro dejando ver que era un Ars Arkanum Potioner, un libro avanzado probablemente por sobre la media del alumnado de Hogwarts, pero era normal, Louise era tan buena en Herbología y pociones como era de mala en Transfiguración, además que estudiaba tanto como podía para poder seguir manteniendo su status en el equipo de Quidditch mientras estudiaba sino sabía que sería retirada de alguno de los dos lugares, tristemente se imaginaba que lo que debería dejar sería el colegio.
"Aparte, los pasillos de las mazmorras son el mejor lugar para leer según yo, no sé si para otras cosas pero la gente trata de eludirlos tanto como fuera posible." Admitió encogiéndose de hombros.
Entre una chica llamando por ‘mamá’ todo el rato, el entrenador que poco más y limpiaba el piso con el cuero de los jugadores y los jugadores que disfrutaban de emborracharla para divertirse mientras la hacían ir a lugares donde ciertamente no quería estar, la fría y oscura humedad de las mazmorras era un lugar que abrazaba con placer.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Por los colmillos de Drácula, ¿Por qué el sino se empeñaba en torturarme rodeándome de hermosas mujeres que no podía tocar? La sonrisa de la chica me cautivó en cierta forma, el brillo pícaro en sus ojos de verde mar me dejó perplejo y curioso, ¿Qué estaría pensando? Su respuesta me cayó en gracia, amainé una risa, no era propio de un profesor.
-No ofende en lo absoluto, señorita Eisenberg ¿Su nombre? -pregunté, quizás algo impertinente de mi parte -Es cierto que las mazmorras tienen su encanto, se puede hacer muchas cosas en ellas, cosas que la mayoría de los mortales pasa de largo -dejé escapar una sonrisa de lado. -Pero qué libro más interesante -cambié de tema, lanzando un silbido de admiración, le había echado un ojo y medio en mi maestría junto al Moste Potente Potions y otros libros que todo adepto a las pociones debe conocer -No tenía idea de que el Ars constituyera material regular de estudio en Durmstrang, de otro modo hubiera dicho que sí cuando me lo sugirieron como casa de estudio -suspiré, en realidad no iría a Durmstrang por la posible cercanía de mi padre y la inminente amenaza a mi existencia pero eso no tenía por qué saberlo la muchacha.
-No ofende en lo absoluto, señorita Eisenberg ¿Su nombre? -pregunté, quizás algo impertinente de mi parte -Es cierto que las mazmorras tienen su encanto, se puede hacer muchas cosas en ellas, cosas que la mayoría de los mortales pasa de largo -dejé escapar una sonrisa de lado. -Pero qué libro más interesante -cambié de tema, lanzando un silbido de admiración, le había echado un ojo y medio en mi maestría junto al Moste Potente Potions y otros libros que todo adepto a las pociones debe conocer -No tenía idea de que el Ars constituyera material regular de estudio en Durmstrang, de otro modo hubiera dicho que sí cuando me lo sugirieron como casa de estudio -suspiré, en realidad no iría a Durmstrang por la posible cercanía de mi padre y la inminente amenaza a mi existencia pero eso no tenía por qué saberlo la muchacha.
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
A pesar de lo que dijera, los ojos de ella descendieron al libro entre sus manos, sonriendo para sus adentros mientras acariciaba la portada con dos dedos curiosos, dibujando el pentágono con su relatividad en ingredientes que tomaba forma en la portada.
"No es parte del currículo de Durmstrang, un amigo me lo regaló hace un tiempo." Admitió... no recordaba ese amigo, era triste decirlo así, pero recordaba su sombra aterradora y los ojos inexpresivos que le habían clavado en su lugar mientras la pulga Eisenberg tanto más chica, podía sentirlo, muy pequeña, el hombre podría pararse muy por sobre su medida que ya de por si en la actualidad con poco más que metro y medio daba lástima o a su propio parecer daba lástima.
Buscó donde sentarse aunque al ser presentada con un saludo inusual en forma de indagación del nombre y sintió un impulso que desconocía, esa parte de ella que era totalmente ajena a su mente y que le decía que tenía que usar el encanto, aunque... ¿que encanto? ¿Que clase de encanto tiene una humana hija de muggles? Porque, eso era lo que era... ¿no?
Aun así no evitó que se acercara, un paso más, no tan cerca, aun no era invasión, pero demasiado como para ser correcto del todo, una prueba del límite inconsciente que le pedía la ninfa de su interior, sonriendo de forma aireada, los ojos demasiado afilados para ser correcto.
"Louise Madison Eisenberg, vine por el intercambio de quidditch. ¿Y usted, profesor? Lo siento, pero soy un poco mala con los nombres..." Se mordió la lengua para evitar el ronroneo, la parte consciente obligándola a dar un paso hacia atrás para poner distancia. No era correcto lo que hacía y lo sabía.
"No es parte del currículo de Durmstrang, un amigo me lo regaló hace un tiempo." Admitió... no recordaba ese amigo, era triste decirlo así, pero recordaba su sombra aterradora y los ojos inexpresivos que le habían clavado en su lugar mientras la pulga Eisenberg tanto más chica, podía sentirlo, muy pequeña, el hombre podría pararse muy por sobre su medida que ya de por si en la actualidad con poco más que metro y medio daba lástima o a su propio parecer daba lástima.
Buscó donde sentarse aunque al ser presentada con un saludo inusual en forma de indagación del nombre y sintió un impulso que desconocía, esa parte de ella que era totalmente ajena a su mente y que le decía que tenía que usar el encanto, aunque... ¿que encanto? ¿Que clase de encanto tiene una humana hija de muggles? Porque, eso era lo que era... ¿no?
Aun así no evitó que se acercara, un paso más, no tan cerca, aun no era invasión, pero demasiado como para ser correcto del todo, una prueba del límite inconsciente que le pedía la ninfa de su interior, sonriendo de forma aireada, los ojos demasiado afilados para ser correcto.
"Louise Madison Eisenberg, vine por el intercambio de quidditch. ¿Y usted, profesor? Lo siento, pero soy un poco mala con los nombres..." Se mordió la lengua para evitar el ronroneo, la parte consciente obligándola a dar un paso hacia atrás para poner distancia. No era correcto lo que hacía y lo sabía.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
La muchacha se acerca... demasiado. Su perfume me envuelve, suave, intoxicante, su piel desprende aroma a almendras, sus mejillas a sangre caliente y a algo más que no puedo lograr distinguir, esto me pone en alerta, sacándome del ensimismamiento que su cercanía me produce. Ella no era del todo lo que aparentaba, como yo. Mi olfato no mentía nunca y sin embargo, no podía discernir qué era aquello, nunca lo había olido en mi vida... Mucho menos probado; una oleada de excitación recorrió mi cuerpo, ella era algo nuevo. Casi pude ver el relámpago descarado de deseo en mis ojos.
Cerré mi boca para evitar que cualquier palabra idiota saliera de mis labios (era lo más probable) y ahogué un suspiro hambriento, ¿algún día sería un semivampiro sensato? ¿Una pollera corta, una sonrisa y ya quiero sexo y sangre? Esta era la parte de mi naturaleza que odiaba tanto como amaba. Ni siquiera podía figurarme cómo se aguantaban los vampiros verdaderos... Bah, si es que se aguantaban.
Sonreí extendiendo mi boca cerrada, cuando tuve valor (en realidad, un atisbo de autocontrol) continué la conversación. -Oh, qué decepción. Ya me parecía demasiado abierto de mente para un programa escolar -solté con algo de desdén, dudé mirando al interior del despacho ¿qué era peor? ¿invitarla a leer adentro (conociendo mi impulsividad) o acompañarla hasta donde fuera que se hospedara? No podía solo dejarla ahí, cerrarle la puerta en la cara, aunque quizás eso fuera lo más prudente... Es lo que Snape haría. Y yo no era Snape, definitivamente, ni quería serlo.
Me dice su nombre y noto que se acerca un poco más, su cuerpo me dice "no debo" pero sus ojos y su sonrisa me dicen "lo quiero", esto es muy desconcertante para mí que siempre sé lo que quiero, el problema suele ser cuándo tenerlo y cómo limpiar el desastre -Louise, un placer -esta última palabra se me escapa con más intensidad de la que hubiera debido -Luthien Flaneur, profesor de Pociones -digo respirando trabajosamente, obligándome a bajar a todos mis sentidos del caballo que estaban montando -No te ofusques, no hemos sido presentados -aclaro con un dejo de molestia, para que no pida disculpas por algo que no corresponde. La gente que se disculpa demasiado me repele.
-No puedo dejarte aquí sola leyendo en esta mazmorra oscura a estas horas -expongo mi dilema -¿Quieres que te acompañe hasta donde estás albergándote con tus compañeros de Instituto? -pregunto inocentemente, pareciéndome la opción más plausible -¿O quizás quieras pasar a charlar un poco sobre el Ars Arkanum...? -¡Demonios, se suponía que no lo propusiera!
Cerré mi boca para evitar que cualquier palabra idiota saliera de mis labios (era lo más probable) y ahogué un suspiro hambriento, ¿algún día sería un semivampiro sensato? ¿Una pollera corta, una sonrisa y ya quiero sexo y sangre? Esta era la parte de mi naturaleza que odiaba tanto como amaba. Ni siquiera podía figurarme cómo se aguantaban los vampiros verdaderos... Bah, si es que se aguantaban.
Sonreí extendiendo mi boca cerrada, cuando tuve valor (en realidad, un atisbo de autocontrol) continué la conversación. -Oh, qué decepción. Ya me parecía demasiado abierto de mente para un programa escolar -solté con algo de desdén, dudé mirando al interior del despacho ¿qué era peor? ¿invitarla a leer adentro (conociendo mi impulsividad) o acompañarla hasta donde fuera que se hospedara? No podía solo dejarla ahí, cerrarle la puerta en la cara, aunque quizás eso fuera lo más prudente... Es lo que Snape haría. Y yo no era Snape, definitivamente, ni quería serlo.
Me dice su nombre y noto que se acerca un poco más, su cuerpo me dice "no debo" pero sus ojos y su sonrisa me dicen "lo quiero", esto es muy desconcertante para mí que siempre sé lo que quiero, el problema suele ser cuándo tenerlo y cómo limpiar el desastre -Louise, un placer -esta última palabra se me escapa con más intensidad de la que hubiera debido -Luthien Flaneur, profesor de Pociones -digo respirando trabajosamente, obligándome a bajar a todos mis sentidos del caballo que estaban montando -No te ofusques, no hemos sido presentados -aclaro con un dejo de molestia, para que no pida disculpas por algo que no corresponde. La gente que se disculpa demasiado me repele.
-No puedo dejarte aquí sola leyendo en esta mazmorra oscura a estas horas -expongo mi dilema -¿Quieres que te acompañe hasta donde estás albergándote con tus compañeros de Instituto? -pregunto inocentemente, pareciéndome la opción más plausible -¿O quizás quieras pasar a charlar un poco sobre el Ars Arkanum...? -¡Demonios, se suponía que no lo propusiera!
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Parpadeó un par de veces antes de negar con la cabeza, sacudiendo las ideas.
"Ah, creía que nos habían dicho los nombres..." O que debía saberlo, si, algo en ella le decía que debería haber sabido ese nombre, pero estaba bien, no parecía importarle a él, a ella no tiene porque importarle. Era divertido, casi podía imaginarse autorecriminando por hablar de más... ¿Acaso si daba un paso más se recriminaría? No tenía porque enterarse nadie, nadie diría nada, todo quedaría aquí.
Era posible, si, solo tenía que...
"Eso sería agradable." Comentó aceptando la invitación sin pensarlo mucho, solo adentrándose al lugar un poco más para observarlo.
Quizá gran parte era porque deseaba un poco de compañía adulta o la posibilidad de charlar con alguien sobre algo más que el caos que era su vida o el desastre que se convertiría en el momento que tocaran las vacaciones y debiera regresar al equipo, la vida nocturna, los miedos y el desastre.
Este hombre le confundía, Placer, un placer había dicho pero con tanta intensidad que el escalofrío recorrió su espalda, sus palabras suaves y jocosas al mismo tiempo la confundían y aun así el interés estaba allí, quería mantenerlo hablando aunque fuera para seguir escuchando ese tono de diversión e inseguridad bajo tantas capas de cortesía.
"Ah, creía que nos habían dicho los nombres..." O que debía saberlo, si, algo en ella le decía que debería haber sabido ese nombre, pero estaba bien, no parecía importarle a él, a ella no tiene porque importarle. Era divertido, casi podía imaginarse autorecriminando por hablar de más... ¿Acaso si daba un paso más se recriminaría? No tenía porque enterarse nadie, nadie diría nada, todo quedaría aquí.
Era posible, si, solo tenía que...
"Eso sería agradable." Comentó aceptando la invitación sin pensarlo mucho, solo adentrándose al lugar un poco más para observarlo.
Quizá gran parte era porque deseaba un poco de compañía adulta o la posibilidad de charlar con alguien sobre algo más que el caos que era su vida o el desastre que se convertiría en el momento que tocaran las vacaciones y debiera regresar al equipo, la vida nocturna, los miedos y el desastre.
Este hombre le confundía, Placer, un placer había dicho pero con tanta intensidad que el escalofrío recorrió su espalda, sus palabras suaves y jocosas al mismo tiempo la confundían y aun así el interés estaba allí, quería mantenerlo hablando aunque fuera para seguir escuchando ese tono de diversión e inseguridad bajo tantas capas de cortesía.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Me la quedé mirando divertido apoyado en el marco de la puerta mientras ella se adentraba en mi territorio, mis brazos cruzados sobre el pecho -Siéntase como en su casa -dije con algo de sarcasmo, cuando estuvo ya adentro del despacho me di la vuelta y cerré la puerta tras de mí. -Espero que no le incomode -acoté señalando a la puerta. Pobre jovencita, qué desesperada estaría para rondar por un lugar así en un colegio que no es el suyo entre gente que no es la suya.... Me daba una mala impresión de los alumnos Durmstrang el que una de los suyos los evadiera tan insistentemente. ¿O quizás fuera ella el problema?
Me dispuse a ponerme cómodo, me saqué la capa pesada que usaba para aislarme del frío de este invierno cruel y la dejé en un perchero, me desabotoné el saco y lo dejé en el respaldo de una silla; quedé en camisa, chaleco y pantalón de vestir. Me acerqué a ella caminando serenamente, con mis manos en los bolsillos -Por favor, tome asiento donde quiera -le indiqué con un gesto mi escritorio, delante de él dos poltronas y detrás mi sillón chesterfield. -¿Quiere algo de beber? -inquirí mientras lanzaba un hechizo no verbal hacia la chimenea para encender el fuego, luego volví hacia donde ella se encontraba y me detuve a solo centímetros de su cuerpo, extendí mi mano hacia abajo y arrebaté sorpresivamente el libro de entre sus manos con una sonrisa de lado -Ups! -dije alejándome unos pasos -El que tenga este libro en su poder despierta toda clase de preguntas en mi cabeza, señorita Eisenberg -lo abro y comienzo a ojearlo, interesado. Tenía unas ilustraciones muy detalladas y minuciosas en su diseño, -Pareciera que fue coloreado a mano... qué preciosura-digo, casi sin darme cuenta.
Me dispuse a ponerme cómodo, me saqué la capa pesada que usaba para aislarme del frío de este invierno cruel y la dejé en un perchero, me desabotoné el saco y lo dejé en el respaldo de una silla; quedé en camisa, chaleco y pantalón de vestir. Me acerqué a ella caminando serenamente, con mis manos en los bolsillos -Por favor, tome asiento donde quiera -le indiqué con un gesto mi escritorio, delante de él dos poltronas y detrás mi sillón chesterfield. -¿Quiere algo de beber? -inquirí mientras lanzaba un hechizo no verbal hacia la chimenea para encender el fuego, luego volví hacia donde ella se encontraba y me detuve a solo centímetros de su cuerpo, extendí mi mano hacia abajo y arrebaté sorpresivamente el libro de entre sus manos con una sonrisa de lado -Ups! -dije alejándome unos pasos -El que tenga este libro en su poder despierta toda clase de preguntas en mi cabeza, señorita Eisenberg -lo abro y comienzo a ojearlo, interesado. Tenía unas ilustraciones muy detalladas y minuciosas en su diseño, -Pareciera que fue coloreado a mano... qué preciosura-digo, casi sin darme cuenta.
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Iba a sentarse aunque notaba que iba rápido el hombre hablando de una punta a la otra, haciendo que se sintiera más confusa. Tanto más confusa... tan helado estaba el corazón... tan...
Fue un movimiento brusco, ese segundo en que sus dedos dejaron de tener contacto con el cuero que envuelve las hojas de papiro dentro del libro, protegiéndolo de la intemperie. Sus ojos Aguamarina recedieron dando un color azul cielo y brillando, solo un instante en un intenso color violeta, mordiéndose los labios.
Era extraño, era tonto y de por si una locura. Pero así era: Sentía como si su columna estuviera prendida fuego y el aire le faltara, la cabeza le daba vueltas estando mareada y en el pecho ese único colgante le quemaba la piel con su tacto más que helado.
El libro... Tenía una firma que reconocerían solo unos pocos, Half-Blood Prince. Ella no recordaba porque, no recordaba el hecho de la razón de esa forma, nunca le dio mucha importancia, no sabía como había llegado a sus manos salvo porque había sido un obsequio.
‘¡EISENBERG! ¡Suelte ese libro! ¡No importa cuanto sus torpes manos traten dudo que pueda hacer una sola poción decente de ese Arkanum!’
‘Puedo hacerlo, solo... ¿puedo?’
Su cuerpo se congeló en una memoria que no era suya, no podría serlo porque no reconocía al hombre que le gritaba, así que por ende no debía ser más que un reflejo de un deseo, de un profesor que le hubiera instruido.
"¡Hey!" Soltó de repente estirando su mano a pesar de que el hombre estaba cerca, demasiado cerca... una temperatura debajo de la media, era una sensación rara estar cerca de esta persona, tan cerca... que el corazón de hielo casi parecía amenazar con resquebrajarse. "Solo, es mío. Me lo regalaron y yo me dediqué a hacer los nuevos diseños a pedido..." Reclamó frunciendo levemente el ceño, acercándose para amenazar el espacio personal del hombre, esta vez de forma deliberada, buscando intimidarle con su proximidad.
Fue un movimiento brusco, ese segundo en que sus dedos dejaron de tener contacto con el cuero que envuelve las hojas de papiro dentro del libro, protegiéndolo de la intemperie. Sus ojos Aguamarina recedieron dando un color azul cielo y brillando, solo un instante en un intenso color violeta, mordiéndose los labios.
Era extraño, era tonto y de por si una locura. Pero así era: Sentía como si su columna estuviera prendida fuego y el aire le faltara, la cabeza le daba vueltas estando mareada y en el pecho ese único colgante le quemaba la piel con su tacto más que helado.
El libro... Tenía una firma que reconocerían solo unos pocos, Half-Blood Prince. Ella no recordaba porque, no recordaba el hecho de la razón de esa forma, nunca le dio mucha importancia, no sabía como había llegado a sus manos salvo porque había sido un obsequio.
‘¡EISENBERG! ¡Suelte ese libro! ¡No importa cuanto sus torpes manos traten dudo que pueda hacer una sola poción decente de ese Arkanum!’
‘Puedo hacerlo, solo... ¿puedo?’
Su cuerpo se congeló en una memoria que no era suya, no podría serlo porque no reconocía al hombre que le gritaba, así que por ende no debía ser más que un reflejo de un deseo, de un profesor que le hubiera instruido.
"¡Hey!" Soltó de repente estirando su mano a pesar de que el hombre estaba cerca, demasiado cerca... una temperatura debajo de la media, era una sensación rara estar cerca de esta persona, tan cerca... que el corazón de hielo casi parecía amenazar con resquebrajarse. "Solo, es mío. Me lo regalaron y yo me dediqué a hacer los nuevos diseños a pedido..." Reclamó frunciendo levemente el ceño, acercándose para amenazar el espacio personal del hombre, esta vez de forma deliberada, buscando intimidarle con su proximidad.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
-Ah-Ah-Ah -dije negando con la cabeza, en mis labios descansaba una sonrisa maléfica, mis manos se movieron hacia mi espalda y atraparon el libro allí, de pronto teniéndola tan cerca me di cuenta de que era peligroso... para ambos, después de todo había hecho la firme promesa de tratar de hacer las cosas bien, y a pesar de que me divertía mucho hacerla refunfuñar era mejor que abandonara mis intenciones de que se acercara más a mí, no era correcto después de todo y si alguien debía poner el límite allí era yo, el profesor. La miré a los ojos y con mi mejor cara de disculpas volví a posicionar el libro frente a mí -Explíquese -pedí alternando mi mirada entre ella y el libro, interesado -¿Estos diseños son suyos? -inquirí intrigado -Sería fascinante que así fuera -manifesté con la sonrisa en los labios -Me recuerdan mucho en estilo a las miniaturas medievales y al Códice Voynich, ¿lo conoce? -alcé el tomo hasta mi nariz aspirando suavemente el aroma de las tintas, del papel y del cuero, por un instante me dejo subyugar por ese dulce perfume y casi olvido todas mis tribulaciones.
-Es obvio -agrego retomando la conversación, saliendo de mi pequeño trance, -Que los magos no van por ahí leyendo libros de pociones avanzadas por hobbie, o por lo menos no la mayoría, ¿Cuáles son sus intereses en el arte y la ciencia del caldero? -pregunto luego dándole una mirada intensa con mis ojos oscuros, tratando de escrutarla.
-Es obvio -agrego retomando la conversación, saliendo de mi pequeño trance, -Que los magos no van por ahí leyendo libros de pociones avanzadas por hobbie, o por lo menos no la mayoría, ¿Cuáles son sus intereses en el arte y la ciencia del caldero? -pregunto luego dándole una mirada intensa con mis ojos oscuros, tratando de escrutarla.
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Fue firme en su andar, a pesar de que él deseaba distancia, se notaba que deseaba distancia pero su mente, su mente estaba en otra parte, en un pasillo donde la luz del sol poblaba, el resueno de dos voces que se buscaban y rechazaban, el miedo al rechazo y algo en mente: No permitiría que le rechazaran de nuevo.
No, esto no era sobre si misma, su instinto le decía que tenía que estar allí, que su orgullo y vanidad estaban en juego en ese instante, como si algo de él cantara una melodía prohibida que solo resonaba en sus oidos.
... dentro suyo, una diminuta parte que aún resistía a ser aplastada y olvidada se quebró, esa parte donde aun tenía sentimientos por alguien que no recordaba pero que le había hecho sufrir... porque su conejo blanco, el elegante conejo blanco de chaleco y reloj en el bolsillo la había hundido en la madriguera y había llegado al País de las Maravillas, un país donde las maravillas se desdibujaban y trataban de enredarse en sus piernas, subiendo por su cuerpo hasta llegar a su cuello y se engarzaban como grilletes.
A pesar de todo dio un paso más hasta que solo cinco centímetros los separaban, lo justo para que el libro pudiera ser visto pero no tanto, solo un movimiento, estirar los dedos nada más alcanzaría para rozarse mutuamente. Él era puro deseo, sed... pero ella que se manejaba por emociones, ¿que significa renunciar a sentir? ¿Acaso estaba vendiendo su pellejo para silenciar los ecos? ¿Que era esta atracción? ¿Acaso él sería una criatura? ¿Algo así como las veelas pero en versión masculina?
"Lo conozco... Aunque no sabía si existía una traducción, creía que no había sido lograda..." Comentó curiosa ante el tema del Códice... si lo mencionaba así ella quería poner sus manos en uno de esos. Sería tan maravilloso poder explorar sus páginas...
"Si, los diseños fueron hechos por mi pero con guía del maestro de pociones... y mi interés. Mi interés es el de un aficionado..."
Su pasión eran las pociones y la herbología además de los animales y la forma en que las tres materias se conectaban entre si siendo su fuerte el de la Herbología. Sin embargo, no podía aceptar otra cosa, las pociones no pondrían un plato de comer en la mesa de forma inmediata para Niniel y para ella por lo que no podía hacer más que leer como aficionada, sin siquiera el dinero para los ingredientes de más de la mitad de las pociones.
No, esto no era sobre si misma, su instinto le decía que tenía que estar allí, que su orgullo y vanidad estaban en juego en ese instante, como si algo de él cantara una melodía prohibida que solo resonaba en sus oidos.
... dentro suyo, una diminuta parte que aún resistía a ser aplastada y olvidada se quebró, esa parte donde aun tenía sentimientos por alguien que no recordaba pero que le había hecho sufrir... porque su conejo blanco, el elegante conejo blanco de chaleco y reloj en el bolsillo la había hundido en la madriguera y había llegado al País de las Maravillas, un país donde las maravillas se desdibujaban y trataban de enredarse en sus piernas, subiendo por su cuerpo hasta llegar a su cuello y se engarzaban como grilletes.
A pesar de todo dio un paso más hasta que solo cinco centímetros los separaban, lo justo para que el libro pudiera ser visto pero no tanto, solo un movimiento, estirar los dedos nada más alcanzaría para rozarse mutuamente. Él era puro deseo, sed... pero ella que se manejaba por emociones, ¿que significa renunciar a sentir? ¿Acaso estaba vendiendo su pellejo para silenciar los ecos? ¿Que era esta atracción? ¿Acaso él sería una criatura? ¿Algo así como las veelas pero en versión masculina?
"Lo conozco... Aunque no sabía si existía una traducción, creía que no había sido lograda..." Comentó curiosa ante el tema del Códice... si lo mencionaba así ella quería poner sus manos en uno de esos. Sería tan maravilloso poder explorar sus páginas...
"Si, los diseños fueron hechos por mi pero con guía del maestro de pociones... y mi interés. Mi interés es el de un aficionado..."
Su pasión eran las pociones y la herbología además de los animales y la forma en que las tres materias se conectaban entre si siendo su fuerte el de la Herbología. Sin embargo, no podía aceptar otra cosa, las pociones no pondrían un plato de comer en la mesa de forma inmediata para Niniel y para ella por lo que no podía hacer más que leer como aficionada, sin siquiera el dinero para los ingredientes de más de la mitad de las pociones.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
La presencia de esta jovencita me perturbaba agradablemente, era extraña, se sentía poco común y misteriosa a pesar de la fachada increíblemente bella pero algo vulgar que ostentaba, parecía que se esforzaba en parecer común y corriente cuando todo en ella gritaba a los cuatro vientos que no lo era... Algo parecido a mí mismo, reflexioné.
Fue entonces cuando ella volvió a aproximarse a mí, esta vez sin ningún reparo en lo que el común de la gente llamaría el decoro, por supuesto que a mí esa clase de conceptos me resultaban de todo menos respetables, tiendo a clasificarlos como los resabios de las represiones sociales cristalizadas en las generaciones de una sociedad.
No pude evitar levantar mi mentón un tanto, en una clara señal de querer huir. Como escapar no era un opción para mí, puse entre nosotros la distancia más subrepticia que tenía a mano. Pequeña pero efectiva, me bridó los segundos necesarios para inspirar en busca de control y no tomarla por la fuerza en un arrebato de arrojo. Podía sentir su aliento, su respiración, golpeando suavemente contra mi clavícula. El calor que manaba de ella era una fuente de atracción ineludible para mí e incrementaba la tortura de sentir su latido casi en la punta de mi lengua y su sangre en mi paladar... Pero había algo más: algo de lujuria en esa mirada verde esmeralda que me analizaba como si me estuviera deconstruyendo cual obra de arte en exposición. Era un hecho: nos estábamos midiendo, como se miden los enemigos y los amantes. La pregunta era cuál de los dos terminaríamos siendo. No pude evitar preguntarme quién era en verdad esta joven y qué secreto ocultaba.
Pude sentir mi cuerpo reaccionando, a pesar de mi voluntad, a su cercanía y de pronto supe que mis ojos se habían tornado más oscuros de los normal y que mis expresiones se habían reducido al mínimo, la maldad quería tomar control de mí, esa maldad tan seductora y placentera que me movía a satisfacerme solo a mí, a arrebatar insensiblemente aquello que mi negro corazón deseaba sin importarme las consecuencias.
Tomé una de sus manos, aprovechando la ínfima distancia que nos separaba, y la alcé hasta la altura de mi pecho -No es ilógico -dije mirándola de soslayo -Que estas manos tan delicadas y bellas hayan producido un arte tan exquisito, yo creo que más que interés de aficionado hay un evidente apasionamiento -afirmé y mis dedos midieron la suavidad de aquella pequeña palma por unos segundos.
Me tomé unos instantes para aspirar su aroma juvenil, esa fragancia a tarde de verano y a tiempo perdido sin culpa, y puse mi otra mano libre en la curva en donde se unían su cuello y su cráneo, apoyando mi pulgar en su mentón y las yemas de mis largos dedos en su arteria, solo para satisfacer el morboso anhelo de sentir el pulso de ese corazón bombeando. La aparté gentilmente hacia un costado y me deslicé hacia mi escritorio; algo dentro de mí suspiró aliviado: por un instante pensé que en verdad iba a morderla.
Le sonreí genuinamente, pocas veces podía darme el lujo de sonreírle a alguien así, por lo general mis labios iban acompañados de cierto desdén, sarcasmo o galantería, dependiendo de mis propósitos. -No, aún no existe traducción -lamenté, apoyándome sobre mi escritorio -Solo dije que las ilustraciones me lo recordaban, ¿Sabe? Algunos creen que el libro tiene alguna clase de hechizo que oculta su contenido, yo creo que es muy probable que así sea -manifesté cruzando los brazos sobre mi pecho.
Fue entonces cuando ella volvió a aproximarse a mí, esta vez sin ningún reparo en lo que el común de la gente llamaría el decoro, por supuesto que a mí esa clase de conceptos me resultaban de todo menos respetables, tiendo a clasificarlos como los resabios de las represiones sociales cristalizadas en las generaciones de una sociedad.
No pude evitar levantar mi mentón un tanto, en una clara señal de querer huir. Como escapar no era un opción para mí, puse entre nosotros la distancia más subrepticia que tenía a mano. Pequeña pero efectiva, me bridó los segundos necesarios para inspirar en busca de control y no tomarla por la fuerza en un arrebato de arrojo. Podía sentir su aliento, su respiración, golpeando suavemente contra mi clavícula. El calor que manaba de ella era una fuente de atracción ineludible para mí e incrementaba la tortura de sentir su latido casi en la punta de mi lengua y su sangre en mi paladar... Pero había algo más: algo de lujuria en esa mirada verde esmeralda que me analizaba como si me estuviera deconstruyendo cual obra de arte en exposición. Era un hecho: nos estábamos midiendo, como se miden los enemigos y los amantes. La pregunta era cuál de los dos terminaríamos siendo. No pude evitar preguntarme quién era en verdad esta joven y qué secreto ocultaba.
Pude sentir mi cuerpo reaccionando, a pesar de mi voluntad, a su cercanía y de pronto supe que mis ojos se habían tornado más oscuros de los normal y que mis expresiones se habían reducido al mínimo, la maldad quería tomar control de mí, esa maldad tan seductora y placentera que me movía a satisfacerme solo a mí, a arrebatar insensiblemente aquello que mi negro corazón deseaba sin importarme las consecuencias.
Tomé una de sus manos, aprovechando la ínfima distancia que nos separaba, y la alcé hasta la altura de mi pecho -No es ilógico -dije mirándola de soslayo -Que estas manos tan delicadas y bellas hayan producido un arte tan exquisito, yo creo que más que interés de aficionado hay un evidente apasionamiento -afirmé y mis dedos midieron la suavidad de aquella pequeña palma por unos segundos.
Me tomé unos instantes para aspirar su aroma juvenil, esa fragancia a tarde de verano y a tiempo perdido sin culpa, y puse mi otra mano libre en la curva en donde se unían su cuello y su cráneo, apoyando mi pulgar en su mentón y las yemas de mis largos dedos en su arteria, solo para satisfacer el morboso anhelo de sentir el pulso de ese corazón bombeando. La aparté gentilmente hacia un costado y me deslicé hacia mi escritorio; algo dentro de mí suspiró aliviado: por un instante pensé que en verdad iba a morderla.
Le sonreí genuinamente, pocas veces podía darme el lujo de sonreírle a alguien así, por lo general mis labios iban acompañados de cierto desdén, sarcasmo o galantería, dependiendo de mis propósitos. -No, aún no existe traducción -lamenté, apoyándome sobre mi escritorio -Solo dije que las ilustraciones me lo recordaban, ¿Sabe? Algunos creen que el libro tiene alguna clase de hechizo que oculta su contenido, yo creo que es muy probable que así sea -manifesté cruzando los brazos sobre mi pecho.
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Toda la situación era surreal... tan surreal que realmente empezaba a considerar la opción de que fuera todo un sueño, un juego de su mente que insistía en hacer de esto un encuentro raro y casual. Porque sentía, sentía eso que no sabía que era, en su interior, sus venas ardiendo con fuego que casi creía podría sacar llamas de sus manos, pero era imposible.
Ella era humana, no importa cuanto dudara de esa afirmación, la seguiría repitiendo una y otra y otra vez hasta hacerla real. Ella no podía ser otra cosa que no fuera humana. No quería por alguna razón serlo, le dolía la cabeza pensarlo, no deseaba pensar y al final...
Al final estaba ronroneando, con la mano de él en su rostro, inclinándose atraída por el frío tacto, tan contradictorio a la piel ardiente de su cuerpo que naturalmente conservaba una temperatura por sobre la media. Cada vez le costaba más concentrarse y no sabía si era ella misma o ese impulso que se escondía en ella, ese que a veces lloraba porque le habían dejado a hundirse en la madriguera del conejo y el conejo luego le había abandonado, le habían arrastrado y se había convertido en esto, solo una sombra de lo que alguna vez pudo haber sido, soñando porque era lo único que podía hacer.
Jadeó levemente ante la separación, extrañando el tacto frío y sin poder controlar su deseo de más... de más de ese tacto, era tonto, era una locura, era un profesor y ella una alumna de otro colegio por muy emancipada que estuviera, por mucho que fuera considerada adulta... ella era alumna y él profesor.
Pero estaba haciendo algo, no sabía si él o quizá ella también, porque en el fondo muy mucho que insistía en que era humana algo le susurraba que no lo era realmente, que no podía serlo.
"Quizá... pero no puede pasar de más que una afición... no es algo que nos pueda dar de comer de un día para otro, no puedo quedarme en el tema de las pociones por falta de tiempo." Admitió a medias, ella misma observando sus pequeñas manos que se veían algo infantiles especialmente contra las del joven hombre.
La distancia fue lo que ayudó a que pudiera tratar de pensar un momento con claridad.
"Es posible... eso solo lo hace más interesante considerando que alguien se hubiera tomado la molestia de ocultar lo escrito... pero eso solo lo sabríamos si pudiéramos tener acceso al libro y así hacer las pruebas por hechizos..." Hablaba pensativa, dejando que él se alejara aunque le resultaba insensato, su cuerpo vibraba reclamando aun por atención mientras su mente trataba de negarlo. Finalmente tomando asiento sobre una de las mesas de trabajo libres frente al profesor.
Ella era humana, no importa cuanto dudara de esa afirmación, la seguiría repitiendo una y otra y otra vez hasta hacerla real. Ella no podía ser otra cosa que no fuera humana. No quería por alguna razón serlo, le dolía la cabeza pensarlo, no deseaba pensar y al final...
Al final estaba ronroneando, con la mano de él en su rostro, inclinándose atraída por el frío tacto, tan contradictorio a la piel ardiente de su cuerpo que naturalmente conservaba una temperatura por sobre la media. Cada vez le costaba más concentrarse y no sabía si era ella misma o ese impulso que se escondía en ella, ese que a veces lloraba porque le habían dejado a hundirse en la madriguera del conejo y el conejo luego le había abandonado, le habían arrastrado y se había convertido en esto, solo una sombra de lo que alguna vez pudo haber sido, soñando porque era lo único que podía hacer.
Jadeó levemente ante la separación, extrañando el tacto frío y sin poder controlar su deseo de más... de más de ese tacto, era tonto, era una locura, era un profesor y ella una alumna de otro colegio por muy emancipada que estuviera, por mucho que fuera considerada adulta... ella era alumna y él profesor.
Pero estaba haciendo algo, no sabía si él o quizá ella también, porque en el fondo muy mucho que insistía en que era humana algo le susurraba que no lo era realmente, que no podía serlo.
"Quizá... pero no puede pasar de más que una afición... no es algo que nos pueda dar de comer de un día para otro, no puedo quedarme en el tema de las pociones por falta de tiempo." Admitió a medias, ella misma observando sus pequeñas manos que se veían algo infantiles especialmente contra las del joven hombre.
La distancia fue lo que ayudó a que pudiera tratar de pensar un momento con claridad.
"Es posible... eso solo lo hace más interesante considerando que alguien se hubiera tomado la molestia de ocultar lo escrito... pero eso solo lo sabríamos si pudiéramos tener acceso al libro y así hacer las pruebas por hechizos..." Hablaba pensativa, dejando que él se alejara aunque le resultaba insensato, su cuerpo vibraba reclamando aun por atención mientras su mente trataba de negarlo. Finalmente tomando asiento sobre una de las mesas de trabajo libres frente al profesor.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Lamenté profundamente que ella optara por tomar distancia al igual que yo, pero quizás era lo más sensato.
Por Morgana, odiaba hacer lo más sensato, siempre me daba la impresión de que me estaba perdiendo la diversión.
Me crucé de brazos mientras estos pensamientos surcaban mi mente y mantuve la mirada en ella mientras hablaba, su mano había sido tan cálida, abrasadora para ser más preciso; daba la impresión de estar afiebrada de la misma manera que yo daba la impresión contraria.
-¿No nos puede dar de comer? ¿A usted y a quién más? -inquirí divertido -En este momento yo soy la prueba de que esa afirmación es relativa -declaré sonriendo con algo de ironía -Las pociones son una tarea ardua, de investigación, prueba y error, uno les da la vida y ellas rara vez nos traen retribución pero cuando alguien especialmente dotado consigue una poción excepcional casi nada puede detenerlo -expuse con elocuencia, suspiré largamente -De todos modos, comprendo su punto de vista y en realidad es más práctico, a veces peco de soñador e idealista -me sinceré negando con la cabeza mientras miraba la punta de mis zapatos lustrosos.
Por Morgana, odiaba hacer lo más sensato, siempre me daba la impresión de que me estaba perdiendo la diversión.
Me crucé de brazos mientras estos pensamientos surcaban mi mente y mantuve la mirada en ella mientras hablaba, su mano había sido tan cálida, abrasadora para ser más preciso; daba la impresión de estar afiebrada de la misma manera que yo daba la impresión contraria.
-¿No nos puede dar de comer? ¿A usted y a quién más? -inquirí divertido -En este momento yo soy la prueba de que esa afirmación es relativa -declaré sonriendo con algo de ironía -Las pociones son una tarea ardua, de investigación, prueba y error, uno les da la vida y ellas rara vez nos traen retribución pero cuando alguien especialmente dotado consigue una poción excepcional casi nada puede detenerlo -expuse con elocuencia, suspiré largamente -De todos modos, comprendo su punto de vista y en realidad es más práctico, a veces peco de soñador e idealista -me sinceré negando con la cabeza mientras miraba la punta de mis zapatos lustrosos.
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Tragó un par de veces, estaba loca... estaba loca y eso que vibraba dentro suyo la volvía aun más loca y no podía pensar si lo seguía viendo así, viendo ahí, tan cerca. Merlín, se estaba consumiendo, ¿que le estaba haciendo este hombre?
Estaba bien que se sintiera un poco descolocada, confusa y mareada pero, necesitaba hacer algo: Mientras una voz le susurraba que su corazón estaba engrilletado por un cuento de hadas, su cabeza le recordaba que no tenía compromiso con nada ni nadie más que con Niniel y no era esa clase de compromiso precisamente sino que la tenía que criar como si fuera una bebé que dependía de ella.
"No tengo edad suficiente, aunque encontrara el elixir de la juventud dudo que pudiera hacer nada. Realmente me gustaría poder decir que tengo una capacitación completa, pero ni siquiera he terminado el colegio aun y tengo a una chica a mi cargo." Admitió con un suspiro, pasando una mano por su cabello para tratar de controlarse, pero le duró poco, no podía, no quería...
"Al diablo..." Murmuró demasiado clara como para ser ignoradas sus palabras, él estaba en su escritorio y ella... lo apresó contra él, sin apartarse, por el contrario, volviendo a una posición donde invadía su espacio físico, tanto así que sus cuerpos se rozaban a través de las capas de ropa, las manos sin tocarlo, pero el rostro alzado para verlo, los ojos ya no verde agua sino de un tono azul cielo que entraba en conflicto con un profundo violeta. "Profesor... creo que hay algo en usted... demasiado llamativo." Comentó, la cercanía haciendo que su respiración se agitara.
Estaba bien que se sintiera un poco descolocada, confusa y mareada pero, necesitaba hacer algo: Mientras una voz le susurraba que su corazón estaba engrilletado por un cuento de hadas, su cabeza le recordaba que no tenía compromiso con nada ni nadie más que con Niniel y no era esa clase de compromiso precisamente sino que la tenía que criar como si fuera una bebé que dependía de ella.
"No tengo edad suficiente, aunque encontrara el elixir de la juventud dudo que pudiera hacer nada. Realmente me gustaría poder decir que tengo una capacitación completa, pero ni siquiera he terminado el colegio aun y tengo a una chica a mi cargo." Admitió con un suspiro, pasando una mano por su cabello para tratar de controlarse, pero le duró poco, no podía, no quería...
"Al diablo..." Murmuró demasiado clara como para ser ignoradas sus palabras, él estaba en su escritorio y ella... lo apresó contra él, sin apartarse, por el contrario, volviendo a una posición donde invadía su espacio físico, tanto así que sus cuerpos se rozaban a través de las capas de ropa, las manos sin tocarlo, pero el rostro alzado para verlo, los ojos ya no verde agua sino de un tono azul cielo que entraba en conflicto con un profundo violeta. "Profesor... creo que hay algo en usted... demasiado llamativo." Comentó, la cercanía haciendo que su respiración se agitara.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Al tiempo que ella me explica su situación no puedo evitar sentir empatía, ¿Una persona a cargo? ¿Algún hermano o hermana? La guerra había dejado muchos huérfanos, esperaba que no fuera el caso.
La observo dubitar, como discutir consigo misma, ese brillo extraño en su mirada me confirma que ese "quiero y no debo" que había visto al principio de nuestra conversación permanecía allí, intacto, ardiendo en sus ojos.
Escucho su exclamación por lo bajo sin figurarme qué hará: entonces la veo acercarse, y no solo eso, la calidez ardorosa de su cuerpo vuelve a encontrarse con la tenue frialdad del mío; solo separados por telas de pronto la ropa se me ocurre el invento más molesto jamás ideado.
Mi primer movimiento instintivo es alejarme de ella, pero apenas unos centímetros, más no podría aunque quisiera ella me ha ¿acorralado? Esto es nuevo, una oleada de excitación me recorre arrancándome un leve jadeo, me veo obligado a hacer uso de todo el autocontrol del que soy capaz porque la muchacha no solo es hermosa, sino que además tiene una personalidad arrebatadora; no es suficiente que sus ojos relampagueen cambiando con su humor o que esos labios carmesí se me acerquen insistentemente, claro, Morgana la ha dotado además con una personalidad ardiente como el fuego e imprevisible como las aguas. Estoy subyugado tanto por su atrevimiento como por la falta completa de respeto por las reglas, Merlín no quiera que haya encontrado a mi verdadero par en todo este mundo porque de ser así el mundo debería empezar a temblar.
-¿En serio? -pregunto burlón, azuzándola -¿Qué será? -me repongo de la sorpresa inicial y enderezo mi espalda para encontrarme con ella. Caigo en la cuenta de que el juego entre nosotros dos ha comenzado bastante antes y que ambos hicimos pobres intentos de retrasar este momento -Tal vez sea algo que ni siquiera imaginas, algo peligroso -noto que mis labios casi se tocan con los suyos, nuestros alientos se entrechocan. Entrecierro los ojos adivinando al monstruo que hay en mí relamiéndose, oscureciendo mi mirada hasta hacerla de ónix. Una de mis manos se posa en su nuca y recorre la extensión de su cabello hasta la mitad, luego lo enrolla y tira suavemente, haciendo que su mentón se levante aún más y su cuello se ladee, la otra mano la toma de la cintura -Creo que es evidente que quieres saber qué es, ¿verdad? -deposito unos besos pequeños y pausados a lo largo de su mandíbula mientras su cuerpo se estremece contra mí "Yo también, yo también quiero saber qué eres, por qué tienes ese perfume, no eres como las otras, puedo olerte. Quiero ver a qué sabes" pensé.
El calor comienza a llenar de vida mi cuerpo adormecido, la lujuria me ciega la razón. Sí, esto está mal pero qué importa.
Finalmente la libero de mi agarre en su cabello y empujo su nuca dirigiendo su boca a la mía, que está lista para recibirla. Entreabro mis labios que se unen con los suyos, besándola apasionadamente, saboreando glotonamente esa dulzura y ese deseo que podía percibir tan inequívocamente. Mis brazos se cierran en torno suyo negándose a dejarla ir, o escaparse, si es que se proponía intentarlo.
La observo dubitar, como discutir consigo misma, ese brillo extraño en su mirada me confirma que ese "quiero y no debo" que había visto al principio de nuestra conversación permanecía allí, intacto, ardiendo en sus ojos.
Escucho su exclamación por lo bajo sin figurarme qué hará: entonces la veo acercarse, y no solo eso, la calidez ardorosa de su cuerpo vuelve a encontrarse con la tenue frialdad del mío; solo separados por telas de pronto la ropa se me ocurre el invento más molesto jamás ideado.
Mi primer movimiento instintivo es alejarme de ella, pero apenas unos centímetros, más no podría aunque quisiera ella me ha ¿acorralado? Esto es nuevo, una oleada de excitación me recorre arrancándome un leve jadeo, me veo obligado a hacer uso de todo el autocontrol del que soy capaz porque la muchacha no solo es hermosa, sino que además tiene una personalidad arrebatadora; no es suficiente que sus ojos relampagueen cambiando con su humor o que esos labios carmesí se me acerquen insistentemente, claro, Morgana la ha dotado además con una personalidad ardiente como el fuego e imprevisible como las aguas. Estoy subyugado tanto por su atrevimiento como por la falta completa de respeto por las reglas, Merlín no quiera que haya encontrado a mi verdadero par en todo este mundo porque de ser así el mundo debería empezar a temblar.
-¿En serio? -pregunto burlón, azuzándola -¿Qué será? -me repongo de la sorpresa inicial y enderezo mi espalda para encontrarme con ella. Caigo en la cuenta de que el juego entre nosotros dos ha comenzado bastante antes y que ambos hicimos pobres intentos de retrasar este momento -Tal vez sea algo que ni siquiera imaginas, algo peligroso -noto que mis labios casi se tocan con los suyos, nuestros alientos se entrechocan. Entrecierro los ojos adivinando al monstruo que hay en mí relamiéndose, oscureciendo mi mirada hasta hacerla de ónix. Una de mis manos se posa en su nuca y recorre la extensión de su cabello hasta la mitad, luego lo enrolla y tira suavemente, haciendo que su mentón se levante aún más y su cuello se ladee, la otra mano la toma de la cintura -Creo que es evidente que quieres saber qué es, ¿verdad? -deposito unos besos pequeños y pausados a lo largo de su mandíbula mientras su cuerpo se estremece contra mí "Yo también, yo también quiero saber qué eres, por qué tienes ese perfume, no eres como las otras, puedo olerte. Quiero ver a qué sabes" pensé.
El calor comienza a llenar de vida mi cuerpo adormecido, la lujuria me ciega la razón. Sí, esto está mal pero qué importa.
Finalmente la libero de mi agarre en su cabello y empujo su nuca dirigiendo su boca a la mía, que está lista para recibirla. Entreabro mis labios que se unen con los suyos, besándola apasionadamente, saboreando glotonamente esa dulzura y ese deseo que podía percibir tan inequívocamente. Mis brazos se cierran en torno suyo negándose a dejarla ir, o escaparse, si es que se proponía intentarlo.
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
¿Querer saber? No... no quería saber, lo quería saber. Y eso la confundía más, ella no era así, ella no era tan libre, había tenido amantes, había tenido relaciones con gente porque... porque...
‘Tonta, solo dos... y no quieres recordarlos.’ Jadeó, sintiendo el corazón acelerarse sin parar hasta no poder controlarlo, el ardor bajaba por sus brazos hasta sus muñecas y sentía como quemaba allí, deseaba reclamarle que no se detuviera, no sabía que estaba haciendo, pero su voz le dejaba débil de las rodillas y esos ojos negros... tan negros, los reconocía, lo podía ver. Era uno de ellos...
O no, quizá era algo. Oh, por Merlín, no era completo pero podía sentirlo, en cualquier momento la tendría derritiendose y aun seguía sin entender el porque de esas reacciones tan poderosas, porque si era parte como ellos.
Si pensaba, el desastre de sus pensamientos se cortó de golpe, quedando en blanco, sus labios uniéndose por fin a esos tanto más fríos y delgados pero podía sentir la misma ansiedad y deseo, pero no solo por su cuerpo, era algo más que también la enceguecía. Tenía que sentirlo, era algo fuerte y le aterraba tanto como le infundía cierto delirio lujurioso en el momento que movió su mano buscando donde se escondía la varita pero no era eso precisamente lo que sacó. El sonido, un clic metálico, solo un sonido sin forma o no la tenía hasta que se separó de él, retenida pero pudiendo poner ese pequeño valle de distancia entre sus cuerpos...
Solo un movimiento bastó para generar el pequeño pero profundo tajo debajo de la clavícula, cerca de su seno, sin importarle haber dañado si bien no la campera la camiseta de Durmstrang, claramente para llegar a él el hombre debería quitarle la parte superior de la ropa, pero eso había sido suficiente para que el intenso aroma de la sangre fresca inundara el lugar, aun el karambit en su mano, siendo sostenido solo por un dedo mientras lo observaba desafiante a demostrar que había descubierto su naturaleza...
Pero es que cuando uno no trata de esconderla es fácil descubrirla.
‘Tonta, solo dos... y no quieres recordarlos.’ Jadeó, sintiendo el corazón acelerarse sin parar hasta no poder controlarlo, el ardor bajaba por sus brazos hasta sus muñecas y sentía como quemaba allí, deseaba reclamarle que no se detuviera, no sabía que estaba haciendo, pero su voz le dejaba débil de las rodillas y esos ojos negros... tan negros, los reconocía, lo podía ver. Era uno de ellos...
O no, quizá era algo. Oh, por Merlín, no era completo pero podía sentirlo, en cualquier momento la tendría derritiendose y aun seguía sin entender el porque de esas reacciones tan poderosas, porque si era parte como ellos.
Si pensaba, el desastre de sus pensamientos se cortó de golpe, quedando en blanco, sus labios uniéndose por fin a esos tanto más fríos y delgados pero podía sentir la misma ansiedad y deseo, pero no solo por su cuerpo, era algo más que también la enceguecía. Tenía que sentirlo, era algo fuerte y le aterraba tanto como le infundía cierto delirio lujurioso en el momento que movió su mano buscando donde se escondía la varita pero no era eso precisamente lo que sacó. El sonido, un clic metálico, solo un sonido sin forma o no la tenía hasta que se separó de él, retenida pero pudiendo poner ese pequeño valle de distancia entre sus cuerpos...
Solo un movimiento bastó para generar el pequeño pero profundo tajo debajo de la clavícula, cerca de su seno, sin importarle haber dañado si bien no la campera la camiseta de Durmstrang, claramente para llegar a él el hombre debería quitarle la parte superior de la ropa, pero eso había sido suficiente para que el intenso aroma de la sangre fresca inundara el lugar, aun el karambit en su mano, siendo sostenido solo por un dedo mientras lo observaba desafiante a demostrar que había descubierto su naturaleza...
Pero es que cuando uno no trata de esconderla es fácil descubrirla.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Mis sentidos se alertaron ante el sonido metálico, apenas perceptible y el aroma de la sangre fresca me invadió las fosas nasales, embriagador, dulce, hechizante. Bajé la vista hacia su pecho en donde la sangra brotaba profusamente de la herida abierta para mí. La miré y miré el corte alternativamente, mi mente trataba de hilar rápido pero no podía explicar cómo lo había deducido; si antes estaba excitado ahora estaba exultante: se me estaba ofreciendo, nunca antes me había ocurrido algo así. -Hmm, estás llena de sorpresas, no sé si sentirme halagado o preocupado -susurré con la voz ronca por el deseo, exhalé el aire lenta y temblorosamente, tendría que hacer un esfuerzo real para no extralimitarme -Me pregunto qué más escondes -deslicé mis dedos tibios por sus hombros y dejé caer al suelo su campera, me deshice rápidamente de su camiseta y en un movimiento alejé de sus dedos el arma, luego me aboqué a la tarea de asistirle la herida; no quería desperdiciar más sangre.
Mis labios se cerraron sobre el corte, mis brazos a su alrededor, apretándola contra mí, llenándome de su perfume. Dejé escapar un jadeo de placer al probar el líquido vital que su corazón bombeaba hacia mí, su sangre, tal como pensaba, tenía un tinte extraño y delicioso del que me sería muy difícil olvidarme. Mi mano despreocupadamente se posó sobre el seno contrario, palpando su firmeza bajo la tela del corpiño, sabiendo que ella disfrutaba tanto de ese intercambio como yo.
Me mordí la lengua y le cerré la herida con mi propia sangre, no quería matarla ni mucho menos, pero sí quería poseerla de otras maneras también. Me senté en el escritorio y la tomé de los muslos, luego la subí sobre mí y me comencé a desabrochar los botones la camisa haciendo uso de mi rapidez (semi)sobrenatural, necesitaba sentir su piel contra la mía imperiosamente, la besé nuevamente, esta vez más gentilmente, quería devolverle la ¿cortesía? Algo dentro de mí se cuestionaba el porqué de todo esto, sin embargo en ese momento no podía ponerme a plantear semejantes cosas, estaba demasiado ocupado con las manos en otros asuntos.
Mis labios se cerraron sobre el corte, mis brazos a su alrededor, apretándola contra mí, llenándome de su perfume. Dejé escapar un jadeo de placer al probar el líquido vital que su corazón bombeaba hacia mí, su sangre, tal como pensaba, tenía un tinte extraño y delicioso del que me sería muy difícil olvidarme. Mi mano despreocupadamente se posó sobre el seno contrario, palpando su firmeza bajo la tela del corpiño, sabiendo que ella disfrutaba tanto de ese intercambio como yo.
Me mordí la lengua y le cerré la herida con mi propia sangre, no quería matarla ni mucho menos, pero sí quería poseerla de otras maneras también. Me senté en el escritorio y la tomé de los muslos, luego la subí sobre mí y me comencé a desabrochar los botones la camisa haciendo uso de mi rapidez (semi)sobrenatural, necesitaba sentir su piel contra la mía imperiosamente, la besé nuevamente, esta vez más gentilmente, quería devolverle la ¿cortesía? Algo dentro de mí se cuestionaba el porqué de todo esto, sin embargo en ese momento no podía ponerme a plantear semejantes cosas, estaba demasiado ocupado con las manos en otros asuntos.
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
¿Halagado? ¿Preocupado? ¿Que importaba? ¡Solo deseaba que siguiera! La lengua allí, en esa piel sensible, la suave succión que le hacía temblar, su cuerpo era pequeño, pero ciertamente era ineludible el hecho de que estaba... ¡vibrando!
Aunque algo se escondía en esa visión de perfección... a los lados había cicatrices, redondas de casi 1cm de diámetro, algo protuberantes pero suaves como si hubieran sanado recientemente, las mismas cicatrices repitiendose en la espalda sobre la columna, dando la sensación de estar más marcada de lo que realmente era. Solo un tatuaje marcaba la piel perfecta que parecía haber sido quemado dentro de su cuerpo dando la sensación de suavidad, un corazón con una A pequeña sobre su seno izquierdo y el colgante, un relicario que había permanecido escondido contra su piel bajo la ropa, un corazón con una gema roja que parecía tener vida propia.
Podía sentir en su pecho sus latidos cambiar. No eran los tranquilos de sus momentos relajada, ni eran los exaltados cuando se esforzaba jugando Quidditch. Había algo allí, algo que lo sentía helarle las venas y un poco más deseaba pedirle que siguiera bebiendo de ella aun antes de sentir la sangre de él cerrar la herida. Para entonces su piel estaba tan ardida que solo quería deshacerse de esas malditas capas de fibras que escocían contra su piel para tirarlas al lugar más profundo del infierno y lograr hacerse con un poco de paz mental.
Y la paz mental llegó aunque no de la forma que tenía pensado cuando su vientre, delgado, pequeño y firme contra el de él que se sentía frío en comparación, la diferencia de temperaturas haciéndole sentir la piel erizarse hasta el punto de perder todo rastro de conciencia real. No había estado preparada para esto o no pensó en esto en el momento que decidió que el pasillo era buen lugar para leer un libro.
Jadeó contra él, la mano sobre el seno causando una llamativa distracción a su atención, o lo que quedaba de ella en ese instante. Diablos... no podía, necesitaba de él y ya esto se estaba volviendo una locura, buscando rápidamente la varita de él para pasarsela.
"Traba y silencia." Le avisó porque esto no iba a ser suave, tranquilo y silencioso, lo quería todo y cuando decía todo significaba realmente todo hasta hacerle gritar de ser necesario, la mano estirándose hacia atrás para desabrochar el sostén y liberar sus senos y así pegarse nuevamente buscando la piel ajena. Si esto era el infierno esperaba que al menos antes de interrumpir tocaran la puerta.
Aunque algo se escondía en esa visión de perfección... a los lados había cicatrices, redondas de casi 1cm de diámetro, algo protuberantes pero suaves como si hubieran sanado recientemente, las mismas cicatrices repitiendose en la espalda sobre la columna, dando la sensación de estar más marcada de lo que realmente era. Solo un tatuaje marcaba la piel perfecta que parecía haber sido quemado dentro de su cuerpo dando la sensación de suavidad, un corazón con una A pequeña sobre su seno izquierdo y el colgante, un relicario que había permanecido escondido contra su piel bajo la ropa, un corazón con una gema roja que parecía tener vida propia.
Podía sentir en su pecho sus latidos cambiar. No eran los tranquilos de sus momentos relajada, ni eran los exaltados cuando se esforzaba jugando Quidditch. Había algo allí, algo que lo sentía helarle las venas y un poco más deseaba pedirle que siguiera bebiendo de ella aun antes de sentir la sangre de él cerrar la herida. Para entonces su piel estaba tan ardida que solo quería deshacerse de esas malditas capas de fibras que escocían contra su piel para tirarlas al lugar más profundo del infierno y lograr hacerse con un poco de paz mental.
Y la paz mental llegó aunque no de la forma que tenía pensado cuando su vientre, delgado, pequeño y firme contra el de él que se sentía frío en comparación, la diferencia de temperaturas haciéndole sentir la piel erizarse hasta el punto de perder todo rastro de conciencia real. No había estado preparada para esto o no pensó en esto en el momento que decidió que el pasillo era buen lugar para leer un libro.
Jadeó contra él, la mano sobre el seno causando una llamativa distracción a su atención, o lo que quedaba de ella en ese instante. Diablos... no podía, necesitaba de él y ya esto se estaba volviendo una locura, buscando rápidamente la varita de él para pasarsela.
"Traba y silencia." Le avisó porque esto no iba a ser suave, tranquilo y silencioso, lo quería todo y cuando decía todo significaba realmente todo hasta hacerle gritar de ser necesario, la mano estirándose hacia atrás para desabrochar el sostén y liberar sus senos y así pegarse nuevamente buscando la piel ajena. Si esto era el infierno esperaba que al menos antes de interrumpir tocaran la puerta.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
La miro tomar mi varita, ese movimiento es casi más sensual para mí que ese par de pechos que me llaman desde su corpiño frente a mi cara. La relación entre mi varita y mi miembro es tan estrecha en mi cabeza que la erección se torna más evidente todavía, sonrío torcidamente, agitado por la cercanía de su cuerpo y de su preciosa sangre, mis dos objetivos a poseer a la brevedad -¿Silenciar? Me gusta como piensas -digo y arrebatándole la varita la muevo hacia la puerta y las ventanas lanzando un hechizo no verbal para satisfacer sus más que precavidos deseos, teniendo en cuenta qué vamos a hacer y dónde.
Guardo mi varita y ella se suelta el corpiño, tan sensual y segura de sí misma que me parece que por fin la estoy conociendo de verdad. Mis labios entonces se dedican a recorrer sus senos, mi lengua a saborear sus pezones, levemente rosados en consonancia con su piel tan pálida. La siento estremecerse contra mí, arquearse y relajarse, y yo lo hago junto con ella, absorbiendo cada una de sus emociones y jadeos con mi mirada llena de deseo.
La giro para depositarla suavemente sobre el escritorio, mirando hacia mí, colocando sus nalgas casi sobre el borde y subo mis manos por sus muslos hasta llegar a la ropa interior. Meto mis dedos por los bordes de la prenda, sobre sus caderas, y tiro lentamente hasta que me deshago de ese molesto pedazo de tela. Le dejo la pollera puesta solo porque es un detalle morboso que me gusta.
Con mis manos sobre sus rodillas se las separo y posiciono mi cadera contra la suya, libero mi miembro del pantalón y sin preámbulos me hundo en ella, intuyendo que ella está tan lista como yo a esa altura de las circunstancias.
Guardo mi varita y ella se suelta el corpiño, tan sensual y segura de sí misma que me parece que por fin la estoy conociendo de verdad. Mis labios entonces se dedican a recorrer sus senos, mi lengua a saborear sus pezones, levemente rosados en consonancia con su piel tan pálida. La siento estremecerse contra mí, arquearse y relajarse, y yo lo hago junto con ella, absorbiendo cada una de sus emociones y jadeos con mi mirada llena de deseo.
La giro para depositarla suavemente sobre el escritorio, mirando hacia mí, colocando sus nalgas casi sobre el borde y subo mis manos por sus muslos hasta llegar a la ropa interior. Meto mis dedos por los bordes de la prenda, sobre sus caderas, y tiro lentamente hasta que me deshago de ese molesto pedazo de tela. Le dejo la pollera puesta solo porque es un detalle morboso que me gusta.
Con mis manos sobre sus rodillas se las separo y posiciono mi cadera contra la suya, libero mi miembro del pantalón y sin preámbulos me hundo en ella, intuyendo que ella está tan lista como yo a esa altura de las circunstancias.
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
No necesitó que le dijera mucho más, en realidad ya estaba allí, en un rincón de su mente un recuerdo que alvergaba con celos y miedo desapareció, la marca de una persona que pasó por su vida o al menos su anterior vida desapareció al sentir el dominio de este hombre sobre ella, sobre su cuerpo y mente.
Le hacía sentir débil al acomodarla así, decidir que dejar, que poner, exponiéndola y finalmente llegando a ‘casa’, sintiendo como la penetraba sin mucho juego, pero estaba bien, más que perfecto, era lo que necesitaba, que la hiciera gritar y olvidarse de todo el drama que había de por medio. Y lo sintió, arqueándose levemente. No recordaba cuando fue exactamente la última vez que tuvo relaciones, pero su centro ajustado claramente le decía que hacía rato que necesitaba esto, sentir un hombre que dominara su cuerpo y lo redujera a jadeos y gemidos.
Se movió apenas, tratando de sentir esa fricción que generaba, rogando de forma inteligible pero claramente comprensible que siguiera, las piernas buscando una posición hasta poner los pies en el borde del escritorio, abriéndose para él, para poder sentir como se movía y sin palabras que intercambiar... al menos no ahora, ya tendría tiempo para las charlas amenas.
Le hacía sentir débil al acomodarla así, decidir que dejar, que poner, exponiéndola y finalmente llegando a ‘casa’, sintiendo como la penetraba sin mucho juego, pero estaba bien, más que perfecto, era lo que necesitaba, que la hiciera gritar y olvidarse de todo el drama que había de por medio. Y lo sintió, arqueándose levemente. No recordaba cuando fue exactamente la última vez que tuvo relaciones, pero su centro ajustado claramente le decía que hacía rato que necesitaba esto, sentir un hombre que dominara su cuerpo y lo redujera a jadeos y gemidos.
Se movió apenas, tratando de sentir esa fricción que generaba, rogando de forma inteligible pero claramente comprensible que siguiera, las piernas buscando una posición hasta poner los pies en el borde del escritorio, abriéndose para él, para poder sentir como se movía y sin palabras que intercambiar... al menos no ahora, ya tendría tiempo para las charlas amenas.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
Y ahí estaba, la venus nívea abriendo sus piernas de marfil para mí, dejándome conducirla hacia el placer más arrebatador que pudiera darle. Me gustaba su abandono, esa forma poética en la que sus ojos se entrecerraban y sus labios retemblaban, la manera en que su cuerpo hablaba sin que sus labios dijeran absolutamente nada.
En aquel momento divino ella era mi diosa absoluta, la musa de la lujuria.
No podía ni quería controlarme y era mi anhelo el arrebatarla al nivel de completo éxtasis que sentí al entrar en su cuerpo; se sentía apretado pero suave al mismo tiempo, un guante de seda y terciopelo perfecto para mi masculinidad que tan dedicadamente estaba recorriendo su interior. Parecía que hacía rato que no estaba con alguien y en mi interior me pregunté cómo podía ser eso posible con la deliciosa criatura que tenía frente a mí, mirándome con esos ojos de color del tiempo tan llenos de pasión.
Creo que dejé escapar un gemido mientras el placer daba descargas a lo largo de mi cuerpo, tensando mi espalda, impulsando los movimientos de mi cadera de manera casi automática, llevándome a hundirme más en ella, envuelto en una vorágine sensual tan intensa que me parecía que podía olvidar todos mis problemas y mis ansiedades.
Debo reconocer que al principio no le di tregua: recorría con mis manos todo su cuerpo mientras le daba embestidas profundas y rápidas, quizás producto del calor del momento. Pero luego sentí el impulso, el raro impulso, de complacerla a pesar de que no la conocía; tal vez fuera la entrega al momento que estaba profesando o un brillo de melancolía en esas pupilas ardientes, no lo sé. Hice mi ritmo más lento, buscando el que le agradara más, el que su cuerpo me demostrara que tocaba las fibras necesarias para hacerla alcanzar la gloria. Mi brazo la alzó tomándola por la espalda y mis labios recorrieron el camino de sus clavículas y su cuello, hirieron su boca degustándola una vez más, despaciosa, tiernamente.
Me senté con ella encima, quería que estuviéramos al mismo nivel, por lo menos por ahora, y busqué sus ojos, quería ver esos hermosos ojos dilatarse en mí, con cada movimiento mío en su interior.
En aquel momento divino ella era mi diosa absoluta, la musa de la lujuria.
No podía ni quería controlarme y era mi anhelo el arrebatarla al nivel de completo éxtasis que sentí al entrar en su cuerpo; se sentía apretado pero suave al mismo tiempo, un guante de seda y terciopelo perfecto para mi masculinidad que tan dedicadamente estaba recorriendo su interior. Parecía que hacía rato que no estaba con alguien y en mi interior me pregunté cómo podía ser eso posible con la deliciosa criatura que tenía frente a mí, mirándome con esos ojos de color del tiempo tan llenos de pasión.
Creo que dejé escapar un gemido mientras el placer daba descargas a lo largo de mi cuerpo, tensando mi espalda, impulsando los movimientos de mi cadera de manera casi automática, llevándome a hundirme más en ella, envuelto en una vorágine sensual tan intensa que me parecía que podía olvidar todos mis problemas y mis ansiedades.
Debo reconocer que al principio no le di tregua: recorría con mis manos todo su cuerpo mientras le daba embestidas profundas y rápidas, quizás producto del calor del momento. Pero luego sentí el impulso, el raro impulso, de complacerla a pesar de que no la conocía; tal vez fuera la entrega al momento que estaba profesando o un brillo de melancolía en esas pupilas ardientes, no lo sé. Hice mi ritmo más lento, buscando el que le agradara más, el que su cuerpo me demostrara que tocaba las fibras necesarias para hacerla alcanzar la gloria. Mi brazo la alzó tomándola por la espalda y mis labios recorrieron el camino de sus clavículas y su cuello, hirieron su boca degustándola una vez más, despaciosa, tiernamente.
Me senté con ella encima, quería que estuviéramos al mismo nivel, por lo menos por ahora, y busqué sus ojos, quería ver esos hermosos ojos dilatarse en mí, con cada movimiento mío en su interior.
Luthien Flaneur- Mensajes : 146
Re: Set Fire to the Rain § Luthien Flaneur
No habría forma de explicar lo que pasaba, realmente en su mente se encontraba navegando un mar perdido porque no sabía que era lo que tenía a su alrededor, todo se había convertido en sensaciones. La piel ardiente y frágil estaba sufriendo un momento de sobre estimulación en el que sentía sus delicados y sensibles senos reaccionar ante una caricia extraviada, las rodillas temblorosas de solo sentir como el hombre se hacía con su cuerpo...
El ritmo violento del principio le había ayudado a separar lo emocional de lo físico, sin embargo en algún momento cambió todo, se dio cuenta en ese momento en que sintió un roce en un lugar sensible que le llevó a un gemido, seguido por un par de jadeos, como se ajustaba por dentro, tratando de sentir, que siguiera... y es entonces que notó que realmente... estaba tratando de que lo disfrutara, de hacerla sentir bien. Eso cambio los tantos y le dio miedo, solo por un instante, que esto le gustaba, que deseaba seguir, repetir, enredarse y perderse en él hasta que no quedara nada.
La posición había cambiado y solo había logrado desconcertarla un poco. Si ella estaba arriba tenía más control sobre él, no solía ser la gente amable con ese tema, la mayoría luchaba por mantener un cierto control del asunto...
La cercanía la embriagó, un olor masculino envolvente la llenaba, los ojos oscuros del hombre causando una reacción no esperable, observándole, pero quedándose quieta un momento, el falso verde recediendo para dejar a la vista el vibrante tono azul cielo de los ojos de ella, sus verdaderos ojos, aquellos que fueron malditos por lo que le hicieron. Pero ya no importaba, sus pupilas dilatadas lo observaban, curiosa por lo que le había hecho... no era algo raro, pero el placer era algo que no había esperado, ni la consideración con ella.
Con lentitud dudosa rodeó su cuello con los brazos, comenzando a moverse a un nuevo ritmo, obligandolo a quedarse quieto. Era un ritmo tortuoso, lento, podía sentir el espesor de su miembro cada vez que se movía, como acariciaba su interior hasta lo más profundo solo para volver a hundirse, cada movimiento sentía como temblaba todo su cuerpo de solo sentirlo, deseando más, sin querer sentirlo lejos, por el contrario, pegando sus cuerpos, para poder seguir sintiendo como era recorrida por él, los ojos sin poder desprenderse en ningún momento de la mirada hipnótica... la pregunta real era, ¿cual de las dos miradas era más atrayente que la otra?
El beso que le dio fue tierno, causando finalmente que se derritiera, la confusión reinando: Lo deseaba... y no deseaba que esto acabara nada más en un follar sobre el escritorio, quería más que solo eso, aunque no se quejaría. Gimoteó por lo bajo al separarse los labios, buscando a tientas sobre el escritorio el cuchillo, mostrándoselo y pasándoselo, un pedido silencioso... no, no era que era suicida, pero necesitaba sentirlo, quería sentir nuevamente como bebía de ella, sentir sus labios pegados a sus senos, a su cuello, a sus propios labios, lo que fuera, pero deseaba que lo hiciera, que cortara su piel con ese mismo cuchillo con el que le ofreció sangre de sacrificio hacía solo unos instantes.
El ritmo violento del principio le había ayudado a separar lo emocional de lo físico, sin embargo en algún momento cambió todo, se dio cuenta en ese momento en que sintió un roce en un lugar sensible que le llevó a un gemido, seguido por un par de jadeos, como se ajustaba por dentro, tratando de sentir, que siguiera... y es entonces que notó que realmente... estaba tratando de que lo disfrutara, de hacerla sentir bien. Eso cambio los tantos y le dio miedo, solo por un instante, que esto le gustaba, que deseaba seguir, repetir, enredarse y perderse en él hasta que no quedara nada.
La posición había cambiado y solo había logrado desconcertarla un poco. Si ella estaba arriba tenía más control sobre él, no solía ser la gente amable con ese tema, la mayoría luchaba por mantener un cierto control del asunto...
La cercanía la embriagó, un olor masculino envolvente la llenaba, los ojos oscuros del hombre causando una reacción no esperable, observándole, pero quedándose quieta un momento, el falso verde recediendo para dejar a la vista el vibrante tono azul cielo de los ojos de ella, sus verdaderos ojos, aquellos que fueron malditos por lo que le hicieron. Pero ya no importaba, sus pupilas dilatadas lo observaban, curiosa por lo que le había hecho... no era algo raro, pero el placer era algo que no había esperado, ni la consideración con ella.
Con lentitud dudosa rodeó su cuello con los brazos, comenzando a moverse a un nuevo ritmo, obligandolo a quedarse quieto. Era un ritmo tortuoso, lento, podía sentir el espesor de su miembro cada vez que se movía, como acariciaba su interior hasta lo más profundo solo para volver a hundirse, cada movimiento sentía como temblaba todo su cuerpo de solo sentirlo, deseando más, sin querer sentirlo lejos, por el contrario, pegando sus cuerpos, para poder seguir sintiendo como era recorrida por él, los ojos sin poder desprenderse en ningún momento de la mirada hipnótica... la pregunta real era, ¿cual de las dos miradas era más atrayente que la otra?
El beso que le dio fue tierno, causando finalmente que se derritiera, la confusión reinando: Lo deseaba... y no deseaba que esto acabara nada más en un follar sobre el escritorio, quería más que solo eso, aunque no se quejaría. Gimoteó por lo bajo al separarse los labios, buscando a tientas sobre el escritorio el cuchillo, mostrándoselo y pasándoselo, un pedido silencioso... no, no era que era suicida, pero necesitaba sentirlo, quería sentir nuevamente como bebía de ella, sentir sus labios pegados a sus senos, a su cuello, a sus propios labios, lo que fuera, pero deseaba que lo hiciera, que cortara su piel con ese mismo cuchillo con el que le ofreció sangre de sacrificio hacía solo unos instantes.
Louise M. Eisenberg- Mensajes : 974
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