Explorando un poco más (Winky/abierto)

- Caminaba por ahí mirando un poco más de Howarts, recorriendo todo queriendo conocer cada rincón del castillo, pero sola, a mi no me gustaba estar sola, quería un amigo, estaba un poco triste y con cabeza baja por el incidente que tuve con la chica de mi casa eso me hacía sentir rechazada. Seguía caminando por cada pasillo, decidí ir al comedor de pronto ahí estaría más tranquila, después de todo me gustaba ese lugar, grande enorme.

- Mientras caminaba por el comedor buscando donde sentarme, casi que le estaba dando vueltas a la mesa de Hufflepuff, vi a Winky el elfo que ayudaba en el castillo, lo vi tan pequeño y tan adorable, y pues después de todo yo amaba las criaturas mágicas, yo quería abrazarlo y alzarlo, quería jugar con él, correr por ahí con él, quería ser su amiga.

- Me acerque a Winky y muy alegre con la sonrisa alegre que me caracteriza dije. - Hola Winky, Soy Elisabett. - Mi simpatía es tanta que parezco casi que una niña pequeña e infantil queriendo hacer un amigo.

La elfina se giró. Era día de limpiar, limpiar era lo que los elfos hacían, aunque Winky prefería las cocinas, las cocinas eran agradables y Winky podía hacer sus pastelillos ideales, adoraba hacer pastelillos, esos de chocolate y los de limón solían sacar sonrisas en los amitos y si los amitos eran felices los elfos también eran felices.

Por eso Winky limpiaba. Pasaba la escoba de paja por el suelo juntando el polvo y los restos que habían dejado en el comedor.

Grande fue la sorpresa de Winky cuando Winky escuchó la vos de alguien, de un amito. ¿que hacía un amito en el comedor cuando el comedor no tenía comida? ¿Acaso el amito estaba perdido?

"Hola, Amita Elisabett. Disculpe a Winky, Winky no sabía que habría alguien. Si la Amita quiere Winky regresa más tarde." Comentó saltando de una pierna a la otra en nervios porque la amita no se enojara con Winky, Winky solo quería ayudar...

No podía dejar de mirar como la elfina saltaba de una piernita en otra, era muy simpática, no podía jamás enojarme con aquella criatura, quería abrazarla y darle vueltas, no podía evitar sonreír era tan tierna, pero yo sabía que le ayudaría en sus deberes.

-No Winky por supuesto que no jamás me enojaría contigo, por el contrario me encanta tu compañía, y quiero colaborarte en esto. - Cojo la escobita y termino de barrer y juntar todo lo que hace falta, recojo todo esto y lo deposito en el lugar de las basuras. - Listo Winky creo que aquí ya está limpio, ¿qué te parece si jugamos, o hacemos pastelitos?, pero antes te daré algo. - Saco de mi bolsillo una golosina, un chocolate y se lo doy a Winky. - Acéptalo por favor.

No dejo de sonreír pues siempre lo hago pero esta vez con muchísima intensidad, me encantaba estar a la presencia de Winky.

¡La amita estaba ayudando! ¡Los amitos no debían barrer! Oh, no, ¡La amita no debía barrer pero... ya... la amita barrió.
Winky mala, Winky mala, debería castigarse por hacer que una amita barriera. Eso no se hace, Winky es un mal elfo.

Winky desapareció la escoba y la pala con un chasquido de dedos, el resto del enorme Hall podría esperar un rato hasta que pudiera hacerse cargo de las cosas. Era solitario, pocos elfos quedaban aunque eran más que suficientes para seguir ayudando al colegio con los pocos alumnos que quedaban.

Fue cuando vio el chocolate con ojos empañado, aceptándolo incrédula antes de abrazarse a la pierna de Elisabett.

"La amita es muy buena con Winky, muy buena. Winky le agradece, muchas gracias, amita. Muchas gracias." Respondió abrazándose con un brazo a la pierna y el otro abrazando la tableta a su pecho. "Winky lo guardará por siempre, promete que no le pasará nada. Winky hará todo lo posible para conservarle, todo lo posible." Respondió agradecida, olvidando por completo el ofrecimiento de jugar. Winky no juega, los elfos deben trabajar, una buena elfina no juega a menos que sea una elfina niñera, las elfinas niñeras juegan con los niños... Winky siempre quiso ser una elfina niñera aunque también es una buena elfina cocinera.

No podía imaginar lo bien que me sentía ayudando a Winky siempre he pensado que a veces le toca muy pesado, pero me encanta ayudar y sacar sonrisas, por eso estaba tan feliz con Winky, y ahora íbamos a cocinar panquesitos, me encantan los paquesitos de chocolate los amo.

Vi su cara de felicidad al ver el chocolate, y su gratitud al recibirlo, creo que nadie había estado tan contento de que le diera una golosina, me alegraba sonreía como nunca al ver a la elfina abrazarse así a mi pierna, nada me hace más feliz que hacer sonreír a alguien más.

Winky no es nada, no me lo tienes que agradecer es todo tuyo el chocolate, estare ahí para ayudarte y ser buena contigo. - No paro de sonreír. - No Winky el chocolate es para que lo comas y lo deleites, además te traeré más, los siguientes días, no lo guardes, cómelo. - Me dió un impulso de cogerla cuando estaba abrazada a mi pierna y abrazarla, me agache y la abrace. - Seremos amigas.

Por otro lado pensaba en los panquesitos unos ricos panquesitos, estábamos en la cocina y por qué no? - Winky, ¿qué te parece si juntas cocinamos panquesitos de chocolate?- Parezco una niña chiquita emocionada como si la fueran a llevar al parque.

"Oh, no, no... Winky conservara el chocolate. Winky no come chocolate. Los buenos elfos no comen chocolate, chocolate tiene mucha energía y malo para elfos." Explicó aun muy emocionada, con lágrimas en los grandes que se secó en su pequeña faldita que había visto mejores días.

Winky fue una buena elfina y se dejó abrazar emocionada.

"¿Amita Elisabett amiga de la elfina Winky? La amita es muy amable, muy amable con Winky... Winky hará panquesitos con la Amita Elisabett si desea. ¿En que puede ayudarle Winky? ¿Desea que la lleve a las cocinas?"

-Oh Winky disculpame por no haber estado al tanto de ello, más bien dime que golosina te gusta y te la traeré con todo el gusto. - Me pongo un poco trite pues no sabía que los elfos no podían comer chocolate porque era malo para ellos.


-Pero Winky no tienes porque derramar lágrimas, sonríe me gusta que todos sonrían, y por supuesto que somos amigas Winky ¿te parece mejor si cocinamos juntas? - La tomo de sus manitas agachándome y comienzo a saltar aún sosteniéndola de las manos.

Winky como toda elfina da unos saltitos y asiente aunque no debería. Winky es una elfina, ella debería cocinar, no debería dejar que la amita Elisabett cocine. No, eso es trabajo de los elfos y los buenos elfos no dejan que los amitos cocinen.

"La amita no debe cocinar. Los elfos estamos para eso. No, no. La amita debería pedir lo que quiere y Winky preparará con mucho gusto. Vamos a la cocina, Winky la llevará, no debería preocuparse por esas cosas. Los elfos estamos bien así... si, los elfos comemos bien y ayudamos, es lo que un buen elfo hace." Comentó conversacional, tratando de guiar a la amita a las cocinas, fuera del gran comedor para que pudieran ir al lugar que correspondía, por el pasillo fuera al cuadro de la bandeja de frutas.

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