Sacrificando humanidad [autonarrado/libre]

La casa estaba vacía y en silencio. La misma capa de polvo cubría los muebles semi destruidos que la ocupaban hacia ya tanto tiempo. Los únicos lugares que estaban limpios eran los que yo había utilizado en este ultimo tiempo.

Me deje caer contra una de las paredes, arrastrando mi cuerpo hacia el piso. Desde el nacimiento de Mad, venia mas seguido a este lugar. Tal vez inconscientemente para vigilarlas, y cuidarlas desde mi lugar... pero sabia que no podía hacerlo. Era débil, y por mas fuerte que quisiera parecer sabia en lo profundo de mi alma que no lo era.

Un frío glacial se apodero de mi cuerpo al pensar en mi debilidad. Mis manos aferraron mi cabello y grite... con fuerza, como si mi vida dependiera de ello. Liberando la frustración y desesperación que sentía desde que aquella pequeña criatura había llegado para desequilibrar mi mundo. Así tan perfecta y pequeña como era, tan inconsciente de lo que causaba en los demás, que no sabia como había desequilibrado mi mundo.

Necesitaba protegerla... a ella y a Lou... Y solo tenia una manera de hacerlo...

Abrazando a la bestia que había dentro de mi...

Hacia un tiempo venia estudiando como convertirse en animago. Mi cuerpo cambiaba todos los meses para ser una maquina sin consciencia, pero tal vez... y solo tal vez, combinando la magia con mi enfermedad podía hacer algo que me permitiera tener fuerza para proteger a los demás.

Respire profundo y me puse de pie. Estaba decidida a sacrificar cualquier cosa con tal de conseguir lo que quería... Había leído la teoría, y ahora venia la parte de la practica. Necesitaba conseguirlo...

Me detuve en el centro de la sala, mi cuerpo temblaba levemente. Tenia miedo de lo que podía ocurrir pero ya no había vuelta atrás... Cerré los ojos y deje que la bestia dentro mio despertara. Podía sentirla allí, todo el tiempo, como un gran peso que quisiera salir a través de mi piel.

Sentía un leve cosquilleo en el cuerpo, como si algo estuviese cambiando.... sentí un leve dolor, y luego nada. Abrí los ojos, decepcionada de nada había ocurrido. Volví a gritar, a gruñir y a insultar por ello. Patee una silla, destrozándola del enojo.

Me acuclille en el piso, frustrada, llevando las manos a mi rostro para limpiar las lagrimas que caían de mis ojos. Sentí un leve dolor bajo el ojo izquierdo y algo cálido que caía por mi mejilla. Fruncí el ceño mientras me limpiaba y observaba mi mano abriendo los ojos sorprendida. Un jadeo de terror escapo de mis labios.

No era la sangre en ella lo que me asustaba, sino mis dedos finos, terminados en unas prominentes garras. Me puse de pie, muy rápido, tropezando con el pedazo de silla que estaba cerca mio y cayendo al piso con un golpe seco. Me dolía el cuerpo por la caída, pero no me detuvo de volverme a poner de pie. 

Con paso tembloroso me acerque al espejo. Tenia miedo de mirarme. Respire profundo varias veces, antes de asomarme sobre el. La imagen que me devolvió me dejo sin habla. Mis ojos de color ámbar parecían inhumanos y brillaban con intensidad. Podía ver la punta de unos colmillos alargados, saliendo debajo de mi labio. Me lo levante para ver como mis caninos habían crecido. Una de las garras largas corto una parte de mi labio. Entrecerré los ojos para ver mejor mi cabello. En aquel espejo raído parecía que tenia algo extraño. Cuando lleve mi mano para tocarlo pude sentir la punta de unas orejas del mismo color que mi cabello.

¡Maldición!

Me aleje unos pasos, aun observando la figura que aquella superficie reflectante me devolvía. Mi mirada se desvío a la silla destrozada. En ese momento no me había percatado de que con mi fuerza normal no podría haberla destrozado de esa manera. Me sonreí y algo acaricio mi mano a mi costado. Desvié la vista hacia atrás para ver una cola... ¿Una COLA? una cola larga que caía hasta mis rodillas, del mismo color que mi pelo.

La transformación no había funcionado como quería. No era una animaga completa. Pero esto... esto no estaba mal. Tenia una transformación parcial de aquella bestia en la que me convertía, con plena consciencia.

Una risa nerviosa escapo de mis labios. Cerré los ojos y me concentre. Cuando volví a abrirlos la imagen que el espejo me devolvía era a mi yo normalmente. Con un corte bajo el ojo que sangraba, y una mirada aterrada.

Volví a intentarlo, y esta vez si note la diferencia. Mis sentidos eran mas agudos. Y ahora la loba era la que me devolvía la mirada.

Un grito de satisfacción se escapo de mis labios.... Me había convertido en esa bestia que había temido durante mucho tiempo. Hacia mucho tiempo había aceptado mi licantropia, pero en lo mas profundo de mi alma aun seguía temiendole a esa criatura... Y esos días se habían terminado.... No mas miedo... Ahora la bestia y yo eramos una... Y era... era...

Grandioso...