Replanteando experimentos y ingredientes [Louise M. Eisenberg

La figura resplandeciente que iluminaba el callejón Knockturn. La mayor parte de los transeúntes la ignoraban, algún valiente soltaba unos Sickles o Knuts en el sombrero que la acompañaba a su lado.

El cuerpo era armonioso, vestido con un antifaz, pero quien conocía realmente a Louise sabría que se trataba de ella gracias a la serpiente de metal que protegía la larga trenza que rozaba sus muslos de un tono platino, el poder que la rodeaba como aura brillante, llamativa, los hombres que se acercaban no podían evitar quedarse mirando aunque fuera un momento, un corto instante aunque sea para dejar la moneda y tratar de desprenderse de la fascinación que causaba el joven cuerpo al contorsionarse.

Hacía ya casi dos horas que estaba en movimiento extremo sin detenerse, girando con único eje su pierna izquierda, saltando en horizontal, corriendo, saltando nuevamente, giros, trombos, baile. Era lo único que podía hacer de momento hasta no tener un trabajo fijo. Por suerte nadie de sexo masculino se atrevía a cuestionar que era lo que hacía una jovencita como ella sola en Knockturn trabajando, sería difícil explicar porque había sido expulsada del colegio a esta altura del año que las clases apenas habían sido reintegradas.

La rubia ni se fijó.

En realidad con lentitud cambió una posición en la cual se suspendía sobre una mano para apoyar los dos pies en el suelo, sacudirse las manos y observar quien había sido el que había ido tan distraído que ni le había visto, reconociendo un rostro conocido, sonriendo levemente mientras se sacudía.

"Ah... Mikes... el hombre de la araña metálica. ‘extraño’ encontrarnos aquí." Expresó sabiendo que en realidad las pocas veces que se cruzaban era por casualidad y siempre en el mismo lugar, Knockturn Alley.

Al observarla, lo lógico habría sido sonreír, pero las expresiones de Mikes están a la par de un Maniquí la mayor parte de las ocasiones o a un occiso recién arreglado para honrarlo en el funeral.  

Sin embargo, sus ojos muestran esa sonrisa gatuna luego de lograr incorporarse. Esta vez usando los talones de sus pies para soportar el peso de su cuerpo mientras los dedos de sus manos se entrelazan luego de quedar posicionados en su espalda.

-La pequeña Louise, parece que Knock se ha convertido en una suerte de pequeño París-.

A pesar de que la frase es jovial, no va acompañado del tono seco y frío tan característico en él. Observándola detenidamente, percatándose que ella ha crecido, pensativo en como el tiempo genera cambios tan rápidos en los seres vivientes...incluso en lo no vivo como lo mineral.

-Aun recuerdas la araña metálica, es un detalle curioso-.

Ladea un poco su cabeza luego de depositar la planta de sus pies para dar a conocer esa postura regia y formal.

-Ante todo pido disculpas por mi...distractibilidad arrolladora-.

"Ya no soy tan pequeña, Mikes. Tengo 16 años." Comentó con una sonrisa divertida, la serpiente metálica de su peinado enredándose y acercándose como si quisiera espiar por sobre la cabeza platina de la veela al intruso.

Si, era un poco más grande de edad, sin embargo era otra cosa lo que la hacía diferente, el algo que atraía a todos con fascinación, incluso afectando al mismo Mikes de a momentos si no fuera porque le estuviera hablando, un encanto particular que por primera vez en su presencia destacaba su raza como una Veela de sangre Pura.

Claro, el hecho de que debería estar en el refugio del colegio Hogwarts pero se encontraba en Knoktrurn trabajando por unas monedas no ayudaba a la imagen de niña infantil y alegre que solía portar, las ojeras de desgaste en los ojos traicionaban esa brillante mirada de siempre. Una víctima más de las circunstancias de seguro.

"Recuerdo la araña metálica porque son mis broches de cabello favoritos." Le recordó, alzando la mano para tomar la cabeza de la serpiente y tirando con cuidado de esta la quitó de la larga trenza, mostrandole como esta se enroscaba en su mano para perder la forma que tenía como prendedor.

Observa detenidamente la serpiente que comienza a enroscarse en la palma de la mano de aquella Veela.  A pesar de la expresión seria presente en su rostro, resulta evidente ese brillo infantil mientras entrecierra los ojos de manera felina y enarca  ambas cejas luego de inclinar un poco su cuerpo hacia delante.

-Las arañas son un gusto afin, pero de la realidad a la magia y al constructo hay tantas curiosidades que terminan siendo algo escalofriantes...en algunos momentos-.

Luego de echarse un paso hacia atrás, retoma esa expresión seria en su rostro para luego observar el entorno de manera atenta.

-Y es curioso, en ocasiones pareciera que el tiempo se ha detenido-.

Comenta luego de tomar nota ante la expresión infantil  tan natural e irreal que solo puede pertenecer a Louise.

-Había olvidado cuanto tiempo ha transcurrido, llega a ser demasiado extraño-.

De repente muestra esa sonrisa tan vacía, tan fría como una brisa de invierno y marchita como las hojas del otoño.

-¿Como has estado joven Louise?-.

Frunció levemente los labios pensativa ante tamaña pregunta. ¿Como estaba?

"El tiempo no se detiene, cambia, varía y destroza, pero no, detenerse no es una de sus capacidades." Simplificó recordando el conflicto interno emocional, el conflicto de su hija recién nacida, el conflicto era tan grande cuando solo pensaba en su propia economía que no podía empezar a decir lo que pensaba. ¿Como ha estado?

¿Como podía resumir como estuvo?

"Embarazada." Respondió. Si, eso resumía el como había estado a la perfección, una veela de 16 años embarazada. Para Drama, Cotilleo y Diversión de cualquiera que lo pensara.