New in town œ Luna Lovegood

Era su segundo día en los terrenos del bosque, se sentía extrañado, o quizás aún no asimilaba que no había vuelta atrás esta vez las cosas con Ophelia tenían que resultar, ambos acordaron que no debían continuar lastimandose de esa forma.
Tomo su abrigo y salió de su habitación, tenia que despejar su mente, en unos dias mas seria su primera clase y tenia que poner muchas ganas en ello.

Pasaba un poco desapercibido entre los alumnos, unos lo miraban extrañado, hace un par de noches lo habìan visto besuqueandose con la profesora Ophelia y no sabian que hacia este personaje quedandose en el colegio, una leve sonrisa aparecio en su rostro, hasta cierto punto era divertido llamar la atencion a ese grado.
Un poco màs y llegaba a Hogsmeade, nada mal, quizas compraría un par de dulces para el y su prometida, empujo la puerta mientras sonaba la caracteristica campana, no buscaba nada en especial, solo comprar un par de dulces.

Honeydukes siempre ha sido uno de mis sitios favoritos en Hogsmeade. Cada día mi colección de cromos es un poco más grande, y siempre descubro un nuevo sabor entre las grajeas de todos los colores, aunque no siempre son sabores agradables. Esta vez he comprado un par de paletas, una nueva rana, y una edición especial de "caramelos explosivos"... Espero que no sea literal.

Me doy la vuelta hacia la salida, encontrándome de frente con una persona. Me resulta familiar, ¿lo he visto ya en el colegio? Creo que si. 

¿Te ha pasado alguna vez que cruzas la acera y te encuentras de frente con otra persona, y por alguna razón, ambos piensan en dar paso al otro, pero siempre se ponen hacia el mismo lado que la otra persona, como si fuera un espejo? Algo así nos sucede en ese momento. Intento ir a la izquierda, y el se mueve hacia su derecha, de manera que volvemos a quedar de frente. Sonrío, e intento moverme al otro lado y él hace lo mismo. Esta vez mi sonrisa es más amplia.

-Bueno, ya que es inevitable...- Le digo, y lo abrazo. Listo, si el destino quería que chocáramos, pues ya lo hemos hecho.

Todo parecía transcurrir de forma normal, al parecer todavía pasaba un poco desapercibido, la verdad es que el jovén Weasley seguía impartiendo clase sin saber que el tomaría el puesto, solo los muy chismosos lo miraban de vez en vez, y claro si Ophelia lo traía de arriba a abajo más sospechosamente le miraban.

Escogió los dulces que deseaba y pago, pero al llegar a la puerta choco con una pequeña niña, que no estaba muy decidida si ir a la derecha o a la izquierda, a los vieran, parecía que bailan en una forma rara.
Sin embargo lo que lo saco de balance fue el extraño abrazo que le dio la pequeña niña rubia, pero que de... pensó para si mismo, no supo como reaccionar hasta que ella lo soltó.

Esa situación le hizo pensar en las últimas dos chicas que descubrió que eran sus primas, pero este no pintaba como el mismo caso- Disculpa.... ¿Te conozco?- pregunto en un tono de voz entre curioso y dudoso

-No, pero al parecer una fuerza mayor a la nuestra quería que nos conociéramos. Soy Luna Lovegood.- Esta vez extiendo mi mano con una sonrisa.

-Te he visto ya un par de veces en el colegio, con la profesora Ophelia. Hacen una linda pareja... ¿Ayudas a arreglar el castillo? ¿Eres un Auror en busca de los Mortífagos que aún quedan esparcidos, y has venido al colegio a ver si hay algunos en nuestras filas intentando encontrar a los amigos de Harry Potter para así herir a aquel que acabó con Lord Voldemort? Oh, ¿eres un nuevo profesor?-

Las preguntas de la chica lo abrumaban, si así de curiosos iban a ser sus estudiantes, las cosas se pondrían un tanto interesantes, no recordaba haber sido tan curioso durante su época estudiantil.
Sin embargo sintió esa pequeña puñalada al ser cuestionado si era o no un auror, era un tema del que mejor no quería pero ni hablar.

Bueno...-murmuro, escondiéndose una sonrisa tímida- Soy profesor nuevo- así sin más respondió, la verdad es que nunca le habían gustado los rodeos, las cosas como eran.

Estaré impartiendo la clase de Defensa Contra las Artes Obscuras, en un par de días- comenzó a caminar dirigiendose a la caja a pagar, mientras que la pequeña rubia le seguía, hizo una pausa prudente, para ahora el hacer las preguntas.
Me supongo que eres alumna de Hogwarts- bueno no fue tan pregunta, sino como una afirmación

-Supones bien. Estoy en último curso, de Ravenclaw.- Afirmo divertida. -Eres muy joven para ser profesor. Aunque, bueno, la profesora Duncan también es joven... Siendo honestos, los nuevos profesores son muy jóvenes. O están muy muertos.-

Lo miro pagar sus dulces. -¿No tienes miedo de dar esa clase? Hasta ahora ningún profesor ha completado el año allí...-