Recuerdos de un encierro || Draco Malfoy

No es que tenga miedo a que nos vean juntos. La verdad, no sería diferente. Seguirían hablando de mi, llamándome Lunática. Pero quizás a él si le incomode ver que me acerco a él en el comedor, o en los pasillos. Y no quiero eso. De alguna u otra forma, él era el único que me acompañaba, aún cuando fuera sólo estando al otro lado de la reja.

-Psst.- Digo desde la puerta entreabierta al verlo dirigirse a la entrada de la Casa Slytherin. Le hago una señal con la mano al asegurarme que me ha visto, antes de volver a adentrarme en aquel aula abandonada. Vaya, bien visto, este aula se parece mucho a aquella habitación bajo la casa Malfoy...

Había un silencio ominoso en la sala común, después de la ultima "discusión" que habíamos tenido allí intentaba pasar poco tiempo en aquel lugar. Estaba decidido a irme a dormir cuando sentí que alguien me chistaba.

Fruncí el ceño, observando a mi alrededor aun en la entrada, hasta que mis ojos se posan en aquella persona. Sorprendido, abro los ojos y me acerco a ella directamente.

Aquella pequeña niña, algo inocente y alocada que había estado secuestrada en mi casa durante unos meses. La ultima persona de la que pensé que podría hacerme "amigo" o conocido. Entro en el aula abandonada y cierro la puerta detras de mi vigilando que nadie viniera por el corredor.

-Luna... ¿ Ha ocurrido algo? - Fruncí el ceño nuevamente - ¿Estas bien? - 

Ya aquella ultima pregunta sonaba mas preocupada. Después de todo lo que había ocurrido no quería que la volvieran a lastimar o torturar.

Escucho la puerta cerrarse y me giro hacia él. Avanzo unos pasos y sin que pueda detenerme, lo abrazo.

-Hola.-

Me quedo unos segundos así. -Creo que es la primera vez que podremos hablar sin que una barrera nos separe, ¿sabes?- Por fin, doy un paso hacia atrás, devolviendo su espacio personal. -Estoy bien. Papá de vuelta a"El quisquilloso", y con el llamado a clases muchas cosas parecen haber retomado su curso. ¿Tu estás bien? Disculpa que no me haya acercado antes, no quería incomodarte entre tus amigos.-

El abrazo de Luna me toma por sorpresa, pero me llena de calidez. Sacando a mi familia nunca nadie me había abrazado de esa manera cálida, como si realmente fuese un amigo que le importa. Le devuelvo el abrazo unos instantes, antes de que ella se suelte.

-Es cierto... En mi casa siempre hablamos con la mazmorra de por medio. - Me sonrío al oír que su padre ha vuelto con su revista, sin duda eso era una buena noticia - Eso pareciera... que de a poco estamos volviendo a ser lo de antes... No te molestes, puedes acercarte en cualquier momento... - Bajo la voz - Luna tu eres realmente mi única amiga... los demás solo fingen serlo...-

Me daba algo de verguenza reconocer aquello, pero era la verdad. Ella era la única persona a la que realmente consideraba mi amiga.

-Es porque no se han dado la oportunidad de conocerte, o no los has dejado. También están las circunstancias, que sacan la verdadera cara de las personas. ¿Habrías sido mi amigo antes?- Le tomo la mano sin dejar que responda, acercándonos a la mesa central y tomando asiento allí, dejando mis piernas colgar y balancearse sobre el suelo.

-¿Sabes? Nunca pude darte las gracias... Hubiera querido despedirme de ti, pero en ese momento... Bueno, los chicos intentaban detener a tu tía y no hubo oportunidad. ¿Te llegaron mis cartas? Las escribí con tinta invisible, de las que venden en Sortilegios, para que si otra persona interceptara la lechuza no comprendiera...-

Me sonrío levemente. Luna era brutalmente inocente y a pesar de su apariencia despistada nada se le escapaba. Siempre tenia la palabra justa para todo.

-No lo creo... seguramente si nada hubiese ocurrido seguiría siendo el mismo idiota de siempre... siempre arrogante, siempre creído, siempre idiota...-

Me encojo de hombros antes de seguirla a la mesa y sentarme en una silla frente a ella, dada vuelta, para poder apoyar mis brazos en el respaldo.

-No tienes nada que agradecer... en realidad yo debería disculparme. Tendría que haberte ayudado, pero siempre fui un cobarde y no lo hice realmente. Siento esos meses que estuviste retenida. Si me llegaron aunque pensé que estaban en blanco y nunca pude leerlas - Me río - Aun las tengo guardadas, ahora que me dijiste que son con tinta invisible tal vez pueda leer su contenido...-

Le miro con ojos entrecerrados.

-Si te sigues repitiendo esa descripción de ti, no podrás ver las cosas buenas...- Le señalo con dedo acusador. -¿Me prometes una cosa? No volverás a usar la palabra "idiota", "cobarde", ni "engreído", ni "arrogante", ni... ¡Oh, vaya, cuantas palabras crueles pueden existir para describir a una persona!- Por unos instantes miro pensativa a la pared, pensando en cuantas terribles palabras usaban tantas personas que conocía para referirse a Draco. Parpadeo y lo vuelvo a mirar. -No usarás esas palabras para referirte a lo que eres o fuiste. ¿Puedes prometerme eso?-

Vuelvo a abrir mis ojos con esa expresión de melancólica sorpresa eterna. -Me ayudaste más de lo que crees. Hablar contigo me distraía de.. Bueno, digamos que mi mente no pensaba muchas cosas bonitas luego de las sesiones con Lestrange...- Repentinamente, y por primera vez desde que acabaran las pesadillas vuelvo a temblar. Pero dura apenas unos segundos. -Debo admitir que en parte lo que me ayudaba a soportar las maldiciones era justamente eso: que sabía que no estaría completamente sola después.-

Inclino la cabeza con curiosidad. -Tienes que decir "Revelio Draco Malfoy", o las cartas solo mostrará rimas insultantes.- Le sonrío. -Es curioso que aún las tengas, y no las lanzaras al fuego. ¿Por qué? ¿Sabías que las había enviado yo?-

¿Las cosas buenas? Solo Luna veía las cosas buenas en mi, y tal vez Astoria. Eran las únicas dos personas que últimamente me habían defendido. Me sonrío levemente al escucharla hablar.

-Solo tu piensas que no soy esas cosas Luna... Ves siempre las cosas buenas de las personas aunque estas no lo merezcan. -

Suspiro. ¿Como podía prometerle algo así cuando yo mismo creía que esas eran las mejores maneras de describirme? Era todo eso, y mas seguramente. Pero Luna confiaba en mi y no quería decepcionarla a ella también como había hecho con los demás.

-Prometo intentarlo...- Hago una mueca cuando menciona a mi Tía - No la menciones siento peor cada vez que escucho hablar de ella. Las cosas que hizo y que permití que te hiciera a ti y a Hermione... quedándome ahí sin hacer nada, simplemente observando...-

Las sesiones de tortura que mi tía había hecho me petrificaban. Al principio me sentía atraído, observaba con morbosa fascinación como torturaba gente. Pero las cosas cambiaron cuando secuestraron a Luna y a la profesora. Ellas... todas eran parte de mi mundo cercano y eso quebró esa ilusión que yo tenia sobre la situación. Apoyo mi mano en la suya al verla temblar, para que supiera que iba a estar ahí apoyándola tanto si lo necesitaba como si no.

-Pues no lo se... pocas personas me habían escrito y me resultaba curioso. Esta noche voy a revisarlas en la sala común ahora que me dijiste como...-

Me sonrío, era bueno estar casi solo en la casa.

-Vale, me conformo con saber que lo intentarás.- Le sonrío, esta vez también con la mirada. Le doy un par de palmaditas en la mano que ha puesto sobre la mía. -Ya no nos puede hacer daño, nunca, nunca más...-

Aún me sorprende lo doloroso que resulta mencionarla, pero ya no grito por las noches, ni me estremezco al escuchar una puerta abrirse en la oscuridad... Somos libres. Hasta Draco ya es libre... o más o menos. -¿Y en tu casa, está todo bien? ¿Hay alguna cosa que pueda hacer por ti?-

-En mi casa las cosas están bien. Mis padres están contentos por el compromiso con la familia Greengrass y yo la verdad estoy aterrado. No quiero casarme. No por que Astoria no sea una chica linda... pero... - No podía confesar que me gustaba alguien mas - Pero no estoy listo para casarme...-

Habíamos salido airosos de la ultima batalla en la escuela, tan solo habían pasado tres meses y ellos volvieron a esa estupidez de la sangre pura.... pura basura en realidad. Esperaba que fuesen mas inteligentes pero al parecer estaba equivocado.

-Al menos te escogieron una chica acorde a tu edad, y no una de once o trece años, como hacían antes. También puede ser que tuviste suerte en eso, que encontraran justamente una "Sangre Pura" de esta edad, o posiblemente estuvieras prometido en este momento con alguna de las de 1er año. -[b]

Me rió, divertida. La vida hay que tomarla con una sonrisa, o no valdría la pena vivirla.

[b]- Hum, ya eres mayor de edad, deberías poder decidir lo que quieres hacer; y si Astoria no te gusta como pareja, deberías decirlo. Aunque es evidente que a ella si le gustas. Bueno... eres Draco Malfoy, la mitad de las chicas del colegio se mueren por ti, aunque muchas no lo admitan.- Me encojo de hombros. No es secreto que resulte atractivo, quizás un poco más ahora que parece menos prepotente. -¿Has hablado ya con ella de esto? Hazlo con tacto, aunque nunca se puede tener mucho tacto cuando se le rompe el corazón a alguien...-

Miro su mano de forma distraída. -¿Y ya le dijiste a la otra chica que te gusta?-

La escucho hablar de Astoria y el compromiso, apoyando el codo en la mesa y el mentón en mi mano, mientras varias expresiones pasan por mi rostro. Hastío, enojo, frustración, enojo nuevamente, leve desesperación, enojo. Si había hablado con mis padres y no hubo caso para ello. estaban convencidos de que tenia que casarme con ella.

-Ya lo hable con Tori... Ella no quiere casarse conmigo y yo con ella... - Hago una mueca cuando dice lo de las chicas - Luna, eres la única que piensa así. La mayoría de los que están en la escuela, quieren que me ahogue en mi propia saliva, y la otra mitad desea que muera en algún accidente horrible... no los culpo claro, pero dudo que me vean con otros ojos...-

No creía que el corazón de Astoria se hubiese roto por haberla rechazado, ella parecía igual de contenta que yo de librarse de este compromiso que ninguno quería sin duda.

Mi mentón resbala de mi mano y casi me golpeo contra la mesa cuando menciona a la otra chica.

-¿Quien dice que me gusta otra chica? - Respondo bruscamente, antes de mirarla y suspirar. - No puedo decírselo Luna... ella me odia, mas que a nadie... e irónicamente es a quien mas daño hice... No se como decirle algo asi por que se que me rechazaría...-

-¿Por qué te cuesta tanto darte cuenta que no todos tienen la mente cerrada, Draco?- Me atrevo a ponerle una mano sobre el cabello rubio platino, y se lo revuelvo un poco. -Me gusta más así, sin tanta pegatina.-

Lo miro con algo más de seriedad. -Ya, te hiciste una reputación. Pero muchas cosas pasaron, muchas cosas cambiaron. Sé que no soy la única que piensa así. Y en cuanto a Hermione, tendrás que ser paciente. Ella está algo aislada, y no quiere tratar con nadie. Pero seguramente notará que has cambiado.-

Sonrío. -No, no se hacer Legimencia. Pero si sumamos las palabras que acabas de decir, y que hace unos minutos la llamaste "Hermione" y no Granger, o alguno de sus famosos sobrenombres, es fácil dar con el resultado. No estoy siempre en las nubes, ¿sabes? Aunque a veces es un poco más divertido.- Vuelvo a apoyarme a la mesa. -Mi otra opción era Ginny Weasley, pero no creo que te refirieras a ella. Después de todo, sigue siendo Sangre Pura, así que no es tan amor imposible; aunque sería raro, muy pero muy raro... En cambio, Hermione...- Vuelvo a encogerme de hombros, como si fuera obvio.

Me quedo en silencio unos momentos. La realidad es que la respuesta de Luna me dejo sin habla. ¿Tan obvio había sido que se había dado cuenta fácilmente de que ella era quien me gustaba? Me sorprendía con la claridad con la que ella veía a través de mi.

-No es que me cueste, sino que se lo que piensan los demás. Luna tu eres buena y pura, y no me refiero a la sangre. Puedo contar con los dedos de una mano las personas que me soportan, y por suerte tu estas entre ellas... - Me sonrío levemente cuando me revuelve el pelo - Ya... me di cuenta de que la apariencia no lo es todo como me hacían creer, ahora estoy un poco mas rebelde...-

Me quedo pensativo acerca de Hermione. Sabia que ella estaba aislada, que se sentía mal. Y yo tenia ese estúpido sentimiento de ir a protegerla. De cuidarla como no lo había hecho antes, aunque no me la mereciera.

-Lo se... pero la realidad es que no se como compensar mis errores... Se que esta mal, y solo quiero ir a protegerla y confortarla, como nunca lo hice... pero la verdad es que no se como encararlo... - Suspiro - La ultima vez que hable con ella yo... yo... - respiro profundo - Yo la bese... - Le digo en un susurro apenas audible - Y luego salí corriendo, como siempre. La realidad es que no se como tendría que comportarme...-

Hago un gesto desdeñoso cuando menciona a Ginny. No me interesaba estar con la hermana del comadreja.

-¿En serio? ¿No se te ocurrió que hacer eso sería contraproducente?- Miro hacia una de las paredes algo distraída. -Si ya de por si tiene muchas cosas en la cabeza, que hayas hecho eso es agregarle una preocupación. Aunque, bueno, es un paso.-

Me pongo en pie. -Debes hablar con ella. Y esta vez sin besarla, o salir corriendo. Va a ser algo difícil ahora, claro, porque va a querer esquivarte para no hablar del tema.- Entrecierro un poco los ojos, antes de sonreír. -Envíale una lechuza. Puedes empezar con un "Hola, perdona por ser tan impulsivo." Las mejores historias de amor empiezan con cartas. No la presiones, creo que si le mandas un "buenos dias" una vez al día, ya es un comienzo. Y cuando veas que pueden mantener una conversación tranquila, la invitas a Hogsmeade.-

Parpadeo un par de veces. -¿Sabes? Nunca había hecho de consejera romántica. Es divertido. Y supongo que va con mi apellido, ¿no?-

Meneo la cabeza cuando me regaña. Por supuesto que había pensado que era contraproducente, pero después de haber cometido aquella idiotez.

-Pues si lo pensé... pero luego de hacerlo... - Me pongo de pie pasándome las manos por el pelo - Solo tuve el impulso de hacerlo. Pensaba que... si ella llegara a quedarse con la comadreja por lo menos tenia que hacerlo aunque sea una vez...- Me sonrío algo irónico - Ella no se si huira, soy yo el que tiene miedo de acercarse... yo... no la merezco así como tampoco me merezco a una amiga como tu... -

Me vuelvo a sentar en la silla, volviendo a pasarme las manos por el cabello, dejándolo despeinado ya que estaba un poco mas largo de lo habitual.

-¿Una lechuza? ¿Tu crees? - Me río por lo bajo - Pues te queda bien con tu apellido, pero no se si me animaría a enviarle una lechuza en un papel de romeo...-

-¿Que es "papel de Romeo"? ¿Tiene propiedades mágicas para relaciones amorosas? ¿Se hace con algún material en especial?- Le pregunto con curiosidad. -Porque yo creo que con pergamino común y corriente también puede funcionar. Y estar hechizando a las personas para que te quieran tampoco es buena idea.-

Le miro muy seria. -Deberías dejar de huir de las cosas, ¿sabes? Porque eventualmente tendrás que enfrentarlas, y es mejor hacerlo ahora que vivir con miedo. Ahora, si lo que te incomoda es lo de enviar lechuzas, pues...- Busco entre mis bolsillos, de donde saco varios objetos, entre ellos trozos de pergamino y una pluma. -¿No tendrás algo de tinta a la mano? Así escribes una nota pequeña y yo se la doy. Puedo ser tu lechuza.-

Me sonrío levemente, aquella mujer era increíble muchas veces. A cada momento me sorprendía cada vez mas por las cosas que decía.

-Es un cuento Muggle... no me hagas caso... - Sonaba extraño en mi decir algo de los muggles, pero ya que quería conquistarla había estado mirando varias cosas para poder conocerlos mas -  No tiene propiedad de nada, solamente es parte de un relato, y no planeo hechizar a nadie... - Le respondo divertido meneando la cabeza - Se que no debo huir, es solo que en el momento en el que tengo que enfrentar las cosas el pánico me agobia y no soporto estar ahí... El problema no es enviar una lechuza... sino hablarle a ella... Tal vez tienes razón y tengo que hablarle y enfrentarla... pero no quiero agobiarla, y no quiero quedar como un idiota tampoco... no estoy acostumbrado a exponerme... Todas esas cosas me dan miedo...-

-Pues podemos salir en grupo.- Me encojo de hombros. -Le digo a Hermione, y tú vienes con nosotras. Y así no tienes que hablarle directamente a ella, sino que puedes hablar conmigo. Y si después no quieres que yo esté allí, me dices "¡shu, shu, fuera!" Y yo me voy.-

Vuelvo a balancear mis piernas bajo la mesa, sin llegar a tocar el suelo. -O puedes aprovechar que ahora vemos muchas clases juntos, y tratar de sentarte con ella. Hay muchas opciones, que son mucho mejores que correr. Si quieres, te ayudo.-

Me quito mi collar de cuentas, y luego de buscar entre ellas, saco una de las cuentas, bastante grande. -Toma. Es la "Cuenta del Valor". Cuando estés nervioso, la aprietas en tu mano y piensa "¿Que haría Luna en esta situación?"- Sonrío, bajando de un salto de la mesa, y coloco la piedra en su mano, cerrándola en su puño. -Es mejor que me vaya, seguro hay gente preguntando por ti, y yo quiero ver si logro encontrar al duendecillo que se ha colado en la cocina.- Le doy un beso en la mejilla, y me dirijo a la puerta. -Piensa lo que te dije, y me avisas, ¿si? Ya nos veremos por allí. ¡Buenas noches, Draco!-

Luna era una mujer increíble. A ella sola se le ocurrían esas ideas descabelladas de salir en grupo solo para que mi cobardía no fuese tan notoria. Realmente nunca dejaba de sorprenderme.

-Luna... no podría echarte así... Aparte seguramente Hermione no quiera que me una a ustedes en alguna salida. Realmente quiero hablarle pero no quiero incomodarla y seguramente si estoy en el medio la incomodare y no es la idea...- Tomo la cuenta que me da, sonriéndome como un idiota. Nunca me había dado un amigo un regalo así - No podría hacer lo mismo que tu, Luna nadie tiene tus agallas... pero de verdad lo agradezco...- Cuando me da el beso en la mejilla la abrazo, estrechándola contra mi. Era reconfortante saber que en algún lado tenia una amiga como ella - Gracias por estar conmigo Luna... eres un gran bálsamo en este momento... ¡Ve con cuidado y no te distraigas con los nargles!-

Le digo antes de que salga. Meneo la cabeza guardando la cuenta en mi bolsillo antes de salir de la sala.