Toc Toc, ¿se puede? [Minerva MacGonagall/Libre]

Se había colado en el castillo sin mucho esfuerzo, reconociendo cada rincón, impregnado de recuerdos. Algunos dolorosos y otros no tanto. Se había tomado unos días para ayudar en lo que pudiera, aunque tener que quedarse en Hogsmeade no le agradaba. La idea se le había ocurrido rápidamente; después de todo ¿por qué no podría quedarse en el Castillo los días que ayudara?

Anduvo con las manos en los bolsillos hasta la estatua con forma de Grifo, sorprendido de no haber encontrado conocidos en el camino. Se detuvo frente a aquella figura...

Vale, que no se sabía la contraseña. "Brillante, Ron. Simplemente brillante." Se llevó la mano a la cabeza, y se giró varias veces, intentando ver algún rostro familiar.

Aunque no supiera la contraseña no debió esperar tanto, uno de los retratos del pasillo desapareciendo apenas lo vio detenerse para ir a buscar a la nueva dueña de aquel despacho.

Solo fue un instante en que la gárgola pareció observarle y medirle por si era una amenaza antes de levantarse de su pedestal de piedra y hacerse a un lado, exponiendo finalmente las escaleras de caracol que daban a donde alguna vez habitó el director Dumbledore.

Ciertamente, por las tantas veces que habían sido llamados allí lo más memorable había sido cuando MR Weasley fue atacado por la serpiente y todos fueron allí para regresar a la Madriguera.

La puerta seguía siendo de madera y un par de cuadros colgaban a sus lados, vacíos de sus habitantes habituales.

"Adelante..." Se escuchó aun antes de que tocara, era un tema de todos los directores el saber quien, como y cuando llegaba a su despacho al parecer.

Para sorpresa del pelirrojo, no pudo evitar un escalofrío al escuchar la voz de la profesora Mcgonagall. Inevitablemente le había recordado los momentos que precedían a algún castigo por parte de aquella hechicera de rostro severo.

"Ya no eres un estudiante...", pero aún así no pudo evitar entrar algo dubitativo.

-¿Pro..fesora Mcgonagall?- Preguntó, antes de carraspear y avanzar hacia el escritorio, con un poco más de seguridad. -Buen día, profesora.-

"Buen día, Mr. Weasley... ¿Que le trae al colegio?" Indagó la directora, parándose para ponerse al frente de su escritorio con los brazos cruzados. Cualquiera sabía que MacGonagall era de los más fuertes defensores del castillo y los alumnos, pero su fama era fuerte y así como todos sabían de su deseo de proteger y mimar a sus ‘cachorros’, también era famosa por su seria mirada que parecía acusar a los alumnos de algo aun antes de confesar nada.

"Ciertamente no le esperaba en el colegio un día de semana." Lo último fue despachado en un tono desaprobador pero esperando paciente antes de sacar las conclusiones inadecuadas sobre el porque de la visita.

-Si... respecto a eso... Me dieron unos días libres...- "...para que meditara sobre los efectos de un hechizo aturdidor en una rana gigante hinchada de pus". La cara de Kingleys era un poema, y Harry también se hubiera llevado parte del castigo si no hubiera sabido como aguantarse la risa. Pero tampoco resultó muy divertido limpiar el salón de restos de rana sin poder usar mágia.

-Y ya que en casa me aburriría des-gnomizando el jardín, pensé que podría ser más útil aquí en la reconstrucción.-

"Ya veo, Mr. Weasley. Sabe que está abierto el colegio a quien desee regresar a ayudar con los esfuerzos, así que no veo problema en que se arregle para volver aquí siendo ex alumno." A pesar de lo que decía era evidente que estaba haciendo una excepción, uno nunca sabe lo que piensa esta mujer, ya que a pesar de que Snape favorecía a su casa también lo hacía la profesora MacGonagall aunque con mucha más paciencia y sutileza.

"¿Que planeaba hacer y por cuanto tiempo tenía pensado quedarse?"

-Estaba pensando en asistir, de alguna manera. Ya sabe, participar mayormente en los arreglos de los muros, entrenar al nuevo guardián de Gryffindor. No me molestaría dar un curso de ajedrez mágico como actividad extra curricular, ¡e incluso hacer un torneo!- Por un momento se emocionó imaginando como sería un torneo de Ajedrez Mágico, repartidos en las mesas del Gran Comedor, y los mejores de cada casa jugarían contra él. Claro, en su imaginación él terminaba venciéndolos a todos...

No tardó mucho en bajar de la nube. -Ahem... Pero en general, ayudar en donde haga falta. Por ahora estaré por tiempo indefinido, pero me gustaría venir los fines de semana, cuando no esté en la Academia. Estoy intentando convencer a Harry de lo mismo, pero está algo liado estos días.-

La mujer lo miró con el ceño algo fruncido antes de aceptar siquiera.

"Espero esté al tanto que Ms. Granger está abriendo nuevamente al grupo de defensa que solían tener en 5to año. Quizá podamos llegar a un trato, usted da una clase de defensa contra las artes oscuras a cambio de techo mientras está aquí." Negoció la mujer.

"Está comenzando el entrenamiento para Auror y le recuerdo que estamos tristemente escasos de personal. Me encantaría decir que tenemos un reemplazo para el puesto de Defensa contra las Artes Oscuras, pero realmente nos falta la mitad del personal, estaba comenzando a considerar recurrir a medidas desesperadas, por suerte la joven Susan Bones aceptó cuando le pedimos la ayuda como asistente de Estudios Muggles... así que ¿que dice? Solo serán un par de clases hasta que todo regrese a un orden relativo."

-¿Reabrirán la Armada? ¿De verdad?- Lo encontraba divertido y extraño, no pensó que Hermione se interesaría en abrir aquella clase de nuevo, aunque había sido ella quién convenciera a Har--

-Esto.. ¿Qué?- Había tardado al menos unos cinco minutos en entender las palabras. -¿Dar clases... de Defensa....YO?-

"A ver, ¿y esto como lo tomo? ¿A coña o en serio están tan desesperados?" Sabía que la profesora Mcgonagall tenía un peculiar sentido del humor, aunque en ese momento no parecía estar bromeando. -Eh... Claro. Puedo dar un par de clases...- Esperaba, realmente esperaba, que la maldición de aquella particular clase no afectara a los profesores temporales.

"Perfecto, entonces se te asignará un nuevo aula, el último ha sido destruido con la caída de una de las torres." Al decir esto un ligero brillo estaba en los ojos de la mujer que recordaba al conspirador anciano barbudo que era Albus Dumbledore. Realmente parecía que el pelirrojo tratando de entender o pedir que esto fuera una broma se había anotado a dar clases aun antes de preguntar en que se estaba metiendo.

"No se preocupe, solo será una clase hasta que tengamos en el colegio al profesor pertinente." Aclaró la mujer, solo sería una visita con un poco de trabajo, era una ayuda útil y sabía que Mr. Weasley no era precisamente constante con su trabajo... especialmente el escolar.

-Erm.. Si, está... está bien...- Se dio la vuelta como si fuera a retirarse, antes de detenerse puesto que la Profesora Mcgonagall no le había dicho que podría hacerlo. -¿Una clase a todos los grados, quiere decir? ¿Hasta los de Séptimo?-

Él dando una clase a Hermione y a Malfoy... Sin querer se le apareció una perversa sonrisa. "¡Diez puntos menos a Slytherin por ser un completo idiota, Malfoy!" Si, podía ser divertido.

"A todos..." La mujer arqueó una de sus cejas permitiendo que los años se marcaran en sus arrugas faciales. En parte estaba conteniendo la gracia de esta situación justamente a este alumno. Pero claro, faltaba personal y debía encontrarles un reemplazo por una clase al menos cosa de tener un marco un poco más amplió para que llegara el nuevo profesor de Defensa contra las Artes Oscuras.

"No debería hacerse tanto problema, Mr. Weasley... es quizá dos dias de trabajo, solo clase, no tendría los permisos de un profesor, pero bastará hasta que el nuevo profesor pueda estar aquí."

-Ya.-

Y ahí iba el sueño de quitar y poner puntos a diestra y siniestra. -Con limitaciones supongo que no podré castigar alumnos, aunque de verdad, de verdad, se lo merezcan... ¿no?-

Debía comenzar a pensar que se trataba de una responsabilidad. Y difícil la iba a tener en tratar de pensar en que enseñar. Cada profesor había dado la clase de formas tan distintas, que no había una simple forma de dar la clase de defensa.

"Señor Weasley... si tiene tan solo una chispa de lo que son sus hermanos mayores creo que sabe la respuesta." Le miró terminante recordando el tiempo en que el caos reinaba de la mano de los gemelos Weasley y aunque Percy era un erudito, ciertamente los mayores no habían sido mucho mejor que los gemelos.

Claro, los otros hermanos tenían otros objetivos y estudios que los gemelos carecían, era una lástima haber perdido a uno de ellos, hasta ella que era tan estricta con algunas cosas debía admitir la genialidad de algunos de sus inventos como el conjunto de protección que vendrían a los aurores del ministerio.

Se le dibujó una sonrisa, con un deje de amargura que no pudo esconder.

-De acuerdo, Profesora. Intentaré mantener ese factor "Weasley" a raya.- Guardó las manos en los bolsillos. -Será mejor que me vaya instalando, supongo que... ¿Quiere que venga mañana temprano para que me de las reglas básicas? ¿Qué puede y que no puede hacer un profesor suplente, y así?-

"Señor Weasley, espero como mínimo un poco de profesionalismo." Declaró con una leve sonrisa de quien sabía que tomaba la decisión correcta, cambiando el semblante a uno más relajado a pesar de que en su rostro se dibujaban las lineas de su vejez temprana y el estrés que recién estaba dejando detrás.

"Ronald, sé que es extraño, todos estamos haciendo lo posible y eres mi mejor opción aunque sea para la primer clase, prometo que tendré un profesor listo antes de que te quieras dar cuenta. Sé que no usa toda su capacidad, estoy segura de que es inteligente y podrá llevar adelante este trabajo."

El hecho de que la Professora lo hubiera llamado por su nombre le hizo sentir extraño. Eran pocos los momentos que aquella severa mujer mostraba algún tipo de sentimiendo hacia los alumnos. Y tuvo que admitir que esas palabras resultaban algo reconfortantes.

.-Gracias Profesora. No la decepcionaré.- "Ahora no te hagas comer tus palabras, Ronald Bilius Weasley..." Pensó intentando no mostrar preocupación. Si no estaba mal, en algún sitio tenían que estar todos sus vejos libros de Defensa contra las Artes Oscuras...