Consulta ante la directora [Minerva]

Independiente de su pasión por investigación en Artes Oscuras sea en su esgrima como también en la forma de defenderse contra estas, además de investigar criaturas mágicas conocidas como también buscar nuevas especies desde su alter ego académico, Mikes sabe que existe todo un conducto regular necesario a respetar.  Entre ellos, tener la autorización de la escuela para poder realizar de manera pertinente la investigación planteada a la escuela de Durmstrang y que trae beneficio académico tanto a esta como también podría traer a Hogwartz. Además, su alter ego exige que debe cumplir con los protocolos para así mantener las relaciones diplomáticas entre ambas escuelas.

Como es de esperarse, Mikes va vestido con túnicas de mago de corte  europeo oriental que puede evocar la imagen de un Oprichnik de color rojo oscuro con bordes negros, además de una camisa oriental cerrada de un color más oscuro al punto de parecer con camafeos cuyo color evoca los ojos de un tiburón. Agregando, una capa larga forrada en pelaje de lobo que acompaña a los tonos de la famosa escuela.

Observa cada rincón del pasillo, partes que aun se mantienen estables como en ocasiones pareciera ser una suerte de ilusión que haría pensar en la inexistencia de la guerra, como si se tratará de un día más con mucha actividad académica y que quienes dejaron de estar entre los vivos siguen presentes cargando sus libros para impartir nuevos conocimientos como también crearlos en conjunto a los alumnos.

A un paso de la puerta del despacho, la observa con atención, consciente de que su primera impresión generará desconfianza pero confiando en que esto contrastará con sus acciones. Elevando un poco el mentón y empuñando la mano derecha, da un par de golpes, lo suficientemente fuertes para que pudiesen ser escuchados y ahora a la espera de ser recibido por Minerva.

La mujer no era precisamente la persona más feliz del mundo estos días. Hacerse cargo de niños traumados, de personas en necesidad, una que debió ser expulsada tras llegar a termino con un embarazo, varias violadas, otras tantas torturadas y ni hablar de los chicos que habían tenido que vivir con familiares que pelearon en la guerra sin importar el bando.

Así que el hecho de que una persona adulta hubiera tomado la confianza de llegar sin aviso, cruzar las capas de seguridad que rodeaban el colegio y parte del bosque lindante, hubiera superado a la gárgola que protegía su despacho y encima tocara la puerta para verle no solo le sentaba mal sino que era un desafío imperdonable ya que todo eso estaba en su lugar para proteger a los alumnos del colegio.

"Adelante." Anunció tras la presencia ser descrita por uno de sus cuadros.

El riesgo de haber pasado por alto todos los protocolos y conducto regular , más ganarse con mucha probabilidad el enfado de la directora, incluso su desprecio, resulta ser parte del riesgo que debe tomar.

-Buenas tardes, directora McGonagall-.

Dice a la directora en ese tono de voz que delata su origen europeo oriental, marcado y que da a entender a través del prejuicio su procedencia como miembro de la academia de Durmstrang.

Quedándose en el marco de la puerta por unos momentos y haciendo un pequeño gesto de disculpa sin apartar su mirada de ella.

-Ante todo agradezco su disposición, más aun en el contexto actual tras los eventos de la guerra-.

Avanza un par de pasos, no solo para mantener el respeto sino para poder dar ese espacio necesario en las decisiones que ella puede llegar a tomar ahora como las posibilidades que pudiesen presentarse para él. Los colores delatan su procedencia, y eso puede generar una desconfianza justificada a primera vista.

A la espera de que ella pueda iniciar las preguntas como también de recibir los comentarios sean hostiles o diplomáticos. Debía dar pausa a sus palabras antes de poder plantear su motivo de interrumpir las actividades de ella.

La mujer frunció los labios, dejándose recostar contra el asiento y estudiando al hombre ante ella antes de alzar la mirada a todos los cuadros de los antiguos directores que le rodeaban.

"No es que me hubiera dado otra opción considerando que ya se ha adentrado en el colegio, poniendo en riesgo a mis alumnos solo para verme. ¿En que puedo ayudarle?" No... definitivamente no era una mujer feliz.

-Pido su perdón por mi falta de proceder en conducto regular-.

Hace una pausa manteniendo la postura protocolar, manteniendo su mirada fijamente en los ojos de la directora.

-Me presento, mi nombre es Miikes Farkas Black-.

Mantiene la mirada,  entrecerrando los ojos por unos segundos con la disposición de proseguir en su discurso.

-Vengo a ofrecer mis servicios  y apoyo a Hogwarts tras los últimos acontecimientos de la guerra-.


Hace una pausa a la espera de la respuesta y preguntas que pueda llegar a realizar la directora. Experimentando un grado de ansiedad en sus órganos, conciente de que a pesar de estar cómodo con lo visceral, nunca se ha sentido a gusto con las emociones que acompañan a tales sensaciones

La expresión de ‘Esto debe ser una broma’ era evidente. ¿que esperaba que dijera? No era malo que ofreciera ayuda, pero la imagen que había creado hacía que desconfiara completamente de cualquier cosa que el hombre pudiera sugerir.

"¿Que es lo que puedes hacer por el castillo?" Preguntó lentamente, viendolo fijamente sin gastarse en discimular la cara de pocos amigos. Si aun no lo echaba a patadas era claramente porque esperaba que si había hecho esto de llegar allí sin autorización al menos tuviera una muy buena razón para ello.