El refugio de las Serpientes - Sala Comun - Libre

Entré a la sala común de Slytherin huyendo de los trabajos de reconstrucción. Acaba de llegar a Hogwarts hacía pocos días y me sorprendía lo destruida que había quedado después de la batalla. El castillo daba pena después de la guerra y era también asombrosa la cantidad de personas que se había ofrecido a reconstruirla. Pero yo...

"Mejor aquí que en casa", me recordé. En mi casa los pasillos eran demasiado lúgubres y me recordaban a mi madre. Así qué prefería estar allí, aunque la sala común de Slytherin estuviera casi completamente vacía. Cuando entré solo reconocí a Malfoy, con la más fina de las pijamas puestas.

Sólo lo conocía de vista. Después de todo... Su apellido lo precedía. Me acerque caminando a uno de los sillones para sentarme. Llevaba una sencilla túnica negra, marcando el luto por la muerte de mi madre en la guerra.

Me deje caer en uno de los sillones en una posición infantil con los brazos cruzados sobre el pecho.

—Maldita reconstrucción —murmure por lo bajo.

Malfoy me había dirigido la palabra, lo cual era notable. De hecho, llevaba seis largos años ignorándome con mucha elegancia, cosa que yo agradecía porque nunca me había interesado su grupo de amigos. Pero bueno, cuando la maldita reconstrucción terminara íbamos a compartir curso, pues yo iba a séptimo y al parecer él también otra vez.

Me quedé en la misma posición, repatingada en el sillón.

—Tengo entendido que los muggles no ven Hogwarts... —me encogí de hombros. Los muggles me importaban nada y lo mismo, no me había preocupado de defenderlos en la guerra—. Aunque por mí, que lo hagan los que quieran mientras yo no tenga que hacer nada...

Torcí el gesto porque, evidentemente, me habían obligado a ayudar con los malditos trabajos de reconstrucción allí. No estaba hecha para ese tipo de trabajo. Mi familia no era muy rica, pero no nos faltaba dinero y tener que usar las manos para algo no era lo mío. Prefería leer un libro o salir con mis amigos...

"Pero ellos no están ahora en Hogwarts", recordé. Bueno, de cerca, Malfoy parecía un presumido de cuidado, pero era mejor que nada. Al menos no intentaba convencerme de que todos los slytherin éramos el demonio personificado.

Dejo escapar un suspiro molesto. Definitivamente esos trabajos de reconstrucción eran insoportables, aunque por un lado me sentía en parte culpable. Los mortifagos que habían entrado al colegio yo los había ayudado, y aunque los sentimientos que tenia respecto a eso eran extraños y contradictorios, no iba a comentarlos con una alumna cualquiera a la que no conocía.

-No lo ven, sin embargo no tenemos mucha opción que ayudar a reconstruirlo, después de todo es donde vamos a estar este año... - Mi tono era un refunfuño - Aunque claro esta, habiendo tanta mano ansiosa por ayudar no deberían obligar a los que no quieren, claro esta...-

Observo a la joven con la que estoy hablando. ¿Así era yo al principio? Me sentía como un cretino de primera ahora que habían pasado tantas cosas. Aunque estaba seguro de que yo me comportaba peor de como lo hacia ella.

Entré en la sala común luego de una visita a la biblioteca, y me encontré con Malfoy y Poulain hablando. De la reconstrucción. Reconstrucción a la que claramente no ayudaban. No que me importe mucho lo que hagan o dejen de hacer, pero si van a criticar, por lo menos deberían hacer algo (es decir, ir a molestar a otro sitio).

Suspirando suavemente, me fui a un rincón con una lámpara cercana, abrí el libro que había traído y me puse a leerlo sin dedicarles una segunda mirada a mis "compañeros". En especial al rubio, que era su culpa que tuviera que dar tantas vueltas para ir de un lado a otro, bueno, quizá no su culpa, pero si él no hubiera dejado entrar a los mortífagos, Dumbledore no hubiera muerto, y entonces Voldemort no hubiera atacado la escuela, quedando está medio destruida, y personas como yo no tendría que darle la vuelta al castillo para ir a cualquier lugar. Tonto rubio.

En todas las casas había cretinos, pero viéndonos a Malfoy y a mí, comprendía que en Slytherin se había acumulado la mayoría. De todos modos, Malfoy y yo, aunque compartiéramos los mismos prejuicios, no pertenecíamos al mismo grupo. Él había metido a los mortífagos a la escuela y a mi madre la habían matado unos estúpidos mortífagos con sed de sangre porque ella se había negado a unirse.

Sin embargo, no podía decir que mi madre no compartiera los ideales de los sangre limpia. Había salido de una de las familias a las que les encantaba presumir de su pureza. Se había casado con un francés que presumía de lo mismo. Así me habían educado.

Entonces vi a entrar a Sforza. Se fue a un rincón, no supe si por gusto o evitándonos. Slytherin estaba fragmentado en pedazos y aparte nosotros nos esforzábamos en hacer esa diferencia más latente.

—Yo tenía que volver de todos modos —repuse—. Apenas "terminé" sexto.

Marque las comillas, pues el curso pasado había sido caótico de todas las maneras posibles.

—Igual… tampoco es que me importe demasiado —musité—. Si me obligan a ayudar para quedarme aquí, lo haré.

"No quiero estar en casa", pensé.

Observo de reojo como entra a la sala común otro de los Slytherin. Tampoco recordaba como se llamaba, ni su curso. No había demasiado que recordara del ultimo año que había pasado. Me quede en silencio, durante unos minutos pensando en el ultimo año.

La incursión de los mortifagos, la batalla, la muerte de Dumbledore...

Me estremecí de recordar esa escena. No quería pensar en ello, ya me alcanzaba lo que veía por las noches como para encima pensar durante el día.

-Bueno, solamente queda el ultimo año y si están todos en ello la reconstrucción terminara pronto y dejaran de molestar... Realmente no hay demasiado que podamos hacer y aunque digamos que no nos gusta igual debemos hacerlo...-

Me encojo de hombros, apoyando mis manos en mi abdomen, mirando hacia el techo intentando que los recuerdos no salgan a la superficie.

Vi como Malfoy se estremeció. Supuse que estaría pensando en las cosas que, indirectamente había causado. Como, por ejemplo, la muerte de Dumbledore y la manera en que los Mortífagos habían destrozado el colegio. La muerte de Dumbledore no me había importado demasiado hasta que sus sustitutos aparecieron por la puerta. Quizá fuera Slytherin, con ideas de pureza de sangre, pero lo que habían hecho el año anterior los Carrow no tenía nombre.

Y Snape, que siempre había sido un líder de casa decente, aunque no demasiado genial, en comparación con los otros, lo había permitido. A decir verdad, Malfoy no me inspiraba tanta lástima. Al menos había salido vivo y con la familia entera, aunque se rumoraba que le había costado muy caro a su orgullo.

—Sólo este año —dije, paladeando las palabras poco a poco—. No suena mal, sólo a un año demasiado largo…

Me recargué en el sillón con las manos en la nuca.

—Ya sabes, nos miran como si todos fuéramos culpables de lo que hicieron algunos.

Me encogí de hombros inocentemente, como si no lo hubiera atacado directamente. No lo odiaba, pero a veces me entraba ese rencor que aun me había quedado tras la muerte de mi madre, del recuerdo de haberme enterado por boca de otros y de que los Carrow la llamaran traidora por no haber querido mancharse las manos.

En ese sentido, Malfoy era el único que estaba cerca para desquitarse.

Entré en la sala común tosiendo por culpa del polvo que había tragado intentando rehacer una parte del Comedor, polvo que también estaba por toda mi ropa y que probablemente estaría en mi rostro y cabello...diablos...quien me mandaría a mi hacer esto, mi aspecto era más que lamentable.

*Por favor, que no haya nadie* Me dije a mi misma mientras entraba en la sala, para ver que desgraciadamente, había gente...y no cualquiera.
¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Isabelle, Sforza y...Draco. Gracias karma, reconstruyo el comedor y así me lo agradeces.
Pasé las manos por mi uniforme, intentando limpiarlo un poco, sin demasiado resultado hasta que me dí por vencida.

-Isabelle, Dante-dije a modo de saludo con una sonrisa, para despues mirar a Draco algo más...¿Seria? ¿Tímida?-Draco...
No me sentía cómoda así vestida (ni en esas circunstancias) , por lo que me despedí rápidamente y subí a mi habitación.
Después de bañarme y arreglarme un poco, eligiendo un corto vestido verde botella con un cinturón negro ancho. Me calcé unas bailarinas y bajé de nuevo.

Los tres estaban conversando y me senté en un sillón cercano a ellos con las piernas cruzadas, uniéndome a la conversación, intentando hacer lo posible para arreglar la incomoda situación.
Escuché el comentario de Isabelle y levanté una ceja.

-Isabelle, eso es injusto-La miré directamente-Hay gente que no tuvo más remedio que unirse. Es cierto que todo ahora...es un caos y que tardaremos mucho en reparar el daño hecho...pero el pasado es el pasado-Suspiré ligeramente.-Slytherin ha salido mal parado, somos muy muy pocos, la mayoría de las habitaciones están vacías. Aunque Hogwarts tampoco tiene muchos alumnos este año.

Alisé la falda de mi vestido. Mi familia no se había unido a ningún bando, hasta para mi juicio ha sido cobarde, pero de haberlo hecho habríamos elegido a Voldemort y estaríamos en la situación de los Malfoy, por lo que me sentía culpable. Lancé una rápida mirada a Draco, para luego volver a mirar al frente.

-Pocos padres se han atrevido a traer a sus hijos aquí, y desde luego los sangre suc...digo...ya sabéis...ellos... no querrán volver-Dije tamborileando en el reposa brazos del sillón.

A pesar de que estaba ignorando flagantemente a mis compañeros, al ser sólo los tres en la sala común su conversación me llegaba a pesar de que no estaban hablando muy fuerte, y yo estaba a más de cinco metros. Y hubiera seguido ignorándolos si no fuera por el comentario de Poulain. Un muy sutil ataque a Malfoy, digno de un slytherin. Era bastante agradable ver que no todos allí eran unos idiotas. La miré fijamente, un poco impresionado.

Ella tenía razón. Yo ni siquiera estaba allí cuando la guerra ocurrió, pero habían personas que me miraban como si yo hubiera matado a su madre o algo parecido, sólo por la insignia en mi uniforme. El mundo mágico tenía la mente muy cuadrada.

Pero volviendo a lo que pasaba, volteé mi mirada a Malfoy. Quería ver qué hacía ante tan claro ataque. Y de paso comprobar  si es que era tan pusilánime como decían. Pero fui distraído con la estrepitosa entrada de la menor de las Greengrass a la sala común. Nos saludo (de una manera mucho más informal que la que me gustaría) y subió a los dormitorios rápidamente.

Bajó luego de un rato (de incómodo silencio) y se unió a la conversación de los otros dos. Al parecer había escuchado las palabras de Poulain y dio su opinión. ¿Así que no tenían más opción que unirse? Siempre hay opción, lo único inamovible en esta vida era la muerte. Bufé cuando casi dijo "sangresucias". No aprenden. Fue ese tipo de discriminación la que ayudó a meter el nombre de la Casa en el lodo, y a duras penas intentan cambiar su forma de hablar. Idiotas.

Y claro que los hijos de muggle regresarían. Eran el bando ganador. Así fuera sólo para regodearse en ello, regresarían.

Astoria, que estaba un curso por debajo, nunca me había caído mal, claro que decir que había cruzado más de un par de palabras con ella. Dijo que era injusto lo que había dicho, y quizá tenía razón. Me daban igual las posibles razones que tuviera para unirse a los mortífagos y quizá las tenía de peso pero…

—Mi madre murió por no unirse —me quedé viendo a Astoria, sacando ese veneno que tenía—. Y ahora me miran como si yo hubiera sido... Una de ellos  —no pronuncie la palabra "Mortífago"—. Ya me dirás si no es injusto.  

Mi madre había elegido no unirse a ningún bando y había pagado con creces por ello. En ese momento me daban ganas de rematar a Malfoy, porque era el único chivo expiatorio que tenía cerca. Pero aun así no lo hacía. Quizá lo había hecho para evitar la muerte.

—Acabarán volviendo… —dije, muy segura de mi misma—. Ganaron la guerra, ¿no? Igual, siguen siendo magos. Nunca me pareció muy lógico que intentarán apartarlos. —Nunca había sido partidaria de denigrarlos.

Me quedo con los pies apoyados contra la pared cuando siento la acusación llegar. Estaba esperando a ver en que momento lo decían. Ya sabia que volver a la escuela y a la casa de Slytherin traería consigo todo aquello. El único signo de molestia que muestro es solamente mis manos tensarse...

Si yo tenia parte de la culpa de todo esto, pero ninguno de ellos comprendía lo que eran las amenazas de ese hombre cuando estaba relacionado con tu familia. El miedo a algo peor que la muerte, la presión constante...

No me enorgullecía de lo que había pasado, ni de lo que había hecho. Todo eso... me pasaba factura por las noches, motivo por el cual me encontraba en la sala común en estos momentos.

-Lo se... - Respondí en tono seco - Solamente deberían acusar a los que si formamos parte...-

Aquellas ultimas palabras venían cargadas de resignación y arrepentimiento. Me sentía un cobarde.... Solamente tenia que soportar un año allí, aunque la culpa no me iba a abandonar en tan poco tiempo. Pero antes de que pudiera responder algo mas una voz me detuvo. ¡Maldición! Las cosas iban a empeorar para mi y mucho...

Me senté erguido de golpe, para observar a la pequeña figura desaparecer por las escaleras. No se cuanto tiempo demoro, simplemente me quede allí mirando el hueco vacío con la espalda rígida. ¿Por que demonios habían mandado a Astoria a la escuela? Eso... complicada mis planes.

Al verla bajar la seguí con la vista hasta que tomo asiento cerca nuestro. Sentía como si mi cuerpo fuese de piedra. Recorrí con la mirada a mi "prometida" antes de carraspear para volver a tener control de mi mismo. No podía permitir que me afectara aquello.

-Astoria... - La saludo suavemente con una inclinación de la cabeza. - Seguramente vuelvan, no por haber ganado la guerra, sino por que pertenecen a esta escuela. Muchos lo encuentran como un hogar o como un alivio... -

No quería decir mas nada. Me sentía tenso, con Ella presente y toda la carga que venia acumulando últimamente era una bomba a punto de explotar y no quería hacerlo con ninguno de ellos.

La tensión que había en el ambiente se podía cortar con un cuchillo. Miré a Isabelle cuando habló y asentí, a pesar de su tono cargado de odio. De verdad sentía la suerte que había corrido, y si, era injusto, pero muchas cosas lo habían sido. Me sentí bastante afortunada, yo  no había perdido a nadie importante para mi, pero he visto a mucha gente sufrir las consecuencias de lo ocurrido.

Sentí la mirada de Draco en un determinado momento sobre mi, no me atreví a levantar la mía hacia él hasta que me hablo, clavando mis ojos en los suyos.

-Yo no estoy tan segura-Jugueteé con el anillo familiar que llevaba en mi mano derecha-Después de lo ocurrido, independientemente de que ganaran, creo que los padres muggles temerán por sus hijos.-Miré a ambos-Supongo que Durmstrang y Beauxbatons tendrán más alumnos este año.

Nadie parecía estar muy cómodo hablando de esto, y el ambiente que había, había comenzado a ser ligeramente hostil, pero cualquier intento de mejorar los ánimos sería un suicidio, alguien acabaría por estallar.
Llegó un incomodo silencio en el que nadie habló. Esperaba que el resto del curso no fuera así de duro, de ser así, pocos resistirían la presión.
Draco parecía más tenso que el resto, como era de esperar. Tampoco creo que mi presencia allí ayudara mucho, pero tendremos que acostumbrarnos a esta situación...tanto como si nos gusta como si no.

No sabía que decir, así que tomé un caramelo de el bol que había en una mesa cercana y me lo metí en la boca. Para mi desgracia, era de licor, pero en vez de tirarlo lo mantuve en mi boca, dejando que se derritiera. Esperaba que el fuerte sabor me distrajera un poco de mis pensamientos, o por lo menos los "endulzara".

Me encogí de hombros, oyendo a Astoria. El ambiente se volvió tan frío y tan tenso que me quedé cayada. Seguía con los brazos cruzados bajo la nuca, sentada cerca de Malfoy. No pensaba hacer nada para mejorar el asunto, pero supuse que, tarde o temprano, las cosas iban a mejorar con las relaciones de los Slytherins. No podíamos ignorarnos o echarnos en cara los reproches toda la vida, por más que Malfoy se los mereciera.

—Dudo que los muggles quieran mandar a sus hijos a Durmstrang —comenté, después de un rato—. Ese colegio tiene una muy mala reputación que le precede y, la verdad, Astoria, ni siquiera yo estaría cómoda con la idea de ir allí… —Me encogí de hombros, restándole importancia—. Aunque Beuxbatons, por otro lado…

Me quedé sin saber que decir y vi como Astoria tomaba un caramelo. La tensión entre Draco y ella era palpable y hasta visible. Aunque la tensión entre Malfoy y el resto del mundo era notable, también, parecía haberse cubierto de una coraza y disimulaba un poco con esa actitud si se sentía o no culpable. Me daba igual. Me quede callada, alternando las miradas entre uno y otro y finalmente mis ojos fueron a parar a Dante, que seguía apartado de nosotros.

—¿Y tú, Dante, qué opinas? —pregunté.

Probablemente me fuera a odiar en ese momento por meterlo en la conversación, sobre todo porque no nos llevábamos demasiado bien, y porque Malfoy y él se llevaban pésimamente mal. O al menos, se notaba que uno no estaba de acuerdo con las ideas del otro. Pero era un intento desesperado por romper aquel incómodo silencio instalado entre nosotros. Si así éramos en nuestra propia sala común, ¿cómo sería el resto del colegio?

Apoye los codos sobre mis rodillas, relajandome un poco, antes de cruzar las manos frente a mi rostro. Definitivamente esta no era la tranquilidad que esperaba tener cuando vine a la sala comun luego de estar ayudando. A pesar de no haberlo dicho y quejarme no podia evitar ayudar en el castillo aunque intentaba hacerlo donde nadie me notara. Las miradas acusadoras pesaban casi lo mismo que la culpa que ahora me consumia.

Respirando profundo y suspirando luego, me paso la mano por el cabello ligeramente humedo ahora, antes de volver a apoyar los codos en las rodillas. El solo pensar en las otras escuelas me generaba repulsion.

-No tienen por que temer ahora... Las cosas han cambiado y no va a haber otra guerra, pues en definitiva ahora Voldemort ha caido... - Ya no sentia miedo al decir su nombre, el frio de sus amenazas estaba calado hasta lo mas profundo de mis huesos - Aparte... nada les garantiza que en las otras escuelas no ocurra algo asi, si realmente los padres de los muggles se preocupan por esa situacion no los enviaran directamente no los enviaran al mundo magico...-

Finalizo en tono bajo, apoyando la frente en mis manos cruzadas frente a mi con los ojos cerrados. Me sentia cansado. Queria dormir pero no me atrevia a hacerlo, no por lo menos hasta que todos estuviesen profundamente dormidos.

De alguna manera, todos estabamos molestos, en verdad lo ocurrido nos había afectado de manera directa o indirecta, y los ánimos que teníamos estaban a flor de piel. Nadie sabía que decir, nadie sabía de que hablar, nadie sabía que pensar, nadie sabía que decir.

La sala, que se encontraba en las mazmorras, estaba fría aunque con toda la conversación no me había dado cuenta. Me agarré los brazos y miré al suelo, insultándome mentalmente por no haber bajado una chaqueta.
Decidida con acabar con el incomodo silencio, aunque me la estuviera jugando, decidí hablar de algo.

-Eh...¿Qué tal lleváis vuestro último año?-Dije, aunque era una pregunta estúpida, al menos nos distraeríamos hablando de algo, por muy estúpido que parezca.

El caramelo que me había tomado se había derretido en mi boca, y el sabor me estaba dando bastante asco, arrugué la nariz y me apoyé en el codo sobre el reposa brazos izquierdo.

Qué ambiente tan encantador. La tensión era inusualmente alta, incluso para la sala común. Se notaba que todos estábamos un poco estresados. Y Luego se Pusieron a hablar sobre Durmstrang y Beauxbatons. Suspiré sutilmente. Ellos charlando de que la gente posiblemente se fuera, y yo allí, obligado por mi madre a salirme de mi escuela y venir a Hogwarts.

La tensión entre Malfoy y Greengrass era peor que la del ambiente en general. Por ahí había escuchado que estaban (obligadamente) comprometidos. Y al parecer la idea no era de su agrado. Al parecer éramos una casa llena de gente que se deja manejar por sus padres. Qué triste, en verdad.

Y luego, para empeorar la situación, Poulain me pregunta mi opinión, y Greengrass pregunta qué tal nos ha ido. Por un momento sentí ganas de lanzarle un maleficio a la tonta esa. ¿Por qué me estaba molestando, si yo no la he molestado a ella? Podré estar en desacuerdo con mucha gente, pero me guardo mis opiniones para mí (mirar mal no es que cuente demasiado).

Bufé antes de contestar. -¿Qué opino? Primero, que somos parias. Segundo, que preferiría estar en Francia, y no teniendo que aguantarme ni a las otras casas, ni a ustedes. La guerra podrá haber terminado, pero el estigma sigue… como un tatuaje. –dije, mirando de reojo a Malfoy.- Un tatuaje no se quita, es una marca permanente. Y nosotros, como el… estandarte de Voldemort (“todos los Slytherins son magos oscuros”) estamos marcados. Así que nos espera un año aún más deprimente. Y Tercero, los hijos de muggle no se van a ir. Son los mártires de la guerra. Les darán todo tipo de cosas para que no se vayan, para mostrar que lo que Voldemort quería no va a ser.- finalicé. No estaba acostumbrado a hablar tanto (hasta tenía dudas de que alguno de ellos me hubiera escuchado hablar antes) pero esperaba que con mi respuesta quedaran satisfechos y no me molestaran más, que no les estaba molestando yo a ellos.

Oí a Dante hablar hasta el final. Nunca lo había oído hablar tanto porque en general años evitaba. A mí me daba igual el chico, porque era más que evidente que no conectaba demasiado bien con algunas ideas que estaban metidas en Hogwarts.

—Bueno, sólo nosotros podemos quitarnos el estigma... —dije—, cosa que será difícil. —Me quedé mirando a Malfoy—. No es que nos ayude la presencia de todos... —Otro ataque por lo bajó, como sin querer—. Pero bueno, a todos el maldito sombrero nos mando Slytherin por algo y no creo que haya sido por ser magos oscuros en potencia.

Pero bueno, ya bastaba de hablar de temas deprimentes. Así que respondí a la pregunta de Astoria.

—¿Cómo va el año? —repetí—. Pésimamente. Es obvio que no me gustan las reparaciones del castillo, no voy a intentar esconderlo, adí que no ayuda el hecho de tener que ayudar mientras todos me miran como "bruja malvada en potencia".

"Aunque quizá sea porque no me molesto de sacarles esas ideas de la cabeza", pensé, "pero me da igual. Que piensen lo que quieran, mientras este año pase rápido"

Allí estaba nuevamente, el sutil ataque hacia mi, primero de Dante y luego de Isabelle. Suspire, pero sentía como todo el odio y la desesperación se acumulaban dentro de mi. Las manos comenzaron a temblarme levemente... hasta que no pude soportarlo mas y me puse de pie con brusquedad. Mi rostro era una viva expresión de furia, ocultando la desesperación que había debajo.

-Ya estoy harto... - Apreté los dientes - Por que demonios no dices lo que tienes que decir de frente... ¡Estoy harto de que todos me ataquen por lo bajo! ¿Acaso ninguno tiene los huevos suficientes como para decirme las cosas cara a cara? Ninguno... - Los señale antes de bajar la mano y apretarla - Ninguno de ustedes sabe lo que es vivir con Él bajo un mismo techo... vivir con la crueldad... con el temor de despertar- Respiro agitado - Ninguno... sabe lo que es ver que tu propia Tía torture a alguien en tu living... ver como una profesora muere delante tuyo y que una serpiente gigante se la coma...-

Me doy vuelta y pateo el sillón, caminando unos pasos, abriendo y cerrando las manos para intentar relajarme. Sentía como la sangre bullía dentro mio haciendo que todo hirviera y se viera rojo.

-Se que se perdió mucho por mi estupidez, y puede que ustedes no lo apoyaran... Que sus familias no lo hicieran... Pero no saben lo que es tener la amenaza constante sobre tu familia, sobre todo lo que te rodea... - Me temblaban las manos nuevamente de la desesperación - Ninguno de ustedes sabe lo que es estar bajo la presión de tener que hacer algo que no quieres y no poder negarte... -

Me paso las manos por el cabello, sin importar si me despeinaba o no, dejándolas sobre mi nuca, mientras me acuclillaba unos instantes. Necesitaba calmarme... necesitaba dormir una noche completa sin que las pesadillas me atacaran. Tal vez necesitaba una poción para dormir y relajarme, sentía que algo dentro mio iba a quebrarse en cualquier momento.

-Así que si tienen algo para decirme... no sean cobardes y díganmelo en la cara...-

Finalizo en tono bajo, sin mirar a ninguno pero diciéndolo para todos.

Oí la manera en la que explotó Malfoy y apreté los puños. Por un momento, casi sentí lástima por él. Por un momento. Luego recordé algunas cosas y después de su larga parrafada, decidí que haría caso a su consejo: hablar a la cara. Llevaba tanto tiempo con aquello guardado, que, aunque no considerara a Malfoy en culpable de todo, iba a sacar simplemente para vomitarlo de mi sistema, porque no había nadie más cerca. Así que me pongo en pie desde que entré a la sala común y me acerco a Malfoy.

—Muy bien —aprieto la mandícula—, a la cara, entonces —tuerzo la boca en una mueca que demuestra ese algo que me he estado guardando desde hace un tiempo—: Ya sé que sufriste, lo tienes tatuado en la cara... —me contengo para no soltar palabrotas en ese momento—, pero otros murieron por dignidad, por orgullo, y resulta que mi madre fue una de ellas. No vengas y me digas que no sé que sufriste, o podría contarte lo que le hicieron a ella.

Regreso a mi lugar.

—No me caes mal, Malfoy, pero podrías dejar de tenerte lástima y demostrarnos qué eres algo más que lo que la gente dice de ti.

Me vuelvo a dejar caer en el sillón en el que estaba y recargo la espalda, volviendo a la pocisión en la que estaba antes, con los brazos tras la nuca.

Levanté una ceja mirando poda la parafernalia de Malfoy. Era verdad, no sabía qué sería vivir con aquel ser en mi casa, pero... -No te vengas a hacer de víctima, que ya muchas hay. Si, no sé que era vivir con él, pero fue tu elección. No huiste, no le plantaste cara, no buscaste ayuda. Te limitaste a obedecer. ¿Que no pudiste negarte? Pudiste. Pero escogiste no hacerlo. Si, posiblemente hubieras muerto, o hubieras sido torturado, al igual que tu familia, pero tendrías algo que claramente te falta. Integridad. Tendrías la conciencia tranquila. -y bajando el tono de voz añadí: -y no tendrías pesadillas todas las noches.- le dije mirándolo fijamente.  Si Malfoy quería ataques directos, eso no era ningún problema para mi.

Quizá fuera un poco rudo o cruel, y puede que él no necesitara escuchar eso, pero yo claramente debía decirlo. -Deja de ser tan pusilánime y enfrenta los errores que cometiste con la frente en alto. Actitudes como la tuya son la que nos hunden más. ¿Qué ganas en esa posición? Lástima. ¿Eso es lo que quieres inspirar? ¿Eso es lo que quieres que inspire la Casa? La lástima no nos va a sacar del lodo en el que estamos por gente como tu.- finalicé.

Tamborileé nerviosa el reposa brazos del asiento, hasta que en un determinado momento clavé las uñas en él.
Draco había estallado, toda la rabía, presión y furía que había en él había saltado como una bomba de relojería por la situación en la que nos encontrábamos en ese momento.
Me quedé paralizada sin saber que decir a aquellas palabras cargadas de odio y dolor, palabras que debían haber salido hace mucho.

Seguí callada y estatica como una estatua cuando Isabelle contestó a sus palabras, aunque le dirigí una mirada profunda, pero cuando Dante habló, me levanté de golpe.

-Perdona, no he oido bien. ¿No saldremos del lodo en el que estamos por gente como tú? ¿Cuál es tu problema Dante?-Me crucé de brazos desafiante-Llevas mirando por encima del hombro a todo el mundo desde que tengo memoria, todo lo que hacemos está mal y somo idiotas a tu juicio, tu ego te está asfixiando. Aun no has hecho nada que ayude a "sacarnos del lodo en el que otros nos metieron", cuando el silencio también es una de las peores armas.-Le apunté con el dedo-No siempre hay elección, si tu familia está en peligro o aquellas personas que te importan están a un paso de la muerte, creo que tú también habrías hecho lo mismo ¿Acaso me equivoco? Si, hay victimas, si, hay familias destrozadas, si, hay cosas que nunca recuperaremos...pero eso no es todo  culpa suya, el no cometió esos asesinatos-Dije señalando a Draco-Puede que el estuviera en el bando equivocado, con las personas equivocadas y los actos equivocados, pero no lo hizo simplemente por gusto, hay más de lo que tu ves.-Entrecerré ligeramente los ojos-Deja de judgar e intenta que nuestro "preciado" honor se repare, ya que lo aprecias tanto. Si en nuestra propia casa somos enemigos, no quiero saber lo que ocurrirá fuera.-Miré a los ojos a Dante-Con esa actitud como la tuya, la casa se hunde más y más. Me das lástima, Dante Sforza, pero la lastima no nos va a sacar del lodo en el que estamos por gente como tu.

Tomé aire y me senté de nuevo, clavando las uñas en el sofá y mirando desafiante a ambos.

Dejo escapar una carcajada fría ante las palabras de Isabelle. ¿Lastima? No... no era lastima lo que sentía por mi. Hace unos años tal vez pero ahora todo había cambiado.

-Estas equivocada Isabelle... No me tengo lastima.... - Me tenia asco - Se lo mucho que sufrieron los demás y las personas que murieron... Por que todas esas muertes son las que están en mi consciencia todas las noches....-

Pero antes de que pudiera decirle algo mas a ella hablo Dante. ¿Quien demonios se creía que era ese idiota? Un pobre transferido que solamente se pavoneaba como pavo real creyéndose el único y el mejor de todos.

-¿Disculpa? Tu no sabes lo que hice o deje de hacer. No me conoces y eres el menos indicado para juzgarme, pero permíteme que te diga algo. Es cierto no huí, pero no soy tan egoísta como para hacerlo y que mi familia pagara las consecuencias. Me mantuve allí e hice lo que me ordenaron para poder cuidarlos. Tu no sabes de lo que Voldemort era capaz de hacer, todos los horrores de los que ustedes han escuchado los viví en primera fila... - Le digo con una expresión de hastío y tono frío - ¿Acaso dices que yo debo sacar la casa? No te veo haciendo NADA para "sacarnos" del lodo. La casa de Slytherin tiene la misma fama desde hace siglos y no ha comenzado conmigo... Por el contrario dices que yo no hago nada... sin embargo yo SI he estado trabajando para reconstruir el castillo a diferencia tuya que solamente estas por ahí mirando a todos como si fueras un rey, puede que haya causado parte de este desastre, pero estoy intentando compensarlo con mis acciones. ¿Por que no te vuelves a tu antiguo lugar donde están toda la misma manga de idiotas iguales a ti si tanto te molesta la gente de Hogwarts?-

Pero antes de que pudiera decir algo mas Astoria se levanto. Parecía enfadada y sus palabras me dejaron estupefacto. Sabia que tenia carácter pero nunca se me hubiese ocurrido que pudiera "atacar" a un compañero y menos "defenderme". No podía salir de mi estupor al oírla hablar como una fiera. Me quedo en silencio, sin saber que decir. Aunque en realidad ella había dicho todo lo que quedaba por decir...

—¡Paren de discutir! —le espetó a todos y a nadie por igual.

Sé que no es que lo haya evitado pero oírlo tantas veces me empieza a poner enferma.

—Sólo estamos aquí y no hacemos nada por sacarnos del lodo... —suspiro, un suspiro largo, de cansancio, que no corresponde a alguien de mi edad—. Ya te dije que no me caes mal, Malfoy, pero... Mi madre murió por elegir. Murió con la dignidad que tu perdiste. No puedo odiarte porque aun estás vivo y porque de haber elegido lo correcto quizá... —dejo las palabras al aire—. Sí vamos a hacer algo, al menos... Deberíamos enterrar el hacha un momento. No podemos discutir aquí y pretender sacar a Slytherin del lodo. Hablar de la muerte es fácil cuando no la tienes cerca... —concluyo, refiriéndome a Dante.