Le plus beau du quartier || Hermione Granger

Los planes y los pensamientos se arremolinan en mi cabeza, simplemente lo tengo todo hecho un desastre en mi cerebro, mis pensamientos van unos tras otros, pero la única contsnate es Draco, Draco y su regreso... Llevo días quizá, pensando en eso, y no tengo nada claro. Volvió hace tan poco y ya tuvimos una escena digna de él y yo, pero ahora... cuando lo pienso, me dan ganas de gritarme a mí misma. ¿Por qué siempre tan tonta, Pansy Parkinson? ¿Por qué? ¿Por qué siempre tengo que caer el embrujo de un chico que ya no cae en el mío? Sigo siendo una tonta y dejo que me tiemblen las pienas cuando él esta cerca. Creí que había cambiado. Creí que...

Alzo la mirada y la encuentro. Tiene el pelo de escoba, se me demacrada y ni por asomo bonita. No logró entender qué demonios le vio, pero al menos... Suspiró. ¿No solían odiarme? Me quedo mirándola, con los ojos calculadores, intentando descubrir qué secreto esconde. Ni siquiera puedo ocultar los celos que tengo tatuados por toda la piel, por un chico que ni siquiera me pertenece y quizá, sólo quizá, no me perteneció nunca.

Draco y yo... No logro entenderlo. A veces parecía que eramos la pareja idea y otras veces me contaba cosas. Nunca nada concreto, sólo un par de cosas por aquí o por allá, como en el viaje del tren de sexto año. "Haré cosas grandes", "Tengo planes...". Todo eso para dejar de hablarme meses después y encerrarse en sus pensamientos. Sé que le afectó convertirse en lo que se convirtió, tatuarse sus ideas, o dejar que se las tatuaran y aun hoy no puedo entender por qué lo nuestro no funcionó. "Se supone que eras una chica lista, Parkinson", me digo a mi misma, formando una mueca desagradable, mientras examino a Granger de pies a cabeza y ésta empieza a ser consiente de la mirada que le dirijo.

No es lo mío meterme en peleas que nadie ganará pero... Aquella vez lo hago. Acorto la distancia entre las dos en unos pocos pasos aun sin saber qué haré cuando la tenga enfrente.

-Casi todo el colegio lo sabe... -acabo diciendo-. Eres el secreto a voces de Malfoy porque... Greengrass se lo contó a Poulain y Poulain a Nott... y entre ellos creo que lo distribuyeron. Una suerte que su padre aun no lo sepa... -me miro las uñas, con atención, como si todo aquel tema no tuviera la menor importancia-. Su madre quizá sólo sufra de un infarto, pero su padre... -corto la frase, deleitándome con su rostro-. ¿Qué hará él contigo?

Sonrío, conforme, esperando el efecto de las palabras en Granger. Quizá hablo demasiado, pero no me importa. Esa es, y siepre ha sido mi virtud: tener lengua venenosa, abrir la boca y sólo soltar dagas en forma de palabras dispuestas a impactar en las personas.

-Así que, ¿Granger? ¿Qué carajos te vio? -¿Pansy Parkison dolida? Lo que le sigue. Y además, furiosa. Pero sobre todo, y cuando me duele reconocerlo, triste.

Carajo.

Estoy triste por una relación condenada al segundo de empezar. Triste. Reiría, sólo para calmar las lágrimas.

¿Que hubiera hecho Hermione Granger hace unos meses? ¿Llorar? ¿Esconderse? ¿Tener miedo? ¿A que le tendría miedo si ya estaba muerta? Ella mató a Hermione Granger, ella la destrozó, la hundió, le robó toda cordura y la dejó sin nada. Ella misma se había convertido en esto, había borrado cada mueca, cada intento de felicidad, había dejado que sus culpas la consumieran y había dejado que rodearan su mente con cicatrices que nunca más podrían sanar porque se habían encargado de enterrar clavos en cada una de ellas hasta que solo podría llorar del dolor que se había causado.

¿Que habría hecho Hermione Granger? Responder con orgullo, sabiendo que estaba por sobre las acusaciones de esta morocha mujer, que no importaba de que la acusara, ella era mejor que eso, que no era solo un momento de debilidad. Y así, aun demacrada como sabía que estaba, hubiera puesto el pecho del asunto, enfrentando la situación paso a paso y consolándose con su superioridad moral, saber que no era como esta chica que se había dejado arruinar por el mismo hombre que ella se había enamorado.

Quizá enamorarse de Draco Malfoy era la primer señal de su derrota. Después de todo, él era todo contra lo que ella había obrado por mucho que hubiera cambiado. Sabía que seguía siendo un bastardo arrogante que seguía creyendo en la superioridad de sangre hasta cierto punto, 18 años de crianza no desaparecen de un día para otro... también sabía que él era una serpiente rastrera si lo deseaba y que no dudaría en morder e inyectar veneno si lo creía necesario para evitar que amenacen sus ideas como la mayoría de los Slytherins.

Pero aunque odiaba decirlo, era suyo, era su amante y el hombre al que había elegido entregarse y por ende no podía en su mente concebir esto que le planteaba.

¿De donde salió la fuerza? No lo sabía. ¿Como lo hizo? Lo ignoraba...

¿Que haría Hermione Granger? Ciertamente cualquier cosa menos esto, y lo mejor es que en este pasillo sin cuadros, no importaba a quien le contara, nadie le creería que esta chica, esta Hermione Jane Granger la había tomado en un movimiento rápido del cuello y la había estampado en la pared para dejar de escuchar su insufrible voz.

"Escuchame bien, ‘Pansy’." Por alguna razón el nombre sonaba a una burla en sus labios, quizá es que lo era. "No me importa lo que ronde el castillo, cuéntaselo a la Dama Gorda por lo que me vale, solo ALÉJATE DE MI." Le dijo más puntual de lo necesario, tratando de controlar eso que corría por sus venas, necesitaba realmente relajarse, hoy evidentemente no sería el día para eso, pero si seguía así iba a acabar por ahorcar a esta chica, la jaqueca que sentía no estaba para soportar tonterías.

La reacción me sorprende, por su rapidez y su brutalidad. ¿Quién pensaría eso de Hermione Granger? En cuarto, cuando decidimos molestarla a ella y a Potter, simplemente decía que lo mejor era ignorarnos, que no valíamos la pena. ¿Ahora es que valgo tanto la pena para que me estampe contra la pared y me dirija esas palabras? Sonreiría, si no estuviera en una situación incómoda. Dice que no deberías hacerle nunca cosquillas a un dragón dormido y en este caso, Hermione Granger es el dragón al que he despertado. La gente sigue -o debe seguir- adorándola como heroína de guerra. Ni siquiera he abierto los periódicos para leer las noticias, mitad de las cuales aun hablan sobre tragedias y la otra mitad alaban al trío.... El punto es que, de repente, valgo la pena para ella.

De una u otra manera, aunque preferiría no ser casi estrangulada, sintiendo la mano en mi cuello y la mirada furiosa que me dirige. Como siempre, todo el mundo cree que sus problemas son los más importantes y los más insoportables, ella sólo quiere que me aleje de ella y yo sólo quiero explotar. Sin embargo, con la presión de sus dedos en el cuello, no puedo hablar y mi voz se oye medio ahogada.

-Granger... suelta... -acabo pidiendo-. Nadie advirtió que... eras... una psicópata.

Ha cambiado, pero ella no es la única. Ha cambiado el mundo, ha cambiado Draco y he cambiado yo. ¿Cómo acabaremos y como nos acomodaremos en un tablero movido? Antes siempre estuvo todo muy claro, pero la guerra vino a desmadrarlo todo. Realmente no sé como vamos a acabar en todo aquello y ni me importa. Quiero explotar, llevarme todo conmigo. Ya no me importa. Los demás que se jodan.

Ya me cansé de esperar a que me quieran. Ahora nada más espero que me aguanten y si no... que se jodan.

Deseaba seguir apretando, apretar tanto que borraría esa mueca rara de los labios de la pelinegra, borrar todo rastro, destrozar y cobrarse en el mundo lo que le hicieron, los abandonos, la expectativa sobre sus hombros, las pesadillas, la tortura...

Todo, deseaba realmente borrar todo y a esta mujer que había sido algo, lo que fuera, de su hombre también. Solo por un momento, deseaba sentir como su piel caliente perdía todo rastro de esa vida, que el enrojecimiento pasaría y moriría al fin.

Pero no, era así de brutal lo suyo, no iba a permitir que esa marca en su brazo corroyera su cabeza, la destrozara más de lo que ya la destrozaba el saber que en sus venas corría ese veneno oscuro que no lograba nunca borrar, haciéndola dependiente del uso oscuro. De este momento solo podía sacar el odio que corría por sus venas y por eso solo quedó soltarla, lentamente, dedo por dedo, tomando distancia con esta chica que estaba a un paso de convertirse en el centro de su ira si se atrevía a desafiarla...

Y lo mejor era que sabía que lo haría, sabía que la desafiaría y ella la arrastraría a ese hondo poso donde se había hundido por voluntad propia.

"Felicidades, Parkinson... ahora sabes mi oscuro secreto, adoro ir ahorcando mujeres por los pasillos. Follar chicas de Slytherin, acostarme con Draco Malfoy y hacer orgías en la casa de Nott. ¿Que-mierda-quieres?" Ya la tenían harta, las ironías no funcionaban, la violencia directa tampoco... con algo de suerte y este año se enterara que mierda pasaba por la cabeza de la gente.

Así la versión psicópata de Granger me suelta. Me masajeo el cuello mientras la oigo, pero más que oírla decido que no me importa qué haya o no haya hecho. ¿Quiere o no quiere a Draco? Tengo esa necesidad de averiguarlo casi estúpida, pero quiero asegurarme de que Draco no es sólo el que le quita las ganas de matar a todos. Verla me hace pensar que todo el mundo quedó mal tras la guerra; no es sólo cuestión de un exceso de hormonas en todas partes, son miles de traumas acumulados en el castillo que fue el escenario de la última batalla y sin manera de escapar. Es algo que, calentado a fuego lento sólo tiene un resultado posible: explotar.

¡BUM!

Hermione y yo no somos la excepción a todo eso, menos yo, que busco cualquier provocación para lanzarme sobre cualquiera. Mi psicólogo dice que no manejo bien la ira, pero yo lo ignoro. A mí que me importa lo que un maldito medimago con una especialización en psicología tenga que decirme porque de todos modos ya tengo todo perfectamente planeado para el futuro. Y tiene que ver con arrasar con todo, sin dejar nada en pie. Me pregunto si lo lograré.

Oigo a Granger y lo que dice me hace rodar los ojos.

-Ahora resulta que te has acostado con más Slytherins que yo... -le respondo con sorna-. Si son dos ya son más, claro. ¿O tú tampoco crees que sólo haya probado la cama de Draco Malfoy? -Nadie lo cree y me irrita. Si puta pareces, puta eres y no hay espacio para discusiones según los demás-. Y... ¿qué quiero? ¡Explotar al mundo, por ejemplo! -le espeto-. En este momento joderte o averiguar si quieres a Malfoy... pero en general quiero que todo explote, Granger. ¡BUM! -acabo exclamando, acercándome a su cara, echándole el aliento en los ojos-. Una excelente perspectiva para acabar con la mierda.

La soltó, pero no por mucho, no por tanto, dejando que el vaho del aliento caliente de la morocha golpeara su rostro antes de usar su brazo en el pecho de esta para estamparla de nuevo en la pared, pensando todas las cosas que podría decirle ante su pregunta y ante sus reclamos.

No era la Hermione de antes, pero tampoco era una desalmada completa, sabía lo que era estar perdido, ser ignorado, buscar esa razón mientras alimentaba el deseo de destruir todo, porque nada de lo que le rodeaba tenía un verdadero sentido. Esto no era nada más que un juego mental donde la única ganadora era Pansy ya que ella no estaba jugando, pero realizaba los movimientos, respondía a los pedidos de la Slytherin inconscientemente.

"¡Bum!" Respondió obligándola a estrellar la cabeza contra la pared ya demasiado harta de esta semana en general. Pansy solo había llegado a cobrar los platos rotos del resto, el deseo de destrucción que le traía Ron Weasley, que no importaba cuanto amara a su amigo, ella ya no lo soportaba, se comportaba como su madre, persiguiendola, exigiendo explicaciones, tratando de dominar su preciado espacio personal y juzgando lo que hacía o dejaba de hacer.

"No me importa con quien te acostaste, seamos claros...¿Tu quieres destruir el mundo? Recuerdo que hace poco querías vender a Harry para que nada les pasara. Que estuviste encerrada en las mazmorras mientras nosotras afuera veíamos gente morir uno, tras, otro..." Susurró con un siseo resentido, a pesar de la delgadez y lo consumida que se encontraba, aun tenía fuerza, la fuerza del resentimiento y la ira.

"¿Amar a Draco Malfoy? Yo creía que lo amaba... creo que lo amo. Pero él fue el que se alejó, no al revés, él me buscó y luego me dejó plantada esperando que algo ocurriera en este inmundo castillo, soportando toda la ‘mierda’ que pasa constantemente aquí dentro. Pero aquí estoy, aceptando que dirijas este absurdo rencor a mi. ¿Que gano yo a cambio de que me destruyas?" La apretó, su cuerpo pegado, pero no le importaba, estaba usando todo su peso para retener a la chica y evitar que escapara.