En un lugar (Ronald B. Weasley)

Me tienen sobre una de las camas de ese lugar, sentada, con mis piernas dobladas hacia abajo; meneándolas un poco mientras aplasto mis manos en lo blando bajo estas. ¿Me tenían ahí? ¿O esta había venido? No lo sé, nunca lo sé; y es que lo hago tanto a veces; caminar sin rumbo, solo caminar sin pensar a donde porque no me quiero quedar en un lugar; con mi cuerpo frio, huyendo de los pasillos, siendo un algo que no es nada como allá; donde me tuvieron encerrada.... Encerrada, sola con mi respiración y lo que ellos me palpaban....

No era la primera vez que llegaba a aquí, al lugar de las ventanas grandes donde si podía entrar la luz; la muñeca ya lo había hecho una vez cuando fue llevada por la que la descubrió afuera, la que ahora a veces extrañaba; ahí, sentada sobre una camilla como la del primer lugar con luz; con mis hombros encogidos y mi cabeza hundida intentando desaparecer; ahí donde ahora había venido por segunda vez... Buscando un lugar de nuevo, un lugar donde estar sin que me sintiera tan fría o tan abusada, solo un lugar donde calentarme.

Probablemente parecía la niña retraída de un hospital, aun aunque me hayan hecho ser otra cosa por tanto; en la camilla, sentada hacia afuera; pegada a la pared con las ropas de aquí, una manga recogida por que la señora del lugar quiso ver mi brazo y los trazos de mi cabello pasando por sobre mis hombros como siempre. ¿Hace cuanto que estaba así? No lo sé, tal vez desde ese lugar o tal vez de antes; y es que crecía... nunca me lo había cortado aquí, desde que ellos lo hacían un poco para que no tapara.

Aquella mujer del lugar no me presta demasiado atención y eso está bien, dice no saber porque vengo pues no me encuentra nada; simplemente yéndose a ver a otros mientras yo me quedo ahí... esperando, mirando a los demas ojala sin que me vean; queriendo que no me hablen y solo estando ahí... estando ahí hasta que me echen...

La cama al otro lado estaba ocupada. Se escuchaban leves ronquidos proceder de allí, hasta que uno de los ronquidos fue tan fuerte que despertó al mismo pelirrojo, que parpadeó aún tratando de saber donde diablos estaba.

-¿Eh?- Dijo con mirada desenfocada. Ese no era su cuarto. Ni la Sala Común. Intentó hacer recuento. Malfoy. Le reventó la cara hasta que los nudillos le dolieron. Luego, Hermione, en la Sala Común, le mostraba la herida en su brazo y le decía que le quería "sólo como amigo". Al llegar a esa parte volvió a dejarse caer sobre la almohada, derrotado. Y luego media sonrisa se le apareció en el rostro al recordar, como entre sueños, a Lynnea.

Pero ese no es el cuarto de la mujer de piel pálida y ojos grises. En vez de eso vio a una chica que no conocía, sentada muy silenciosamente frente a él. -Ehm... Esto... ¿Donde estamos?-

Yo no escuchaba demasiado, tal vez algo sonaba; ¿Alguien...? No sé, yo no miro; no escucho, solo trato de calentarme estando ahí; llevándome una mano al cuello de pronto, tocándomelo, creo que antes algo me tiro de ahí sin dejarme ir; no sé porque recuerdo eso ahora... no sé; esas son las cosas que a esta no le gustan pero que siempre tiene; aunque ahora la luz entra, y mejor intento ver por la ventana para entibiarme un poco...

.....

Algo de pronto se mueve, en la cama de adelante; ahora si la miro y sí, hay alguien, alguien que acaba mirando a esta que estaba ahí desamparada. .....Creo que es la enfermería. Le respondo casi que silenciosa para después llevar mis ojos al piso, fría como una muñeca siempre; dando esa respuesta más como una resignación, como una resignación mía a solo estar ahí, pensándome.

Con las manos sobre las piernas mientras las meneo un poco para distraerme…

-¿La enfer...?- Comenzó a abrir un poco más los ojos, hasta reconocer las camas del Ala del Hospital, topándose con la mirada reprobadora de una de las enfermeras de los cuadros. -¿Y qué demonios hago aquí?-

Se enderezó en la cama. Se sentía relajado, como si hubiera dormido extremadamente bien. Tenía que admitir que las camas de la enfermería eran bastante cómodas a pesar de todo. Se llevó la mano a la cabeza, pensando. Lynnea. No fue un sueño, estaba bastante seguro que no, aún cuando había llegado a su puerta como parte de una pesadilla terrible. Había despertado con las luces de la mañana, y se había despedido de ella algo presuroso por temor a que alguno de sus alumnos le vieran saliendo en ropas de pijama de su habitación. Su intención había sido subir a la torre de Gryffindor e intentar dormir, cuando pasó frente a las puertas de la enfermería. Y se le había ocurrido una idea.

-Oye, ¿Sabes algo de cicatrices producidas por armas malditas?- Le preguntó a la chica frente a él. Al instante sacudió la cabeza. -No me hagas caso, olvídalo.- No creía que esa chica supiera, si Hermione no había encontrado nada en sus búsquedas...

La vista se me dilata aterrada cuando lo escucho, echándome hacia atrás, subiendo mis piernas a la camilla, apretándolas contra mi pecho; poniendo mi boca tras estas para apretarla mientras lo miro un poco mas calmando mis ojos; llevándome una mano a mi hombro donde... donde deberían empezar, las mías...

Meneo un poco la cabeza ahí ante eso hasta que me dice que lo olvide; perdiendo mi mirada, sintiendo como si por un instante mis huesos se derritieran por algo que brotaba de mi columna; dejándome en esa semi nada donde sentía menos, incluso dejando de lado lo malo, lo que me en fría; para después volver con los latidos de mi corazón retumbando en mi cabeza para sentir, encorvando mi espalda hacia adelante, con mis ojos tan cansados de pronto. Y es que me pasaba tanto eso, desde allá, acá y en todo; cuando hacia algo que me pedían a veces sentía eso, viniendo de mi espalda en donde me escribieron...,

Yo... yo no sé qué demonio te trajo aquí... Respondo aun con mis labios detrás de mis rodillas, sacando un poco mi cabeza solo tras hacerlo; no atreviéndome a desencorvarme aun, esperando y esperando a que el sol me calentara para quitarme todo eso que tenia.

El muchacho por supuesto la vio negar ante las palabras de él, aunque el gesto de ella le llamó mucho la atención, ese encogerse en ella misma. Y más aún abrió los ojos al escuchar su respuesta, al punto que casi se cae de la cama de la risa de lo raro de aquella situación.

-¡Quizás fue el demonio mismo!- Dijo, entre carcajadas, hasta que uno de los cuadros le chistó. -Uy... vale, lo siento.- Se disculpó con la enfermera, poniendo los ojos en blanco una vez que se hubiera retirado de allí. -Se supone que venía a investigar información sobre cicatrices, pero me quedé dormido esperando a la señora Pomfrey. ¿No la habrás visto, no?-

Miró alrededor, pero no veía a la mujer bonachona de mirada dulce para los enfermos y ruda para los que hacían alboroto. -Por cierto, no vuelvas a usar palabras rudas; yo las llevo diciendo toda la vida, pero cuando la oyes en la voz de una chica como tú, suena tan terrible que me da hasta vergüenza haberla dicho.-

Esta bien, yo..., no sabía que estaba mal.

Le respondo volviendo a esconder la cabeza detrás de mis rodillas, como si no quisiera que me viera, que no me pensara siquiera; y es que estaba a punto de llorar, no sé porque me sentía mal ahí de pronto; como cuando quería salir, como cuando al comienzo trataba de traspasar las paredes, golpear la puerta o sacar las tablas de las ventanas; desesperada, desesperada porque pedía que se acabara, porque tenía que acabarse; porque que tenían que devolverme a mi casa... solo pudiendo encogerme como ahora al final, llorando en silencio; viendo como no hiba a cambiar, como esa pesadilla que no era sueño no hiba cambiar.....

... ¿Palabras rudas? ¿Ellos las utilizaban tal vez? No sé, no sé lo que hayan sido sus palabras pero no eran lo que yo tenia que escuchar, no lo eran y no lo eran... Ven linda muñeca, déjame torcerte un poco... No sabes cuánto esperaba saborearte. ¡Aaa! No sabía porque ahora, porque las pensaba ahora; me hacían mal, me hacían mal pero ellos las decían igual, me dejaban con sus manchas en el cuerpo igual... Y yo, no me veas... por favor no me veas; le pido suave de pronto, girándome sobre la camilla para quedar hacia el otro lado, de espaldas hacia él, refregándome lo que podia las malditas lagrimas que me empezaban a caer por el rostro; ahí para responder después.

Ella no está, se fue buscar.... cosas.

El pelirrojo pareció desconcertado por esa actitud. Sin duda, la chica estaba algo mas de la cabeza. Aunque no como Luna, o como otras chicas que había conocido. Ella parecía aterrada. Así que, para no incomodarla, le dio la espalda para así no mirarla.

-No es que sea malo que lo digas, sino que suena extraño. Es decir, no tienes la apariencia de ser una chica que se la pase insultando; es como si escuchara a Ginny diciendo malas palabras. Lo peor es que la he escuchado, y suena espantosamente mal cuando lo hace. Ginny es mi hermana menor.- Aclaró, aunque no sabía porque lo estaba haciendo, no tenía que dar explicaciones a nadie, y menos a esa chica desconocida. Se quedó en silencio un minuto. -Estooo... ¿A que te refieres con "cosas"?- Más que todo, era para no quedarse en silencio mientras esperaba el regreso de Madame Pomfrey, pero en parte tenía curiosidad por la forma dubitativa de expresarse de la chica.

No quería que me pasara ahí, no quería que me pasara mas, que no me hubiera pasado nunca; y es que a veces quería algo, algo con que sacarme lo que ahí mesclaron con migo... Pero no, solo estaba aquí; tratando de calentarme con el sol como si fuera una planta, con alguien que parecía querer hablar de cualquier cosa mientras yo solo quería que no me pudiese pensar, alguien en un lugar donde no esperaba que me hablara nadie, no alguien que hablara de cicatrices y marcas mientras me hacia recordar lo que apretó cuando me las hicieron ahí.

No se... cosas, las cosas que usa ella...; tal vez cosas para hacerte sentir mejor a ti. Me envuelvo el rostro con los brazos mientras hablo, torciendo mis hombros de espalda a él, respirando; volteando mi cabeza al final para mirarlo un poco por sobre mí misma. Y es que no importaba, a mi no me importaba; estaba solo ahí, siendo una muñeca que mira sobre sus brazos hacia el suelo gris; sintiéndome tan mal, tan sola; tan entumida por cómo me dejaron sintiendo ahí, por esa forma tan pasivamente raspante como me dejaron sintiendo ellos.

Y suspiro, suspiro porque también la quería a ella; a la chica con la cual pegue mi mano antes y es que... a veces quería, a veces quería poder contarle lo que era sentirse así; a ella quien me dijo que estuvo encerrada también, y es que tal vez, tal vez por eso con ella podría hacerlo.

-Ehmm... Si. Bueno, la verdad es que no estoy enfermo...- Comenzó, llevándose la mano al cabello y revolviéndolo un poco. -Pero si que necesitaba descansar, ayer fue un día de perros...-

Giró un poco la cabeza, sintiéndose extraño al hablar con la chica sin verla, como cuando tenía que hablar con Harry mientras estaba bajo su capa de Invisibilidad. Sin embargo no hizo contacto, y volvió a mirar hacia las camas vacías, manteniéndose de espaldas. -Estoy intentando averiguar información para una amiga. Es demasiado orgullosa para venir ella hasta acá, prefiere buscar la información por su cuenta.- Suspiró, furstrado. -Es como si no entendiera que hay cosas que no se pueden hacer solos, y ha terminado destruyéndose más en vez de curarse. ¿Como le puedo hacer entender eso?-

Con un gruñido frustrado se recostó de nuevo en la cama, cubriendo su rostro con los dedos. -Es imposible, inaguantable, terca...-

Yo... no sé, yo no entiendo de esas cosas. Le hablo volviéndome a la pared, hundiendo la cabeza entre mis brazos de nuevo; escuchando como mi voz sale distorsionada al liberarla en esa jaula de brazos que sofoca a mi labios; viendo de pronto el sol iluminarme la piel un poco en mi lado derecho, hacia la ventana; tal vez perdiéndome un poco en eso, viéndome ahí tan blanca de pronto; tal vez demasiado triste al recordar sin saber lo mucho que estuve sin poder verme así, iluminada por la luz.

Y dejando de pensar en el o hasta de escucharlo en momentos, ahí mientras me habla sobre esas cosas que no entiendo de los otros, que tal vez sufriría envidando si me pusiese a pensarlas como algo posibles para mí; el poder descansar sin pesadillas, el tener una amiga, poder hablarle más.... como yo quería hacer veces. Esta..., esta piensa que entonces deberás esperar, suspiro de pronto entre mis brazos; Y a tu amiga.....

¿Qué le paso?

-¿Eh?- Preguntó, quitándose las manos de la cara. De repente se dio cuenta que quizás estaba hablando más de la cuenta. Todo el mundo sabía quién era él, y quién era Hermione, sólo había que tener dos dedos de frente y sumar dos más dos para que supieran de quién estaba hablando. Y aquello era algo muy personal de su amiga.

Aunque, hasta ahora la chica no parecía haber hecho ningún gesto de reconocerlo. Más bien parecía demasiado perdida. Definitivamente, otra Luna Lovegood, versión depresiva. Lo bueno era que la chica no quería que la mirara, porque así podía evitar tener que esquivar la mirada. Aún así se aseguró de mirar a todas partes antes de seguir, con la voz aún más baja. -La hirieron hace unos meses. La torturaron con objetos mágicos que le dejaron una marca, una cicatriz... Y en su desespero por intentar borrarla, ha terminado haciéndose más daño. Ahora tiene un brazo que parece más de un troll que humano, y la cicatriz no desaparece.-

¿De qué habla ahora? ¿Porque le habla eso a la muñeca ahora?... Lo escucho seguir detrás mío, con el pelo tocándome ahí mi cuello encorvado; y habla... habla; de una herida, de una tortura a esa ella, de la cicatriz que le dejaron... Y yo no puedo, ya tengo una mano en mi hombro, casi en mi espalda aunque tengo que asfixiar un poco mi rostro para llevármela a ahí, mirando esa pared del fondo en silencio mientras escucho; no queriendo pensarlo, respirando cortada para que no me entre pero escuchando...

Tratando de no volver a esa mesa, me tenso tratando de no volver a esa mesa; donde me ponían, apretando mi pecho, con esas cuerdas tirando de mis manos y pies hacia el piso; sin dejarme respirar porque no podía levantar mi cara, apenas evitando ahogarme cuando me contorsionaba para despegarme un poco pero doliendo en mi pecho cuando volvía apretar; queriendo salir, necesitando y necesitando desesperada poder inflar mi cuerpo sin que me apriete pero no pudiendo, no pudiendo porque más que intentaba arquearme; con sus manos apretándome mas para usar eso en mi espada, eso que hacia el tan lento en mi espalda con la maquina aguda que punzaba, y yo gritando; yo gritando tanto mientras él me escribía dejándome su tinta, lento; lento y sin parar como en un papel....

Y es que yo no podía aguantar allá, no puedo aguantarlo ahora; y es que porque, ¿Porque hacían eso? ¿Porque teníamos que ser ocupadas así?... Y es que, y es que para, por favor para... no puedo decírselo pero quiero que pare; por favor para.... Lo siento pero por favor para.

El pelirrojo no pudo evitar sentirse extrañado ante aquellas palabras, dichas con demasiado dolor.

-¿De que hablas? No estoy haciendo nada?- Respondió confuso, de nuevo dándose la vuelta para mirar con extrañeza a la chica. Tenía el ceño fruncido, y a través de la claridad de la ventana pudo verla con más detalle. Parecía realmente asustada. -Oye, mira, olvídalo. Ni siquiera debería estar hablando de eso.-

Sacudió la cabeza con pesar, de nuevo dejándose caer sobre la almohada. -Supongo que tendrás tus propios problemas en cuales pensar para además estar escuchando los míos...- Dijo con la voz apenas audible por el montón de sábanas con que se volvió a envolver.

El momento pasa, ese momento dolía, lo aborrecía por todo lo que duraba pero pasaba; aunque lo que venia después no era bueno tampoco, y es que solo terminaba abrazándome ahí, mirando ese lugar donde me tenían encerrada; sintiéndome tan usada, maltratada y mesclada con lo de ellos, no queriendo mirar, no queriendo reconocer a esa que usaban o entregaban para usar; con las manos en mis costillas, llorando tal vez, no atreviéndome a poner más que un dedo en mi espalda; ahí sin querer ser nada mas, de verdad que sin querer ser nada más....

........

El dice que va a parar, lo escucho, no puedo hacer que mis manos me dejen de tiritar aunque el sol me ilumina y yo no sé; esta ha hecho que ese chico me pida olvidarlo, que se vuelva a meter en esa cama según lo que escucho. Me siento con tanto de cómo me poseían, escuchando como el chico murmura algo que me llega como una queja debajo de las telas, con mi piel tan tocada; volviendo a voltearme para mirarlo, ahí; tan pasivo bajo esas sabanas mientras yo me siento así porque me hicieron dejar de ser una niña demasiadas veces.

Lo siento, esta no quería que tú te tuvieras que esconder también... Le digo tratando de que me escuche allá abajo, poniéndome hacia su lado de nuevo; con las manos en mis piernas, meneando estas un poco y mirando sin querer ver a la vez con mis ojos cansados...

Lanzó un suspiro al escucharla, asomándose de nuevo por los pliegues con los que había cubierto la cabeza.

-No me escondo...- Comenzó. -Sólo que no quería seguir incomodándote y pareciera que lo estaba haciendo. O al menos eso me pareció. Aunque muy bien puedes decirme que no era así y entonces estaré seguro de no entender a las mujeres en lo más mínimo.-

Volvió a hundir la cabeza. Pero la levantó con un gesto divertido. -¿Tú de quién te escondes? ¿Hiciste alguna travesura?- Sin embargo no le mantuvo mucho tiempo la mirada antes de esconder la cara de nuevo en la almohada para que no le volviera a decir que no la mirara. -¿Te escondes de Flich? Es un pelmazo... Lo ha sido toda la vida.-

¿Travesuras? No... no creo, yo no hago travesuras.. Digo volviendo a mirar el suelo, tan decaída ante ello; ante la idea de hacer... "Travesuras". Pues eso, eso creo que lo podían hacer las niñas y yo no... no quería pensar más en eso pero encerrada no podía hacer travesuras... no podía.. y yo... yo me escondo de un poco de... todo. Me quedo ahí mirando el suelo, metiendo las manos debajo de mis piernas aplastadas entre estas y la camilla donde estaba sentada, esperando con frio a que siga si va a seguir aunque siempre lo hacían... siempre preguntan tanto, y yo no se porque nunca ven que duele...

Yo seguía ahí esperando a que el sol me calentara pero no sabía si lo haría, y es que siente tan distinto... creo que ya no es el mismo sol que sentía antes de estar tenida ahí... quiero que me caliente pero a veces más que eso hace que mi piel me duela, como si no estuviera acostumbrada a el y yo... yo aun así necesitaba calentarme a veces pues tenía frio, allá sentía frio, el miedo me daba frio, los temblores me daban frio y sigo teniéndolo siempre...

El pelirrojo levantó de nuevo la mirada. La chica parecía quizás menos asustada que antes así que, aunque seguía con medio rostro escondido entre la almohada, la miraba de reojo, con la justificación de que en aquella posición podía respirar mejor.

-De todo, ¿eh?- Preguntó, soltando un suspiro. -Si, sería tan fácil esconderse de todo y pretender que nada te puede tocar...-

Se encogió dentro de la cama, demasiado perezoso para levantarse. Pero el martilleo de la responsabilidad comenzaba a golpearle la cabeza. -Por Merlín, ójala ya estuvieramos de vacaciones...- Aunque aún así su madre no le dejaría quedarse todo el día en la cama. Sólo unos minutos más antes de volver a la vida.

Yo acabo viendo como me comienza a mirar un poco, ahí mirando de semi escondida ese ojo que tenía un poco afuera de la almohada; tal vez no sintiéndome tan amedrantada como creí que me sentiría si seguía mirándome o hablando; solo quedándome ahí como una planta que quiere seguir absorbiendo un poco de sol, aunque ya no sé si sienta como una planta de sol...

Si, sería mejor... Dejar de sentir tal vez sería mejor Digo sin mirarlo, con un poco de algo en mi pecho; sin saber qué hacer... sin saber qué hacer para sentirme un poco mejor, sin saber que hacer porque me siento mal, me siento mal y no puedo hacer nada; el sol no me alivia, que me miren duele y hablar también; y es que no creo, no creo que sepan cómo se siente....

¿Y es que porque? ¿Porque tengo que sentir así? ¿Porque no puedo sentir como él? Aunque él, el también se queja de sentir... ¿Porque? ¿Porque el también se queja? ¿Porque estuvo bien que me hicieran sentir así?

Entre el envoltorio de sábanas no volvió a surgir ningún ruido o pregunta. Hasta que empezaron los ronquidos suaves del pelirrojo, vencido de nuevo por el sueño. Más esta vez no tardó mucho en volver a reaccionar con un sobresalto, estirándose por completo en aquella cama que le quedaba muy pequeña luego de haber crecido los últimos centímetros.

-Gracias, mamá...- Gruñó desde la almohada. -Ahora no puedo tener un día de ocio sin escuchar una vocecita que me dice "¿que diablos estás haciendo con tu vida?"-

Refunfuñando, se fue levantando perezosamente de la cama. -En fin, es mejor que me reporte con alguien... o en algún sitio.- Lanzó una mirada de soslayo a la chica, y se llevó la mano a la cabeza. -Oye, ¿quieres que te busque a alguien? Es aburrido estar solo en la cama de hospital. Créeme, he pasado al menos una vez al año aquí desde que entré...-

De pronto no pasa nada y eso, eso al menos ahora no es malo; no cierro mis ojos pues cuando lo hago recuerdo como era allá, y yo no quiero, yo no quiero aunque el... ¿Por qué él puede cerrar sus ojos sin sentir nada malo? Y es que yo lo miro un poco cubierto ahí, escucho sus ronquidos mientras ¿Duerme?... ¿Mientras él duerme? Mientras él duerme y se queja, se queja de su mama y no entiendo... ¿Por qué se queja de su mama?.. Yo no tenía una y la extrañaba, no me dejaban tener una y lloraba; y la que creo tener ahora, yo no me quejo así porque es la única que a veces puede hacerme parar de llorar y hacerme dormir, dormir sin sentir cosas malas...

No.., yo creo estoy bien aquí; le digo suspirando después, perdiendo mi mirada en la ventana con la cual trato de calentarme; aunque volviendo un poco a el mientras por si se va, volviendo a el para mirarlo un poco si se va...

Y si yo, si yo pudiera nacer de nuevo seria como el acaso,
Podría vivir como el sin que me duela...

-Ya.- Dijo Ronald, con un leve asentimiento. -Bueno, espero te mejores. Ya nos veremos.-

Con un último bostezo le hizo una señal de despedida con la mano y se dirigió fuera de allí. Quizás aún pudiera encontrar el desayuno en el Gran Comedor... ¿O ya era hora del almuerzo? Como fuera, estaba terriblemente hambriento.

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