Tres almas comprometidas en una (Ronald-Harry) [PRIVADO]

Hacía apenas unos días que había mantenido una conversación larga con Hermione Granger que había concluido con ella viviendo en mi mansión, conmigo y con mi hermana Mackenzie, los únicos Lightwood restantes con vida, y me había ido volcando, poco a poco, en la joven gryffindor y en cómo arreglar su mundo lo más posible, sin resultar impertinente ni meterme más en su vida de lo necesario, para que cuando estuviera lista para abrirse más al mundo y se encontrara más recuperada, no encontrara todo inestable a su alrededor, sino lo más estable posible. No sabía por qué exactamente me metía yo en esos barullos teniendo en cuenta mi propio montón interminable de problemas, pero Hermione era una gran persona con la que empatizaba mucho y sentía que no podía quedarme tranquilo hasta que ella no tuviera una sonrisa sincera y de oreja a oreja plantada en el rostro de forma indefinida, y pudiera considerarse una persona feliz. Ahora estaba al tanto de su vida y sus problemas tanto como ella había consentido en contarme y los demás me habían contado porque el mundo parecía no tener secretos y sabía que había un par de personas con las que necesitaba hablar con la mayor urgencia.

Y esas eran Ronald Weasley y Harry Potter. Yo mismo me asombraba de reunirme con dos personas a las que tenía en la más alta admiración y estima posibles, pero era algo que me correspondía hacer y que no me resultaba desagradable, pues para mí era un auténtico placer. Por tanto, aquél día soleado que parecía indicar que buenas cosas estaban por pasar, les mandé un par de mensajes usando a mi lechuza Zeus, y los cité a ambos en Cabeza de Puerco, un lugar de Hogsmeade bastante singular que dirigía Aberforth Dumbledore, otro genio admirable, y que a mí personalmente me resultaba un sitio tranquilo, agradable y acogedor. Fui allí tras ponerme la túnica sobre mi traje, como era habitual, y mi insignia de auror en el pecho del traje, bajo la túnica larga abierta, como también era habitual, y una vez llegué, me dirigí a la mesa que había reservado.

Era una mesa mediana, junto a una ventana grande, con tres cómodos asientos previamente colocados. Estaba limpia y en general al haber todo el establecimiento crecido en popularidad, estaba todo mucho más limpio y acogedor que antes, e incluso Aberforth cuidaba más sus apariencias como antaño había hecho su hermano mayor. En una de las sillas me senté pacientemente, a esperar a Harry y Ron.

Se repitió varias veces el nombre en la cabeza, tratando de saber si conocía a otro Percival que no fuera su hermano. Le sonaba que había estudiado con alguno, amigo de ¿Padma? ¿Un Ravenclaw? Por poco lo había enviado a la chimenea, pero el mensaje venía con las palabras "Importante" y "Hermione" en ella.

Aquello lo había puesto en alerta, y en cualquier otro caso hubiera ido directamente con Hermione a preguntar si conocía a ese Lightwood. Pero el caso es que últimamente había rehuido el verse con ella, cuando antes buscaba cualquier razón para encontrarla. En vez de eso, le envió una nota con Pig, y se dirigió con rapidez hacia el punto de encuentro.

No tardó en distinguir la única mesa con un muchacho joven vestido de Auror. ¿En qué problema se había metido la castaña? Aberforth le confirmó que ese era el tal Percy, así que hasta allí se dirigió.

-¿Percival Lightwood? Soy Weasley, Ron Weasley.-

Un alto chico pelirrojo llegó hasta mí y lo reconocí enseguida. Le estreché la mano con una sonrisa cordial, un poco sorprendido de que Ronald Weasley hubiera aceptado el encuentro pues, la verdad, a veces dudaba que fuera hacerlo. Cuando volvimos a sentarnos, le miré, sin saber bien si esperar a Harry, pero supuse que no pasaría nada si empezaba a hablar, no fuera a pensarse que por el hecho de ser auror, Hermione estaba en problemas con la ley. Ni podía imaginármela en problemas con la ley, pese a que había pasado con Voldemort.

—Es un placer verte, Ron, ¿puedo llamarte Ron? tú puedes llamarme Percy, la gente suele llamarme así —comenté en tono cordial—. No quiero preocuparos ni nada, pero estoy un poco preocupado por Hermione, y como Harry y tú sois sus mejores amigos, o eso tenía entendido porque no me he querido poner a preguntarle por cosas demasiado personales, pensé que sería mejor hablar con vosotros directamente. —comencé a modo de introducción antes de decidirme por empezar por el principio—. Bueno, me encontré con ella hace unos días, y parecía un poco... desconsolada, y, bueno, todos tenemos problemas con el año que hemos pasado, imaginé que Harry y tú estabais muy liados, o ella no había querido abrirse lo suficiente, pero por la razón que fuera yo no he estado tan liado y resultó que ella sí se abrió conmigo. Y ella, no está bien, Ron. Puede no tener sangre o heridas de ningún tipo abiertas, pero si las tiene... dentro, no sé si me explico —intenté sacar en claro sin sonar demasiado cursi o difícil—. En fin, la cosa es que habló y se expresó conmigo, y tal y como la vi, decidí que Hogwarts no era un lugar apropiado para que pudiera estar bien, y en calidad de auror y... amigo o algo así, le propuse llevarla a vivir a mi casa el tiempo que necesitara, porque soy mestizo y allí hay magia y muggle junto, y consideré que sería un lugar perfecto, y allí lleva los últimos tres días. Y parece que está algo mejor, bueno, apenas sale de su habitación, pero creo que está bien, no la escucho llorar, y siempre está pidiendo libros, así que supongo que está leyendo y para ella leer, como ravenclaw que soy, pienso que es una especie de terapia, como lo es para los ravenclaws, algo que ayuda, te despeja, y te hace olvidar tus problemas. Así que pienso que estará bien, pero más que nada quería, bueno, no me quiero entrometer, pero supuse que Harry y tú querríais información de primera mano y deciros que si algún día queréis visitarla... porque se lo he sugerido, aunque no parece muy entusiasmada con la idea de recibir visita alguna, en cuanto ella esté lista, quizá podríais pasaros un día, o podríais escribiros con ella o algo, no sé. Supuse que yo en vuestro lugar querría saber de ella.

Se supone que no debería estar aquí, que mi última clase del día, en mi entrenamiento, comienza dentro de media hora, pero a mí no me preocupa.

Todas las mañanas voy a comer a casa. Luego de aquel fátidico día del Ministerio, ese donde mis amigos y yo entramos a la fuerza por el guardapelo, no hay día en que no regrese a casa para comer lo que sea que Kreacher me ha preparado. Simplemente no puedo evitarlo, es como mi manera de compensar esa falta. Sin embargo hoy las cosas son diferentes. Me recibió una lechuza que me requería de inmediato en el Cabeza de puerco.

Por mi conversación con Hermione hace días, sé que no está bien, que algo va terriblemente mal con ella. De entrada es lo de sus padres, ese enorme problema que tiene de no poderles devolver la memoria, pero sospecho que eso es sólo la punta del iceberg. Comí a la carrera, tomé mi capa de nuevo y me aparecí justo en la entrada de Hogsmeade. Intento pasar desapercibido lo más que puedo y logro llegar casi de incógnito al lugar donde me requieren. La nota venía firmada por un Percival Ligthwood, que hasta donde sé, no conozco, pero bueno, no soy quien para juzgar qué es oportuno o no, quizá es un nuevo amigo de Hermione en la escuela y me quiere decir la verdad de lo que le pasa a ella.

Entro como si ese lugar fuera mi segundo hogar, saludo a Aberforth con la cabeza y sigo de largo a la mesa donde está mi amigo y un chico castaño a quien no reconozco. Parece que ya han comenzado a hablar. Me acerco a penas, intentando no interrumpir al desconocido. Necesito toda la información posible sobre el asunto. Parece que me he perdido algo del discurso, pero al menos llego para que me compruebe lo que ya sé, Hermione está mal. Nos dice que Hermione vive con él en una casa mitad muggle. Lo cierto es que me siento un poco traicionado, pensé que si mi mejor amiga necesitaba ayuda recurriría a mí y no a un completo desconocido. Pero hago todo esto a un lado porque lo importante es ella, y si Hermione está bien, el resto es lo de menos.

Tomo una enorme bocanada de aire y me acerco a los chicos. Le doy una amistosa palmada en el hombro a Ron a manera de saludo y le tiendo la mano al desconocido Percival.

- Hola, soy Harry- a veces me suena tonto cuando lo digo ya que muchos me callan como diciendo "ya sé quién eres"- Antes que nada, gracias por avisarnos. Vi a Hermione hace unos días y se nota que no está bien. No quiso hablar mucho del tema conmigo, pero me alegra que por lo menos lo haya hecho con alguien... ¿Qué más me puedes decir de lo que le pasa?- pido. Ahora, tener la información al completo es lo más relevante. Ya di un primer paso intentando buscar ayuda con lo de sus padres, pero como ya dije, eso es sólo la punta del iceberg.

Mientras terminaba de explicar todo en planos generales, Harry llegó, y le estreché la mano amistosamente. Le había visto más de una vez por la oficina de aurores, pero nunca había entablado personalmente conversación con él, así que en eso se quedaba mi encuentro profesional con él. No obstante, me resultaba extraño que ni uno ni otro recordara, a diferencia de Hermione, haberme visto alguna vez en Hogwarts, al menos sonarles mi cara un mínimo, teniendo en cuenta que, aunque en casas diferentes, estábamos en el mismo curso. Pero ahora era Hermione mi único interés con aquellos chicos, y lo demás no tenía nada que ver con el asunto primordial.

—Encantado, yo soy Percy —respondí amistosamente estrechándole a mano al moreno de forma cordial—. No hay que darlas. Hermione estaba un poco reticente a recibir visitas cuando sugerí invitaros un día a cenar, así que imaginé que al menos debería hablaros personalmente —comenté tranquilamente tras escuchar las palabras de Harry—. Tengo una hermana y estoy acostumbrado a que muchas mujeres rechacen hablar con los amigos más cercanos ciertas cosas y se abran fácil con gente que conocen poco, así que es normal. He estado escuchando mucho de ella, en el pueblo, en el ministerio, en ocasiones en Hogwarts... y eso me ha servido para entender las partes que ella aún no está lista para hablar. Pude saber de sus padres, por ejemplo, y a través de esa información, lo demás que he hablado con ella tiene sentido —comencé a responder su pregunta—.Hermione se siente sola, sin sitio a donde ir, y su vida está a pedazos, tiene que reconstruirla entera de nuevo, y encontrar la forma de volver a encontrarse a sí misma. Sé que le sugerísteis la Madriguera y Grimmauld Place, pero hablando con ella llegamos a la conclusión de que necesita un sitio nuevo, un sitio donde no tenga recuerdos previos, y de ahí mi casa, dado que allí donde va se le forman imágenes de todo lo malo que ha pasado, vivía con los fantasmas de Hogwarts, en los calabozos, y estudiando con fantasmas, cada pasillo recuerdos interminables de guerra, ese sitio la estaba volviendo loca, así que sí, ya no vive allí y en mi opinión, no debería pisarlo mucho —expliqué intentando evocar y resumir todo cuanto Hermione me había dicho que consideraba importante explicar. Respiré hondo y continué—. Además, tiene estrés postraumático, y no necesito que me lo diga porque no hay más que verla, no duerme bien, a veces la oigo despertarse en mitad de la noche, pasa las horas leyendo frenéticamente, apenas sale de su cuarto, y tiene un gran complejo de superviviente, las típicas preguntas de por qué vivo yo y tantos tuvieron que morir, es consciente de que no es culpa suya, pero simplemente es una sensación incontrolable. Hasta ahí lo que yo sé en términos generales y, por otro lado —continué intentando no hablar muy rápido y llevar la conversación lo más tranquilamente posible, pese a que era un tema que sabía que a todos nos importaba extremadamente—. Creo que le sienta bien estar donde está. No veo miedo en su mirada, no veo el dolor de ver un recuerdo en cada esquina, tiene todo cuanto necesite y más, tiene una mansión entera a su disposición, y a mí, y a todos los que viven allí, disfruta la lectura abundante y pienso que eso le relaja y le ayuda a recuperarse, y sabe que puede hablarme cuando quiera sobre lo que quiera. Así que simplemente quería tranquilizaros y haceros saber que está bien donde está, que es libre de salir cuando quiera, o de quedarse cuanto quiera, y  que cuando esté lista sabe a quien recurrir. Y no recomiendo agobiarla más. Necesita todo el tiempo y espacio que podáis darle y cuando os necesite os buscará.

Si no fuera porque estaba hablando de Hermione, hacía tiempo que el pelirrojo se hubiera quedado dormido sobre la mesa. Si, definitivamente había sido un Ravenclaw. Y tenía el mismo tono de voz que su hermano Percy. Ahora que se ponía a pensar, comenzaba a recordarlo un poco mejor. Otro sabelotodo, comenzó a recordarlo levantando la mano en clases segundos después de la Gryffindor. Lo que no le cuadraba era todo lo que le estaba diciendo.

-Woah, alto allí.- Lo detuvo, al principio había estado frunciendo la mirada, pero ahora sus cejar parecían estar unidas en una gruesa línea. Había demasiadas cosas de las que decía que no tenía sentido, y muchas otras más que dudaba haberse enterado por Hermione, como la casa de Grimmauld. Eso sólo lo sabía la Orden, puesto que aún quedaban mortífagos que no estaban enterados de esa ubicación. ¿La castaña le habría contado, a un completo extraño, algo tan importante como eso? ¿Y como diablos es que se había hecho auror a tres meses de haber terminado el septimo año? ¿Siquiera llegó a terminar el año como tal? -Debe ser divertido ser millonario y conseguir puesto por palanca... Pensé que el ministro Shacklebolt tendría más sentido común que eso.-

Le molestaba que aquel cerebrito intentara hacerlos sentir menos. ¿Con que Hermione prefirió contarle cosas que no les diría a ellos? ¿Con que estaba sana, sin heridas físicas? -Quiero hablar con ella.- Dijo sin más, poniéndose en pie.

Me sorprenden las palabras del chico, pero supongo que no es nada comparado con el desconcierto de mi amigo. Si yo lo tomo relativamente mal, es poco a lo que Ron ha de sentir justo ahora. Eso si, no puedo evitar entrar en tensión al escucharlo mencionar Gimmauld place, preguntándome a quién más le habrá contado Hermione sobre mi casa. Quizá necesito nuevos hechizos protectores y repensarme dos veces a quien tendré como mi guardián de los secretos. Suena mal, más que nada porque se trata de mi mejor amiga, pero me pone algo intranquilo que vaya mencionando cosas como esas por ahí. El mundo ha cambiado, Volvemort ya no existe, pero hay mortífagos que aún darían lo que fuera por tener nuestras cabezas colgadas de sus paredes.

Miro a mi amigo un segundo, intentando buscar algo de apoyo en él. Debemos presentar un frente unido, pero más que nada, debemos contenernos un poco por el bien de Hermione. El tal Percy, quien me ha estrechado la mano a penas momentos atrás, parece manejar demasiada información, lo cual me tiene intranquilo.

No es hasta que Ron hace ese comentario sobre Kingsley que yo caigo en la cuenta de algo, he visto a este chico antes, ¡claro!, en la escuela de aurores. Intento reprimir la sonrisa que comienza a formarse en la comisura de mis labios. En serio que cuando Ron se pone de malas no hay quien lo detenga. Pero me centro porque es momento de que yo lo mantenga enfocado, que no se vaya por las ramas pensando en cosas que no valen la pena. Sé que mi amigo ama a Hermione, ni él lo dirá ni ella quiere saberlo, pero, siendo sinceros, es obvio hasta el cansancio. El punto es que, si la quiere tanto, hará a un lado su ego dolido (por todo lo que nos ocultó, porque no confió en nosotros que somos sus mejores amigos y porque no aceptó nuestra ayuda cuando se la ofrecimos) para poder concentrarse en lo debido.

Ahí vamos de nuevo. Ron se pone en pie exigiendo ver a Hermione. En serio que se nota que ella no habló con él para nada, que ni siquiera le mencionó el tema, como conmigo. Eso o que Ron no es muy observador. Quiero a mi amigo, pero creo que voy por la segunda opción. Conociéndolos, estoy casi seguro de que ella se enfocó en hacer como que estaba bien y él se enfocó en ver señales de que lo siguiera queriendo. Me sorprende que no se diera cuenta de las heridas que ella tiene en el brazo, mismas que se provoca intentando borrar las cicatrices, o de su falta de sueño por las enormes ojeras bajo sus ojos castaños. Pero bueno, ese no es el tema ahora.

Me pongo en pie al lado de Ron, dejando mi mano sobre su hombro en un intento de contenerlo.

- Creo que antes debemos enterarnos de todas las cosas, Ron. Dudo que presionarla sea la mejor forma de ayudarla- espero que lo comprenda, que se calme un poco para poder hacer las cosas como se debe. Sé cómo se siente, lo desesperado que está de escuchar directamente de Hermione todo esto, pero las cosas llevan tiempo, y ella es lo que más necesita. Tiempo, calma y comprensión- Cuando terminemos esta charla nos llevarás a verla- le suelto al chico. No es una petición, es algo cercano a una orden directa, ya que si no nos lleva por las buenas, llegaré hasta mi amiga por las malas- Ahora, dinos qué necesitas de nosotros, y procura ser específico. Has dicho que Hermione no quiere ver cosas de su pasado y creo que nosotros somos parte de esas cosas. ¿En qué podemos ayudar?- bien, ya nos ha informado de que mi amiga está bien, de que la ha ayudado y de todo lo que le pasa, pero sigo sin verle el punto a la situación, a menos, claro que ese punto sea ayudarla, y para eso estoy completamente dispuesto.

Contemplé al pelirrojo frunciendo ligeramente el ceño cuando hizo aquél comentario. Estaba bastante orgulloso de ser un auror tan joven, me costaba bastante hacerme respetar, pero me lo había ganado, y no me gustaba nada que achacaran mis éxitos a mi dinero, porque yo no había comprado a nadie, al igual que ni Shacklebolt ni ningún otra persona que mereciera la pena hubiera aceptado sobornos así. Era un buen auror y lo sabía, pero reprimí la punzada de rabia y me enfoqué en pensar que todo fuera por el bien de Hermione, pero que debía conseguir imponerme un poco más porque aquellos dos estaban unidos y yo sólo era un pequeño alfil protegiendo a la reina, y debía demostrar que era más que eso antes de que acabaran haciéndome desobedecer los deseos de Hermione. Era ravenclaw, por merlín, y no necesitaba que Hermione dijera textualmente "ni se te ocurra traer a Harry, Ron y Ginny" (cosa que ahora entendía) para saberlo, igual que no había necesitado tantas frases textuales de ella como habría cabido esperar para consolarla, estar ahí, que ella se abriera y conseguir ayudarla. Bastaba con ser un poco empático de vez en cuando y esa era una cualidad que a mí me sobraba por los codos y me encantaba, aunque en ocasiones la despertara. Hermione era una gran chica y merecía gente atenta, sin ninguna duda. Cómo me hubiera gustado tener a Susan allí para que me ayudara a razonar con aquellos gryffindors tan impulsivos.

—Ron, no me contrataron por mi dinero, me contrataron porque estudié cuatro meses de séptimo en Hogwarts con altas calificaciones, me preparé el resto del curso mientras me mantenía a salvo a mí y a mi familia con mis hermanos el resto de los meses y el señor Kingsley Shacklebolt me concedió hace mes y medio la oportunidad de sacarme los É.X.T.A.S.I.S. con de nuevo grandes calificaciones y las pruebas de auror. Me contrataron por mi valía, Ron —expliqué tranquilamente sin alterarme lo más mínimo, y evitando la mezcla de tonos rimbombantes, empollones y presumidos, porque me hubiera ahorrado la explicación si no fuera porque consideraba importante que supieran que no cualquiera estaba a cargo de su mejor amiga, sino alguien de confianza—.Soy de confianza, lo creáis o no, y si Hermione, una de las personas mas inteligentes que han estudiado en Hogwarts, lo captó, debe ser porque lo soy. No os vendería ni al mismísimo diablo. —aclaré igualmente manteniendo la calma y contemplé a los dos chicos, de pie ante mí. Gryffindors impulsivos, a los que les importaba su amiga extremadamente , pero que eran demasiado ansiosos, y no me extrañaba que Hermione estuviera reticente a verlos, porque eran mucha presión, muchas preguntas muy rápido y ella sólo quería estar sola y tranquila en su cuarto, no ser interrogada—. Vosotros no sois de las cosas de su pasado que no quiere ver. Ella lo único que quiere es alejarse de sitios que no está lista para ver porque le recuerdan cosas malas, como los pasillos donde murieron sus amigos, o una casa con una familia grande y casi feliz cuando ella no tiene padres ahora, bueno, los tiene pero casi como si no los tuviera si han olvidado todo lo referente a ella. Necesita tiempo para hacerse a esa idea, acostumbrarse, superarla y vivir con ella, tiempo para recuperarse, rehacer su vida y seguir adelante y sólo cuando esté lista accederá a ir incorporando cosas del pasado en su vida hasta entonces, me da la sensación de que preferirá meter sus ojos en libros. No hay nada que podáis hacer más que entenderla y entender que no podéis verla, y en ese punto, da igual lo que hagáis seguiré firme —hice mi mejor esfuerzo para no ponerme nervioso al ver lo exigentes que se volvían. No me recordaban mucho a Hermione, quien era tan humilde, sino a dos personas que tenían en mente que podían conseguir todo lo que pidieran costase lo que costase, y no pensaba permitir que nada interrumpiera la tranquilidad de Hermione—. Le pregunté si quería que vinierais y podía ver que no quería, sus ojos, su cara, y su forma de responderme indicaban claramente al menos para una persona inteligente y empática que no quería ver a nadie, y que cuando quiera ver a quien sea dirá Percy quiero ver a tal persona y entonces esa persona vendrá. Vosotros no pisaréis esa casa hasta que ella no me diga Percy, trae a Harry y Ron, y entonces, vendréis. Mi casa está muy protegida con Fidelio y todos los encantamientos que puedan existir, Hermione estará a salvo y no tenéis que preocuparos por su seguridad, lo único que podéis hacer para comunicaros con ella, es escribirle cartas, si las dejáis en el Ministerio, yo se las haré llegar a Hermione encantado, creo que le vendrá bien —terminé y suspiré reclinándome en mi asiento.

Las orejas del pelirrojo estaban color escarlata, muy mala señal. En cualquier segundo se hubiera lanzado contra el Ravenclaw y hubiera terminando haciendo un desastre en el local, posiblemente hubiera terminado siendo expulsado de allí sin posibilidades a regresar. Un sonido lo distrajo, sin embargo, cuando el pequeño "Pig" se acercó desde una ventana abierta hasta él con una carta de color vino. Al principio lo apartó, furioso.

-Ahora no, bola de plu...- Pero se quedó en silencio en un segundo. Recordó que había enviado al emocionado Pigwidgeon a Hermione anunciándole la reunión, así que inmediatamente tomó la carta. Al ver más de cerca notó que el sobre había sido pintado con tinta para tener ese color borgoña. Pig continuó sobre su cabeza, revoloteando felizmente, hasta que Ron lo tomó con la mano libre, repasando la mirada una y otra vez sobre las palabras en la carta. Sobretodo la razón por la cual el sobre era de color vino y la última frase, aquella pregunta, que le sacó una sonrisa...

¿Perdonarla? En ese momento hasta se le había olvidado el enojo que sentía por el chico ante ellos. Pero eso no podía decírselo simplemente por una carta. Se la entregó a Harry, mientras volvía a mirar a Percy, aún con el fuego brillando en los ojos, pero con mirada triunfal.

-No tienes ningún derecho sobre ella, Lightwood. ¿De verdad crees que con haber conversado con ella un par de veces, ya sabes todo lo que ha pasado con su vida? Ella no va a la Madriguera porque "seamos una familia feliz", no lo hace porque, igual que yo, no hacemos más que ver a mi hermano Fred por toda la casa. Porque nos cuestionamos el porqué nosotros sobrevivimos y él no. Para ti es fácil decirlo: te mantuviste a salvo con tu familia y hermanos. Es lo que acabas de decir, ¿no? No tienes...- Comenzó, las manos en puño, inclinándose hacia él. -...ni la menor idea... de lo que hemos pasado. ¿Que por un año vivieron con miedo? Nosotros pasamos más de siete años perseguidos por la muerte. Simplemente, no tienes idea.-

Destensó las manos, respirando profundo. -Hermione nos necesita. Y no le puedes negar eso. No la puedes tener encerrada lejos de todo, haciendo de su carcelero. Así que vas a levantar tu maldito trasero de esa silla y nos vas a llevar a verla. ¿Me estás escuchando?-

Contemplé a Ron mientras leía la carta y, por la cara que puso, me quedó claro que era de Hermione, lo que me alivió, pues era buena noticia que por fin estaba escribiendo a sus amigos, tanto ellos merecían ser escritos como Hermione hacía bien preocupándose por hacerlo, así que no podía evitar alegrarme por ello. Me recliné en la silla mirando a Ronald seriamente, aquellas frases que había soltado por su boca no me hacían la menor gracia pero estaba seguro de que, si se lo hubiera pensado cinco minutos, jamás hubiera dicho nada así, por lo que procuré, hice mi mejor esfuerzo por lo menos, en no enfadarme y hablar con normalidad.

—Puede que emocionalmente me cueste ponerme en su lugar, pero ¿saber qué pasó? ¿Gringotts, por ejemplo? esa clase de cosas, las sé, lo de sus padres, lo sé, y independientemente de lo que pasara, se lo mal que está, porque la he visto llorar y no hay más que eso para entender lo mal que está, o por lo menos estaba, porque que ya intente comunicarse con los suyos es una gran señal —le espeté tranquilamente sin alterarme lo más mínimo. No pensaba apuntarme al club de los alterados dando gritos y cabreándome, pues ni siquiera me merecía la pena—. No tengo ningún derecho sobre ella, no está encerrada. Va a Hogsmeade cuando quiere, al Callejón Diagon, cuando quiere, a Hogwarts, cuando quiere. Puede ver a cualquiera de sus amigos cuando quiera, pero me tiene que avisar porque bajo Fidelio, los demás no pueden ni ver mi casa, no porque yo vaya a prohibírselo. O ella os busca personalmente, o me dice a mí que os traiga, no hay más maneras, así que deja de ser hostil porque no vas a conseguir nada con tus berrinches conmigo —comenté simplemente y me levanté dispuesto a irme. Había cumplido mi misión de informador y no tenía nada más que hacer allí, y desde luego no iba a aguantar el absurdo comportamiento de niños cuando suponía estar tratando con personas adultas—. Ah, y —recordé cuando estaba a punto de alejarme de la mesa y me giré mirando al pelirrojo—.Antes de los quince, toda mi familia había sido asesinada a manos de Voldemort y sus secuaces a excepción de mis padres, mis hermanos y yo. Toda mi familia muggle, muerta, todos mis abuelos, primos, tíos, y los hijos de mis primos, sólo por ser muggles. Toda mi familia mágica, sólo por relacionarse con muggles. Con quince años, los mortífagos encontraron a mi padre de camino al trabajo, porque era abogado muggle, le dieron una paliza y lo asesinaron después, y fueron a buscar a mi madre, que estaba desprotegida porque había salido a pasear por unos bosques que hay cerca de mi mansión, y repitieron el proceso. A mis hermanos y a mí nos mandaron una carta un oficial del ministerio, eso fue todo, ¿sabes Weasley? y igual que tú perdiste a tu hermano hace unos meses, yo vi morir a mi único hermano mayor delante de mis narices, desangrándose sin poder evitarlo, gracias a un maleficio, en esa misma batalla. Así que sí, después de perder a mis padres, mi hermano no permitió que corriéramos riesgo y huimos como cobardes, cuidando de una hermana de dieciséis años siendo nosotros su única familia, por no querer dejarla sola. Y hace unos meses yo fui y tuve que ser quien dijera que su hermano había muerto y no precisamente rápida e indoloramente. Y si tuviera que volver a huir para proteger a mi hermana, lo haría. No te atrevas a hablar de lo que no sabes. No pasamos cinco meses tan tranquilos encerrados en la mansión, pasamos cinco meses en las calles, como vosotros, intentando vivir y salir del país, y volvimos a Inglaterra para luchar. No pienso perder más el tiempo con cretinos como tú, que os creéis saberlo todo —dicho aquello, me di la vuelta, saliendo del establecimiento, dispuesto a terminar con otra jornada de trabajo en el Ministerio y poder ver a Susan después, así que caminé por la calle y, finalmente, me desaparecí sin mirar atrás.

Este chico me está poniendo de los nervios, es por eso que me planteo la idea de dejar que Ron le parta la cara o le eche una maldición. No tiene derecho a decir todo lo que dice, porque a pesar de que mi amiga vive en su casa, no sabe de lo que habla. Estoy a punto de dejar que Ron se le eche encima, listo para apoyarlo en cuanto se me requiera, cuando Pig capta la atención de todos. Sospecho que Ron le dará un manotazo,por lo que también me preparo para contenerlo en caso de algo. Pero no, el pelirrojo reacciona bien y toma a la pequeña y escandalosa lechuza que parece que se alegra de vernos.

Ron lee y relee la carta con una sonrisa en sus labios. No sé que clase de información tendrá dentro, pero parece que son buenas noticias. Entonces mi amigo me pasa la carta y puedo ver que es de Hermione, le pide que la perdone por haber hecho cosas que ella considera tontas. La comprendo, a situaciones desesperadas, medidas desesperadas. Incluso me menciona, diciendo que sabe que la quería en casa. Suspiro con el ceño un poco fruncido. Si a mi amigo lo convenció, yo sigo algo resentido por su partida. Me siento, en cierta forma, traicionado.

Escucho las palabras de mi amigo para con el auror y estoy completamente de acuerdo. El mundo mágico, e incluso el muggle, supieron lo que era tener miedo a Voldemor, pero nosotros estuvimos ahí, al pie del cañón, durante siete años, siempre corriendo por nuestras vidas, en "alerta permanente", perdiendo a los seres que amábamos. No es por ser malo con Hermione, pero no me parece que sea una excusa para no vernos. Yo tengo que enfrentarme a Sirius, a Snape, a Tonks, Dumbledore y Remus cada vez que entro a MI casa. El fantasma de Fred me acosa cada vez que veo a su gemelo y recuerdo que ya no está. Incluso Cedric sigue apareciendo en toda clase de mis pesadillas. Ella no tiene excusa porque todos nosotros nos enfrentamos día a día a lo que nos queda, a nuestros fantasmas en el sentido más literal de la palabra. ¿O piensa que la señora Weasley no llora cuando ve a George? ¿Que Andrómeda no llama a Tonks a comer olvidando que ella ya no está?

Una rabia que no me llega con frecuencia se apodera de mí. ¿Qué tiene Hermione de especial para dejarse caer y que todo el mundo esté ahí? Y entonces lo recuerdo. Ella es mi mejor amiga. Guardo toda mi rabia en lo más profundo de mí mismo y la canalizo a donde debo, sacando mi varita. Si bien el chico es auror, y uno adelantado, según parece, Ron y yo fuimos entrenados por el mejor en persona. Alastor Moody.

Aberforth cierra la puerta, sospechando problemas, y mirándonos fijamente. Para tristeza de Percival, sin duda Dumbledore está de nuestra parte.

- Nos vas a llevar con Hermione ahora- no es una amenaza, yo nunca amenazo. Si él, realmente, está dispuesto a decir que no... bueno, digamos que aprendí muchas cosas de los mortífagos en todos estos años de conocerlos.

Pero claro, al chico le da igual y sale como si fuera su casa, empujando al anciano en el proceso. Parece que no hemos hecho amistad con el auror. Me guardo el resto de mi rabia para luego y miro a mi amigo.

- ¿Quieres ir a Grimmauld place para ver si por casualidad Hermione me dejó una lechuza?- propongo, sintiéndome mal por no tener el valor de maldecir en serio al chico. Vamos, que al final de cuentas sigo sin ser como los mortífagos, no "siento" la necesidad de hacerle el crusiatus- Quizá me dejó la dirección en esa carta. O vamos con Kingsley a averiguar donde vive el tal Percy- sus padres muertos a los quince... yo crecí sin ellos; sus hermanos muertos con dolor, yo vi morir a toda la familia que me costó tantos años reunir. ¿Él quiere venir a hablarnos de penurias? Que no me haga reír.

Off: Harry, no puedes decir que yo salí empujando a nadie porque yo ya me he ido y cuando yo me he ido no había nadie impidiendo el paso, y no puedes decidir mis acciones, de usuario a usuario, respetuosamente hablando. Y segundo, nadie sabe donde Percy vive porque está protegida por fidelio. Otra cosa, ¿aviso para que cierren el tema o vosotros dos vais a seguir un rato?

Percy, eso se le conoce como cierre, y no controlé tu pj, quizá salió sin darse cuenta. Y como dice Ron, lo que nosotros planeemos es asunto nuestro, por lo tanto, ya sabremos si nuestros planes resultan o no.

Un placer rolear con ambos y hasta otra