Under Threat // Alan

Aguardaba en el pasillo que llevaba a la sala común de Ravenclaw, detrás de una estatua. El lugar estaba bastante oscuro teniendo en cuenta que era tarde por la noche pero me había asegurado de que El todavía no estuviese en su sala común. Sentía la ira de la bestia libre por mi cuerpo como un maremoto.

Respire profundo, cerrando los ojos. Intentando calmarme, pero en todo lo que podía pensar era en lo que Louise me había contado. Yo sabia lo que ella sentía por el, y me iba a asegurar de que le quedara muy claro al pajarraco que con esto no se bromeaba.

Abrí los ojos, aguardando. El leve resplandor de mis ojos ahora ámbar era lo único que se veía por el pasillo. Esa mirada siniestra que aguardaba a que aquel apareciera para salir de las sombras que me ocultaban.

Un día había sido Luna, Trix y una melancólica conversación sobre el pasado, otra había sido la tarea de Uppsala, en otro día las hadas que habían hecho lío, y otro día Aria que..........bueno, Aria. En fin, la cuestión era que las noches acostándose a deshoras le habían trastocado el cerebro, y aprovechando que Filch no patrullaba los pasillos cual fantasma vengador se había quedado algo tarde dando vueltas por ahí, le había dado hambre y se había dado la libertad de molestar a los elfos con un café y una porción de tarta que descansaban tranquilamente en su estómago.

You feel there's something calling you
You're wanting to return
To where the misty mountains rise and friendly fires burn

Iba susurrando la cancioncilla muggle de la que no recordaba el origen exacto, solamente para romper el pesado silencio que se mezclaba por la obscuridad del pasillo, la luna era lo único que le permitía ver por donde caminaba, pero después de cinco años en el mismo castillo ¿Que podría sorprenderlo en ese lugar?

Lo escucho acercarse, puedo olerlo. Esta canturreando una canción y no puedo evitar que un gruñido gutural se escape de mi garganta. Mis garras arañan la superficie de roca de la pared, al verlo tan despreocupado por el mundo. No solía tener problema con la gente... pero esto... esto había excedido mi limite.

-Estaba esperándote...-

Le susurro aun escondida entre las sombras. Mis ojos ámbar parecían resplandecer mas a medida que el odio en mi ser aumentaba. Las manos me temblaban, haciendo ruidos irregulares contra la superficie de piedra.

-Te noto relajado niño...-

Mi tono era frío y algo siniestro. Cierro los ojos unos instantes, saliendo de las sombras, y observándolo con mi mirada normal ahora. Mis ojos claros se posaron en el de manera fría. Mis manos se abrían y cerraban ahora que las garras habían desaparecido, pero sentía el latido de la bestia en mi interior, fuerte y presente, listo para liberarse en cualquier momento.

¡AG FUCK!-El acento y el improperio nativo saliéndole a flor de piel...Solar, era Solar, mierda, era solamente Solar.

Un sonido...áspero y la voz de la Griffindor saliendo de la misma nada, materializándose como si fuese capaz de aparecerse, pero estaba seguro de que Solar no era capaz de hacer tal cosa, ¿Entonces como carajos le había sorprendido así, tan distraído iba?

¡Solar!-Estaba seguro de que estar completamente despierto habría retrocedido con un salto mortal atrás, menudo susto se había pegado. Se aclaró la garganta, tratando de normalizarse-Yo....yo, pues si, ¿Porqué lo dices, pasó algo?-Los ojos azules del irlandés abiertos de par en par, intrigado, o por lo menos simulando que estaba intrigado.

¿Porqué carajos me mira así? -No pudo evitar desviar la cabeza hacia la luna que entraba por la ventana, menguante, gracias al Cielo.

La comisura de mi labio, tira hacia arriba unos instantes, como si intentara crear una sonrisa y muriera en el intento. Mi mirada glacial lo recorrió unos instantes, para ver como miraba hacia la ventana. ¿Tenia miedo de que lo atacara? Excelente...

-¿Si paso algo?  Pues... puede ser...- Apoyo la mano sobre la estatua que tenia a mi lado, observándola sin mirarla - Sabes... Yo puedo ser una amiga muy leal, muy buena... guardiana... y soy extremadamente protectora con mis amigos... - Le susurro de manera suave, tranquila - Pero cuando alguien los lastima... -

Muevo mi mano sobre la estatua, a una de las zonas apenas iluminadas, mis dedos se alargan y las garras se entierran en la piedra. Mis ojos se desvían de aquella superficie, cambiando solo unos segundos a ámbar antes de volver a azul grisáceo cuando lo miro a el, como si el cambio solo hubiese sido producido por el juego de luces y sombras el corredor. Aprieto la estatua, generando un leve crujido.

-Cuando alguien los lastima... puedo convertirme en su peor pesadilla... - Vuelvo a susurrar - Déjame preguntarte algo...- Quito la mano de la estatua volviéndola a la normalidad, poniéndome de frente a el, aun sin transformarme, siendo solamente yo -  Tu no has hecho nada para lastimar a alguno de mis amigos... ¿Cierto?-

Mi tono era suave, tranquilo y dulce. Hacia que mi expresión fría pareciera mas aterradora de lo que realmente era. La luz de la luna y las sombras del corredor ayudaban a mi imagen siniestra.

¿PERO QUE CARAJOS LE PASA?-Alan trataba de mantener la cordura y un gesto relativamente neutro, pero esos ojos de Solar. ¿ACASO LE HABÍAN CAMBIADO DE COLOR? A pesar de que mantenía la boca cerrada, tenía una ceja antinaturalmente levantada y la cara completamente extrañada por la actitud de la Griffindor.

Bueno....bueeeno, yo, creo que no he hecho nada-Era una pregunta extraña, y con lo turbado que estaba no podía pensar en detenimiento en nada, pero la carta de Trix, Aria, y alguna otra cosa más se le cruzaron por la cabeza a velocidades vertiginosas.

Si fueras un poco más precisa mejor-Los ojos celestes del irlandés siguieron el trayecto de la siniestra mano de la mujer lobo, incrédulo de lo que estaba presenciando, ¿Había dado un paso hacia atrás? Parecía raro, pero la pequeña rubia parecía ahora una entidad maligna, digna de una película de terror muggle.

Dejo escapar un suspiro, agotado. Era sorprendente la capacidad que tenían algunas personas para eludir la pelota que les tiraban... pero el no iba a escapar esta vez. Era mi única oportunidad de dejarle las cosas claras, ya que cuando Lou se enterara seguramente se enfadaría.

-¿Mas especifica? - Mi tono sigue siendo bajo, aunque ahora contiene un leve matiz sarcástico - Bien, puedo serlo... - Doy unos pasos al costado, caminando con las manos en mi espalda. Lo mire de reojo. Mis ojos, ahora ámbar, no se veían bien por el flequillo. Parecían los mismos de siempre solo que mas brillantes por la luz de la luna  - ¿Has lastimado a alguno de mis amigos? Como... ¿Louise? o tal vez... ¿Trix...?- Mi expresión era de piedra. Apretaba los dientes, mientras sentía como los caninos se extendían levemente bajo mis labios. - Voy a advertírtelo una sola vez... antes de que me respondas... Piensa bien lo que me vas a contestar. Odio la gente falsa y a la gente mentirosa... En especial si ambas cosas se juntan con algún amigo lastimado...-

Mi voz ya no era suave, era un gruñido bajo, amenazador. El telón se levantaba y ahora la loba estaba en escena. Sentía como ese animal salvaje dentro de mi rogaba por liberarse de su jaula y demostrar su poder, pero por ahora estaba contenido.

Trix, Louise, Trix, Louise....los nombres y las imágenes se le mezclaban en la cabeza ahora que la tétrica primera escena había pasado, y el sepultado recuerdo de todos sus dramas volvían con la voz de Solar, incitándole a redescubrir su lado más problemático como un diablillo en el hombro.

Giró el cuello y clavó la mirada en el suelo, absorto, pues podría ser que le importaran las amenazas de la loba en un primer momento, pero él pecaba de cobarde a veces más que de insensible, y tenía muy en claro lo que había hecho, no mucho lo que debía hacer.

Trix-No creía haber tenido mucha culpa, pero uno no podía saber que era lo que pasaba por la mente de la acelerada niña, la carta era lo único que podía haber causado un daño-Ella me escribió una carta, diciendo que le gustaba y todo, yo nunca hablé de eso con ella, pero no creo que estés considerando eso.-El Ravenclaw levantó la mirada hasta los ojos de Solar, lejos de estar asustado, más bien una mirada de extrañeza, muy poco propia de él.

Y después....Louise-Se dejó caer al duro suelo despacio, derrapando con la espalda contra la pared para quedar derrumbado en el suelo, derrumbado por lo mierda que se sentía, por haber sido ignorante y superficial muchos años, y por no poder rescatar nada de aquello.

Supongo que te habrá contado lo del pasillo-No había pensado mucho en ello desde que había pasado, porque no le gustaba pensar en acertijos sin solución, en infinitos desgraciados y desafortunadamente el hecho de que Louise lo amara no hacía más que amargarlo mucho por dentro, porque por más que quisiera, él no podía sentir lo mismo.

¿De qué quieres culparme Solar?-Le preguntó con una mirada que empezaba a ser desafiante, incluso ahí tirado y rendido en el frío pasillo-Tu más que nadie deberías saber que todo esto está bastante jodido.-

Mi expresión era glacial mientras observaba como el mocoso intentaba parecer desafiante e inocente. Me molestaba esa actitud de el, me molestaba que estuviese cerca de Louise, y odiaba los sentimientos que ella tenia hacia este estúpido niño.

-Lo de Trix podría dejarlo pasar... - Susurro. Antes de acercarme a el con paso depredador. Lento y amenazante. Sentía como mis manos temblaban de la furia contenida en estos momentos. Había muchas cosas que Louise me había contado, y no iba a permitir que alguien como el se atreviera a lastimarla. Me acuclillo frente a el, con expresión seria - Me ha contado muchas cosas... -

Vuelvo a susurrar. Pero su actitud desafiante hace que todo mi control desaparezca. En un movimiento rápido mis manos se estiran y se convierten en garras. Mi mano derecha se extiende y lo aferra del cuello con fuerza sobrehumana, clavando apenas las garras en la piel de su cuello, pero sin lastimarlo aun. Mis ojos se ponen de color ámbar brillante. Los caninos crecen hasta ser colmillos y los enseño en un gruñido amenazador. Las orejas salen de mi cabeza al igual que la cola. Mi expresión se vuelve fría y mortal. Acerco mi rostro al suyo, tanto que nuestras narices casi se tocan, para que pudiera ver la furia contenida dentro de mis ojos brillantes.

-Escúchame bien mocoso infeliz, te lo voy a advertir una sola vez para que intentes grabartelo en tu cerebro de hormiga... - Aprieto un poco la mano en su cuello - Si tuvieras las pelotas suficientes te darías cuenta que la situación no esta jodida. Pero por suerte eres demasiado cobarde, ya que Louise es demasiada mujer para un imbécil como tu... Si ella no te interesa sentimentalmente te vas a mantener lejos de su persona... por que te juro por todo lo que es sagrado, que si ella llega a derramar una sola lagrima mas por tu culpa voy a matarte... y no va a ser una muerte suave.... voy a hacerte sufrir por cada lagrima que ella haya derramado... Así que piensa muy bien como te sientes con respecto a ella... Si eres lo suficientemente maduro y tienes pelotas como para enfrentar una relación... Pero si sigues siendo el mugroso cobarde que eres te mantendrás lejos de ella... por el bien de tu vida... ¿Me has entendido?-

Esta vez no jugaba. El tono realmente era serio y mortal. Estaba dispuesta a cualquier cosa para proteger a mi amiga y a su hija, y si por eso iba a tener que convertirme en una asesina lo haría. Por ellas había conseguido la transformación parcial y antes de que permitiera que alguien las dañara se helaría el infierno.

Había mantenido la misma expresión estoica y retadora hasta que en un movimiento casi imperceptible por lo veloz se vio agarrado del cuello por aquella criatura siniestra que reemplazaba a la indiferente y común Solar.

Quiso decir algo, pero la voz se estranguló por la fuerza de aquella presa. Intentó romper el agarre con sus brazos inútilmente mientras sentía que la tráquea se le aplastaba por la presión. Incluso pensó en sacar la varita y disparar directamente contra aquel monstruo que había sido la rubia un momento antes, pero considerando la posición en la que estaba, no era algo conveniente.

Suéltame Solar-Dijo con un hilo de voz mientras sentía que la sangre se le acumulaba en la cabeza-O mátame, seguramente eso hará feliz a Louise-La mirada de sorpresa volvió a transformarse en esa mirada desafiante, correspondiente con la sangre irlandesa que le hervía en las venas.

Todo aquello, todo el dolor que posiblemente le causaría a Louise, todo lo que él sentía y toda la confusión parecían arremolinarse en un instinto asesino contra la injusta licántropa, pero él estaba ahí, preso y ahogado.

Afloje un poco la presión de la mano, pero no la quite de su cuello. Simplemente estaba apoyada allí sobre su piel, en la clara amenaza de que en cualquier momento podía volver a presionarse. Sus palabras desafiantes hicieron que de mi garganta brotara otro gruñido. Depredador. Salvaje.

-No te hagas el valiente ahora niño... puedes intentar parecer desafiante ante mi, pero bien sabes que no tienes los suficientes huevos como para enfrentarme realmente... - Mis dientes estaban apretados, remarcando mas los largos caninos - Seguramente la haga feliz, tal vez no ahora pero en algún momento lo aceptara... prefiero hacerla llorar yo y que te olvide luego... antes de que sigas lastimandola... - Le gruño - ¿Que es lo tan complicado para ti niño gallina?-

Me mantenía a la misma distancia de el, aun acuclillada y con la mano cerca de su cuello para que evitara escapar. La otra estaba apoyada en mi muslo, cerca de la cintura del pantalón donde guardaba mi varita. Mi expresión seguía siendo amenazadora y aun estaba convertida. Esperaba por su bien, que su respuesta fuera coherente.

Mierda, un hombre lobo era realmente una cosa de temer, era entendible entonces todos los prejuicios que los magos tenían a aquellas criaturas, más considerando que Solar solía ser una persona calmada, casi ausente y ahora era una fiera que podía romperle el cuello en un ataque de ira.

Claro, eres tan peligrosa que has tenido que atacarme por sorpresa-El odio se arremolinaba en los ojos azules de Alan, fijos, así como su cuerpo, porque tenía en claro que escapar iba a ser imposible a menos de que dañara a Solar, una opción que no parecía muy asequible en el momento.

Quería destruir a Solar por recordarle un episodio tan doloroso, por recordarle que había sido débil y que había acertijos que no tenían respuesta, pero no podía, tampoco podía explotar, gritar o desaparecer. Solo quedaba proseguir con ese violento y a la vez agónico interrogamiento.

¡¿Es cosa de todos los días ennoviarse con veelas madres o no Solar?!-Preguntó entre -¡Tu más que nadie deberías saberlo!