Mi lugar favorito en el mundo [Niniel]

Aferro mi mano al cuello de mi túnica tirándolo y es que lo vuelve a decir, lo vuelve a decir una vez más; que nunca será como allá y no sé; no sé porque aún sigo estando... tan fría. Eso es lo mejor que me podrían decir, y le creo, tal vez le creo; pero no sé, fue tan miserable y tan real, tan real que aún me sigue doliendo como si siguiese estando ahí.

......

Si, esta... Me detengo un instante ahogando aquella palabra que ya no debía decir; lo hace. Y quiero terminar de creerte, lo quiero... puede que ahora quiera; aunque solo... solo dame un tiempo para hacerlo entera,... pues aún me duele demasiado.., todo.

Yo abro mi mano, aplastando aquel borde de la túnica entre su palma y mi pecho, tendiéndome un poco hacia el... para posar mi cabeza en su hombro. Ser una muñeca duele, pero dejar de serlo también; y no sé qué es lo que lo hace más, pues eso es lo que me pasa, lo que siempre me pasa; que me duele, que me duele la piel que me tocaron, los huesos que movieron por mí, la sustancia que me invadieron y apretaron; el alma que tirada esperaba ahí sin nada y mi pecho, mi pecho que siempre sigua palpitando mientras olvidaba como se vivía con alguien afuera de ese lugar.

Muñeca o no, soy un algo lleno de heridas, de heridas y sensaciones que abusan, un algo que llora desesperada porque la dejaron tan maltratada que ya no sabe cómo intentar algo con los demás... aunque en este momento..., parece que podría a empezar a parar, aunque sea un poco cada día, cada semana, cada mes o cada año.

¿Tiempo? Me lo pide, sí, pero lo que menos me queda es tiempo. Siento los segundos trepando por mis brazos, mi espalda, llegado a mi cuello. Leo el profeta y conecto las noticias con una rapidez impresionante, me sorprende saber, al menos, una parte de lo que está pasando de lo que nadie parecer darse cuenta.

—Está bien. Está bien. —Es lo que respondo porque no me gusta que el silencio nos inunde de una manera que no pueda controlar después—. Todo el tiempo que necesites.

Yo esperaré. Total, me digo a mi mismo, es lo único que puedo hacer.

Esperar. ¿Por que no puedo hacer nada más? Eso es lo que me gustaría, ayudarla de otra manera.

Gracias....

Es lo único que reacciono a decir tras su asentimiento, inflando mi vientre mientras digo aquella sincera palabra para dejarla ir junto a un suspiro que pasa a su lado. Su hombro se podía sentir duro donde estaba apoyada ahí con el borde de mi cabeza, con mi frio cabello aplastado entre los dos, con mi cuerpo algo entumido; pero también un poco mas placida, casi como si realmente pudiese dormirme ahí sin pensar en nada que me maltratara, apoyada ahí, protegida por mi cabello y calentada por el sol que iluminaba.

¿Que quieres que haga...? Bajo mi vista como negándome a mi misma;... ¿Que quieres hacer? Yo..., ya no se, aunque aquí está bien... Tal vez esa era otra pregunta sincera de una que no sabía, que podíamos hacer para mantener esto bien; y es que yo, de verdad que ya no sabía qué hacer... estaba mejor, y por eso mismo es que no sabía; y es que me sentía tan extrañamente abrumada, tan abrumada de estar mejor, aunque sea un momento sin el agobio de ese lugar donde estaba dejada, que no sabía cómo continuar, no sin otro que lo llevara por mí como hacia la princesa y su pequeña antes en la habitación que ocupaba; en esos momentos en que también estaba mejor, un poco mejor...

...Un poco como una niña tal vez.

—Nada... nada, no quiero que hagas nada en especial. Lo que quieras.

Le sonrío, pensando en que ya que le enseñé aquel lugar, podría enseñarle más rincones del castillo. Todos, como aquel lago negro, se van a teñir con el recuerdo de Colin así que, que importa. Su recuerdo me va a perseguir por siempre, cuál es el problema... Suspiro y volteo a verla.

—Puedo llevarte a otro lugar —sugiero—. ¿Conoces las cocinas de Hogwarts? O quizá... bueno, pueda mostrartelas otro día que hoy ya se está haciendo tarde

Colin y yo las descubrimos después de que él interrogara una cantidad de tiempo considerable a los gemelos Weasley. Sí. Sólo así. Puedo mostrársela, quizá perdirle un pastel a los elfos o algo así.

Off-Topic:

No, le digo solo negando con mi cabeza, que no conocía las cocinas y que en realidad nunca había pensado en ello pues yo... No solía pensar en eso, en esas cosas. Yo de pronto había sentido su movimiento a través de mi cabello, como un pequeño empuje que me hace enderezarme como una marioneta levantada por sus hilos, quedando con mis manos sobre mis piernas frente a él; mirando a su cuello mientras todo el peso de mi pequeño pecho era tirado cuando respiraba.

Esta bien..., a mi puedes llevarme donde quieras; que no me quejare... Suspiro para mi, apenas logro detener las palabras que no debo; me enfrió al sentir que no puedo no decirlas, mi vientre se me enfría, me aprieta un poco hasta mi garganta. Y Yo..., me cuesta un poco hablar; debería volver a mi pieza.....

Me paro, no sé qué hacer; lo miro, se que debemos irnos, el sol está bajando; levanto una mano como un adiós, fue un gusto encontrarte es lo único que le digo, un paso hacia atrás, dos, tres..., me giro, me giro para después comenzar a caminar, para irme lenta y fría, demasiado fría; mirando de pronto hacia atrás por sobre mi hombro para verlo a el irse también, y es que; y es que no... no quería que se fuera, de pronto no quería; estaba mejor ahí, lo extrañaba, y es que ahí con él estaba un poco mejor...

Aunque sea un poco mejor....

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