[Consultoría] Olor a Miedo || Solaranielle Lych

La joven de aspecto desgastado y cuerpo que fácilmente se quedaría en los huesos en cualquier momento se sentó en su escritorio pensativa, esperando a la primer paciente a atender.

El lugar era una extensión de la biblioteca y solo era un despacho temporal. Aun ni sabía si podría ayudar realmente. Deseaba poder hacerlo, realmente le encantaría poder ayudar a la gente con sus males, casi repitiendo la eterna ironía de ayudar a otros mientras no se podía ayudar a si misma. Ni siquiera tenía el título en reglamento, pero todos estaban haciendo lo posible, y ella aunque no fuera de allí quería intentar ayudar aunque fuera creando un espacio donde los alumnos pudieran hablar sobre sus problemas sin importar cuan tontos sonaran.

"Por favor, pasa, adelante." Invitó al notar una sombra en la puerta. Probablemente la chica no hubiera deseado estar allí, pero en los últimos días, los profesores suplentes si veían algún alumno que no se encontraba bien los invitaban a acercarse para hablar con ella ‘insistentemente’. Quizá si tenía suerte la chica querría hablar.

La voz de Lynnea era melodiosa en un tono agudo que a algunos les resultaba molesto y su rostro tenía las facciones de las hadas oscuras, era innegable que era una mestiza con alguna criatura, tan evidente como para saber que no eran las criaturas habituales.

Me había detenido frente a la entrada, sin saber muy bien por que demonios me encontraba ahí. Algunos profesores me habían insistido en que me acercara al consultorio a ver a la medimaga que teníamos por que notaban que "no estaba bien" Después de mi encuentro con Él aquel día donde había sido mordida nunca había vuelto a estar bien... Pero como demonios se suponía que debía hablar con esta mujer a la que ni siquiera conocía cuando jamas había contado lo que me paso esa noche. Ni siquiera a mis padres se lo había dicho por completo.

Al oír su voz, apoye la espalda contra la puerta, apartándome de la vista. No quería entrar. No quería hablar de ello.

"Piensa Solar, piensa... tienes que pensar una mentira que sea creíble"

Respire profundo antes de asomarme por la puerta y entrar con lentitud. Enfrentarme a esa mujer que me iba a hacer preguntas me hacia sentir incomoda.

-Erm... Lo siento... los profesores me enviaron a verla...-

Le digo en tono bajo mirándola unos instantes. ¿Que debía hacer? ¿Aguardar? ¿empezar a hablar? Me quede cerca de la puerta, indecisa de si continuar o no, pero lista para huir si debía hacerlo.

La mujer, joven de por si, la observó analítica un instante solamente antes de sonreír tratando de ser lo más abierta y receptiva con la chica. Era inexperta y aun ni tenía el título, así que podía asegurar que estaba igual de perdida que la pobre chica que era enviada con ella por apoyo.

"Pasa, no te quedes parada. Sé que no es lo ideal, pero probablemente están preocupados. En el último tiempo varios han sido enviados a hablar conmigo, sea para ayudarles con elección de carrera o por temás más serios." Trató de explicar, poniéndose de pie para buscar un juego de té en plata y depositarlo sobre el escritorio antes de sacar la varita y con un movimiento comenzar a calentar el agua. "¿Deseas una taza de té?" Ofreció finalmente.

Y es que estaba hasta la coronilla del té, pero era lo mejor que tenía para ayudar a crear un ambiente amistoso. Un té y unas galletas, en este día ya iba la 5ta taza de té que compartía y las ganas de ir al baño aparecían cada vez en intervalos más cortos de todo el líquido que tomaba además de su clásica limonada para cuidar los órganos que era necesario al menos 3 limones al día...

Agotador la verdad.

"¿Tus profesores no te dijeron nada de la razón por la que te enviaron?" Aventuró tratando de no ser invasiva con la pobre chica que parecía tensa, era evidente que no podría sacarle nada, al menos hoy... pero era bueno hablar quizá de banalidades para poder abrir una puerta para que hablara si lo deseaba o necesitaba.

Me quedo aun en la puerta, indecisa si entrar mas en aquella sala o no. Aquella mujer no me generaba confianza pero tampoco quería ser irrespetuosa con un adulto. Con paso lento me acerque hacia la silla que estaba frente a su escritorio y tome asiento con la espalda rígida.

-No gracias... no me gusta el te... -

Mentira. Si me gustaba pero no quería beber te con alguien que no conocía, nunca se sabia que podía ocurrir y prefería prevenirme aunque ella no parecía ser alguien que dañara a otro.

-No necesito ayuda en elección de carrera por ahora... y realmente no se por que me han enviado. Mis notas no están mal, no me peleo con mis compañeros y es sabido que soy loba así que eso tampoco es un problema ya que los que me rodean lo aceptan... así que no me imagino por que me han enviado...-

Finalizo encogiéndome de hombros. No había tenido problemas, y a pesar de que lo había visto a Él en la batalla no habíamos llegado a enfrentarnos por que no pude alcanzarlo. Estaba luchando en otro lado y no llegue a enfrentarme a el. Aparte lo que había ocurrido aquel día en el que fui convertida no lo sabia nadie, solamente yo y no era algo que iba a hablar con una medimaga, y menos con una desconocida. Así que me quede allí sentada, con expresión inocente de alguien que no sabe por que esta allí.

"Vale, entonces solo tomaré yo..." Y consideraría pedir que le colocaran un baño en la biblioteca... Uff, es que ya la vejiga le iba a explotar de estar todo el día con el té. Extendió la mano para tocar la tetera para estudiar que estuviera caliente antes de abrir un cajón y buscar en este una cajita... una cajita muggle de saquitos de té Earl Grey, uno de los cuales colocó dentro de la tetera para dejar que el agua tomara el color y sabor al té.

"Interesantes inventos muggles realmente, siempre me pregunté con que hacen el papel de los sacos de té." Comentó invitando a la conversación con otros temas. Y es que realmente había que aprender a tratar a la gente, no... de frente por lo general solo se lograba chocar con una muralla, la testarudez fuerte podía resistir ese tipo de acercamientos... más los Gryffindor que eran afamados por terquedad que a veces se confundía con valor.

Viniendo de Durmstrang, de las pocas mujeres que estudiaron las artes en aquel colegio bulgaro, podía ver las distinción de las casas un poco confusas y a veces creía que los dividían por sus debilidades para templarlos y hacerles más fuertes: De la terquedad valor, de la codicia ambición, de la arrogancia conocimiento, de la complicidad la lealtad...

No que creyera que estuviera mal estas cosas, simplemente le resultaba curioso, las leyendas de los cuatro grandes de las islas británicas eran reconocidas en todo el mundo e incluso ella había escuchado la leyenda de Godric Gryffindor, Rowena Ravenclaw, Helga Hufflepuff y Salazar Slytherin...

"Sabes... no he estudiado aquí, pero siempre he notado algo curioso... los cuatro fundadores tienen doble inicial: G.G., R.R., H.H. y S.S." Comentó sonriendo, claramente haciendo un gesto con la mano de que no se preocupara por el tema del por que la mandaron allí, finalmente colocando un terrón de azúcar en una taza, limón y echando té sobre estos. Aunque uno intentara no podría encontrar un acento que no fuera inglés a pesar de admitir no pertenecer a las islas.

Me siento como india en la silla, inclinando ligeramente la cabeza para observar lo que hace con el te. Mi madre también tomaba te muggle cuando estaba en casa. A pesar de tener familia de magos, a mi madre le encantaba trabajar en esa escuela muggle enseñando.

La recordaba cantando por lo bajo mientras estaba en la cocina dedicandose a su ritual de hacer el te. Cada día que podía con un juego nuevo, de porcelana china, con dibujos, con animales, con letras... Los muggles tenían muchas versiones de una misma cosa.

-No lo se realmente... tienen variedades de muchas cosas y muchos inventos prácticos a pesar de ser muggles...- 

No podía ocultar la incomodidad en mi tono. La conversación era extraña. Las personas con las que había conversado últimamente eran todas cercanas a mi edad, era extraño hablar con alguien joven y que fuese una profesora.

-Nunca me puse a pensarlo... No le preste demasiada atención, siempre había cosas para hacer como para enfocarse en eso, pero si, es curioso que tengan doble inicial... - Apoyo mi codo en la rodilla y el mentón en la mano izquierda mientras la observo preparar su te. -Perdón el atrevimiento, pero... ¿No se harta de tener que soportar alumnos que la usan como libro abierto para vomitar sus problemas, para que luego se vayan por ahí "felices" dejándola a usted con toda esa energía negativa?-

Mi tono es serio, mientras la observo con seriedad aun apoyada en la palma de mi mano. Me preguntaba si esta mujer era de las que se comportaban demasiado afectivas y al momento en el que uno se volteaba nos odiaba, o si era demasiado tonta como para demostrar bondad a todos y que la pisotearan sin importarle nada...

Interesante pregunta...

Tomó un poco de su te, midiendo sus propias palabras mientras consideraba lo que era más adecuado desvelar ya que después de todo, esta no era una cita sobre ella sino sobre como ella podía ayudar a la joven frente a si. ¿Se cansaba de escuchar los problemas de los demás? No... muchas veces le recordaban que sus problemas no eran tan graves, que ella aun tenía a su hermano, un trabajo, algo que le gustaba hacer fuera del quejumbroso trabajo de lidiar con problemas ajenos.

Había gente que no tenía familiar alguno, varios de los que habían sido torturados, tantos que perdieron a sus esposos o que habían dejado atrás hijos que nunca les conocerían...

"Responder eso sería tratar de analizarme y no creo que sea bueno hacerlo." Le respondió con una sonrisa relajada e invitante, sin tratar de negar ni aportar mucho más. "Pero si te es más relajante, también tengo mis propias terapias... es mi trabajo ayudar a transitar momentos difíciles en los que muchos necesitan poner en palabras y descargar lo que les ocurre en alguien más. Es algo que elegí y para lo que estudie." Las motivaciones personales no eran un tema a tratar en este momento por suerte. Aunque las razones sobraban para ella.

Me mantengo en la misma pose observándola unos instantes. No lo había negado pero tampoco lo había confirmado, lo que decía que era una persona demasiado reservada.

-No importa si es para lo que estudiaste. Tal vez lo elegiste como un motivo de escape, o simplemente tal vez es lo que alguien eligió para ti y te resignaste a hacerlo simplemente... La verdadera cuestión seria... Tu quieres analizar a alguien mas para ayudarlo a transitar una "supuesta" situación difícil por la que se enfrenta ¿Verdad? Pero... ¿pretendes que el "paciente enfermo" te cuente su situación de manera abierta solo por que tienes el titulo y has estudiado para ello? - Levanto una ceja - Entiendo que eres una medimaga o una especie de psicóloga para utilizar un termino muggle, pero eso no justifica que cada persona que entre aquí tenga que contártelos cuando claramente hay una barrera de confianza que cada uno debe atravesar para que otro te cuente sus problemas. - Respiro, levantando la mejilla de la mano y mirándola a los ojos ahora - Dime un buen motivo por el cual yo deba contarte mis problemas. Y no me respondas que por que has estudiado, lo has elegido y para eso estas aquí por que eso no es un buen motivo...-

Finalizo en tono seria mientras la miro de manera depredadora, como si ella fuese un conejo y yo el lobo, si... pensamiento algo irónico ya que yo si lo era. Pero esperaba que comprendiera aquello que le habia dicho, sino realmente no podriamos hacer esto.

Sentía un poco de irritación, la chica se había ido por las ramas asumiendo que tenía que contarle sus problemas y dando un discurso sobre ello.
Aunque claro, pensándolo fríamente, eso era lo que la gente asumía que tenía que hacer, que contar los problemas era la solución y que iba a ir indagando sobre cual era exactamente el problema de cada uno. Ni siquiera ella contaba sus problemas y su terapia era de base musical y auto otorgada, había encontrado en la música la forma de hablar sin tener que decir lo que le pasaba en esas exactas palabras, había encontrado la forma de simplemente dejarse ser y disfrutar, tratar de sanar las heridas que aun sangraban en su alma.

"No he preguntado por que te pasa, he preguntado..." Se quedó pensando un momento y no pudo evitar la corta risa. "De hecho, no he preguntado nada. Así que si no quieres contarme nada está bien, solo asumiré que has tenido un día duro en el colegio y procederé a hacer papeles." Comentó dejando deslizar todo lo dicho por la rubia mujer lobo para indicar el escritorio donde las pilas de papeles del Wizengamot se encontraban esperando su atención, una atención que en realidad no deseaba darles pero era necesaria.

"Así que aunque no te pueda ayudar, quizá te puedo sugerir algo: Encuentra algo que te ayude... yo me he dedicado a la música desde pequeña, es lo que a mi me ayuda, quizá escribir lo que piensas y quemar el papel... a muchos le ha servido." Tenía tantas canciones compuestas que podía cantar una vida con su viejo violín mágico.

Me quedo observándola unos instantes mas antes de observar la pila de papeles en los que tenia que trabajar. ¿Si tenia tantas cosas para hacer para que se ocupaba de ser medimaga en la escuela? No comprendía por que tomaban mas cosas de las que realmente podían hacer.

-En realidad has preguntado si sabia por que me habían enviado aquí. Y la explicación es que si te envían con una psicoanalista es por que asumen que el paciente, en este caso yo, tengo un problema, para el cual obviamente tienes que hacer tu trabajo y averiguar cual es mi problema. - Me encojo de hombros - Vamos a hacer lo siguiente. Cuéntame tu algún problema tuyo y yo te contare alguno mio...-

Me siento erguida ahora en la silla, manteniendo la mirada fija en ella aguardando.

La mujer sonrió, levemente, dejando que la rubia se enredara en sus propias palabras. Era interesante este tipo de casos, Miss Lych acababa sin quererlo de admitir que tenía un problema, que había algo que ella tenía que averiguar.

Era un tema irónico porque sabía que no importaba lo que dijera la chica no se abriría... probablemente ni la primera ni la segunda vez que pisara este consultorio, y estaba tan desesperada por salir que había tratado de asumir que la estudiante de psicología muggle era una amenaza a su estilo de vida, a sus pensamientos y a su individualidad cuando lo único que había pedido era que le hablara de cualquier cosa.

"La primera vez que tuve que sentarme con una psicóloga le dije algo similar..." Lo cual era cierto, quizá no tan agresiva, pero si había tratado de conservar todos sus secretos, sus recuerdos, encerrarlos en su cuerpo para que se pudrieran con él y cuando muriera, la imagen del sol negro con ella. Podría hacer lo que corresponde y decir ‘este espacio no es sobre mi, sino sobre ti’, mandandole de regreso por donde vino ante su forma de ser... pero sabía que muchas veces hacer lo inesperado era mejor que apegarse a las reglas de juego... solo no sabía que sería ‘cuerdo’ contarle.

"Veamos... algo que pueda contar sobre mi... Mi nombre es Lynnea Gammel, tengo 20 años, viuda desde hace 3 meses... Mi esposo tomó una decisión tonta que por poco nos mata a ambos cuando decidió unirse al ejercito de Voldemort. Afortunadamente yo tuve la suerte de quedarme en casa de uno de mis tíos en Alemania cuando ocurrió todo... una decisión tonta tomada, corta vivida y con un final trágico." Explicó algo carente en sus emociones. Su esposo había parecido tan buena persona cuando lo conoció que jamás se lo hubiera imaginado como uno de los mortífagos... cuando llegó a la casa orgulloso tras prestar juramento ella tuvo una gran descompensación, la culpa de que eso lo habían hecho Jacob y Mihail para protegerla no había ayudado en absoluto.

Me quedo observándola, en silencio mientras proceso sus palabras. Sin poder evitar revolear los ojos cuando menciona que ella dijo algo similar. Dudaba que le ladrara a alguien como lo hacia yo cuando algo me molestaba.

Pero no puedo evitar fruncir el ceño cuando la escucho hablar. Sabia que era joven pero la edad realmente me importaba muy poco. ¿Su marido un mortifago? ¿Ese era su problema? ¿Que era viuda? Si su marido había sido enemigo entonces no debería ser un problema, debería alegrarse de que se había quitado un problema de encima, pero la cuestión era si ella lo sabia o no cuando se caso. Parecía una persona fácil de engañar.

-Ese es su problema... que... ¿Enviudo? - No sabia como decírselo sin ser extremadamente brusca en lo que estaba pensando - Perdone que lo diga pero si su esposo se unió a Voldemort entonces seguramente merecía el castigo que recibió. - Me encojo de hombros. Ahora me tocaba contar un problema mio. Todos teníamos problemas que nos afectaban, después de todo si no los tuviésemos la vida seria extremadamente aburrida. - Bien... quiero ser la próxima profesora de Pociones del colegio pero no quiero postularme para el puesto por el prejuicio y el miedo que tienen la comunidad mágica hacia los lobos...-

Lo comento en tono frío. No era un problema en realidad, iba a hacer lo posible por conseguir el puesto. No me importaba demasiado lo que dijera la gente, como fuera iba a lograr ese objetivo.

Había estado tentada a responderle con el mismo tono, después de todo, era más complicado de explicar el hecho que simplemente ‘enviudó de un mortífago’. Muchos de ellos eran... bueno, no estaban tan locos como esa mujer de cabello enmarañado que gritaba como loca y adoraba humillarse a los pies del pelado cara de serpiente.

Bueno, ¿que podía decir? La mayoría de los mortífagos estaban equivocados, otros lo hacían por deseos personales, otros por deseos ajenos y luego estaban los que no podían escapar... su esposo estaba entre los que no podían escapar de la mano ajena, no deseaba que ella muriera al igual que su hermano e hicieron lo más estúpido que podían, dejando atrás a una mujer que ya estaba tan arruinada física y emocionalmente que no podía hacer nada.

"La opinión del resto no debería afectarte realmente. No diré que es un tema fácil todos quienes hemos estado en posición de tener que pasar por el registro de Criaturas Mágicas hemos tenido que enfrentar varias miradas desaprobadoras, sin embargo el mismo profesor de Encantamientos, Flitwick, ha sido campeón de duelo y no solo profesor sino que ha llegado al puesto de cabeza de la casa y subdirector aun cuando su cruza ha sido evidente de simple vista. Rubeus Hagrid es uno de los más amados profesores que han tenido aunque muchos chicos me han dicho que les da miedo las criaturas que trae, sin embargo tampoco es completamente humano. Tienes muchas posibilidades, Solar. Ya ha habido un antecedente de profesores licántropos y probablemente el mayor problema ha sido el tema de ocultarlo a los padres, aun así el profesor no ha sido echado por lo que me había contado la profesora Sinistra, sino que renunció antes de marcharse."

Sabia acerca de los profesores que estaban en la escuela. Hagrid y Flitwick eran un claro ejemplo de que no todas las criaturas eran malvadas como los demás pensaban. Pero con los lobos la cosa cambiaba. Todos estábamos mal catalogados, y eso había sido incrementado por culpa de Él durante los últimos años.

-Remus renuncio por que Snape abrió la boca con los de Slytherin... - Digo con resentimiento. Eso había sido algo que no debería haber hecho el profesor, en especial con esos bocones - Pero si bien Hagrid trae animales peligrosos el puede controlarlos... Flitwick no es peligroso... Yo si... Un mínimo descuido y puedo condenar a alguien a ser como yo el resto de su vida, o podría matarlo... No es un gran problema ahora por que todavía tengo que terminar el curso... pero se que no va a ser aceptado fácilmente que sea una profesora y ponga en riesgo a los alumnos...-

Sonrió levemente y negó con la cabeza.

"Entiendo lo que dices, realmente lo entiendo quizá más de lo que creas. A pesar de ello debo recordarte que es solamente tres noches del mes que eres afectada por la luna y que existe una poción para evitar ataques. Para estar capacitada necesitarás estudiar bajo la tutela de un profesor, no te desanimes que quizá de momento uno al pensarlo con los prejuicios de gran peso parece difícil... pero estoy segura que si te acercas a MacGonagall o incluso a los otros profesores podrán ayudar en ese tema. En el Wizengamot estamos varios luchando para cambiar las leyes de derechos de las criaturas, sin embargo muchas de ellas han quitado su apoyo tras la guerra, los Centauros se han alejado y siempre han rechazado el lugar que les pertenece como seres pensantes..." Se detuvo un momento, notando que estaba hablando probablemente sin sentido para la otra chica. Es que su mente estaba esparcida cada vez que le hablaban sobre los derechos de las criaturas y la clasificación.

De hecho, su madre biológica debía ser clasificada como XXXX considerando que era dañina a los oidos, a distancia, causaba pánico, era casi imposible de asesinar y por supuesto, anunciaba la muerte. Por eso necesitaban más personas que apoyaran las nuevas leyes ya que ella como novata se sentía soplando una vela con la esperanza de lograr que vire el barco.

-Se que existe la poción matalobos y eso no me hace peligrosa pero igual son riesgos que uno tiene que correr. No me desanimo por esto, realmente me gustaría ser profesora de pociones pero es una situación complicada, no estoy segura de si el profesor Snape estaría conforme con ello... - Resoplo - No se puede culpar a las criaturas por no apoyar a los magos. Tienes que reconocer que nunca nos han hecho la vida fácil, siempre nos han rechazado y hablo en plural por que seguramente tu también has sufrido sus humillaciones y los contratiempos que los magos han puesto hacia nosotros. A todos nos ven como criaturas altamente peligrosas cuando muchas realmente no lo somos...-

Me encojo de hombros. Era una frustración la ley mágica hacia las criaturas, pero no se podía cambiar tan fácil el pensamiento de un montón de viejos chiflados en poco tiempo.

Suspiró, pasando una mano por sus cabellos casi blancos en un gesto pensativo, observando a todos lados en un intento de encontrar las palabras justas. Pero no había forma de hacerlo ya que a pesar de verse como una humana había algo en sus rasgos que le delataban como criatura, cosa que nunca negó pero prefería no hablar ya que su criatura madre era realmente un desafío en si mismo y no se suponía que estuviera viva... de hecho, no conocía a otra como ella aunque creía realmente que debía existir otra, se negaba a pensar que era única. Luego recordó su propio traspie anterior al admitir que tenía antecedentes de criatura.

"Es cierto, pero aun así he llegado al Wizengamot y sigo peleando por mis derechos. Porque sé que si pienso solo en las dificultades no alcanzaré nada, se puede decir que prefiero pensar en las posibilidades que tengo en el camino, si yo llegué allí otros también podrán hacerlo, es por eso que estoy aquí... no soy la solución al problema de nadie, pero aun tengo vida para abrir una puerta más para alguien que podrá aprovecharla." Sonrió levemente, parecía que lo quisiera o no, quizá sin comprenderlo del todo, pero Solar tenía la respuesta que había buscado al principio.

Suspiro. La realidad es que no iba a darme por vencida con facilidad. Realmente quería ello e iba a agotar todas mis opciones para poder llegar a cumplirlo, sin embargo los riesgos a veces eran grandes, no me detendrían pero si me ponían incomoda.

-No me voy a dar por vencida. Se que puedo hacerlo de la misma manera que cualquiera que se proponga algo puede lograrlo si de verdad lo desea. Sin embargo, tampoco soy inconsciente. Tengo muy en cuenta los riesgos y a pesar de que es algo que yo deseo, no me gustaría poner a nadie en riesgo. No todos logran aceptar la licantropia o ser alguna criatura mágica, y una cosa es nacer así donde la aceptación de uno viene desde el principio y otra cosa es ser convertido contra la voluntad. Quiero hacerlo, y voy a hacerlo, pero tengo que ir con cuidado para llegar a donde quiero...-

"Todos necesitamos tener cuidado en el primer momento, sería bueno si en algún momento tienes la respuesta de como quieres hacerlo que vinieras a verme pero en lugar de como psicóloga como parte del Wizengamot." Asintió con la cabeza indicando los papeles sobre el escritorio.

"No eres la única considerada peligrosa, en mi caso es casi inevitable ser peligrosa dada la circunstancia de mi cruza donde un hombre decidió experimentar la reproducción con un tipo de hada particular. El resultado es los órganos de un hada en un cuerpo humano." Podría si quería tratar de descubrir lo que pasaba con eso, no le importaba, con algo de suerte lo descartara sin embargo era mucha investigación lo que llevaba descubrir el ‘tipo de hada’ y las consecuencias de esta cruza. "Veré que se puede hacer, con suerte en 4 años cuando hayas graduado una maestría las cosas sean diferentes..."

-Pues todavía tengo tiempo, y hay muchas cosas que tienen que cambiar en el Wizengamot como para poder plantear algo mas concreto... Pero creo que deberían reemplazar a todos los viejos que son miembros y poner gente nueva, con pensamientos distintos. Es la única manera en la que se pueden cambiar las leyes. Los viejos tienen las malas costumbres tan arraigadas que si estuviésemos en la época de la inquisición muggle nos quemarían en la hoguera por solamente presentar la idea...-

Comento algo ofuscada. De cierta manera ellos eran la inquisición y nosotros los herejes que eran cazados. Escucho con atención cuando mencionaba lo de su cruza. Extraño sin duda. ¿Era posible que los órganos funcionaran correctamente en un cuerpo humano? Así como la transformación a lobo dolía, seguramente el tener algo así también debía doler.

-Pues aun tengo tiempo para perfeccionarme antes de tomar el titulo de profesora. Espero que las cosas se hayan arreglado para ese entonces... - Suspiro - Se que no soy la raza mas peligrosa que hay en el mundo mágico, pero realmente en este momento ninguna de las otras razas puede ayudarme a solucionar el conflicto social al cual nos enfrentamos. Se necesita un cambio radical para nuevas normas y en este caso dudo que haya un cambio así...-

Asintió sabiendo que era cierto lo que decía, ella solo era una de tantas criaturas que no deberían existir pero aquí estaban. Ella solo era una muestra de lo que podía llegar a hacer el humano, pero nadie corría tras su tío por haberse atrevido a experimentar con la vida, no... en cambio el resultado era condenado por no ser algo definido o aceptado en la sociedad. Tristemente eso era algo que se compartía con los hombres lobo que aunque solo eran peligrosos el la luna llena si no bebían una poción no podían ser vistos de la misma forma que los humanos...

Y lo peor es que la escusa era el peligro de estos y no que debían tomarse 3 días de corrido cada mes.

"Bueno, supongo que es algo para tratar más adelante, lo cierto es que no se pueden sacar a los viejos pero si tenemos una ventaja que la cabeza del WizenGamot ahora será declarada en una semana y es la profesora MacGonagall. Eso da algo de esperanza, si es allí la mitad de lo que es para mantener con vida este colegio estoy segura de que tendremos futuro." Concluyó con una leve sonrisa antes de acomodarse, tomando su taza de té frío y bebiendo un poco pensativa.

"Como verás, este lugar es simplemente para hablar, no indagaré en lo que no desees contar, pero me gustaría que te hicieras un lugar con lo que quieras, que me hables de lo que te gusta, de lo que deseas y si puedes me cuentes como planeas conseguirlo. La terapia que suelo ofrecer como opción es musicoterapia, pero podemos hacer lo que gustes, el único objetivo es crear un espacio donde puedas sentirte liberada."

Era cierto lo que decía. Lamentablemente no se podía sacar a aquellos viejos chochos del Wizengamot para reemplazarlos con gente que realmente tuviera algo dentro de la sesera pero el saber que Mcgonagall iba a estar allí a partir de ahora era una ventaja, pues ella nos conocía bien y sabia de lo que eramos capaces, a pesar de que no se podía tomar a todos por igual.

-El que Ella este allí sin duda nos va a ayudar, solo hay que esperar que pueda llenar esas mentes vacías con algo mas que con aire...-

Tal vez no debía hablar así de los que hacían nuestras leyes pero era indignante ver como nos trataban solo por tener miedo. Viejos cobardes y estúpidos. Odiaba la cobardía.

-En realidad lo que me gusta son cosas simples que llevo a cabo. Son costumbres muggle a pesar de ser maga. - Había cosas que me molestaban pero no iba a contarle de Él ahora - Me gusta cocinar y tocar la guitarra, ambas cosas me relajan. Generalmente estoy tensa por la cantidad de gente que me rodea pero esas cosas hacen que mis músculos no se tensen tanto...-

Me encojo de hombros. No me consideraba una persona demasiado interesante. Intentaba no llamar demasiado la atención para evitar situaciones incomodas.

"Eso está bien, ¿que clase de música te gusta?" Preguntó entre el interés de quien trata a las personas como una psicóloga y a su vez la curiosidad de un músico que se dedicaba parte tiempo a ello, aunque empezaba a pensar que debería dejar alguna de las cosas ya que entre la asistencia psicológica aquí y el nuevo cargo como profesora de Aritmancia no creía tener tiempo además para ir hasta Londres para buscar lugares donde tocar,

A veces sentía que hacer lo correcto no era bueno para su salud mental, pero... bueno, al menos no tenía cargos de conciencia.

-Me gusta de todo un poco, aunque cuando estaba en la sociedad muggle escuchaba una banda de power metal. Me gusta esa música pesada... aunque según el cantante no es pesada sino metal melódico... pero es interesante. Me quita la tensión tocar sus temas en la guitarra...-

Le digo encogiéndome de hombros. Era una terapia interesante, la música nunca dejaba de sorprender a la gente, en especial a mi y disfrutaba de cada momento en el que podía tocar.

"Hagamos algo... ¿quieres la próxima vez traer una canción? Algo que te guste o que sea importante para ti. Si quieres prometo traer mis instrumentos, ven cuando quieras a ver que podemos hacer con ello." Ofreció con una sonrisa como para cerrar la ‘cita’.

Uno escribe o escucha música con la que se siente identificado o con la que desea identificarse, las canciones personales encierran momentos de sus vidas que quizá aunque desea alejar le acosan y no permiten paz alguna, ella misma tenía las propias... Take the Pill, God Help me, Gothic Lolita... era todo un repertorio que muchos dejaba en la curiosidad de las emociones que encerraban dichas canciones, tan diferentes a la estética de ella. Quizá a Solar le sirviera algo...