Olor a mandarinas [Elisabett]

Aria sabe como entrar a las cocinas, ergo, yo también. Llego ante al cuadro que es la entrada y le hago cosquillas a la pera, hasta que me deja entrar. Lo hago porque me salté la comida, así que ahora tengo hambre y los elfos... bueno, siempre están dispuestos a servirte cosas deliciosas. Y cocinaban delicioso, por dios... Así que en menos de dos minutos estoy sentada en una de las esquinas de la cocina, con una comida decente enfrente, viendo a los elfos domésticos trabajar en lo suyo.

La verdad es que si tenía hambre...

Suspiro, no sé por qué he estado tan distraída desde hace días. Bueno, para empezar iré al baile con Nott, eso ya es suficiente para estar nerviosa. Pero no porque sea el chico que todas desean, no, precisamente porque es lo contrario... Me da miedo lo que pueda suceder, aunque sé que no llegaré al final del la noche sin que todos sean consientes de nuestra subnormalidad. Vuelvo a suspirar, ¿por qué le había dicho que sí?

Ni idea... Seguí comiendo, hasta que oí como alguien más entrada. Vaya, compañía... justo lo que no me hacía falta, pero a la mejor me ayudaba a despejarme.

Estaba muy contenta por Winky, por haber llegado a una nueva escuela llena de nuevos amigos, pero me seguía inquietando Niniel, ¿qué será lo que la hace tan alejada y temerosa?. Tenía que sacarme ya ese tema de la cabeza, pensar en otras cosas como mis clases, oh no mis clases no había todavía revisado ello por andar recorriendo Howarts.

Ahora tenía que ir a buscar y hacer lo de mis clases o me iría mal y eso me pondría triste ya que no cumpliría mis objetivos, cosa que me encanta hacer.

Fue fácil entrar en la cocina ya que había quedado de cocinar con Winky y me había adelantado, tras entrar vi a una chica, estaba comiendo, quizás podría acercarme y hablarle, ¿Pero y si le molesta también mi presencia?, al diablo con ese pensamiento. Me dirijo hacia aquella chica. - Hola, Soy Elisabett ¿y tú eres? - Digo mientras saco un paquete de golosinas y como.

¿Una nueva? Tal parece que sí. No la he visto en mi vida y Hogwarts está lleno de nuevos últimamente así que me encojo de hombros mientras la examino de pies a cabeza, ya que me ha interrumpido mientras comía. Se veía un poco menor que yo, a saber en que año estaría.

—Isabelle —respondo, mientras volteo la cara hacia la comida, para seguir en eso—. Isabelle Poulain. ¿Eres nueva... no?

Es tan obvio que no necesito ni preguntarlo, pero ya que está allí... Pues de algún modo tengo que empezar la conversación. Además de que los elfos no se acercan demasiado porque bueno... ¡hice que se pusieran en huelga! Ningún elfo te debe tener aprecio así.

Vi cómo me detallo muy rápidamente, y también la concentración de la saque, ojala no se haya enojado pues también me molestaría que me interrumpieran mientras como mis golosinas, pero respondió a mi pregunta y soy muy obvia al ser nueva, pero al decirme su nombre, ese apellido era el mismo que el del prefecto de Hufflepuff ¿serían hermanos o solo es coincidencia?, habría que salir de dudas.

- Si Isablle, soy nueva, llegue hace un par de días a Howarts y creo que en esos pocos días conocí a tu hermano, si no me equivoco... ¿Eres hermana de Edward Puolain verdad? - Digo esperando su respuesta.

—Interesante...

No, la verdad es que no, he oído esa misma historia de todos los nuevos. Todos, absolutamente todos. Pero bueno, esta en especial parece agradable y acaba de decirme que conoció a mi hermano. Todo el mundo conoce a Edward... creo.

—Oh, ¿ya te encontraste con mi hermano? —vuelvo a mirarla y me doy cuenta de algo obvio: tiene el escudo de Hufflepuff en la túnica, así que allí debió de haberselo encontrado—. Ah, vas a Hufflepuff, con tazón... Pues bienvenida, Lisa... ¿Qué te trae a las cocinas?

- Si, ya me lo encontre es el prefecto de mi casa, aunque cuando lo vi no fue la mejor impresión, pero parece un buen chico. - Recordaba sus abdominales de acero y me sonrojaba, aún no podía olvidar el haber visto a un hombre semi desnudo.

- Muchas gracias por la bienvenida Isabelle, pues venía por aquí buscando un amigo y me encontré con Winky y propuse hacer panquesitos con ella, ¿quieres? - No sé si era muy malo hacer lo que hacía con Winky en esos momentos pero se lo conté a ella, por favor que no sea malo, y vaya me daba cuenta que la belleza era de familia.

—Es un buen chico...

Al menos lo era la última vez que lo comprobé. También tenía una novia, lo cual era muy raro hasta para Edward, pero supuse que se había conseguido a alguien más tímida que el para no parecer un idiota frente ella. Okey, estaba pensando demasiado en mi hermano.

—¿Panques con Winky? ¿Una elfina? —sonreí ante la idea, pero tenía dos posibilidades: que Winky limpiara mis desastres en la sala común de Sly y que me conociera, indirectamente, o que lo supiera de boca de otro elfo—. Pues me gustaría, pero no sé si a ella le parezca bien.