[Escena con Narración] Una varita oscura. [Winky/Mr. Ollivanders]

El pelirrojo salió de las llamaradas apenas hubieran aparecido, dando un precario saludo a Tom mientras se adelantaba hacia el muro que era la entrada del Callejón Diagon. Tocó el ladrillo con rapidez y reinició sus pasos acelerados. El señor Ollivanders había reabierto su tienda, en una manera sorprendente de lucha contra la adversidad y a favor de lo tradicional. Mientras existiera un señor Olivanders, habría abierta una tienda de varitas.

Ronald había pensado en él apenas había empezado a bajar las escaleras de Grimmauld. Si había alguien que supiera de varitas, era el señor Ollivanders. Y necesitaba saber hasta que punto esa varita era la causante de lo que estaba ocurriendo a Hermione.

//Narración

Ollivanders estaba allí, disponible para todos en ese lugar que tras quebrar el Fidelius volvía a estar como siempre, ventanas sucias con motas de polvo que se pegaban al vidrio, húmedo, oscuro, la madera que dejaba sonidos a cada paso que daba y el hombre tras el mostrador se veía impecable en su traje marrón con pañuelo.

Aun así, el hombre también se veía mucho más viejo de lo que se veía antes, con sus ojos blanquecinos y su rostro consumido por lo pasado en la Mansión Malfoy, pero aun así, a pesar de ello, era como si el hombre tuviera nueva vida nuevamente.

"Ah, Ronald Weasley... Sauce, 14 pulgadas y cabello de Unicornio... especialmente dotada para Defensa. Una preciosa varita, nunca me ha dicho si ha logrado recuperarla..." Comentó observandolo curioso desde su banco al otro lado del mostrador.

No pudo evitar sentirse fuera de guardia al escuchar las palabras amables del maestro artesano, un poco azorado al ver que lo recordaba, aún cuando en alguna parte de si sabía que aquel hombre tenía una memoria infalible.

-No, no la pude recuperar... Me he estado valiendo de esta mientras tanto.- Dijo, colocando ante él la varita de Pettigrew. Nunca se había puesto a pensar en como se relacionaba la varita con su dueño, pero hasta el momento no se había sentido influenciado por ella, ni la varita había resultado temperamental. Eso no quitó el deje amargo que le dejaba el no tener su varita.


-No es mi primera vez con varita ajena, señor. Mi primer año llevé la varita de uno de mis hermanos.- Dijo, intentando restar importancia, aunque bien sabía que aquello era algo primordial en todo mago. Se apresuró en sacar la otra varita, la de Bellatrix. -Quiero saber si me puede ayudar respecto a esta varita, señor. Creo... que está afectando a Hermione. Granger.- Terminó, intentando recordar los componentes de la varita de su amiga. ¿Pelo de unicornio? ¿Sauce? ¿Flexible?

//Narración: Ollivanders

"Ah, Vid, 32cm, fibra de corazón de dragón, buena para hechizos y encantamientos... si, Miss Granger le ha tocado una varita interesante aunque algo temperamental, cuando entró Miss Granger comenzó a causar chispas en su caja y por poco incendia el local." Comentó haciendo un recuerdo de lo que fue esa varita. La madera de Vid llamando a su dueño como tantas otras.

"¿Esta varita?" Se acercó para poder mirarla, apenas tocándola y apartando la mano tan rápido como pudo aunque con algo de disimulo y dignidad. "30cm, Nogal y fibra de corazón. Esta varita perteneció a Bellatrix Black..." Comentó pensativo y observando la varita que en el pasado le hubiera torturado. "Es difícil de decirlo... la varita elige al mago y el mago influencia la varita. Estamos frente a una varita que posee una pasada carga en su interior por la cantidad de magia oscura que ha dejado marca en su madera. ¿Como dice que la está influenciando?"

El rostro de Ron se ensombreción un poco.

-No estoy seguro... No es la misma. Está... más obsesiva. Y se está haciendo daño. La marca en su brazo.- Su mirada se hizo algo huidiza, pero siempre terminaba posándola sobre aquella varita en forma de garra, si mal no recordaba, poco flexible. -Siempre ha sido un poco loca cuando se trata de algún misterio que no puede resolver, una duda de la cual no encuentra las soluciones en los libros. Al punto que era capaz de romper las reglas para resolverlo. Y se ha obsesionado con las palabras que marcó Lestrange en su brazo. Pero jamás...-

Estaba abatido, de repente sintiendo que toda la fuerza de la cual había hecho uso hacía menos de media hora en Grimmauld lo hubiera abandonado del todo. -No es la misma.- Repitió.

// Narración

El hombre lo miró por un largo momento como si lo midiera, pensando exactamente en como podría ayudar al joven pelirrojo mientras observaba la varita maldita de Bellatrix Lestrange.

"Es fortuna o desfortuna lo que parece que trae. Sería interesante ver el objeto con el que fue gravado su brazo. Muchas pertenencias malditas han pertenecido a la familia de los Black por generaciones y me imagino que Bellatrix Lestrange tenía acceso a más de uno." Explicó, moviendo con lentitud el brazo e indicando de su lado del mostrador como una invitación para que pasara al otro lado a sentarse a hablar con él. En estas épocas del año en que los alumnos de primero ya estaban en sus respectivos colegios no parecía haber mucho movimiento, raro era el mago que elegía cambiar la varita sea por falta de lealtad de la misma o por desgaste del excesivo uso, la mayoría prefiriendo pedir una reparación o que le hiciera mantenimiento.

"La varita por si misma es incapaz de hacer nada. Su amiga probablemente tenga algo que llama a la varita y trata de corromperla..."

Al principio el muchacho se sorprendió ante la seña del hombre, pero pronto hubo atravesado el otro lado del mostrador y se sentó junto a él.

-El arma...- Parpadeó varias veces. -Supongo que lo tiene Harry... Fue el cuchillo que mató al elfo doméstico.-

La verdad, no podía recordar que había pasado con ese arma. ¿Lo habían lanzado al mar? ¿Lo tendría aún Harry en su poder? ¿Estaría enterrado con el cuerpo del desdichado Dobby?


-¿Algo... como qué?- Preguntó entonces, con un tono más preocupado. ¿Acaso había algo malo en Hermione? Lo suficiente para corromper. ¿Algún sentimiento tan fuerte como los celos que él llegó a sentir cuando llevaba el Horocrux al cuello? ¿Algo peor?

// Narración: Ollivanders.

"Culpa, Mr. Weasley... la misma culpa o la maldición de su cicatriz pueden estar tratando de corromperla o una mezcla de ambas. No tengo respuestas a esas preguntas, estamos hablando de la varita de Bellatrix Lestrange y su maldición, y por todo lo desequilibrada que era Mrs. Lestrange, era al igual que Voldemort una mente brillante y con un enorme poder en sus manos." Explicó el hombre con cierta expresión preocupada, después de todo desde que habían dejado Shell Cotage no habían vuelto a verse realmente.

"¿Que desea hacer con la varita? ¿Ya ha estudiado a su amiga o la ha llevado al hospital?" Preguntó curioso, ya que quizá la respuesta estaría en cosas más simples. O deseaba que lo estuviera al menos.

-¿Destruirla? No sé... Fue mi intención al principio, pero si está... maldita...- No hizo mención de los Horocruxes, aunque sabía que quizás Mr. Ollivanders ya lo supiera. -Quizás no se pueda romper tan fácilmente. Por eso la traje, pensé que quizás usted sabría... No sé.-

Se encogió de hombros. Encontraba difícil que hubiera algo que el hombre ante él no supiera respecto a las varitas, pero muy posiblemente podría ser esta la primera vez en que el señor Ollivanders se enfrentaba a un acertijo como aquel. -No, no la he llevado a ningún sitio. No se deja convencer. Ni siquiera quiso ir a ver a Madame Pomfrey. Si le propongo San Mungos pondrá el grito al cielo. Aunque puedo llevarla a rastras si es necesario.- Ya la había petrificado una vez, si haciéndolo de nuevo podía llevarla a que la trataran... -Quizás deba contactar algún Sanador para que venga a verla.-

// Narración: Ollivanders

"Habría entonces que dejar que los aurores estudiaran la varita o los rompemaldiciones en Gringotts..." Le recordó el hombre, buscando una caja vacía con un papel manteca para envolver la varita de debajo del mostrador y así evitar que tuviera contacto con nada ni nadie mientras buscaban solución. "No creo que a Miss. Granger le agrade la idea y diría que suele ser una persona razonable, pero sin saber la naturaleza de esta maldición tampoco podemos saber como le afecta a ella o cual era el fin..."

Rompemaldiciones. Bill.

Se llevó una mano a la frente, bastante sonoro. ¿Como no se le había ocurrido antes? Igual debería haberse sentido algo ofendido cuando el hombre mencionó que debería pedir ayuda a Aurores... puesto que él era ahora un aprendiz de auror. Sin embargo, estaba en uno de esos momentos donde sabía que no sabía absolutamente nada que fuera de ayuda.

-Si, lo sé. Lo estoy haciendo por ella.- Terminó de decir. -Mi hermano y su esposa trabajan en Gringotts, les diré que se pasen por aquí antes que cierre para que le den un vistazo.- Se llevó una mano a la cabeza. -Señor Ollivander... Quisiera darle algo provisional a Hermione. Mientras se resuelve esto. ¿Podría ayudarme? Sé que no es el procedimiento normal...-

// Narración: Ollivanders

"Es cierto, no es algo que se acostumbre." Aceptó el hombre asintiendo con la cabeza mientras se ponía de pie para buscar. "Vid, corazón de Dragón, 32 cm. flexible... aunque con la situación de su amiga deberé buscar algo más neutral. Aquí... Pícea, corazón de dragón, 34 cm. Es lo más acorde de lo poco que sé de su amiga. No creo que sea la indicada, pero como un sustituto temporal puede que le sirva."

Tomó la cajilla, envolviendo dicha varita que parecía dentro de todo poseer un buen humor aunque testaruda como ella sola antes de arrastrarla sobre el mostrador para que estuviera frente a Ron.

"Sin cargo..." Por culpa, siendo el único adulto en ese lugar la torturada había sido Luna y luego Hermione siendo niños quienes debieron rescatarlo de aquella miseria.

Las orejas del pelirrojo se enrojecieron levemente ante las palabras y expresión de aquel hombre.

-Gracias.- Respondió, extendiendo la mano hacia ella. La sostuvo entre sus manos, antes de lanzar un suspiro. No era lo mejor, quizás no la más adecuada. Pero si sería, siempre sería, mucho mejor que una varita "inflexible". Alzó la mirada de la caja a Mr. Ollivander. -Puedo pagarla...-

Era una declaración tonta, pero parte de él aún se resentía ante las menciones de pobreza, aún cuando el creador de varitas no hubiera dicho nada al respecto. -...pero gracias.- Guardó la varita entre su túnica. -¿Me avisará si llega a saber algo de la varita? No importa lo que sea, cualquier cosa que pueda ayudar... ya sabe.-

// Narración: Ollivanders

"Claro, Mr. Weasley." Asintió el viejo hombre sin mayor cosa que agregar, de momento observando la varita como garra de ave de presa aun descansar sobre el mostrador sin atreverse a tocarla aun, esperando a que Ronald se retirara para ver como tratar este objeto que parecía totalmente corrompido. Era más que evidente que debería contactar con los rompe maldiciones del ministerio para averiguar que tenía esa varita que dañaba a la portadora. "Haré lo que pueda con la varita aunque aun no puedo hacer promesas." Concluyó aun observando el objeto antes de alzar la vista al pelirrojo, despidiéndose con un gesto de la cabeza.

Asintió tambien, y algo más aliviado salió de aquel lugar. Su mano se mantuvo sobre la caja de la nueva varita, mientras sus pasos se dirigían al banco de Gringotts con la esperanza de encontrar a Bill o a Fleur, para explicarles por encima la situación. De allí volvería a Grimmauld, a enfrentar lo que había hecho a la castaña. Y esperar que no intentara golpearlo... muy repetidas veces.

So...: