De vuelta al colegio... o casi [Hermione]

-Pigmypuff.-

Esta vez se había asegurado de pedir la contraseña, no quería pasar la noche frente al cuadro de la Señora Gorda por haber hecho las cosas sin pensarlas mucho. Comenzó a sonreír al imaginar la cara que pondría Hermione al verlo, seguramente la encontraría en la Sala Común, si es que no estaba en clases.

Se asomó. Nadie. Encogiéndose de hombros, subio las escaleras de la torre hasta la habitación de los de septimo, dejando sus pocas pertenencias en si antigua cama, que por suerte estaba desocupada. ¿Donde estaría el resto? El sonido de movimiento abajo indicaba que el cuadro se había vuelto a abrir. Casi a la carrera bajó las escaleras, esperando encontrarse de frente con su amiga. Casi un mes sin verla, ¿como estaría?

El día había sido tranquilo, aun había muchos que no regresaban a clases, pero tantos otros lo habían hecho que ya se habia reincorporado gran parte del colegio y las clases seguían un curso lento pero constante. Ya no había astronomía más que un día a la semana y las clases se habían reducido en horario, muchos habían comenzado a repartir el tiempo entre las clases esenciales y reconstruir el ala del castillo aun en ruinas.

El estudio era más relajado, pero ciertamente aun había tanto por hacer y no había que descuidar las tareas solo porque había otras cosas igual de importantes en medio. Deseaba graduarse con honores y era algo por lo que debía luchar para conseguir, especialmente cuando desde hacía montón de tiempo intentaba lograrlo, desde que había llegado a este castillo su objetivo había sido ser Premio Anual, y no se rendiría por nada del mundo en obtener si bien no el título, el reconocimiento por su esfuerzo para poder conseguir mejor empleo tras el entrenamiento en la escuela de Aurores...

Claro, podría preguntarle a Harry y Ron como funcionaba eso... especialmente a Ron que estaba allí dentro con su expresión de gran perro faldero...

... gran... perro...

"¿Ron? Que haces aquí?" Preguntó finalmente sin terminar de captar lo que encontró frente a sus ojos. ¿No se suponía que él no iba a ir al castillo?

La cara de sorpresa era un completo poema.

-¿Así saludas a un viejo amigo?- Sonrió, abriendo los brazos. -¡Sorpresa!-

Recordaba un momento en el que había puesto esa misma cara de idiota y no pudo evitar sentir que el corazón le dio un vuelco, solo esperaba que no hubiera ido para que tuvieran LA charla sobre lo que pasó en la cámara de los secretos... de hecho, estaba tratando de olvidarlo, ella no estaba lista para esa clase de compromisos con nadie, y cuando decía nadie quería decir NADIE.

Pero era Ron y Ron estaba en casa, estaban juntos, en el castillo, su mejor amigo pelirrojo, uno de sus ‘chicos’, estaba allí con ella así que no pudo más que correr a sus brazos y apretarlo contra ella como si tratara de esprimir el aire de sus pulmones, con tal fuerza que casi podía sentir la columna de él reacomodarse para adaptarse al agarre.

"¡Oh, Ron!" Exclamó llorosa, pero la enorme sonrisa evidente contra el pecho de él, tratando de contener la risa de simple y plana alegría, que cambio en un momento al recordar un pequeño detalle, y tan rápido como lo abrazó se separó para verlo un momento con el gesto fruncido antes de dejar caer un rato los brazos a los lados y luego comenzar a golpearlo insistente como había hecho en el bosque.

"¡Ronald! ¡¿Pero que demonios haces aquí?! ¡Se supone que debes estar estudiando para la academia!" Agregó recordando su razón de molestia, secándose molesta las lágrimas de felicidad.

En un segundo la estaba abrazando con una sonrisa, y en el siguiente sin previo aviso le estaba atacando. Típico.

-¿Pero qué...? ¡Hey! ¡Ouch! ¡Espera!- Se intentó cubrir con los brazos el repentino ataque. -¿Me puedes dar cinco segundos para contestar? ¿Sin golpearme?-

Asomó la cara entre los brazos para verla con sonrisa culpable. -Estoy de visita, ¿vale? Sé que las cosas están algo complicadas aquí y quería poner mi granito de arena. O piedra en el muro si prefieres.- Bajó los brazos de nuevo, esperando que no intentara lloverle a golpes de nuevo. -Harry manda saludos, por cierto. Quizás pueda venir conmigo la próxima vez, pero por ahora solo soy yo.-

Se metió las manos en el bolsillo. -¿Y como ha estado la hechicera favorita de Hogwarts? ¿Ya has traumatizado a un nuevo profesor?-

Se secó la única lágrima de emoción al dejar de pegarle, riendo al ver como había tratado de defenderse con los brazos en alto y expresión de susto antes de hablar sobre Harry y la razón tras su presencia.

"Que bueno, dile a Harry que lo extraño y que estoy buscando como deshacernos del cuadro de Mrs Black." Comentó con una sonrisa antes de dejarse caer en uno de los sillones frente al fuego de la chimenea, su favorito, allí donde los tres solían hacer las tareas y hablar hasta altas horas de la noche. "¿Vienes a ayudar? Vaya... hay tanto para hacer, pero creía que no tenían tiempo... aun así los profesores están haciendo la mayor parte del trabajo pero todos ayudamos un poco reparando y reafirmando piedras, aun está la torre que se cayó..." Aclaró mirando a otro lado recordando quienes habían muerto bajo el derrumbe.

Se acercó hasta donde se había sentado Hermione, tomando su puesto en el brazo de uno de los sillones. Por unos instantes desvió la mirada hacia la chimenea, recordando, lo mismo que seguramente estaría haciendo la castaña. Era una sensación extraña, volver a ese sitio donde habían estado por seis años, donde habían compartido desde risas, peleas, reconciliaciones, urdido planes y escondido secretos. Aunque resultaba distinto sin estar el trío completo. Más aún, luego de..

-Ahem...- Interrumpió su línea de pensamientos con rapidez. No era el momento. -Siempre podríamos poner una nueva pared en donde está el cuadro, ¿no? Muffliato todos los días, y ¡hala! callamos a la vieja.-

Se recostó al respaldar del asiento con los brazos tras la cabeza, mirando el perfil de Hermione. ¿Desde cuando parecía tan triste? -¿Segura que estás bien aquí? Con tu cabecita de genio podrías adelantar rápido en la academia, y seguro que nos sobrepasas un par de grados...-

Sacudió la cabeza tratando de alejar los pensamientos tristes de su cabeza. Si, tenía muchas cosas que no la ponían bien, pero este había sido su hogar por demasiados años, simplemente no se imaginaba la vida si simplemente se parara y se fuera sin terminar los estudios, sin cumplir su ciclo entre estos pasillos.

"¡Ron! El cuadro está en la escalera!" Exclamó indicando para ella algo evidente en el plan de él. "Estoy bien, aunque hay tantos recuerdos en este lugar que atesorar y tantos otros que desearía borrar." Admitió para si misma más que para él. Estaba buscando ayuda psicológica en una profesional fuera del castillo, pero temía decírselo a Ron, sabía que si bien le apoyaría antes de darle la bendición diría una burrada marca Weasley. Y las burradas de Ron se destacaban por ser especialmente nefastas... para él.

Bueno, ¿quien se metía en problemas con una hermana y una amiga que eran capaz de hechizar su cerebro hasta Timbuktu? Hasta George y Fred sabían no meterse con Ginny.

"Quiero terminar aquí, aunque luego iré a la academia, supondría que estaremos a la par el año que viene." Comentó divertida ante la mención de que los superaría rápidamente. "¿Te quedarás aquí? Seguramente Neville estará contento de tener Compañía, Seamus y Dean aun no llegan pero mandaron cartas confirmando la presencia."

-Doh, ampliamos la escalera y ponemos la pared falsa. Problema resuelto. Y se supone que eres la lista...-

Sabía que Hermione tenía razón, pero prefería molestarla contradiciéndola y que luego se riera de aquello, a seguir viéndola con aquella mirada perdida y triste que parecía comenzar a ser parte de su personalidad. -¿Sólo Neville? ¡Se pasará las noches leyendo en voz alta párrafos enteros del manual para el cuidado de la Mimbulus Mimbletonia o como se llame!- Entornó los ojos hasta ponerlos en blanco, dejándose caer hacia atrás en el asiento. Desde esa posición no podía verla, pero sabía que seguía allí, en su sillón de siempre. Alzó las manos, desperezandose.

-Aún no sé cuanto tiempo estaré. Unos días, hasta que... erm... se resuelva cierto asunto en la Academia. Pero no estaré completamente ocioso, tengo un par de sorpresas bajo la manga... Y luego, estaré viniendo los fines de semana. Puedo aparecerme en Hogsmeade viernes en la noche y devolverme a Londres los domingos. Será divertido, extraño los banquetes.- "Además de... otras cosas."

Apretó los dientes y cerró los puños tratando de evitar darle una sacudida fuerte al chico. Anda, había que admitir que se lo merecía.

"¿No crees que deberías consultar con Harry primero antes de planificar como destruir y reformar toda su casa solo para encontrar la forma de ponerle una pared encima. En serio, Ron, deberías de tranquilizarte. Por algo estoy investigando y no alcé simplemente una pared o una cortina pesada. No quiero destruirle la casa, se supone que ya está viviendo allí, sabes?" Le recuerda molesta ante la idea del agrandar, achicar, mover la escalera... no, eran tonterías.

Suspiró escuchando la explicación lentemente.

"Vale, entonces te quedarás en el colegio mientras pasa algo en la Academia... que raro entonces por que no está aquí Harry? Sé que no tienen todas las clases juntos, pero quizá se hubiera sumado. a lo que tienen por hacer. ¿Que pasó en la academia ya que estamos hablando del tema?" Indagó al astuto pelirrojo, la curiosidad ganándole por un momento.

-No quieres saberlo, créeme.- Dijo finalmente con una sonrisa, antes de incorporarse en el sillón. Y al final volteó los ojos hacia arriba. -Oh, de acuerdo, te lo diré antes que te enteres de otro modo. ¿Alguna vez has visto que sucede cuando lanzas un hechizo de pus a una rana, y luego le disparas con un hechizo aturdidor? ¿No? Pues un sonoro "¡Plaf!" con "¡Squish!"-

Tuvo que aguantarse la carcajada al ver la cara de Hermione, preparado para la regañina. -Si, Harry tampoco se rió mucho. Pero a él no le tocó limpiar el suelo, las paredes y el techo con trapeador.-

La expresión de Hermione fue variando con los sonidos que hacía, la cabeza bajando como si le hubiera golpeado con ese sonido de sapo aplastado y un escalofrío nauseabundo recorriendo su espalda cuando llegó a escuchar bien lo que había hecho y es que a fin de cuentas eso había hecho: Había llenado un sapo de pus y luego lo había explotado probablemente manchando a todos los que tenía a su alrededor...

Que asco.

Arrugó la nariz, tensó los labios pensando sobre como expresarse correctamente para decir lo que deseaba decir, pero no había palabras para expresar su asco respecto a lo que había hecho, abriendo la boca para decir algo y volviendo a cerrarla como un pes fuera del agua, comenzando a mover la mandíbula como si algo realmente pestilente hubiera quedado atrapado entre sus dientes.

"Merlin, Ron... ¿que estabas pensando al hacer eso?" Era algo digno de los gemelos realmente, no sabía en lo que pensaba su amigo al hacer algo que tan evidentemente saldría mal. "De hecho, ¿por que tenías un sapo para empezar?"

-Pues... era una práctica de agrandar y achicar. Ya lo habíamos hecho con objetos inanimados, ahora debíamos probar con criaturas vivas. Pero... Bueno, "Expandimenta" se me confundió con el "Expudimenta"... y el "Retrego" con el "Reducto". Problema de pronunciación, más que todo.-

Una sonrisa agria se le apareció unos segundos. -A Fred le hubiera encantado...- Su puño se le crispó unos segundos, pero pronto sacudió la cabeza. -¿Así que la Armada regresa, eh?- Preguntó rápido para cambiar el tema.

Una parte de ella deseaba gritarle por insensato, ¿Como podía confundir esos hechizos?!

Pero sabía, realmente sabía que Ron era imposible... simplemente nada salía como se planeaba cuando se trataba de él. Y lo peor es que sus errores eran tontos, su pelirrojo favorito era capaz de hacer estallar un caldero solo porque no se acordó de apagar el fuego... de hecho, eso en el pasado ya había ocurrido por lo que estaba confirmado tristemente.

Con una mano se apretó la frente un momento, realmente estaba considerando decirle a Ron algo de lo que sabía se arrepentiría, por lo que optó por guardar un momento de silencio antes de girarse a él.

"¡Ron! ¿Como puedes EQUIVOCARTE no uno sino que dos conjuros?" Exclamó contenida, observándole a los ojos, aun incrédula. "Retrega y Reducto, ni siquiera se parecen salvo por la R!"

-¡Por esto no quería contarte!- Gruñó algo molesto Ron, poniéndose en pie. -¡Que me señales mis errores de lejos no es suficiente! No tengo la presión diaria de hacer bien las cosas, aún cuando creas que las encuentro molestas. ¡Y tienes razón! ¡Eres fastidiosa, terca, a veces incluso rayas al punto de lo insoportable! ¡Y con eso tienes la maldita habilidad de sacar lo mejor de mi!-

Se le acercó con ojos brillantes de enojo. -¡¿No te das cuenta que me haces falta, que te necesito?!-

Se detuvo en seco, demasiado cerca de ella. Tragó fuerte, retrocediendo un paso. -Te necesitamos, Harry y yo...-

"¡Eres un idiota!" Fue lo único que dijo antes de caer en todo lo que dijo su compañero. Y fue exactamente en ese instante que deseó con todas sus fuerzas que se la tragara la tierra. Y es que si no se la tragaba ella misma cavaría su propia tumba y se hundiría en ella para tratar de olvidar este momento en el que estaba planeando como despotricar contra el pelirrojo solo para recapacitar un rato, suspirar su corazón acelerado, un suspiro que solo duró un segundo, encontrando el camino de huida finalmente.

"¡No soy tu madre como para que me tengas detrás tuyo todo el día, no me necesitan, ya están crecidos, Ronald!¡Pueden vivir un año sin mis notas de colores y mis apuntes! Quizá así aprendan a hacer las cosas por si mismos... Aparte, Harry no está aquí como para que hables por él." Exclamó con los ojos encendidos en enojo, retrocediendo dos pasos para hacer más notoria la distancia entre ellos y que él no pudiera decir más.

Como una medida de cuidado, desvió la mirada un segundo para asegurarse que sus pasos la ponían más cerca del cuadro que a Ron. Enfadarse y salir dando un portazo no era algo raro, siempre regresaba, y realmente no quería irse enojada, pero si no llegaba alguien pronto ese sería el resultado de esta amable charla.

La vio apartarse un poco más de él. Aquello no estaba sucediendo como debería. O quizás estaba sucediendo exactamente como debería ser. Adivinó sus intenciones al verla tan cerca del cuadro, se iría a despotricar lejos. Y quizás volvieran a verse en la noche, o pasarían un par de semanas sin hablarse. El orgullo se debatía con las ganas de no tener que pasar tanto tiempo sin verse. Y en un último instante de cordura, se contuvo la lengua antes de decir algo cortante.

-Lo siento.- Masculló. -Tienes razón, no eres mi madre. Y si, no soy nadie para hablar por Harry.- Por un segundo tentó avanzar hacia ella, pero en vez de eso retrocedió él también. -Me conoces bien, no funciono solo. Harry, por el contrario, parece soportarlo mejor. Ya no me necesita, Hermione. Apenas sale de Grimmauld para las clases. Él está bien así.- "Yo no."

Se dio la vuelta, despeinando su cabello pelirrojo en gesto frustrado. -¿Imaginas lo grandioso que fue hacer el tonto por un rato más? ¿Ver al resto alrededor haciendo lo imposible por no destornillarse de la risa? Y lo que más hizo falta en ese momento...- La miró, y no pudo evitar medio sonreír. -... fue que saliera una chica de cabello alborotado con cara horrorizada, intentando reparar todo y diciendo "¡No es gracioso, Ron!"- Imitó aquella voz chillona que le había pertenecido a la castaña de pequeña, cuando era un verdadero dolor de cabeza.

Sin embargo, al final no pudo contenerse. -Oye, pero tienes razón, ya debo hacer las cosas por mi cuenta, ¿no? No tienes que preocuparte en verme mucho tiempo, en menos de lo que imaginas estaré de nuevo fuera de tu vista.-

Quería decir algo, quizá disculparse, sabía que no era fácil para Ron, nunca fue fácil para él y a veces se pasaba, tenía que retroceder un poco, recapacitar y dar un paso al frente admitiendo que había hecho algo mal... le costaba, probablemente nunca lo hiciera, nunca le pidió realmente perdón a Harry por lo del libro aunque... bueno, ella tenía razón al final del día.

Pero sabía que quizá no debía ser tan dura con él. En ese momento no lo había notado, quizá esos meses a la deriva huyendo de los Carroñeros había hecho que madurara ella también aunque no deseara aceptarlo. Pero cuando estaba con Ron toda esa madurez ganada parecía desaparecer. Eran nuevamente esos dos niños peleando que no sabían a donde iban, que no eran realmente amigos entre ellos solo por Harry y las experiencias vividas juntos se mantenían como unidad. Una unidad que con el tiempo pasó a ser amistad y llegó al punto en que no se sabía donde empezaba uno y donde terminaba otro...

Y no quería eso de su vida.

Abrió los labios para disculparse con el pecho apretado ya que no había forma de hacer esto bien, no estaba acostumbrada a pedir disculpas por nada pero quizá... quizá la culpa desaparecería pidiendo perdón...

Si tan solo Ronald mantuviera la boca cerrada.

"Ya, es suficiente." Alzó las manos exasperada, dando media vuelta y yendo al retrato como tantas veces antes lo había hecho. Maldita sea, realmente le quería decir que lo quería cerca, que era su amigo y lo amaba como tal... pero no, su necesidad de que mantuviera una distancia le hacía nuevamente herirlo en un intento de no enfrentar la charla pendiente. No quería verlo herido, pero no lo quería de esa forma y eso solo la hacía sentir más culpable. "¡Salte de mi cabello por un tiempo, Ronald! ¡Solo... solo...! ¡ARGH!" Ahogó un grito frustrado, girándose al cuadro y marchando decidida, probablemente si alguien la detuviera en este instante sufriría las consecuencias de una Hermione enojada.

Y allí se iba, otra vez. Podía ir tras ella, quería ir tras ella.

-Hermione, detente. Por favor.- Aún no cruzaba el cuadro, podía detenerla. Evitar que se alejara de él. Avanzó un par de pasos más. -¿Como diablos se supone que me salgo de tu cabello?-

Sonrió, pero se apresuró de nuevo a detenerla. -Ya, ya, no más bromas. Lo siento, soy un capullo. Dame un minuto.- La miró, esperando verla algo más calmada. -Oye, no quiero pelear. No sé que tanto estaré en Hogwarts, y sería estúpido que el poco tiempo que nos veamos sea sólo para gritarnos o ignorarnos. Después de todo, somos amigos, ¿no?- Mostró una sonrisa un poco más grande. -Eso es lo importante.-

Guardó sus manos en el bolsillo para evitar la tentación de hacer alguna tontería. "No importaría ignorar al calamar gigante en la habitación un rato más." -Traje un mazo de cartas explosivas de la tienda de George. ¿Te animas a una partida?-

Tragó aire una vez, dos veces, realmente necesitaba ponerle una rienda a sus emociones. Y eso fue precisametne lo que hizo, inspirando hondo y girándose a su amigo pelirrojo, observándole fijamente, abriendo la boca antes de indicar algo evidente...

"Ron, sabes que no me gusta jugar Snap." Comentó a conciencia haciendo todo lo posible para relajar el rostro, moviendo los labios tratando de que no se notara la tensión en ellos antes de girarse a él y sonreir finalmente tratando de verse relajada antes de girar lentamente a Ron...

No pediría perdón, Ron lo podía saber claramente, ella era una joven mujer orgullosa. Realmente era más difícil que ella pidiera perdón a que lo hiciera Ron, pero era algo que en sus años de amistad habían aprendido a aceptar sobre ella, porque ‘nunca se equivocaba’. Así como ella si bien se enojaba por momentos de tontería de sus amigos, había aprendido a aceptarlos y perdonar con el tiempo.

"Pero podemos jugar una partida si quieres..."