La balada del Diablo y la Muerte || Ffion Lancaster

Cuando pudo despertar Ffion ya la habría atado a la misma mesa que habian usado para mi. Para mi y el experimento profugo que no podemos recordar. Pero no me engañan. Se que habia una mas como yo. Una mas que estaba lista para ser soltada pero que desaparecio. Dicen que se fugo, pero nadie aqui tiene donde fugarse.

Quiza eso es lo que busco a esta mujer. Quiero un rastreador. Un rastreador para encontrar a la otra parte de nuestra familia desecha. Quiero encontrar lo que me falta y el corazon del sombrerero. Quiero destruir el corazon de ese sombrerero asi tenga que romperlo con mis propias manos. Voy a hacer que nadie mas necesite de otros asi no podran extrañar y destruiran todo... un mundo de muerte es lo que queremos, la unica forma en que podamos evitar las guerras.

Asi que la espero que despierte. En enagua y un antifaz en lugar de la mascara de ceramica que me cubre por completo. Los ojos dorados tras mi dosis, mi sesion de terapia. Espero que despierte de una vez por todas.

Primero: el desconcierto. No se siente nada más mientras los ojos se mueven y crees que todo lo vivido no es más que otra persadilla, los ojos ven la luz y se entornan, sobresaltados, un momento. Todo es desconcierto porque el lugar donde estoy no se siente como mi cama en la casa de campo que tenía junto con... él. Él. Después del desconcierto, el desconocimiento. Definitivamente no estoy en casa.

Y después, por fin, la verdad. Cuando intento mover la mano o levantarme y me encuentro inmóvil con la cuerda, viene todo lo demás, los recuerdos de la noche anterior, la hoguera en aquella discoteca y Celelia tirada y... y... y... ¿qué? La mujer del antifaz.

Intento mover la cabeza, pero tengo un perímetro limitado; la encuentro, sin embargo, con un antifaz. Los ojos dorados me devuelven la mirada.

—¿Qué... —tengo la garganta seca, ¿cuándo fue que tomé el último vaso de agua? Carraspeo antes de poder seguir y siendo que me veo patética—... quieres de mí?

Ah, Ffion, derrotada y perdida por primera vez. Había de llegar el momento en que la suerte dejara de sonreirte y de abogar en tu favor.

- Quiero que me diviertas. - Una verdad seca. Se que lo odiara. Odiara cada segundo en mi calido y amable cuidado. Aun no entiende. Aun no puede verlo. Pero lo hara de una forma u otra. Sera mi muñeca con vida propia, casi como Albus pero con un toque mas de cerebro para resguardar. Podra pensar pero sera diferente. Debo limitarla a lo que yo quiero que haga. Nadie termina de comprender esto. Realmente no entienden que lo hago por nuestro bien. Hasta que no dejen de ser humanos no podran saber que pasara o que es lo que se siente. La fuerza y el poder que se encierra en nuestros cuerpos.

No me muevo. La sigo observando interesada sobre que hara, solo le estoy prestando tiempo para ver sus reacciones de cerca.

¿Diversión? ¿Qué entiende por diversión? No lo sé, no tengo ni idea. Estoy atada e indenfensa y lo odio, esa sensación de haber perdido la batalla y estar a merced de alguien más,algo que nunca en la vida había experimentado. Siento mi cuerpo tenso, esa pelea contra las cuerdas y el movimiento limitado al que me veo sometida. Lo odio de todas las maneras posibles.

—¿Mate a alguien de tu familia? —acabo preguntando, es lo primero que debería suponer, pero por alguna razón creo que no—. No parece... pero... —entorno los ojos mirando al techo, mu voz intenta sonar tranquila pero hay cierto tinte desesperado en todo aquello.

Por primera vez, quiero salir corriendo.

La observe con curiosidad ante la idea de que haya matado a alguien.
-No, pero creo que deberias haberlo hecho.- Comento mientras me pongo de pie al placar contra la pared. -Te gustan las plumas?
Entre la pared veo una cantidad de mascaras y antifaces que estan disponibles hasta que veo uno que me agrada. Es la de diamantes, pero es una incompleta.
-El Jack tuerto. creo que te quedara bien si tan solo lo retocamos un poco.- Me acerco a la cama para que me vea de cerca nuevamente. - Me serviras. Vi la marca. Conoces quienes son. Podrás llevarme a ellos. Podras decirme como acabarlos.
Con cuidado busco telas e hilos para comenzar a coser y arreglar la mascara. Darle un toque personal ya que solo tiene un ojo.
-Sabes? El Valet de Trevoles se llama Lancelot aunque no creo que te quede bien. Por eso en la baraja francesa elegi Hector, de Diamantes. Es el que tiene un solo ojo... eso lo tendremos que solucionar luego, no creo que te vaya a doler tanto.

La mascara sin expresión me devuelve la mirada, es desesperante, saber que un rostro que quizá tiene emociones me mira con un rostro tan imperturbable como el de esa mujer, esa máscara. Y sus ojos. Nunca conocí a alguien que tuviera los ojos dorados. Intento moverme, pero las cuerdas de nuevo me recuerdan que estoy atada allí, que pasé de victimario a víctima.

—¿Jack el tuerto...? —pregunto, con curiosidad. Mi garganta está seca, pronto necesitaré agua y lo mejor es no malgastar saliva—. ¿De qué demonios hablas? ¿La marca? Nunca... Nunca entregaré a nadie. Moriré antes... —le escupo—. Nunca.

Sin embargo oigo lo que dice sobre la baraja francesa y sobre Héctor, que tiene un sólo ojo y con el final de sus palabras una punzada de miedo recorre mi cuerpo. De repente estoy paralizada, la tranquilidad de sus palabras me da escalofríos.

—¿Hector, de diamantes? ¿De qué demonios hablas? —pregunto. Sigo sin entender nada. Pero sé que involucra dolor.

-Sh. Ya entenderas. Tu tranquila. Esto dolera un poco. - Acaricio su cabello como si de una loca se tratara. Solo debe relajarse un rato, solo aflojar un poco. Esto sera tortuoso para ella pero esta bien. No me importa. - Debo completar la baraja. Si la baraja no esta completa nosotras no existimos y por eso quiero que seas mi Hector. Si completamos la baraja nada nos detendra, seremos tan fuertes que nadie se atreveria a enfrentarse a nosotros.

Me paro nuevamente en busca del cajon con las herramientas, las pinzas para poder retirar el objeto molesto, ese ojo que sobraba en mi cuadro perfecto.

- Incluso te lo conservare para que no olvides como era tenerlo. Estoy segura igual que dentro de poco no lo extrañaras tanto. Jamas soñaste con ser mas fuerte? Mas veloz? Estar sobre los humanos!

No entiendo nada.

Literalmente.

La oigo pero no la entiendo, la máscara no me dice nada y la total tranquilidad con la que se mueve tampoco me dice nada en lo absoluto. Simplemente la observo, hasta donde mi campo de visión me permite y me doy cuenta de las pinzas. No está bromeando. Nada en su voz lo indica pero verlo de esa manera es... aterrador. ¿Para qué mentir a la hora de la hora?

—A veces... —admito y es todo lo que puedo decir, tengo la boca seca y aunque quiera, no puedo moverme, las cuerdas me mantienen firme y ante todos los intentos que hago sólo se me clavan en la piel...

-Shhh. Vas a estar bien. La doc te mirara cuando termine contigo. Vas a quedar perfecta.
Al decirlo tomo tambien una jeringuilla y la cargo. No es en su brazo donde la inyectare, la aguja es tan larga por algo al fin y al cabo. Me muevo a Ffion, tomando su cabello para estirarlo atras solo para clavar la jeringuilla no en su cuello sino que en su panza. La pocion para el dolor siendo procesada mucho mas rapido y con menos resistencia si iba directo al estomago que bebida.

No me interesa lo que haga lo que intenta. Por eso es que tiro de su parpado con las pinzas. Quedate quieta.
El dolor no debe ser mucho pero la sensación de que te quiten un globo de la cara debe ser horrible. La cavidad con esa membrana tan delgada, tanto que si quisiera podría quebrarla y matarla destruyendo su cerebro con una cucharilla de café.
No importa. Tampoco importa cuando con las tijeras corto el nervio, no sé que pensará considerando que no se puede mover, lo bueno de las pociones para el dolor es que además te dejan algo atontado y drogado.
-Te ves preciosa. - Menciono mientras busco. Sabía que la Reina habia dejado sus herramientas de sutura en algún lado.

La aguja se clava en mi estómado y todo el dolor se va, pero también el movimiento, de repente todo se queda estático, estoy encerrada en un cuerpo que no puede moverse y la sensación de tenerla cerca me desespera. ¿Por qué no pudo dormirme también? Sigo teniendo vista y siento las pinzas con las que se acerca al ojo y la sensación es desagradable cuando arranca el ojo.

No siento nada.

Sólo que todo está nublado a mi alrededor, que no puedo moverme, aun cuando lo intento y que oigo su voz. "Te ves preciosa..."

No quiero verme preciosa, según tú, jodida loca.

Pero no puedo responder.

La reina las habia dejado aqui. Realmente no estaba preocupada mientras suturaba el nervio y limpiaba el ojo. Perfecto. Si, ese ojo, el ojo derecho estaba de mas. Por eso opte por dejarlo en un cuenco aparte. Para algo serviria aunque fuera para hacer un artefacto magico o una pocion oscura.

La dejé asi. Esperando. En un par de horas estara como nueva. Pero de mientras la dormire para que no moleste o quiza la deje. Debe ser molesto tener que estar sin poder hacer nada.
- No te preocupes. Es por una buena causa. - Agrego mientras me alejo para decidir que pocion la haria mas perfecta. Quiza la de sangre de vampiro pero no... tan común. Quema, duele, te da fuerza, pero demasiado comun. Goblins. Creo que esa de la sangre mestiza de goblin o pensar algo nuevo.

-Me pregunto cual sera tu criatura favorita... dragones quiza?