Back in time... [Ron]

Parece que fue ayer cuando crucé por primera vez estas puertas. En aquel entonces yo sólo contaba con catorce años y, en lugar de entrar, como lo hago ahora, salía, escondido bajo la capa invisible. Suspiro con melancolía y tiro de la puerta con páneles de vidrio para abrirla. Ésta hace sonar una pequeña campana que está en la parte de arriba, lo que llama la atención de todos los presentes que se giran a verme. Los murmullos no se hacen esperar y ni que decir de las descaradas miradas. Luego de mucho pensarlo me he cortado de nuevo el cabello, al menos a un largo respetable, así que la mayoría de la gente observa mi cicatriz. A pesar de los años, sospecho que nunca me acostumbraré a esto. Suspiro y entro, como si no supiera que hablan de mí. Esta es la razón por la que no quería salir de Grimmauld place, para que nadie me viera de esta manera. Pero tampoco me puedo quedar ahí, sólo con la compañía de Kreacher, de eso ni hablar o me volveré más loco de lo que creo estar. No, lo que necesito es volver a la actividad, quitarme el óxido acumulado por tantos meses fuera de casa, huyendo por mi vida. Necesito una rutina que me calme un poco los nervios.

Creo que comienzo a conseguirla. Las mañanas las paso en clase, con los aurores, luego me aparezco un rato en la Madriguera, más que nada porque la señora Weasley no me perdonaría que me ausentara más tiempo. Visito a Teddy, cosa que procuro hacer todos los días sin falta, aún cuando comienzo a sospechar que fastidio un poco a Andrómeda, y por último, vuelvo a casa para cenar lo que sea que haya preparado Kreacher. Aún me estoy acostumbrando a todo esto, más que nada, al hecho de que no volveré a Hogwarts. Es raro, pero hace unos meses me parecía la cosa más normal del mundo, ahora desearía más que nunca poder volver. No se puede, la vida sigue, y aunque Hermione diga lo que se le venga en gana, yo necesito hacer algo grande, algo que cambie por completo las cosas y al mundo mágico. Necesito estar seguro que los errores del pasado no se volverán a cometer.

Pero nada de esto importa hoy porque, sin lugar a dudas, es mi día de descanso. Hoy no tengo que ir a clase, ni a trabajar, que es técnicamente la misma cosa. No, hoy puedo ver a mi mejor amigo, y si tengo algo de suerte, a mi mejor amiga también. No sé cómo me encontraré a ese par, más que nada porque no sé si han hablado o qué cosas se habrán dicho. Ya que Ron tomó el paso que había tardado en dar, espero que las cosas vayan mejor o de lo contrario no sé que haré... Deberé pensar en algo grande, o mejor olvidarlo y dejar que las cosas fluyan. No soy bueno en las relaciones afectivas, prueba de ello es Cho... Estar en este lugar me trae muchos recuerdos, de tiempos sin duda mejores. Suspiro pesadamente y comienzo a ver todo y nada en particular mientras espero por Ron.

"Pig" se coló por la ventana de la habitación de los chicos de septimo de Gryffindor, picoteando la mata de cabello rojizo de Ron. El pelirrojo por poco manda a la pequeña bola de plumas contra la pared para que lo dejara quieto, hasta que vio la nota en su pico, que lo despertó de inmediato. Harry en Zonko.

No tardó mucho en reconocer a Harry en la tienda: era el punto de miradas de todos los presentes. -Como los viejos tiempos, ¿eh?- Le dijo al ponerse a su lado, pretendiendo mirar unos objetos negros que decían "Las originales Bombas de humo de Zonko". -¡Hey, están copiando los productos de "Sortilegios Weasley"!- Dijo con tono de enfado.

Escuchar su voz me sobresalta un poco, no lo esperaba tan pronto. Lo extraño es que se supone que a su voz es a la que estoy más acostumbrado. Estos días sin hablarle parece que me han afectado, más aún cuando es sólo la voz de Kreacher la que resuena por la casa todo el día. Asiento con la cabeza, es casi como sentirse en casa, aunque ciertas cosas son diferentes, principalmente nosotros. Pero al menos Zonko sigue como lo recordaba, incluso en esta época del año hay niños que vienen y van mirándolo todo y deseando que sus padres sean indulgentes y les compren algo. Sonrío al verlos y luego levanto la mirada para ver a mi amigo. Creo que cada día es más alto o yo me estoy encogiendo un poco. Escucho lo que me dice de Sortilegios Weasley y encojo un poco de hombros.

- Yo creo que más que nada le hacen publicidad a Geroge. Mira la cara de esos chicos, seguro piensan lo mismo que nosotros- algo más lejos hay un par de niños que ponen malas caras y se murmuran algo entre si con las cabezas muy juntas. Pero bueno, si Ron quiere asegurarse de que las cosas vayan mejor en Sortilegios, intentaré hacer algo al respecto- Mira esto- le digo, dándole con el codo. Voy hacia los chicos, paso justo por el medio, separándolos, y tomo una bomba de esas, la miro despectivamente y digo en tono de queja, como quien no quiere la cosa- Me parecen más divertidas las de Sortilegios Weasley- los chicos me miran unos segundos, dejo la bomba en su lugar y regreso con mi amigo. Los niños dejan los objetos también y salen de la tienda, murmurando todavía- Si quieres darle publicidad a tu hermano deberías intentarlo. Ahora todos los chicos quieren ser como tú. Ayer escuché a una niña en el ministerio que quería teñirse el cabello de rojo para parecer una Weasley- seguro mi amigo disfruta de toda esta atención. Es lo que se merece después de lo que hizo.

Le doy una amistosa palmada en el hombro y le sonrío. Quisiera preguntar si ha visto a Ginny y cómo está ella, pero, para no hacerlo enojar, opto por otras cosas:

- ¿Ya has visto a Hermione?

-Ña, ña, ña, seguro que si.- Dijo burlón al escuchar el comentario sobre la chica del ministerio. Pero su rostro cambió a una expresión algo más seria por la última pregunta.

-La he visto, si. Está muy delgada, y si sigue poniéndose pálida la invitarán a las fiestas de los fantasmas del Castillo, créeme.- Mantuvo la mirada levemente apartada, pretendiendo interesarse por unos cubos giratorios en una de las vitrinas. -Si sigue así para Navidad, mamá la pondrá a comer dos platos en cada comida. Al menos, espero que venga a casa para Navidad.-

No habían empezado con buen pie en su último encuentro.

Duda que le diga la verdad. Me encojo de hombros, que piense lo que guste, yo sé lo que escuché. Él lo duda, pero ahora es una persona tan conocida como yo lo he sido desde la muerte de mis padres, es un héroe y muchos le siguen la pista. Antes él pensaba que sólo chicas como Lavander lo seguían, ahora, y estoy seguro de ello, cualquier chica lo seguirá. Mi amigo se cree menos valioso de lo que es, pero no me sorprende, Ron siempre ha sido así. Espero que algún día se dé cuenta de la verdad de las cosas.

Le pregunto por Hermione porque me preocupa. Desde que no nos hemos visto nos hemos enviado muchas lechuzas, una diaria cuando tenemos tiempo. Por sus cartas, no parece muy feliz y la siento más preocupada de lo normal. Las palabras de mi amigo me confirman las cosas, que nuestra amiga no está bien. Intento no reírme cuando menciona a los fantasmas del castillo, aunque estoy seguro que la señora Weasley si que hará eso de darle dos platos cada vez que se siente a la mesa. Eso hacía conmigo.

Le doy una palmada en el hombro para animarlo, porque sé que, quiera o no, él está más preocupado que yo, además, por su cara, me parece que las cosas entre ellos no andan bien. Esta clase de temas son más sencillos de abordar con Hermione, que nunca me esconde sus sentimientos, pero bueno, alguien tiene que hacer el trabajo sucio.

- Pensé que vendrían a Grimmauld place por navidad...- le comento. En casa hay más espacio para todo el mundo. Quiero que Hermione y sus padres se queden ahí al igual que todos los Weasley, incluso Charly si gusta. Dudo un poco sobre lo que tengo que preguntar, pero me parece necesario porque la felicidad de mis mejores amigos depende de ello- Ya hablaste con Hermione sobre... bueno... tú sabes... Sobre lo del beso...- es raro hablar así, incluso con Ron, pero bueno, tengo que saberlo para evaluar la situación y saber cómo se encuentran los dos.

Dejó de parecer distraído para mirarlo con una sonrisa. -Ya me imagino la guerra entre mamá y Kreasher a la hora de la cena navideña... Si, puede que sea muy, pero muy buena idea lo de Grimmauld.-

A la otra pregunta puso los ojos en blanco. -Tío, pudiste empezar con esa pregunta si tanto te carcomía.- Dijo en una risotada, aunque sonó algo agria. -No, no lo hemos hablado. Y no se si vaya a surgir el tema pronto. Se ha cerrado como una ostra. Y yo no voy a estar insistiendo para que decida pasar los próximos meses ignorándome o lanzándome miradas asesinas. Si quiere hablar, perfecto; ella sabe donde encontrarme.-

Sonrío también, sabiendo que ambos pensamos en lo mismo, en la batalla épica que se dará en casa cuando la señora Weasley quiera controlar todo y Kreacher se niegue. Y si a eso le agregamos que seguramente Flur querrá hacer todos los quehaceres domésticos... creo que necesitaré una casa nueva después de navidad.

Intento tener tacto cuando le pregunto sobre Hermione. Sé que Ron es sincero, que nunca en la vida me ha ocultado nada, pero no sé cómo se tome el asunto con mi amiga. En serio que me preocupan. Una vez ya en el pasado tuve que enfrentar la terrible situación de que no se hablaran entre si y se hicieran malas caras. No quiero pasar por eso de nuevo, no quiero tener que estar eligiendo uno u otro y repartiéndome entre ambos para que el otro no se enoje porque siente que me acaparan. Es complicado. Igual no quiero ir de un lado a otro, consolando a cualquiera de los dos.

Sonrío ante su declaración y escucho lo que me dice, chasqueando la lengua.

- Son un par de cabezas duras- afirmo. Ninguno de los dos va a querer comenzar con el tema, estoy seguro. Harán como que aquí no pasó nada- ¿Y entonces qué vas a hacer? Porque, seamos sinceros, se nota que se mueren el uno por el otro. ¿En serio quieres todo un año de tensión entre ustedes, de querer estar con ella y no poder porque tu orgullo puede más?- seguro me estoy mordiendo la lengua. Pero lo mío no se trata de orgullo, se trata de ella, de que quiero que tenga una buena y normal vida aunque sea un tiempo, y si a la larga se da cuenta de que soy yo lo que ella quiere, sin dudas, ahí estaré- Amigo... creo que deberían enfrentar esto si o si. ¿O es que lo del beso fue un impulso y en realidad ella no te gusta?- le pregunto, alzando las cejas, porque antes que nada, debe estar bien seguro de eso, de que quiere darlo todo por ella.

-Pudo haberlo sido...- Comenzó, antes de llevarse una mano frustrada a la cabeza. ¡¿A quién pretendes engañar?! -No, no fue un simple impulso. ¿Pero que quieres? ¿Que la force a sentir lo mismo? ¡Arg!- Se contuvo de darle una patada a una vitrina, pero lanzó una mirada asesina a un par de tercer años que habían volteado al escuchar como iba subiendo la voz. Dos segundos después, los chicos habían desaparecido fuera de Zonko. -¿Podemos hablar de esto en otro lado, si tanto quieres insistir en el tema? Tampoco quiero que todo lo que diga salga publicado mañana en "El Profeta".-

Alzo las cejas, impresionado con su sincera respuesta. Mi amigo en serio está admitiendo que lo suyo por Hermione es real. Supongo que debe serlo si le cuesta tanto decirme las cosas. Pero buen, por lo menos me lo ha dicho y espero que haya liberado un poco de presión con su respuesta. Que miren que me ha costado, porque encima se quiso hacer el listo y decir que quizá si o quizá no. Igual no le iba a creer hasta que lo admitiera. Como sea, me da gusto. Suspiro y asiento con la cabeza, pero luego chasqueo la lengua y pongo los ojos en blanco. En serio que tienen la cabeza dura y lo que le sigue. Debería de darles con un martillo para ver si entran en razón.

- ¿Forzarla? ¿Es en serio ese comentario? ¿Tengo que recordarte que lloró por días cuando te fuiste del bosque, o su cara de histeria cuando tuviste despartición? ¡Ah! Y es sólo el principio, que aún falta cuando fuiste envenenado y...- me callo, porque lo de McLaggen es secreto entre Herione y yo- El asunto es que no la fuerzas a nada. Sólo te estoy preguntando si aclararon sus cosas y parece que no

Miro a los aterrorizados niños que ponen pies en polvorosa lejos de Zonko y suspiro. Había olvidad el genio que puede llegar a cargarse Ron. Asiento con la cabeza y lo precedo hasta la salida. Afuera el clima es demasiado cálido para mi gusto y debo recordarme que aún no es octubre.

- Sabes que si Skeeter está por aquí cerca igual se enterará sin que nos demos cuenta, ¿cierto?- miro con cierta paranoia a los lados, buscando un bicho brillante, pero al menos a simple vista y por aquí cerca no se ve. Entonces vuelvo a pensar en ese asunto que hace que mi cabeza de vueltas y termino por medio rendirme- ¿Cómo está tu familia?- por lo menos no fui directo al grano y pregunté por Ginny. Suspiro de nuevo, pensando en ella y realmente preguntándome cómo estará-

-Ya, pero en ese entonces había una amenaza sobre nosotros. No sé, Harry. En serio no sé si realmente Hermione...- Con la misma velocidad que había demostrado un enojo repentino, había vuelto a una leve depresión, que demostraba con los hombros caídos y cabizbajo. -Bah, no tiene caso. Ahora estamos lejos uno del otro, y tiene muchas cosas en la cabeza como para pensar en mi, o en un nosotros.-

Pateó una roca del suelo con las manos en el bolsillo. Luego levantó un poco la cabeza a su pregunta. -Todos bien. Percy está más en casa y mamá lo tiene consentido. Bill y Fleur siempre nos envían cartas y nos invitan a visitarlos. Tienes que ir a verlos, están buscando tener hijos pronto. Charlie volvió a Noruega, que hay una camada de dragones en zona de gigantes, así que están tratando de rescatar los huevos antes que los gigantes los usen de cena. George en la tienda. Viene poco a casa, y a veces voy allá a ayudarlo con las ventas. Y Ginny está pensando regresar, pero por ahora está con mamá.-

Quizá mi amigo lleve parte de la razón, las personas actuamos de maneras diferentes cuando se nos mete un poco de presión, y en esos momentos, con la batalla que se nos venía encima, todos estábamos presionados. Tal vez, y no es por sonar dramático, yo no lo veo de la misma manera porque siempre he estado, de una forma o de otra, bajo presión. Viéndolo desde el punto de vista de Ron, quizá mi amigo esté en lo cierto, pero aún debo charlar las cosas largamente con Hermione. Suelto un largo suspiro y agito un poco la cabeza, negando para darle ánimos al pelirrojo.

- Tal vez tengas razón y debamos dejar atrás todo lo que pasó para seguir con lo que haremos...- comento, pensando que no sólo ellos deben llegar a ese punto, que lo más seguro es que todos estemos mejor cuando las cosas hayan pasado y nuestra cabeza esté más clara. Todos...

Le pregunto por su familia a grandes rasgos, intentando no hacer notar lo obvio, que quiero saber sobre su hermana. Me alegra saber que todos están bien y que Bill planea hacerme tío pronto, porque si, ese niño será como un sobrino para mí, algo cercano a lo que es Teddy actualmente. Sonrío de medio lado, imaginando cómo esas pueden ser las noticias más emocionantes de mi vida hoy por hoy. Nada parecido a lo que era antes. Entonces menciona a su hermana, justo de quien estaba más interesado por recibir noticias. Así que está en casa... Hago nota mental de no pasarme por la Madriguera aunque la señora Weasley me lo ruegue. Quisiera preguntar si está bien, o por qué no regresa a la escuela, pero me muerdo la lengua y me callo mis palabras. Lo último que necesito es que mi mejor amigo se ponga de malas.

- ¿Aún tienes ese libro que te dieron en tu cumpleaños? Quizá te sirva de algo con Hermione...- comento, medio en broma, intentando levantarnos el ánimo. La última vez había funcionado esa cosa, quizá esta vez sea igual o por lo menos, parecido.

De una cosa estoy seguro, todos necesitamos tiempo y reordenar nuestra vida, descubrir quienes somos y qué queremos cuando las desiciones no son de vida o muerte.

El pelirrojo sonrió de lado antes de empujar a Harry por gracioso.

-No te burles, me sirvió bastante entonces. Aprendí que si quieres evitar pelear a cada rato, sólo tienes que ceder y decir "si, mi vida".- Soltó una carcajada, más relajado. -En serio, tío. Estoy poniendo de mi parte. Ya sólo hay que ver si surge la ocasión y entonces... Pues ya veremos.-

Sacudió la cabeza como si con eso se sacudiera el mal ánimo. -Ya, me sonsacaste todo lo que querías, ahora es tu turno de contar. Pero antes, ¿vamos por unas cervezas de mantequilla? O algo más fuerte.-

Sonrío y me dejo empujar, recuperando el equilibrio rápidamente. Cualquiera diría que es un día cualquiera en Hogsmeade, una salida escolar como muchas otras que tuvimos desde tercer año. Suspiro, satisfecho con la sensación. Nada puede ser mejor que esto, estar con mi mejor amigo pasando el rato, hablando de cosas importantes y procurando no hacerlo tan en serio, levantándonos el ánimo mutuamente. Con lo estresante que era estar corriendo por nuestras vidas creo que ambos nos habíamos olvidado de qué se sentía relajarse. Me gusta.

Sé que tiene razón, por más que haga bromas sobre ese libro sé que le ayudó mucho, lo suficiente para llevarse bien con Herione. Aunque lo cierto es que yo me pregunto si esto no será lo normal, si su esencia es estar discutiendo. La verdad es que yo si me los puedo imaginar peleando, ya casados, por cualquier cosa referente a sus hijos... aunque también puedo imaginar a mi amigo diciento "si, claro, cariño". Sonrío para mis adentros pensando en todo esto.

- Quizá te lo pida alguna vez. Ya sabes, "Harry Potter prefiere a los dragones que pedirle a una chica que salga con él"- bromeo. Nunca preferiría los dragones a las chicas, pero bueno.

Ron remata diciendo que ahora me toca a mí. Entro en pánico al momento, preguntándome qué querrá saber. Sólo espero que sus preguntas no incluyan a Ginny porque lo cierto es que no tengo idea de qué hacer al respecto. Es su último año de escuela y quiero dejarla que se divierta, que lo aproveche y que, francamente, conozca otros chicos y tenga más y mejores opciones; pero por otro lado, no sé cómo, si eso llega a pasar, me pararé en la Madriguera sin terminar matando a alguien. Miro a Ron y me pregunto qué será mejor, termino por decidirme.

- Creo que prefiero algo más fuerte- lo precedo al Cabeza de puerco. Necesito un whisky de fuego.

El pelirrojo sonrió mientras se adentraban al local, sin extrañarse que siga siendo un sitio tan sombrío y de mala muerte como la primera vez que habían entrado allí. Saludó a Aberforth, quién ni se preocupó en devolverle el saludo, mientras se sentaban en una de las múltiples mesas libres del lugar.

En un momento ya tenían una botella en la mesa y dos vasos. Ron sirvió rápidamente, alzando el suyo. -Por los amigos de toda la vida.- Dijo, alzando la copa y bebiendo de un trago el contenido. Sintió el ardor en la garganta al instante, pero desde su temporada vagando solo había aprendido a aguantar un poco más el licor.

-Bueno. ¿Puedes explicarme ahora por qué demonios no le has escrito a Ginny?-

Hay cientos de recuerdos en este lugar, en este sitio en general. Hubo muchas alegrías y risas, lo reconozco, pero no es por eso que lo recuerdo. Lo que más tengo presente cuando visito Hogsmeade no es ni siquiera Dumbledore y todo lo que no me dijo, lo que tuve que descubrir. No son mis padres, pasando sus excursiones de Hogwarts peleándose en las calles de este pequeño pueblo. Lo que más recuerdo al venir a Hogsmeade es un perro enorme, peludo y negro, casi en los huesos, que nos llevó a una cueva, cuatro años atrás. Nadie diría que ha pasado tanto tiempo, que las cosas han cambiado tanto y que Sirius ya no está. A veces me pregunto cómo sería mi vida si él no hubiera muerto, pero luego me recuerdo que todo pasa por una razón.

Sigo caminando al lado de mi amigo en completo silencio. Lo cierto es que no quiero ser yo quien comience a tocar el tema de Ginny. No estoy muy seguro de qué haré a ese respecto.

Llegamos al Cabeza de puerco y más recuerdos se disparan. A Hermione armando el ejército, a Neville intentando desmayar a alguien. Sonrío porque esos son unos de mis mejores recuerdos, es lo que me pasa por la mente cuando llamo a Cornamenta. Saludo a Aberfoth con un movimiento de cabeza y él nos gruñe en respuesta. Quizá después de todo hay algunas cosas que jamás cambiarán. Eso me alegra porque me recuerda de dónde vengo y lo que dejé atrás. Me siento junto con Ron en una mesa que él escoge y veo cómo sirve las bebidas. No tomo desde la muerte de Ojoloco, pero creo que hoy es buena ocasión. Levanto mi vaso y brindo por mis amigos, todos los que tengo, pero más que nadie, por mis dos mejores amigos y el que, a pesar de no llevar mi sangre, podríamos decir que se ha convertido en mi hermano:

- Por los amigos de toda la vida- repito y me bebo el contenido de un trago. La garganta me arde y el cuerpo se me llena de un tranquilo calor que se esparce lentamente. A su manera, es reconfortante, más que nada por lo que sé que se avecina.

Ron y yo no tenemos por qué andarnos con rodeos, así que me suelta su pregunta sin más. Yo doy un largo suspiro y tomo la botella para servirnos más.

- La verdad es que no creí que quisiera una carta de mi parte. Primero que nada, la dejé para ir a la caza de unos objetos que ni siquiera sabía qué eran. Sé que parecía que comprendía las cosas, pero lo veas por donde lo veas, lo cierto es que la dejé- eso es algo que aún no me perdono y es la razón principal por la que, simplemente, no tengo cara para acercarme a verla y por lo que la he estado evitando cada vez que paso corriendo por la Madriguera- En todo caso, si le escribo y hablamos, ¿de qué serviría? Seamos sinceros, ya no soy el chico que ella conoció. Hemos cambiado, Ron, ya no somos niños y... todo lo que nos pasó...- me lo he planteado un montón de veces y siempre me pregunto qué clase de noviazgo tendría con alguien que, quiera admitirlo o no, se ha vuelto paranoico. Si alguien se me acerca demasiado entro en tensión y tomo mi varita en ristre al momento. Si hay un ruido fuerte tengo que girarme y sin preguntar comienzo a soltar maldiciones. Y claro, está ese hecho de que aún ahora, cuando se supone que todo terminó, no puedo dejar de gritar por las noches- Es su último año en Hogwarts, lo mejor es que lo disfrute... que conozca gente- me encojo de hombros, intentando parecer indiferente cuando la verdad es que se me revuelven las tripas de imaginarla besando a otro. Es peor que cuando era novia de Dean.

Tomo mi vaso y, sin brindar por nadie, me lo bebo de un trago.

-De acuerdo, la dejaste.- Dijo Ron con una mirada algo fruncida. -Mira, quizás no sea el más despierto ni el más inteligente, pero tampoco soy un idiota redomado que no se da cuenta de las cosas. Y es evidente que lo de mi hermana no fue sólo una fijación infantil por ti. Y bastante tiempo tuvo para conocer gente en su época, ¿o es que no te acuerdas de Dean?-

Hizo una mueca, recordando los momentos en que había visto a Ginny y a Dean Thomas comiéndose la cara a besos. -Creo que ya tuvo bastante tiempo de experimentación para mi gusto. Y al final te escogió a ti.- Se encogió de hombros. -Y creo que ahora menos que nunca deberías estar con esa actitud, cuando acabas de decirme que debería intentar aclarar las cosas con Hermione, ¿eh? Ya se acabó, no tienes un mago oscuro intentando asesinarte, tienes la opción de tener una vida tranquila. Y no es por nada, pero mi hermana es un excelente partido. Seremos pobres, si, pero creo que ella ya ha demostrado de sobra que es independiente y fuerte. Así que, ¿dejarás de ser un gilipollas y al menos le escribirás?-

Parece que si, pero Ron no entiende todo lo que viene detrás. Él es una buena persona, por eso le digo que las cosas con Hermione irán bien, porque lo sé, porque se lo merece. Yo... bueno, siento que he cambiado. De ese chico buena gente quedan pocas cosas, ahora me siento paranoico todo el tiempo. ¿Qué clase de vida le puedo ofrecer a su hermana? Seamos sinceros, en si, en la vida que se supone que debería tener, no me falta mucho. Tengo casa propia, un buen empleo y dinero. Pero del resto... No sé si a mi amigo le esté pasando lo que me pasa a mí, si aún recuerda todo lo sucedido durante estos años, quizá no, por eso no lo entiende del todo.

- Tú sabes cómo soy... como son mis noches, Ron, pero el asunto es que las noches de pesadillas han quedado atrás. Esto va más allá. Dime qué clase de vida le daré si no puedo dormir días enteros, si miro por encima del hombro a cada paso que doy. No se trata sólo de que necesite otra oportunidad, se trata de que encuentre una que valga la pena- y si soy sincero, eso me mata.

Como dice Ron, verla con Dean fue lo peor del mundo, quería maldecirlo cada vez que lo veía pasar, imaginen lo que será cuando Ginny se comprometa con un chico, que lo haga su esposo. Se me crispan los puños de pura rabia al imaginarlo. Sí, soy egoísta, pero no quiero verla con nadie de la misma forma que no quiero que esté conmigo. Y no es que no quiera, es que tampoco puedo obligarla a que cuide de mí cuando me entra la locura. Kreacher puede soportar mis gritos, mi mal humor e incluso mi paranoia, pero dudo que Ginny quiera hacerlo. Todo el mundo dice que Hermione está muy mal, que tiene traumas y esas cosas, pero supongo que hay diferentes maneras de enfrentar nuestros traumas y demonios. La mía no está siendo de las mejores.

A veces me pregunto si algo de Ryddle quedó dentro de mí, si hay una pequeña parte de su alma intentando salir a la superficie desde el fondo de mi consciencia. Esa rabia de antaño, la misma que no sentía como mía, viene en oleadas enormes que me sobrepasan. Lo que me asusta del asunto es que estoy seguro que ahora ese enojo y ese odio si son míos. Sirius me dijo que el mundo no se divide en mortífagos y buenas personas pero yo comienzo a dudarlo.

Me sirvo otro whisky y me lo bebo como si fuera agua. Quiero un vaso más grande pero me apena pedírselo a Aberforth, sobre todo cuando me ve fijamente con sus ojos azules tan parecidos a los de su hermano.

- No digas estupideces- salto, molesto. Nunca me ha importado su situación económica, al final de cuentas, los Weasley me han dado muchísimo más de lo que yo podría pagarles jamás- Ya sé que Ginny es un excelente partido... el asunto es que no estoy seguro de yo serlo para ella. Y ¡bueno! Si tanta urgencia tienes, le escribo y punto- supongo que ambos sabemos que no le escribiré, que dejaré pasar los meses y diré "al siguiente". No sé cómo enfrentarme a ella, a su mirada penetrante... Aunque, pensándolo mejor, estoy seguro que no sé cómo enfrentarme al rechazo que seguro me dará.

Se sirvió otro trago más que bebió de golpe, aún con una chispa algo irritada en la mirada, sobretodo por la respuesta final. Finalmente se resignó a negar con la cabeza, mientras volvía a rellenar los vasos.

-Como quieras.- Dijo, y por un momento se mantuvo en silencio. Pero no tardó en volver a la carga. -¿Sabes lo que me molesta? Que ella pasó demasiados años interesada en ti, y aún cuando me enojaba la idea de ver a mi hermana como una mujer y no como mi hermanita menor a la que debía proteger, llegué a aceptar que fueras tú quién ella escogiera. De verdad. Y ahora... Joder, tío; te estuvo esperando todo el tiempo que estuvimos lejos. Además, es terca, y lo sabes. Por otro lado, quizás sea ella justamente la mejor en hacerte compañía. ¿No has pensado en eso? Ya has visto como es mamá, y Ginny ha sacado TODO de ella, desde la severidad a la perseverancia. Pero oye, es tu vida, haz como quieras. Pero por cada vez que la vea llorando por ti, te vas a llevar una nariz rota de mi parte, ¿de acuerdo?-

Medio sonrió, dejando muy difícil entender si lo había dicho en broma o iba en serio.

A pesar de que dice estar de acuerdo, sé que mi amigo no cederá. Lo conozco demasiado bien para dar la batalla por ganada desde ahora. Nos quedamos en silencio un momento, pero, como ya lo esperaba, Ron vuelve al ataque. Lo peor es que sus argumentos son válidos por completo.

Cuando menciona a la señora Weasley.... No estoy muy seguro de qué pensar. Quiero decir, aprecio mucho a Holly, pero llegar a compararla con la chica que me gusta... Creo que no ha sido una de las mejores tácticas de mi amigo.

La verdad es que me sorprende que me diga en voz alta que me acepta como probable pareja de su hermana. Supongo que debí de verlo como buen augurio desde que no me golpeó cuando el asunto se hizo oficial hace dos años. Lo miro, pensando que es una de esas pocas veces donde mi amigo me parece diferente, más maduro y centrado incluso que Hermione.

- No te preocupes, Tonks me enseñó... el hechizo para reponer la nariz- se me quiebra un poco la voz porque es la primera vez que digo su nombre después de su muerte. Reordeno mis pensamientos y sigo- Hagamos algo. Yo le envío una lechuza a Ginny para pedir verla y hablar y tú haces lo mismo con Hermione. Estamos en la misma situación, amigo, así que hay que ser justos.

Supongo que esa es la única manera de que yo vea a Ginny, enviando a Elvis por obligación con mi amigo o terminándome de beber esta botella de whisky de fuego. Quizá entonces, y sólo entonces, encuentre algo de valor para hacerlo.

Levantó los ojos del vaso al sentir aquel quiebre repentino en la voz de su amigo, pero no dijo nada. A él aún le costaba hablar de Fred, de Lupin y de tantos otros.

-De acuerdo, es un trato. Intentaré hablar con ella al respecto, apenas pueda verla.- Sentenció, en media sonrisa, aunque el licor comenzaba a hacer su efecto haciendo que su gesto fuera un poco más alegre y esperanzador, en vez de una mueca algo agria ante la perspectiva de una conversación anhelada y temida por tanto tiempo con la castaña. Otro vaso de aquel líquido milagroso y la sonrisa era un poco más amplia. -Por cierto, ¿qué tal está Ted? ¿Ya has comenzado a cumplir tus labores de padrino?-

Él me mira y sé lo que pasa por su cabeza. Ron no me juzga, no cree que sea débil por resentir la pérdida de mi familia, al contrario, él está seguro de que es un dolor que cuesta superar. Una vez más, el pelirrojo que se ha convertido en mi hermano, entiende lo que yo siento sin siquiera mencionarlo ninguno de los dos.

Al final, para no mencionar lo que pasó por nuestra mente, ambos aceptamos el trato, como sigo sin creerle, le hago una seña a Aberforth. Cuando el anciano se acerca le pido:

- ¿Tendrás pergamino, tinta y una pluma que nos prestes? Ron quiere enviarle una lechuza a Hermione- el cantinero asiente con la cabeza y se aleja en busca de las cosas- No te creo ni un poco que le vayas a mandar nada a Hermione. Admite que no quieres hablar con ella. En cambio, yo quiero salir de dudas con Ginny- miento, claro. No tengo dudas respecto a eso, ella se merece algo mucho mejor.

El alcohol comienza a hacer estragos en mí. No es que me sienta mareado ni nada por el estilo, simplemente me siento más ligero, menos estresado, más relajado. Una voz en mi cabeza, muy en el fondo, está segura que entre un trago y otro, con ese instinto de querer parecer siempre valientes, haremos algo estúpido. Nunca me había sentido tan ebrio como hoy, pero lo cierto es que no está tan mal como yo pensaba.

Ron lleva el tema a un puerto seguro, sin embargo yo no he olvidado a dónde y por qué fue Abertforth.

- ¡Claro que he comenzado a cumplir como su padrino! Deberías venir a casa un fin de semana, que es cuando Andrómeda me lo deja un par de días, para que lo veas. No lo reconocerás, cada semana crece muchísimo. Hay días en que no sé si es Teddy o no...- me emociona hablar de él porque, dentro de todo lo malo, él me demuestra que también hay cosas buenas- El cabello le cambia a cada momento y le gusta que su cara tome la forma del hocico de Kreacher...- suspiro, porque viene a mí un recuerdo de esa misma casa, donde una joven con el cabello rosa chillón ponía cara de pato para hacer reír a Hermione y Ginny- Tiene los ojos y la nariz de Remus... casi siento que va a sacar un boggart de su biberón cuando me mira como lo hacía su padre....

Quizás envalentonado por el efecto del alcohol, esperó impaciente a que trajeran pergamino y pluma para escribir una nota a Hermione. Pensándolo bien, ¿por qué sólo una nota? Le escribiría una larga carta confesándole todo lo que sentía por ella. No, serían dos pergaminos enteros, lleno de palabras...

¿En que diablos estaba pensando? Seguro escribiría con tantos errores que Hermione sólo se fijaría en la gramática y pasaría por alto lo que todas aquellas palabras significarían. No, le escribiría una nota corta, pidiéndole verse. Si, eso era lo mejor. Apuró otro vaso del líquido, intentando prestar atención a las palabras de Harry. Hacía mucho tiempo que no le veía tan alegre por algo. ¿En que momento habían crecido? Sacudió la cabeza, sin poder evitar sentirse algo mareado al hacerlo.

-¿Sabes qué? Tienes razón, iré a visitarte.- Dijo como si se tratara de un juramento irrompible. -Remus fue el mejor profesor que hemos tenido y Tonks... era asombrosa. Algo loca, pero asombrosa. Teddy va a ser un gran mago. Te lo aseguro. Y tendrá el mejor padrino y mejor profesor del mundo. ¡Palabra!- Lanzó una mirada hacia la barra, tamborileando la mesa con las manos intentando ver alhermano de Dumbledore con los implementos que habían pedido.

Ron intenta, a todas luces, desviar el tema de lo que estábamos hablando. Él dirá lo que quiera, pero sin lugar a dudas, quería hablar de otra cosa y que yo olvidara lo de su carta a Hermione, eso no pasaría aunque presentía que al final de cuentas todo me sería contraproducente, que el que terminaría peor parado sería yo con lo que pensaba escribirle a Ginny. Quería verla y, la verdad es que muy en el fondo esta intentando buscar un pretexto para poder hablarle. ¿No era, al fin de cuentas, esa la razón por la que iba todos los días a la Madriguera, con la esperanza de topármela sin poder evitarlo?

Igual, las cosas le funcionaron un poco, hablar de Teddy siempre me hacía bien. ¿En qué momento habíamos crecido tanto? Habíamos cambiado muchísimo desde ese día en el tren de a Hogwarts cuando nos sentamos a comer dulces nuestro compartimiento. ¿Quién iba a decir que nos convertiríamos en esto?

Menciona a nuestro viejo profesor y gran amigo. Sonrío con algo de tristeza. Sí, era increíble como persona también. Recordarlo a veces no es tan malo.

- Lo será...- estoy seguro. Será el mejor mago de su tiempo. Nada como yo, que decían que tengo talento. Él lo hará en serio, él tendrá el talento de su madre para hacer lo impensable y la sabiduría de su padre para llevar eso a cabo. Sé que lo hará.

Entonces Aberforth se acerca y deja todo de golpe sobre la mesa. Suelto un gracias que responde con un gruñido y se va detrás de la barra a seguir limpiando los vasos. Algunas cosas nunca cambiarán.

- Bueno, comienza y yo te sigo- le digo, tendiéndole el pergamino. Quiero ver que escriba la carta para yo hacer la mía y luego que la mande, para enviar la mía. Así de simple.

Tomó el pergamino con ánimos, y lo puso frente a él, metiendo la punta de la pluma en la boca sin darse cuenta que se estaba manchando los labios y la lengua con tinta. Luego bajó la mano.

"Querida Hermione..."

Se quedó mirando ese par de palabras, como si se tratara de algún hechizo hipnótico. Volvió a levantar la mirada hacia Harry, que parecía muy interesado en verlo cumplir su palabra. Lo tomó como un reto, así que irguiéndose más en la silla, volvió a bajar la pluma.

"¿Como estás?" E inmediatamente tachó. Vaya estupidez, ya sabía que no estaba muy bien; aquello era el tipo de preguntas que se hacía para iniciar una conversación con alguien que conoces poco o ves aún menos. En cambio el estaba viendo a Hermione casi a diario. Tomó otro trozo de pergamino más pequeño y volvió a escribir el enunciado, antes de pasar a la segunda línea.

"Estuve charlando con Harry hoy en Hogmeade, te manda saludos." La pluma bailó indecisa sobre el pergamino. La bajó, se sirvió un poco más de whisky, lo bebió de un trago y volvió a la marcha, las pecas en su rostro más marcadas como signo de embriaguez. Releyó, y una vez más hizo bola el pergamino, tomando uno nuevo. Quizás se enojara si se enteraba que había visto a Harry en Hogmeade sin ella.

"Hermione, nos vemos esta noche en la Sala Común. Ron." Listo. Sencillo, y sin posibilidades de asustarla al sospechar cual sería el tema a tratar. Se la extendió a Harry con un deje de altivez. -Te toca.-

Lo observo detenidamente, esperando a que escriba lo que quiera. Lo cierto es que, mientras lo observo, me pregunto qué rayos se supone que le escribiré yo a Ginny. Un "Hola, ¿qué tal si nos vemos?" no me parece lo mejor ya que ella se merece un par de buenas explicaciones. No, eso suena a mal chiste o a estupidez.

Intento no reírme de mi amigo, de su boca manchada o de la cara de concentración que tiene. Es el tipo de cara que hace cuando hace los deberes. Incluso ahora, cuando nos reunimos para practicar un hechizo de la clase de aurores, se le puede ver la misma mirada a Ronald Weasley.

No quiero importunarlo, así que lo dejo en paz, sin mirar lo que está escribiendo. Que ponga lo que quiera, que la ama, que se explaye. Por mí no hay problema, tenemos todo el día. Pero a cambio, él garabatea una escueta línea sobre el pergamino y me dice que ha terminado. Alzo las cejas, escéptico, pero intentando confiar plenamente en mi mejor amigo.

Algo titubeante, tomo la pluma de su mano, mojo la punta en la tinta y miro el papel que parece demasiado largo. Hay tantas cosas que quisiera decirle, pero supongo que lo haré cuando nos veamos. Continúo viendo el papel y... termino por servirme un trago y bebérmelo de golpe. Sigue sin llegarme la inspiración, así que me tomo otro y miro a Ron con cara de "¿y qué rayos se supone que debo poner?". Las palabras me llegan de golpe, como si siempre las hubiera sabido.

Necesitamos un lugar seguro, solitario y alejado del castillo donde podamos hablar. Corto un trozo pequeño. Sé que ni siquiera necesito firmar esa nota. "00:30 Lunático", sé que Ginny lo entenderá. Suelto la pluma y el mensaje por si Ron quiere leerlo.

- Bien, ¿y ahora qué? ¿Trajiste a Pig o pedimos una lechuza a Aberforth?- no dejaré las cosas en esto, más que nada porque quiero asegurarme de que mi amigo le envíe la lechuza a Hermione. Deben arreglar las cosas por el bien de todos, que si ellos no están bien, yo tampoco puedo estarlo.