Helping Hagrid

El guardabosques era, a opinión de Alan, una de las personas más honestas y buenas con las que uno podría hablar, pero realmente no había tenido mucho trato con el hasta que empezó a cursar Cuidado de Criaturas Mágicas, y al final, todos los conflictos de Hogwarts lo habían separado de quién él consideraba, podía ser un gran amigo.

Espero que esté por aquí-Dijo al aire mientras terminaba de recorrer el descampado que acababa en la cabaña del guardabosques. Detrás, el bosque negro se recortaba contra el sol de la tarde.

Todos tenían que aportar su grano de arena si no querían ver la imagen que guardaban de la escuela desaparecer de su memoria, y por ahora, Alan prefería darle una mano a un personaje con obligaciones tan fascinantes y variadas como era él. Tocó a la puerta de madera-

¿Hagrid, estás por ahí?-

// Narración: Hagrid

Tardó un momento en escuchar realmente algo, finalmente el hombre se asomó, su cuerpo era enorme como siempre, aunque como siempre, también, sus pasos pesados eran seguidos por un perro. Un perro que no era el acostumbrado, Fang había sido ejecutado por los Mortífagos cuando invadieron el colegio la primera vez al ser el semi gigante resistente a la mayoría de los hechizos.

El perro que lo acompaña ahora también es un Mastin Gigante, sin embargo aun es solo un cachorro, un regalo de la directora para levantar sus ánimos tras ser secuestrado por las hijas de Aragog y la muerte de su fiel Fang. Era sabido que aun no tenía nombre, pero igualmente solo era un cachorro de unos 3 meses aproximadamente por lo que no se preocupaba mucho realmente.

"Ah, Cromwell... creí que no regresarías al colegio." Comentó al reconocerle, acercándose para darle un par de palmadas al hombro que harían temblar las rodillas de cualquiera, sacando un pañuelo que parecía una sábana para sonarse la nariz. Los pequeños ojos negros brillando llorosos y el cuerpo algo encorvado. "¿Que haces por aquí? Creí que tendrían clases ya... aunque el cerco para las clases de Criaturas Mágicas está destruido."

Sus palabras sonaban algo ausentes, pero con la clara testarudez que siempre brillaba en el viejo guardián de los terrenos de Hogwarts.

Alan trató de mantener la estabilidad tras las palmadas de Hagrid, se tentó de agarrarse a la puerta, pero sabía que eso haría sentir mal al guardabosques por su torpeza.

¿No regresar Hagrid, y perderme un bicho tan fantásticamente desagradable como tus escregutos? No, no es posible-La habilidad de Madame Pomfrey había salvado a un compañero de clase de Alan de una costilla fracturada por una embestida de esos enormes engendros....Alan se había partido de la risa, naturalmente.

Digamos que esto es... una clase particular en horarios extracurriculares-Dijo riéndose-Pero ya, ¿Dices que el cerco está roto? Puedo darte una mano para repararlo, estar todo el día sentado en la sala común pretendiendo que estoy estudiando me fastidia mucho.-Hagrid era solitario, y las tragedias le afectaban mucho, en cierta medida, las bestias eran como hijos para él, y perder a aquel mastín debía de significar más horas sin compañía.

// Narración: Hagrid

"Jaja, siempre has sido un buen chico, Alan." Comentó sosteniendose la panza un momento con unas risas que no poseían el estruendoso sonido que las de antaño, pero claramente demostraban que estaba comenzando a sanar de todo lo que había pasado habiendo sido uno de los más fieles seguidores de los ideales de Dumbledore el cual ya hacía 2 años había muerto asesinado por uno de sus más cercanos amigos.

"Ven, llevaremos algunas herramientas y me ayudas para poder terminar que debe estar lista para la semana que viene." Aclaró alzando las cejas en clara indicación de que estaba decidido al dar la vuelta a la cabaña circular, tomando una valija de madera junto a los escalones de la entrada.

"Es una lástima que ya no de esta clase, pero desde lo que pasó le pedí permiso a la directora para rendir los Owl finalmente ahora que es seguro eso de que no abrí la cámara... aunque, no debería estarte contando esto... eh... no quería que nadie se enterara." Admitió deteniéndose un momento en su ir y venir como gallina sin cabeza hasta finalmente indicar el cerco que estaba a solo unos 10 metros. "Mejor nos ponemos a trabajar..."

A Alan le gustó haber hecho algún efecto en Hagrid, animar a la gente siempre había sido una de sus especialidades, más por odiar los momentos de profunda melancolía que por una vocación de servicio, aun que de cualquier forma, ahí estaba él para ayudar al guardabosques con la dichosa cerca. Y ahora que lo pensaba, era particular que la cabaña hubiese quedado indemne siendo Hagrid uno de los más acérrimos a Dumbledore, quizás la reconstrucción de Hogwarts no fuera tan penosa.

Oh, ¿Cámara? ¿Qué cámara Hagrid?-El muchacho irlandés sabía como todo el mundo que el enorme hombretón no había terminado sus estudios en Hogwarts, pero las razones no estaban del todo claras, y curioso como era Alan, quería aprovecharse del desliz del guardabosques.

Se interpuso en el camino de Hagrid y le miró a los ojos, ¿Acaso sería algo como lo que el sospechaba? Había habido un incidente el año anterior a su ingreso en la escuela, como no, protagonizado por Harry Potter, ¿Pero que podría haber tenido que ver el simple Hagrid con ESA cámara?

// Narración: Hagrid

"Yo no dije eso." Respondió tan rápido que era evidente que si lo había dicho y no sabía como arreglarlo, girando y caminando de regreso un par de pasos antes de volver con un dedo en la barba en claro gesto nervioso. "No ha pasado nada... no hay ninguna cámara de los secretos debajo de Hogwarts..."

Se detuvo en seco, frunciendo el ceño, probablemente analizando lo que había dicho antes de regresar a él. "tu no escuchaste nada de mi." Comentó tratando de como mínimo emparchar lo que había dicho, finalmente inclinándose al suelo y levantando una tabla perdida y haciendo gesto a Alan para soltarla en sus brazos. "Hay mucho que reparar aún... sostén la tabla mientras la clavo a los postes."

Alan ahogó un suspiro mientras levantaba las cejas, Hagrid había metido la pata y revelado algo enorme, algo que para un atípico Ravenclaw podía ser oro puro, porque digamos, los de su casa podrían estar muy emocionados leyéndolo en algún libro, pero el no, el TENÍA que estar allí.

Pero ahora tenía que aguantarse las ganas de explotar en preguntas y ser inteligente, quizás podía sacarle el jugo al guardabosques un poco más.

Por supuesto Hagrid, ¿Quién puede creer esas ideas de monstruos petrificadores bajo Hogwarts?-Aseguró con toda la inocencia del mundo mientras tomaba la tabla y la ponía en su lugar con sumo cuidado, un martillazo errado de un muchachito como él podía arrancarle la mano.

Era evidente que no denunciaría al ex-profesor de forma alguna por revelar semejante cosa, pero Alan no podía solamente dejarlo pasar. Probablemente tendría que consultar sobre la dichosa Cámara con algún alumno más allegado a los incidentes que hubieron en aquel año ya que él todavía no era alumno de la escuela.

// Narración: Hagrid

"¿Quien te dijo eso?" Demandó saber irónicamente confirmando que se trataba del tema a pesar de que no había dicho nada realmente incriminante. "Eso es algo peligroso lo que había allí abajo... por suerte estaba Albus para ayudar a los pobre chicos con la profesora Sprout..."

Cada martillazo era un temblor nuevo, costaba sostener la tabla en su sitio, no había forma de sostenerla si no era con toda su fuerza mientras el enorme hombre golpeaba, aunque tras un tiempo su nariz estaba roja, había sacado un pañuelo más digno de una sabana para secarse los ojos recordando aquel tiempo en el que se había condenado al hipogrifo Buckbeak que pasaba sus tardes entre llanto.

"No sé que haremos ahora sin el profesor Dumbledore, las cosas ya no serán como siempre..." Se sonó estruendosamente la nariz.

Asintió mecánicamente a la primera mención del antiguo Director y algo frustrado por no poder sacarle más información a Hagrid se dispuso a enfocar su atención en la tabla, sabía que después le dolería todo el cuerpo de aguantar los embates del martillo, pero se había ofrecido, de todas formas, era mejor que estar en la Sala Común solo y con el cerebro perdido.

Cuando los embates cesaron y escuchó el estruendo de una nariz para nada despreciable entendió que había perdido la batalla por mantener la estabilidad emocional del guardabosques.

Oh con mil demonios-Si, muchos necesitaban llorar, muchos necesitaban lamentarse, hasta él incluso lo hacía a veces, ¿Pero hasta cuando?

Seguro el Profesor Dumbledore era único aquí Hagrid-Sacudió las manos para que se le fuera el calambre que le asaltaba, tomó aire mientras esperaba que las palabras correctas le vinieran a la mente-Y muchas cosas malas pasaron después de eso, pero piensa en lo siguiente, muchos todavía estamos aquí, los alumnos, los profesores que creíamos en lo que Dumbledore había llegado a hacer aquí en Hogwarts, todo eso no es cenizas hombre. Estamos aquí porque sabemos que el Profesor dejó lo suficiente de lo suyo para que podamos continuar.

No era bueno en estas cosas, no le agradaban y nunca había sido el "Chico-con-el-que-se-puede-hablar", pero ahí iba su intento.

Incluso esta maldita cerca significa algo Hagrid, cada piedra que pongamos encima de la otra significa que queremos este lugar como lo que siempre significó para nosotros.-Ya, eso había sonado como si Alan fuera uno de los fantasmas que rondaban el castillo por siglos, pero otra forma de expresarlo no tenía.

//Narración: Hagrid


El semigigante se sonó la nariz nuevamente, secándose los ojos y con la misma capacidad de siempre recobró la compostura, algo rememorante y un poco enrojecido bajo toda su mata de vello, guardando el enorme pañuelo antes de volver a clavar como si no hubiera llorado como un bebé hacía solo minutos.

"Tienes razón... tienes razón, hay que recuperarse... la Profesora MacGonagall es una excelente profesora y está haciendo lo mejor posible para que todos, y Albus Dumbledore estaría orgulloso de lo que ha logrado tras la guerra... si, está todo mejor, es un buen momento para todos, incluso hay nuevos niños que están naciendo, me han dicho que hay un nuevo cervatillo entre los centauros, deberíamos festejar un poco más... los profesores estaban hablando de abrir el colegio para un torneo de los tres magos para promover la unión internacional, aun no hay nada asegurado, la profesora no tiene buenos recuerdos de la última." Mencionó el hombre haciendo referencia a aquella donde el cuarto competidor había sido obligado a participar.

¿En serio?-El muchacho se había emocionado, el Torneo había tomado lugar cuando el estaba en segundo, y había sido una las experiencias más geniales que había vivido. Aun que haya tenido un termino oscuro al final, con la muerte del chico Diggory. Ahí es cuando todo se había quebrado y las dudas se habían disipado....algo negro rondaba la escuela.

A mi me gusta la idea, hasta me gustaría participar, pero supongo que es algo que lleva tiempo de organizar. Si hasta me acuerdo que tu andabas para todos lados metiendo bicharrajos en el laberinto-Sí, los sueños de gloria y fama eran de los que le gustaban a Alan, pero tenía que aplazar sus fantasías, el torneo era solo para alumnos mayores.

Si bien el chico estaba concentrado en la tabla, por un momento desvió la vista y se alegró de ver que Hagrid había dejado su moqueo y llanto. Sus palabras habían servido de algo.

¿Sabes? Comparto contigo Hagrid, deberíamos festejar, digo, pasaron cosas muy malas y todo, pero el chico Potter derrotó al mago tenebroso más terrible de la historia, y el colegio sigue en pie...no es algo que pase todos los días. Hasta podrías proponérselo tu a MacGonagall

Con la copia mas reciente de "El Quisquilloso" bajo mi brazo, una libreta de anotaciones, y las gafas especiales para ver los toporsolos, me dirijo hacia la cabaña de Hagrid. Esperaba que pudiera ayudarme a encontrar algunos bowtruckle para agregarlos a mi bitácora; por si acaso, tengo conmigo un frasco lleno de cochinillas para poder tentar esas curiosas criaturitas.

Un sonido que me hace pensar en golpes sordos llega a mi oído, y con curiosidad lo sigo hasta divisar al gigantesco Hagrid y a alguien más que estaba con él. Oh, Alan, claro.

-Hola.- Saludo risueña, observando aquella curiosa labor con mis brazos a la espalda.

//Narración: Hagrid


El hombre gigantón asentía a las palabras de Alan, aceptando las sugerencias con facilidad. Realmente sonaba interesante eso de quizá sugerir un baile o ver nuevamente a la hermosa Maxime, quizá finalmente podrían hablar de sus padres sin tanto drama, si tan solo ella pudiera aceptar y afrontar el hecho de que uno de ellos no era precisamente humano.

"Si, estoy tratando de hablar con la profesora para hacer unas pruebas menos riesgosas. Quizá unas pruebas de valor y magia, crianza de criaturas... todo depende de como lo afrontemos, claro." Comentó el hombre observando al muchacho antes de ver a la rubia de Ravenclaw acercarse tan cándida y... curiosa como siempre. "Luna, ¿también vienes a ayudar?" Preguntó sin pensarlo demasiado, completamente distraído de la charla original.

-No.- Contesto con honestidad. -Venía a preguntar si me indicabas donde encontrar bowtruckles, pero puedo ayudar. ¿Qué necesitan?-

Sonrío a Alan y lo saludo con la mano.

Estábamos arreglando un par de cosas-Alan se adelantó a contestar, sabía que Hagrid podía meter la pata, y era propenso a descalabres emocionales, cuando metía la pata o cuando se acordaba del pasado, dos cosas casi inevitables.

¿Tu que opinas Luna?-La tabla estaba bastante estable, y a Alan le daba la impresión de que se le iba a caer un brazo si seguía aguantando los embates del guardabosques-Una fiesta, para festejar el buen futuro, y para conmemorar lo que haya pasado claro.

Observo la tabla de la cerca, que aún tiembla por el último golpe. Y vuelvo a mirar a Alan.

-Eso suena divertido. Quizás es lo que hace falta para cambiar los ánimos; las chicas se pondrán a tontear por arreglarse para llamar la atención de la persona que quieran que les invite, y los chicos buscarán las maneras de invitar a las chicas sin ponerse nerviosos o vomitar en el intento.-

Me quito las gafas y las cuelgo del uniforme.

//Narración: Hagrid


Tardó en reaccionar el gigantón, observando a la rubiecilla sin decidirse sobre exactamente que era lo que preguntaba. En realidad era como si la pregunta hubiera nockeado todo tipo de sentido en el hombre que se preguntaba que era exactamente un bowtruckles.

"Eh... si, estábamos hablando de la organización de una fiesta. Quizá sea bueno conseguir algunas hadas para adornar el comedor. Ha habido bastante que hacer con los centauros que están reorganizándose, muchos no quieren acercarse más al colegio y se han movido terreno hacia dentro." Comentó, pero esta vez sin atajarse ni preocuparse, realmente era un tema que evidentemente le retumbaba la reacción de las criaturas del bosque prohibido.

-¡Oh, me encantaría ayudarte a buscar hadas! Son algo quisquillosas y muerden duro, pero creo que podré conseguir algunas cosas brillantes para convencerlas de estar por unas horas adornando el castillo.-

Busco una roca cerca de la cerca y me siento mirándolos con interés. -Vaya, no sabía que los centauros se estuvieran alejando... Luego que se unieran para la Batalla Final y el profesor Firenze regresara con ellos, pensé que intentarían mejorar las relaciones con los magos. ¿Ha pasado algo desde entonces?-

¿Sabes Luna? Tienes una increíble capacidad para decir las cosas tal cual son-Dijo el muchacho irlandés después de la descripción de la fiesta, pero lejos de sentirse superficial se rió, había que ser un poco superficial estos días, en lo profundo yacían heridas que sangraban.

Alan se sacudió las manos, satisfecho por haber hecho un buen trabajo ayudando a Hagrid, de vez en cuando era bueno no usar la magia, lo volvía a uno muy perezoso en ciertas tareas, y como recordaba, su padre tenía prohibido usar la magia en casa de sus abuelos, una de las razones por las que había huido.

Pues...en Dublin está lleno de hadas si se sabe buscar, es la comida favorita de los augurey-Comentó haciendo referencia al famoso "Fenix Irlandés" un pájaro que no hacía mucho honor al apodo, era algo lamentable en verdad.

Después de eso se calló, realmente quería saber sobre los centauros, pues eran criaturas bastante interesantes y difíciles de comprender debido a su poco contacto con los magos.
Por momentos reflexionó en cuantas cosas podía llegar a saber Hagrid de los habitantes del Bosque Prohibido, y de como la mayoría lo veía como un enorme simplón en vez de la persona experimentada que era.

A su manera claro

//Narración: Hagrid


El barbudo hombre veía las ideas de los dos chicos ir y venir, tratando de seguir la línea de la charla mientras se hacía una idea de todo lo que debían hacer.

"Hagan algo, sería bueno que consiguiéramos las hadas mientras hablo con la Profesora. Revisen los zapallos, sé que debe haber un par maduros ya y si buscan hadas no se adentren demasiado en el bosque, ¿entienden? La profesora estará muy molesta si sabe que los estoy dejando solos alumnos en los terrenos aunque los terrenos sean seguros." Lo último lo dijo con una seriedad poco propia de él. Por primera vez en mucho tiempo haciendo referencia a su trabajo como guardian de las llaves y terrenos del colegio.

Me pongo en pie, y me sacudo levemente el uniforme.

-Intentaremos no meterte en líos, Hagrid.- Le digo con suave sonrisa, antes de acercarme con pasos saltarines hasta Alan. -¿Vamos ya o quieres descansar un poco?- Señalo con la cabeza el tablón tembloroso de la cerca, antes de darme de nuevo la vuelta, andando hacia la parte del huerto para encontrar los zapallos con los que tentaríamos a las hadas.

Meh, tampoco estoy tan cansado-Dijo el muchacho rotando un poco los hombros para terminar de sacarse la sensación de entumecimiento, entonces pensó si un encantamiento reparador no habría sido más práctico para arreglar la cerca. De cualquier forma, ya estaba hecho.

Tu sabes buscar criaturas mejor que yo Luna, así que te sigo-Por más que muchas veces la chica Lovegood persiguiera algunos seres de dudosa existencia, no podía negarse que tenía muchos conocimientos referidos a criaturas mágicas.

-Muy bien. Toma.- Le alcanzo uno de los zapallos, y me guardo el otro en el bolsillo, que se ve abultado. Con una última despedida a Hagrid, dirijo mis pasos hacia el Bosque Prohibido, intentando recordar donde había visto aquellas lucecitas brillantes y algo molestas si no se tenía cuidado.

-No intentes hablarles bonito, eso las enoja mucho. Y debes partir el zapallo y probar un pedacito para demostrarles que no están encantadas ni tienen pociones para dormir. Sobretodo les gusta las semillas, asegurate de partirlo por la mitad. Y... no, creo que eso es todo lo que tienes que saber.- Lo miro con una sonrisa antes de continuar. -¿A quién invitarás al baile?-

Alan empezó a marchar, animado, pero no Lovegood animado, prefirió tener el zapallo a mano y se lo iba pasando de una mano a otra, distraídamente mientras seguía las instrucciones de cacería de hadas. Realmente se había quedado algo pensativo con lo de la Cámara de los Secretos, eso no podía haber sido destruido, el lugar tendría que estar en alguna parte de Hogwarts y él tenía que averiguar como llegar ahí.

Y la pregunta, una pregunta como Luna solo sabía hacer, directa, sin ruedos y con altas probabilidades de producir respuestas que se den vuelta y te muerdan el trasero.

Pues, no sé-Respondió quitándole algo de importancia al asunto, seguro sería otra competición entre él y Michael Corner para ver quién se llevaba a la chica más linda-¿Tu con quién irías?

-Con quién me invitara.- Digo, alzando levemente mis hombros. -No tengo muchos pretendientes que digamos. Sólo Harry me invitó una vez a una fiesta del Profesor Slughorn, pero no estuvimos mucho tiempo.-

A partir de ese momento debemos andar con cuidado, el terreno es irregular, y hay raíces que debemos escalar, o intentar saltar sin que atrape nuestros pies. -Creo que podremos encontrar Lazo del Diablo más adelante, cuando haya poca luz. Si sientes que algo te agarra el tobillo, usa un rayo de luz solar para que te suelte.-

Paso mis manos por las distintas plantas y hojas. -¿Puedo preguntar en que piensas? No eres tan callado...-