Los días sin ti serían precipicios... [Niniel]

¿La salvé, no? O algo así. No lo sé, no recuerdo, toda esa noche permanece borrosa con el efecto de la adrenalina con ella, el miedo. De repente descubro que vuelvo a sentirlo, que aun soy capaz de sentirlo por alguien y no quiero sentir nada más. No quiero que me importe. Quiero poder abandonarme y no sentir nada, pero por alguna razón existe Niniel y me recuerda que tengo un corazón que un día quise arrancarme y no lo logré del todo.

Niniel. ¿Quién es y por qué me importa tanto? ¿Por qué quiero arrastrarla conmigo y protegerla a la vez de sí misma y del mundo? Tengo tantas preguntas y ninguna tiene respuesta, maldita sea. ¿Quién soy y en quien me he convertido ya? No entiendo nada, no sé nada en realidad. Sé que alguien mueve los hilos que me sostienen y yo lo acepto porque es la única manera de vengar a Colin que tengo.

Estoy tirado a la orilla, mirando al cielo, cuando siento su figura acercarse con un uniforme extraño. Un uniforme de Durmstrang. ¿Por qué? Me quedo mirándola, se acerca como es habitual en ella, no sé que acabó pasando esa noche, pero la salvé.

—¿Por qué? —le pregunto—. ¿Por qué no puedo simplemente olvidarme de que tengo un corazón cuando tú estás cerca?

El sol me quema, se siente mal en la piel; se funde con migo, doliéndome, haciendo que se sienta mal cuando me quedo bajo el... Y es que me pasa, me pasa siempre desde que me dejaron salir, ellos me tuvieron encerrada ahí sin luz y ahora a mi piel no le gusta, aunque... aunque igual lo intento, igual a veces intento calentarme con el sol hasta que duele demasiado, tal ves como si hace poco no me hubiese molestado tanto, como si alguien me hubiese cambiado algo más que me dejo doliendo así... y así.

Yo debía ir al lugar de mama; pero yo sabía que ella no iba a estar, me lo había dicho y yo no quería estar sola ahí mientras esperaba a que llegara, era el lugar de mama pero cuando lo veía así, vacio... Yo sentía mas, comenzaba a sentir más lo que me dicen que ya no está y lloraba, tal vez dentro del armario para que no me viera así siempre cuando llegaba o sola en nuestra cama... sola en nuestra cama lloraba por todo, porque el sol me quema, porque tiemblo y siento frio siempre; porque estuve encerrada ahí por tanto tiempo que cuando cierro mis ojos siempre recuerdo como era, retorciéndome, queriendo gritar para que no me agarraran, para que no hicieran que doliera o que me tocasen; o que me tocasen tanto haciéndome sentirlos....

Me acerco al lago, el sol me escuece en las mejillas, el cuello y los labios; estoy aquí y quiero buscar donde esconderme porque molesta, quiero ir una sombra, solo a una sombra; me duele, tengo frio... pero ahí, ahí también lo veo a él; y yo... yo no sé, pero creo que me hace algo, que vine a aquí para ver si estaba él, el sombrerero que a veces me hace sentir que soy una niña, una Alicia...

Yo creo que me quiero acercar, el hace que sienta mejor; eso creo y yo me siento mal, no me puedo calentar, no puedo recibir luz sin que me moleste y me siento mal, me siento tan mal; no me atrevo a decírselo a mi mama siempre para no molestarla pero me siento mal... Me siento mal y me acerco, voy silenciosa, voy silenciosa y de pronto... ¿Por qué? ¿Por qué no puedo simplemente olvidarme de que tengo un corazón cuando tú estás cerca?....

Me detengo, el tal vez suena como si yo hubiese hecho algo malo aunque no sé, no sé que pudo a ver hecho de malo esta si a sido buena, Y no se... yo no sé;..... ... Le respondo apagada... y le pregunto, no se cuentas respiraciones dejo pasar entre eso pero le pregunto; ¿Yo...? ¿Esta hace que te sientas mal?... Y estoy asustada, asustada de que se vaya a volver malo con migo, mirando una sombra de árbol a la que quería ir; dando un diminuto paso a una sombra como a la que necesitaba tanto ir....

Y es que me siento mal, no sé qué hacer, ellos siguen en mí y me siento mal; duele y no sé cómo hablar, duele y no sé cómo hablar...

—Porque... —empiezo con la intención de hablar pero, no lo sé, no logro llegar a las palabras, llevo días sintiendo que estoy en un mundo de mentira y no entiendo dónde me encuentro y todo lo que ha pasado.

El mundo sabe de la existencia de Argine. O de lo que puede hacer. Cierro los ojos un momento para no mirar a Niniel, porque cuando la miro todo parece perder el poco sentido que había adquirido. ¿Cómo puede ser esa chica tan rota lo único que haya acabado importándome en el mundo?

Ah, Alicia. Alicia. Deberías correr lejos.
Soy lo peor que puede pasarte.
O lo mejor. porque siempre acabas arrastrándome hasta ti.

—No, no haces que me sienta mal —respondo—. No lo haces. Pero recuerdo que tengo un corazón y que puede latir y que lo único que me importa en el mundo eres tú. Sólo tú, Niniel.

No me importa nada más. Recuerdo las palabras de un libro que leí hace mucho tiempo y en su tiempo abandoné mientras Colin lo tachaba de cursi.

—"De lo que sea que nuestras almas estén hechas, la suya y la mía son lo mismo" —recito casi de memoria, con los ojos cerrados aún y entonces los abro para contemplarlos—. Sería más fácil si no me importaras. Haría mi tarea más fácil, más sencilla. —Intento sonreírle, no punto, no me sale—. Me evitaría las preocupaciones. Pero aquí estás. Eres mi Alicia y no sé si eres quien me va a salvar o eres mi perdición.

Palmeo al lado de mí, indicándole que se siente.

—Sin embargo —sigo hablando, no quiero detenerme ahora que he empezado—, podría ser yo tu perdición, porque te quiero y me importas y por eso puedo hacerte daño mientras impido que los demás te lo hagan... Si eso pasa, ¿te quedarás a mi lado?

Alicia. Alicia.
De repente no sé quien soy.

Yo me paro, de pronto me paro petrificada cuando me comienza a hablar, escuchando todo lo que dice sin moverme como si me oprimieran para que estuviese así y es que es mucho, es mucho y yo no entiendo, no entiendo, pero siento, de pronto siento miedo o algo que no sé, que no sé qué es; lo escucho decir que soy lo único que le importa y mi piel se humedece bajo la ropa, no sé, eso debería ser bueno pero como me lo dice hace que me sienta fria.

…Y cuando le escucho decir que nuestras almas están hechas de lo mismo mi pecho me presiona, le escucho decir que sería mejor si no le importara y quiero salir corriendo de ahí; le escucho decir que me podría hacer daño, que otros me podrían hacer daño y empiezo a temblar; me quiero tapar, me quiero cubrir con mis manos para que nadie pueda querer palparme, ni encerrarme… pero el, ¿Por qué él dice eso? ¿Por qué dice que podría ser malo? Él es bueno, ha sido bueno, él me ha dicho que soy una chica y…

¿Por qué? ¿Por qué dices que me podrías hacer daño? ¿Porque todos me hacen daño o podrían.…? ¿Acaso no ven que duele?  Le pregunto, no me siento bien; sigo pegada al piso, y voy a querer llorar, voy a querer llorar de nuevo si alguien malo me toma y es que no lo soportaría; no soportaría estar encerrada de nuevo… El creo que es bueno, pero no; no quiero estar guardada de nuevo, no quiero que duela de nuevo… y es que porque, ¿Por qué está bien que sean así con migo? ¿Qué somos nosotras que nos pueden hacer muñecas?

¿Por qué no puedo ser solo Alicia? ¿Así no te gusta? Le pregunto tan asustada, tan apretada; ¿Así no te gusta? Le pregunto cómo allá, como allá le preguntaba a veces a ellos para que no lo hicieran peor, cuando solo quería que pararan alguna vez… ¿Así está bien? ¿No me cortaras si me pongo hago así?, ¿Pararas antes si hago que te guste? Estoy quieta, ¿Por qué me sigues apretando si estoy quieta? ¿Porque usas lo de la vara?...

Y no, no tiene que ser así; el era... es bueno, a el no debería tener que preguntarle así ¿Cierto mama? Tengo miedo pero ¿Cierto? Y es que yo no sé, no sé lo que debería ser, lo que será, nunca se pero el sol me sigue escociendo parada en este lugar. Yo, esta… ¿Puedo pedir ir a una sombra? El sol me quema...

¡ARGH! ¿Por qué es tan difícil de entender? ¿Por qué nadie entiende a la primera que los que te quieren son siempre los primeros en hacerte daño, sobre todo aquellos que te quieren de manera tan enfermiza que quieren alejarte y protegerte de todos los males del mundo aunque tengas que meternos en una burbuja y engañarlos y mentirles a la cara completamente.

—Porque te quiero soy la persona que más te puede dañar, Niniel —le respondo mirándola, poniéndome en pie rápidamente y acercándome a ella—. Te quiero. Y te quiero a salvo. Quiero que ningún peligro te toque... —acerco mi mano a su brazo, y lo recorro sin tocarlo, sin apenas hacerle una caricia—. Pero...

"Los que queremos siempre acabamos dañando más. Niniel, eres la única persona en el mundo que me he atrevido a querer en mucho tiempo y querer se puede transformar en algo más enfermizo. Aun estás a tiempo de huir... aún". Eso es todo lo que pienso pero nunca digo. No me sale, aunque sé que Niniel debería correr en el sentido contrario hacia mí. Me encontró llorando la primera vez, en mi momento más vulnerable, pero ahora... ¿ahora? Ya no tengo un corazón, todo lo que tengo es una Alicia, un propósito y el mismo odio que yo he cultivado.

La tomo de la muñeca sin previo aviso, la acerco un poco a mí, hasta ponerme tan cerca de su cara.

—Te quiero, no lo dudes ni un segundo. Ni uno. —Su nariz está casi contra la mía y no quiero asustarla pero...—. Me gusta. Me gusta que seas mi Alicia, que seas quién quieras ser. No me importa. —La suelto antes de asustarla, antes de que salga corriendo, no quiero asustarla, quiero que se quede a mi lado y a la vez quiero que huya corriendo para que yo no acabe por hacerle daño—. Pero eres el único punto vulnerable que tengo, ¿sabes? Sólo a través de ti me pueden hacer daño.

Miro alrededor hasta que encuentro un árbol con suficiente sombra para los dos.

—Vamos... si quieres. Allí hay una sombra.

El continua, de golpe se pone de pie, se acerca a mí, yo retrocedo un paso; sigue, acerca una de sus manos a mí, no me toca pero yo casi que siento sus dedos en mí y me petrifico, lo escucho, me presiona algo pero yo no sé, dice que me quiere y de pronto toma mi muñeca, se acerca a mi cara y me da miedo, mi muñeca me aprieta y me empieza a dar miedo, ... como ellos, y no puedo respirar. Y yo, yo de pronto estoy temblando, quiero irme pero no puedo; es como allá, allá se acercaban a mi cara decirme a sus cosas; allá se ponían en mi con fuerza... ¡Cállate!, acaso no ves que te quiero, si no te quisiera con migo ya no estarías aquí... ya no te tendría aquí y viva para mi...

Quiero irme, quiero irme pero el de pronto me suelta y yo doy otro paso hacia atrás, casi que me caigo dando otro paso hacia atrás pero el, ... el cambia de nuevo, se muestra amable, me señala una sombra, una sombra para que el sol no me queme mas pero a mi duele el pecho y quiero llorar porque de pronto me da miedo.....

Aunque yo, yo comienzo a caminar en silencio a aquella sombra con él, evitando tocarlo, tomándome las manos en mi vientre; sin mirarlo, sin mirarlo hasta que llegamos y el sol deja de quemarme, sintiendo como mi piel comienza de apoco a dejar de doler, aunque él, no sé qué quiere el... Me empieza a dar miedo pero antes era bueno, y no pude ser como ellos ¿Cierto?, no puede; porque ellos nunca fueron buenos y si me dijeron cosas buenas fue solo para engañarme... y burlarse de mí porque querían...

Aquí el sol quema menos...
Pero, tengo miedo. Y Tu.., ¿tú no te vas a volver como ellos cierto? Ellos solo hacían que me doliera, y yo quería llorar...

Pregunto temerosa, alejándome un poco de él hacia el árbol y poniéndome de rodillas en el piso, tocando el pasto con mis manos las cuales me tiemblan, me tiemblan y aunque solo quiero tocar una hebra del pasto entre mis dedos acabo cortándola por mis dedos que tiemblan...

Se ha asustado, lo noto. La dejo caminar hasta el árbol y sentarse y temblar como una hoja a merced del viento. Espero un momento antes de caminar hasta ella y dejarme caer enfrente de ella, quizá demasiado cerca; lo único que no quiero es asustarla, pero no sé que hacer, no sé como hacerlo. No tengo la sensibilidad suficente. Con ella todo el desastre que hay en mi cabeza parece normal.

—Te asuste... —digo—. Lo siento —me disculpo como si de hecho tuviera algún valor, pero a las palabras se las lleva el viento y tarde o temprano volveré a asustarla, porque sólo me estoy destruyendo a mi mismo y a todo lo que hay a mi paso.

Sin embargo en ese momento acerco mi mano a su mano, dudo un poco antes de poner mi mano sobre la suya, pero acabo haciéndolo, con delicadeza, haciéndole una caricia.

—No te haré daño... no... —suspiro. Es una mentira, soy una como una planta podrida que pudre todo a su lado, pero quiero a Niniel allí, me estoy aferrando a ella—. No te haré daño. Eres lo único que deseo proteger en el mundo —repito, más seguro. Levanto mi mano llevándola por todo su brazo, como una caricia, tocándola. Me pierdo mirando su brazo porque no quiero buscar sus ojos y que descubra la oscuridad de los míos.

Al final levanto mi cara y la enfrento con la suya llevando mi mano hacia allá, acercándome un poco más, sólo un poco...

—Niniel... ¿por qué siempre lo que queremos es lo que más dañamos?

"Dennis Creevey, eres una mierda de persona", es lo único que alcanzo a pensar antes de atraerla hacia a mí y abrazarla, esconderme en la curva de su cuello y en su cabello.

Intento asentir un poco cuando me dice que me asusto, pero me detengo cuando escucho su Lo siento, ahí junto a algo que ocupa un espacio casi doloroso dentro de mí, que me hace apretar mi garganta, tragar mientras sigo mirando el pasto y finalmente levantar mis ojos hacia el para ver que el no aun no me mira, que sigue asegurándome que no me hará más daño cuando lo siento comenzar a acariciar mi mano.

Primero como un cosquilleo que me hace temblar en otra frecuencia, pero logrando dejar mi mano un poco mas placida cuando llevo mis ojos a ella, a la de el acariciando la mía cuando siento más sus dedos, su mano que después sube por mi brazo dándome un escalofrió por dentro, pero yo quedándome tan quieta por fuera; tan quieta por fuera como tenía que hacer allá mientras ellos frotaban las suyas por mí.

No te haré daño. Eres lo único que deseo proteger en el mundo. Me dice él, lo de adentro sigue molestándome pero no porque sea malo, si no que por lo bueno, porque alguien me dice que me quiere proteger quitando un poco el miedo; porque él dice que me quiere como nunca alguien hiso por tanto y yo sigo teniendo miedo porque me tuvieron encerrada en un lugar obscuro que no puedo dejar de ver, donde no habían días, respirando ahí con todo doliéndome por lo que me hacían, por lo que me hacia gritar y gritar porque dolía; porque no se me despegaban nunca...

Y eso, eso me sigue dando miedo; siempre me da, tal vez ya no pasa pero me hace temblar que allá pasado y el... el me dice que no me hará cosas que duelen pero yo sigo teniendo miedo por eso y no quiero, no quiero tenerle más miedo pero no sé cómo y de pronto creo que me mira...

Se acerca más, ¿por qué siempre lo que queremos es lo que más dañamos? me murmura y me lleva hacia el envolviéndome, paralizándome; haciéndome sentir como si algo se quisiese salir de mi vientre porque mi cuerpo se perturba, llora y después para, inflando yo mi pecho como puedo con él sobre mí, sintiendo su rostro en mi cabello y en mi cuello.

No sé, yo no sé; yo solo estoy aquí... murmuro dejándome sostener tan flácida por él, solo levantando las manos, poniéndolas livianas sobre sus hombros para sostenerme... o solo tenerlas ahí porque es más cálido en su ropa... Y a mí siempre me hacían daño porque querían tenerme... Y me da miedo, y no sé como dejar de tener miedo a que me duela...

No la suelto. La mantengo en ese abrazo apretado, mi mano que la acerca hasta mí mientras ella, poco a poco, alza los brazos. Ese abrazo que dice todo lo que quiero decir y lo qye no quiero. Ese abrazo que encierra todas las mentiras y también todas las verdades. Un abrazo que encierra todo lo que soy, ese abrazo posesivo que dice "eres libre" y a la vez, por lo bajo, un "eres mía". Todo lo que nunca quise hacerle a alguien se lo estoy haciendo a ella. No sé qué me lo provoca, no sé, no lo entiendo. No la suelto hasta terminar de oír sus palabras, hasta aspirar todo el aroma de su cuello y encajar mi cara en la curva de su cuello, de sentirla.

¿Por qué es la perfecta Alicia, por qué Alicia no pudo ser otra?

La suelto. La dejo retirarse, alejarse si quiere. Que corra, porque será la última oportunidad que tenga de hacerlo. Después de todo esto, no lo sé. ¿La llevaré a la madriguera conmigo? No lo sé... No sé que pase. Las cosas de repente se aceleran y derepente se relantizan, de repente no entiendo nada de lo que pasa y estoy perdido. Porque la recuerdo, la recuerdo en Hufflepuff y ahora es Durmstrang. ¿Por qué...?

—Niniel, te quiero —digo con aplomo, porque es verdad. Pero no debería quererla, porque queriéndola le haré más daño que dejándola marchar. Voy a chuparle toda la pureza que le queda, porque eso es lo único que puedo hacer—. Nunca te olvides de esto, ¿está bien? te quiero. Te voy a proteger de los demás, como a nada en el mundo...

Pero todo eso encierra demasiadas cosas. La voy a proteger, sí, pero... ¿cómo? ¿Hasta donde soy capaz de llegar para protegerla? Acerco mi mano a la suya, que aun descansa en mi hombro.

—Ay, Niniel... a veces, pienso que por ti sería capaz de todo —le digo, pero omito que ese "todo" incluye también todo lo malo—. Me atravesaría el corazón por ti... si tuviera uno.

Me siento apresada, me da miedo, me da miedo y no sé como dejar de tener miedo a que me duela;... siento como si no pudiera salir, de pronto me acerca más con sus brazos, me obliga a estar pegada a él y tiemblo; no puedo parar de temblar, siento como si me arrugara de afuera hacia adentro y no puedo respirar, mi pecho no se llena, no puedo hacer nada, no puedo pensar y no puedo estar... Estoy igual que allá, de pronto me siento igual que allá con ellos en mi; no sé qué hacer para estar así de nuevo, para soportarlo; mi cuerpo explotaría, se perturbaría y mi mente se agitaría gritando sin poder pensar porque tendría que sentirlos y moverme solo para lo de ellos desde el pasillo....

Para.., ¿Puedes parar por favor? Pido ahogada mientras lo siento ponerse más en mi cuello, temblando; tiemblo y mi piel se quiere encoger, no quiere recordar mas; no las manos, no a ellos hundiéndose en mi... Y no, espero, espero a que pase, a que no pase, a poder respirar; siento que los extremos de mis ojos arden, salen gotas y me suelta... me suelta y me deja ir...

Pero yo, yo tengo miedo pero no puedo correr, yo tengo miedo pero nunca puedo correr. Quedo ahí, tirada con las piernas abiertas entorno a mi sobre el pasto; temblando demasiado, no me puedo detener, voy a llorar; siento que me desarmo, esta frio, no puedo sostener nada de mí y quiero botarlo, quiero botar todo lo que está dentro de mí pero no va parar, mi cuerpo no quiere parar y es, que el... el me había apretado, tal vez era bueno, tal vez no quería pero había sido como si me hubiese tenido sin dejarme ir, como allá... como allá solo que ahí, ahí nunca paraban tan luego... nunca lo hacían antes de que no pudiera mas...

.....

No se cuanto tiempo pasa, estoy ahí deshaciéndome pero de pronto me habla... Yo escucho y dice que me quiere, yo quiero apretarme pero me pide no olvidar que me quiere y tengo miedo; tengo miedo y quiero apretarme los labios con mi brazo, ocultar mi rostro y dejar de ser esta muñeca.

.... Yo solo quiero que no seas malo, que no seas malo con una muñeca como ellos por favor ...
.... duele ...

Al final el abrazo acaba y todo vuelve a su curso. Ella quiere acabarlo y yo la dejo, me alejo un poco y me quedo viéndola, con el cabello cayéndole sobre la cara, ella sentada, evitando incluso mi mirada. Objetivamente, es bonita, pero hay algo roto en su expresión y en su manera de moverse, hay algo roto en toda ella y se descubre con sólo mirarla. Hay algo que no concuerda en ella, esa actitud de niña pequeña en el cuerpo que le pertenece a una mujer.

Es tan… extraño.

Es mayor que yo. Lo sé. Oí que tiene dieciséis años a pesar de estar en primero. Yo apenas voy a cumplirlos. Pero a veces me recuerda a una niña y otras veces me recuerda a Alicia en el País de las Maravillas, perdida en un mundo que no conoce y del cual no entiende nada. Sin embargo, sus últimas palabras me sacan de mis pensamientos.

—Nunca seré malo contigo. Nunca —puntualizo y ahí no hay mentira, pero hay truco. «Contigo». Con los demás ya veremos, después de todo soy el sombrerero y nunca puedo ser bueno. Le jodo el cerebro a los demás y les meto ideas, ese es mi trabajo. Oír y hablar. Oír lo suficientemente bien para saber con quién hablar y decir las palabras correctas para lograr el efecto deseado.

Como con Hermione. ¿Habrá ido a ver a la Reina? Ya me enteraré después. Si es que otra parte de la baraja se une a nosotros. Alicia es la única variable de mi vida que no controla nadie más; que no controla ni el colegio ni la Reina. Alicia es lo único que elegí yo.

La pregunta es: ¿qué tan bueno es para ella?

—Yo nunca seré como ellos, Niniel. Nunca. Puedes creerme. —Intento ofrecerle una sonrisa. Me sale una mueca.

No puedo sonreír desde que Colin murió.

Tal vez pasa, pero yo… yo no me lo puedo quitar; yo quiero irme a casa, quiero esconderme, intentar hundirme en algún lugar como intentaba allá en la pared de madera astillada o entre mis brazos y piernas para que no me hicieran eso más y es que yo al comienzo quería un lugar que ya no recuerdo, intentaba salir, quería atravesar esa pieza para volver a algo que necesitaba demasiado pero que ahora no se cómo era, algo que tenía que tener de forma demasiado necesitada para vivir aunque ellos nunca quisieron dejarme; yo quería irme a casa, quiero que nada de eso hubiese pasado para no sentir así pero no puedo y recordar duele tanto porque no puedo llegar más lejos de lo que ellos me hacían dejándome sin poder pensar.

Pasa tiempo, no puedo parar de sollozar aunque es como si solo me escuchara yo, estoy ante el pero no hago nada más, se siente como si todo me hubiese derribado dejándome de cara en el suelo hasta que pueda volver pensar, no se siente bien y yo sigo temblando fría, tengo una mano cubriendo mis ojos, los cubro con mi túnica; quiero secar todas las lágrimas aunque mi piel me comience a doler de tanto que la rosado con telas para hacerlo y Está bien, nunca me harás daño… Sé que nunca me harás daño… Le digo con mis ojos tapados, moviendo mi mano para descubrirme un ojo entre mis dedos…

Con él había roto uno de los recuerdos malos la primera vez, me da miedo, me dio miedo lo que hiso pero igual si él me lo pide quiero estar cerca como una muñeca que escucha, el antes hacía que los recuerdos malos volvieran menos; como mi mama a veces, el antes creo que había llorado como yo aunque ahora ya no lo hace… ¿Por qué no lo hace? ¿Acaso a él ya no le duele? ¿Por eso abraza así sin soltarme? ¿Por qué ya no le duele?...

Yo puedo estar cerca de ti…
Aunque se siente mejor solo escuchar...

Lo sabe, pero sigue existiendo el tono permanentemente asustado en su voz. No sé cómo calmarla muchas veces y sé que hasta el más sencillo contacto humano la tensa. El problema es que aunque quiera ayudarla jodo todo lo que todo y para ejemplos ya está Hermione. Antes de todo aquello aun podía llorar, porque los recuerdos eran demasiado recientes, pero los enterré tan hondo y tan fuerte que si de mí depende ni una lágrima volverá a salir. Qué curioso. La conocí porque me acechaban los recuerdos que ahora están más enterrados que nada.

El problema es ese, que le entregué mi corazón a alguien y ahora no sé qué puede salir de todo esto…  Yo no sé jugar a las cartas, sólo me muevo entre ellas intentando lograr lo que quiero. Los que juegan a las cartas son otros, mientras yo logre lo que quiero estaré bien, aunque bien sumido en la madriguera. Cuando empezó ni siquiera pensé que todo sería… Tanto. Pero creció tanto que ahora sólo me dejo llevar. De momento.

—Niniel, sin ti… los días serían precipicios… —murmuro, mirándola, sin acercarme y sin pretender tocarla otra vez. Le daré tiempo, un poco más. Pero a veces sólo desearía que lo superara todo, lleva libre ¿seis meses? ¿o poco menos? No lo sé, no conozco los detalles de su caso, pero oí que hubo un juicio. ¿Lo hubo o sólo es un recuerdo que tengo y no existió en esta línea temporal falta instalada por Morgan?

Bah. El problema es que jodo todo lo que toco.

Alicia no se salva.

¿Cómo es que los días sean precipicios?... ¿Se siente mal también?...  Yo no quiero que te duela. Creo que no quiero, aunque no se, fue antes cuando rompimos los recuerdos y yo solo estoy ahí en el pasto sentada ante el, el debe estar mirándome mientras tiemblo aunque yo no lo mire mucho, pues dejo mis ojos hacia el pasto tras destaparme la cara; ahí, sin poder pensar demasiado en aquella pregunta que hice como si no quisiera que fuera parte de mi o porque como una muñeca no puedo, aunque igual sigo en ese lugar esperando a escuchar...

Llevo un dedo hacia el suelo mientras espero, usando otros lo rodeo con algunas abras del pasto, estrujándomelo como una amarra por un instante de esa forma que podría ser un juego que me quite el frio aunque no funciona; se siente como si fuera pesada, como si fuera una cosa a la cual le amarraron pesos para que no se pueda mover mucho o correr muy lejos de quienes la quieran sostener o mirar aunque ya no los vea.

Es como si de pronto supiera que ellos se sentían mal si no nos tenían, que por eso nos mantenían encerradas aunque yo no entendía, no quería y no podía parar de llorar o temblar sintiendo que tenía que volver a lo de antes aunque ahora no se, se sigue sintiendo asi y no se a lo que volví porque sigo sintiendo mal aunque tenga una mama...

Y él, se siente como si el tuviese algo de lo cual quiero estar un poco cerca cuando mi mama se cansa, no tan cerca siempre pero no siempre lejos tampoco, se siente un poco menos pesado cuando esta cerca y tal vez me puede dejar solo escuchar…

E intentar fantasear, fantasear como si fuese Alicia que se siente como si tuviera algo aparte de frio...

—No… no duele… sólo es… extraño. Se siente extraño —no sé cómo explicarlo y, aunque me da tentación volver a recorrer su brazo con las yemas de mis dedos, quizá acercarme a su mejilla, no lo hago. No quiero asustarla otra vez, pero tocaría toda su piel, la recorrería con las yemas de mis dedos, admirando la pureza que tiene—. Quédate siempre a mi lado...

¿Por qué ella? Siento que la voy a joder, y muy bien. Porque es lo más puro que conozco, es la inocencia en persona y yo sólo soy el sombrerero, y no puedo ser bueno para nadie. Sólo soy el sombrerero y sé que esto no va a acabar bien. Nunca acabará bien…

—Perdón… —murmuro—, por asustarte —me apresuro a agregar.

Pero no es sólo eso. Es por todo lo que haré, por todo lo que va a pasar.

¿Siempre?...

Yo no sé si quiero que sea siempre, lo que hacían que fuese siempre me apretaba, hacia que mi piel cada vez lo soportara menos y siempre me dejaban mueriendome entre las mismas paredes... ¿Me dejarías volver con mi mama? Le pregunto, le pregunto estando tan tirada, corto sin querer la hebra del pasto con la cual jugaba quedándome con esta entre mis dedos mientras mi pecho se empieza a hacer escuchar más fuerte de nuevo, no mas rápido si no que solo mas fuerte.

El dise que no me asuste, pero talvez me mira; yo no lo veo, no levanto lo que puedo ver, no quiero ver como me mira; si me miran mucho tiemblo, me trato de cubrir y no se que hacer; siento que soy de ellos, como si mis piesas fuesen algo que evaluan para usarlas con su olor que mancha mientras yo tiemblo y no quiero... Siento sus ojos en mi, no quiero sentir los ojos de ellos en mi desnudes de nuevo, los de el tampoco aunque no se, no lo quiero mirar y asi no puedo saber si lo hace asi.....

Su voz talvez no es posesiva como la de ellos; creo aun no lo ha sido aunque usa un siempre... No me gusta que use un siempre y el, ¿Me dejara ir? ¿Me dejara volver a mi mama?

Aun no extraño aqui, pero yo quiero volver con mi mama....

—Vuelve, sí, si eso es lo que quieres —me quedo mirándola—. No tienes que pedirme permiso, Niniel. Nunca tendrá que pedirme permiso para nada.

Me da miedo decirle que es hermosa. Me da miedo halagarla, decirle cualquier cosa, que entienda otras cosas por mis palabras y sé que eso ha pasado varias veces en el transcurso de esta conversación tan corta, no sé que hacer, realmente, pero... Acabo suspirando, y me quedo viéndola como si quisiera grabarla en las pupilas, decidiendo que si alguien me salvará del abismo será ella y eso probablemente nunca pase.

¿Pordrás salvarme, Alicia?
Savarte, salvarme.
Evitar que me caiga al infierno

—Nini... —murmuro, antes de dejarla irse, acortando su nombre—. Te quiero.

No me voy....

Lo escucho y no me puedo ir, aquella hebra de pasto queda en la palma de mi mano fría y una sensación es como si me tirara aunque yo no entiendo, yo después de no poder ver no quería nada, no quería; me dejaron salir de ese lugar y yo no quería sentir nada mas, solo quería estar sola en un lugar con luz donde no pudiera pasar nada como lo que me hacían al entrar, quería que nadie me tocara, se acercara o me mirara nunca más para poder dejar de temblar y llorar.

Pero ahora tampoco me quiero ir, no me puedo ir y se siente mal no poder hacer. El a veces me da miedo como todos los demás que son ellos por lo que hacían pero no siempre así, y es que también podía estar cerca y no pasaba nada malo aunque llorara. Rompimos los recuerdos malos, me dejo tocar una flor y también me deja ser Alicia; y ser Alicia creo que es mejor que ser una muñeca, aunque mi mama dice que soy una Niniel y con ella no es malo, con ella es mas fácil porque es como nosotras, no como ellos y así nunca esta ese miedo que hace a mi vientre contraerse mientras se aprieta y las piernas me tiemblan.

Nini...
Te quiero....

¿Porque esas palabras no me dejan irme con mi mama? No sé si es mejor ser Alicia o ser Nini, sigo queriendo que solo pueda estar cerca mi mama pero a el también lo dejo, a veces hace cosas que me dan miedo pero también hace que se sienta más pacífico y esa hace que se sienta mejor....

¿Que significa cuando le dices a alguien "te quiero"? Le pregunto, levanto mi cabeza, mi vientre se sigue hundiendo seco cuando respiro y lo miro...

Yo creo que no se….